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  • Rijja
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    Grimorio Al’jhtar: (3) Colección Draconiana.

     

     

    Los estuches que acaparaban ahora la atención del Alto Teócrata se disponían ordenados dentro de aquel armario. Dichos contenedores estaban finamente labrados en madera. Algunos de ellos con exóticos relieves, esculpidos en diferentes metales, dignos de una magnifica orfebrería. Con la mano firme, Rijja asió uno de estos estuches y lo sacó del armario, justo para colocarlo sobre una pequeña repisa, dispuesta en el mismo mueble, y examinar su contenido.

    Nada más abrir aquella peculiar caja pudo percibirse un extraño olor que el Orgo conocía muy bien, aquella caja hedía a dragón.

    Y, acompañando aquel peculiar aroma, asomaba un excepcional trofeo, un colmillo del mismísimo Lessirnak, el Wyrm Infernal. Uno de los más pequeños de la criatura. Aunque cabe comentar que, al margen de sus treinta centímetros de longitud, esta pieza pesaba cinco kilos por ella misma. A esta pieza dental de dragón continuaba unido un tendón de la bestia, el cual había sido colocado de tal manera que fuera posible usar dicho diente de collar. Sin dudarlo, Rijja lo extrajo de la caja y se lo colgó del cuello mientras esbozaba una sonrisa de satisfacción.

    Sin más regocijo que aquella sonrisa, el Alto Teócrata volvió a colocar el estuche, ahora vacío, en el armario y extraer otro sin dilación. Esta vez se trataba de una caja algo más grande, fabricada en una madera oscura como el ébano. En el cierre de dicho estuche se encontraban engarzadas tres piedras preciosas que, presumiblemente, se componían de diamante, esmeralda y un rubí. Realmente, un estuche de elegante, y opulento, estilo. El orgo lo abrió con rapidez.

    El contenido de este eran unas peculiares botas. Muy peculiares. Se trataba de un calzado confeccionado con la piel de un Dragón Negro. Habían sido manufacturadas con el pellejo de una de estas temibles bestias, de curtido delicado y mañoso. El tono oscuro del material había sido heredado del propio dragón. Debido a la naturaleza del material, tenían una extrema dureza de tacto cálido y áspero. Todo el cuero estaba cubierto por rubíes, esmeraldas y diamantes que habían sido incrustadas con delicada habilidad ya que, sin ningún tipo de engarce o sujeción, se mantenían en su posición sin esfuerzo.

    Tras acariciar nostálgicamente la superficie de aquella pieza de armadura, Rijja las extrajo de su fino y delicado estuche para calzarlas y, después de unos ligeros saltos para que el cuero se encajara donde debería, el Alto Teócrata se dispuso a extraer otro de los estuches de aquel armario con cierta actitud festiva, denotando gran ilusión y regocijo en lo que estaba haciendo.

    Rijja
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    Grimorio Al’jhtar: (2) Pertrechos.

     

     

    Una vez algo entra en los pensamientos del Alto Teócrata Arcano, Rijja Al’jhtar, es difícil sacarlo. Al menos no hasta que dicho pensamiento se vea realizado y, como se disponía a hacer, así se intentaría.

    Rijja avanzó por la pulida escalinata de la Torre de Cuarzo y Obsidiana, más allá del piso de los laboratorios, ascendiendo hasta sobrepasar las dependencias familiares, dirigiendo sus pasos hasta la misma cúspide, llegando finalmente hasta el Observatorio donde, al margen de este, se sitúan sus aposentos y despacho personal.

    Nada más llegó a su umbral, la vieja puerta de madera que lo custodiaba emitió un chasquido de apertura, dando la bienvenida a su legítimo morador. Rijja se adentró en sus dependencias cerrando la puerta tras de sí.

    Se dirigió entonces hacia una pequeña habitación, la cual tenía el acceso a ella mediante el extremo sur de la sala, y esta se iluminó vivamente. Se encontraba en su vestidor y armero personal.

    Numerosas estanterías, baúles y estantes decoraban la sala. Estos se encontraban abarrotados de numerosos objetos, armas y armaduras, compendios y pociones… todo un almacén del que proveerse.

    Mientras que Rijja se iba despojando de su reluciente túnica, la cual solía llevar en la ciudad, típica entre los pertenecientes al Alto Consejo de Magos, se acercaba a un maniquí que hacía de sujeción y exposición de una curiosa armadura.

    Dicha armadura estaba formada por lo que parecían exoesqueletos de diferentes insectos, de tamaño gigantesco. Dicho material estaba perfectamente cortado y unido entre sí, dando la apariencia de una gruesa piel de lagarto. El color de estas singulares escamas se tornaba en variados tonos cetrinos dependiendo la refracción de la luz. Una armadura hermosa y donada mágicamente. Se trataba de una Armadura de Quitina, la cual antaño había acompañado al Alto Teócrata en misiones y aventuras de diversa índole.

    Después de repasar con los dedos, de manera casi nostálgica, algunos de los rasguños y cortes que poseía la armadura, Rijja se la afianzó al pecho, cerrando las correas sobre su torso para un mayor ajuste.

    Rijja sonrió. Cierta satisfacción le invadió al cerciorarse de que todavía le sería útil dicha armadura, tanto en utilidad como en talla, y se dirigió hasta un pequeño armario, situado a la derecha del maniquí, y lo abrió con alegría.

     

    Dentro de aquel armario se encontraban dispuestos numerosos estuches de oscura madera. Eran de heterogéneos tamaños y formas, pero, algo que les era común es que tenían el mismo símbolo grabado en todos: La silueta de un dragón.

    Rijja
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    Capítulo XXX

     

    Justo al terminar de hablar, con gran velocidad, Rijja trazó unos símbolos en el aire de los cuales brotaron unas esferas de energía. Dicha magia se precipitó vertiginosamente sobre la figura del anciano.

    Al margen de esto, el Alto Teócrata cerró sus manos emitiendo un ligero golpe al tiempo que las candentes esferas que rodeaban al Drow cerraban su cerco sobre este con la intención de envolverlo en llamas.

    Un gesto de muñeca bastó.

    Acompañado de una especie de onda de choque, emitida desde él mismo, el movimiento de aquel mago anuló por completo, y simultáneamente, todos los ataques de Rijja para después clavar la mirada en el Orgo.

     

    Chsss. – Chistó Rijja con una visible decepción. – Eres muy habilidoso, Drow– Añadió.

    No oses entrometerte, Rijja Al’jhtar.- La voz de Krimpak se extendió por la sala como un viento gélido. Esta no era desagradable, pero, debido a la profundidad y tono de su voz, se tornaba fuertemente segura y autoritaria. – Esta criatura no te pertenece, mi amo la reclama– Añadió Krimpak, aún más frío si cabe.

    No me importan tus motivos, ni amenazas. Has entrado en mi hogar sin permiso y eso debe ser castigado. – Contestó Rijja, denotando gran serenidad en su tono de voz.

     

    De soslayo, Rijja comenzó de nuevo otro ataque y, acumulando energía mágica hasta el crepitar en sus dedos, se dispuso a ejecutarlo. Krimpak hizo lo propio, esta vez no esperaría a recibir el ataque, al menos no mansamente.

    Rijja extendió las palmas de las manos y, formando un triángulo enmarcando la figura de Krimpak y se dispuso a recitar el hechizo: ‘Bellum Destruct Cor…’

    Justo cuando Rijja estaba a punto de terminar su conjuro, un cántico retumbó en la sala.

    ‘Defenestrate’

    Krimpak había sido más rápido en la ejecución de su ataque. Una enorme ventana, fruto del hechizo del Drow, se formó al instante, justo detrás de Rijja, entre una humareda chispeante y, a la vez que Krimpak extendía los brazos en dirección a Rijja y cerraba los puños, el Alto Teócrata salía despedido hacia atrás, empujado por la fuerza del conjuro y hasta atravesar, dolorosa y estruendosamente, la ventana mágica que se había formado con anterioridad.

    Rijja voló varios metros hacia atrás, chocando con los bártulos y estanterías allí dispuestos y quedando ligeramente dolorido y con algunos cortes en la piel. El Teócrata clavó una furiosa mirada en aquel anciano Drow. Aquel extraño hechicero, de mueca seria e inexpresiva, no pudo evitar emitir un ligero esbozo de sonrisa orgullosa.

    Con un rápido gesto, Rijja alzó su brazo derecho y, después de extender con fuerza su palma pronunció: ‘xilyx de gadrum’.

    Un rayo surgió de las manos del Teócrata para precipitarse vertiginosamente sobre el anciano Drow. El impacto de aquel conjuro hizo que el hechicero convulsionara ligeramente mientras emitía un gesto de dolor. Este gesto se tornó al instante en enfado a la vez que clavó una mirada desafiante a Rijja. Lo cual, como anteriormente a su adversario, hizo sonreír ligeramente al Alto Teócrata mientras este se ponía de nuevo en pie.

    Rijja
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    Memorias de Sangre: El Ocaso del Filo Albino. (V)

     

     

    Después de varios minutos, Atojj y su compañero habían acabado con casi la totalidad de paladines que los enfrentaban. Rodeado de cuerpos cercenados, la imagen de los Orgos en batalla era realmente terrorífica para sus adversarios. Con sus armas melladas y los cuerpos forrados en cortes, evisceraciones y sangre, los Ar’Kaindianos seguían luchando con una fiereza brutal.

    Cuando hubieron acabado con todos sus enemigos, salvo tres paladines que se mantenían ligeramente a la distancia, ya sea pensando la estrategia de combate o simplemente acobardados, un numeroso grupo de enanos llegaron a la zona. Estos eran pertenecientes al batallón que, hace varias horas, habían dado muerte al resto de sus compañeros y puesto a ellos en huida.

    Los enanos se situaron en primera fila de batalla, dejando a los tres paladines supervivientes a sus espaldas, dispuesto a acabar con la vida de la pareja de combatientes Orgos.

    Ante la visión de los verdugos de sus compañeros de armas, el compañero de Atojj se arrojó sobre ellos sin pensarlo dos veces, blandiendo su portentosa Yhjlema Kaindiana, y alcanzando a uno de ellos que, aún habiendo sido cubierto por su escudo, no pudo aguantar la acometida y se vio cercenado brutalmente, a la altura del hombro, su brazo derecho. Acto después, el orgo volteó frenéticamente para descargar de nuevo su Yhjlema contra el siguiente enano, pero esta vez dicho enano bloqueó su ataque, abriendo un hueco en sus defensas para después enterrar su gran hacha de piedra en el costado del Orgo, el cual falleció casi en el acto.

    La consecución de acontecimientos había dejado a Atojj, el Filo Albino, en solitario frente a un cuantioso numero de enemigos. El Orgo, lejos de amedrentarse ante tal escenario, emitió un grito de guerra, tan fiero y profundo, que retumbo en la zona recorriendo todo el terreno de aquellas ciénagas. Acto seguido, Atojj se arrojó con valentía a la carga contra la vanguardia del contingente Enano enarbolando su Yhjlema Arcana y entonando un grito de guerra:

     

    ¡Por Velian! ¡Por Ar’Kaindia! ¡Gloria a la Familia Al’jhtar!

     

    Ese día, en el cenagal de las Ruinas de Zumelzu, Atojj encontró su muerte, no sin antes arrebatar la vida de doce enemigos y malherir a varios de ellos más.

     

    Con esto concluyen las crónicas de Atojj Al’jhtar, El Filo Albino. Un fiero guerrero Ar’Kaindiano que entregó su vida por la gloria de Velian y su Ciudad Ar’Kaindia, la joya del Desierto.

    Rijja
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    Memorias de Sangre: El Ocaso del Filo Albino. (IV)

     

     

    Después de varios centenares de metros, los Orgos, por fín, llegaron a las inmediaciones directas de las ciénagas de Zumelzu.

    Los Ar’Kaindianos sabían que, gracias a la escasa ventaja que habían conseguido sobre sus perseguidores, estos no tardarían en darles alcance y, asumiendo su más que probable destino, decidieron hacerles frente de la mejor manera que pudieran.

    Gracias a su determinación y práctica, los Orgos consiguieron colocar algunas trampas mientras avanzaban, chapoteando, por los primeros palmos de tierra que gobernaban el cenagal donde se adentraban.

    Atojj, debido a las voces y gritos que emitían sus perseguidores, dedujo que apenas faltaban escasos minutos para el encuentro. El Orgo instó a sus compañeros de que alcanzaran algún tipo de elevación en el terreno para obtener alguna ventaja. Y eso hicieron.

    En un pequeño saliente de tierra que apenas levantaba 2 metros del suelo se instalaron y, cual náufragos en un islote rodeado de tiburones, esperaron su destino.

    Debido a la niebla que gobernaba la zona apenas podía divisar a sus enemigos mientras estos se acercaban, pero los audibles chapoteos de sus perseguidores alertaban de su posición de manera bastante precisa.

    Instantes antes del inminente combate, Atojj exclamó:

     

    Ha sido un honor combatir a vuestro lado, camaradas. ¡Por Velian! ¡Por Ar’Kaindia!

     

    Debido al grito de guerra de Atojj, los enemigos se dirigieron casi de inmediato hacia su posición recién delatada.

    El primero en aparecer fue un paladín de Eralie, subido a su caballo, que recorría la zona de manera lenta, aunque constante, debido al fango que gobernaba el lugar. Atojj, ya a la distancia precisa, le rebanó la cabeza al caballo de un solo tajo para, justo después, hacer lo propio con el jinete.

    Acto seguido, varios de los compañeros del paladín aparecieron en la zona entre gritos de guerra.

    Los Orgos se defendieron bien, comenzando aquella escaramuza con varias baja enemigas sin apenas recibir daño, pero la constante aparición de enemigos iba mermando sus fuerzas y, por tanto, eficacia en sus golpes.

    Uno de los Orgos, el cual había derrotado ya a 8 enemigos, fue ensartado con una enorme lanza a la altura del pecho para después perecer, no sin antes rebanar la garganta de su propio verdugo.

    Atojj y su otro compañero, viendo caer a su hermano de armas, entraron en un frenesí belicoso sin parangón, encarando a sus enemigos de manera más fiera si cabe.

    Rijja
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    en respuesta a: Rumores y minerales #347102

    Rumores y minerales II

     

    Rijja entró en la sala y cerró la puerta tras de sí, quedando aislado. Toda la estancia estaba completamente impregnada con un tenaz olor sulfuroso, producto de la continua combustión del carbón y, obviamente, una extrema calidez.

    Una enorme fragua, ubicada al oeste de aquella sala, daba la bienvenida al Orgo. En dicha fragua, unas enormes brasas incandescentes esperaban expectantes poder calentar algún tipo de metal y ganarse así su razón de existencia.

    Realmente era agradable para Rijja contar con unas instalaciones provistas y bien construidas. El fogón donde se caldean los metales de esta forja se aviva mediante una corriente horizontal de aire producida por un enorme fuelle. El hogar donde se asienta el fuego era inmenso, preparado para soportar grandes cantidades de combustible para este, como el carbón. Al margen, para mantener el fuego vivo y poder trabajar en solitario, la fragua contenía unas pequeñas boquillas de aire capaces de insuflar y avivar el fuego sin problema y, todo esto, se encontraba coronado por una chimenea, construida en piedra maciza, que evitaba que escaparan los gases típicos de la combustión casi en su totalidad.

    Después de una ligera sonrisa de satisfacción, Rijja depositó el contenido del saco que le habían dado previamente en una mesa cercana a la fragua y lo dispuso ordenadamente.

    A simple vista no parecía de mala calidad, pero debía probarlo fehacientemente. Debido a ciertos conocimientos que poseía sobre la forja y sus entresijos, al Teócrata no le costaría mucho desenvolverse para tal cometido.

    Para prepararse, Rijja se aisló de lo que lo rodeaba y se concentró en el proceso de creación que iba a llevar a cabo. Colocó el mineral en el interior de la fragua, añadiendo el carbón necesario para que este ardiera y así derretir la Ferrita. Rijja no pudo evitar sonreír al experimentar el tranquilizador y conocido calor de la fragua en su cara y se deleitó con la visión del mineral derritiéndose lentamente.

    Sin perder de vista el proceso de fusión, agarró un cubo de hierro con unas tenazas de fragua y cogió el mineral en su forma más pura, una vez observó que las ligeras impurezas que este tenía se habían desprendido eficazmente. Con sumo cuidado, derramó la ferrita líquida sobre un molde mientras esta no paraba de emitir constantes bocanadas de humo.

    Una dispuso por completo el mineral sobre la parte inferior del molde, Rijja soltó el cubo y completo la moldura con la parte superior. Acto seguido, ayudándose con las tenazas, introdujo el molde en agua fría, la cual se encontraba justo a su lado dentro de un enorme barril.

    Esperó unos minutos y extrajo el molde de aquel barril para disponerlo encima de la mesa.

    A Rijja casi se le escapa una ligera lágrima de alegría cuando, después de retirar el molde, contempló un lingote perfectamente liso y pulido y, satisfecho, observó detenidamente su creación.

    El metal era de una calidad indiscutible y, después de corroborar que apenas contenía las impurezas de las que hablaban los rumores que había escuchado, el Alto teócrata exhaló un suspiro de alivio.

    Rijja
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    en respuesta a: Genealogía oculta #346788

    Plática y regalos.

     

     

    Varias jornadas después de su último encuentro, Szysxs fue a buscar a Rijja de nuevo al Templo Piramidal para platicar con el sobre la nueva situación y su futuro más inmediato.

     

     

    Templo Piramidal: Altar [o,s,|e|,n]

    Sacerdote de Velian está aquí.

    Gran Altar de Velian.

     

    -|Szysxs|/- llega desde el oeste.

     

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Hola, venía buscándote. Vengo a despedirme, creo que ha llegado la hora de volver a Grimoszk.

    Szysxs interrumpe a Rijja cuando iba a decir algo.

    Sonríes.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  No, por favor, déjame acabar. Estas últimas semanas me he sentido como en casa. Me has abierto las puertas de tu casa, has puesto tu biblioteca y tus conocimientos a mi disposición. Me has agasajado con joyas, ropas caras y cuidados que nunca había tenido.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  No estoy acostumbrado a este trato y no es que tenga queja, pero echo de menos Grimoszk con su sencillez y su gente. Seguro que volveré, todo lo a menudo que pueda, pero tengo ganas de volver y contarle a… mi otra familia lo que he descubierto.

    Sonríes.

    Asientes con la cabeza.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Pero antes de irme, traigo algo para ti. Por lo que he visto en mi estancia no necesitas de nada- y te bastas tú solo para conseguir todo lo que necesitas, pero sé que tienes algunos caprichitos. Espero que aceptes este regalo como muestra de mi agradecimiento.

    Szysxs rebusca en su mochila y saca algo pesado envuelto en telas.

    Szysxs coge Lingote de Oro de Mochila sin Fondo.

    Szysxs te ofrece Lingote de Oro.

    Coges Lingote de Oro de Szysxs.

    Sonríes.

    Preguntas en ogro:  Has acertado en mis gustos… ¿Quien se ha chivado?

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Bueno, he empezado a hacer buenas migas con otros familiares.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Prefiero mantenerlo en el anonimato.

    Sonríes a Szysxs.

    Le agradeces a Szysxs.

    Preguntas en ogro:  Según dices… te diriges al Reino de Zulk?

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Sí

    Dices en ogro:  Aprovechando que vas a abandonar la ciudad, debido a que es una larga travesía hasta la ciudad de Grimoszk….

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Quiero contárselo todo a Szeks, que, por cierto, tendréis que conoceros algún día. Espero traerlo en mi próxima visita.

    Dices en ogro:  Deberías, como consejo, hacer noche en la ciudad de Galador, más allá del desierto, en el Reino de Dendra.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  La travesía por el desierto es más corta por Galador, no me parece mala idea.

    Dices en ogro:  Hay … cierto Paladín de Seldar que estaría encantado de conocerte.

    Szysxs pregunta con voz sobrenatural:  ¿Sí? ¿De quién se trata?

    Dices en ogro:  Es un viejo amigo mío. Patriarca de una gran y noble familia dendrita. Su nombre es Drakar Baelzhemon.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Drakar Baelzhemon, creo que no tengo el placer. Lo anotaré.

    Dices en ogro:  Mantengo correspondencia con el desde hace tiempo y le he contado tu… aparición.

    Dices en ogro:  Debido al aprecio que me profesa ha insistido personalmente en conocerte. Deberías ir a verlo en tu travesía por Galador.

    Dices en ogro:  Creo que te será de utilidad…

    Szysxs asiente con la cabeza.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Por supuesto. Pasaré a conocerlo.

    Sonríes.

    Dices en ogro:  por cierto

    Szysxs pregunta con voz sobrenatural:  ¿Sí?

    Dices en ogro:  y no aceptaré un no por respuesta. Acepta, al menos, que pueda costear alguna parte del viaje que vas a emprender.

    Coges Bolsa grande de monedas de Mochila de la Dimensión Insondable.

    Ofreces Bolsa grande de monedas a Szysxs.

    Szysxs pregunta con voz sobrenatural:  ¿Cómo, cómo?

    Szysxs coge Bolsa grande de monedas.

     

    Szysxs exclama con voz sobrenatural:  No era necesario!

    Dices en ogro:  No es mucho, pero te ayudará en el camino. Las posadas hasta el Reino de Zulk no son precisamente baratas

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Bueno, en algunas ya me conocen. Me hacen descuento si actuo.

    Sonríes.

    Dices en ogro:  No esperaba menos de tu influencia tabernaria. Aun así, insisto.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Pero ahora que soy un Al’jhatar, creo q debo dormir en la mejor habitación de la posada.

    Asientes con la cabeza.

    Dices en ogro:  Hay que mantener cierto estatus…

     

    Szysxs abre Bolsa grande de monedas y rebusca en su interior.

    Dices a Szysxs:  antes de marcharte… creo que deberías tener algo…

    Coges Yhjlema Arcana de Mochila de la Dimensión Insondable.

    Dices en ogro:  Esta Yhjlema Arcana pertenecía a tu madre

    Szysxs contiene la emoción.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Vaya.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  No tengo palabras.

    Dices en ogro:  Estas armas fueron creadas para ser blandidas por grandes guerreros y líderes orgos. Representa el legado de una cultura, desarrollo y poder de nuestra civilización

    Szysxs mueve con gracia su Capucha de Bufón, haciendo que todos sus cascabeles suenen armoniosamente.

    Ofreces Yhjlema Arcana a Szysxs.

    Szysxs coge Yhjlema Arcana.

    Dices en ogro:  Pórtala con extremo orgullo.

    Szysxs exclama con voz sobrenatural:  Soy incapaz de levantarla con mis manos. ¡Mi madre debía ser portentosa!

    Dices en ogro:  No tengas la menor duda.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  La guardaré.

    Dices en ogro:  Una extraordinaria guerrera, excepcional para su generación.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Bueno, pues creo que voy a pasar a despedirme del resto. Mañana quiero partir temprano.

    Dices en ogro:  No quiero entretenerte más, al margen de no ser muy dado a las despedidas, debo atender mis labores diplomáticas para con el Reino. Cuídate en el viaje y recuerda: Pregunta por Drakar Baelzhemon a tu llegada a Galador.

    Sonríes.

    Te despides de Szysxs.

    Szysxs se despide de ti.

    -|Szysxs|/- se va hacia oeste.

    Rijja
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    en respuesta a: Genealogía oculta #346762

    Nueva realidad.

     

     

    Luego de pasar apenas un par de semanas en la Ciudad de Ar’Kaindia, Szysxs se había familiarizado con el acento y las costumbres predominantes en el folclore Kaindiano. Entre varios tragos en la taberna e idas y venidas por el mercado y demás calles de la ciudad, Szysxs quedó maravillado por el sistema de vida y poderío que ostentaban los Orgos de la Meseta Ferrian. Entre tanto, pensando en el recién hallado familiar, Rijja se encontraba ensimismado en sus quehaceres, ya fueran respectivos a la diplomacia y burocracia de Ar’Kaindia o bien desenvolviendo y atajando las tareas propias de un patriarca familiar.

    Una vez pasaron las jornadas de reflexión pertinentes, Szysxs fue al encuentro de Rijja, tal y como habían acordado.

     

    Templo Piramidal: Altar [o,s,|e|,n]

    Sacerdote de Velian está aquí.

    Gran Altar de Velian.

     

    -|Szysxs|/- llega desde el oeste.

    Szysxs hace una reverencia.

     

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Saludos, tío.

    Szysxs se ríe.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Todavía no soy capaz de decirlo sin sonreír un poco.

    Sonríes.

    Dices en ogro:  Saludos Szysxs, espero que la estancia en la ciudad te esté resultando cómoda. Te acostumbrarás, al fin y al cabo, lo llevas en la sangre.

    Szysxs asiente con la cabeza.

    Dices en ogro:  Bueno, debo preguntar…

    Preguntas en ogro:  Como van tus deliberaciones personales? ¿has aclarado tu mente?

    Szysxs mueve con gracia su Capucha de Bufón, haciendo que todos sus cascabeles suenen armoniosamente.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Sí, parece que sí. Estas semanas están siendo fantásticas. Estoy aprendiendo mucho, tanto de mis habilidades como de mí mismo. Creo que no puedo negar que todo aquí me resulta familiar de alguna manera.

    Sonríes.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Me ha hecho pensar en quien soy, creo que no tiene tanto que ver con quien son o fueron mis padres, sino en mis actos. Pero, de todas formas, haber encontrado una familia siempre es agradable.

    Dices en ogro:  Sin ánimo de pecar de orgullo diré: Y menuda familia…

    Sonríes.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Sí bueno…

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Nadie podría pedir nada más.

    Dices en ogro:  Agradezco el comentario.

    Szysxs pregunta con voz sobrenatural:  He tenido el placer de conocer a otros miembros, Jenro me ha estado ayudando mucho, seguramente me falten muchos más por conocer. ¿Sois todos tan exuberantes?

     

    Te ríes.

    Dices en ogro:  En la familia solemos estar bien pertrechados. La riqueza sin ostentación se convierte en humildad.

    Dices en ogro:  Al’jhtar no es una familia humilde

    Dices en ogro:  Pero somos prudentes. Siempre ha de tenerse en cuenta eso

    Dices en ogro:  Y claro, nunca olvidar la dedicación a esta.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Es una delgada línea, tendré que aprender a bordearla si no quiero desentonar aquí.

    Dices en ogro:  Me he tomado alguna libertad para contigo. He enviado cierta misiva a la academia de la ciudad. No es gran cosa, pero te enseñarán el folklore Ar’Kaindiano y ciertas canciones y cánticos.

    Dices en ogro:  Suponía que te gustaría la idea y te serviría bien para entender e interiorizar nuestras costumbres.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Nada me placería más. Parece que me conozcas como si llevara aquí toda la vida.

    Dices en ogro:  Debido a tu situación y actual ocupación, era fácilmente deducible que pudieras mostrar interés por esas cosas.

    Sonríes.

    Szysxs pregunta con voz sobrenatural:  ¿Y cuándo será?

    Dices en ogro:  Pero, he de decir, me llena de satisfacción tu aprobación para eso. Acertar siempre es agradable.

    Szysxs pregunta con voz sobrenatural:  ¿Y cuándo será?

    Dices en ogro:  Están preparando todo, en un par de jornadas lo tendrán listo para poder atenderte.

    Dices en ogro:  También me he tomado la libertad de… emitir cierto «bono» de comida y bebida en la taberna de la ciudad. El regente es un viejo conocido, por lo cual tendrás «barra libre» durante un par de semanas.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Vaya, no era necesario, pero gracias.

    Dices en ogro:  Úsalo con prudencia, el dueño no es muy amigable cuando algún cliente se queda… traspuesto en su local.

    Sonríes.

    Szysxs mueve con gracia su Capucha de Bufón, haciendo que todos sus cascabeles suenen armoniosamente.

    Te ríes.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  No soy de esa clase de artistas. Pero lo comprendo, a mí me han estropeado más de una actuación.

     

    Asientes con la cabeza.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Seré prudente

    Dices en ogro:  Y, haciendo hincapié en el tema…

    Szysxs pregunta con voz sobrenatural:  ¿Sí?

    Dices en ogro:  has decidido si nos vas a acompañar largo tiempo? Ya sabes que estaría encantado que aceptases tu hueco en la familia. Al margen del estatus, y obligaciones, que tiene formar parte de la familia Al’jhtar de manera reconocida, gozarás de entrada libre en la Torre de Cuarzo y Obsidiana, y dispondrás de tus propios aposentos y sala de estudio para tu… entrenamiento.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Bueno, ya no puedo negar ser un Al’jhatar. Creo que os acompañaré… de por vida, al menos en lo espiritual. En lo físico, me gusta viajar, iré, vendré, a veces periodos largos, no sabría concretar, lo que la vida me depare.

    Sonríes.

    Dices en ogro:  No esperaba menos de las costumbres de un trovador. No te preocupes, no se exige nada de ti. Salvo el compromiso para con la familia y el bienestar de sus miembros.

    Sonríes.

    Szysxs asiente con la cabeza.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Solo espero poder devolver algún día todo lo que se me está dando.

    Dices en ogro:  Lo que recibes no es más que tu derecho de nacimiento.

    Dices en ogro:  Sea así, emitiré un comunicado y realizaré los escritos pertinentes en las actas de la ciudad.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Lo que pueda hacer por la familia lo haré. Había pensado empezar por componer una canción familiar. Espero que la misiva de dentro de unos días me de ideas.

    Dices en ogro:  No serán pocos los que se alegren de que la descendencia de tu bien amada madre haya sido encontrada.

    Dices en ogro:  Sería un honor escuchar dicha… composición musical. Quedaré expectante.

    Sonríes.

    Szysxs sonríe.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Ya empiezo a sentir la presión.

    Szysxs se ríe.

    Te ríes.

    Dices en ogro:  Y, ahora, debo proseguir con mis quehaceres. La burocracia es un tema tedioso, pero debe ser atendido.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Bueno, no quiero quitarte más tiempo. Podemos vernos dentro de unos días.

    Szysxs hace una reverencia.

    Dices en ogro:  Disfruta cuanto quieras de tu estancia en la ciudad, sobrino. Que Velian te guíe.

    Szysxs te abraza.

    Sonríes.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Adiós, tío.

    Te despides de Szysxs.

    -|Szysxs|/- se va hacia oeste.

     

    Después de la conversación, ambos contertulios, sendos pertenecientes a la Familia Al’jhtar desde ahora, sonrieron ampliamente ante el nuevo horizonte de posibilidades que ofrecía la situación acontecida.

    Rijja
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    Memorias de Sangre: El Ocaso del Filo Albino. (III)

     

     

    Atojj portaba, entre sus variados pertrechos para el combate, un Elixir que, al beberlo, otorgaba ciertas capacidades regeneradoras y curativas. Era un brebaje demasiado caro como para que fuera algo común, entre los soldados, en el campo de batalla. Esta poción había sido un obsequio de su hermano Fujj, un poderoso mago rúnico de la época.

    Sin más dilación, Atojj abrió la botella que contenía aquel líquido mágico y la abocó sobre su exhausto compañero. A los pocos segundos de beber aquel brebaje, las heridas del orgo comenzaron a sanar, al menos parcialmente, mientras este se incorporaba de su decaída posición con una ligera mueca de dolor.

     

    Gracias camarada, no olvidaré esto, menudos trucos de acaudalado tienes escondidos– Dijo el orgo agradecido.

    Ya me lo cobraré en licor de dátil cuando salgamos de esta, amigo mío. –Dijo Atojj complaciente. – Pero ahora debemos proseguir nuestra marcha, aquí estamos completamente desguarecidos. – Añadió.

     

    Los orgos avanzaron centenas de metros, recorriendo la colina entre arrastres rápidos, protegidos por los hierbajos y piedras, pero, debido al retraso que aconteció por ayudar a su compañero, los orgos fueron descubiertos cuando los exploradores alcanzaron la altura necesaria para verlos.

    Entre los gritos de alarma que emitían aquellos exploradores enemigos, los orgos comenzaron una carrera frenética, tanto como les dejaba sus aún ajados cuerpos, colina abajo. Rumbo a las ciénagas de Zumelzu.

     

    Al observar el intento de huida, los enemigos tornaron sus gritos de alarma en una sutil, pero muy peligrosa, lluvia de flechas sobre el pequeño grupo de orgos. El trío de ciudadanos Kaindianos esquivaron varias de las primeras tandas de dichos proyectiles, pero, finalmente, uno de ellos fue atravesado en su brazo izquierdo por un total de 4 saetas, que se clavaron profundamente.

    Un grito de dolor, acompasado con un pequeño revuelco en la tierra por el impacto, inundó la zona, aunque esto no detuvo el estrepitoso avance, colina abajo, de Atojj y sus compañeros, los cuales se encontraban ya en la parte final de aquella loma.

    Rijja
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    Memorias de Sangre: El Ocaso del Filo Albino. (II)

     

    Después de constatar que no podrían llegar a Alandaen, al menos no sin enfrentarse en considerable inferioridad a los Paladines de Eralie que se habían adelantado a sus movimientos, decidieron tomar otra ruta que les permitiese, al menos, ocultarse hasta tener algún tipo de oportunidad en la retirada.

    Las sangrantes heridas que poblaban sus cuerpos se habían agravado durante su particular travesía, dando paso a múltiples hemorragias. Los Orgos se detuvieron para vendar y tratar dichas heridas sin apenas éxito, aunque, al menos, dicho tratamiento les daría algunas horas más de autonomía antes de convertirse en un problema irremediable. Una vez más emprendieron una tortuosa marcha, esta vez hacia las Ruinas de la Ciudad de Zumelzu. Aquellas ciénagas serían un punto estratégico donde esconderse y poder recobrar fuerzas mientras trazaban algún plan para llegar hasta el embarcadero de Alandaen esquivando a sus enemigos.

     

    Una vez retomaron su huida hacia las ruinas de Zumelzu, después de varias horas caminando heridos, entre la basta aridez que gobierna las colinas en las que se encontraban, el trayecto fue mostrando poco a poco cierta vegetación y humedad, entre hierbajos aciguatados y un fuerte aroma a salitre, lo cual hizo más llevadero el itinerario que habían decidido seguir y, por supuesto, la proximidad del mar y de su objetivo. Una vez encumbraron la colina por la que ascendían, los orgos pudieron divisar, y oler, la aldea costera de Alandaen. Patrullando en las inmediaciones de la entrada pudieron ver con claridad a varios Paladines de Eralie y unos pocos soldados. Estos últimos oteaban las colinas mientras ascendían lentamente rastreando la zona, presumiblemente, en búsqueda del particular grupo de orgos.

    El grupo no debía tardar en cruzar las montañas o serían descubiertos sin escapatoria.

    Mientras se detenían para trazar una estrategia, trazando como seguir su camino pasando completamente desapercibidos para sus perseguidores, uno de los compañeros de Atojj desfalleció. El Orgo no pudo soportar la pérdida de sangre y, debido a esta, se desplomó con estrépito sobre sus rodillas mientras jadeaba sofocantemente.

     

    Nnn.. No puue..do seegu..ir el ritmm..mo, Cam..maradas.– Balbuceó el orgo con gran dificultad entre esputos de sangre.

     

    Los dos Orgos que quedaban en pie cruzaron una mirada y luego miraron a la vez a su compañero moribundo para después, ambos, esbozar una sonrisa nerviosa.

     

    Aún hay esperanza, amigo mío. –Dijo Atojj, entonando sus palabras de forma esperanzadora mientras sacaba una pequeña botella del zurrón que llevaba asido a la cintura.

    Rijja
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    en respuesta a: Genealogía oculta #346580

    Información revelada

     

    Después de los primeros momentos de plática, y viendo Rijja confirmada su sospecha sobre la mácula de nacimiento que portaba Szysxs, el Alto Teócrata se dispuso a revelar lo que sus estudios sobre el pasado de Szysxs habían revelado. Al margen, el bardo, no cabía en sí debido a la intriga y misterio que enzarzaban sus pensamientos en una vorágine de inquietud.

     

     

    Szysxs pregunta con voz sobrenatural:  Pero, esta intriga me está matando. ¿Qué es esa mancha?

    Dices en ogro:  verás, hace aproximadamente 24 años. Un contingente de Orgos se perdió en misión diplomática en los alrededores del reino de Zulk.

    Dices en ogro:  En este grupo, al margen de soldados pertenecientes al Ejercito Kaindiano, iban ciertos… diplomáticos Ar’Kaindianos

    Dices en ogro:  Entre ellos, se encontraban algunos nobles y gente de alta cuna de esta misma ciudad…

    Szysxs mueve con gracia su Capucha de Bufón, haciendo que todos sus cascabeles suenen armoniosamente.

    Dices en ogro:  Y, en ese pequeño grupo de dignatarios, se encontraba mi prima Shajji.

     

    Bibliotecario Al’jhtar dice: Shajji… que recuerdos. Siempre fue revoltosa pero terminó siendo una excelente y temida guerrera…

    Dices en ogro: Guarda silencio viejo, no quiero interrupciones estúpidas que puedan menguar la atención de Szysxs. Retomando la conversación…

    Dices en ogro:  Emprendió la marcha ya encinta. A pocas lunas de un posible alumbramiento.

    Dices en ogro:  Cuando se encontraban en la ciudad de Anduar, antes de emprender el camino hacia Grimoszk, Shajji dió a luz.

    Dices en ogro:  Pero, debido a los bandidos que se encontraban entonces apostados en las inmediaciones del camino arenoso que se adentra en el desierto y el Reino de Al’Qualanda…

    Dices en ogro:  Decidieron, después de algunas jornadas, partir hacia Grimoszk y refugiarse algunas semanas en la ciudad hasta estabilizar a la nueva criatura y recomponer los pertrechos.

    Dices en ogro:  Una vez llegaron a las inmediaciones de los pantanos de Zulk se perdió su rastro. Pero, los numerosos exploradores que enviamos en su búsqueda encontraron diversos enseres…

    Dices en ogro:  entre ellos, el diario de viaje del militar encargado de dicha misión.

     

    Bibliotecario Al’jhtar dice: Mi señor Rijja, aquí tiene el diario que comentáis.

    Bibliotecario Al’jhtar enseña un manuscrito de papel con la encuadernación muy gastada.

     

    Dices en ogro:  Gracias, viejo. En estas páginas se relata con exactitud todo el viaje, tanto rutas como contratiempos y diversos acontecimientos…

    Dices en ogro:  sin extenderme mucho más…

    Dices en ogro:  Hay una descripción exacta del bebé que tuvo Shajji..

    Dices en ogro:  Mira, léela por ti mismo…

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Pero me estás queriendo decir… (traga saliva) …que yo soy ese niño nacido en Anduar. ¿Es eso posible de verdad? Osea, las fechas coinciden, pero cómo puedo estar seguro de que soy yo.

    Szysxs coge el manuscrito y lo lee detenidamente.

    Sonríes.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Sí bueno, todos los niños son pequeños y regordetes.

    Szysxs sigue leyendo.

    Dices en ogro:  Mira la descripción física. Es completamente exacta…

    Szysxs hace otro inútil intento de mirarse el gemelo.

    Szysxs pregunta con voz sobrenatural: ¿Dónde hay un espejo?

    Dices en ogro:  Justo detrás tuyo, junto a la estantería de tu izquierda

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  La descripción sin duda… el color de los ojos… es tal como me describe mi padre siempre que habla de mi cuando era pequeño.

    Szysxs coge el espejo y se mira el gemelo.

    Preguntas en ogro:  El color de ojos es solo una parte a la hora de remarcar una descripción, pero… la mancha en el gemelo… ¿alguna vez has visto alguna exactamente como la tuya?

    Szysxs llora.

    Consuelas a Szysxs.

    Dices en ogro:  Este descubrimiento no es motivo de llanto.

    Dices en ogro:  más bien todo lo contrario, Szysxs.

    Preguntas en ogro: ¿Entiendes la trascendencia de este descubrimiento?

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  No es eso. Es que parece que es cierto. Hace una semana me fui de aquí renegando porque pensaba que me habíais ignorado. Y solo unos días después, no solo no me habéis ignorado, sino que parece que habéis dado con mi origen. Estoy contento, lloro de felicidad.

    Sonríes.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  No puedo estar más agradecido.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  ¿Y qué fue de mi madre? Ahora qué sé lo que tengo que buscar, podré encontrar muchas cosas sobre mi familia, algún pariente vivo.

    Dices en ogro:  Si. Todas las pruebas apuntan a que eres mi familiar. Descendencia de Shajji, la Bruma de las dunas. Una gran guerrera.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  No conocerás algún pariente vivo de tu prim…

    Dices en ogro:  Te encuentras en la residencia Familiar.

    Szysxs parece darse cuenta de todo de repente.

    Dices en ogro:  Eres un Al’jhtar.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Pero… esto no es lo que yo esperaba. Osea… yo soy un…

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Creo que necesitaré un tiempo para asimilarlo.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Osea no niego que lo sea, pero… todo se me hace muy extraño.

    Dices en ogro:  No debes tomarlo a la ligera. Al igual que tampoco debes asumir nada que no quieras. Solo comentarte que, en honor a tu madre, muy querida en esta familia, te ofrezco un sitio en mi mesa y bajo mi techo.

    Dices en ogro:  Si necesitas alojamiento en la ciudad, eres libre de quedarte en las dependencias de la torre. Tienes mis recursos a tu disposición.

    Dices en ogro:  Y, recuerda, no debes asimilar nada que no quieras.

    Dices en ogro:  El hueco es tuyo, lo tomes o no.

    Szysxs comienza a sollozar de nuevo y se abalanza sobre sobre Rijja para abrazarlo.

    Szysxs dice con voz sobrenatural: ¡Gracias, gracias, gracias! Estoy en deuda contigo.

    Dices en ogro:  Y añadir que, al margen de lo que pueda suponer, por mi parte me congratula haber dado con la descendencia directa de mi querida prima. Fue una tragedia y gran pérdida para nosotros.

    Dices en ogro:  No hay de qué, ha sido un auténtico placer desvelar el misterio que te atormentaba.

    Szysxs se limpia con la manga.

    Szysxs pregunta con voz sobrenatural:  Sí claro, me quedaré unos días por aquí, quiero que me cuentes más cosas de mi familia, ¿Tío?

    Sonríes.

    Dices en ogro:  El tiempo que necesites…

    Rijja
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    Después de ascender por el Disco elevador, los tres orgos llegaron a la Plaza Mayor de Ar’Kaindia justo a los pies de la gran fuente que allí se encuentra, repleta de agua fresca, y bajo la mirada atenta del Tutor, un viejo orgo encargado de adiestrar a los jóvenes de la ciudad.

     

    Rijja y Stalwugh dejan en el suelo, sin demasiado cuidado, el cuerpo desfallecido de Szysxs.

     

    Rijja dice en ogro:  Es sorprendente. Ni siquiera se ha movido un ápice.

    Rijja dice en ogro:  Realmente un desmayo profundo…

    Rijja sonrie.

    Rijja dice en ogro:  Supongo que tendrá más tolerancia con la bebida.

    Rijja se rie.

    Rijja mira a Szysxs.

    Szysxs comienza a hacer gestos con la cara.

    Szysxs entreabre un ojo.

    Rijja pregunta en ogro:  Y si probamos a despertarlo, ¿Stalwugh?

    Rijja dice en ogro:  ¡Vaya! parece que vuelve en sí.

    Szysxs pregunta con voz sobrenatural:  Ehhh. ¿Dónde estoy?

    Szysxs se reincorpora levemente.

    Rijja dice en ogro:  Saludos, joven Orgo. Estás en la gloriosa ciudad de Ar’Kaindia. En la cumbre de la Meseta Ferrian.

    Rijja dice en ogro:  Es curioso, tu cara me resulta familiar.

    Szysxs pregunta con voz sobrenatural:  Entonces, ¿Hemos llegado?

    Szysxs mira a Stalwugh con lágrimas en los ojos.

    Rijja dice en ogro:  Todo depende de cual era tu destino. Apenas hemos cruzado palabra.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Bueno. Estamos aquí por mí. Stalwugh, mi maestro, me ha ayudado a cruzar el desierto.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Vengo en busca de respuestas.

    Rijja pregunta en ogro:  Una ardua travesía, sin duda. Y, tengo curiosidad, ¿Qué tipo de respuestas buscas?

    Dices con una voz sobrenatural: Szysxs deberías mirarte lo de esos desmayos, no es normal lo que te sucede cuando te pones nervioso

    Rijja dice en ogro:  Puedo poner a tu disposición a algún Erudito del Templo Piramidal.

    Szysxs te asiente con la cabeza.

    Dices con una voz sobrenatural: Pero…. Pregúntale eso que tanto me preguntabas a mí, que no te de vergüenza.

    Rijja se muestra extrañado por la idea.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Mi historia es un poco larga, no quisiera molestarle. Podríamos resumirlo en que andaba buscando a Rijja. Me dijeron que quizá él pudiera ayudarme.

    Rijja dice en ogro: Sin duda, has atinado mucho en tu viaje. No hay ningún Orgo con ese nombre salvo mi persona. Por lo que entiendo, me buscas a mí.

    Rijja dice en ogro:  Ahora si tengo verdadera curiosidad.

    Szysxs parece perplejo.

    Rijja pregunta en ogro:  ¿Cuál es el motivo de tu búsqueda?

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Vaya, la cosa es… Que no sé quién soy.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Osea, sí.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Soy szysxs, pero, porque en Grim… Szeks….

    Rijja dice en ogro:  Muchacho, creo que esa exposición es poco precisa y abierta a interpretación.

    Rijja dice en ogro:  Y, desde luego, errática

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Osea, me criaron los hombres-lagarto. Pero no sé quién son mis padres.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Eso es.

    Preguntas con una voz sobrenatural: ¿Te encontraron unos lagartos y te acogieron?

    Rijja dice en ogro:  Curioso. No tenía constancia de ningún Orgo criado en el Reino de Zulk. Y mucho menos dentro de la ciudad de Grimoszk. Explícate.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Bueno, intentaré ser lo más breve posible.

    Rijja dice en ogro:  Mi curiosidad debe verse satisfecha.

    Rijja se rie.

     

    Ar’Kaindia: Plaza Mayor [|no|,-so-,-o-,s,e,n]

    Tutor está aquí.

    -|Rijja|/- y -|Szysxs|/- están aquí.

    Fuente de Velian [Agua].

     

     

    Rijja dice en ogro:  Habla muchacho. Sin cortes ni rodeos.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Pues, Szeks, un hombre-lagarto, me encontró cuando yo no tenía más que unos meses de edad.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Estaba en medio del pantano, en un claro.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  O al menos así me lo contaron.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Al parecer no había rastro alguno de cómo pude haber llegado allí

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Ni pisadas, ni restos.

    Stalwugh parece no entender nada de lo que dice Szysxs

    Rijja dice en ogro:  Curiosa situación. No diría poco frecuente, si no completamente anómala.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Y he de decir que Szeks es un gran conocedor del pantano. De haber habido algo lo habría encontrado.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Me llevó a su casa, y por motivos que tampoco es necesario detallar ahora, me acogieron y criaron.

    Rijja pregunta en ogro:  ¿Cuál es tu edad, muchacho?

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  tengo 22 años, si no he hecho mal las cuentas.

    Rijja piensa con cuidado para no hacerse daño.

    Rijja frunce el ceño.

    Rijja dice en ogro:  Curioso…

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Venía en busca de libros, historias… Cualquier cosa de esa época que me pueda dar una pista de quiénes son mis padres.

    Dices con una voz sobrenatural: Mi señor Alto Teócrata, este chico tiene un Don, me lo encontré en una Taberna muy frecuentada, estaba cantado un sol mayor y tenia a todo el público puesto en pie

    Szysxs carraspea.

    Rijja dice en ogro:  No. Ahora no, trovador.

    Rijja dice en ogro:  Es muy inusual lo que comentas. Pero has despertado ciertos resquicios de sospechas, atrás en el tiempo.

    Rijja dice en ogro:  Basta de hablar sobre el tema, ya tendremos tiempo de profundizar.

    Rijja dice en ogro:  No comentes con nadie más este asunto, Muchacho.

    Rijja dice en ogro: Debo corroborar ciertos datos. Iré en tu busca cuando termine mi investigación.

    Rijja dice en ogro:  ahora descansa. Eres libre de usar los servicios que ofrece la ciudad.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Perfecto. Buscaré una cama cómoda, y dormiré los próximos 3 días enteros.

    Dices con una voz sobrenatural: pues nos ausentamos, nos vamos a descansar, por el largo viaje del desierto

    Rijja dice en ogro:  Solo debes esperar, y obtendrás una posible respuesta.

    Szysxs exclama con voz sobrenatural:  Mil gracias!

    Rijja dice en ogro:  Stalwugh, enseña la ciudad al muchacho. Que coma y beba lo que quiera.

    Szysxs llora de emoción.

    Rijja dice en ogro:  No hay de qué, muchacho.

    Rijja mira a Szysxs.

    Dices con una voz sobrenatural: claro que si mi Alto Teócrata, le enseñare cada rincón de la ciudad

    Preguntas con una voz sobrenatural: ¿Szyszsk, nos vamos?

    Szysxs asiente con la cabeza.

    Szysxs dice adiós a Rijja.

    Szysxs hace una reverencia a Rijja.

     

     

    Una vez se marcharon de la zona ambos Orgos, Rijja se quedó pensando sobre el inesperado encuentro que había acontecido. Y, con los pensamientos inmersos en elucubraciones sobre el posible origen de Szysxs, se dirigió a la Biblioteca Al’jhtar para consultar ciertos archivos…

     

     

    *POW Stalwugh

    **Editado por Rijja

    Rijja
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    Los Orgos habían llegado a la Meseta Ferrian, después de su particular travesía por el desierto, en búsqueda del Alto Teócrata Arcano en pos de resolver las dudas sobre el origen de Szysxs. Lo que estos no sabían era de la proximidad de su objetivo…

     

    Interior de la Meseta Ferrian: Escalera del cielo [ar,o,n]

    Soldado orgo está aquí.

    -|Szysxs|/- está aquí.

     

    Cavernas de la meseta Ferrian: Disco elevador [s,n,e]

    Dos Soldados orgos y Telequinético orgo están aquí.

    Disco repulsor y Gran disco elevador.

    -|Szysxs|/- te sigue.

     

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Parece una eminencia, casi un Dios. Inaccesible para un simple vagabundo como yo.

     

    +-|Rijja|/-+ entra en el Gran disco elevador.

    Gran disco elevador [fu]

    Soldado orgo y Telequinético orgo están aquí.

    +-|Rijja|/- está aquí.

    -|Szysxs|/- llega de fuera.

    Haces una reverencia.

     

    Rijja dice:  Recordad, debéis aplicar más presión en los conjuros.

     

    Szysxs hace una reverencia.

    Rijja le sonríe a Telequinético Orgo.

     

    Dices con una voz sobrenatural: Mira joven alumno

    Dices con una voz sobrenatural: A quien tenemos aquí

    Rijja dice en ogro:  Saludos, conciudadanos.

    Rijja dice en ogro:  Disculpad, estaba conversando con los telequinéticos sobre asuntos de mantenimiento.

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Saludos.

    Dices con una voz sobrenatural: Hola Rijja

    Dices con una voz sobrenatural: Mira este joven es mi alumno

     

    Rijja sonrie.

     

    Szysxs pregunta con voz sobrenatural:  ¿Cómo? ¿Rijja?

     

    Rijja saluda a Szysxs alegremente.

     

    Dices con una voz sobrenatural: Se llama Szysxs

    Rijja dice en ogro:  Un placer

     

    Szysxs saluda a Rijja alegremente.

    Szysxs está perplejo.

     

    Rijja dice en ogro:  Pero, Stalwugh..

    Szysxs dice con voz sobrenatural:  Yo… venía… esto…

    Szysxs mueve con gracia su Capucha de Bufón, haciendo que todos sus cascabeles suenen armoniosamente.

    Rijja pregunta en ogro:  ¿decís alumno? Más bien parece un trovador. ¿No es cierto?

    Szysxs se desmaya.

    Rijja dice en ogro:  Y veo que algo endeble…

    Dices con una voz sobrenatural: es un trovador, pero también le gusta las artes mágicas

    Rijja pregunta en ogro:  Interesante afición. ¿Esto del desmayo… es común en él?

    Rijja mira a Szysxs.

    Dices con una voz sobrenatural: el otro día en un concierto, le paso algo parecido cuando se pone nervioso se desmaya, tendrá que mirarlo

    Rijja dice en ogro:  Bueno, para evitar problemas, deberíamos subirlo a refrescarlo en la fuente.

    Dices con una voz sobrenatural: como usted mande

     

    Gran disco elevador [fu]

    Soldado orgo y Telequinético orgo están aquí.

    -|Szysxs|/- y +-|Rijja|/-+ están aquí.

     

    Rijja sonrie.

    Rijja asiente con la cabeza.

     

    Stalwugh le pega una torta a szysxs para que despierte

    Szysxs empieza a sangrar.

     

    Rijja dice en ogro:  Telequinético. Asciende el disco al nivel superior.

     

    Telequinético orgo posa una mano en el cristal rojo y la otra en el violeta, ambos empiezan a brillar al momento.

    El Disco tiembla y lentamente inicia su movimiento de ascenso.

    ¡BRRROOOOOOOOOOOOOOO!

     

     

    *POW Stalwugh

    **Editado por Rijja

    Rijja
    Participant
    Número de entradas: 368

    Fascículo 41

     

    El grueso del grupo entre los bandidos estaba formado por ocho individuos, al margen de otros cuatro más desperdigados, y agazapados, entre las sombras que envolvían aquella parte del camino.

    Dos de estos bandidos, los que estaban en una posición más avanzada con respecto a Rijja, se lanzaron sobre el Alto Teócrata con rapidez. El primero de ellos fue ensartado a la altura del pecho mediante un súbito movimiento de la Furia de Tiszu, que el orgo empuñaba con maestría, para después recibir una inmensa patada en el estómago que lo lanzó hacía atrás varios metros, quedando agonizante y tendido en el suelo. El segundo que lo acompañaba en la acometida, llegó hasta el flanco derecho de Rijja, aprovechando su ventajosa posición lanzó una rápida estocada hacia el costado del mago rúnico. De soslayo, de la nada, se formó en el aire una espada de aspecto etéreo que giraba a una velocidad vertiginosa. Dicha espada detuvo fácilmente la acometida del bandido y luego desapareció en el aire de nuevo. El atacante se quedó sorprendido ante tal suceso y, sin esperarlo, Rijja le atravesó el cuello por completo y, mientras lo mantenía ligeramente suspendido en el aire, dos nuevas espadas, idénticas a la anterior que detuvo el golpe, aparecieron justo a la altura del bandido para seccionarle ambos brazos. La vertiginosa escena y resultado del primer ataque detuvo la carga del resto de bandidos mientras se miraban entre ellos atónitos. Rijja extrajo su Furia de Tiszu del cuello de su víctima que, desmembrada, cayó al suelo quedando inerte.

     

    El cazador cazado…

     

    Joder… ¿¡Quién eres tú?! –exclamó temeroso uno de los bandidos.

    Solo un viejo orgo, ¿Recuerdas? – Dijo Rijja en tono pausado a la vez que formaba una serie de sellos mágicos con las manos. –Realmente no necesitáis saber nada sobre mí, estáis muertos. –Añadió.

     

    Los bandidos esbozaron una mueca de horror cuando Rijja formuló el hechizo que estaba preparando y, para su desgracia, una enorme bola de fuego los engulló, dejando de ellos apenas unos cuerpos chamuscados y humeantes. Los cuatro bandidos, que observaban agazapados entre las rocas que rodeaban a Rijja, habían contemplado toda la escena sin intervenir y, ante tal atroz visión, se dispusieron a escapar rápidamente entre gritos de pánico.

    Rijja sonrió ampliamente con una malvada mueca.

    Alzó el dedo índice de la mano derecha y de él surgieron, después de dibujar unos símbolos en el aire, cuatro esferas mágicas que se precipitaron, separándose, sobre cada uno de los cobardes bandidos. Todos fueron atravesados por aquellas mágicas esferas a la altura del pecho, cayendo fulminados casi al unísono.

     

    Realmente, todo un espectáculo…

    Rijja
    Participant
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    Fascículo 40

     

    Conforme el Alto Teócrata encaró el camino pudo observar en la lejanía la majestuosidad del Castillo de D’hara. Sin duda, una inmensa y bella fortificación. Al margen de la gratificante sensación de estar, por fin, alcanzando la meta fijada, Rijja agradeció dejar atrás el nauseabundo olor a fétida granja que desprendía el Feudo de Brenoic.

    Comenzó a recorrer el camino fijado a paso ligero, esta zona no se encuentra tan poblada en mercaderes ni soldados por lo cual es propensa la proliferación de ataques y robos, ya sea por parte de los propios bandidos locales o bien por parte de la organización criminal “El Puñal Ensangrentado”, la cual hacía estragos durante los últimos años en los caminos Imperiales.

     

    Veamos que intenciones tendrán esos encapuchados detrás de aquella roca…

     

    Mientras el Teócrata observaba la ingente cantidad de carteles que pueblan la zona a lo largo del camino, varios chapados de madera que indican el camino hacia las Quebradas de Devron o el Castillo de D’hara o, los más numerosos, sobre el peligro de adentrarse por el angosto sendero entre las rocas que se abre al norte dirección al Reino de Golthur-Orod, un pequeño grupo de humanos, totalmente encapuchados, le salieron al paso a escasos metros más adelante.

     

    ¡Hola, Hola! Vaya, ¿Qué tenemos aquí? – Dijo uno de los bandidos con tono claramente burlesco. – ¿Un viejo mercader Orgo? ¡Ja! ¡Por tu aspecto puedo oler las monedas desde aquí! – Añadió, tornando la voz a un tono totalmente agresivo.

    ¡Dejad paso, alimañas!– Dijo Rijja despectivamente, mientras avanzaba con naturalidad hacia los encapuchados.

    ¿Qué has dicho viejo!?! –Exclamó aquel bandido claramente exaltado.

    ¡Espetadlo! –Dijo otro de aquellos humanos encapuchados. –¡Rajadle la garganta!– Decían otros. Hasta que los comentarios despectivos se hicieron pasar por boca de todos y cada uno de los bandidos.

    A la vez que los bandidos increpaban cada vez con voz más fuerte, mientras Rijja se acercaba, el orgo comenzó a mover sus dedos pareciendo escribir en el aire una serie de runas y respiró profundamente.

    Escasos eran los metros que los separaban ya y, aquellos bandidos, adoptaron una pose de lucha y se lanzaron al ataque en contra del Alto Teócrata Arcano.

    Rijja no pudo evitar sonreir.

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