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en respuesta a: El Ala Plateada #342830
Capítulo 13. Contrabando (Parte III)
Ghagkrik dice: Yo estoy trabajando en unas nuevas rutas comerciales.
Ghagkrik dice: Hay muchas islas en este vasto océano a las que poder robarles recursos.
Jacobus dice en dendrita: ¿Llegaste a considerar la ruta hacia Tilva?
Jacobus se apoya contra la pared del centro de la estancia mientras mira a Ghagkrik.
Jacobus dice en dendrita: Aunque Tilva está bajo dominio de Dendra, sus puertos también ofrecen posibilidades para el contrabando.
Ghagkrik dice: Durante un tiempo la consideré, pero la di por acabada. Ahora ha llegado una tilvense a Alandaen, quizás pueda darme algo de información valiosa.
Jacobus asiente varias veces de forma metódica.
Jacobus dice en dendrita: También me han llegado esas noticias.
Ghagkrik dice: Por lo visto dice ser dueña de la villa de los Valenti.
Ghagkrik dice: Así que debe tener algo de poder económico.
Jacobus se lleva las manos al mentón, acariciándolo ligeramente.
Jacobus dice en dendrita: Valenti…
Ghagkrik dice: Si, los dueños del antiguo torreón.
Jacobus dice en dendrita: ¿No fue un tal Valenti un mercader de Alandaen que llegó a tener una importante flota de barcos mercantes?
Ghagkrik dice: Eso dicen, no tengo tantos años como para saberlo, yo siempre he conocido aquella villa como unas ruinas.
Jacobus dice en dendrita: ¿Crees que la nueva dueña de la villa querrá restaurar esa flota y montar sus propias rutas?
Jacobus dice en dendrita: Las Tilvanas son testarudas…
Ghagkrik dice: Aun no lo sé, pero me enterare
Ghagkrik sonríe lentamente.
Jacobus dice en dendrita: Si quiere montar de nuevo el negocio… Quizás esa vieja villa embrujada deba cobrarse una nueva víctima entre sus muros.
Ghagkrik dice: Mis contactos aun no me han informado sobre ello.
Ghagkrik dice: Pero si quiere abrir un nuevo negocio marítimo no tardará mucho en venirse abajo.
Jacobus dice en dendrita: No lo dejes pasar y obtén esa información Ghagkrik
Ghagkrik dice: Tú preocúpate de Bucanero…
Ghagkrik dice: Deja Alandaen en mis alas…
Jacobus levanta sus brazos a la altura de los hombres mientras sonríe.
Jacobus dice en dendrita: ¡Está bien está bien!
Jacobus dice en dendrita: No te agites, o acabarás perdiendo las plumas…
Jacobus sonríe burlonamente.
Jacobus dice en dendrita: Siempre has gestionado bien las rutas hacia el continente.
Jacobus dice en dendrita: Bueno, tú y…
Jacobus mira a ambos lado de la estancia.
Jacobus dice en dendrita: ¿Y Morthandari?
Jacobus dice en dendrita: ¿Dónde coño se ha metido?
Ghagkrik sonríe pícaramente.
Ghagkrik dice: No me ha acompañado en esto hoy.
Ghagkrik dice: Tenemos otro negocio entre manos y…
Ghagkrik dice: Y gracias a sus ‘habilidades’ puede aligerar esos viajes que son a veces tan cansados y negativos para el comercio.
Ghagkrik dice: Ella es la que se encarga de conseguir esas bayas de Cyr para mezclarla con la marihuana.
Jacobus levanta la mano.
Jacobus dice en dendrita: Mientras no se meta en líos y nos joda el negocio, no me importa.
Jacobus dice en dendrita: Pero aquí en Keel debe andarse con cuidado ya lo sabes.
Ghagkrik dice: Lo sé, por eso evito que venga.
Ghagkrik dice: En su paseo por Dendra está preguntando por información sobre la tilvense.
Ghagkrik dice: Me gusta contrastar toda la información.
Jacobus asiente.
Jacobus se reincorpora, despegándose de la pared para volver a caminar con paso lento por la sala.
Ghagkrik dice: Seguramente a mi llegada a la ciudad este esperándome en mi casa con todo lo que necesitamos.
Ghagkrik dice: Además de tener preparado otro cargamento para bucanero.
Ghagkrik dice: Esas bayas de cyr mezcladas con marihuana los vuelven locos.
en respuesta a: El Ala Plateada #342829Capítulo 13. Contrabando (Parte II)
Ghagkrik dice: Por Anduar también se escuchan rumores amigo mío…
Ghagkrik dice: Parece ser que su mandamás está más ocupado de pelear con los enanos por sus minas que de los negocios marítimos.
Jacobus mira fijamente a Ghagkrik durante unos instantes para después soltar una sonora carcajada.
Ghagkrik sonríe graznando.
Jacobus dice en dendrita: ¡Menuda escoria de pantano!
Ghagkrik dice: que vas a esperar de un intento de orejas picudas.
Jacobus dice en dendrita: Pues si esos rumores son ciertos, no debemos de dejar pasar esa oportunidad.
Jacobus levanta uno de sus dedos para señalar a Ghagkrim directamente.
Jacobus dice en dendrita: ¡Escúchame Ghagkrik! Si nos hacemos con bucanero, tendremos una posición lo suficientemente fuerte como para poder, plantarnos frente a Lesfora y mejorar nuestra situación aquí en Keel
Ghagkrik asiente sonriendo ligeramente.
Ghagkrik dice: Ya hacemos por esta ciudad más que esa fornicadora compulsiva de Lesfora.
Jacobus deja escapar una liviana sonrisa.
Jacobus dice en dendrita: No siempre fue así, en otra época tenia ambición como nosotros.
Jacobus dice en dendrita: Pero el dinero y el poder cambia a todo el mundo.
Ghagkrik dice: Una época en la que no era una gorda desdichada.
Ghagkrik dice: Pensaba que hacer negocios por aquí iba a ser más complicado de lo que realmente fue.
Ghagkrik dice: Es como si Lesfora no se enterara de la mitad de lo que pasa en esta ciudad cuando predica que tiene ojos en todas partes.
Jacobus chista ligeramente mientras suelta una sonrisa burlona.
Jacobus dice en dendrita: No te creas que siempre es así de «fácil» socia.
Jacobus dice en dendrita: No todos los que vienen a Keel tienen a un explorador que les da acceso a todos los túneles subterráneos de la ciudad.
Ghagkrik sonríe mientras guiña un ojo a Jacobus.
Jacobus dice en dendrita: Ni tienen el acceso a los horarios de los turnos de guardia.
Jacobus dice en dendrita: Ni saben cómo, cuándo, dónde y a quién vender la mercancía…
Ghagkrik dice: Por supuesto, pero pensaba que de alguna forma u otra acabaría enterándose.
Jacobus te vuelve a señalar con el dedo.
Jacobus dice en dendrita: Has tenido mucha suerte de encontrarme.
Ghagkrik carcajea descontroladamente.
Jacobus dice en dendrita: Y la suficiente habilidad como para ponerme de tu lado con este negocio.
Ghagkrik dice: Podemos decir que ambos hemos tenido suerte.
Jacobus dice en dendrita: Dudo que Lesfora no tenga a gente detrás nuestra intentando averiguar nuestros negocios.
Jacobus dice en dendrita: A esa puta no hay que subestimarla
Ghagkrik dice: Por eso tenemos que seguir alerta.
Jacobus dice en dendrita: Sin embargo, Keel es muy grande, y gestionarla es aún más difícil.
Ghagkrik dice: Por eso debemos centrarnos primero en conseguir Bucanero amigo mío.
Ghagkrik dice: Si conseguimos eso nuestro siguiente paso será contar con los mejores contrabandistas y aunarlos en una misma bandera, la nuestra.
Jacobus se da unos golpecitos en la solapa de la pechera.
Ghagkrik dice: Si todo va bien serás uno de los mandamases del más famoso gremio de contrabandistas de los océanos de Eirea.
Jacobus dice en dendrita: La Isla de Bucanero y la gobernadora son cosa mía.
Ghagkrik dice: Perfecto lo dejo en tus manos.
Jacobus dice en dendrita: Esta semana terminaré unos asuntos por la ciudad y partiré a Bucanero la semana próxima.
en respuesta a: El Ala Plateada #342828Capítulo 13. Contrabando (Parte I)
El viaje de vuelta a la isla había transcurrido sin incidentes. Uno de sus rápidos navíos personales la había traído desde el continente en la mitad del tiempo que suele ser habitual. El negocio de contrabando de alcohol iba viento en popa y muchos de los recursos obtenidos habían sido destinados a otras rutas comerciales de igual índole. Estas nuevas rutas habían otorgado mucho poder económico a la arpía y a sus compañeros.
Ghagkrik pregunta: Parece que el contrabando va mejor que nunca. Sigue molestando ese enemigo a Phelipo?
Jacobus asiente ligeramente a la vez que tuerce el gesto dubitativo.
Jacobus dice en dendrita: Phelipo está recibiendo la mercancía y la sirve bien a los parroquianos que pasan por ese antro del puerto.
Jacobus dice en dendrita: Si los AguasNegras no meten mucho las narices podremos seguir sacando una buena cantidad de Jinnys todos los meses de ese negocio
Ghagkrik sonríe con un ligero graznido.
Ghagkrik dice: Si meten sus narices házmelo saber y aumentare el dinero enviado en un 5% para que puedas comprar algún brazo de más.
Jacobus dice en dendrita: De momento se puede controlar. Esos bastardos de la hermandad tienen al grasiento algo agobiado, pero tras un par de AguasNegras desaparecidos, el negocio está tranquilo.
Jacobus cruza los brazos con gesto serio.
Ghagkrik dice: La ruta de ‘hierbas especiales’ a bucanero está yendo mejor de lo esperado y estamos recibiendo una suma importante de beneficios.
Jacobus asiente con seguridad.
Jacobus dice en dendrita: Lo de Bucanero va incluso mejor que el alcohol aquí en Keel, aunque…
Ghagkrik se apoya en una mesa cercana mientras escucha a Jacobus.
Jacobus se lleva uno de sus oscuros dedos a la punta de los labios mientras parece pensar en algo.
Jacobus dice en dendrita: ¿Has escuchado los rumores de que la gobernadora Marley le va a conceder a esa puta de los Gtidhry el permiso para abrir su almacén de suministros en la Isla del Bucanero?
Jacobus dice en dendrita: La última vez que estuve por la taberna, la mitad de los borrachos de allí no paraba de hablar de eso.
Jacobus dice en dendrita: Un almacén para vender todo lo que llegue a sus manos…
Ghagkrik dice: Algo había escuchado, una de las razones de venir aquí era por si tú también lo confirmabas.
Jacobus empieza a caminar con paso lento por la sala.
Ghagkrik tuerce el gesto ligeramente.
Jacobus dice en dendrita: Algo similar a lo que tiene Rutter en la ciudad de Anduar.
Jacobus dice en dendrita: Pero claro está, sin un gremio de comerciantes que le sujete la correa.
Jacobus se detiene y mira a Ghagkrik ligeramente.
Ghagkrik pregunta: ¿Crees que podremos sobornar a la gobernadora para que nos lo otorgue de alguna forma?
Jacobus dice en dendrita: Si esa puerca de Gtidhry monta el almacén en Bucanero puede que tengamos problemas para dar salida allí a nuestra mercancía.
Jacobus tuerce el gesto.
Jacobus dice en dendrita: No lo sé. Hace tiempo que no trato con la gobernadora Marley…
Jacobus dice en dendrita: Pero qué demonios… es la Alcaldesa de una isla pirata… ¿Dejara de poderse sobornar?
Jacobus asiente enérgicamente.
Jacobus dice en dendrita: En mi próxima visita a Bucanero me acercare por su mansión y veré de reunirme con ella.
Ghagkrik dice: Son gente sin principios, y no podemos perder ese negocio ahora que esos ‘Guante Blanco’ o como quieran llamarse parecen haber desaparecido.
Jacobus dice en dendrita: Tienes razón… aunque ese es otro asunto que no me gusta.
Ghagkrik dice: Y si esa bastarda no entra por el aro, tendremos que buscar la forma de quitarnos del medio a esa tal Gtidhry.
Jacobus extiende sus manos para reforzar la expresión de sus dudas.
Jacobus dice en dendrita: Por Bucanero pasa una gran cantidad de mercancías, no tan grande como aquí en Keel… pero es un negocio importante.
Jacobus dice en dendrita: Cualquiera con dos dedos de frente puede verlo.
Jacobus dice en dendrita: ¿Por qué Guante Blanco dejaría de lado un negocio así?
en respuesta a: La mision del Spooktober es dios ok? #342739Buena misión con buena ambientación.
Como ya comenté con Vhurkul quizás algo desesperante por no tener un camino definido y todo ser muy ambiguo a veces perdiendo horas en algo a lo que aún no puedes ni acceder.
Lo bueno que tiene la misión es que cuando te desesperes puedes marcharte y volver cuando quieras ya que la misión permanecerá en el mismo estado.
Dará pie a una tercera misión o este es el final de la historia de villa Valenti?
Hay que ver también que premios da cuando acabe todo esto, porque (aunque aún lo tengo completar una segunda vez para ver como va) es una quest en la que puedes echar unas horas reventandote los ojos buscando y buscando.
Enhorabuena al equipo, porque la quest merece la pena y sobre todo la nueva dinámica de instancias personales de la que pueden surgir sistemas de mazmorras para jugadores.
en respuesta a: Pericias en armas a distancia #342738Yo sigo pensando que sería un buen cambio para los tiradores y que haya más variedad.
Las armas en general están bien, modificaría un poco la cerbatana ignea, eliminado el efecto actual y poniendo un efecto genérico y añadiría otra cerbatana con algún efecto curioso.
en respuesta a: El Ala Plateada #342267Capítulo 11. El Almacén.
Habían conseguido sobrepasar la aduana sin que nadie notara el fondo oculto de las cajas con las botellas de alcohol. El siguiente paso era almacenarlos en un lugar seguro donde poder realizar la descarga sin ser vistos y evitar las más que posibles represalias de Lesfora. Por suerte ya tenían el lugar idóneo para ello.
Entraron en un antiguo almacén de suministros marítimos. El edificio se había mantenido cerrado tras la muerte de su dueño y nadie hasta ahora había mostrado interés en él. La llave como la ubicación del lugar habían sido entregadas a Ghagkrik en la propia ciudad de Anduar.
Apilaron todas las cajas en una de las esquinas vacías del lugar. En el resto del almacén podían verse grandes estantes y un enorme dibujo ya desconchado por el paso del tiempo que ocupaba casi toda una pared. En otras de las esquinas antiguas cajas destartaladas y vacías y al otro lado un enorme y viejo mostrador de madera de roble donde se realizaban las operaciones de compra y venta.
Los marineros trajeron todas las cajas al lugar y Ghagkrik antes de despedirse de ellos les agradeció el viaje: Denles las gracias a Laurina, ha sido todo un placer trabajar con ella, seguramente vuelva a contratar vuestros servicios en un futuro.
Los tripulantes agradecieron de igual forma a la arpía y salieron del lugar con la satisfacción de haber realizado un buen trabajo.
Morthandari se acerca a una de las viejas cajas y con un manotazo quita algunas telarañas del lugar, pero a la vez levantando polvo y haciéndola toser: Cougff, cougff, menudo almacén que te has buscado, al menos el de Alandaen no estaba hecho una ruina.
Ghagkrik comienza a inspeccionar el lugar buscando algo en particular mientras sonríe por las palabras de Morthandari: Llevas enfadada desde que hemos pasado por esa aduana, tranquilízate ya sabes como es todo el mundo en este lugar, no debes mostrar debilidad.
De repente unas palmadas comienzan a sonar detrás del antiguo mostrador. De las sombras aparece un humanoide encapuchado. – Bien, bien, así que todo ha salido como habíamos acordado.
Morthandari pone su mano en la empuñadura de su espada, pero Ghagkrik se le acerca y posa la suya encima para tranquilizarla.
Ghagkrik sonríe mientras inclina un poco su cabeza: Tranquila, es quien ha conseguido todo esto.
Morthandari relaja sus gestos: Disculpa, no pensaba incomodarte, pero al salir de esa forma creía que eras un ladrón más de los que hay por este lugar.
El encapuchado se acerca un poco a las féminas y se muestra su rostro dejando ver a un semi-drow de rasgados ojos obsidianos que apenas llegan a distinguirse entre las duras facciones de su oscuro rostro. Con un cabello níveo, en su mayor parte sucio y enmarañado, cae, por igual, hacia ambos lados de su faz. Así mismo, su afilada mandíbula, en consonancia con los trazos oblicuos de su nariz y sus pómulos, está parcialmente recubierta por multitud de hebras que conforman su grisácea barba de estilo heleno.
Jacobus con semblante serio: La famosa arpía, al fin nos vemos las caras. Aún me pregunto como una de tu especie ha logrado salir de esa infesta ínsula de Gharburk.
Ghagkrik sonríe abiertamente dejando ver más aún sus afilados colmillos. – Es un placer conocer a unos de los ciudadanos más viejos de esta pútrida ciudad. Cuando me entregaron el mensaje pensaba que todo era una trampa, no llegaba a entender cómo alguien como tú podría ir en contra de esa zorra…
Morthandari pone un gesto dubitativo: ¿Fue él quien te contrató para el trabajo en la villa de Celedan?
Jacobus asiente lentamente: Así es, yo fui, espero que hayáis traído lo que os pedí. Porque yo sí he cumplido con mi parte del trato. Phelipo os comprará todo el alcohol que traigáis sin que Lesfora se lleve ningún porcentaje por ello. Es de fiar, le conviene serlo.
Ghagkrik sonríe mientras se acerca contoneándose hacia el semi-drow. – Por supuesto, por quién me tomas, nosotros cumplimos con nuestros contratos, no todos lo hacen. – Rodea a Jacobus mientras desliza el dedo índice de su mano derecha por el brazo y la espalda del semi-drow.
Jacobus se mantiene impasible: Muéstramelo y yo te mostraré los túneles ocultos.
Morthandari observa la situación manteniendo una sonrisa, pero sintiéndose algo celosa.
Ghagkrik mete la mano en uno de sus bolsillos y saca un pequeño colgante de diamantes y rubíes resplandecientes que refulgen intermitentemente y pone su boca muy cerca del oído del semi-drow. – Aquí tiene, oh leyenda de Naggrung. – Pone el collar en la mano izquierda de Jacobus y se aleja de él con el mismo contoneo y con una sonrisa estridente.
Jacobus levanta el collar y lo observa con detenimiento. – Sin duda es este, no se equivocan cuando te recomendaron. – Se dirige hacia una de las cajas destartaladas y la aparta con una pierna.
Morthandari carraspea: No lo hizo sola…
Ghagkrik sonríe mientras mira al semi-drow.
Jacobus comienza a levantar una gruesa tapa de madera que se encuentra totalmente camuflada en el suelo del almacén. – Estos trabajos nunca se hacen solos, por eso no lo hice por mí mismo.
Ghagkrik aplaude brevemente mostrando auténtica alegría. – Una de las entradas a los túneles ocultos de Keel, con esto tendremos acceso al tráfico sin temer a esa maldita zorra. – Luego abraza a Morthandari para transmitirle su misma sensación.
Morthandari devuelve el abrazo y sonríe ligeramente: Un paso más para nuestra meta.
Jacobus termina de levantar la tapa y mira a ambas: Venga… tengo que enseñaros esto, no tengo todo el día.
en respuesta a: El Ala Plateada #342153Capítulo 10. Gentuza
Pasaron varios días y la melódica brisa había empujado el barco con buenos presagios hasta el puerto de Keel como había dicho aquel marinero. Los tripulantes engancharon los cabos de la embarcación al muelle y posteriormente bajaron las escalinatas para comenzar a descargar la mercancía.
Este puerto constaba de dos grandes muelles realizados en madera y piedra que separan la entrada comercial de la privada. Es el único puerto de gran tamaño de Naggrung por lo que lo convierte en el más ‘seguro’ para el transporte.
A pie de muelle una enorme garita hacía las veces de aduana y en su interior lo que parecía ser un humano se encontraba sentado en una cutre silla de madera frente a una mesa más destartalada aún.
Este humano era un ser de lo más repugnante posible. Su piel era blanca, cosa que se podía deducir por el color de los pliegues de su cuello, pero en general parecía oscurecido por la falta de higiene. Se encontraba totalmente rapado para evitar la aparición de piojos y chinches. Sus orejas se encontraban agujereadas, pero no por pendientes o aros, sino por mordeduras de ratas y otros roedores. Los pocos dientes que mantenía en su boca estaban completamente negros, llenos de caries.
Ghagkrik y Morthandari se acercaron a él mientras los marineros descargaban las cajas.
El aduanero levantó la cabeza al verlas. – ¿Qué desean estas lindas señoritas? Si buscan trabajo pueden ir al Cabaret de Madame Rose. Aunque si quieren otra cosa siempre estoy disponible. – Escupe en sus manos y se limpia su cabeza con ello.
Ghagkrik con semblante serio le entrega los papeles de la carga. – No somos unas prostitutas si es lo que piensas, aquí tienes la carga que traemos.
Morthandari mira con asco al aduanero pensando para sí misma: Y pensar que he pasado más tiempo en esta ciudad que en cualquier otro sitio…
El aduanero agarra los papeles algo mosqueado. – Déjame ver… – Así que telas y ropajes… – Echa una mirada a la figura de ambas. – ¿Estáis seguras de que no queréis trabajar para Madame Rose?
Morthandari da un golpe en la mesa: ¡Ya te hemos dicho que no!
El aduanero se levanta y acerca su cara a la semi-drow: Tranquila gatita o tendremos que darte una lección.
Ghagkrik echa hacia atrás a Morthandari. – Relájate. – Luego mira al aduanero. – Dinos que es lo que hay que pagar y no alarguemos más esto.
El aduanero se aleja de su mesa y se dirige a una de las cajas. – Primero hay que asegurarnos de que la carga es la correcta. – La abre y comienza a meter sus manos en ella encontrando solo tela de seda como había escrito en los papeles. Cuando termina con la inspección vuelve a sentarse en su silla.
Ghagkrik lo mira esperando a que diga una cifra: ¿Y bien?
El aduanero mira a la arpía. – Déjame pensar… – Hace como si estuviera realizando alguna operación matemática pero lejos de eso lo único que hace es pasar el tiempo para que no piensen que es algo cortito. – Añadiendo la plusvalía serían dos mil quinientos jinnys.
Morthandari vuelve a enfadarse: ¿Pero y de dónde ha salido esa cantidad?
Ghagkrik agarra a la semi-drow de los hombros y la mira fijamente: Tranquilízate de una vez.
El aduanero pone cara de amargado: Si no os gusta ya podéis ir dando la vuelta.
Ghagkrik saca de entre sus pertrechos una bolsa de monedas y tras un pequeño lapsus contando mete en otra bolsa más pequeña la cantidad dicha por el aduanero y se la entrega.
El aduanero agarra la bolsa de monedas y comienza a contarla. – Os puedo hacer una rebajita si quisierais… – Mira con cara de baboso a ambas de arriba abajo.
Morthandari se contiene por no decir nada más.
Ghagkrik sonríe ligeramente. – No gracias, seguro que con lo que te hemos dado alguna de las señoritas de ahí fuera te hacen el trabajo que quieras.
El aduanero termina de contar y cierra la bolsa riendo: Por supuesto, todo correcto, pueden pasar. Nadie os molestará mientras hacéis negocios en la ciudad.
en respuesta a: El Ala Plateada #342152Capítulo 9. Una dulce voz.
La mercancía había sido cargada sin problemas en el almacén del guardacostas que iba a llevarlas hasta el puerto de la ciudad de Keel. Ghagkrik y Morthandari ocuparían el camarote central hasta su llegada a tierra firme. El barco zarpó a primera hora de la mañana como estaba estipulado y en unas horas ya se encontraba bordeando la costa sur de Dalaensar dirección este rumbo a su destino.
Los marineros se encontraban relajados en general, realizaban sus quehaceres sin problemas, el agua estaba en calma y el viento corría en la dirección a la que se dirigían, parecía que el barco estaba navegando solo.
Morthandari se encontraba apoyada en la baranda de babor observando en el horizonte la majestuosidad de Dalaensar.
Ghagkrik se acercó a ella por la espalda caminando tranquilamente y se apoyó a su lado: ¿Hacía mucho que no lo veías desde este lugar verdad?
Morthandari sonríe y pone su mejilla en la baranda donde se encuentra apoyada: No recuerdo cuando fue la última vez que pude ver esto e incluso sentir la brisa marina que lo acompaña.
Ghagkrik sonríe y acaricia la cara de la semi-drow: Disfrútalo puede que pase un largo periodo hasta que puedas volver a disfrutarlo.
Morthandari gira su cara y da un pequeño beso a la arpía para posteriormente agarrarla del brazo y quedarse mirando hacia el horizonte.
Los marineros de la embarcación se quedaron embobados viendo la escena, ya que eran en su totalidad hombres. De repente un grito de su superior los hizo asustar y continuar con sus quehaceres. – ¡Malditos holgazanes, es que no habéis visto nunca a una mujer! ¡Mira que me tenéis a mi como ejemplo! – Exclamó la capitana Laurina, la única mujer de la tripulación. Una humana de complexión gruesa bastante alta, la más alta de todos los presentes en el barco. Con el pelo rizado y pelirrojo y con una arrugada cara bastante fea.
Su segundo al mando le replicó. – Pero mi capitana… no puede usted comparar… – No le dejó ni terminar cuando le arreó un considerable guantazo.
Capitana Laurina saca el pecho hacia adelante: Si alguno vuelve a cuestionar mi feminidad lo arrojaré por la borda.
Toda la tripulación bajó su cabeza y continuaron con sus labores sin decir ni una sola palabra.
La arpía y la semi-drow sonrieron al ver ese espectáculo viendo como Laurina los tenía a todos metidos en vereda. A los pocos minutos comenzaron a escuchar una brisa melódica que provenía del continente.
Ghagkrik se alertó y se separó de la semi-drow rápidamente: ¿Escuchas eso?
Morthandari con cara extrañada: ¿Qué te pasa? Es solo la brisa del mar.
Ghagkrik negaba con su cabeza: Yo misma he recurrido a estos trucos, te puedo asegurar que no es la brisa que comentas.
Un marinero que estaba cerca se acercó a ellas: Disculpen que las moleste, hacemos esta travesía a menudo, en más de una ocasión más cerca de tierra que ahora. Tiene usted razón no es la brisa marina, hace años una sirena se apostó en un farallón cerca de la desembocadura del Cuivinien. Aunque no pasa siempre de vez en cuando nos brinda esta melodía, entre los marineros de los puertos pensamos que es símbolo de buen augurio.
Ghagkrik se extraña: ¿Y nunca nadie ha ido hasta ella?
Marinero se encoge de hombros: Algunos hombres dicen que han llegado hasta ella, pero nunca les ha dicho que hace ahí o para que nos canta. Aunque seguramente ni los entienda.
Morthandari sonríe abiertamente: Entonces disfrutemos del próspero viaje que nos espera.
Ghagkrik pone su mano en su barbilla pensativa: Si, no nos queda otra, aunque no entiendo que una sirena cante solo por alegrar a los navegantes.
en respuesta a: El Ala Plateada #342151Capítulo 8. El Callejón.
Aprovechando la oscuridad de la noche y unas largas túnicas encapuchadas Ghagkrik y Morthandari se adentran en uno de los oscuros callejones sin salida del barrio gremial de Alandaen. La pared final apenas podía verse ya que una montaña de restos parecía taparla casi por completo. Las ratas se encontraban amontonadas en uno de los rincones y paseaban de un sitio a otro de la calle sin miedo a los viandantes.
Morthandari con cara de asco mira a Ghagkrik: Pero dónde demonios estamos…
Ghagkrik ríe mientras se tapa la boca y la nariz con la túnica para que el hedor no la moleste. – Donde nadie busca. – Se acerca a uno de los laterales del callejón y mete su brazo hasta el codo en un hueco entre los ladrillos.
Morthandari mira la escena expectante. – No me digas que este es otro de tus escondrijos.
Ghagkrik gira su brazo mientras un pequeño click puede escucharse al otro lado de la pared.- Los puertos son los mejores sitios para tenerlos. – Después de esto la arpía saca su brazo del agujero y empuja la pared a la altura de la cintura abriendo una pequeña compuerta de un metro de altura.
Ghagkrik se aparta y pone su mano en forma de invitación hacia la semi-drow. – Las damas primero. – Seguida de una pequeña risa.
Morthandari asiente devolviendo la sonrisa, agacha su cuerpo y pasa a través de la apertura.
Ghagkrik la sigue y la cierra al pasar.
Ambas llegaron a una sala rectangular de unos tres por cuatro metros de tamaño repleta de cajas de madera de diferentes tamaños que se apilaban por doquier. No poseía ventana alguna tan solo una puerta de madera que daba a una sala contigua y la pared secreta por la que habían venido.
Morthandari se acerca a una de las cajas y la abre curiosamente.- Para que todo esto si solo vamos a llevar hasta Keel…- Saca de una de las cajas unas telas. – Seda negra de las profundidades de Golthur.
Ghagkrik se acerca a la semi-drow y toca la seda con sus manos. – Querida amiga, aunque la seda negra es de por sí uno de los tipos de telas más caras del continente y por lo que ganamos bastante dinero no es por lo que mi barco suele hacer estos tipos de viajes.
Morthandari sonríe sensualmente: ¿Entonces todo esto es solo para ocultar el encargo que nos hicieron?
Ghagkrik se toca ligeramente un bolsillo interno de sus ropajes. – Ese encargo lo llevo bien a mano, por eso no tienes que preocuparte. – Saca varias telas de la caja y saca lo que parecía ser la parte baja de la caja dejando al aire libre un doble fondo oculto.
Morthandari ve como el fondo de la caja está repleto de botellas de alcohol de todo tipo perfectamente apiladas y compactas para no hacer ningún ruido extraño: Así que era esto lo que en realidad buscas vender sin tener que renunciar a ningún porcentaje.
Ghagkrik asiente mostrando una enorme sonrisa en su cara. – Esa fulana tiene ojos en todos los envíos desde el continente a ‘su puerto’. – Acaricia suavemente las botellas. – Pero por estas no sacará ni un mísero jinny. El alcohol no abunda en Keel, esos borrachos se beben cualquier cosa, cuando llevemos esta mercancía de calidad sólo buscarán la manera de conseguir más.
Morthandari pone las telas en su lugar y cierra la tapa de la caja: Entiendo entonces que está todo preparado para partir.
Ghagkrik se gira y se dirige a la pared por la que habían venido. – Así es, mañana por la mañana cargarán las cajas en la embarcación y partiremos hacia la isla. – Vuelve a introducir su mano en el agujero de la pared abriendo de nuevo la puerta oculta. – Pero no te preocupes no dormiremos aquí, tenemos una habitación de lujo reservada en la posada de la zona.
Morthandari se acerca a Ghagkrik y le da un pequeño mordisco en el cuello. – Bueno… de lujo… todo el lujo que pueden ofrecer cuatro marineros garrulos. – Se agacha para salir al exterior.
Ghagkrik da un pequeño azote en el trasero de la semi-drow: No te quejes que será lo mejor que te pase en varios días.
en respuesta a: Algunas cosas del chamán espiritista #342136Entiendo entonces que la premisa está mal desde el principio, ya que si lo que quieres saber e informarte y que te expliquen sobre este tema, tienes el foro de Ayuda para ello.
Ya que como comentas hablas desde el desconocimiento.
- Esta respuesta fue modificada hace 3 years, 2 months por Athewin.
en respuesta a: Algunas cosas del chamán espiritista #342130Buenas,
En parte estoy con Sierephad, no entiendo como una persona con 3 meses de juego puede tener tanta información y hablar de chamanes comparándolos con Paladines o Khaoles cuando (que sepamos) solo tienes un soldado enano.
Por lo que existen dos dilemas:
- No es tu primera cuenta y por lo tanto no llevas tres meses jugando, por lo que tener tanta información tendría sentido.
- Que sea tu primera cuenta y estás hablando de oídas del canal del chat sin haber podido comparar o valorar cosas para poder opinar sobre el balance de dicha clase.
Dicho esto, el caso de chamanes ya es algo que se ha hablado en demasiadas ocasiones y no creo que sea un problema de equipo, sino de la combinación de las habilidades entre cambios de espíritu y por supuesto el desbalanceo que eso conlleva.
Los puntos que ya he comentado tanto por chat como en otros post del foro que cambiaría serían los siguientes:
- Eliminar cualquier buffo al cambiar de espíritu. Ej: Regeneración.
- Eliminar el movimiento adicional al cambiar a la forma de cazador.
- Eliminar la habilidad estilo del soldado.
Con estas tres modificaciones debería ser suficiente al menos para poder valorarlo y ver como se van desarrollando el propio juego.
Un saludo.
en respuesta a: El Ala Plateada #341938Capítulo 7. El engendro.
La arpía había movido sus hilos para contactar con la criatura. Aunque la mayoría de sus conocidos se encuentran en la ciudad de Anduar la relación con su mentor había conseguido extender esta red de contactos a las ciudades caóticas del norte. Uno de estos enlaces le había dado la información de una criatura mágica que recientemente se había hecho un nombre entre las filas de la horda.
Ghagkrik anda de un lado a otro de la habitación algo nerviosa. – ¿Crees que vendrá?
Morthandari permanece sentada en una mecedora balanceándose. – ¿Por qué no te relajas? Si tu enlace te dijo que vendría seguro que es así.
Ghagkrik interrumpe sus andares y se apoya en la mesa frente al joyero. – Ya… pero han pasado varios días y en la ciudad aún se habla del incidente ocurrido.
Morthandari para de balancearse: No debes preocuparte incluso esa furcia de Lady Amira en persona te pidió disculpas por todo lo ocurrido.
Ghagkrik se recompone y muestra una pequeña sonrisa: Me atrevería a decir que aún no son conscientes de que el joyero es falso.
Pasaron varias horas esperando a su invitado hasta que unos golpes se escucharon en la puerta. Ghagkrik abrió la compuerta de la mirilla para ver quien se encontraba al otro lado. – ¿Quién es?. – La arpía no era capaz de ver a nadie al otro lado.
Al otro lado de la puerta una pequeña criatura comienza a saltar para intentar ser vista. – ¿Está es la ‘guarida’ de la arpía?
Ghagkrik extrañada: ¿De qué guarida hablas?
La criatura continúa saltando. – Busco a Ghagkrik, vengo desde Golthur por un encargo.
La mirilla se cierra rápidamente y tras un ruido seco de la cerradura la puerta se abre parcialmente. – Pasa no hace falta que te pongas a decir cosas a los cuatro vientos.
El pequeño gnoblin cruza el umbral de la puerta ante la incrédula mirada de ambas. – Bueno, bueno nuestro amigo común ya hizo el pago.
Ghagkrik cierra la puerta tras el gnoblin y se agacha para ponerse a su altura. – ¿Y tú qué demonios eres?
El pequeño gnoblin se queda mirando a la arpía unos segundos. – No pajarito creo que me has confundido, no soy ninguna raza de demonio, tengo a un amigo en la fortaleza que sí lo es, pero no es el caso.
Morthandari se queda mirando a la criatura ensimismada, sorprendida y abrumada de que algo así pueda existir. – ¿Y entonces qué eres?
Gaanynk ríe entre dientes. – Yo señorita soy un gnoblin, UnaCreaciónRealizadaPorUnaMenteProdigiosa. – Para de hablar mientras saca su lengua y la mueve de un lado a otro. – De vez en cuando sale mi sangre gnoma a relucir y no puedo controlarlo. Mi nombre es Gaanynk, por mis venas corre sangre goblin y sangre gnoma.
Ghagkrik pasa alrededor de la criatura observándola. – Entiendo que por eso es que posees ciertos poderes mágicos innatos y por ello te ha recomendado mi enlace.
Gaanynk asiente fervientemente. – Así es señorita, SusRelacionesEntreLaHordaHaHechoQueYoEstéAquí… Perdonen de nuevo…
Morthandari sigue perpleja pensando para sí misma: ¿Cómo alguien ha podido hacer esto? Aunque la magia puede crear vida solo debería corresponder a los dioses crear razas de esta forma tan correcta.
Ghagkrik mientras se acerca a la mesa. – Un gusto conocerle Gaanynk, mi nombre es Ghagkrik, como puedes comprobar tampoco soy algo común por estos lares. Mi compañera se llama Morthandari, puede ayudarle con cualquier cosa relacionada con la magia del artefacto.
Gaanynk se acerca a la mesa. – Estoy acostumbrado a estar rodeado de gente rara y toda ayuda sobre el artefacto será bienvenida. ¿De qué se trata?
Ghagkrik aparta una tabla de la mesa y saca de su interior el joyero escondido.
Morthandari se levanta y se acerca lentamente: Un aura amarilla resurge de su interior intermitentemente. Cuando intentas abrirlo las filigranas doradas chisporrotean y lanzan un conjuro de choque que lanza por los aires y paraliza al sujeto. La energía parece tener una fuente de poder inagotable. Los vientos mágicos se arremolinan en el sentido de las agujas del reloj y descienden hasta la base del objeto.
Gaanynk va a poner sus manos en el objeto pero Ghagkrik se interpone. – Solo tienes que eliminar el encantamiento protector, no te sobrepases porque podrías dañar lo que hay en su interior… que por supuesto debe seguir intacto. – Ghagkrik se aparta.
Gaanynk agarra el joyero y comienza a examinarlo. – De acuerdo no os preocupéis, ¿donde puedo examinarlo con tranquilidad?
Morthandari abre una puerta de la sala. – Esta es mi sala de estudio, puedes usar los materiales que necesites.
Gaanynk comienza a caminar con el joyero en las manos: InteresanteInteresanteQueArtefactoMásInteresanteQueEncantamientoMásInteresanteOtroMásParaAñadirAMiColecciónOtroMásParaEnfadarAlCaudilloOtroMásParaReirmeDeLosArcanos.
en respuesta a: El Ala Plateada #341937Capítulo 6. Éxito o no.
Aunque el plan había tenido sus altibajos, sobre todo por lo ocurrido al final, habían conseguido su objetivo, el joyero de la matriarca de los Celedan. En su interior se encontraban multitud de objetos de incalculable valor, en su mayoría joyas de una sobresaliente manufactura.
Llegaron a Anduar, dejaron el carruaje en las cuadras más cercanas a la casa de Ghagkrik y se introdujeron en su interior sin que nadie pudiera ver que llevaban cargando la bolsa.
Ghagkrik aún llena de polvo cierra la puerta después de que entren todos: ¡¿Por qué demonios activaste el dispositivo?! ¡Era solo en caso de emergencia!
Morthandari se acerca a Ghagkrik: Relájate, nos van a escuchar…
Ghagkrik respira profundamente y cierra sus ojos un par de segundos: ¿Podrías explicarme porque has activado el dispositivo?
Ugrum totalmente tranquilo mientras saca de la bolsa de tela el joyero: Iban a descubrirme y no me tocó otra opción que usarlo… Pensaba que contabais con ello y por ello os pusisteis en el ala oeste de la sala.
Morthandari continúa tranquilizando a Ghagkrik: Se suponía que era como última opción.
Ugrum pone con cuidado el joyero encima de la mesa: Hubiera preferido no tener que usarlo… pero era eso o quedarnos sin el joyero.
Ghagkrik pone sus brazos sobre la mesa y baja su cabeza: Al menos espero que no te haya visto nadie…
Ugrum inspecciona el joyero de madera de ébano con filigranas doradas buscando la forma de abrirlo. – Bueno… eso si que pasó, pero por suerte está solucionado.. – Al tocar la filigrana principal un destello eléctrico surge de la caja introduciéndose en el cuerpo del goblin y lanzándolo por los aires entre espasmos.
Ghagkrik corre hacia el goblin para intentar ayudarlo mientras se encuentra en el suelo completamente inmovilizado. Al acercarse comprueba su estado y nota como se encuentra paralizado por algún conjuro mágico, acerca su boca a su oído y comienza a tararear una dulce melodía.
Morthandari se acerca a la caja con cuidado y comienza a examinarla sin tocarla. – ‘magius is iseio’. – Una luz amarilla surge del contorno del joyero concentrándose en la filigrana dorada de la apertura y realizando un fuerte destello cegador.
Tras unos segundos la mágica melodía de la arpía parece funcionar y Ugrum comienza a recobrar sus movimientos: ¿Pero qué demonios ha pasado? ¿Qué es este encargo?
Ghagkrik examina el estado del goblin: Ya te encuentras mejor, parece que solo era un pequeño conjuro de inmovilización.
Ugrum algo entumecido aún continúa: ¿Qué clase de persona encanta un simple joyero personal con este tipo de magia?
Morthandari sin perder de vista el joyero: Una que guarda algo de gran valor…
Ghagkrik se acerca a la mesa y al mirar el objeto puede observar como chispas doradas parecen salir del cierre haciéndolo brillar tenuemente.
Ugrum se acerca a las chicas: ¡Yo no pienso poner de nuevo mis preciadas manos en ese artefacto!
Morthandari dice. -Ni tú ni ninguna de nosotras . – Gira el cuello mirando a Ghagkrik esperando su decisión.
Ghagkrik pone su mano derecha en su barbilla y la frota unos segundos. – Parece que no nos queda otra que pedir ayuda a ese goblin rarito…
Ugrum se enfurruña: ¡Ese es solo un engendro!
Morthandari carcajea ligeramente: Un engendro que es capaz de canalizar la magia a su antojo.
en respuesta a: El Ala Plateada #341802Capítulo 5. Una terrible explosión.
Todos los asistentes a la subasta benéfica se encontraban sentados en sus respectivas sillas. Entre ellos ya se encontraban Ghagkrik y Morthandari. Diferentes artículos de lujo comenzaron a pasar frente a ellos y eran subastados uno tras otro.
Morthandari se percata de un precioso vestido de seda con diamantes y susurra a Ghagkrik al oído.- Podríamos pujar por ese.- Tras esto le dedica una ligera sonrisa.
Ghagkrik se acerca al oído de la semi-drow. – Seguro que un futuro no muy lejano podremos tener cientos como ese. – Se aleja sonriendo.
El subastador pega con su martillo de madera sobre la mesa adjudicando el vestido que estaban viendo a una joven semielfa. – Adjudicado al número 4, enhorabuena.
La semielfa carcajea despectivamente y se levanta de la silla gritando de alegría. Morthandari la mira con desprecio. – Menuda malcriada…
El subastador vuelve a martillear. – El siguiente objeto en ser subastado es una donación por parte de la pintora Lady Ghagkrik. – Dos mayordomos cargan el cuadro cubierto por una fina tela y lo colocan tras el subastador. Tras ello dejan caer la fina tela que lo cubría mostrándolo a todos. Los espectadores comenzaron a aplaudir entre murmullos de sorpresa.
Morthandari mira a la arpía: Parece que ha gustado.
Ghagkrik sonríe levemente: Eso ya lo daba por hecho.
Lady Amira sentada un par de filas más adelante se gira buscando la mirada de la arpía. Cuando ambas se están mirando la anfitriona asiente a la arpía en señal de aprobación por la obra. Ghagkrik le devuelve la seña por cortesía.
Algunos asistentes realizan ciertas miradas a Morthandari ya que en el cuadro aparece semidesnuda. Esta las devuelve con una amplia sonrisa mientras cierra sus ojos, lo que hace que se pongan algo nerviosos.
La subasta comienza y la puja empieza a subir como la espuma con Lady Amira como principal postora. Después de ofertas reñidas y llegando a un precio de 200 platinos, la damisela de los Celedan estaba a punto de quedarse con él. El subastador levantó su martillo.- A la de 1… A la de 2… A la de… – De repente una fuerte explosión surgió del ala este del gran salón. La onda expansiva fue tan fuerte que incluso el subastador cayó al suelo.
La pared salió volando por los aires y todo se llenó de cascotes, polvo, humo y fuego. La gran mayoría comenzaron a correr hacia el exterior totalmente cubiertos de polvo. Entre ellos se encontraban Ghagkrik y Morthandari que llevan un pañuelo en la boca para evitar tragarlo.
Ambas salieron fuera mientras veían como todos a su alrededor gritaban y corrían presas del terror. Algunos buscaban a familiares y amigos entre los escombros otros se apresuraban a apagar las llamas.
Morthandari miraba con pena algunos cuerpos que veía derrumbados por la zona.
Ghagkrik agarró fuerte del brazo a Morthandari para no separarse: No te distraigas.
Continuaron corriendo hacia las afueras sorteando a algunos heridos y a gente pidiendo ayuda. El jardín parecía un completo campo de batalla, rocas de la estructura central habían llegado hasta la misma puerta de la villa, el fuego y el humo lo rodeaba todo.
Aún aturdidas por la explosión consiguieron salir por las puertas principales de la villa y tras varios pasos por un pequeño camino que se hizo eterno consiguieron llegar a los llamados campos de Celedan.
Tras llegar a ellos se subieron a un pequeño carruaje. Tras esto el carruaje salió a toda marcha hacia la ciudad de Anduar.
Ghagkrik miró a Morthandari preocupada por si le había ocurrido algo: ¿Estás bien?
Morthandari de la misma forma comienza a preocuparse por la arpía.- ¿Y tú? – Continúa tocándole los brazos y la cara para asegurarse que todo está bien.
Tras reconocer que ambas estaban bien terminaron en un relajado abrazo. La arpía miró hacia el asiento que tenía enfrente y en él había una bolsa de tamaño mediano, además de reconocer al cochero que conducía el carromato.
en respuesta a: El Ala Plateada #341713Capítulo 4. La caja
Tras caminar por un largo pasillo, Ugrum se separó del grupo y se adentró en una de las habitaciones cercanas. Morthandari y Ghagkrik prosiguieron su camino hacia la habitación trasera donde se encontraban los objetos a la espera de ser subastados.
Ugrum sacó una bolsa de dimensiones medianas de un cubo cercano y la abrió. En su interior había los mismos ropajes que el de los mayordomos de la casa. Cambió sus prendas por ellas y las volvió a guardar en el mismo sitio. Tras eso salió de nuevo en la misma dirección a la que se dirigían sus compañeras.
Morthandari y Ghagkrik llegaron a la habitación, numerosos trabajadores cargaban cajas de un lado a otro dirigidos por Lady Amira Celedan.
Ghagkrik se dirige rápidamente hacia la doncella: Saludos, estáis impresionante mi señora.
Lady Amira voltea hacia la arpía. – Oh, mi señora mi señora, dejaos de protocolos. – Agarra a la arpía del brazo. – Estoy deseando ver el cuadro que nos habéis regalado para la subasta.
Ghagkrik asiente con la cabeza mientras ríe ligeramente: Estoy segura que tendrá éxito y podrá conseguir una cuantía generosa para los afectados por el temporal.
Morthandari las sigue unos pasos atrás mientras ambas charlan de arte en general hasta que encuentra su caja: Disculpen las molestias, pero esta es la caja del cuadro.
Lady Amira se gira ligeramente.- Oh, abrámosla entonces, estoy deseando verlo. – Se gira y llama a uno de los mayordomos haciendo un chasquido de dedos. – Abra la caja de lady Ghagkrik.
En ese momento Ugrum vestido de mayordomo entró en la sala intentando camuflarse entre la multitud de mayordomos que estaban trabajando.
Ghagkrik se interpone entre el mayordomo y la caja.- Oh, disculpe pero el trato era que el cuadro se vería por primera vez en la subasta. – Por favor señora déjenos ocuparnos a nosotras y a uno de sus mayordomos, cuando llegue la hora lo verá en el salón principal.
Lady Amira se gira riendo. – Está bien, está bien, espero que la espera merezca la pena de verdad. – La doncella chasquea varios dedos indicando a los mayordomos que abandonen el lugar.
Morthandari se gira y ve Ugrum cerca de la entrada: Señora ese bajito podría sernos útil para lo que necesitamos.
Ugrum se acerca cabizbajo y se coloca tras la caja del retrato.
Lady Amira sin echar demasiado cuenta levanta su mano como aprobación y se marcha de la sala tras el resto de mayordomos.
Cuando salen todos de la sala los tres comienzan a desempacar la enorme caja de madera. El cuadro se encontraba envuelto en una gruesa tela para evitar que se rompiera con algún golpe que no pudieran controlar. Bajo el cuadro se encontraba otra caja de madera pero mucho más pequeña.
Ugrum coge la caja de abajo del todo y la saca de la caja grande: Es tu turno…
Ghagkrik saca el cuadro de la caja y lo desenvuelve con cuidado para ver si todo está en orden.
Morthandari se acerca a la pared norte y posa su mano en ella.
Ugrum la sigue de cerca y por curiosidad pega su oreja a la pared para intentar oír algo tras ella.
Ghagkrik saca una pequeña armónica y comienza a tocarla para evitar que el ruido que Morthandari pueda causar se escuche fuera de la sala.
La semi-drow comienza a realizar trazos de runas y líneas sobre la pared creando una pequeña puerta totalmente dibujada, tras ello recita unas palabras.
La puerta realizada por Morthandari comienza a materializarse lenta y verticalmente por la pared hasta convertirse en un portón de madera auténtico.
Morthandari mira a Ugrum: Trilero… te esperamos en el punto de encuentro.
Ghagkrik se acerca a Ugrum y le da un pequeño dispositivo: Trilero recuerda el mapa que trazamos, el lugar está repleto de trampas si algo va mal recuerda activarlo.
Ugrum dice enfadado: No hace falta que me tratéis como a un tonto, ya sé todo lo que tengo que hacer… es fácil para mi un cambiazo y salir airoso.
Ugrum atraviesa la puerta bajo la atenta mirada de las féminas, que algo preocupadas se giran para seguir con su trabajo. La puerta desaparece cuando el goblin la atraviesa dejando la pared totalmente intacta.
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