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en respuesta a: El exilio de Thiniel #352433
Capítulo 7. Aventuras en el río Blanco
Thiniel descorrió las cortinas de la tienda y se introdujo en la oscuridad de la tienda. En un jergón vio a Rethryel, sumido en un sueño profundo. Estaba cansada, pero tenía una extraña sensación de paz interior, haber dejado las cosas claras con Jonai le había sentado muy bien. Sólo quedaba devolverle el bastón, pero eso ya sería mañana.
Thiniel comprobó la hoguera y se introdujo en el jergón, sumiéndose en un plácido sueño.
Thiniel despertó con los primeros rayos de Sol que se filtraban a través del techo de la tienda. Se levantó y despertó a su compañero tocándole suavemente en el hombro.
Thiniel dice en eldorense: Rethryel, despierta.
Rethryel se reincorpora en el jergón.
Rethryel dice: Hola, Thiniel.
Rethryel dice: Buenos días.
Thiniel dice en eldorense: Buenos días, espero que hayas descansado.
Thiniel dice en eldorense: Yo he dormido como un bebé. Hacía mucho tiempo que no dormía así de bien.
Rethryel dice: Como hacía tiempo no lo lograba.
Rethryel sonrie.
Thiniel suelta una discreta carcajada.
Thiniel dice en eldorense: Qué bien.
Rethryel dice: Estupendo, pues tenemos el cuerpo descansado.
Rethryel pregunta: ¿Con fuerzas para el chapuzón de hoy?
Thiniel dice en eldorense: Pues anoche estuve hablando con Jonai, parece que hemos hecho las paces, más o menos.
Thiniel dice en eldorense: Igual no es como antes, después de nuestra discusión, pero diría que estamos bien.
Rethryel dice: Me alegra escuchar eso.
Thiniel dice en eldorense: Eso iba a comentarte, me estuvo hablando de su bastón, hay que recuperárselo sin falta, significa mucho para él.
Rethryel da una palmadita en el hombro a Thiniel, mientras asiente levemente.
Thiniel dice en eldorense: Me dio un poco de pena, incluso.
Rethryel dice: Entiendo…
Thiniel dice en eldorense: Le di el ungüento que preparaste, veremos a ver qué tal evoluciona.
Rethryel dice: Seguramente haya mejorado ya.
Rethryel dice: Y, en cuanto al bastón, te contaré un secreto.
Rethryel dice: A lo único que le tengo cariño yo, es a mis pertenencias, no podría desprenderme de nada.
Rethryel dice: Son las que me acompañan en cada aventura, algún día te contaré la procedencia de todas ellas.
Rethryel dice: Y, ahora, tú dirás por donde deberíamos empezar.
Thiniel dice en eldorense: Claro, mira, vayamos a la desembocadura, tiene que estar allí seguro.
Thiniel abandona la tienda seguida de Rethryel, recibiendo la frescura del aire de la mañana. Aun sin desayunar, con ganas de zambullirse en el río Blanco y devolver el bastón a Jonai.
Rethryel pregunta: ¿Alguna vez encontraste algo en este río?
Thiniel dice en eldorense: La verdad es que no, pero teniendo en cuenta que es de madera, confío en que no se haya hundido y haya viajado hacia la desembocadura.
Rethryel dice: Vayamos a ver.
Thiniel llegó a la desembocadura, tras atravesar los campos de Aethia. Se trataba de un pequeño delta, en el que los sedimentos que había transportado el río Blanco se habían ido depositando formando pequeños montículos.
Thiniel miró a Rethryel y le señaló todos los montones de arena.
Thiniel dice en eldorense: Habrá que buscar por ahí, ¿no crees?
Rethryel asiente con la cabeza.
Rethryel dice: Empecemos, espero que lo encontremos pronto.
Thiniel buscó una roca seca, se quitó su túnica y la plegó, depositándola sobre la roca.
Rethryel alza la vista y vislumbra lo que parecen palos y algunos troncos flotando.
Thiniel se introdujo en las gélidas aguas, notando si pequeños alfileres se le clavasen en sus pantorrillas.
Thiniel dice en eldorense: ¡Está demasiado fría!
Rethryel se zambulle en el agua sin pensárselo dos veces.
Thiniel rebusca entre los montones de arena, removiendo los montones con una vara, parece que va a ser complicado encontrar el dichoso bastón.
Rethryel dice: Pues sí que está fría, sí.
Thiniel suelta un grito de dolor.
Rethryel clava sus manos en los montones de arena, removiéndolos en busca del bastón.
Thiniel dice en eldorense: ¡Aaaaaaaaaaaaay!
Thiniel dice en eldorense: ¡Maldito cangrejo, casi me arranca un dedo!
Rethryel se gira hacia Thiniel, soltando una sonora carcajada.
Thiniel lanza el cangrejo lejos con todas sus fuerzas.
Thiniel dice en eldorense: Nunca me acuerdo de estos malditos cangrejos azules.
Thiniel dice en eldorense: ¡Mira, en ese montón de ramas, asoma una vara blanca!
Rethryel exclama: ¡La veo!
Rethryel avanza lentamente por el lodazal, llegando al montón de ramas.
Thiniel dice en eldorense: Acércate que lo tienes cerca, te vigilo desde aquí, por si aparecen más cangrejos.
Rethryel exclama: ¡Cangrejos, cangrejos!
Rethryel exclama: ¡Al fin!
Rethryel exclama: ¡Aquí está!
Thiniel se acerca a Rethryel corriendo y, de un bastonazo, aparta un enorme cangrejo azul que se disponía a atacarlo con sus pinzas.
Thiniel dice en eldorense: ¡Rápido, cógelo y nos vamos de aquí!
Rethryel agarra la empuñadura del bastón, y logra sacarlo con esfuerzo.
Rethryel dice: Vamos, ya lo tengo.
Thiniel dice en eldorense: Vamos, estoy un poco cansada de estos cangrejos.
Thiniel se dirige a la orilla, buscando la roca en la que había dejado su túnica. Una vez localizada la roca, se limpia las piernas del lodo negruzco y se viste de nuevo con la túnica.
Rethryel dice: Esperemos que esto valga para terminar de limar tus problemas con Jonai.
Thiniel observa el bastón de Jonai, sin duda Rethryel ha hecho un buen trabajo recuperándolo. Confía en que Jonai lime asperezas con el druida.
Thiniel dice en eldorense: Volvamos al campamento, aquí ya hemos terminado.
Rethryel dice: Te sigo,
Thiniel abandona la playa junto con Rehtryel, siguiendo la senda hacia la aldea de Aethia. Observa a su compañero de aventuras, siente cierta admiración por él, no habría sido capaz de recuperar el bastón sin su ayuda.
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en respuesta a: El exilio de Thiniel #352415Capítulo 6. Suena a despedida
Thiniel atravesó las calles de Aethia, aunque ya se había puesto el Sol, confiaba en encontrar a Jonai en su banco. Y así fue, lo divisó sentado, mirando el reflejo de las estrellas en los adoquines mojados. Sin mediar palabra, se plantó frente a él y, sin levantar la mirada, le saludó.
Thiniel dice en eldorense: Hola.
Jonai dice: Hola.
Jonai pregunta: ¿Quieres algo?
Thiniel siguió sin establecer contacto visual con Jonai.
Thiniel dice en eldorense: Nada, que te he traído esto.
Jonai dice: No necesito nada, gracias.
Thiniel le ofreció el ungüento que había preparado el druida.
Jonai dice: Y tampoco tengo tediosos encargos para ti.
Thiniel dice en eldorense: Es por lo de la tos.
Thiniel volvió a ofrecerle las hierbas a Jonai.
Jonai carraspea secamente.
Thiniel dice en eldorense: Esa tos.
Jonai pregunta: ¿Por… la tos?
Thiniel dice en eldorense: Sí, toma, lo ha preparado el druida.
Jonai miraba cabizbajo el ramillete de plantas machacadas.
Thiniel volvió a ofrecer las hierbas a Jonai.
Jonai pregunta: ¿El druida… ehh?
Thiniel dice en eldorense: Cógelo.
Thiniel dice en eldorense: Sí, le hablé de tu tos.
Jonai alarga la mano y coge el ramillete, como si este pesara cincuenta kilogramos.
Thiniel dice en eldorense: Solo tienes que metértelo en la boca y masticar durante un rato.
Jonai dice: Pasas mucho tiempo con ese forastero, demasiado diría yo.
Jonai pregunta: ¿No piensa irse nunca?
Thiniel dice en eldorense: Bueno, no lo sé. Prefiero que se quede.
Thiniel dice en eldorense: No hay cosas mejores que hacer por aquí…
Jonai pregunta: ¿Dónde? ¿Aquí?
Jonai dice: No necesitamos a nadie más en nuestra humilde ciudad.
Jonai dice: Pero bueno, puedes hacer lo que quieras.
Thiniel dice en eldorense: Pues parece todo lo contrario, está todo que se cae a pedazos.
Thiniel dice en eldorense: Y a mí no me da la vida con tanto recadito.
Jonai se encoge de hombros sin levantar la mirada del suelo.
Jonai engulle el ramillete de hierbas y lo mastica lentamente.
Thiniel mira hacia las tiendas de Aethia, la brisa nocturna agita las lonas de las tiendas, haciendo que salten las gotas de rocío.
Jonai dice: Cada vez somos menos, Thiniel, y más viejos…
Thiniel dice en eldorense: Menos…
Thiniel dice en eldorense: Ya no queda nadie.
Jonai dice: Exacto, por no quedar, no queda ni mi bastón…
Thiniel mira hacia el río y se pregunta dónde habrá acabado el bastón.
Thiniel dice en eldorense: Sí…
Jonai dice: Sí, ese que arrojaste al río con bravura y soberbia.
Thiniel dice en eldorense: Lo recuerdo perfectamente.
Jonai pregunta: ¿Sabes cuantos años tenía ese bastón?
Thiniel dice en eldorense: La verdad es que no.
Jonai pregunta: ¿Sabes cuantas vivencias tenía con él?
Thiniel dice en eldorense: Espero que no muchas.
Jonai dice: Fue de los primeros que tallo Howe, cuando tan solo yo era un chiquillo y le ayudaba con las tareas de recolección en Arilven.
Thiniel niega con la cabeza.
Thiniel dice en eldorense: Si tanto significaba para ti iré a por él, me zambulliré en el río.
Thiniel dice en eldorense: No tenía idea de lo importante que era para ti.
Jonai dice: Como no tienes ni idea de tantas cosas.
Jonai dice: Pero tu cabezonería te ciega.
Thiniel dice en eldorense: Habló…
Jonai levanta su cabeza y cruza una mirada con Thiniel.
Jonai dice: Si fueses capaz de recuperarlo…
Thiniel levanta la cabeza y mantiene contacto visual con Jonai.
Jonai dice: Es la única cosa material a la que me aferro.
Thiniel dice en eldorense: Iré a por él, aunque me cueste un resfriado.
Jonai dice: Espero no te resfríes, el ungüento este sabe a rayos.
Thiniel dice en eldorense: Jonai.
Jonai dirige su mirada a Thiniel.
Thiniel dice en eldorense: No quiero que nos enfademos, últimamente estoy un poco distinta. Ha sido escuchar las historias del druida y comparar su vida con la mía. Necesito aventuras, llenar mi vida con algo. Creo que esta discusión es porque en el fondo no quiero abandonaros, a Aethia, a ti…
Jonai dice: Y veo que el momento de tu partida ha llegado.
Thiniel dice en eldorense: Si no marcho ahora, terminaré mis días aquí, eso lo sé.
Jonai dice: Es verdad que aquí no hay nada, esto no es lo de antaño, y fuera hay aventuras y vivencias para todo el que se atreva a cruzar estas fronteras.
Thiniel dice en eldorense: Pero siento como si os abandonara, ¿quién se ocupará de ayudarte en los menesteres diarios?
Jonai dice: La vida ahí fuera no es tan aburrida, pero tampoco tan sencilla y placentera, estarás jugandote la vida en cada esquina, no es vida para todos.
Jonai dice: Nadie, o algún joven deberá instruirse, si es que hay algún nuevo nacimiento.
Thiniel dice en eldorense: Confío en ir aprendiendo poco a poco cómo es la vida fuera de nuestras tierras y no te quepa duda que sé que algún palo me llevaré, pero así acabamos aprendiendo, ¿no?
Jonai dice: Yo siento que el fin de mis días están entre estos muros, y estos suelos de adoquines sueltos.
Thiniel dice en eldorense: Lo sé, Jonai y eso me entristece.
Thiniel dice en eldorense: ¡Vente conmigo!
Jonai niega lentamente con la cabeza.
Jonai dice: Thiniel, la vida fuera de estos prados para mí no tiene sentido.
Jonai dice: No lo haría por nada ni por nadie.
Thiniel dice en eldorense: Te entiendo perfectamente.
Jonai dice: Solo podría desearte suerte, y ayudarte en lo posible hasta tu marcha.
Thiniel dice en eldorense: No lo dudo.
Thiniel dice en eldorense: Mañana, al amanecer, buscaremos tu bastón y nos despediremos como toca.
Jonai exclama: ¡Que así sea!
Thiniel dice en eldorense: Buenas noches Jonai y perdona por todo.
Jonai asiente con la cabeza.
Thiniel posa su mano sobre el hombro de Jonai y, tras dirigirle una mirada, se introduce en la tienda.
Thiniel mira el fuego, el baile de las llamas es hipnótico. En ese momento de ensimismamiento recapacita sobre lo acontecido, desconoce aún las repercusiones de abandonar a su gente. Pero confía en Jonai, él sabrá cómo gestionar Aethia y sus recursos.
en respuesta a: El exilio de Thiniel #352413Capítulo 5. Camino de la reconciliación
Thiniel alcanzó a Rethryel en el Bosque de Aethia, agradeció la bajada de temperatura de la noche. Este aire fresco le iba a venir muy bien.
Thiniel dice en eldorense: Ya está, alimenté la chimenea un poco más, tenemos fuego para un par de horas, podemos dar un largo paseo.
Rethryel dice: Adelante.
Thiniel dice en eldorense: No sé qué me pasa, pero últimamente salto a la mínima, me abruma tanta rutina.
Thiniel suspiró profundamente.
Rethryel dice: Bueno… supongo que serán rachas, la verdad nunca me he visto así.
Thiniel dice en eldorense: No sé si me excedí con el pobre Jonai, pero últimamente está muy pesado.
Rethryel dice: Bueno, en eso sí que podría aconsejarte.
Rethryel dice: Y creo que deberías disculparte con él, y solucionar las cosas.
Rethryel dice: Y… en cuanto a su bastón… no sé, podríamos buscarlo.
Thiniel dice en eldorense: No sé, él no lo haría si estuviera de su mano hacerlo, es muy orgulloso.
Thiniel dice en eldorense: No tengo ganas de mojarme en el río a buscar ese maldito bastón, que se lo pida a su amigo el tendero.
Thiniel dice en eldorense: Últimamente está más mandón de lo normal, como si quisiera que todo quedara perfecto, toda la aldea perfecta.
Thiniel dice en eldorense: A saber qué pretende…
Rethryel resopla angustiado.
Thiniel dice en eldorense: Encima sigue con el resfriado ese, día sí, día no me manda a buscarle hierbas medicinales, otra tarea más…
Rethryel dice: Deberías disculparte de todos modos, y quedarte en paz contigo mismo.
Rethryel dice: Haz el bien, y no mires a quién.
Thiniel dice en eldorense: Ya, no sé…
Thiniel mira hacia abajo, dudando.
Rethryel dice: ¿Resfriado?, quizás en eso podría ayudarle.
Thiniel dice en eldorense: Lleva meses con él, a veces me pregunto si no será algo más que un resfriado.
Thiniel dice en eldorense: Pero él insiste que se resfrió en uno de sus paseos, que no tiene importancia.
Rethryel dice: Mira, te prepararé algo sencillo, que curará su resfriado.
Rethryel dice: Llévaselo, habla con él, intenta solucionar vuestros problemas y ofrécele la cura a su resfriado.
Thiniel dice en eldorense: Bueno, no es mala idea entonces, algo así como una ofrenda de paz, ¿no crees?
Rethryel dice: Así es.
Rethryel empieza a murmurar palabras incomprensibles mientras rebusca en su faltriquera de plantas.
Thiniel dice en eldorense: Bueno, supongo que de mojarme para recuperar ese bastón no me voy a librar.
Thiniel mira con atención cómo el druida prepara el ungüento.
Rethryel tras sacar varias de ellas, las ata con un fino cordel y las machaca entre sus manos.
Rethryel retuerce de nuevo las plantas y las coloca haciendo una pequeña bolsita.
Rethryel dice: Con esto será suficiente, debe masticarlo y comerlo poco a poco, hasta que no le quede nada en la boca.
Rethryel dice: Y pronto debería sentirse mejor, de no ser así probaremos otros remedios.
Thiniel dice en eldorense: Entiendo, parece sencillo.
Thiniel toma el ungüento de Rethryel y lo guarda en uno de sus bolsillos.
Rethryel dice: Y en cuanto al bastón, déjame ayudarte. Yo podría darme ese chapuzón.
Thiniel dice en eldorense: Está bien, iré a verlo, seguro que conseguimos arreglar esto.
Thiniel dice en eldorense: Primero iré sola, tendremos que desahogarnos el uno y el otro y posiblemente discutamos más.
Rethryel dice: Me deberías indicar por donde debo empezar la búsqueda del bastón.
Thiniel dice en eldorense: En cuando lo solucionemos iremos a por el bastón, si te parece bien.
Rethryel dice: Me parece estupendo, no es la aventura más motivante de los últimos tiempos, pero seguro que aprenderemos algo de todo esto.
Thiniel dice en eldorense: Gracias por las hierbas, esperemos que le cure el resfriado, nos vemos en un rato.
Rethryel dice: Por aquí estaré.
Thiniel volvió sobre sus pasos en dirección a Aethia, dispuesta a tratar de reconciliarse con Jonai, iba a ser complicado, pues los dos son bastante orgullosos. Uno de los dos tendría que dar su brazo a torcer. Confiaba en que el misterioso ungüento terminara con ese extraño resfriado.
en respuesta a: El exilio de Thiniel #352348Capítulo 4. Conflictos y amistad
Thiniel llegó a la tienda de Gobierno, descorrió las pesadas cortinas de la entrada y se adentró en ella. Sus ojos tardaron unos instantes en acostumbrarse a la oscuridad del interior, se agachó sobre la hoguera y arrojó un par de troncos. Había sido un día duro al servicio de Jonai, pero no estaba muy contenta con lo que habían conversado.
Thiniel se preguntó dónde se encontraría su amigo, necesitaba desahogarse.
Rethryel dice: Saludos.
Thiniel dice en eldorense: ¡Qué alegría!, por fin algo bueno en mi día.
Rethryel dice: Perdón por el retraso.
Thiniel dice en eldorense: No pasa nada, acabo de llegar, al final se me ha complicado la mañana con tanto adoquín.
Rethryel sonríe.
Thiniel dice en eldorense: Cuatro gatos que somos aquí y el pavimento hecho polvo.
Thiniel suspira con cierta tristeza.
Rethryel dice: Vaya…
Thiniel coge una ramita y juguetea con las brasas, sin levantar apenas la mirada.
Rethryel pregunta: ¿Ha pasado algo?
Thiniel dice en eldorense: Bueno, no quiero abrumarte con mis preocupaciones, pero hoy he discutido con Jonai.
Rethryel dice: Discutir…
Thiniel dice en eldorense: Ya, hasta ahí hemos llegado, mira que no soy de discutir, pero hoy me ha sacado de mis casillas.
Rethryel dice: No recordaba que la gente discutiese.
Thiniel dice en eldorense: Todo ha comenzado cuando le he hablado de ti.
Thiniel dice en eldorense: Para empezar pensaba que era todo una invención mía, que tú no existías.
Rethryel suelta unas sonoras carcajadas.
Rethryel pregunta: ¿Cómo una invención?
Rethryel pregunta: ¿Y qué pasó después?
Thiniel dice en eldorense: Pues como aquí no viene nadie, creía que te había inventado, para conversar con alguien.
Rethryel dice: Aha… menuda imaginación la de Jonai.
Thiniel dice en eldorense: Cuando por fin le hice entrar en razón, le hablé de tus viajes, de que eras un gran druida, de tus plantas, de que eres un espíritu libre…
Thiniel dice en eldorense: Eso del espíritu libre no le hizo ninguna gracia.
Rethryel pregunta: ¿Por qué no?
Rethryel dice: Mucha hente no entiende este estilo de vida, y sinceramente es el más feliz y parsimonioso.
Thiniel dice en eldorense: Pues llegó a la conclusión de que quería irme de aquí, que tenía intenciones de abandonarlo.
Thiniel dice en eldorense: Le dije que estaba un poco harta del día a día, siempre haciendo lo mismo, sus estúpidos recaditos, que yo no era ninguna esclava.
Rethryel carraspea.
Thiniel dice en eldorense: Me dijo que quién creía que era, que si me lo había dado todo, un techo, comida, fuego…
Rethryel dice: Tampoco es que lo abandones, no le perteneces ni a él ni a nada o nadie.
Rethryel dice: Pues nada de eso necesitas para sobrevivir lejos de aquí, la naturaleza te da lo necesario.
Rethryel dice: Tan solo tienes que observarla y entenderla, y ella sabiamente te recompensa.
Thiniel dice en eldorense: Entonces sentí un sentimiento de ira, le arrebaté el bastón y lo arrojé al río Blanco, no sé por qué hice eso, la verdad.
Rethryel dice: Vaya…
Rethryel dice: Bueno, seguro que podríamos ir a buscar el bastón.
Rethryel dice: Deberías disculparte por eso, pero no por todo lo demás.
Thiniel dice en eldorense: Sí, ahora lo que menos me apetece es ir a hablar con él.
Thiniel dice en eldorense: Ya, no ha sido mi mejor día, la verdad.
Rethryel dice: Bueno, siempre nos toca pasar algún día malo.
Rethryel dice: Podrá apañarse sin bastón, estoy seguro.
Thiniel dice en eldorense: Sin bastón seguro, sin mí no lo tengo tan claro
Rethryel dice: Estoy seguro de que también se acostumbraría.
Rethryel dice: Todo en la vida es ponerse.
Thiniel dice en eldorense: Necesito dar un paseo, tomar algo de aire, ¿me acompañas y charlamos?
Rethryel exclama: ¡Claro que sí!
Thiniel dice en eldorense: Perfecto, echaré un par de troncos más al fuego y saldremos, espera si quieres fuera.
Rethryel con la mirada perdida, como si estuviese pensando algo, sale hacia el exterior.
Thiniel alcanza un par de troncos y los coloca con cuidado en el fuego y, mientras observa las primeras llamas, recapacita sobre la discusión con Jonai, duda que a partir de hoy sea igual la relación con él. Se incorpora y abandona la tienda en busca de su nuevo compañero.
en respuesta a: El exilio de Thiniel #352347Capítulo 3. La discusión
Thiniel se encaminó a la plaza de Aethia, no conseguía quitarse de la cabeza la conversación mantenida con Rethryel.
Siempre se había cuestionado a qué lugar pertenecía, si dedicar todos sus esfuerzos a sacar a flote un pueblo como Eldor valdría la pena.
Aethia era un pueblo fantasma más, uno de tantos pueblos en los que los jóvenes parten en busca de un futuro mejor, abandonando sus costumbres, sus creencias, sus tierras…
Dejando que la tierra yerma ocupe lo que antaño fueron ricos campos de cultivo, abandonando el río, sin limpiar de suciedad los meandros, echando a perder el pavimento de los caminos, en los que numerosas malas hierbas asoman entre los adoquines.
Thiniel se resistía a abandonar Aethia, no quería que le ocurriera lo mismo a su amado pueblo. Por eso cada mañana se aseaba, desayunaba y se presentaba ante Jonai, dispuesta a realizar todo el trabajo posible para que Aethia no cayera en el abandono.
Ese día algo había cambiado, no iba con la misma ilusión de siempre a ayudar a Jonai, era como si le importara un poquito menos el futuro de Aethia.
‘Total, Jonai, cuatro tenderos y yo. ¿Tiene sentido todo este esfuerzo para cuatro gatos?’, se preguntaba Thiniel.
Se giró sobre sí misma y miró la tienda de gobierno por encima de su hombro, sentía cierta envidia por su nuevo compañero y las aventuras que le esperaban cada día.
Retomó el camino hacia la plaza y divisó a Jonai.
El anciano se encontraba en la plaza, dibujando extraños símbolos en la tierra con su bastón. Era una de las cosas que le gustaba hacer, dibujar en la tierra. A veces eran pequeños mapas, otras veces ornamentos para jarrones o vasijas, a veces eran animales.
Cuando Thiniel se aproximó borró los dibujos con el pie, levantando una pequeña nube de polvo.
‘Buenos días Thiniel, ¿preparada para nuestros quehaceres diarios?’, preguntó Jonai.
Thiniel asintió sin mucho entusiasmo, cierta desmotivación comenzaba a invadirle, empezaba a estar un poco harta de su rutina.
‘Eh, sí…, buenos días Jonai, le traigo también algo de desayuno’, contestó Thiniel mientras le tendía un poco de pan envuelto en una servilleta y un cuenco de leche aún tibia.
Jonai tomó el ofrecimiento de Thiniel y se bebió la leche de un trago, derramando parte de ella en su barba.
Mientras Jonai chupeteaba y aspiraba la leche de su barba produciendo un sonido perturbador, le dijo a Thiniel ‘Hay que revisar los adoquines del camino a Drimelan, con las últimas lluvias se han soltado muchos de ellos’.
Thiniel observó el pequeño almacén de herramientas. Como cada día, entraría en él, seleccionaría las herramientas para llevar a cabo su tarea y partiría a realizarla.
Asintió a Jonai, hoy tocaría reparar el pavimento del camino, le bastaría con una azada y una pequeña maza, con la que colocar de nuevo los adoquines en su sitio.
Cogió las herramientas y, tratando de mostrar una sonrisa hacia Jonai, abandonó la plaza en dirección a la carretera.
Mientras caminaba escuchaba una y otra vez la voz del semi-elfo. No imaginaba que en un día su vida hubiera cambiado tanto. Aethia se le quedaba pequeña, muy pequeña. Nadie valoraba todo su esfuerzo, ni siquiera Jonai.
‘¿Vale la pena todo este esfuerzo? Por este pueblucho…’, se dijo Thiniel.
Finalmente, llegó a la carretera, observó el estado de la misma.
Las lluvias torrenciales habían arrancado adoquines por todas partes, arrastrándolos hasta la cuneta de la carretera. Entre los adoquines que habían sobrevivido crecían una considerable cantidad de malas hierbas. Demasiado trabajo para Thiniel, iba a emplear toda la mañana para arreglar el primer tramo de la carretera.
Dejó las herramientas en el medio de la carretera, sabiendo que no iba a molestar a nadie, y comenzó a rebuscar todos los adoquines arrancados en ambas cunetas.
Cuando terminó de recorrer las cunetas, amontonó los adoquines en el centro de la calzada y, tomando la azada, comenzó a alisar los huecos vacíos para insertar los adoquines.
Dos horas le llevó a Thiniel colocar de nuevo los adoquines en su sitio en el primer tramo de la calzada, apenas 20 metros.
Dejó la azada en la cuneta, sobre unas hierbas altas. Tomó su odre de agua y echó un buen trago, el Sol ya se encontraba en lo alto y el calor comenzaba a hacer mella en ella.
Tomó la pequeña maza y, inclinándose sobre los adoquines, iba recolocándolos a pequeños golpes, hundiéndolos sobre la tierra húmeda.
Cuando hubo terminado el trabajo, tomó de nuevo y largo trago de agua y se dispuso a volver a la plaza de Aethia, para indicarle a Jonai que ya había terminado.
‘Otro día más con lo mismo, que si repara los adoquines, que si los conejos, que si los cangrejos de Wigh, que por favor llévale esto a fulanito, ahoa llévale esto a menganito…’, se decía Thiniel volviendo.
Sin saber por qué, le dio un puntapie a una piedra con todas sus fuerzas, sin pensar el dolor.
‘¡Ay!, ¡Maldito Jonai, por tu culpa!’, exclamó Thiniel.
Thiniel se tocó la punta del pie, no parecía que tuviera algo roto…
Llegó a la plaza, cojeando levemente y observó a Jonai. Se encontraba charlando con el tendero, riéndose los dos a carcajada limpia.
Thiniel se aproximó a Jonai, quien paró de reirse al percibir la presencia de la monje.
‘¿Cómo ha ido Thiniel?’, preguntó Jonai.
‘Psé…’, contestó Thiniel sin levantar la mirada del suelo.
‘No te preocupes, descansa y lo terminas esta tarde, tenemos todo el tiempo del mundo.’, añadió Jonai.
‘Esta tarde no va a poder ser, he quedado para almorzar con un nuevo amigo’.
‘¿Nuevo amigo?’, preguntó Jonai.
‘Sí, lo conocí anoche. Estaba recolectando plantas en el bosque de Aethia. Se trata de un poderoso druida que vive una aventura tras otra, sin ataduras…’, dijo Thiniel.
Jonai miró de arriba a abajo a Thiniel, con cierta incredulidad.
‘¿No estarás inventando una excusa para no trabajar esta tarde? No parece muy creible eso que estás contando.’, preguntó Jonai.
Thiniel resopló, lo que le faltaba, que ahora Jonai la tomara por mentirosa.
‘Está en la aldea, tú mismo puedes acercarte a la tienda de gobierno y conocerle. Podrás escuchar sus historias y hacer algo distinto que juntarte con tu amiguito a reirte.’, contestó Thiniel.
‘¿Mi amiguito?. Pues a ver si voy a acercarme, a ver a tú amiguito… Tienes suerte de que no tengo tiempo de escuchar chorradas de un vagabundo.’, replicó Jonai.
‘Ese vagabundo ha vivido más aventuras que tú, ha recorrido todos los rincones de Dalaensar. En cambio, tú, tú no has salido de este pueblucho.’, contestó Thiniel subiendo un poco el tono.
‘¿Qué sabrás tú las aventuras que he vivido y qué rincones he visitado?’, preguntó Jonai con cierto enfado.
‘¡Ni lo sé, ni me importa, la verdad!’, contestó Thiniel.
‘A ver si este enfado va a ser porque quieres irte de aventuras con tu amiguito…’, insinuó Jonai.
‘¿Y si me voy, qué? ¿Quién hará tus estupidos recaditos? ¿Tu amiguito el risitas?’, contestó Thiniel.
‘A ver si ahoras vas a ser imprescindible, Thiniel. Yo, que te he dado cobijo, comida, un fuego… y así me tratas…’, replicó Jonai.
Thiniel, sin saber cómo ni por qué, arrancó el bastón que sujetaba Jonai en sus manos y, con todas sus fuerzas, lo arrojó al río Blanco.
‘¡Haz algo por una vez en tu vida, mójate el culo!’, gritó Thiniel mientras salía corriendo en dirección a la tienda de gobierno.
Llegó casi sin aliento, sentía que el corazón le latía tan rápido que se le iba a salir. Nunca se había comportado así y menos con Jonai. No sabía que ocurría en ella, pero algo le estaba cambiando.
en respuesta a: El exilio de Thiniel #352304Capítulo 2. Una revelación
Thiniel se levantó despacio del jergón, en silencio. Se arregló el camisón, ocultando sus rodillas y se acercó a la chimenea. Del montón de leña sacó un tronco de cerezo y lo colocó con cuidado en la chimenea, provocando un chisporroteo.
Thiniel se giró para comprobar que su compañero seguía durmiendo y acercó un cazo con leche a la chimenea.
Thiniel dice en eldorense: El desayuno está listo, algo simple, pero no hay nada como un buen tazón de leche calentita por la mañana.
Thiniel tocó con suavidad el hombro del semi-elfo para despertarlo.
Rethryel dio un sobresalto enorme.
Rethryel miró nerviosamente a ambos lados de la habitación.
Thiniel dice en eldorense: Tranquilo, estás en la tienda de Gobierno de Eldor, has pasado la noche aquí.
Rethryel dice: Perdona, por un momento no sabía donde estaba.
Thiniel dice en eldorense: Lo supuse.
Thiniel le tiende un tazón con leche al semi-elfo.
Thiniel dice en eldorense: Espero que sea de tu agrado, no tengo más que ofrecerte.
Rethryel dice: Sí, lo es.
Rethryel dice: A veces, duermo muy profundo.
Thiniel dice en eldorense: Es normal, a saber lo que habrás caminado hasta llegar aquí.
Thiniel dice en eldorense: No estamos en el centro del mapa precisamente.
Rethryel dice: No es el cansancio…
Thiniel dice en eldorense: ¿Entonces qué es? Si puede saberse, claro…
Rethryel dice: Tengo ciertas capacidades…. que se desarrollan al dormir, pero no es el momento de cintarlas ahora.
Thiniel dice en eldorense: Hablando de capacidades, tengo curiosidad, ¿a qué te dedicas?
Thiniel dice en eldorense: De momento sé que recogías plantas, creo que sabes mucho más tú de mí que al revés.
Rethryel dice: Bueno a muchas cosas.
Rethryel dice: Pero soy druida.
Thiniel dice en eldorense: Druida…
Thiniel dice en eldorense: Pues hace muchísimo tiempo que no veo un druida, la verdad.
Thiniel dice en eldorense: Antes venían más por nuestros bosques, hoy en día solo llegan cazadores cuando los lobos abundan.
Rethryel dice: En realidad, sin querer parecer prepotente, estás ante el Gran druida del Círculo del Simbionte.
Thiniel da un paso atrás, no sabe si realizar una reverencia, un gesto con la cabeza….
Rethryel se abre lentamente la blusa, descubriendo su cuello y parte de su pecho.
Rethryel pregunta: ¿Ves este tatuaje?
Thiniel dice en eldorense: Vaya, supongo que es un gran privilegio entonces haber hospedado al gran druida
Thiniel examina el pecho del druida hasta dar con el tatuaje.
Thiniel dice en eldorense: Sí, no había visto uno así nunca.
Rethryel dice: Fue el principio de una larga historia en la que termino haciéndome con el cargo de gran druida.
Thiniel dice en eldorense: Aunque desconozco su significado, parece como si se moviera, como si debajo de la piel hubiera algo vivo.
Rethryel dice: Dentro de mí moró un brote vivo que al crecer salió por lo que ahora parece un tatuaje, y formó parte de un gran trono.
Rethryel pregunta: ¿De locos, verdad?
Thiniel suspira, con cierta envidia, por la cantidad de aventuras que ha vivido el druida.
Rethryel dice: Cuando cuento estas historias, miran mi bolsita, para ver qué tipo de plantas fumo.
Thiniel dice en eldorense: No me extraña, parece algo complejo de asimilar.
Thiniel dice en eldorense: Bueno, si me disculpas, creo que tengo que ponerme a hacerle recados a Jonai, es mi día a día.
Thiniel dice en eldorense: Puedes quedarte el tiempo que necesites.
Rethryel pregunta: ¿Puedo ayudarte?
Thiniel dice en eldorense: Son tareas sencillas, nada que ver con tus aventuras…
Thiniel dice en eldorense: Revisar que no haya adoquines sueltos, controlar la plaga de conejos de los campos de cultivo, cazar algunos cangrejos…
Rethryel dice: O, si lo prefieres, podríamos vernos aquí a medio día.
Rethryel dice: Y compartir otra agradable charla mientras comemos.
Thiniel dice en eldorense: Pues la verdad es que me encanta escuchar tus aventuras, son todo una novedad.
Thiniel dice en eldorense: Ya has visto mi vida lo monótona que es
Rethryel sonrie.
Thiniel dice en eldorense: Intentaré quitarme estas tareas «divertidas» para el medio día y podemos comer algo juntos y me cuentas más sobre tus viajes.
Rethryel exclama: ¡Claro que sí!
Thiniel dice en eldorense: ¡Genial!, nos vemos a medio día en la plaza, siéntente libre de visitar cualquier lugar de la aldea y sus bosques.
Rethryel dice: Así lo haré.
Rethryel exclama: ¡Gracias!
Thiniel se echa por encima una vieja túnica y abandona la tienda en dirección a la plaza de Aethia, confiando en acabar pronto las tareas de Jonai. A pesar de conocerlo desde hace nada, siente una importante conexión con el druida y su vida llena de aventuras le apasiona.
en respuesta a: El Códice de Armas y Armaduras Impías #351189Capítulo 7. Limando Asperezas.
Shamyra amaneció temprano, algo más pronto que de costumbre. El encuentro con el semi-elfo había despertado cierto interés en ella. Quería tener respuestas, quería saber cómo había aprendido demoníaco y con qué propósito.
Shamyra se vistió con rapidez y, tras beber algo de leche fresca, se encaminó a la Biblioteca. Confiaba en que el semi-elfo no tardara en acudir.
Rethryel aporreaba suavemente la puerta de la biblioteca esperando respuesta.
Shamyra se levantó de la silla, cerró el códice que estaba revisando y se dirigió a la puerta de la Biblioteca.
Shamyra abrió una de las puertas, permitiendo el paso al semi-elfo.
Dices en adurn: Buenos días, puedes pasar.
Rethryel dice: Saludos.
Dices en adurn: Espero que sus aposentos hayan sido de su agrado.
Rethryel dice: Que Bien He Dormido, No Recordaba Que Cómodos Eran Estos Catres.
Dices en adurn: Me alegro, son exclusivos de los invitados más ilustres.
Rethryel dice: Estoy Acostumbrado A Ellos.
Dices en adurn: Espero que hayáis descansado, nos espera un día intenso, bastante intenso.
Shamyra miraba a través de los ventanales como los granjeros de Brenoic llegaban a la fortaleza, con sus carros repletos de cereal y leche.
Dices en adurn: Bueno, como iba diciendo…
Rethryel dice: La Vida Ahí Sigue Igual.
Rethryel dijo el semi-elfo señalando por la ventana.
Shamyra hizo una pequeña pausa.
Dices en adurn: Sí, eso no cambia, de puertas para fuera sigue igual.
Rethryel dice: Que Felices Son Sus Vidas, Aunque No Lo Crean.
Dices en adurn: A veces es mejor vivir en la ignorancia.
Rethryel dice: Bueno, Pues Tú Dirás Por Dónde Quieres Que Empecemos.
Dices en adurn: Bueno…
Dices en adurn: Ayer tuvimos dos encuentros, tal vez el más provechoso fue el último de ellos.
Dices en adurn: De ese último encuentro me gustaría hablar, antes de que demos el siguiente paso.
Rethryel dice: El Único Provechoso Diría.
Dices en adurn: Sí.
Shamyra suspiró levemente.
Rethryel dice: En Fin, Eso Ya Es Pasado.
Dices en adurn: Sí, pero hay algo que me ronda desde ese encuentro.
Dices en adurn: Me gustaría saber quién te enseñó demoníaco y con qué propósito.
Rethryel sonrie.
Dices en adurn: Como habrás podido comprobar, no es algo muy común.
Rethryel pregunta: ¿Te Intriga Más Eso Que El Robo De Tu Preciado Códice?
Dices en adurn: Me intrigan demasiadas cosas últimamente, pensaba ir resolviendo alguna de ellas.
Rethryel dice: La Historia Es Larga, Pero Obviaré Muchos Detalles En Esta Ocasión Y Saciaré Tu Curiosidad.
Rethryel dice: Ya Habia Traicionado A Los Míos Por Entonces, Y Pisoteado Mi Linaje, Ese Que Tanto Aman Los De Mi Raza.
Dices en adurn: Eso sí que es extraño, un semi-elfo renunciando a su linaje…
Rethryel dice: La Vida Me Hizo Cruzarme Con Una Vil Criatura, A La Que Pude Martirizar… Y Casi Esclavizar, Hasta Que Me Engañó Y Fué Libre.
Rethryel dice: Ya Podrás Imaginar De Qué Tipo De Criaturas Hablo.
Dices en adurn: Espera.
Preguntas en adurn: ¿No estarás hablando de un maldito diablillo?
Rethryel dice: Uno Algo Revoltoso, Y Tanto Tiempo Con Él Me Hizo Aprender Su Idioma Para Comunicarnos.
Dices en adurn: Estoy harta de los nuevos miembros, siempre la están liando en sus rituales de invocación.
Dices en adurn: Parece que Vali los considera aptos cuando no lo están y les permite realizar rituales de invocación.
Dices en adurn: Como decía, fruto de esos rituales sin experiencia o poco cualificados, provoca que pequeños diablillos deambulen por la Fortaleza, como habrás comprobado en las murallas, ahí se reúnen los diablillos sulfurosos.
Rethryel dice: Más Adelante Un Superior Suyo A Cargo De Él En El Plano Mortal Vino A Ofrecerme Ciertos Tratos, A Cambio De Que Yo No Usara El Vil Idioma Y Lo Ocultara.
Rethryel dice: La Cosa Es Que Hasta Ayer, Yo Cumplí Mi Promesa.
Rethryel dice: De Hecho, Llevaba Mas De Veinte Años Cumpliéndola.
Preguntas en adurn: ¿Llevabas 20 años sin hablar nuestra lengua?
Rethryel dice: O Al Menos, Sin Usarla En Presencia De Nadie.
Rethryel dice: Llevo Muchos Años Esperando Terminar Una Conversación Con El Demonio Del Que Ayer Hablamos.
Dices en adurn: Es de agradecer que mantuvieras tu promesa durante tanto tiempo.
Rethryel dice: No Me Importa Que Nos De Cierta Información Sobre Lo Que A Ti Ahora Te Preocupa.
Rethryel dice: Igual El Innombrable Demonio No Cumple Su Pacto Conmigo, Por Influencias O Presiones Del Que Fuera Antes Gran Maestre.
Rethryel dice: Yo Traicioné A Los Míos, Y Al Parecer Aquí Traicionan A Sus Aliados Cuando Las Cosas No Salen Como Quieren…
Rethryel dice: Pero Bueno, Tu No Podrás Responder Por Tales Actos…
Dices en adurn: Yo ahora mismo no.
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Dices en adurn: Espero con ansias esa información, por eso he concertado un encuentro con Vali.Dices en adurn: El Maestro Ritualista.
Dices en adurn: Vali tiene la última palabra en lo que concierne a invocaciones y encuentros demoníacos, por lo que te he concertado una cita con él, para que te autorice.
Rethryel pregunta: ¿Y Será Hoy Mismo La Reunión?
Dices en adurn: Sí, como deduzco que conoces el camino, puedes ir a visitarle cuando quieras, ya está al tanto de vuestra reunión.
Rethryel dice: Pues Entonces No Perderé Más Tiempo.
Dices en adurn: Yo todavía tengo que tratar unos asuntos con Medaliar, así que no podré acompañarte.
Rethryel dice: En Cuanto Me Reúna Con Él Y Si Es Positiva La Reunión, Iré A Ver A La Criatura, Y Después Volveré Aquí, Contigo Y Una Adivinanza.
Dices en adurn: Gracias, ve informándome de cómo transcurre todo, por favor.
Rethryel dice: Así Será.
Rethryel se levanta de la silla con evidentes signos de nerviosismo, y se dirige a toda velocidad a visitar a Vali.
Shamyra se levanta y, haciendo una pequeña reverencia, abandona la estancia en dirección al despacho de Medaliar. Confía en que Vali autorice al semi-elfo a visitar al demonio.
en respuesta a: El Códice de Armas y Armaduras Impías #351172Capítulo 6. Una Curiosa Revelación.
Shamyra permanecía inmóvil frente a las puertas de la Biblioteca, confiaba en que el criado alcanzara al semi-elfo. No había sido muy cortés con él, esperaba que no se lo echara en cara. No pensaba pedirle perdón por sus modales, pero estaba dispuesta a mostrar algo más de respeto y a escucharle.
Shamyra escuchó unos pasos que se aproximaban a la puerta y, sin pensarlo dos veces, la abrió de par en par, dejando a la vista al semi-elfo.
Dices en adurn: Bienvenido, de nuevo.
Rethryel asiente seriamente al ver de nuevo a Shamyra.
Rethryel pregunta: ¿Y Bien?
Dices en adurn: Te he hecho llamar, porque he mantenido una interesante conversación con Medaliar.
Rethryel dice: ¿Me Has Hecho Llamar De Nuevo, A Mí? A Un Semi-elfo.
Dices en adurn: Sí, a ti.
Rethryel dice: Apremia, Mi Paciencia No Es Infinita.
Shamyra mira hacia abajo, ocultando su rabia a la contestación del semi-elfo.
Dices en adurn: Si te he llamado es porque Medaliar te tiene en alta estima y conoce tus aptitudes.
Rethryel dibuja una sátira sonrisa en su rostro.
Dices en adurn: Por lo visto aprecia tus servicios anteriores, al anterior Gran Maestre y a la Orden de D’hara.
Rethryel dice: Bueno, Algun Encargo Hice.
Dices en adurn: Como iba diciendo, Medaliar piensa que eres la persona indicada para algo que nos acontece.
Rethryel pregunta: ¿Algo?
Rethryel pregunta: ¿Qué Te Sucede?
Rethryel dice: Deja De Desconfiar, O Que Sea Medaliar Quien Trate Conmigo.
Dices en adurn: Verás, esto es mejor que lo hablemos en la intimidad, acompáñame al Salón Púrpura.
Rethryel dice: Tu No Conoces Mi Pasado, Ni Los Trabajos Realizados Para Los Que Por Entonces Eran Tus Superiores…
Shamyra se encamina por la Biblioteca hasta llegar al Salón Púrpura, dejando de lado el Salón Carmesí, ocupado ahora por jóvenes escribientes.
Dices en adurn: Toma asiento, donde quieras.
Rethryel observaba la sala, cerciorándose de que uno de los tapices que la decoraban seguía allí.
Rethryel se sienta frente a Shamyra.
Dices en adurn: Mejor, esto que os voy a contar prefiero que no salga de aquí y estos días hay demasiado trasiego en la Biblioteca.
Shamyra observa al semi-elfo mientras tamborilea con sus dedos sobre la mesa, tratando de encontrar la forma de contarle el problema.
Rethryel miraba fíjamente a Shamyra, mientras sus labios tornaban a una malévola y demoníaca sonrisa.
Dices en adurn: Verás, hace unos días, sufrimos un robo.
Dices en adurn: Aquí en la Biblioteca.
Rethryel asiente con la cabeza.
Shamyra respira profundamente y continúa con su relato.
Dices en adurn: Fue sutraído un códice, uno muy valioso, diría que de los más valiosos.
Rethryel pregunta: ¿Un Códice, Eh?
Dices en adurn: Sí, el Códice de Armas y Armaduras Impías, casi tan importante como el Censo Demoníaco o el Manual del Invocador.
Rethryel dice: Aha…
Rethryel pregunta: ¿Y Que Pinto Yo En Todo Esto?
Dices en adurn: Ese códice contiene… digo contenía una lista de objetos que los miembros de la Orden de D’hara no debemos utilizar.
Dices en adurn: De hacerlo incumpliríamos la sección de Intolerancia de nuestro Código de Honor.
Rethryel dice: Conozco Vuestros Codigos De Honor, Al Igual Que Conocí Muchos Artilugios De Los Llamados Impíos Por Ustedes.
Dices en adurn: Si el resto de miembros de la Orden se entera de lo ocurrido comenzarán a aprovecharse de la situación y utilizarán objetos impíos sabiendo que ya no existe el códice.
Dices en adurn: Esto sería el fin de nuestra Orden.
Dices en adurn: Es por eso que hemos decidido requerir de vuestros servicios.
Rethryel dice: Estaré Encantado De Ayudaros… Si Aceptáis Como Pago Un Par De Condiciones.
Shamyra suspira profundamente.
Dices en adurn: ¿Pago? Medaliar no me había comentado nada de esto.
Rethryel dice: Medaliar No Tiene Por Qué Saberlo Todo, Todos Los Que Llegáis A Tu Actual Puesto Desconfiáis Hasta De Vuestra Sombra.
Rethryel dice: Y Empiezan Los Secretos…
Dices en adurn: Si hemos llegado a este cargo es por nuestra desconfianza y recelo, entre otras cosas…
Rethryel dice: Una De Las Dos Condiciones Que Te Pondré Te Ayudará A Saber Quién O Quienes Están Detrás Del Robo, Si Es Que Aún No Lo Sabes… Y Te Interesa Saberlo.
Dices en adurn: Acepto esa condición. Aunque tengo mis sospechas, necesito más información.
Rethryel dice: La Primera, Volver A Tener Mi Estatus Y Beneficios Que Ya Ostentaba Dentro De Estas Murallas Antes De Llegar Tú Al Cargo.
Shamyra resopla de nuevo.
Rethryel pregunta: ¿Algún Inconveniente?
Dices en adurn: Está bien, consultaré con Medaliar qué estatus y beneficios tenías anteriormente en la Fortaleza.
Dices en adurn: Él debe estar al corriente.
Rethryel dice: Y La Segunda… Dejarme Subir Y Hablar Con El Demonio De Trece Letras Que Tenéis En El Torreón.
Shamyra mira a través de las ventanas del Salón Púrpura, la noche va cayendo y se avecina una tormenta procedente de Galador.
Rethryel dice: De Esta Condición Tú Sacarás Provecho, En Forma De Adivinanza Tendremos La Solución A Quién Está Detrás De Todo Esto.
Preguntas en adurn: ¿Cómo sabes de la existencia de ese Demonio?
Dices en adurn: Pocos son los autorizados a visitar su aposento.
Rethryel cierra sus ojos, y al abrirlos estos tornan de un color negro puro, con una mirada infinita mira las corneas de Shamyra.
Dices en adurn: Esa mirada la he sentido alguna vez.
Rethryel dice en demoniaco: Shamyra, ya te he dicho que tú no sabes nada de mi pasado.
Preguntas en adurn: ¿Demoníaco?
Preguntas en adurn: ¿Pero quién os ha enseñado nuestra lengua?
Rethryel dice en demoniaco: Si un semi-elfo ha llegado aquí, no es por su raza…
Rethryel sonríe demoniacamente.
Dices en adurn: Lo que nos faltaba, extranjeros que conocen nuestra lengua. Todo nuestro conocimiento en peligro.
Rethryel pregunta en demoniaco: ¿Qué me dices entonces? ¿Hay trato?
Dices en adurn: Sí, pero la visita al demonio deberá esperar a mañana.
Dices en adurn: Como sabrás, o deberías saber, desaparece con la llegada de la noche.
Rethryel sonrie.
Dices en adurn: Puedes hospedarte en nuestra torre a pasar la noche si no quieres regresar al bosque.
Rethryel dice: No Me Urge… Tengo Toda Una Vida Por Delante. Solo Tú Tendrías Que Tener Prisa Por Saber Quién Te Está Saboteando.
Rethryel dice: Estaré Encantado De Quedarme.
Rethryel dice: Siempre Fué Un Placer Dormir Aquí.
Dices en adurn: No se hable más, le diré a un criado que te acompañe a tus aposentos y te lleven algo de cena. Mañana a primera hora subiremos a la torre.
Rethryel asiente con la cabeza.
Shamyra se reincorpora del sillón tratando de disimular la debilidad de sus piernas y espera en la puerta del Salón Púrpura al semi-elfo.
Dices en adurn: Por favor, acompáñame.
Rethryel dice: Adelante.
Shamyra abandona el Salón Púrpura seguido del semi-elfo y, al llegar a la puerta de la Biblioteca, ordena a un criado que lo acompañe a sus aposentos.
Dices en adurn: Acompáñalo a los aposentos de invitados, que no le falte de nada.
Rethryel dice: Hasta Mañana, Shamyra.
Dices en adurn: Hasta mañana, mañana será un gran día, lo presiento.
Shamyra sigue con la mirada los pasos del semi-elfo por el pasillo de la fortaleza. Sigue sin comprender qué ha visto Medaliar en él, algo hay en ese semi-elfo que no termina de convencerle.
Con paso decidido se dirige, de nuevo, al despacho de Medaliar. Este viejo bibliotecario está ocultando demasiadas cosas. Tal vez sea el momento de exigirle que ponga sus cartas sobre la mesa.
en respuesta a: El Códice de Armas y Armaduras Impías #351171Capítulo 5. Los Sabios Consejos de Medaliar.
Shamyra llamó suavemente a las puertas del despacho de Medaliar, confiando en no despertarlo de sus «meditaciones».
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Adelante.
Shamyra abre una de las hojas de las puertas y entra en el despacho de Medaliar, respirando ese olor a viejo que lo caracterizaba.
Dices en adurn: Buenas Medaliar, tenemos un pequeño problema.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara pregunta: ¿Otro?
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara pregunta: ¿Qué Ha Sucedido Esta Vez?
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara pregunta: ¿Cuál Es El Problema?
Dices en adurn: Pues verás…
Shamyra pone cara de circunstancias.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: A Ver, Al Grano.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara pregunta: ¿Qué Ha Pasado?
Dices en adurn: Primero, nuestro criado ha sido atacado por arakas, cuando pensábamos que estaban extintas.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara mira ensimismado a Shamyra.
Dices en adurn: Alguien ha descuidado actualizar el Libro de Fauna del Bosque de Wareth, todavía hay arakas.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Bueno Algunas Quedan, Bajo La Influencia De Un Círculo Druídico.
Dices en adurn: Manda a algún escribiente que añada esa información, por favor.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: De Algo Me Enteré Cuando El Mercenario Que Estamos Esperando Era Asiduo A Estar Dentro De Estas Murallas.
Dices en adurn: Sí, eso es el otro tema.
Dices en adurn: Ese mercenario.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Así Que Si Las Arakas Le Atacaron…
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Entiendo Que El Mensaje Llegó De Alguna Forma… Molestosa Para Ellos.
Dices en adurn: Pues nuestro criado, hizo un fuego en el bloque de piedra.
Dices en adurn: Tantos criados y hemos mandado al lumbreras.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara exclama: ¡Un Lugar Sagrado Para Esos Druidas!
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Mira Que Se Lo Dije… La Misión Eran Sencilla.
Dices en adurn: Sí, casi provoca una crisis diplomática.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Esperar Allí Hasta Que El Mercenario Llegase, Fin.
Dices en adurn: Pues parece que tenía ganas de encender un fuego, en mitad del claro de Wareth y llamar la atención.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara pregunta: Y Bueno, ¿Qué Se Sabe Del Mercenario?
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara pregunta nerviosamente.
Dices en adurn: El mercenario acudió hace un rato.
Dices en adurn: Pero le hice marcharse.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara pregunta: ¿Y Donde Está?
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Nadie Me Avisó.
Dices en adurn: Fuera, le dije que se marchara.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara incrédulo, mira a Shamyra.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara pregunta: ¿pero Que Es Lo Que Pasó?
Dices en adurn: No me habías dicho que era un semi-elfo.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Bueno, Es Eso…
Dices en adurn: Eso pasó, que no sabía que era un semi-elfo y encima del Círculo del Simbionte.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara pregunta: Pero Y Lo Invitaste A Marcharse… ¿Sin Más?
Dices en adurn: Con la amabilidad que me caracteriza, claro.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Ese Círculo Solo Acepta Gente Neutral A Todo, Mercenarios Buscavidas Que Conviven Alli Entre Plantas Y Animales.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Tenemos Buena Relación Con La Mayoria De Los Miembros.
Dices en adurn: Bueno, pero no debemos olvidar que adorar a Ralder.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Sí… Ya Veo… Tu Amabilidad.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Shamyra, Deberías Mandar Alguien En Búsqueda Del Semi-elfo Hágalo Regresar, Por Favor.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Pídele Alguna Prueba, Algún Acto Confiable Para Tí.
Dices en adurn: Vamos a poner información muy comprometida en conocimiento de un extraño, perdona pero no acaba de convencerme
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Te Sorprendería Si Supieses Todo Lo Que Ese Semi-elfo Ha Hecho Por Nosotros, Y Lo Que Es Capaz De Hacer…
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Hágalo Buscar Y Pídele Alguna Prueba Para Ganarse Levemente Tu Confianza.
Dices en adurn: No sé, me preocupa eso, que sepa él antes que mis caballeros lo que ha ocurrido en la Fortaleza.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Estoy Seguro Que No Le Defraudará, Como Nunca Lo Hizo Con Los Anteriores Maestres.
Dices en adurn: Y que tenga acceso a la información que conservamos aquí, en la Biblioteca.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Él No Tiene Ninguna Intención Personal Sobre Esto, Nosotros Le Hicimos Llamar.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: No Sabemos Quién Nos Ha Traicionado, Y Si El Traidor Está Dentro De Estas Paredes, En La Biblioteca.
Preguntas en adurn: ¿Y no piensa cobrar por sus servicios?
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Bueno, No Le Interesa Demasiado El Dinero.
Dices en adurn: Mira, cada vez le veo más inconvenientes a todo esto.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: De Hecho, Si Cobra Algo, Es En Especias O Algún Tipo De Favor.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Como El De Poder Entrar En La Fortaleza Sin Restricciones.
Dices en adurn: Algo querrá a cambio. Nadie hace nada sin esperar algo a cambio.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Es Lo De Menos, Solucionalo Con Él, Primero Haga Ganarse Su Confianza, Después Habláis De Negocios.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Será Fácil Llegar A Un Acuerdo Con Él, Siempre Fué Fácil.
Dices en adurn: Bueno, dada tu insistencia, lo haré llamar y que me pruebe su valía.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Gracias, Con Esto Saldremos Todos Ganando.
Dices en adurn: Bueno, le daremos una oportunidad, pero la próxima vez dame más detalles de la persona que vayamos a requerir.
Dices en adurn: Gracias Medaliar, siempre consigues aclararme las ideas.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: No Hay De Que.
Shamyra se levanta del sillón y, con paso firme, atraviesa las puertas del despacho de Medaliar. Recorre de un vistazo los pasillos en busca de un criado.
Dices en adurn: Por favor, busca al semi-elfo que estaba aquí hace un rato, no habrá ido muy lejos, dile que se reúna conmigo en el Salón Carmesí.
Shamyra se dirigió al Salón Carmesí a esperar la presencia del semi-elfo. Se asomó al Salón Carmesí, estaba ocupado por jóvenes escribientes atendiendo una lección de caligrafía. Tendría que cambiar el lugar de encuentro. Ya pensaría algo mientras esperaba al semi-elfo en la entrada de la Biblioteca.
en respuesta a: El Códice de Armas y Armaduras Impías #351170Capítulo 4. El Invitado.
Shamyra recorría los largos pasillos de la Biblioteca de D’hara, trataba de concentrarse en el contenido del Códice de Armas y Armaduras Impías. Lo había estudiado tantas veces que posiblemente recordara todos los objetos descritos en él. Unos golpes en la puerta de la Biblioteca llamaron su atención.
Shamyra se dirigió a la puerta y abrió una de sus hojas.
Dices en dendrita: Buenos días, la Biblioteca aún no ha abierto.
Rethryel entraba en la sala tras la apertura de la puerta.
Dices en adurn: Perdona, he dicho que la Biblioteca aún no ha abierto.
Rethryel dice: Saludos, No Vengo En Busca De La Bibliotecaria, O Eso Me Temo…
Preguntas en adurn: ¿Entonces a qué viene?
Rethryel dice: Me Presento, Soy Rethryel, Druida Y Consejero Del Círculo Simbionte.
Preguntas en adurn: ¿Simbionte?
Rethryel dice: Uno De Vuestros Criados Nos Hizo Llegar Un Mensaje, Y Aquí Estoy, En Cuanto Al Chico… No Puedo Decir Lo Mismo De Él.
Shamyra había estudiado hacía años la formación de ese Círculo Druídico en el Bosque de Wareth.
Preguntas en adurn: ¿Qué le ocurre al criado?
Dices en adurn: Sólo espero que no haya sido obra vuestra, no me gustaría tener que enfrentarme al Círculo del Simbionte.
Rethryel dice: Bueno, Créeme Que Estamos Haciendo Todo Lo Posible Por Salvarle La Vida.
Rethryel dice: Le Observé Desde Que Dio Sus Primeros Pasos Por El Bosque De Wareth.
Rethryel dice: Después De Varias Horas Llegó Al Claro Donde Mora Nuestro Altar Sagrado.
Shamyra presta atención a la historia.
Rethryel dice: Desconociendo Su Fin Allí Solo Estuve Observándole…
Rethryel dice: Fue Entonces, Cuando El Inepto De Su Criado Se Dispuso A Encender Una Hoguera Sobre Nuestro Altar.
Dices en adurn: Mira que le aconsejamos discreción…
Rethryel dice: Una Araka Gigante Descontrolada Se Abalanzó Sobre Él, Y Pude Evitar Su Muerte, Antes De Caer Inconsciente Me Hizo Llegar El Mensaje.
Rethryel dice: Y Ahora Intentamos Salvarle La Vida.
Rethryel dice: Toda Acción Tiene Sus Consecuencias.
Dices en adurn: No teníamos conocimiento de la existencia de arakas en el bosque, según nuestros escritos se habían extinguido hace años.
Dices en adurn: Su presencia me preocupa.
Rethryel dice: El Chico Ya Esta Sanando Las Suyas… Y Las De La Araka Debo Hacerme Responsable
Dices en adurn: En primer lugar, os agradezco los cuidados del criado, era la primera vez que se adentraba en el Bosque de Wareth.
Rethryel dice: Estoy Seguro Que Llegaremos A Un Acuerdo En Cuanto A Eso.
Dices en adurn: Bueno, hemos respetado nuestro pacto durante años, no mandamos patrullas de leñadores al Bosque de Wareth.
Rethryel dice: Así Es…
Rethryel pregunta: Lo Sorprendente Es Que Un Criado Fuese A Mandar Un Mensaje, ¿Dónde Se Encuentra El Gran Maestre?
Rethryel dice: Fue A Él A Quien Le Revelé El Secreto De Cómo Encontrarnos Y Hacernos Llegar Los Mensajes.
Rethryel pregunta: ¿Por qué Mandó A Un Criado?
Dices en adurn: Yo soy la actual Gran Maestre, perdona que no nos hayamos presentado.
Rethryel señala con el dedo índice, incrédulo.
Rethryel pregunta: ¿tu, Gran Maestre, Señora?
Dices en adurn: Lo mandamos llamar bajo la sugerencia de Medaliar.
Rethryel dice: Discúlpeme, No Sabía Del Cambio De Mandatario. Hace Años Que No Se Requieren Mis Servicios.
Dices en adurn: Las cosas han cambiado últimamente, tal vez demasiado.
Rethryel dice: Entiendo.
Dices en adurn: Medaliar sugirió que conocía a un aventurero que nos sería útil para cierto propósito.
Rethryel dice: Es Posible Que Os Sea De Ayuda…
Rethryel pregunta: ¿Por qué Me Habéis Hecho Llamar?
Preguntas en adurn: ¿Eres tú?
Rethryel mira a su alrededor, comprobando que no hay nadie más.
Rethryel dice: Así Es, Soy Yo.
Dices en adurn: No sé, esperaba a otra persona…
Dices en adurn: No esperaba a un…
Rethryel dice: A Un…
Dices en adurn: Eh… druida.
Rethryel clava su mirada en las córneas de Shamyra.
Rethryel dice: Mientes…
Dices en adurn: Bueno.
Rethryel pregunta: ¿Cuál Es El Problema?
Dices en adurn: Un Semi-elfo, seré sincera.
Rethryel sonríe con una amplia y diabólica sonrisa.
Rethryel dice: Es Eso…
Dices en adurn: No estoy muy acostumbrada a ver semi-elfos dentro de la Fortaleza de D’hara, te voy a ser sincera.
Rethryel pregunta: ¿no Te Informó Sobre Ello Ya Medaliar?
Dices en adurn: Lo que no me explico es cómo los guardias han hecho la vista gorda y te han dejado pasar.
Dices en adurn: Pues la verdad, a veces a Medaliar hay que arrancarle las palabras, se guarda mucha información.
Rethryel dice: Veo Que Desconoces Mas De Una Historia… Llamémosles Extraoficiales.
Rethryel dice: Pero Bueno, Ante Tal Desconfianza, Lo Mejor Será Que Me Marche.
Dices en adurn: Sí, será mejor, lo siento.
Rethryel dice: En Cuanto Al Chico, Puedes Ir A Por El Y Traerlo En Las Circunstancias Que Está, O En Unos Días Esperemos Pueda Regresar Por Su Propio Pie.
Dices en adurn: Buscaré a Medaliar y hablaremos, porque esto no es lo que esperaba, la verdad.
Rethryel dice: Un Saludo, Y Suerte Con Lo Que Quiera Que Sea Que Andáis Tramando.
Dices en adurn: Gracias,
Rethryel se da media vuelta y sale por la puerta como si de un rayo se tratase.
Shamyra cierra la puerta de la Biblioteca y se dirige al despacho de Medaliar. Algo decepcionada por la presencia del semi-elfo, no entiende cómo va a poder ayudarle en su propósito.
en respuesta a: El Códice de Armas y Armaduras Impías #351156Capítulo 3. La Sospecha.
Shamyra recorrió de nuevo los pasillos de la Fortaleza, con la barriga algo más llena después de un frugal desayuno. Aunque notaba cierto malestar en sus tripas, estos últimos acontecimientos le estaban afectando más de lo que pensaba. Abrió las puertas de la Biblioteca de D’hara y encontró a Medaliar ensimismado, leyendo un enorme códice con preciosas miniaturas.
Dices en adurn: Saludos, de nuevo.
Medaliar, el Bibliotecario de D’Hara dice: Ah, Hola.
Dices en adurn: Espero que llenaros la barriga os haya sentado tan bien como a mí.
Medaliar, el Bibliotecario de D’Hara dice: Bueno, Es Mejor Que Nada.
Dices en adurn: Sí, me ha costado pegar bocado, pero confío en que me siente bien.
Medaliar, el Bibliotecario de D’Hara dice: Seguro Que Sí.
Shamyra miró a su alrededor, los investigadores se afanaban en montar sus mesas de estudio. Los copistas montaban sus atriles y preparaban las hojas en blanco. La vida en la Biblioteca había vuelto a la normalidad. Aunque había demasiada gente…
Preguntas en adurn: Medaliar, ¿Podemos tener algo más de privacidad?
Medaliar, el Bibliotecario de D’Hara dice: Por Supuesto, Parece Que La Biblioteca Está Ahora Algo Mas Concurrida.
Medaliar, el Bibliotecario de D’Hara dice: Vayamos A Mi Despacho.
Dices en adurn: Mejor, hay que ser discretos.
Shamyra sigue los pasos de Medaliar que, pese a su avanzada edad, son rápidos y amplios. Medaliar se detiene frente a una puerta de caoba oscura y con un sonoro chirrido la abre de par en par.
Medaliar, el Bibliotecario de D’Hara pregunta: ¿y Bien?
Shamyra se aseguró de cerrar la puerta del despacho de Medaliar.
Dices en adurn: Tengo ciertas sospechas acerca de la autoría del robo.
Medaliar, el Bibliotecario de D’Hara pregunta: ¿Qué Has Podido Descubrir?
Medaliar, el Bibliotecario de D’Hara dice: O Que Andas Pensando…
Dices en adurn: Verás, el otro día tuve una conversación con el anterior Gran Maestre, Odihbyr.
Dices en adurn: Hacía tiempo que no coincidíamos, mucho tiempo.
Medaliar, el Bibliotecario de D’Hara dice: Aha…
Dices en adurn: Por su semblante percibí que no le hacía mucha gracia que yo hubiese llegado a ser Gran Maestre.
Medaliar, el Bibliotecario de D’Hara pregunta: ¿y Que Tiene Que Ver Eso Con El Robo?
Dices en adurn: Ya sabes, algunos se acomodan en su puesto y cuesta arrancarlos de su sillón. O bien no esperan que una mujer llegue tan lejos.
Dices en adurn: Pues conversando con él, cuando bajó un poco el tono de la conversación.
Dices en adurn: Dio a entender que podría arrebatarme el cargo cuando él quisiera, que conocía la forma.
Medaliar, el Bibliotecario de D’Hara dice: Ummmm…
Medaliar, el Bibliotecario de D’Hara pregunta: ¿y Le Vez Capaz De Perpetrar Un Robo Y Una Falta Tan Grave Por Conseguir Destronar Tu Puesto?
Dices en adurn: No le di más importancia a esa conversación, hasta anoche.
Dices en adurn: No puedo garantizar que sea el causante, pero mi instinto no suele fallarme. Recuerda que fue mi instinto lo que me ha llevado a donde estoy.
Medaliar, el Bibliotecario de D’Hara dice: Así Fue..
Dices en adurn: No cabe duda, que si quería hacerme daño y hundir mi prestigio en la Fortaleza la mejor forma era que el Códice de Armas y Armaduras Impías desapareciera.
Medaliar, el Bibliotecario de D’Hara dice: Si Tienes Algún Hilo Del Que Tirar Para Poder Investigar… Dímelo Quiero Ayudarte.
Medaliar, el Bibliotecario de D’Hara dice: Entiendo Tus Sospechas.
Dices en adurn: Creo que de momento tendremos que estar más atentos, no menospreciar a Odihbyr. No sabemos de qué puede ser capaz.
Medaliar, el Bibliotecario de D’Hara dice: Le Vigilaremos.
Dices en adurn: Sí, de momento he dado aviso a la Orden de las Sombras, para que lo mantengan vigilado a él y cada movimiento que realice.
Dices en adurn: La Orden de las Sombras siempre me ha sido fiel.
Medaliar, el Bibliotecario de D’Hara dice: Esperemos Que No Haya Mas Traiciones En La Fortaleza.
Dices en adurn: Bueno, la traición es el camino más fácil para ocupar mi sillón.
Medaliar, el Bibliotecario de D’Hara asiente con la cabeza.
Dices en adurn: Preferí contarte esto en privado, pues igual que yo tengo mis seguidores, Odihbyr tendrá los suyos.
Medaliar, el Bibliotecario de D’Hara dice: Si Lo Que Estas Diciendo Fuese Verdad, Seguro Que Alguien Esta Apoyándolo Una Sola Persona No Puede Llevar A Cabo Tal Plan Sola…
Dices en adurn: No, y menos él. No se habría dejado ver en la Biblioteca con el códice entre sus manos.
Medaliar, el Bibliotecario de D’Hara dice: Investigaré Quien Puede Estar Apoyando Al Ladrón Y Pondremos En Cuarentena A Cualquier Sospechoso.
Dices en adurn: Gracias Medaliar, no sabes cuánto agradezco tu apoyo.
Dices en adurn: Esto era lo que me preocupaba. Ahora si me disculpas, creo que me ha sentado mal el desayuno.
Shamyra se lleva las manos a la barriga al sentir un notable retortijón.
Medaliar, el Bibliotecario de D’Hara dice: Te Informaré De Cualquier Avance En La Investigación.
Dices en adurn: Gracias de nuevo, amigo.
Shamyra abre las puertas del despacho de Medaliar y recorre la Biblioteca de la fortaleza, supervisando de reojo el trabajo de escribientes y copistas. No cabe duda que Medaliar ejerce de forma notable sus funciones. Aligerando el paso con cada retortijón, Shamyra corre por el pasillo en dirección a las letrinas.
- Esta respuesta fue modificada hace 1 years, 4 months por Alambique.
en respuesta a: El Códice de Armas y Armaduras Impías #351150Capítulo 2. El criado.
La Gran Maestre se reincorporó de la cama, no había pegado ojo en toda la noche, el asunto del códice robado se había unido a sus frecuentes problemas de insomnio. Se echó una gruesa capa de piel por encima de los hombros y se dirigió de nuevo a la Biblioteca. Confiaba en no cruzarse con alguien, pues últimamente estaba descuidando su aspecto.
Shamyra cruzó de nuevo las puertas de la Biblioteca, no había sido una de sus mejores noches. El tema del Códice la tenía demasiado preocupada y no había podido conciliar el sueño. Confiaba en que su charla con Medaliar aportara algo más de luz a este asunto.
Dices en adurn: Saludos Medaliar, amigo.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Hola.
Dices en adurn: Como podrás comprobar por mi aspecto, no he pegado ojo en toda la noche.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Ya Somos Dos.
Dices en adurn: Le he estado dando vueltas a lo que hablamos anoche, hace unas horas.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Este Robo Inesperado Me Tiene En Vilo.
Dices en adurn: Sí, llevábamos años sin este tipo de «accidentes».
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara pregunta: ¿y Has Llegado A Alguna Conclusión?
Dices en adurn: He llegado a la conclusión de que tenemos dos cosas por hacer.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Aha.
Dices en adurn: Averiguar quién sustrajo el Códice y por qué.
Dices en adurn: Y reescribir el Códice nosotros mismos.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Entiendo.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara pregunta: ¿pero Por Donde Empezar?
Dices en adurn: No sé cuál de las dos partes va a resultar más complicada.
Dices en adurn: Deberemos hacer las dos cosas a la vez, creo.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Mi Actual Cansancio Me Hace No Dar Para Más.
Dices en adurn: Ya imagino, en cuanto resolvamos esto, prometo que tendrás un merecido descanso.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Pues, Pongámonos Manos A La Obra.
Dices en adurn: Para la segunda parte, necesitaremos la ayuda del mercenario que comentaste anoche, su ayuda nos será muy útil para recopilar ciertos objetos.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Pues Por Ahí Podríamos Empezar.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Deberíamos Dar Instrucciones A Algun Criado, Y Que Sea El Quien Vaya En Su Búsqueda.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Y Mientras, Nosotros Podremos Hacer Nuestro Quehaceres Por Aquí Hasta Que Regrese El Criado Y El Mercenario.
Dices en adurn: Sí, lo haremos llamar y mientas tanto, entre los dos podemos ir preparando una lista de las armas y armaduras que estaban reflejadas en el Códice de Armas y Armaduras Impías.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Me Parece Buena Idea.
Dices en adurn: Seguro que entre los dos podemos hacer una lista con casi la totalidad de registros.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Recuerdo, Tiempo Atrás, Que El Gran Maestre Era Quien Avisaba Al Mercenario, No Se Con Que Tipo De Ritual O Llamada Le Hacia Llegar El Mensaje… Solo Él Lo Conocía, Y Eran Un Secreto Entre Ambos.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Es Posible Que El Criado Tarde Varios Días En Dar Con El…
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Tendremos Tiempo Para El Entonces De Tener La Lista Completa De Lo Que Reflejaba El Antiguo Códice.
Preguntas en adurn: Bueno, pero por algún sitio puede empezar a buscar, ¿no?
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Sí, Solía Frecuentar La Zona De Wareth Cercana Al Altar Se Piedra.
Dices en adurn: Ah bueno, por suerte no es un bosque muy grande, seguro que lo acaba encontrando.
Dices en adurn: Llamemos al criado.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Esperemos Que No Tarde Mucho En Dar Con Su Paradero.
Shamyra tira de una cuerda que hace sonar una campanilla a varios metros de la Biblioteca. En unos segundos, un criado con la respiración entrecortada hace acto de presencia en la Biblioteca.
Dices en adurn: Siéntese por favor.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Hola Chico.
Shamyra observa cómo el criado toma una de las sillas cercanas al ventanal y se sienta.
Dices en adurn: Medaliar, explícale qué necesitamos.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: A Ver, Es Una Simple Y Facil Tarea.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Tendrás Que Ir Al Este Del Bosque De Wareth, Cerca De Un Claro En El Que El Centro Se Situa Una Gran Piedra.
Shamyra observa al criado, se trata de un joven que aún no habrá alcanzado la mayoría de edad. Suelen servir como criados antes de adentrarse en el mundo de la caballería, en el que servirán como escuderos.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Por La Zona Tendrás Que Buscar A Un Humano, Es Fácil Reconocerle, Habla Continuamente Con Las Plantas Y Los Animales.
Dices en adurn: Puedes tomar uno de los caballos, de la cuadra sur el que quieras, dile al Mozo de Caballerizas que vas de parte de la Gran Maestre.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Intenta No Tomarle Por Loco, Ni Desquiciado… Es Un Tanto Peculiar.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Y… Otra Cosa…
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: No Se Te Ocurra Molestar A Cualquier Ser Vivo De La Zona, Eso Le Haría Presentarse Ante Ti En Milesimas De Segundos, Pero Su Enfado No Perdonaría Tu Vida.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara pregunta: ¿lo Has Entendido?
Shamyra observa cómo el criado asiente perplejo a Medaliar. Posiblemente sea la misión más importante que realizará en su vida.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Adelante, No Pierdas Tiempo.
Exclamas en adurn: ¡Corre, que el tiempo apremia!
Shamyra mira al criado, que abandona raudo la Biblioteca caminando hacia atrás mientras realiza un sinfín de reverencias a Medaliar y a la Gran Maestre.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Esperemos Que Le Vaya Bien Al Chico…
Dices en adurn: Esperemos que sí, nuestras esperanzas están depositadas en él…
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Así Es…
Preguntas en adurn: ¿Te parece que nos reunamos después del desayuno y tratamos de reconstruir el contenido del Códice?
Dices en adurn: Aunque no sé si con estos nervios conseguiré pegar bocado alguno.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Bueno, Nos Vendría Bien Comer Algo Para Seguir.
Dices en adurn: Pues así sea, en cuanto termine mi desayuno volveré a la Biblioteca.
Medaliar, el Bibliotecario de D’hara dice: Nos Vemos En Un Rato Entonces.
Shamyra se dirige a la puerta con paso firme, tratando de ocultar su preocupación sobre el asunto que les acontece. Todas sus esperanzas depositadas en un joven criado que posiblemente no haya pisado el bosque de Wareth en su vida.
en respuesta a: Duda robo arcano #350649Gracias por la explicación de las tiradas, si hubiera leído bien la ayuda…
He probado a robarle flecha de agua a Dalisha, lo tiene entre sus hechizos disponibles y me ha salido el mensaje de que no tiene el hechizo, cuando aparece con un revelar secretos.
Otro hechizo como como de frío sí que me ha dejado robarlo.
en respuesta a: ObjetosEspacialesQueGiranSobreSíMismosYNoSeSabeQuéSon #350616DosNáufragosEnApuros
Alambique notó como los rayos del Sol calentaban su cuerpo, el agua que antes lo bañaba ahora era una delgada película salina. Escuchaba, disfrutando, el sonido de las olas del mar, mientras experimentaba unas curiosas cosquillas. De un manotazo se quitó el pequeño crustáceo que deambulaba por su mejilla y se reincorporó sobre la orilla de la playa.
Alambique miró a su alrededor, se encontraba en una playa desierta de arenas doradas. Nadie lo acompañaba, se tocó el hombro al sentir un dolor punzante en él. Fue en ese momento cuando lo recordó todo.
Alambique miró a sus espaldas, la tupida vegetación le impedía ver el tamaño de la isla en la que se encontraba. A través de unos espesos matorrales apareció Yarvyan, con un par de cocos en sus manos.
Alambique dice en gnomo: ¡Menos mal!
Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¡Al fin te despiertas!
Alambique dice en gnomo: Pensaba que me habías abandonado
Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Abandonarte? ¿Después de llegar hasta aquí?
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Fui a por algo de alimento.
Yarvyan levantaba ambas manos para mostrar los cocos.
Alambique dice en gnomo: Tengo la boca pastosa
Alambique dice en gnomo: Ha sido ver esos cocos y solo pienso en beber un poco de esa agua
Yarvyan asiente con la cabeza.
Alambique dice en gnomo: ¿Has podido explorar esta isla? ¿Hay más supervivientes?
Yarvyan estrelló uno de los cocos contra una pequeña roca de la playa, haciendo que este se rompiese por la mitad.
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Toma, bebe algo y cómetelo.
Yarvyan dice con voz sobrenatural: No he querido adentrarme demasiado, la vegetación es tremendamente densa..
Alambique dice en gnomo: Gracias
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Y nuestro fiel amigo necesita descansar, no podrá ayudarnos en bastante tiempo.
Alambique cogió la mitad del coco que le ofrecía Yarvyan y fue degustando el dulce líquido poco a poco, evitando que se derramase.
Yarvyan dice con voz sobrenatural: La verdad que estas tierras parecen inexploradas, dudo que nadie viva aquí.
Alambique dice en gnomo: Por lo poco que he visto no parece habitable, no veo huellas en la arena ni humo saliendo de entre la vegetación.
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Exacto, no hay ninguna evidencia de que nadie viva por aquí.
Alambique dice en gnomo: Parece que están llegando los restos del naufragio a la orilla
Alambique señaló un montón de maderas que iban llegando a la orilla conforme lo empujaban las olas.
Yarvyan se gira sobre sí mismo sobresaltado. Mira el paraje amazónico…
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Perdona, Alambique, por un momento sentí que me observaban.
Alambique dice en gnomo: ¿Seguro?
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Me estaré volviendo loco…
Alambique se giró y prestó atención a la vegetación durante unos segundos.
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Registremos los restos, seguro que conseguiremos algo útil.
Alambique dice en gnomo: No hay nada entre los árboles, te habrá dado demasiado el Sol.
Alambique dice en gnomo: Recojamos mejor esos restos, parece que hay un cofre de madera atado a esas tablas.
Yarvyan asentía levemente a las palabras de Alambique.
Alambique se introdujo en las frías aguas y agarró con fuerza un cabo y tiró de él hacia la orilla.
Alambique dice en gnomo: No te quedes mirando, anda ayúdame
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Recojamos lo que nos pueda ser útil, y busquemos un sitio donde poder acampar.
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Esos tablones parecen resistentes.
Alambique cogió con fuerza el cabo y le pasó el extremo a Yarvyan.
Alambique dice en gnomo: ¡Estira!
Yarvyan dice con voz sobrenatural: ¡Vamos! Ya casi está.
Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Qué crees que habrá?
Yarvyan sonreía irónicamente mientras esperaba la respuesta del Gnomo.
Alambique con un último esfuerzo, consiguió sacar las maderas junto con el cofre, mientras caía de espaldas sobre la orilla.
Alambique dice en gnomo: ¡Al fin!
Alambique dice en gnomo: Es el momento de averiguarlo.
Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: Si fuese oro…¿Dónde podríamos gastarlo?
Alambique se subió sobre el montón de madera y comenzó a apartar las tablas que se habían enredado en la red, haciendo imposible acceder al cofre.
Alambique dice en gnomo: Si es oro, podemos lanzarlo al mar y pedir deseos
Te ríes.
Alambique empujó el cofre que cayó a los pies de Yarvyan.
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Y que aún nos queden ganas de bromas…
Yarvyan dice con voz sobrenatural: En fin, veamos que contiene.
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Haz los honores, siempre se te dio mejor que a mí abrir cofres.
Alambique examinó la cerradura, el óxido y el salitre habían arruinado por completo el mecanismo.
Alambique dice en gnomo: No sé si podré, está muy mal la cerradura
Yarvyan dice con voz sobrenatural: No seas humilde… Podrás de sobras…
Alambique examinó de nuevo la cerradura y, introduciendo una pequeña herramienta, comenzó a dar pequeñas vueltas sobre él. Finalmente, se escuchó el tan esperado ‘CLIC’.
Alambique dice en gnomo: Menos de lo que esperaba
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Ves…
Alambique levantó la tapa del cofre y dentro de él, sumergida en agua, apareció una extraña concha nacarada.
Alambique dice en gnomo: ¡Una concha!
Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Una concha?
Alambique dice en gnomo: ¡Una concha!
Alambique dice en gnomo: ¿Quién guarda una concha dentro de un cofre?
Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Alguien que no tiene nada más de valor?
Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¡Maldita sea!
Alambique tomó la concha, la secó en sus ropajes y la examinó con detenimiento.
Yarvyan fruto de la rabia, golpeo al cofre con frenéticos golpes.
Alambique dice en gnomo: Fíjate, si la luz incide sobre ella se ven todos los colores, parece que se crea incluso un pequeño resplandor
Alambique mira a Yarvyan, mientras le pasa la concha para que la examine.
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Guárdatela, igual al museo de Takome le gustaría tener una así.
Alambique dice en gnomo: Mírala
Yarvyan dice con voz sobrenatural: No quiero ni verla Alambique. No soy coleccionista de conchas.
Alambique dice en gnomo: La guardaré por si acaso
Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Has oído eso?
Yarvyan dice con voz sobrenatural: No vuelvas a decirme que me ha tostado el sol mis neuronas.
Alambique alza de nuevo la concha al Sol para observar esos extraños reflejos, cuando de repente nota un pinchazo en el cuello. Se gira a mirar a Yarvyan mientras nota como las piernas le fallan. Alcanza a ver como un dardo veloz sale de la maleza y alcanza el cuello de Yarvyan. De pronto todo se vuelve oscuro…
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en respuesta a: ObjetosEspacialesQueGiranSobreSíMismosYNoSeSabeQuéSon #350595ElGnomoQueNosabíaNadar,PeroVoló
Alambique se asomó por el ojo de buey, había leído en algunos libros que así se llamaba ese tipo de ventanas. Los marineros seguían descargando pescado de algunas embarcaciones. Algunas mujeres se apresuraban a recibir a los marineros recién desembarcados con todos sus encantos. En el horizonte unas nubes se aproximaban hacia el puerto. Estaba ansioso por conocer a un auténtico capitán.
Alambique dice en gnomo: Bueno, esto parece que se mueve, parece que salimos de puerto.
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Pronto llegará.
Alambique recogió su capa del suelo, la sacudió y se la colocó aún húmeda sobre sus diminutos hombros.
Yarvyan esperaba impaciente golpeteando rítmicamente un barril de cerezo medio vacío.
Alambique dice en gnomo: Espero que el capitán nos asigne un camarote con vistas, no quiero un cuchitril sin ventilar.
Alambique dice en gnomo: Con lo que hemos pagado por los pasajes nos merecemos viajar con todas las comodidades posibles.
Yarvyan sonreía pícaramente al escuchar al Gnomo.
Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Un camarote dices?
Alambique dice en gnomo: Sí, he leído que así se llama a las habitaciones en los barcos
Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¿Aquí? ¡Pero has visto que embarcación!
Alambique se asomó por la puerta y recorrió la embarcación de un vistazo.
Alambique dice en gnomo: No me digas que vamos a dormir aquí…
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Nunca pierdas la fe, este es un viejo lema takomita.
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Aquí
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Aquí, o allí.
Yarvyan señalaba la esquina opuesta donde se encontraba.
Alambique dice en gnomo: Ya puede ser maravillosa esa isla a la que vamos, porque lo que es el viajecito, creo que no me está gustando mucho.
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Bueno, maravillosa será esta aventura, amigo.
Alambique dice en gnomo: A la par que misteriosa.
Yarvyan susurra: No tengo la menor duda que será toda una aventura…
Alambique se aproximó de nuevo a la puerta, la intensidad de la lluvia había aumentado, formando una densa cortina de agua que impedía ver con nitidez a dos metros de distancia.
Alambique dice en gnomo: Menudo diluvio…
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Esta maldita estación es lo que tiene.
Alambique dice en gnomo: Esperemos que esto desagüe bien, porque no quiero acabar en el fondo
Yarvyan oteaba el horizonte, intentando vislumbrar algo en el cielo.
Alambique notó cómo perdía un poco el equilibrio, desde que habían abandonado el puerto el oleaje había ido aumentando.
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Algo me dice, que esto no irá bien, Alambique.
Alambique dice en gnomo: Creo que voy a vomitar, no me encuentro bien.
Alambique se agarró a un mueble que alguien había anclado al suelo de madera.
Yarvyan volvía a otear el horizonte, donde distinguía entre la densa manta de agua la figura de un gran halcón.
Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: Alambique, ¿has visto ese animal?
Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Alambique?
Alambique se giró bruscamente y soltó todo lo que tenía dentro en una de las esquinas de la habitación.
Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Pero qué te ha pasado? ¿Estás vomitando?
Alambique dice en gnomo: ¡No puedo más!
Yarvyan dice con voz sobrenatural: No eres el primero… ni serás el último.
Alambique se limpió los restos del vomitado de la comisura de los labios.
Alambique dice en gnomo: ¿Que si he visto qué?
Alambique dirigió la vista a través de la cortina de agua, tratando de ver lo que decía su compañero.
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Durante tu indisposición, un viejo amigo me ha alertado de que algo no va bien.
Alambique dice en gnomo: Lo veo, está volando en círculos sobre la embarcación.
Yarvyan dice con voz sobrenatural: No estoy seguro de querer zarpar.
Alambique dice en gnomo: Amigo, hace rato que hemos zarpado
Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¡NO!
Alambique dice en gnomo: Tú que tienes pies de plomo y no te balanceas como yo
Alambique vio como una figura se aproximó corriendo hacia ellos y, deteniéndose frente a la puerta, gritó ‘¡Nos hundimos!’.
Alambique miró a Yarvyan, presa del pánico, lo último que quería era acabar en el agua sin saber nadar.
Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Cómo?
Alambique dice en gnomo: ¡Mira!
Yarvyan dice con voz sobrenatural: No te preocupes.
Yarvyan mira el tamaño del gnomo y sopesa cuanto pesará.
Alambique señaló una brecha que se había abierto en el casco de la embarcación y se aproximaba hacia los aventureros.
Yarvyan exclama con voz sobrenatural: Alambique, últimamente estás más regordete. ¿En cuántos kilogramos estás? ¡No me mientas!
Alambique dice en gnomo: No creo que pase de 40, si no recuerdo mal.
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Tranquilo.
Alambique se estremeció cuando la embarcación crujió y un torrente de agua comenzó a manar de la nueva grieta.
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Si algo malo sucediera, te darán un paseo en volandas.
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Y sí, creo que algo malo está sucediendo.
Alambique dice en gnomo: ¿Y tú?
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Yo… yo…
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Bueno, no te preocupes por mí, en alguna así me he visto.
Yarvyan dice con voz sobrenatural: Verás, a mi señal un gran halcon te atrapará, no sientas miedo y no luches contra él, déjate llevar.
Alambique miró por la puerta de la habitación, el temporal había partido los dos mástiles de la embarcación, sólo el capitán resistía en cubierta, no quedaba nadie más.
Alambique dice en gnomo: ¡No creo que llegue, nos hundimos!
Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Prefieres unos rasguños o acabar en el fondo del mar?
Alambique dice en gnomo: ¡Rasguños!
Yarvyan comenzó a dibujar en el aire con sus manos algo que solo él entendía.
Alambique miró a Yarvyan, no entendía por qué en esa situación de pánico se había puesto a hacer esos extraños gestos.
Vyrleth al finalizar el entramado de aspavientos con las manos, un gigantesco halcón separaba la manta de agua, cayendo empicado sobre la maltrecha embarcación.
Alambique observó la figura del halcón, volando en picado, atravesando las nubes y precipitándose sobre la claraboya de la habitación.
Alambique dice en gnomo: ¡Lo veo!
Vyrleth, de un fugaz y certero movimiento, el halcón se abalanzó sobre el Gnomo, atrapándole por ambos hombros y levantándolo por los aires con una brutal sacudida.
Alambique notó cómo unas finas garras atravesaban sus diminutos hombros como si fueran cuchillos. Sintiendo un agudo dolor, notó cómo sus pies se separaban del suelo y salía disparado hacia el firmamento sin poder hacer nada. El dolor era tan intenso que el pobre Alambique perdió el conocimiento.
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