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  • Athewin
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    Capítulo 22. Descanso en las ruinas. 

    El Sendero de la Negra Sangre llegó a su final. El sendero se encontraba por fin libre de ceniza y podía observarse su verdadero color, un carmesí oscurecido. Pero en lugar de ceniza, eran restos de piedras y escombros lo que infestaban el camino. Las ruinas del Templo de Deghbah se extendían desde el final del camino por el que venían hasta el comienzo del siguiente, por lo que tendrían que atravesarlas y, de paso, aprovechar para esperar hasta que la noche de luna llena por fin llegase. 

    Suhhein dice: Deberíamos parar bajo la protección de estas ruinas para comer algo y coger fuerzas para la noche. 

    Gruzzt balbucea asintiendo: ¡A Gruzzt no gustar luz! 

    Ambos se adentran en las ruinas del glorioso templo de Deghbah. Al sur podía visualizarse el transparente Lago de Cristal. En los escombros por los que pasaban podían verse grabados de la Segunda Era en los que se relataban la pérdida de grandes amigos del antiguo dios del Bien, Paris, causadas por el demonio Deghbah. La explanada de la construcción se encontraba formada por numerosos ladrillos amontonados que hacían distinguir la distribución del templo, gracias a algunas columnas que aún se conservaban en pie y a que las bases de las paredes aún asomaban entre el suelo. 

    Bajo uno de los pocos techos que se encontraban aún sin destruir Suhhein y Gruzzt se protegieron de los rayos de sol que molestaban al troll. 

    Gruzzt aprovechó para desempolvar su olla de hierro oxidado. 

    Gruzzt balbucea: ¡Gruzzt cocinar rico! 

    Suhhein pone cara de asco. 

    Suhhein dice: Ya conozco cuales son esos platos riquísimos de los que hablas… 

    Suhhein coloca una manta en el suelo, pone encima sus pertrechos y aprovecha para echarse un rato para descansar. 

    Gruzzt balbucea: ¡Gruzzt buscar comida! ¡Gruzzt tener hambre! 

    Gruzzt comenzó a registrar los alrededores cercanos al refugio improvisado y habiendo pasado solo unos minutos regresó triunfante con un par de culebras que había encontrado por la zona. 

    Gruzzt balbucea: ¡Gruzzt encontrar comida! ¡Gruzzt hacer rica sopa! 

    Gruzzt deja las culebras en un lado y se marcha con su olla a coger agua del lago de cristal. 

    Suhhein aprovecha para despellejar las serpientes y meter en su interior algunas especias de Al-qualanda que siempre lleva en sus pertrechos para dar cierto sabor picante a la comida. Luego vuelve a su posición de descanso. 

    Gruzzt llega pasado unos minutos con la olla llena de agua. 

    Gruzzt balbucea: ¡Gruzzt necesitar fuego! 

    Suhhein coloca varias ramas para acomodar la olla y pone sus manos sobre ellas que comienzan a arder en pequeñas ascuas. 

    Suhhein dice: Ahí tienes tu fuego. 

    Gruzzt balbucea contento: ¡Gruzzt tener fuego! 

    Gruzzt coloca la olla en el fuego y cuando el agua comienza a hervir arroja las serpientes sin percatarse de que ya han sido despellejadas. Lentamente comienza la olla mientras comienza a echar en ella algunas plantas de dudosa procedencia y algunos tubérculos podridos que lleva consigo. 

    Gruzzt balbucea: ¡Serpiente gustar a Gruzzt! 

    Gruzzt coge su cuchara de palo roída y prueba un poco de la sopa. 

    Gruzzt balbucea: ¡Gruzzt mejor cocinero! 

    Al cabo de unos segundos un picor comienza a recorrer la lengua y garganta de Gruzzt dejándoselas adormecida. 

    Gruzzt balbucea con la lengua dormida: ¡Grusst picad! 

    Suhhein sonríe levemente, coge uno de sus utensilios y se saca algo de comer de la olla. Luego comienza a comer tranquilamente. 

    Suhhein dice: ¡Esto está riquísimo, con razón eres el mejor cocinero de la horda negra! 

    Gruzzt balbucea sorprendido: ¡Grusst mejod cosinedo! 

    Tras comer algo y descansar para recuperar energías, el sol comienza su ocaso. El pequeño grupo recoge sus pertenencias y retoman de nuevo su camino hacia el norte llegando a la senda del septentrión. Al sur, dejaban las ruinas del Templo de Deghbah, que desde esa posición superior se veía como un mapa trazado sobre el suelo. Un camino serpenteante, oscuro y grisáceo les esperaba en sus andanzas hacia el tenebroso bosque de Taubûrz. 

    Athewin
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    Capítulo 21. El Bosque Baldío. 

    Las noticias de los arcanos llegaron a Suhhein a través de intermediarios del Caudillo, que lo instaron a caminar hacia el norte de la fortaleza para llegar al Bosque de Taubûrz cuando la Velian se encontrara completamente llena. Sus conocimientos de astronomía hacia la tarea de ir en el momento adecuado relativamente fácil, lo que iba a resultar más complicado era adentrarse en dicho bosque. Por todos era conocido que el bosque estaba ‘prohibido’ ya que los no-muerto vagaban por aquellos parajes sin ningún tipo de control. 

    Suhhein salió de la fortaleza por la puerta norte de la fortaleza, seguido de Gruzzt, al que el Caudillo había puesto como ‘seguridad’ para que al orgo no le ocurriera nada, ya que atravesar el Bosque Baldío para un enemigo de la fortaleza podía ser su sentencia de muerte. En este bosque muchos de los reclutas realizan sus entrenamientos y el simple hecho de que se cruzaran con él podía desatar una sangrienta lucha. 

    Siguieron el sendero que une Golthur-Orod con dicho bosque. Se trataba simplemente de un camino de tierra que atravesaba la muralla de la fortaleza y descendía hasta el camino circundante para proseguir rumbo norte. Paso a paso llegaron al tétrico, macabro y archiconocido Sendero de la Negra Sangre. Aunque este antiguo camino se utilizó durante la Segunda Era como zona de combate habitual para las Batallas de la Liberación y recibió el sobrenombre de negro ya que el sendero acabó tiñéndose de negro por las duras y dolorosas pisadas que los orcos de Golthur Orod, en la actualidad se le ha sumado la incesante lluvia de ceniza del volcán de N’argh para acrecentar aún más este oscurecimiento. 

    El camino parecía obstruido por una enorme roca volcánica por lo que tuvieron que dar un rodeo y adentrarse hacia el este por el Bosque Baldío. Antiguamente conocido como el Bosque de Aleb Sul, era utilizado por la horda como coto de caza y lugar de entrenamiento al aire libre. Tras la explosión del volcán el bosque quedó totalmente consumido en fuego y magma, por lo que hoy día solo es un conjunto de árboles muertos y ceniza poblado por cuervos, ogros y unos diablillos que se alimentan de este hollín conocidos como devoradores de ceniza. 

    Tras varias horas vagando perdidos por el bosque en la que tuvieron que luchar con algunos esqueletos calcinados que, por alguna magia necromántica, habían vuelto a la vida, una enorme figura peluda se mostró ante ellos. Se trataba de Lhurshak el gnoll que Suhhein había conocido en la prisión de la fortaleza. Al parecer el caudillo le había dejado libre e iba a ser el enlace entre el círculo del simbionte y la horda negra. Suerte que lo encontraron, o él les encontró, ya que el gnoll los guio correctamente hacia la salida noreste del Bosque baldío donde seguirían el sendero que antes habían abandonado. 

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    Athewin
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    Capítulo 20. El intermediario. 

    El arcano de las runas se impacientaba, había hecho llamar al intermediario hace ya unas horas y aún no había llegado. El sonido de sus pisadas hacía eco entre los pasillos silenciosos del cuarto nivel de la fortaleza. Los sellos flotantes y brillantes de las bóvedas no paraban de cambiar de posición siguiendo los pasos del encapuchado que maldecía sin parar aquella magia de protección que algún malnacido había vertido sobre la runa que estaba investigando. 

    Arcano de las runas susurra: Maldito intermediario…  

    (Eco) diario… rio… 

    Arcano de las runas susurra: Siempre tarda demasiado cuando se le necesita…  

    (Eco)cesita… ita… 

    El arcano se detiene unos minutos observando el lienzo sobre el que el cartógrafo pintó aquel dibujo. 

    Arcano de las runas susurra: Velian era la clave…  

    (Eco) clave… ve… 

    La pequeña goblin se adentra por los pasillos del cuarto nivel, evitando cruzar la mirada con los guardias que custodian el nivel. Finalmente encuentra los aposentos del Arcano. 

    Arcano de las runas se percata de la presencia de la goblin. 

    La goblin, haciendo un esfuerzo, dedica una extraña sonrisa al arcano. 

    Arcano de las runas susurra: Intermediario…  

    (Eco)diario… rio… 

    Wub asiente con la cabeza, mientras exclama ¡WUB! 

     Arcano de las runas susurra: ¿Por qué has tardado tanto esta vez?  

    (Eco)Vez… 

    La goblin saca un trozo de comida reseca y se lo muestra al arcano. 

    El arcano mira con un gesto de desprecio a la goblin. 

    La goblin guarda, con cierto recelo, la carne de nuevo entre sus pertenencias. 

    Arcano de las runas susurra: Tienes que llevar un mensaje al Caudillo…  

    (Eco)Dillo… illo… 

    La goblin se rasca el cuero cabelludo y finalmente asiente al arcano. 

    Arcano de las runas susurra: El orgo puede ser la pieza que necesitamos…  

    (Eco)sitamos… amos… 

    Arcano de las runas susurra: Debe marchar al oscuro Bosque de Taubûrz cuando Velian se encuentre en su máximo esplendor…  

    (Eco)plendor… dor… 

    Arcano de las runas susurra: La luna le mostrará el camino a uno de sus seguidores… 

    (Eco)dores… res… 

    La goblin señala en dirección norte y después hacia el cielo, parece que ha entendido el mensaje. 

    La goblin se encamina hacia la puerta de los aposentos del Arcano de las runas, dispuesta a llevar a cabo su encargo. 

    El arcano lanza una bolsa de monedas a Wub antes de que se marche. 

    Arcano de las runas susurra: Tu pago, como siempre…  

    (Eco)pre… 

    La goblin alcanza la bolsa antes de que toque el suelo y se adentra por los pasillos del cuarto nivel de fortaleza, ahora sólo tiene que encontrar al Caudillo. 

    Vuldeck, el Caudillo supremo de la Horda Negra, se encontraba sentado en el Trono del Dragón de Huesos, limpiando el filo de su Cimitarra Demoniaca después de una dura sesión de entrenamiento con los reclutas del Ejercito Negro. 

    Uno de los guardias Lorzuruk se adentró en el trono y con voz algo trémula, como siempre que se enfrentaban al caudillo, dijo: Señor, hay un goblin fuera con una actitud bastante extraña. 

    Vuldeck con su poderosa voz respondió: ¿A qué te refierez con extraña? 

    La goblin espera en la entrada del trono, dándose golpes en el pecho insistentemente y señalando hacia el trono… 

    Guardia Lorzuruk dice: Quiero decir, mi caudillo, que no para de señalarse en el pecho y después señalar hacia el salón del trono. Creo que quiere tener una audiencia con vos. 

    Vuldeck sentencia: Dejadlo pazar, a ver que quiere. 

    La goblin se abre paso entre los guardias Lorzuruk, en dirección al Trono de Huesos, finalmente se detiene a unos pasos de la imponente figura del Caudillo. 

    La goblin realiza una extraña mueca mientras señala con el dedo hacia arriba. 

    Con un gesto de exasperación, Vuldeck, se dirigió al pequeño goblin: Acaba debilucho, no tengo todo el día para intentar ezclarecer tuz galimatíaz y me ziento canzado dezpuéz de dizciplinar a loz nuevoz reclutaz. 

    La goblin, asintiendo, saca una pequeña bolsa de cuero de entre sus ropajes y, abriéndola con cuidado, la vacía sobre el suelo de adoquines oscuros… 

    Vuldeck mira con curiosidad el contenido de la bolsa, ahora esparcido por el suelo. 

    Una pequeña superficie del suelo ha quedado cubierta por una arena rojiza. 

    La goblin, agachándose sobre la arena, comienza a dibujar algunos trazos finos sobre ésta, ayudándose de la uña de su dedo meñique. 

    La primera de las figuras comienza a parecerse a un extraño ser, con unos vestigios de cornamenta en su cabeza. 

    Vuldeck pregunta: Arena rojiza, y una criatura con cuernoz. ¿Ezo reprezenta un orgo, debilucho ? 

    La goblin asiente con insistencia al Caudillo mientras exclama ‘!WUB!’. 

    Vuldeck afirma: Imagino que te referiráz al orgo que tenemoz últimamente por la fortaleza, continua. 

    La goblin sonríe, satisfecha de que el Caudillo le haya entendido, pensaba que iba a costarle más. 

    La goblin muestra al caudillo uno de sus collares, compuesto por una fina cadena de plata y una pequeña gema verde. 

    Vuldeck dice: ¿Que le pasa a tu collar? 

     La goblin suspira, parece que el Caudillo no ha entendido nada. 

    La goblin se inclina de nuevo sobre la arena y dibuja un círculo y lo que parece una luna menguante, mientras realiza un extraño movimiento con sus manos, como si estuviera formulando un hechizo. 

    Vuldeck con un suspiro reflexivo dice:¡Waaaaagh!,  Un collar con una gema verde, una luna, y un hechizo. Te eztaz refiriendo a la luna Velian imagino. Azí que tenemoz al orgo y Velian, continua y a ver zi acabamoz con ezto de una vez. 

    La goblin, señalando con insistencia el círculo al lado de la luna menguante, indica con su dedo en dirección norte. Una vez hecho esto, dibuja lo que parecen unos raquíticos árboles y algunas calaveras. 

    Vuldeck dice: Vale, la luna el orgo y ahora un bozque hacia el norte, puede zer el Bozque Baldío…  

    Wub niega con la cabeza, mientras dice ¡WUB WUB! 

    Vuldeck dice: o el bozque de Taubûrz… 

    Wub asiente con la cabeza, mientras exclama ¡WUB! 

    Vuldeck con un gesto firme pregunta: ¡Waaaaagh!,  Vale, entoncez recapitulando, ¿el orgo debe realizar algún tipo de encantamiento a Velian en el bozque de Taubûrz? 

    La goblin asiente al Caudillo mientras dibuja sobre la arena un círculo junto a la luna menguante. Una vez finalizado el dibujo lo golpe con la uña de su meñique en repetidas ocasiones. 

    Vuldeck pregunta: Vale, debe realizar zu encantamiento cuando Velian ze encuentre llena. ¿Ez correcto Wub? 

    La goblin asiente con la cabeza, mientras exclama !WUB!. 

    Vuldeck dice: Muy bien Wub, dizpondré una ezcolta para el orgo cuando Velian ze encuentre llena, para que pueda realizar zu encantamiento. Graciaz por tuz zervicioz, debilucho , aunque ojala loz Arcanoz tuvieran otro emizario que no me hiciera perder la cabeza cada vez que tengo que dezcifrar zuz dezignioz… 

    La goblin sonríe feliz, ha transmitido correctamente el mensaje, el Arcano de las runas no volverá a enfadarse con ella. De un puntapié en la arena borra todos los pequeños dibujos que había hecho y abandona las estancias del Caudillo. 

    Athewin
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    Capítulo 19. La demostración. 

    El goblin tenía clara las indicaciones que Timotivac le había indicado previamente. Adelantó la segunda palanca y giró la manivela para dejar paso al cargamento que daría paso a la primera demostración de poder de la MáquinaParaRealizarMultiplesAccionesPeroSobreTodoGrandesExplosiones. 

    Timotivac saca uno de sus ingeniosos aparatos llamado por él mismo AparatoParaAmplificarSonidosDeTodoTipo y lo acerca a su boca. 

    Timotivac exclama: Hihohihohi ¡AdelanteConLaDemostración! Hihohihohi ¡PrimeramenteVeréisLaCatapultaDeEspecímenesDeDiferentePesoYTamaño! 

    Desde una vivienda cercana salen un par de goblins vestidos de unos trajes de cuero negro muy ceñidos al cuerpo. Entre sus brazos y torsos puede verse una ligera membrana de color verdáceo que parece expandirse cuando alzan sus extremidades. En su cabeza puede verse un par de anteojos que se encuentran bien ajustadas a través de una cinta de goma. 

    Los goblins se acercan a la gran máquina y Gruzzt se encarga de cogerlos en peso y colocarlos en una enorme cuchara que hay en uno de los lados del gran cañón. 

    Gruzzt balbucea: ¡Gruzzt! ¡Goblin bola pequeña o goblin poder morir! 

    Los goblins se ajustan las gafas en sus ojos perfectamente y se colocan en forma de esfera para poder ser disparados de forma correcta y no acabar esparcidos como otros de los de su especie. 

    Suhhein se acerca a los goblins y marca las membranas de sus trajes con una pequeña runa para hacerlos sentir más ligeros, posteriormente da una pequeña palmada en sus hombros para darles algo más de confianza. 

    Timotivac exclama: Hihohihohio ¡ALaDeTres! ¡UnaDosYTres! 

    Timotivac da la orden con su mano al goblin maquinista que pulsa el botón, en ese momento la máquina comienza a revolucionarse y tras un agudo sonido lanza a través del cañón a los dos goblins que, tras llegar más alto que la muralla de la fortaleza de Golthur, extienden sus brazos y comienzan a planear lentamente, uno al otro lado de la muralla y otro en el lugar donde se encuentran para hacer ver el Caudillo el funcionamiento de la caída. A unos 15 metros de tocar suelo, el goblin acciona un botón de su traje y un paracaídas sale de su espalda haciéndolo caer al suelo de forma leve y sin un rasguño visible. 

    Gritos de guerra de orcos se escuchan como festejo ante tal hazaña. 

    Vuldeck sorprendido desde su trono da unas pequeñas palmas aprobando lo que acaba de ver. 

    Vuldeck dice para sí mismo: Con ezto podríamoz azaltar ciudadez sin tantoz Znagaz. 

    Vuldeck hace un pequeño gesto con la mano a Timotivac para que continúe. 

    Gruzzt se dirige al ruidoso motor de la máquina y comienza a lanzar troncos en ella para que no le falte combustible. 

    Suhhein se acerca al maquinista y le da las órdenes para la siguiente demostración. 

    El goblin maquinista atrasa la segunda palanca, adelanta la tercera y tuerce la primera, luego gira la manivela en el sentido contrario de las agujas del reloj. Tras esto, un ruidoso sonido de engranajes se escucha claramente y se puede ver como parte del tambor de la máquina comienza a moverse hasta que termina de encajar. 

    Suhhein se acerca a unos tubos cercanos a la entrada del cañón y los conecta con otros que salen de unos recipientes enormes colocados en la parte trasera de la construcción. 

    Gruzzt tras echar el combustible coloca a unos treinta metros delante del cañón varios muñecos de madera y vuelve a su posición rápidamente. 

    Gruzzt balbucea: ¡Gruzzt siempre correr! ¡Gruzzt solo querer cocinar! 

    Timotivac exclama: Hihohihohio !AhoraVeréisElGranLanzadorDeLlamasADistanciasMuyLargas! 

    Timotivac realiza de nuevo el gesto al goblin para que vuelva a activar la máquina. 

    El operario pulsa de nuevo el botón y una bocanada de fuego surge de la boca del cañón engullendo todo a su paso en llamas. Tras pasar unos diez segundos, el combustible se acaba y solo puede verse ceniza donde se encontraban los muñecos de madera. 

    De nuevo gritos orcos surgen de todas partes de la fortaleza, alentando la destrucción vista. 

    Vuldeck se levanta de su trono y vuelve a dar unas palmadas. 

    Vuldeck dice: ¡Con ezto podremoz arrazar pobladoz enteroz zin esfuerzo! 

    Timotivac alza sus manos. 

    Timotivac exclama: Hihohihohio ¡EsperenEsperenAúnQuedaLoMejor! 

    Suhhein se acerca de nuevo a la entrada del cañón y desconecta los tubos que antes había conectado. 

    Gruzzt coge una de las enormes balas que antes había colocado cerca del tambor y espera a que el goblin de dentro realice la secuencia para cambiar el engranaje. Primera palanca izquierda, segunda palanca derecha, tercera palanca hacia abajo. El engranaje de la máquina vuelve a cambiar haciendo el hueco correcto para que troll pueda colocar la enorme munición. 

    Timotivac exclama: Hihohiho ¡AhoraSíComprobaréisElEnormePoderDe…! Hihohiho ¡LaMáquinaParaRealizarMultiplesAccionesPeroSobreTodoGrandesExplosiones! 

    Todos se alejan de la máquina mientras el goblin comienza a girar una manivela muy rápidamente haciendo que el cañón comience a subir apuntando por encima de las murallas. Cuando termina de alzarse por completo el operario pulsa el botón y un sonido agudo comienza a escucharse. 

    Timotivac exclama: Hihohihohiho ¡Para…! 

    El cañón se fractura por el medio creando una gran explosión en la zona, todo se llena de polvo debido a la onda expansiva y todos los que estaban viendo esto caen al suelo mientras solo pueden escuchar un molesto pitido en sus oídos.  

    Gruzzt levanta a Timotivac de entre una montaña de polvo. 

    Gruzzt se quita el polvo mientras balbucea: Gruzzt, Máquina hacer Bum. 

    Timotivac aún con ese sonido molesto en el oído se pone de rodillas en el suelo. 

    Timotivac dice: Hihohihohio LeDijeQuePararáElSonidoEraDemasiadoAgudoAlgoIbaMal Hihohiho 

    Suhhein aún conmocionado por la explosión se acerca a lo que queda del receptáculo de mando en el que solo encuentra vísceras y restos de lo que era el goblin que manejaba la máquina. 

    Vuldeck se acerca totalmente cubierto de polvo a Timotivac y lo agarra de la cabeza con sus dos brazos. 

    Timotivac exclama: Hihohihohio ¡SeñorNoEsCulpaMíaHaSidoEseGoblinTorpeYoNoHeTenidoNadaQueVer! 

    Vuldeck dice con una sonrisa en la cara: Conztruye una catapulta como la que lanzó a ezoz goblinz por encima de miz murallaz, hazla máz pequeña y ponle ruedaz para que Gruzzt pueda tranzportarla y comenzaremoz a azediar ciudadez. 

    Vuldeck vuelve a dejar a Timotivac en el suelo. 

    Vuldeck dice: Gruzzt ayuda al gnomo en lo que puedaz y que el orgo también oz ayude. 

    Gruzzt balbucea: ¡Gruzzt decir al orgo! 

    Vuldeck salió de la zona y se dirigió al trono del primer nivel de Golthur a meditar sus futuras acciones de agresiones sobre los reinos enemigos. El resto comenzaron con las tareas de limpieza de la zona para proseguir con una nueva construcción, aunque Timotivac deberá cambiar todos los planos para conseguir la catapulta que Vuldeck le ha pedido. 

    Athewin
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    Capítulo 18. La llamada. 

    Tras una ardua investigación, los ancestros, habían llegado a una complicada conclusión. Comprendieron la naturaleza mágica del hechizo de protección que la envolvía, pero esto no bastaba para poder proseguir con su estudio, romper ese conjuro de salvaguarda era primordial para poder continuar con todo esto. Tanto el arcano del dolor como el de las runas consensuaron un plan de actuación que incluía al cartógrafo. Este ser por parecido que tenga con el resto, tiene un talento especial, es capaz de proyectar mapas en cualquier tipo de material sin haber visto absolutamente nada. Según sus palabras, cuando él toca algún objeto que tiene algo que decir, el alma de ese objeto habla en su mente proyectando en la ubicación de su preocupación o su devenir. 

    Habían preparado un enorme lienzo de piel de orco sujeto en un raro caballete para que no perdiera el tiempo. Lo hicieron llamar y cuando llegó le explicaron el problema con la dichosa runa, aunque obviaron la parte en la que varios de los arcanos ‘desaparecieron’ al activarlas. El cartógrafo se acercó lentamente hacia la columna y posó su mano en la runa con sus ojos cerrados. Pasaron varios minutos totalmente en silencio, tanto el arcano de las runas como el del dolor se acercaron para ver que ocurría pues el cartógrafo seguía inmóvil, se encontraba en un profundo trance del que despertó con una exaltación cuando ambos se aproximaron con curiosidad para ver qué pasaba.  

    Tras abrir los ojos se dirigió tembloroso, pero con rapidez, a por una pluma y tinta, apartando de un empujón a los dos arcanos que se le habían acercado. Comenzó a realizar enormes trazos curvos en el lienzo, seguido de enormes manchurrones que parecían no tener forma alguna, hasta que tras una última pincelada y una rotación de 180º del lienzo se podían distinguir claramente tres partes, en la superior un cielo estrellado con Velian iluminándolo todo, en la central un oscuro bosque en la que se podían distinguir un claro sendero rodeado de peligros, en la inferior un templo en el que había destacado claramente lo que parecía ser un gran ánfora central.  

    Los dos arcanos agradecieron al cartógrafo por su trabajo, por supuesto, a través de una suculenta bolsa de monedas seguida de varios pergaminos con cierto interés. Ambos se quedaron mirando unos segundos el lienzo a la vez que se cruzaron una mirada de seguridad. El dibujo era claro, debían llamar al intermediario para que todo siguiera su cauce y poder tener más respuestas de aquello. 

    Athewin
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    Capítulo 17. MáquinaParaRealizarMultiplesAccionesPeroSobreTodoGrandesExplosiones. 

    Todo estaba preparado para las pruebas del gran cañón. Había una enorme expectación por parte de todos los componentes de la construcción, así como del resto de ciudadanos de la fortaleza que habían estado escuchando hablar de ello durante semanas. Una fila de orcos y goblins se preparaban en sus puestos para recibir al caudillo a la zona de pruebas. Al fondo podían verse como varias lonas parecían cubrir una enorme casa. 

    Vuldeck avanza por el camino hecho por los miembros de la horda negra entre gritos de guerra. 

    Los orcos gritan al unísono: ¡Groaaaaaaaaaaaaargh! 

    Vuldeck termina de pasar el pasillo se gira y exclama: ¡Por Gurthang! 

    Los orcos replican: ¡Por Gurthang! 

    Vuldeck vuelve a girarse y se dirige hacia la barricada de seguridad, donde se encuentran Timotivac, Gruzzt y Suhhein además de varios miembros de confianza del clan Burtzuluk. 

    Timotivac se reclina ligeramente haciendo una leve reverencia. 

    Timotivac dice: ¡Hihohihohiho! BienvenidoSeñorYaEstamosPreparadosParaEmpezar Hihohihohio EnCuantoGusteComenzaremosConLaDemostración Hihohihoh. 

    Gruzzt balbucea contento y alzando los brazos: ¡Gruzzt! 

    Vuldeck da unos toques en la panza de Gruzzt mientras sonríe. 

    Vuldeck dice: Yo también me alegro de verte Gruzzt. 

    Gruzzt balbucea: ¡Gruzzt contento! 

    Vuldeck se gira hacia Timotivac y dice: ¿Ha zido de ayuda el orgo? 

    Timotivac exclama: ¡Hihohiho ClaroQueSíGraciasASusRunasHemosPodidoEstabilizarElCalentamientoDelCañón hihohihohiho EsoHaráQuePodamosDispararConMásPotenciaYMásVeces Hihohihohio ElSofocoDelCañonEraDemasiadoYLosSistemasRefrigerantesNoPodían…. 

    Vuldeck alza su mano para que el gnomo se calle. 

    Vuldeck dice: No me hacen falta máz explicacionez 

    Vuldeck gira hacia Suhhein y dice: Hice bien en mandarte al gnomo. 

    Suhhein dice: He ayudado en todo lo que he podido, entiendo que por vuestra parte es recíproco. 

    Vuldeck sonríe levemente. 

    Vuldeck dice: Tránquilo, loz arcanoz ziguen eztudiando el tema, aún no tengo noticiaz pero algo me dice que tardaré poco en tenerlaz. 

    Suhhein asiente con la cabeza. 

    Suhhein dice: Espero que así sea, de todas formas, estoy abierto en ayudarles en todo lo que pueda. 

    Vuldeck dice: Cuando me avizen lo comentaré. 

    Timotivac se acerca a Vuldeck y dice: ¡Hihohihohio SeñorNoQuieroMolestarPeroVaAComenzar hihohihohio! 

    Vuldeck dice: Zi, claro…. 

    Vuldeck se sienta en un trono improvisado que le han puesto para el momento y tanto Timotivac como Suhhein se dirigen a la zona cercana a las lonas. 

    Gruzzt se dirige a la zona trasera de las lonas donde deja de verse por momentos. 

    Timotivac mueve sus manos y las alza hacia arriba, de las palmas de sus manos surgen unas esferas rojas luminosas que suben unos 20 metros y explotan creando un bonito efecto óptico seguidos de un sonoro comunicado. 

    ¡Bienvenidos a la inauguración de la MáquinaParaRealizarMultiplesAccionesPeroSobreTodoGrandesExplosiones! 

    Otras dos esferas más de color azulado surgen de sus manos y explotan a la misma distancia. 

    ¡Pueden aplaudir al talentoso ingeniero personal del caudillo de la fortaleza negra, el gran TIMOTIVAC! 

    Tras estas palabras en el propio sonido pueden escucharse aplausos que los orcos y goblins continúan algo confundidos por lo que está ocurriendo. 

    Suhhein dice: Pero ¿qué estás haciendo? 

    Timotivac dice: ¡Hihohihohiho! TodoHayQueMostrarloComoUnGranEspectáculo Hihohihohiho 

    Timotivac aún con sus manos alzadas lanza esta vez unas esferas de color verde. 

    ¡5… 4… 3… 2… 1…! 

    Suhhein, con la ayuda de la cuadrilla de orcos alrededor de las enormes lonas tiran simultáneamente de unas cuerdas colocadas sistemáticamente para que las telas caigan al suelo al unísono y dejar a vista de todos la enorme máquina de vapor construida con los planos del gnomo. 

    Gruzzt se sube al receptáculo de la máquina con unas enormes balas de hierro negro en su espalda y comienza a colocarlas cerca del tambor de carga. 

    Gruzzt balbucea: Gruzzt dejar en suelo con cuidado o poder hacer BUM. 

    Habiendo dejado todo listo para la demostración de su enorme máquina, Timotivac se dirige al receptáculo de mando para dar las últimas indicaciones al goblin que parece manejar aquel monstruoso aparato. Suhhein se asoma por el cañón para comprobar que no hay ninguna obstrucción en su interior y Gruzzt…. bueno simplemente con que no se tropiece y haga que todo explote tiene suficiente. Todo esto bajo la inquisidora mirada del Caudillo de la fortaleza negra y de cientos y cientos de miradas de ciudadanos indiscretos. 

    Athewin
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    Sirven para hacer npcs. 😀

    Athewin
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    Capítulo 16. Los arcanos. 

    Numerosas figuras cubiertas bajo tenebrosos ropajes de seda negra y huesudas manos se arremolinan alrededor de una de las columnas de la habitación en la que se encuentran multitud de símbolos grabados. Una neblina mágica parece rodearlos envolviéndolos, aún más si cabe, en un aura de misticismo. No se escucha absolutamente nada, un silencio sepulcral hace que los arcanos puedan estar aún más concentrados en las palabras que uno de ellos tiene que decir. 

    Arcano de las runas susurra: Ha sido encontrada…  

    (Eco) trada… ada… 

    Arcano de las runas susurra: La enorme prisión… 

    (Eco) prisión… sión… 

    Con su débil mano derecha comienza a tocar levemente en orden varias runas mientras pronuncia unas palabras. 

    Arcano de las runas susurra mientras roza la primera runa: Aghtaca… 

    (Eco) Aca… 

    Arcano de las runas susurra mientras roza la segunda runa: Grockdatum… 

    (Eco) ckDatum… atum… 

    Arcano de las runas susurra mientras roza la tercera runa: Lhaberiopol… 

    (Eco) Ripol… pol… 

    Arcano de las runas susurra mientras posa su mano completa en la cuarta y última runa: Hansester… 

    (Eco) Sester… ter… 

    Las runas comienzan a parpadear con brillantes tonos azulados durante varios segundos hasta que se mantienen completamente fulgurantes. Todos los arcanos reunidos agachan su cabeza y entrelazan sus pálidas extremidades mientras comienzan a murmurar un tétrico salmo. Al terminar su extensa oración las runas vuelven a titilar y se apagan permanentemente. De repente, una onda expansiva sale de la columna y choca contra parte de los integrantes haciendo que sus túnicas caigan al suelo sin dejar rastro alguno de sus cuerpos. 

    El Arcano del dolor que se encontraba presente en la ceremonia se acerca a una de las túnicas para examinarla, percatándose de que estas parecen estar completamente húmedas en su interior. Tras ver esto, coge varias de las túnicas y las dobla con exhaustivo cuidado. 

    Arcano del dolor susurra: Lo investigaré… 

    (Eco) Tigaré.. aré… 

    Arcano de las runas susurra: Debemos seguir aprediendo… 

    (Eco) Diendo… endo.. 

    Arcano de las runas susurra: El Caudillo solo debe ser avisado cuando sepamos la verdad de la prisión… 

    (Eco) Prisión.. ión.. 

    Todos los arcanos que quedaban en la zona, a excepción del de las runas que proseguirá con sus estudios, se separan y vuelven a sus quehaceres sin inmutarse de lo que acaba de ocurrir. Unas brillantes bandas de luz roja mágica recorren la pared al unísono con los pasos de los encapuchados alumbrándoles el camino hacia sus respectivas alcobas o salas de estudio.  

    Athewin
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    Es cierto que deben existir cambios pero yo no los enfocaría por ese camino. Mis propuestas son las siguientes:

    • Regeneración animal eliminado que usen el regeneración como cualquier otro clérigo que lo tnega. (Es demasiado op que vayas cambiando de forma para realizar tu rotación de daño y te vayas encima curando, eso te hace inmortal literalmente)
    • Tanto para druida como chamán un bloqueo para cambiar de forma/espiritu de 2-3 minutos, así debes elegir que forma usar y solo puedes cambiar una vez en medio de una lucha corta. Cosa que imposibilita usar una cantidad tan variada de ataques que genera unos daños desproporcionados.
    • En chamán pondría que cuando se cambia de espíritu se pierdan absolutamente todos los bufos del propio espíritu anterior, así no se verían barbaridades como se ven actualmente.
    Athewin
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    Capítulo 15. Máquinas de guerra. 

    Bajo la atenta mirada de la muralla de Golthur Orod, parcialmente sepultada bajo la lava del volcán de N’argh, se estaba construyendo la mayor máquina de guerra que Eirea haya podido ver a lo largo de toda su historia. En los planos de Timotivac ya parecía impresionante, pero verlo como estaban construyéndolo lo era más aún. En un lado una enorme fragua estaba volcando todo el fundido de hierro negro en los moldes que el gnomo había planificado. A su vez, una cuadrilla de una veintena de orcos junto a Suhhein se encontraba colocando un enorme andamio, también diseñado por Timotivac, con forma rectangular y un gran hueco en el centro. 

    Timotivac mientras agarra sus planos mira a la cuadrilla de orcos. 

    Timotivac exclama: ¡Hihohihohio MásALaDerechaNoHayHuecoParaPoderHacerElReceptáculoDeMovimiento! 

    La cuadrilla de orcos mira de mala gana al gnomo mientras prosiguen colocando el andamio siguiendo las indicaciones. De repente uno de ellos comete un error y una enorme viga se tambalea comenzando a desplomarse contra el suelo justo en la posición en la que se encontraba Suhhein. 

    Gruzzt haciendo uso de enorme tamaño y fuerza logra sostener la viga de madera antes de que caiga sobre el orgo salvándole de una muerte casi asegurada. 

    Gruzzt balbucea mientras deja poste en el suelo: ¡Gruzzt! ¡Orco torpe! ¡Gruzzt ser el más fuerte! 

    Suhhein exclama mirando al orco causante: ¡Maldito seas!¡Velian no tendrá piedad contigo al anochecer! 

    Gruzzt se yergue completamente y alza los brazos sintiéndose victorioso cuando golpea con uno de sus puños el andamio y este comienza a desmoronarse. 

    Suhhein, Gruzzt y los orcos que se encontraban en el suelo comienzan a correr separándose de la zona, mientras el andamio comienza a caer como un dominó llevándose al suelo a todos los operarios que se encontraban subidos en él, entremezclándolos con los amasijos de madera. 

    La zona comenzó a llenarse de gritos de auxilio y dolor, aunque ya se daba por hecho que alguno de ellos había podido morir a causa de los golpes. 

    Suhhein exclama: ¡Rápido, rápido ayudad a levantar los escombros! 

    Timotivac sigue mirando sus planos: ¡Hihohihohio! MenudaPandaDeIdiotasNiQueFueraComplicadoLevantarUnAndamio Hihohihohiho AndaQueSiTuvieranQueTrazarLíneasYCrearObrasDeIngenieria… Hihohihohiho 

    Gruzzt se acerca rápido a los escombros y comienza a lanzar a su espalda todo tipo de material que encuentra intentando ayudar a todos los supervivientes que pueda. 

    Gruzzt con una voz lastimosa balbucea: Gruzzt solo querer ayudar… 

    Tras el troll, los demás miembros de la cuadrilla junto a Suhhein se acercan raudamente y comienzan a ayudar con las tareas de socorro. Aunque la mayoría de la cuadrilla ha conseguido salir con vida y sin daños aparentes, no paran de escucharse gemidos en la lejanía, una constante respiración entrecortada. Tras varios minutos apartando escombros llegaron a su localización, uno de los orcos había quedado completamente empalado por una de las fracturadas vigas de madera, su estado era tan lamentable que, aunque aún estuviera con vida, era obvio que no iba a llegar al día siguiente. 

    Gruzzt agarra una de las rocas pesadas de la zona y aplasta la cabeza del orco acabando con su vida. 

    Gruzzt balbucea: ¡Gruzzt dar muerte rápida! 

    Por casualidad, por el destino o por la intervención de Velian, el propio orco que había propiciado la caída de la viga era el único que había perecido bajo la pronta construcción. Tras apartarlo del medio y sin ningún tipo de pena o resentimiento, la cuadrilla junto con Suhhein comenzaron a apartar los escombros separando las tablas que se encontraban quebradas de las que estaban en buen estado para volver a construir el andamio. 

    Timotivac comienza a trazar nuevas líneas en uno de sus planos. 

    Timotivac dice: Hihohiho EstoNosRetrasaráAúnMás hihohihohio EsperoQueElCaudilloNoTomeRepresalias Hihohiho. 

    Suhhein lanza una tabla hacia uno de los lados mientras sigue viendo como el cadáver del orco aplastado continúa mal tirado en una de las paredes cercanas a la muralla. 

    Suhhein dice: No entiendo porque tratáis así a vuestros muertos la verdad… 

    Gruzzt balbucea: Orco débil. No lugar para débil. 

    Timotivac dice: Hihohihohio AquíNoHayEspacioParaLutosNiLágrimas hihohihohio EstaEsLaLeyDelMásFuerteAunqueYoSoyElMásInteligenteYMeRespetan Hihohihohiho 

    Suhhein dice: A ti te respetan porque el Caudillo lo quiere… 

    Timotivac dice: Hihohihohio ClaroPorEsoTengoQueSeguirSiendoÚtilAlCaudillo Hihohihohiho ParaQueMeSiganRespetandoYAsíSeguirTeniendoLaOportunidadDeCrearObrasMaravillosas Hihohihohiho 

    Gruzzt balbucea: ¡Pequeñín Listo!, pero pequeñín más graciososo que listo. 

    Suhhein dice: ¿Para qué vivir aquí cuando puedes crear lo que quieras en otro sitio? 

    Timotivac dice: ¡Hihohiho! AquíNoHayLímites Hihohiho TodoLoQueQuierasPodrásObtenerlo Hihohiho LaVidaNoValeNadaNoHayMoral Hihohihohio 

    Suhhein dice: Lo único que quiero de ellos es lo que estoy esperando… 

    Timotivac dice: ¡Hihohiho! EsoEsPorqueNoHasEstadoNuncaEnSuNivelProhibido Hihohiho 

    AllíHayMásMagiaYMisterioQueEnCualquierLugarDeEirea Hihohiho 

    Gruzzt balbucea riendo: ¡Pequeñín gracioso! 

    Suhhein dice: ¿Y por qué se ríe este ahora? 

    Timotivac dice: Hihohihohiho YoNoSéNuncaPorqueSeRíeLeFaltaUnHervorEsoSeguro hihohihohoiho. 

    Tras lo ocurrido tanto la cuadrilla de orcos, con su ‘enorme’ pérdida, Suhhein y Gruzzt comenzaron de nuevo con el trabajo que tenía encomendado Timotivac, la creación del cañón de artillería más grande que haya visto nunca cualquier ojo en la faz de Eirea. Aunque en su cabeza Suhhein comienza a darle vueltas a las últimas palabras emitidas por el gnomo, ¿más magia y misterio que cualquier lugar de Eirea? Seguro que está exagerando… 

    Athewin
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    Capítulo 14. El orgo, el gnomo y el troll. 

    Pasaban los días y Suhhein no obtenía noticia alguna sobre la runa ancestral que los arcanos del cuarto nivel de la fortaleza, mientras tanto pasaba horas y horas en la explanada de la zona de pruebas ayudando a al gnomo excéntrico a realizar sus construcciones. Aunque es cierto que la mayoría del tiempo era insoportable, había otros momentos en los que el pequeñajo incluso le enseñaba algunas técnicas mágicas que el orgo desconocía. Todo esto era realizado bajo la supervisión de multitud de miradas penetrantes de orcos y goblins que los ayudaban en estas obras que les proverbiaban constantes insultos acompañados de escupitajos y quejas. 

    Por suerte, entre esas miradas siempre estaba la del troll pigmeo. La simple presencia de Gruzzt era suficiente para que esas tensiones no llegaran a más, pues era un miembro del clan al que pertenecía el mismísimo caudillo de la horda negra, además, había dejado claro desde un principio cuales eran las ordenes de su líder y quien las incumpliera tendría una muerte rápida, sino allí mismo sería ejecutado delante de todos en el patíbulo norte. 

    Además, la relación entre el gnomo y el troll, era algo diferente para la que suele ocurrir entre sus razas, puede que por culpa de la nula inteligencia de este troll o por la falta de cobardía del gnomo, pero parecían llevarse realmente bien. Cualquier indicación de trabajo o cualquier gesto del gnomo hacía reír incomprensiblemente a Gruzzt, que parecía que lo tomaba más como un juguete que otra cosa. 

    Las construcciones que realizaban mantenían algo preocupado a Suhhein, pues algunas parecían realmente temibles estéticamente, aunque al probarlas esa temeridad se iba al traste. La mayoría de veces simplemente implosionaban, otras no tenían la fiabilidad que deberían tener y en muy pocas ocasiones tenían el resultado que el gnomo esperaba. Era cuestión de tiempo que diera con la tecla para realizar la mayor obra de ingeniería bélica que Eirea haya visto jamás. 

    Athewin
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    Capítulo 13. Zona de pruebas. 

    La explanada norte, entre las puertas de golthur y las altas murallas, es donde cientos de ciudadanos de la fortaleza pasan su mayor tiempo de ocio. En ella, a parte de la aterradora vista de la muralla, cuyo grosor y altura ha ido aumentando debido a la acumulación de magma tras la explosión del volcán de las proximidades, también pueden distinguirse algunos de los puntos clave de las cercanías, como pueden ser la conocida cuadra de huargos de Worgak, de la que siempre emana un espantoso hedor a excrementos y orín de cánidos, y siempre pueden verse los hocicos de los huargos salir por las rendijas en busca de algo de aire fresco, o el patíbulo donde cada par de horas puede verse una ejecución pública de algún esclavo desgraciado o incluso de algún que otro traidor del que en el momento sea el caudillo. En la parte más oriental de la explanada, tras una enorme empalizada de madera, puede verse la nueva “Zona de pruebas” o así la ha denominado el nuevo caudillo. En ella pueden oírse numerosas explosiones y gritos casi todo el día. 

    Gruzzt seguido de Suhhein llega a las puertas de la empalizada y tras pegar un golpe en la gruesa puerta un guardia se asoma por la rendija, mira a Gruzzt y rápidamente abre para dejarle paso. 

    Guardia Uruk-hai dice: ¡Cocinero! Dime que nos traes una de esas riquísimas comidas tuyas. 

    Gruzzt balbucea: ¡Gruzzt no traer comida! ¡Gruzzt traer peón! 

    Guardia Uruk-hai observa detenidamente a Suhhein. 

    Guardia Uruk-hai dice: Otro más para la colección… Desde luego este caudillo solo sabe dar paso a bichos raros… Espero que sea de ayuda al chiquitín… 

    De repente una gran explosión se escucha al fondo y un goblin con lo que parece ser una especie de alas sale disparado por encima de la muralla de la fortaleza. 

    Goblin exclama: ¡Puedo volar! ¡Noooooooooo!!! 

    El goblin intenta extender las alas que lleva pegadas al cuerpo, pero no lo consigue y se espachurra completamente contra el suelo. 

    Un pequeño gnomo, de apenas un par de palmos, y con unos anteojos colocados en su rostro se carca corriendo hasta el goblin que acaba de estamparse contra el suelo y comienza a examinarlo. 

    Timotivac dice: ¿QuéHaPodidoPasar!? ¡SiLoPoneBienGrandeEnElBotón! ¡PulsarAquíParcaidasDeEmergencia!  

    Uno de los goblins que sirven como ayudante al gnomo se le acerca. 

    Goblin dice: ¡Maldito gnomo! Has escrito eso en tu idioma… ¡no en negra! 

    Timotivac comienza a reír desternilladamente. 

    Timotivac dice mientras ríe: ¡HiHoHiHo UnPequeñoErrorElPróximoEstaráBienEscrito! ¡Hihohihoho! 

    Timotivac dice: ¡Hihohihohi DeTodasFormasHaLlegadoMásAltoQueCualquierOtroGoblin hihohiho! 

    El resto del grupo de goblins lo mira con ganas de rajarle el cuello y comienzan a acercarse a él para agarrarlo. Pero todos se detienen cuando ven a Gruzzt llegar a las cercanías. 

    Gruzzt balbucea riendo: ¡Gruzzt! ¡Gnomo Gracioso! ¡Gruzzt! 

    Goblin dice: ¡Acaba de matar a uno de los nuestros! 

    Gruzzt balbucea: ¡Caudillo querer vivo! ¡Si tú matar gnomo gracioso yo coger tu cabeza y llevar a caudillo! 

    Timotivac saca los puños y los mueve como si de un boxeador amateur se tratase. 

    Los goblins, algo acobardados por Gruzzt comienzan a separarse del gnomo y a proseguir con sus labores. 

    Timotivac dice: ¡VenidAMiSuciosGoblinsOsVoyADarVuestroMerecido! 

    Gruzzt se acerca riendo y agarra el gnomo de su túnica mientras lo levanta del suelo. El gnomo sigue revolviéndose lanzando puñetazos y patadas al aire, aunque no hay nadie a su alrededor. 

    Timotivac dice: ¡OsVoyAMatarATodosYoSoyElGranTimotivac! 

    Suhhein que llevaba mirando todo el espectáculo en silencio tras Gruzzt no puede evitar sonreír. 

    Gruzzt balbucea: ¡Gruzzt soltar si pequeño tranquilo! 

    Timotivac comienza a parar de pegar puñetazos y patadas mientras los pocos goblins que quedaban a su alrededor lo miran con pena y se retiran de la zona para seguir con sus trabajos pendientes. 

    Gruzzt vuelve a dejar a Timotivac en el suelo con cuidado. 

    Timotivac dice: ¡Hihohihohio SeHanAsustadoDelGranTimotivac! 

    Gruzzt balbucea señalando a Suhhein: Caudillo mandar nuevo peón. 

    Timotivac se gira, ve a Suhhein, y se sube a un banquete próximo para observarlo detalladamente. 

    Timotivac dice: Hihohiho ¿YTuQueEresCapazDeHacerParaAyudarmeEnMisTareas? 

    Suhhein, consciente de la excentricidad del gnomo, se agacha al suelo y dibuja una pequeña runa con su mano, pasados unos segundos la runa comienza a teñirse de rojo seguido de un brillante fulgor y, al instante, la runa estalla creando una ligera explosión. 

    Timotivac comienza a frotarse las manos fuertemente mientras dice: ¡Hihohihohiho ExcelenteEstoEsExcelenteConEsteBoomPodemosHacerUnBimMásGrandeQueNingúnOtroBum! 

    Tras conocer al loco gnomo, Suhhein, intenta buscar acomodo para pasar lo más desapercibido que pueda dentro de la fortaleza hasta que los arcanos obtengan alguna información sobre la runa ancestral. Para conseguir su objetivo tendrá que ser el ayudante de un personaje muy excéntrico, pues un pálpito le hace saber que el poder que y la sabiduría que envuelve todo esto es mayor que lo que nunca habría imaginado. 

    Athewin
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    Capítulo 12. El Caudillo. 

    El troll recorrió todo el segundo nivel de la fortaleza de Golthur Orod atravesando infinidad de pasillos, hechos de rocas extraídas de la montaña adyacente a la ciudad, de diferentes alturas y completamente llenos de moho, barro y suciedad. Estos pasillos se encuentran poco decorados y contienen muy pocas antorchas ya que son corredores usados a diario por la mayoría de habitantes de la fortaleza. Descendió al primer nivel y rápidamente se dirigió a la sagrada habitación del trono. 

    Bajó por unas escaleras y entró en una habitación de forma pentagonal y oscuras paredes de basalto. Un trono con forma de dragón, y hecho íntegramente con pequeños dragones de hueso, gobernaba el centro de la sala. Varios sirvientes y plañideras se encontraban decorándola bajo las órdenes del nuevo orco que se había apoderado del caudillato. Desde la caída de Workragh, el puesto de jefe supremo de la horda ha ido cambiando cada pocos meses, a veces, solo han durado unos pocos días. Entre la decoración, muy escasa y bastante lamentable, destaca el estandarte del clan Burztulûk, un gran telar de colores oscuros en los que contrastan una gran olla de color dorado, en la que puede verse un gran ojo arrancado de cuajo de color azulado y justo encima el cuerpo sin cabeza del que parece brotar sangre a su interior. 

    Vuldeck da un tremendo golpe a uno de los sirvientes que cae al suelo trastabillado. 

    Vuldeck dice: ¡Así no saco de guano! ¡La próxima vez que te vea arrugar el estandarte del clan acabarás empalado en la muralla norte de la fortaleza! 

    Sirviente dice mientras intenta levantarse: Disculpe señor, no volverá a suceder. 

    Vuldeck dice: ¡Qué no hables sino te doy permiso! 

    Vuldeck vuelve a dar un bofetón al sirviente que cae al suelo de nuevo sin tiempo a levantarse. 

    Gruzzt balbucea: ¡Gruzzt! 

    Vuldeck se gira y ve al troll entrar a la habitación. 

    Vuldeck dice: ¡Que alegría Gruzzt! ¡¿Qué te dijo ese kobold idiota de la cueva de los vientos?! 

    Gruzzt balbucea: ¡Kobold bueno! ¡Kobold apoyar caudillo! ¡Gustar mucho la comida de Gruzzt! 

    Vuldeck dice: ¡Perfecto, así tendremos un sitio más cercano a nuestros enemigos en el que poder replegarnos! 

    Gruzzt balbucea: ¡Gruzzt traer orgo grande, pero Gruzzt más grande! 

    Vuldeck dice: ¿Un orgo? 

    Gruzzt balbucea:  Kobold decir Caudillo ver esto. 

    Gruzzt saca el petate de Suhhein y enseña al caudillo sus pertenencias. 

    Vuldeck comienza a ver las pertenencias del orgo sin ver nada reseñable. 

    Vuldeck dice: ¿Y qué tengo que ver yo con todo esto? 

    Gruzzt apunta al cuaderno donde Suhhein tenía calcada la runa. 

    Gruzzt balbucea: ¡Orgo tener dibujo! ¡Dibujo estar en cueva de kobold! ¡En gran pared, Gruzzt tocar, pero no pasar nada! 

    Vuldeck se queda varios segundos pensativos. 

    Vuldeck dice a dos guardias Uruk-Hai que se encontraban en la zona: Traed al orgo de la prisión, tengo que hablar con él. 

    Los guardias se dirigieron a las prisiones raudamente y pasados unos minutos volvieron a aparecer con Suhhein maniatado de pies y manos. 

    Vuldeck da vueltas por la sala mientras observa el cuaderno del orgo. 

    Vuldeck dice: ¿Qué haría meterse a un orgo en un cubil kobold en plena guerra entre nuestras ciudadanías? 

    Suhhein se mantiene de pie callado. 

    Gruzzt balbucea mientras señala la runa calcada: ¡Dibujo! ¡Dibujo! 

    Vuldeck dice: ¡Cállate!, ya sé que es esto, ¡¿o te piensas que soy estúpido?! 

    Gruzzt agacha la cabeza mientras dice en tono lloroso: ¡Gruzzt tonto! 

    Vuldeck dice mirando a Suhhein:  Dime lo que andabas buscando. 

    Suhhein dice: Buscaba información acerca de la runa, y tenía constancia que los jóvenes chamanes del cubil kobold la habían dibujado con anterioridad en sus paredes. La única forma de saber todo sobre ella era acudir al lugar. 

    Vuldeck dice: Entiendo… ¿y por qué un orgo buscaba información sobre esto? 

    Suhhein dice: Encontré su ubicación en una zona recóndita del desierto, simplemente quería saber porque aquello se encontraba allí. 

    Vuldeck vuelve a quedarse pensativo durante unos segundos, tras pasar unos segundos se dirige a los guardias. 

    Vuldeck dice: Quitadle los grilletes. 

    Vuldeck dice dirigiéndose a Suhhein: Conozco esta runa, es una runa ancestral, la he visto grabada infinidad de veces en el cuarto nivel de esta fortaleza, pero desconozco su información. Los arcanos con la ayuda del arconte y el hierofante lo investigaran y cuando lo sepamos todo, tú mismo nos llevarás al lugar donde la encontraste.  

    Vuldeck lanza su petate a Suhhein que lo agarra al vuelo. 

    Vuldeck dice: Mientras tanto permanecerás aquí, trabajando para nosotros. Si haces daño a cualquier criatura de la fortaleza te las verás conmigo, y te aseguro que no volverás a tener esta oportunidad. Si quieres escapar, adelante, nunca sabrás nada sobre ella.  

    Suhhein mientras revisa su petate dice a Vuldeck: Pareces más inteligente que el resto de los de tu especie.  

    Vuldeck dice: En estos tiempos es indispensable para permanecer como caudillo. Gruzzt te acompañará a cualquier lado que vayas. 

    Vuldeck dice a Gruzzt: No te separes de él ni un segundo y mantenme informado de cualquier cosa que veas extraña. Llévalo a la zona de pruebas, seguro que al ingeniero le viene bien este tipo de ayuda. 

    Gruzzt balbucea: ¡Gruzzt! ¡Sombra orgo! ¡Gruzzt llevar a ingeniero! 

    Suhhein dice: Y bien, ¿para que os hace falta un orgo como trabajador? 

    Vuldeck dice: Ya lo verás… 

    Suhhein comenzó a seguir a Gruzzt por todo el primer nivel de la fortaleza mientras orcos con cara de incrédulos lo miraban. Recibía insultos e incluso algún que otro lanzamiento de comida y mugre. La llamada “zona de pruebas” lo esperaba, aunque aún no sabía que es lo que iba a encontrarse allí. 

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    Capítulo 11. El prisionero. 

    Tras varias semanas de camino bajo la oscuridad de la noche, desde la cueva de los vientos hasta la fortaleza de Golthur Orod, y solo comiendo las sobras de la pútrida comida que Gruzzt, el llamado «cocinero», preparaba, tanto Suhhein como el horrendo troll llegaron a la ciudad orca, donde fue llevado sin mediar palabra a las mazmorras de su segundo nivel.  

    La prisión de Golthur Orod es un intrincado laberinto sumido en la más triste de las oscuridades. Numerosas celdas contiguas se encuentran repletas de prisioneros, algunos en estado deplorable, otros incluso muertos, permanecen allí para afligir más a sus compañeros de ‘muerte’. El ambiente, cargado y húmedo, apesta a dolor y sufrimiento. Solamente se oye el lamento de los aquí condenados.  

    Carcelero orco dice: Vaya vaya… ¿qué traes aquí cocinerillo?  

    Gruzzt Balbucea: ¡Gruzzt!¡Mosquito llorica! 

    Carcelero orco sonríe mientras saca sus oxidadas llaves y se acerca a una de las celdas contiguas.  

    Carcelero orco dice: ¡Apartaos sucias ratas, sino queréis acabar con los torturadores!  

    Carcelero orco descerraja la celda y abre la puerta.  

    Carcelero orco dice: ¡Vamos déjalo ahí, ya se encargarán de él!  

    Gruzzt emite un bramido aterrador con el que los prisioneros se apartan dejando espacio en la celda para lanzar al maltrecho orgo contra el suelo sin ningún tipo de cuidado o respeto. 

    Gruzzt Balbucea: ¡Gruzzttttttt!!!! 

    Del golpe Suhhein despierta, aunque el cansancio sigue haciendo mella en él.  

    Suhhein dice: Malnacidos… ¡solo buscaba respuestas! 

    Carcelero orco dice: Si, si respuestas… Vamos Gruzzt, vamos a ver lo que llevaba este orgo entre sus pertenencias.  

    El enorme troll parece estar molesto con las acciones del carcelero. 

    Gruzzt Balbucea: ¡¡GRUARGH!! ¡Tú no tocar! ¡Caudillo ver antes! ¡Gruzzt arrancar cabeza! 

    Carcelero orco se echa hacia atrás mientras dice asustado: ¡No, no, no quería molestarte Gruzzt, llévalo donde quieras!  

    Carcelero orco cierra la puerta, la acerroja y se sienta en su puesto habitual.  

    Gruzzt coge el petate con todas las pertenencias del prisionero orgo y se las carga a la espalda, se distrae unos segundos atrapando una pequeña mosca y se la lleva a la boca. Acto seguido sale por la puerta agachando la cabeza en dirección al trono del caudillo. 

    Suhhein dice mientras mira a su alrededor: Maldita sean estos seguidores de Gurthang… 

    Una lúgubre celda rodea al orgo, puede contar hasta tres cadáveres que no paran de ser roídos por roedores. Otros cuatro individuos se encuentran agazapados pegados a la puerta rogando por algo de comida y agua al carcelero. El único individuo que llama algo la atención de Suhhein es un enorme gnoll que parece agazapado en el rincón más oscuro.  

    Lhurshak se levanta de su rincón y observa al extraño Orgo. 

    Suhhein dice: ¿Y tú que quieres? ¿Qué hace aquí uno de los de su especie? ¿Es que te cogieron robando algo de su ‘gustosa’ comida y te trajeron aquí? 

    Lhurshak mira al Orgo de arriba abajo pausadamente. 

    Lhurshak gruñe: Yo no soy «de los suyos» al menos aun no. Imagino que quieren romper mi fuerza de voluntad manteniéndome en este agujero, pero tendrán que esforzarse un poco más… 

    Lhurshak gruñe: pueden rajar mi piel, dejarme sin comer, pero la sangre de Ralder corre por mis venas y no lograran quebrarme. 

    Suhhein vuelve a escudriñar al gnoll. 

    Carcelero orco golpea con su porra los barrotes de las celdas y dice: ¡Silencio ratas!  

    Lhurshak mira al carcelero con sus brillantes ojos ambarinos, desafiante, en verdad no parece tener ningún miedo. 

    Suhhein dice en voz más baja: Así que un seguidor de Ralder… La verdad es que es complicado confiar en vosotros, en mi ciudad seguramente también estarías entre estos barrotes, aunque la celda estaría mucho más limpia que esta… Y por supuesto, no habría muertos en ella… 

    Lhurshak gruñe: Bueno, todo lo que no te mata te hace más fuerte, de momento sigo vivo, he estado en peores circunstancias 

    Entre los murmullos de los otros prisioneros consigues distinguir uno que dice: ¡Ahora llamaremos al encargado para poner una reclamación por suciedad!  

    Suhhein se apoya en un barrote mientras mira a su alrededor. 

    Suhhein dice: No sé cuánto llevarás aquí, pero espero que mi estancia sea corta y que el Caudillo mande a alguien cuando vea lo que había en mis pertenencias… 

    Lhurshak mira a Suhhein con curiosidad. 

    Lhurshak gruñe: ¿Y que se supone que había? 

    El mismo prisionero de los comentarios anteriores dice: ¡El caudillo te va a mandar alguien para descuartizarte!  

    Lhurshak mira al prisionero con ira mientras comprime su hercúlea musculatura. 

    Lhurshak gruñe: silencio rata, deja hablar al Orgo o te arranco las entrañas. 

    Sonidos de fondo se escuchan en la celda: nyi nyi nyi. 

    Suhhein dice: Sabiduría… y poder… espero que el caudillo actual sepa que ambas van de la mano. 

    Lhurshak gruñe: ¿Sabiduría? ¿poder? son conceptos demasiado generales, quizás puedas precisar un poco más orgo. 

    Suhhein mira de arriba a abajo al gnoll y dice: Runas… runas ancestrales… y soy el único que conoce su ubicación. 

    Lhurshak mira al suelo pensativo. 

    Suhhein dice: Aunque siendo sincero no tenemos conocimiento del significado de dicha runa… es por eso que buscaba la ayuda de aquellos que vivieron en la Primera Era… 

    Lhurshak gruñe: lo que dices es interesante, todo lo que sea conocimiento, lo es. El caudillo no tardara en venir, es más listo y capaz de lo que imaginas. 

    Lhurshak gruñe: y te aconsejo que colabores con él, es bastante persuasivo con sus herramientas de tortura. 

    Suhhein vuelve a apoyarse en los barrotes y piensa: Se lo estoy contando como si este ser supiera entender que significado puede llegar a tener todo esto… A veces me comporto como un estúpido… ¿Por qué nunca hago caso a los consejos del maestro? Si es que me llamaba idiota y con razón. 

    Suhhein dice siguiendo la corriente: Si, si, no te preocupes… Ya sé cómo debo actuar. 

    Athewin
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    Capítulo 10. El cocinero 

    Las paredes de la sala eran del color más oscuro concebido por la suciedad y la mugre que otorga la grasa de distintas carnes y estofados que allí se cocinaban. En el centro de la habitación había una enorme olla llena de un estofado por el que flota algún que otro pelo a la vez que hierve por el fuego de la pequeña hoguera formada bajo la olla. La estancia se iluminaba por varias antorchas, algunas de ellas sirven para calentar algún que otro tarro de arcilla. Numerosos botes de especias se disponían en una estantería, decorándola con sus distintas variedades de hierbas. Una gran criatura removía el estofado con un enorme cucharón una y otra vez. 

    Una enorme cucaracha comienza a moverse alrededor de la olla y de un pequeño manotazo Gruzzt la aplasta, recoge todos sus restos y se sacude las manos encima del estofado para darle más sabor al guiso. 

    Gruzzt chupetea sus dedos para saborear los gelatinosos restos del insecto que permanecen en sus manos. 

    Gruzzt balbucea riendo: ¡Bicho! ¡Rico! ¡Gruzzt! 

    Gruzzt escupe un buen gargajo a la olla y continúa removiendo sin con su cuchara de palo. Tras unos minutos removiendo la comida vuelve a meter un dedo en su interior y vuelve a probar el estofado. 

    Gruzzt balbucea: ¡Rico!¡Gruzzt mejor cocinero! 

    Gruzzt agarra la olla y se dirige al comedor de la taberna, donde todos esperan para probar las delicias del afamado cocinero de la fortaleza negra. 

    Una larga barra de piedra mugrienta y mohosa recorría la taberna de lado a lado interrumpiéndose en un extremo para facilitar las tareas del tabernero. Las paredes y las ventanas se encontraban totalmente excavadas en la roca y desde estas últimas, que carecían de marco alguno, se podía apreciar la monotonía del cubil. El suelo estaba compuesto por gravilla, mezclado con restos de carne y algún que otro hueso roído y por roer. 

    Gruzzt coloca la olla en el centro de la mesa más grande de la sala, la cual se encuentra presidida por un kobold más grande de lo habitual.  

    Jefe kobold dice mientras señala a Suhhein: Wauf, por tu bien espero que esta no sea la comida más sabrosa que he probado en mi vida… 

    El orgo, que se encontraba sentado en la mesa de al lado, estaba custodiado por el mismo guardia que lo llevaba escoltando desde su entrada al cubil. 

    El kobold metió un cucharón de madera en la olla y sacó de su interior caldo mientras algo parecido a un intestino parecía derramarse y antes de que pudiera caerse se lo metió en la boca y comenzó a saborear el plato preparado por Gruzzt.   

    Jefe kobold dice: Wauf, ¡Por Gurthang! Era cierto, ¡eres el mejor cocinero que ha tenido la horda negra en su historia! Así que… Suhhein… nuestro pasado como aliados pasado está… A partir de hoy la tribu de los Vientos volverá a rendir pleitesía al caudillo de la horda negra y por tanto seremos enemigos de vuestro reino. ¡Apresadlo! 

    La jauría de kobolds deja sus cucharones y se disponen a apresar al orgo. 

    Suhhein saca de su mochila el grabado por el que ha venido hasta el lugar rápidamente y lo enseña a todos. 

    Suhhein dice: ¡Por favor, escuchadme! ¡Vengo a por respuestas! ¡Encontré este grabado en unas ruinas antiguas en las profundidades del desierto y sé que los ancestros son los únicos que pueden esclarecer algo!  

    Jefe kobold levanta el brazo para que todos se detengan. 

    Jefe kobold dice: Wauf, Acompáñame… este será el último favor que te haremos, con esto estaremos en paz. ¡Cocinero tú también! 

    Gruzzt balbucea: ¡Gruzzt! 

    Rodeado por una veintena de kobolds y el enorme troll, el orgo siguió al jefe a través del entramado de túneles del cubil. Distintas chozas excavadas en la roca, por cuyas ventanas podían observarse los candiles y velas que daban luz a madres kobold con sus hijos y a niños jugando y correteando dentro de esas minimizadas excavaciones. Las paredes libres de ventanas se mantenían cubiertas de grabador realizados por jóvenes chamanes que intentaban evocar a los espíritus de esta cueva. 

    Tras unos minutos andando llegaron a la mitad de un túnel bastante amplio, pero poco alumbrado. De su iluminación se encargaban unas antorchas dispuestas uniformemente por el túnel, las cuales emitían un fuego azul y apagado, haciendo al túnel de ése mismo color. De la azulada y oscura arena del suelo surgían diminutas esferas de luz blanca que se levantaban en vertical hasta perderse por el techo dejando tras de sí una alargada estela brillante. En las paredes se apreciaban grabados y dibujos chabacanos, aunque muchos de ellos tenían una calidad muy superior a la del resto. 

    Jefe kobold dice: Wauf, Aquí tenemos grabada la runa que buscas, el joven que la dibujó presentaba una comunicación excepcional con los ancestros, pero la rabia se apoderó de él y no tuvimos otra opción que comérnoslo. No te voy a mentir, disfruté devorando sus jóvenes y tiernos huesecitos. 

    Suhhein observa como el símbolo que buscaba se encuentra en la pared y alrededor de ella multitud de runas parecen acompañarla dibujadas hasta el más mínimo detalle. Saca su cuaderno y pluma para comenzar a copiar lo que ve en esa pared. 

    Gruzzt sin saber de lo que están hablando pone su mano mugrienta y pegajosa en la pared, y cuando la separa todo el dibujo queda difuminado. 

    Gruzzt balbucea mientras ríe y mira al resto como si hubiera hecho algo bien: ¡Gruzzt! 

    Suhhein exclama: Pero ¡qué has hecho troll estúpido! ¡No tienes ni idea de lo que acabas de hacer! 

    Suhhein se lanza a por el troll pero antes de que pueda hacer nada, es golpeado en la cabeza por uno de los kobolds que lo custodiaban y cae inconsciente al suelo. 

    Jefe kobold dice: Wauf, ¡Gruzzt puede que la información que estaba buscando este orgo sea útil para la horda, llévalo ante el caudillo como símbolo de nuestra obediencia! 

    Gruzzt balbucea: ¡Gruuuuzzzt! 

    Los kobolds maniatan a Suhhein y Gruzzt lo carga en el hombro y sale de la cueva de los vientos, donde la tribu kobolds ha jurado lealtad a los nuevos intereses del caudillo de la horda negra. 

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