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  • megamalkuth
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    en respuesta a: Redención #346841

    Lhurshak tenía todo listo para la nueva reunión con el Cruzado Supremo. Encontrar el sótano oculto de Larsen había sido un poco complicado, pero la lucha fue sencilla y el depredador Sangreverde del gnoll acabó con el rufián en un abrir y cerrar de ojos. El druida había buscado por todos lados la bolsa a la que se refería Adrak, pero no había encontrado nada, el cuerpo había quedado hecho pulpa, así que Lhurshak decidió recoger el hacha gigantesca portada por el malhechor, y entregársela al mandatario. Esa noche la reunión no sería tan formal, ya que habían quedado en las murallas de la ciudad para que el encuentro no fuera tan llamativo.

    De pronto se escuchan los sonidos de caballos relinchando.

    El rodar de las ruedas de madera sobre los adoquines del terrero.

    Al fondo del camino ves llegar un carruaje tirado por unos majestuosos caballos blancos.

    Lhurshak hace unas señales con su antorcha al conductor del carruaje para indicarle donde debe parar.

    Del carruaje bajaron dos esbeltos caballeros de armadura plateada, colocaros unas escaleras en la puerta del
    mismo y de ella salió el Cruzado Supremo.

    Haces una reverencia.

    Adrak sale agachándose de la puerta del carruaje mientras baja los escalones.

    Adrak realza una enorme sonrisa al ver a Lhurshak y le dice:

    Adrak dice en adurn: .: Buenas, Sabio Lhurshak, ¿Qué Tal Por Nuestros Dominios? :.

    Adrak hace una reverencia respetuosa.

    Adrak dice en adurn: .:¿Le Han Tratado Bien Los Campesinos Del Bosque De Thorin? :.

    Adrak alza su mano y trata de saludar al Gnoll.

    Lhurshak saluda a Adrak.

    Dices con una voz sobrenatural: me costó un poco encontrar el sitio, pero mi fiel compañero animal consiguió rastrearle.

    Adrak dice en adurn: .: Me Alegro De Que Tenga La Gran Compañía De La Madre Naturaleza, Es La Mejor Compañera. :.

    Adrak dice en adurn: .: Mis Guardias Han Dado Aviso De Que Vendrías Por Nuestros Dominios Y Espero Que Ninguno De Nuestros Ciudadanos Haya Intentado Hacerle Nada Malo. :.

    Dices con una voz sobrenatural: no, no obstante, fuí avanzada la noche e intenté no llamar la atención, no quería ningún encuentro inesperado.

    Adrak dice en adurn: .: Hace Usted Bien, La Gente Tiene El Aviso De Un Gnoll Aliado Por Nuestros Dominios. :.

    Adrak dice en adurn: .: Pero Siempre Está El Miedo De Los Más Jóvenes Que No Tienen Mucha Confianza Aun. :.

    Adrak dice en adurn: .: Entonces, ¿Ha Encontrado Al Ser Vil Que Buscaba? :.

    Adrak se cruza de brazos y adopta una pose de comodidad mientras se reajusta su yelmo.

    Preguntas con una voz sobrenatural: es comprensible dada la situación. Sí, lo encontré, pero al respecto tengo noticias buenas y no tan buenas, ¿cuáles desea oír primero?.

    Adrak dice en adurn: .: Estamos Preparados Para Cualquier Situación En El Gremio De La Cruzada. :.

    Adrak dice en adurn: .: Pero Siempre Alegra Oír La Mala Noticia Primero, Que No Me Quiero Quedar Con Mal Sabor De Boca Después. :.

    Adrak sonríe.

    Los guardias se mantienen firmes alrededor del carruaje observando sus alrededores.

    Dices con una voz sobrenatural: La mala noticia es que no encontré ni rastro de la bolsa de riquezas robadas por el malhechor, ese rufián debió haberlas malgastado en cualquier tabernucha de mala muerte. Entre sus pertenencias solo encontré esta hacha.

    Lhurshak entrega Hacha de Larsen a Adrak.

    Adrak coge el Hacha y la examina minuciosamente.

    Adrak dice en adurn: .: Sí, Es Su Hacha, Fue la Que Uso Para Asesinar A Esa Joven Moza. :.

    Dices con una voz sobrenatural: la buena noticia es que ese malhechor no volverá a hacer daño a nadie más, y con respecto al dinero robado no se preocupe, yo correré con los gastos y compensaré a Takome y la familia de la víctima, por favor acepte estos 500 platinos como compensación por la cantidad robada.

    Pagas 500 platinos a Adrak.

    Adrak coge la bolsa de cuero con las monedas dentro.

    Adrak dice en adurn: .: Sin Duda Es Una Gratificante Prueba, Con Esto Veo Que Has Cumplido Tu Cometido. :.

    Adrak dice en adurn: .: Sin Duda Un Gran Acto Por Tu Parte Gran Lhurshak. :.

    Dices con una voz sobrenatural: ha sido un honor para mí, vengar la muerte de una joven inocente.

    Adrak dice en adurn: .: La Familia De La Víctima Se Sentirá Orgullosa Por Vuestra Venganza, Y Así Poder Darle Descanso A Su Pequeña. :.

    Asientes con la cabeza.

    Adrak dice en adurn: .: Takome Está Agradecida Con Vos, Sabio Lhurshak. :.

    Adrak dice en adurn: .: Hablaré Con El Consejo De La Cruzada Para Que Tengan En Cuenta Vuestros Actos. :.

    Adrak dice en adurn: .: Y Os Nombren Ciudadano Honorífico Del Reino. :.

    Adrak dice en adurn: .: Mandaré Un Comunicado A Reinos Aliados De Alrededor, Así Como Nuestros Pueblos Para Que Estén Al Tanto De Vuestros Actos. :.

    Dices con una voz sobrenatural: sí, estoy en negociaciones, con Thorin he llegado a un pequeño acuerdo y con Poldarn ya gozo de buen status. Tengo que contactar con Eldor y Veleiron, espero que estén dispuestos a ser tan compresivos como Takome.

    Dices con una voz sobrenatural: Gracias Mese Adrak, espero con impaciencia el día en que pueda ver una ciudad majestuosa como Takome con mis propios ojos y como amigo, no como enemigo.

    Adrak coge la bolsa junto con el hacha y se lo entrega a uno de sus guardias, el cual los pone en la parte trasera del carruaje, en el interior de un cofre.

    Adrak dice en adurn: .: Si Va Con Buenos Actos Y Su Voluntad Es Firme, Creeme Que Pronto La Vera. :.

    Adrak dice en adurn: .: Eso Si, Avíseme Cuando Llegue El Día, Que Quiero Invitarle Algunas Cosas Que Correrán A Mi Cargo En Nuestra Posada. :.

    Adrak dice en adurn: .: Tenemos Las Mejores Sirvientas Del Reino Aquí. :.

    Dices con una voz sobrenatural: será un placer maese Adrak

    Adrak guiña un ojo mientras sonríe a Lhurshak.

    Adrak dice en adurn: .: Si Tiene Algún Problema En Dicho Contacto Con Esos Pueblos, Hable Nuevamente Conmigo. :.

    Adrak dice en adurn: .: Quizás Podamos Hacer Una Reunion Con Ellos Y Facilitar Así Las Negociaciones. :.

    Adrak sonríe a Lhurshak.

    Dices con una voz sobrenatural: se lo agradezco, Adrak, es usted una gran persona, Takome tiene mucha suerte de tenerle como mandatario

    Adrak dice en adurn: .: Lo Hago Por Vocación, Takome Es Mi Ciudad Desde Mi Nacimiento, Se Lo Debo Todo A Ella. :.

    Adrak dice en adurn: .: Y A Mis Leales Seguidores, Los Cuales No Seria Nada Sin Ellos. :.

    Adrak se ajusta las correas de su armadura de plata.

    Adrak dice en adurn: .: Todo Listo Gran Sabio Lhurshak. :.

    Adrak dice en adurn: .: He De Llevar Esta Bolsa A La Familia Afectada, Junto Con El Hacha, Para Que Lo Analicen. :.

    Dices con una voz sobrenatural: Partid, en paz Maese Adrak, espero verle pronto dentro de los muros del Bestión de la Luz

    Dices a Adrak: si

    Adrak dice en adurn: .: Cualquier Cosa Que Necesite, No Dude En Comunicármelo, Tengo Mucha Influencia En El Bastión De Plata. :.

    Adrak dice en adurn: .: Que Le Vaya Todo Bien, Que La Naturaleza Le Acompañe. :.

    Exclamas con una voz sobrenatural: igualmente Adrak, que los dioses guíen tus pasos!

    Adrak le da un abrazo al Gnoll. Nunca antes Adrak había abrazado a una bestia con tan buen corazón.

    Lhurshak se queda sorprendido, pero cierra el abrazo con su nuevo amigo.

    Adrak da un fuerte silbido y los guardias acomodan la escalera para que el Supremo suba a su carruaje.

    Adrak dice en adurn: .: Hasta Nuevas Ver, Sabio Lhurshak. :.

    Dices con una voz sobrenatural: Hasta pronto, Cruzado Supremo.

    Adrak se sube en el carruaje y ves como se va poco a poco marchando por el horizonte, con el sonido del trote de los caballos.

    Lhurshak se queda parado mientras el carruaje se aleja hacia la puerta este de Anduar, rumbo a Takome. Nunca se hubiera esperado un trato así por parte del mandatario de Takome, esperaba una situación cordial, pero la calidez del encuentro había hecho que pensar a Lhurshak, ¿habría hecho un nuevo amigo?.

    megamalkuth
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    en respuesta a: Redención #346839

    Anduar – Taberna del Dragón Verde.

    Lhurshak se encuentra ensimismado observando su bebida, hoy el día es muy importante, ya que tendría que enfrentarse, para bien o mal, a la respuesta de Takome, lo que sin duda sería un paso fundamental para encontrar la redención con todas las ciudades del bien. Encontrar una respuesta positiva por parte del Bastión de Plata, sin duda facilitaría encontrar la paz con el resto de ciudades del bando.

    Se escucha el tintineo del sonido del metal, en las afueras de la Taberna del Dragón Verde.

    La posadera abre cuidadosamente la puerta, ya que la taberna había sido cerrada exclusivamente para la reunión que iba a tener lugar esa noche, por órdenes de general Szhysszh.

    De repente ves llegar a Adrak, el Cruzado Supremo de Takome con una reluciente armadura que se ilumina brillantemente con la luz de las antorchas, seguido de sus dos guardias de élite que proporcionan la escolta personal del Supremo. Su semblante es serio, y la cicatriz de su ojo le da un aspecto fiero y solemne.

    Camina, orgulloso, con paso firme hacia el interior de la taberna.

    Adrak dice en adurn: .: Hace Tiempo Que No Entraba En La Taberna De Anduar. :.

    Adrak sonríe con una leve sonrisa.

    Adrak dice en adurn: .: Estos Olores, Que Viejos Recuerdos Me Traen. :.

    Adrak mira hacia el fondo de la taberna, donde ve a un gnoll apostado sobre una de las mesas.

    Adrak se acerca a la mesa mirando al Gnoll.

    Adrak dice en adurn: .: Guardias! Dejadnos Solos. :.

    Adrak dice en adurn: .: Hahaha, Saludos Lhurshak!, Que Buena Verle Por Anduar. :.

    Adrak se sienta junto al Gnoll para entablar una conversación.

    Lhurshak sale de su ensimismamiento y mira a su invitado, rápidamente se levanta y ofrece su mano al mandatario, en señal de amistad y respeto.

    Dices con una voz sobrenatural: Saludos, Cruzado Supremo, gracias por acudir a la reunión, por favor toma asiento.

    Adrak alza al frente su mano, y la cruza con Lhurshak.

    Adrak da una señal a sus guardias y estos se retiran fuera de la taberna.

    Adrak dice en adurn: .: Es Un Placer Volver A Estar Por Anduar, Y Por Supuesto Conocerle en Persona Lhurshak. :.

    Dices con una voz sobrenatural: el placer es mío, sé que es una persona muy ocupada, pero el hecho de que esté aquí denota interés por mi propuesta y mente abierta, lo cual francamente me alegra.

    Adrak mira al Gnoll mientras asiente con la cabeza.

    Lhurshak se dirige a la camarera: Muchacha, tráenos un refrigerio si eres tan amable. La camarera trae una serie de entremeses fríos y algo de picoteo, para acompañar un delicioso vino de Veleiron.

    Adrak dice en adurn: .: Últimamente La Situación En El Reino Ha Estado Muy Tranquila. :.

    Adrak dice en adurn: .: Salvo Un Problema Con Algunos Hombres Lagartos, Por Lo Demás Todo Muy Pacífico. :.

    Dices con una voz sobrenatural: y espero que siga así por mucho tiempo, el odio nunca trae nada bueno, se lo digo yo que me he criado en una sociedad que lo promulga.

    Dices con una voz sobrenatural: si, normalmente, las razas que se crían en ese tipo de sociedades, suelen tener unos ideales inculcados por aquellos miembros antiguos y se mezclan en curiosos odios raciales, sin saber siquiera por qué.

    Dices con una voz sobrenatural: yo durante tiempo fue uno de ellos, por suerte nunca herí a nadie, pero los años, como habrá podido leer en mi carta, me han hecho ver la situación desde otra perspectiva.

    Adrak Alza su mano mientras llama a tabernero.

    Adrak dice en adurn: .: Póngame Los Aguardientes De Maíz, Uno Para Mí, Otro Para Lhurshak! :.

    La camarera asiente y se dirige, rauda, a la barra.

    Adrak dice en adurn: .: Sí, Mi General De La Cruzada A Leído Su Carta, Y Me Ha Comunicado Todo Al Detalle. :.

    Dices con una voz sobrenatural: sé que puede parecer una petición anómala, dada mi condición, pero por un momento le pido que analice la situación desde un punto de vista neutral, con la mente abierta.

    Dices con una voz sobrenatural: Para comprender mi motivación, debe salir del estereotipo de gnoll y ver la realidad como es. Parece una persona sabia, entenderá de lo que le estoy hablando.

    Adrak dice en adurn: .: Hemos Estudiado Su Caso, Y Mediante Varios De Nuestros Miembros De La Cámara De La Cruzada Y, Por Decisión Unánime, Nos Gustaría Que Fuese Nuestro Aliado. :.

    Lhurshak sonríe.

    Adrak dice en adurn: .: Nos Vendría Genial Tener Aliados Más allá De Nuestras Fronteras. :.

    Adrak dice en adurn: .: Los Cuales Nos Permita Ampliar Gratamente El Comercio Entre Ciudades Y La Posibilidad De Abrir Nuevos Caminos Hacia El Bien. :.

    Adrak se rasca la barbilla mientras habla.

    Dices con una voz sobrenatural: me alegro de esa decisión, por supuesto, y me gustaría ofrecer una muestra de lealtad para con Takome, para apoyar mis palabras con hechos.

    Adrak dice en adurn: .: Por Supuesto, Lhurshak. :.

    Adrak dice en adurn: .: La Cruzada También Hablo Sobre Eso. :.

    La camarera llega con dos Aguardientes y dice: Perdone el retraso mi Señor Adrak, hemos ido a buscar este barril a la bodega especialmente para usted y Lhurshak.

    Lhurshak sonríe a la posadera.

    Dices con una voz sobrenatural: no te preocupes, estás siendo muy amable.

    Dices con una voz sobrenatural: gracias.

    Adrak asiente a la posadera mientras realza una sonrisa en su cara.

    Adrak coge uno de los vasos de Aguardiente y se lo bebe de un trago!.

    Lhurshak hace lo mismo con el suyo!.

    Adrak dice en adurn: .: Muy Amable Por Su Parte, Podría Traernos Otros Dos Más? :.

    La camarera dice: enseguida, señor.

    Preguntas con una voz sobrenatural: retomando la conversación, ¿habéis pensado en algo que pudiera hacer para ayudar a Takome?

    Adrak dice en adurn: .: Como Le Iba Diciendo, La Cruzada De Takome Había Pensado En Encomendarle Un Acto Honorífico Hacia Nuestra Ciudad, Y Que Así Se Gane La Confianza Del Pueblo. :.

    Adrak dice en adurn: .: Hace Tiempo, Un Enemigo Innato De Nuestro Reino, Huyo Y Se Escondió En Un Cuchitril Al Norte De Thorin. :.

    Adrak dice en adurn: .: El Viejo Larsen, Como Ha Incordiado Al Reino Desde Su Huida. :.

    Dices con una voz sobrenatural: entiendo…

    Adrak dice en adurn: .: Al Reino Le Gustaría Que Fuera Allí, Y Acabara Con Su Vida, Y Si Encuentra La Bolsa De 500 Platinos Que Nos Saqueó Ese Vil Rufián, Que La Devuelva. :.

    Adrak golpea la mesa con furia.

    Adrak dice en adurn: .: Ese Maldito Robo A Un Grupo De Mercaderes Jóvenes, Y Mato A Una Chica Que Iba Con Ellos. :.

    Lhurshak pone cara de preocupación.

    Adrak dice en adurn: .: Si Consigue Acabar Con Su Vida, Y Recuperar Ese Monto De Dinero Para Pagar A Los Mercaderes Por El Altercado, Seguro que La Ciudad De Takome Le Vera Con Buenos Ojos :.

    Adrak dice en adurn: .: Y Se Ganara Su Confianza. :.

    Dices con una voz sobrenatural: no podemos permitir que un ser sin escrúpulos como ese siga con vida, cuente con ello.

    Adrak se tranquiliza al ver que la Tabernera llega con otras dos copas de Aguardiente.

    Adrak dice en adurn: .: Muchísimas Gracias Lhurshak, Cuente Con El Buen Trato De Takome Si Consigue Tal Azaña. :.

    Lhurshak coge un vaso de aguardiente y lo levanta.

    Exclamas con una voz sobrenatural: ¡Por Takome, juro por mi honor de druida que ese rufián no volverá a ver otro amanecer!.

    Adrak asiente a Lhurshak mientras se toma de un trago el Aguardiente.

    Lhurshak vacía el vaso de un trago.

    Adrak dice en adurn: .: Si Es Así Lhurshak, Espero Que La Cámara De La Cruzada Admita Sus Actos, Y Le Nombraremos Ciudadano Honorable Del Reino. :.

    Adrak dice en adurn: .: ¿Está De Acuerdo? :.

    Dices con una voz sobrenatural: lo estoy.

    Tras llegar a un acuerdo Cruzado y elegido de Ralder, siguieron bebiendo y charlando toda la noche, dejando a un lado los estereotipos de sus razas, la noche fue agradable y Lhurshak aprendió un poco más de las costumbres de la ciudad de la luz, que eran muy diferentes de las que le habían inculcado desde niño. Se alegraba de que Ralder, le estuviera guiando por el camino de la redención.

    Adrak da un fuerte silbido y dos enormes guardias armados entran en la taberna.

    Adrak dice en adurn: .: ¿Está Listo El Carruaje? :.

    Uno de los guardias asiente y parten hacia el exterior detrás del Cruzado Supremo.

    Adrak se gira hacia Lhurshak.

    Adrak dice en adurn: .: Espero Verle Pronto, Cuídese Viejo Amigo. :.

    Dices con una voz sobrenatural: gracias, Adrak, espero verle pronto.

    Adrak hace una reverencia respetuosa.

    Lhurshak pagó al posadero y se marchó a pasear, era una bonita noche estrellada y la reunión con Takome había ido bastante bien, que más se podía pedir…

    • Esta respuesta fue modificada hace 2 years, 3 months por megamalkuth.
    megamalkuth
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    en respuesta a: Redención #344317

     

    Tras realizar el envío del tributo a Dendra, Lhurshak volvió a su improvisado refugio al este de Naduk. Cuando entró en la cueva, encendió un fuego para calentarse y se sentó sobre el jergón de paja que había construido como colchón, para no tener que envolver y desenvolver el petate cada vez. La calidez de la hoguera hizo que la caverna se volviese más acogedora, aportando luz y calor, y Lhurshak aprovecho para quitarse parte de su armadura y ponerse más cómodo; acto seguido saco unos faisanes que había cazado y tras desplumarlos y vaciarles las tripas, puso al fuego.

    El gnoll estaba hambriento y el olor de la suculenta comida, le hizo rugir el estómago. Cuando estaba a punto de lanzarse sobre los deliciosos faisanes, un aleteo le hizo detenerse y girarse hacia la entrada para ver como un pajarillo gris de tamaño negro entraba en la cueva, portando en su pata un mensaje, y se posó sobre su hombro.

    «La tórtola gris que mandé a las lejanas tierras de Eldor….» pensó Lhurshak olvidándose de la comida por un momento.

    Lentamente, abrió la carta y la leyó:

    «Saludos, guía del círculo del simbionte.

    Dado que nuestro pueblo aprecia la austeridad y la sinceridad, tanto en la vida como en la palabra escrita, le devolveré la misma cortesía.
    Tras un tiempo de meditación y de discusión con mis fieles consejeros se llegó a la conclusión de que su petición debería ser concedida.

    Para aquellos que busquen armonía y el control de la ira de sus corazones ofrecemos la mano extendida, pero no es un regalo que se pueda dar sin prueba alguna de sus palabras.
    Es por ello que como precio a su petición le pedimos que nos ayude con un peligroso enemigo que ataca a nuestros ciudadanos: En el bosque oscuro de nuestro reino vive una peligrosa criatura. Una aberrante araña, que en ocasiones sale de su territorio y secuestra ciudadanos indefensos para alimentarse.

    Debido a que nuestras fuerzas se encuentran al límite con los enemigos que ya nos importunan, no podemos matar a esta criatura con la prontitud que nos gustaría.

    Tráiganos su cabeza, y su petición será gustosamente concedida.

    Atentamente, Naheim de Eldor, guía espiritual de los eldorenses.»

    «Una araña aberrante… peligroso enemigo… pero la petición me parece justa.» Pensó Lhurshak.

    Lhurshak se había enfrentado una vez a uno de esos seres: no eran arañas gigantes comunes, estaban dotadas de cierta inteligencia y magia y su voracidad no tenía parangón. Si había estado matando ciudadanos con tanta frecuencia, el druida supuso que era posible que su nido estuviese lleno de huevos a punto de eclosionar, así que no solo tendría que lidiar con el peligroso ser, si no también con sus crías las cuales, a pesar de no poseer magia, eran grandes y podían usar sus patas como arma de manera similar a las arañas espada. Si a eso le sumábamos la forma de construir sus nidos, cubriendo todo con una pegajosa sustancia que hacía que moverse en su interior fuera muy incómodo, iba a ser un complicado combate que había que preparar.

     

    megamalkuth
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    en respuesta a: Redención #344244

    Lhurshak entregó la bolsa de monedas al posadero y este, frotándose las manos y con una amplia y desdentada sonrisa, la puso a buen a recaudo; entrego las llaves de la posada al druida, no sin antes preparan un pequeño refrigerio para dos y descorchar una botella de vino, cosecha de Veleiron, por la que cobró una cantidad más que elevada.

    A Lhurshak no le importaba pagar, y menos aún si era para cumplir la misión encomendada por el simbionte. El cuervo negro que había enviado a Galador días antes, regreso con la respuesta del imperio de Dendra. Habían estudiado su caso y Wirkull, barón del Imperio, había anunciado que iría a Anduar a realizar personalmente la petición que supondría el perdón para el druida. Lhurshak reservó la taberna para esa noche y preparó un cortés recibimiento para tan ilustre lord.

    Nervioso, paseaba de un lado a otro contando las tablas que formaban la tarima que cubría el suelo de la taberna, cuando la puerta se abrió y un individuo, ataviado con una ornamentada y pulida armadura negra y una capa color rojo sangre, entro en la sala.

    Wirkull parecía un humano realmente sombrío, no era demasiado corpulento, pero su rostro era bastante inquietante, pálido y delgado, con un pelo negro y lacio que caía sobre sus hombros y una siniestra cicatriz que atravesaba uno de sus ojos y llegaba hasta la boca, distaba de ser el típico burgués ricachón, pareciendo más un guerrero curtido en la batalla. Se acercó a la mesa, andando lentamente y sin pronunciar palabra alguna, se paró delante de la mesa mirando fijamente a Lhurshak.

    «Maese Wirkull, supongo» dijo el archidruida dirigiéndose al siniestro personaje.

    El caballero oscuro asintió con la cabeza, y continuó mirando al gnoll.

    «Habéis recorrido un largo camino, sentaos y comed, ya tendréis tiempo de explicarme las condiciones del reino de Dendra para aceptar mi petición» invitó Lhurshak.

    El Paladín de Seldar hizo un gesto con la mano, indicando que no quería sentarse ni comer, pero comenzó a hablar con una profunda y siniestra voz.

    Wirkull te dice: Dendra está cansada de ver sus caminos infestados de ladrones y bandidos que asaltan caravanas y roban

    Wirkull te dice: tendrás el perdón de Dendra si nos traes la cabeza del líder de los bandidos

    Wirkull te pregunta: conoces no?

    Preguntas a Wirkull: te refieres a líder de los bandidos conocido como DeGaulé?

    Wirkull te dice: exactamente

    Wirkull te dice: su cabeza por tu redención

    Dices a Wirkull: mandaré un mensajero con su petición Barón Wirkull.

    El mandatario de Galador, escudriñó durante unos segundos al druida y finalmente, asintió con la cabeza y dio media vuelta saliendo por la puerta.

    «Extraño personaje, sin duda parco en palabras y directo al grano.» pensó el druida.

    Esperaba alguien a quien poder agasajar con una comida, pero el caballero no iba a entrar en ese juego, se notaba que era un guerrero y no un diplomático, lo cual le hizo ganarse el respeto eterno del gnoll.

    Lhurshak sopesó en la propuesta. Conocía la zona montañosa donde el líder de los bandidos, Degaulé, tenía su base de operaciones y sin duda, para alguien que no conocía las montañas como él, hubiera sido imposible encontrarla, por lo que entendía la necesidad del imperio por liquidar a alguien poco poderoso, pero muy molesto.

    Tras unos días de viaje y exploración por las montañas al sur de galador, Lhurshak descubrió la guarida de los bandidos. La entrada principal era inaccesible, por lo que Lhurshak tuvo que dar un pequeño rodeo por la ladera y tras trepar un buen trecho, encontró un lugar desde donde saltar a la casa. Invocó a su Ent y saltó hacia la casa, destruyendo el techo de paja y precipitándose hacia su interior.

    Cogió por sorpresa a los guardias y el ent los destrozó en un santiamén. Degaulé se resistió bastante más y tras una encarnizada lucha, donde demostró ser un diestro guerrero el druida consiguió acabar con él:

    ! Te das cuenta de que DeGaulé está buscando un hueco en tus defensas con su Takuba ornamentada y te apresuras por rectificar tu estilo de lucha.
    Coloso SangreVerde aplasta con increíble potencia a DeGaulé en la cabeza.
    * ¡Logras anticiparte a DeGaulé y esquivar su equilibrado golpe certero!
    Coloso SangreVerde te protege valientemente.
    DeGaulé golpea a Coloso SangreVerde en una pierna sin producir ningún daño.
    DeGaulé corta débilmente en una mano a Coloso SangreVerde.
    >

    Perforas violentamente en una pierna a DeGaulé.

    Coloso SangreVerde intenta agarrar con ambas manos a DeGaulé para golpearle contra el suelo, pero éste logra parar su lento ataque.
    * DeGaulé te corta con poca fuerza en el pecho.

    Pinchas con mucha fuerza en el pecho a DeGaulé.

    Coloso SangreVerde te protege valientemente.
    >
    Coloso SangreVerde aplasta con increíble potencia a DeGaulé en el pecho.
    Coloso SangreVerde te protege valientemente.

    DeGaulé golpea a Coloso SangreVerde en una pierna sin producir ningún daño.

    Intentas perforar en una pierna a DeGaulé, pero este consigue parar tu ataque.

    ! Te das cuenta de que DeGaulé está buscando un hueco en tus defensas con su Takuba ornamentada y te apresuras por rectificar tu estilo de lucha.
    Coloso SangreVerde aplasta con increíble potencia a DeGaulé en el pecho.
    [Tu estatus con Dendra ha aumentado]
    Propinas el golpe mortal a DeGaulé.
    DeGaulé cae al suelo sin vida.

    Comienzas a formular el hechizo ‘Hoja de llamas’.
    >
    Pronuncias el cántico: ‘flamius fullen akrat’
    Un llameante rayo de fuego rojo se forma en tus manos.
    Empuñas tu Hoja de llamas.
    Cortas la cabeza de cuerpo de Degaule con tu Hoja de llamas.
    [Recibes Cabeza de degaule].

    Lhurshak contempló la cabeza del líder de los bandidos. Wirkull estaría contento con el resultado, sin lugar a dudas.

    megamalkuth
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    en respuesta a: Redención #344241

    Lhurshak miró sus ensangrentadas manos, abrasadas, de agarrarse fírmente al arpeo de tripa de Troll, en el duro ascenso que había realizado a la cima del Volcán situado al norte del bosque de Thorin. El gnoll había llegado por fin a la cima y estaba exhausto, por lo que decidió para a descansar antes de adentrarse en las sinuosas cuevas que tenía delante de él.

    El druida se sentó sobre un montón de piedras cercanas y vendo sus manos, tras lo cual saco su odre y lo vacío de un trago. El calor allí era insoportable y el denso pelaje negro que cubría el cuerpo del gnoll, no ayudaba en absoluto.

    Mientras recuperaba el resuello, Lhurshak pensó en la petición de Zariol. El famoso cazador de demonios había accedido a negociar la paz con el archidruida, a cambio de matar a un ser, enemigo de Poldarn, que le había estado causando bastantes molestias. Zariol ya no era joven y sus quehaceres burocráticos le impedían encargarse él mismo del molesto ser demoníaco, y opinó que está era una buena oportunidad para librarse del problema, encargándole la misión al gnoll a cambio de su perdón en Poldarn.

    Al archidruida le costó un poco conocer la localización aproximada de la guarida de Alchanar, que así se llamaba el ser, y sus investigaciones le habían llevado al punto en el que se encontraba. Solo faltaba adentrarse en las oscuras cavernas y encontrar la ubicación exacta y estaba dispuesto a ello para cumplir la misión que le había encomendado su dios, y que pasaba por lograr el perdón con Poldarn, entre otros.

    Lhurshak naturalizó la zona y llamo a su fiel Ent, para que le ayudara en su misión. Acto seguido, se cubrió la boca con un paño húmedo, para evitar respirar el humo y los sulfurosos vapores volcánicos, y se adentró en las cavernas. El calor era insoportable allí dentro y el gnoll tuvo que lidiar con diferentes alimañas, elementales de fuego y salamandras ígneas que poblaban la zona, pero revisó cueva por cueva hasta encontrar una pequeña rampa de bajada, que le llevó a una pasarela con tres torres. Lhurshak se dirigió a la más grande, ya que su descripción coincidía con lo averiguado en sus investigaciones previas a la aventura.

    Tuvo que derrotar a multitud de demonios menores hasta llegar al piso superior y por fin encontró la sala donde se encontraba el Gran Demonio Alchanar. La habitación era muy grande, de paredes de obsidiana negra cubiertas de salpicaduras de sangre; en su centro había una enorme mesa a modo de altar, cubierta con abundante sangre y vísceras de algún ritual que el demonio había llevado a cabo recientemente, sobre la que había un pergamino con runas demoníacas que brillaban notablemente; cercano al altar se encontraba el gigantesco archidemonio, enorme e imponente, portando una gigantesca Espada Ardiente. Nada más ver al druida, el demonio se abalanzó sobre él sin dar ningún tipo de tregua.

    El combate se alargó y el druida, protegido por su ent, tuvo que lidiar con los fuertes golpes, bolas encadenadas de fuego y la poderosa magia infernal del demonio, pero gracias a su poder curativo, su resistencia a la magia de fuego, su poder de la naturaleza y, sobre todo, a su coloso Sangreverde, consiguió acorralar al ser, el cual ya se veía muerto:

    «Maldito druida!!!!, el plano infernal de fuego mandará a alguien a vengar mi muerte, esto no quedará así!!!», rugió el demonio, presa del pánico.

    «Me encargaré de él, igual que me he encargado de ti, ser impío» dijo Lhurshak, con suficiencia, al saber que su victoria estaba cerca.

    El archidruida se dispuso a rematar el duro trabajo y el demonio, malherido intentó defenderse vanamente con sus últimas fuerzas:

    Comienzas a formular el hechizo ‘Relámpago’.
    >

    Alchanar, el Robador de Almas corta con mucha fuerza en las raíces a Coloso SangreVerde.

    Alchanar, el Robador de Almas abrasa en las raíces a Coloso SangreVerde.
    Estás realizando los movimientos de un hechizo, tus manos están ocupadas.

    Pronuncias el cántico: ‘elect xen cefit’

    ¡El cielo ruge cuando invocas un relámpago que cae sobre Alchanar, el Robador de Almas!

    Coloso SangreVerde aplasta con increíble potencia a Alchanar, el Robador de Almas en un ala.

    Alchanar, el Robador de Almas salta sobre Coloso SangreVerde descargando un brutal golpe crítico en una rama.

    Alchanar, el Robador de Almas abrasa en una rama a Coloso SangreVerde.

    Coloso SangreVerde aplasta con increíble potencia a Alchanar, el Robador de Almas en la cabeza.

    Cuando propinas el golpe mortal a Alchanar este cae dolorido y sus llamas se apagan.

    Propinas el golpe mortal a Alchanar, el Robador de Almas.

    Alchanar, el Robador de Almas cae al suelo sin vida.

    El cuerpo emite un destello de luz y cuando este desaparece ves como almas atrapadas comienzan a salir del cuerpo de
    Alchanar.

    Al momento, de su cuerpo surge una llama flotante que no desprende calor para acto seguido caer al suelo.

    Comienzas a formular el hechizo ‘Hoja de llamas’.

    Pronuncias el cántico: ‘flamius fullen akrat’
    Un llameante rayo de fuego rojo se forma en tus manos.
    Empuñas tu Hoja de llamas.

    Cortas la cabeza de cuerpo de Alchanar con tu Hoja de llamas.
    [Recibes Cabeza de alchanar].

    Lhurshak recogió la cabeza del demonio. En cuanto llegara a Anduar, la disecaría y la mandaría con algún mensajero a la ciudad de Poldarn, donde esperaba que, Zariol, cumpliese con su palabra.

    megamalkuth
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    en respuesta a: Redención #344146

     

    Era la tercera noche que Lhurshak esperaba en la cueva a que el general Szhysszh se reuniese con él. Pensativo, paseo por la amplia caverna mientras acariciaba la rocosa y húmeda pared de piedra. En otro momento de su vida, estaría enfadado e impaciente, pero desde la última vez que se reunió con Naphra la paz y la paciencia inundaban todo su ser; aun así estaba preocupado por el guerrero, ya que no era normal que se ausentara tanto tiempo de la ciudad.

    Lentamente, se dirigió hacia el centro de la caverna y se sentó encima del petate, cruzo las piernas cómodamente y cerró los ojos y comenzó a susurrar una oración a Ralder. En medio de su plegaria, escucho un ruido de aleteo en la caverna, pero no le dio importancia hasta que sintió unos leves picotazos en su oreja derecha. Abrió los ojos y se encontró un pequeño pajarillo totalmente negro a excepción de una capucha de plumas amarilla que cubría su cabeza. Sin duda era Turpial de agua, que así se llamaba el ave, que había enviado a la pantanosa ciudad de Grimoszk. Revisó cuidadosamente al pajarillo, en busca de un mensaje de respuesta de Gran Patriarca, pero no encontró nada sintiéndose algo decepcionado.

    De repente una voz en su cabeza le sobresaltó, era una voz profunda y ligeramente seseante que el archidruida jamás había oído antes:

    Greszhx te dice: saludos, maestro druida.

    Lhurshak se giró, sorprendido, al tiempo que el pájaro salió volando fuera de la caverna. Para su sorpresa, delante de él, estaba la forma, borrosa y ondulante, de un imponente hombre-lagarto que el gnoll jamás había visto. Era un musculoso titán escamoso ataviado con una armadura semi-pesada adornada con huesos de diferentes seres. No llevaba armas, pero contaba con unas fuertes y poderosas garras y una cola que oscilaba, amenazadoramente, anillada por un ornamentado símbolo que solo podía pertenecer a un ser: el Gran Patriarca de Grimmoszk. Su cabeza era grande, con unas fauces poderosas y llenas de afilados dientes, y su hercúleo cuerpo estaba curtido por un sin fin de cicatrices y partes sin escamas debido a las mil batallas que habría tenido que librar para poder llegar a liderar una raza de fama belicosa y notablemente jerarquizada. Un fino hilo de plata estaba sujeto a su espalda y la incorporeidad de su figura, hizo pensar a Lhurshak que el incursor no estaba allí, al menos no físicamente.

    Greszhx te dice: tras meditarlo considero que tus argumentos son válidos.

    Greszhx te dice: te propongo ganar tu amnistía aportando riquezas a la ciudad de Grimoszk.

    «Directo al grano, eso me gusta» pensó Lhurshak.

    Greszhx te dice: bien sea en forma monetaria o en especias.

    Dices a Greszhx: Me parece justo, Gran Patriarca.

    Preguntas a Greszhx: como deseéis, en que habíais pensado?

    Greszhx te dice: lo que sea más favorable para ti.

    Greszhx te dice: las pieles valiosas son apreciadas en Grimoszk.

    Preguntas a Greszhx: y que tesoros o que cuantía estimaríais como suficiente para saldar mi deuda con Grimoszk?.

    Greszhx te dice: se dice que tu habilidad como jornalero es conocida en todos los reinos.

    Dices a Greszhx: lo es.

    Greszhx te dice: veamos entonces que nos puedes ofrecer.

    Greszhx te dice: una aportación equivalente a un valor sobre los 500 platinos.

    Greszhx te dice: sería apreciada.

    Dices a Greszhx: perfecto, gran patriarca, en cuanto tenga lista su petición, le haré llegar el tributo por medio de un mensajero

    Greszhx te hace una reverencia.

    Haces una reverencia solemne a Greszhx.

    El imponente lagarto cerró los ojos y el cordón a su espalda se tensó al tiempo que la figura se difuminó y, finalmente, desapareció sin dejar rastro.
    El encuentro había sorprendido, para bien, a Lhurshak. La raza de hombres-lagarto era mucho más sensata y civilizada de lo que esperaba, de hecho se sentía bastante identificado con ellos. Firmar la paz sería algo positivo, ya que así podría adentrarse un poco en su cultura y aprender más cosas sobre unos seres, a priori, fascinantes.

    Contento ante la respuesta del líder de Grimoszk, Lhurshak se tumbó en su petate y durmió como si estuviera sobre un colchón de plumas.

     

     

    megamalkuth
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    en respuesta a: Redención #344054

     

    Capítulo II: El corazón en una carta.

    Lhurshak desinvocó a su fiel depredador sangreverde y se dispuso a entrar a la ciudad de Anduar. Los guardias, que ya le conocían, le saludaron a su paso y no le pusieron ninguna pega para atravesar la muralla.

    Lhurshak no se encontraba demasiado cómodo en las ciudades, al fin y al cabo era un ser de la naturaleza, pero la ciudad de Anduar era diferente, ya que en ella se respiraba un aire de libertad que, hasta entonces, el druida solo había sentido en los bosques. Era sorprendente como el consejo de mercaderes había conseguido que, dentro de la ciudad y salvo algunas excepciones, multitud de razas enemigas se mezclasen respetando las leyes y sin causar problema intercambiaran sus productos con los tenderos locales.

    El gnoll, absorto en sus pensamientos, se dirigió al cuartel de la guardia en busca del General Szhysszh, para solicitar permiso de reunión en la taberna, si es que algún mandatario prefería tratar el tema en persona, al llegar a la puerta los soldados que estaban de guardia, como era lógico, cortaron el paso a la espera de que el druida dijera el motivo de su visita.

    «Buenos días, mi nombre es Lhurshak, Guia del Círculo del Simbionte, y he venido a tratar con el general Szhysszh un asunto personal de suma importancia» explico el gnoll.

    «Sabemos quien eres, archidruida, pero el general Szhysszh no se encuentra en Anduar, sus deberes como responsable de la ciudad le han llevado a otras tierras, pero tenemos previsto que vuelva en un día o dos» explico el soldado respetuosamente.

    La noticia no pilló de sorpresa a Lhurshak, sabía que el general era un hombre muy ocupado, así que le tocaría esperar a su regreso.

    «Gracias por la información soldado, en cuanto llegue le podéis decir que me busque?, estaré acampado en el pequeño bosque al este de la ciudad de Anduar.

    «Por supuesto, así lo haremos» respondió el guardia.

    Tras un breve saludo Lhurshak, se marchó rumbo a la pequeña arboleda junto al pueblo de Naduk. Encontró refugio en una cueva; tuvo que limpiar unas cuantas telarañas y matar a los seres que las habían tejido, lo cual no supuso un reto para él, aunque se le hizo de noche en el proceso. Una vez limpia la caverna, encendió un fuego para calentarse y desenrollo el petate improvisando un pequeño campamento; clavo un par de conejos, que había cazado y desollado previamente, en unos espetones y los puso al fuego aderezándolos con unas olorosas hierbas; una vez hecha la comida, devoro ávidamente la carne dejando un montoncito de huesos pelados, que enterró en un hoyo dejando la cueva limpia.

    Una vez cenado, saco papel y tinta y se dispuso a escribir la carta que iba a mandar a los gobernantes. Nunca había escrito una carta, él siempre había sido un ser parco en palabras, que prefería demostrar con actos y no con palabrería, pero en este caso no le quedaba opción, pues para poder redimirse por sus actos, antes tenía que lograr que los mandatarios le escuchasen. Escribiría una carta sincera, expresando sus deseos, sin adornos y común para todos, ser sincero y honesto era la mejor forma de que le escuchasen y accediesen a la petición, o al menos estuviesen de acuerdo en negociar los términos.

    Chupo la punta de la pluma, la mojo en la tienta y comenzó a escribir, según le dictaba su corazón:

    «Mi nombre es Lhurshak, Guia del Círculo del Simbionte. Me dirijo a ustedes con la intención de realizar una, quizás, inusual, pero importante para mí, petición. No soy alguien a quien le guste andarse con rodeos, soy una persona sincera y directa, que no le gusta adornar las cosas con palabras inútiles, así que iré directo al grano para no haceros perder vuestro valioso tiempo:

    Durante todo este tiempo, y debido a la educación de mi niñez, he vivido presa de una ira inusitada contra todo aquello que no pertenecía a los reinos anárquicos, donde nací. Cuando era joven, fui llamado por Ralder, mi dios, y me mostró un camino de paz interior que poco a poco he ido recorriendo hasta llegar hasta donde estoy ahora. Durante este recorrido he aprendido a controlar mi ira y enfocarla donde debe ser enfocada y también he aprendido que dejarme llevar por los prejuicios propios de los miembros de mi raza, no me lleva a ningún lado ni a mi, ni a aquellos a los que debo guiar y están bajo mi tutela.

    Es por esto que quiero expiar mis pecados y romper con esos prejuicios que antaño tenía contra vosotros y adoptar una postura neutral con vuestra ciudadanía. A pesar de mis prejuicios, nunca he levantado mi arma contra ningún ciudadano vuestro y ahora, que mi mentalidad ha cambiado y está en armonía, me gustaría que hicierais lo mismo y no levantarais vuestras armas contra mí y me permitáis redimirme, ganándome poco a poco vuestra confianza.

    A cambio os ofrezco un pacto de neutralidad con el círculo del simbionte y la incorporación de un poderoso aliado a vuestras filas. Si queréis negociar algún otro término, o realizar alguna petición, o incluso tratar el tema en persona, podemos reunirnos en Anduar, ciudad neutral, donde el general Szhysszh me ha permitido la celebración de cualquier reunión, y os acogerá de la forma que os merecéis. Por supuesto, yo correré con todos los gastos del viaje desde la salida de vuestra ciudad hasta la llegada a la misma.

    Sin nada más que añadir y esperando vuestra respuesta se despide con un cordial saludo:

    Lhurshak Lok`Narash, Furia Negra de Wareth, Archidruida de Ralder y Guia del Círculo del Simbionte.»

    Tras terminar la carta la leyó, no le había salido tan mal para ser la primera vez y esperaba, con todo su ser, ser escuchado y poder cumplir con la tarea encomendada por su dios.

    Lacró las cartas con el sello del Círculo del Simbionte y escribió los destinatarios: Al Ilustrísimo Teócrata Arcano de la ciudad Arkaindia, Al Gran patriarca de Zulk… y así uno por uno hasta que escribió los títulos de todos los gobernantes de Eirea.

    Tras acabar, salió de la cueva y comenzó a ejecutar un ritual de llamada. Tras finalizar, multitud de aves de diversas clases y tamaño mediano, rodearon a Lhurshak. El druida ató su carta cuidadosamente a cada uno de ellas y, mágicamente, les dio instrucciones de partir a entregar las cartas, a la ciudad correspondiente.

    Las aves obedecieron al instante y partieron en todas direcciones para cumplir su misión, mientras Lhurshak veía como se alejaban y desaparecían en la oscuridad de la noche…

     

     

    megamalkuth
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    en respuesta a: Clérigos de Gedeon #343676

     

    Yo estoy de acuerdo con que hecho de que se necesitan cures a mayor y roleramente esa independencia daria a Anduar una consolidacion mas grande como ciudad neutral y permitiria una prestacion de servicios mucho mas eficiente y una medida de proteccion adicional para la ciudad y apoyo al gremio Nivrim.

    Yo tambien me inclino por que estos clerigos deberian ser 100% neutrales con todos los bandos para controlar un poco el hecho de meterlos en pk aliandose con otras razas, dejando solo el pk para situaciones de defensa o caza de enemigos de la ciudad. Esto controlaria el hecho de que un miembro de esta clase vaya con orcos a asediar Takome y luego vaya en mision diplomatica como miembro respetado de la guardia de Anduar a Takome.

    Ademas de que abriria la posibilidad de tener cures a mayor, para ir de npcs, a otras razas que hasta ahora no tienen como es el caso del bando anarquico que actualmente dependen, mayoritariamente, de druidas y algo menos en shamanes comunion.

    A mi que siempre me ha gustado tener un personaje «diferente» que no se base en el pk, sea usuario de curacion y con un rol tan definido como es el rol de Nivrim (uno de los mejores del juego todo sea dicho) lo que hace que esta idea me parezca tan llamativa y, al ser ademas «facil» de implemententar, animo a que se ponga en juego y si, es necesario, colaborar en su desarrollo.

     

     

    megamalkuth
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    Me sumo a lo de Athewin, a parte yo propongo que en lugar de un evento de tipo omiq, pueda ser un evento donde los jugadores puedan juntarse y decirdir entrar, por supuesto con su lock correspondiente, lock que se aplique cuando se complete el «dungeon» para dar un poco de alternativa a entrar luchar, morir, plantear estrategias… en definitiva avanzar en descubrimientos.

    Podia estar chulo y no estaria limitado a una hora donde quizas la gente no pueda estar, pensando un poco en aquellos que tienen un horario mas limitado.

     

    megamalkuth
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    Lhurshak miraba como los goblins se marchaban corriendo, como alma que lleva el diablo, y desaparecían por el bosque. En cierto modo se alegraba de no haber tenido que matar a esas criaturillas patéticas que le daban pena.

    Desde hace unos dias, su ansia irrefrenable de matar habia desaparecido casi por completo y otra vez era dueño de su cuerpo y su mente. Se encontraba en paz e incluso empezaba a recordar algunas partes de su pasado lo que, aunque recordarlo todo por completo iba a llevarle tiempo, era un comienzo.

    Una dolorosa punzada en el brazo, le sacó de sus pensamientos. El simbionte se retorcia junto con sus musculos y tendones, lo que le producía un insoportable dolor: es como si quisiera salir, desprenderse de él pero no podía. Pasados unos interminable minutos, el dolor desapareció, apareciendo en su mente un deseo irrefrenable de volver a Wareth, el bosque donde recordaba haber aparecido por primera vez.

    El gnoll recogió sus pertrechos y se dirigio hacia el norte, dejando atras el bosque de Maragedom, para alivio de los goblins.

    Tardó varias horas en llegar, era ya de noche y el frescor de la brisa nocturna acaricio su rostro, aliviandole del cansancio del viaje. Una sensación de bienestar le embriagaba ya que siempre habia habido algo en ese bosque que estaba ligado a su alma y le hacia sentir como en casa.

    Siguió su instinto y se adentro en la oscuridad, no tenia ni idea de a donde se dirigia pero, inconscientemente, su mente y su cuerpo conocían el camino, quizás guiados por el simbionte que vivia en su brazo.

    Corrió sin descanso, a un lado y a otro, recorriendo cada palmo y, por fin, lo vio. Un agujero excavado en el suelo; una entrada a una gruta subterranea que no recordaba haber visto nunca, pero donde sabia que debia entrar y así lo hizo.

    Estaba oscuro, pero sus ojos se acostumbraron rápidamente a la falta de luz: era una gruta estrecha, apenas cabía estirado del todo, y el suelo era un lodazal, en el que se hundía hasta las rodillas, lo que dificultaba el paso. Con esfuerzo Lhurshak continuó avanzando.

    El terreno se hizo mas firme y la gruta dio lugar a una gran caverna con un enorme pozo en su centro. A un lado del pozo se encontraba una humanoide grande, quizas fuera un humano o un semielfo corpulento, pero sus rasgos eran afilados y parecidos a los de un animal, e iba armado con una especie de garras y vestido con unos ropajes tribales hechos de piel de animal.

    Lhurshak sacó su lanza y se puso en actitud defensiva frente al extraño, pero una tremenda punzada en su brazo le hizo desfallecer e hincó una rodilla en el suelo.

    El extraño humanoide se aproximo rápidamente hacia el, a la velocidad del rayo y, cuando Lhurshak se creía perdido, se detuvo a su lado.

    «No te muevas, el simbionte está listo para abandonar el cuerpo, el proceso es doloroso, si me das unos segundos te lo sacaré» dijo el extraño.

    El sorprendido Lhurshak asintió con la cabeza y extendió en inflamado brazo.

    El extraño humanoide musito unas palabras y, tras invocar a Ralder y Naphra, tocó el brazo del gnoll.

    Lhurshak gritó cuando una enorme herida sangrande se abrió en su brazo y una amalgama de ramas, hiedra y hojas y salio de él y saltó directamente al foso del centro de la caverna.

    El extraño volvió a tocar el brazo del gnoll y la herida se cerró por completo, dejando un visible tatuaje tribal en la zona. Lhurshak se sintió aliviado y, en cierto modo, en deuda con el extraño.

    «Quien eres…» pregunto el gnoll desconcertado.

    «Mi nombre es Shihon, Defensor del Trono de Raíces, mano derecha de Ralder y Naphra y líder del Circulo del Simbionte» dijo el druida.

    «Mi nombre es Lhu….» empezó a decir Lhurshak, al reconocer a alguien de su mismo gremio.

    «Te conozco Lhurshak, y los druidas del circulo ansiábamos tu esperada llegada» interrumpió Shihon.

    El gnoll no entendía nada y miraba incrédulo a la figura que tenía delante.

    «Es normal que te encuentres confuso, a todos nos pasa la primera vez. Has sido elegido por Ralder y Naphra y, tras haber alimentado a uno de sus mas poderosos simbiontes, tu esencia estará siempre con ellos y la de ellos en ti: uno de los regalos mas hermosos y poderosos que unos «padres» pueden dan a sus «hijos» explicó Shihon.

    «Pero no perdamos mas tiempo, acompáñame, te enseñare nuestro refugio gremial y te presentaré al resto de miembros, están deseando conocerte Lhurshak» dijo Shihon con una sonrisa.

    El desconocido le estaba hablando al gnoll de compañeros, de padres, de una familia… algo que nunca había tenido y que ansiaba; estaba contento pero sentía miedo porque siempre había estado solo y no sabia si encajaría allí…

    «No te preocupes, encajaras» dijo Shihondándole una palmada en el hombro, como si hubiera leído sus pensamientos.

    Lhurshak asintió y siguió a su nuevo compañero hacia lo que sería su nuevo hogar.

     

    • Esta respuesta fue modificada hace 3 years, 2 months por megamalkuth.
    megamalkuth
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    Tras varios días de búsqueda, la partida de caza goblin, había encontrado el rastro de la bestia que asolaba el bosque de Maragedom desde hacía semanas. Había parecido sin mas, cuando una de las tribus goblins, independientes de los reinos anárquicos, celebraban su independencia, salió de la nada mutilando a varios de los presentes y después, tan rápido como vino, desapareció en la oscuridad de la noche.

    El ser era conocido como Lhurshak, que en la lengua negra significa el oso, dado su tamaño, ferocidad y letalidad. Inicialmente, Lhurshak, mataba cada noche, pero cada vez eran menos frecuentes los ataques y lo que antes era una bestia irracional, se había vuelto mas cauta e inteligente y ya no solo atacaba con sus garras, sino que portaba una lanza y piezas de armadura rudimentarias y canalizaba letales hechizos. Los goblins se preguntaban que clase de criatura era y porque les daba caza, pero no habían encontrado ninguna explicación al respecto. Ante lo peligroso de la situación, las tribus se reunieron y decidieron intentar eliminar la mortal amenaza que se cernía sobre ellos.

    «Habeiz oído eze ruido» dijo uno de los goblin, al que le temblaban las piernas de miedo.

    «Yo no he odio nada…» respondió otro.

    «Guardad silencio!!!» increpó un tercero.

    «Eh ezcoria «Oreja Cortada», no me digaz lo que tengo que hazer!» respondió el primero.

    «Debemos calmarnos… no olvidemos que hacemos aquí, queréis que esa bestia nos mate?, vais a alertarlas con vuestros gritos» dijo otro de los diez goblins que formaban la partida de caza.

    «Tienez razón, zigamoz el raztro y acabemoz de una vez con eza beztia» dijo el primer goblin pensando en el prestigio que le daría acabar con Lhurshak.

    Quien acabara con la bestía gozaría de una posición de honor dentro de la tribu, lo que le aseguraría riquezas, poder y mujeres y era lo único que mantenía la unidad entre los incivilizados miembros de las diferentes agrupaciones de goblins, entre los que había una gran rivalidad.

    Los pequeños pieles verdes siguieron con su búsqueda y, a lo lejos, divisaron lo que parecía la luz de una hoguera y se dirigieron hacia ella. Cuando llegaron vieron algo que no se esperaban: Lhurshak había montado una especie de pequeño campamento y se encontraba calentándose frente a un pequeño fuego, que doraba, lentamente, un pedazo de carne clavado en un espetón. Los goblins no entendían muy bien que clase de bestía montaba un campamento, pero no estaban allí para hablar sino para matar a la supuesta bestia y, ruidosamente, irrumpieron en el asentamiento del gnoll y le rodearon, blandiendo sus armas a una distancia prudencial.

    «Acabaremoz contigo, beztia!!!!, atacad!!!!» dijo uno de los goblin, al que nadie hizo caso por el miedo que sentían.

    Lhurshak hizo ignoró a los goblin, y devoró la carne del espetón de un solo bocado.

    «Malditoz cobardez, atacad!!!!» ordeno el goblin al tiempo que lanzaba una pequeña jabalina.

    El proyectil chocó contra la piel de corteza de Lhurshak y no le hizo ni un rasguño, aunque bastó para llamar la atención del gnoll, que se giró ante los molestos goblins.

    «Marchaos si no queréis morir» advirtió el gnoll en una perfecta lengua negra.

    Los goblin dieron un respingo, era la primera vez que oían hablar a Lhurshak. Ese ser no parecía la bestia que les había estado atacando noches atrás, sí en aspecto, pero no en comportamiento. Durante la incertidumbre de la mayoría de la partida de caza, tres goblin se atrevieron a atacar, pero Lhurshak intuyó la intención de estos y levantó una mano al cielo, al tiempo que una nubes negras se arremolinaban encima suya.

    «Muere ezco…» dijo uno de los goblin sin terminar la frase.

    Un ser, que parecía un enorme felino hecho de planta y musgo, irrumpió en el claro agitando unos lacerantes tentáculos que portaban un aguijón venenoso cada uno y, con un golpe de sus garras partió en dos el cuerpo del goblin.

    Acto seguido, el cielo rugió y nueve relámpagos cayeron del cielo impactando sobre varios de los goblins, calcinándoles y reduciéndoles a un montón de ceniza.

    Tras unos segundos, solo tres de los diez goblins quedaron vivos y, presas del pánico, soltaron su armas y salieron corriendo del bosque.

    «Lhurshak!!, Lhurshak!!!» gritaban aterrados mientras corrían, dispersándose por el bosque.

     

    • Esta respuesta fue modificada hace 3 years, 3 months por megamalkuth.
    megamalkuth
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    El arenoso suelo del bosque de Wareth comenzó a temblar vigorosamente segundos antes de que un gran estruendo rompiera el silencio de la noche, cuando un enorme ser emergió de la tierra como una bala de cañón, propulsándose varios metros en el aire; tras unos segundo cayó pesadamente sobre la tierra, apoyando uno de sus gigantescos puños sobre el suelo, dejando tras de si un profundo cráter.

    Era un gigantesco y musculoso gnoll de pelo negro como el azabache, con una gran cabeza de aspecto lobuno en las que destacaban dos grandes ojos ambarinos de colérica mirada. La enorme criatura sacudió fuertemente todo su pelaje, quitándose los restos de hierba y tierra pegados a su cuerpo; olisqueo el aire a su alrededor durante varios segundos, hasta que encontró en olor de la presa que andaba buscando; sonrió sádicamente mostrando unos enormes y blancos colmillos y acarició su brazo izquierdo, donde uno de los simbiontes de su dios se había alojado; acto seguido salió corriendo, como un rayo, siguiendo el rastro que había captado.

    Cruzó el bosque en poco tiempo, guiándose en parte por su olfato y en parte por su aguda visión que le permitía ver en la oscuridad, divisando a lo lejos a su presa: un ser arácnido, conocido como Araka, que hace poco se había instalado en esos bosques. La criatura no sabía muy bien el por qué, pero un odio inusitado hacia esa araña invadía todo su cuerpo y el ansia de destrozarla, por el mero placer de matar, nublaba sus sentidos. Apretó fuertemente sus fauces para abrirlas y dar un penetrante gruñido de desafío y el insecto se giró y, moviéndose sobre sus ochos patas, preparo sus pinzas y su aguijón para el combate que se avecinaba.

    El gnoll bajó la guardia y sonrió con prepotencia, invitando al monstruo a atacar primero, el cual no se lo pensó: Se impulso hacia delante y clavo sus pinzas en el pecho del humanoide, al tiempo que lanzo un aguijonazo que se hundió en el vientre del mismo. El ser salido de la tierra no esquivó el ataque, encajando el golpe y miró a la araña, sorprendida por la reacción del gnoll, con su atemorizante mirada ambarina.

    Las heridas del pecho sangraban profundamente y la del abdomen segregaba una ponzoña verdosa, pero el gigantesco ser no parecía inmutarse: levanto sus brazos y agarro las pinzas de la araka y tiro de ellas desmembrando al insecto, que chilló de dolor; acto seguido rugió con ira en la cara del arácnido, que por primera vez sabia lo que era el miedo, y lanzó dos garrazos hacia delante, arrancando aguijón y visceras y partiendo a su adversario en dos. Saltó sobre la mutilada y moribunda araña y lanzó sus garras a gran velocidad, reduciendo los restos de la araka a una viscosa pulpa carmesí.

    El humanoide aulló, victorioso, al tiempo que el simbionte de su brazo se enroscaba alimentándose de ira y de la triunfante sensación de venganza que recorría el cuerpo del gigante. Acto seguido el gnoll musito unas palabras, dirigidas hacia su dios, y las heridas de su pecho curaron al instante y el veneno de su abdomen fue purgado del cuerpo.

    Recorrió lo que ahora era su territorio de caza y, dominado por la ira, acabo con todo ser que se cruzó en su camino para deleite del simbionte, que seguía creciendo, enroscado a su brazo y así hizo noche tras noche hasta que un día, mientras recorría la parte sur, su agudo oído captó el sonido de unos tambores de guerra que provenían de un bosque, kilometros mas abajo. La furia se avivó en el corazón del gnoll ante la posibilidad de cazar una nueva presa y, a gran velocidad, corrió en la dirección de los sonidos.

    La furia negra de Wareth, se dirigía ahora hacia el bosque de Maragedom, en busca de nuevas presas con las que llenar su insaciable ansia de sangre…

    megamalkuth
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    Methis agarró su lanza tembloroso, por suerte había rodado hacia la posición de la misma. Estaba nervioso y aterrado no solo por el ser que tenía ante él, sino también por el extraño sueño que había tenido segundos antes.

    El aracnido le miraba con sus múltiples ojos al tiempo que movía sus pinzas arriba y abajo, dejando a la vista un peligroso aguijón que segregaba una breosa sustancia. Se movía a un lado y a otro con sus ocho patas, parecía querer jugar con su presa antes de comersela.

    El gnoll fué el primero en atacar con un torpe e impreciso movimiento de su lanza, hacia la posición donde intuía que estaba su adversario, que el gigantesco insecto desvió con un rapido movimiento de una de sus pinzas. Methis sintió la fuerza del golpe, que casi le hizo perder el arma, y escuchó el repiqueteo de las pinzas de la Araka que parecía burlarse de él. El miedo ante tan horrible adversario se apodero de él, pero no podia rendirse y perder su determinación.

    Ahora llegó el turno de la Araka, la cual se impulsó con sus patas hacia Methis y le propinó un fuerte topetazo, que el gnoll intuyó e intentó esquivar, pero la pierna de madera le impidió hacerlo suficientemente rápido y recibió todo el impacto de la embestida, cuya inercia estrelló su cuerpo contra un árbol dejandole fuertemente dolorido.

    Methis no perdió el arma y atacó con un golpe recto, que la Araka evitó girando su cuerpo hacia un lado, pero el gnoll trazó un arco con su lanza que sorprendió a su enemigo e hirió a la araña en una de sus patas. Methis sintió como había herido al ser, y por primera vez creyó que podia vencerle… pero nada mas lejos de la realidad.

    La araka chilló con furia, para ella el juego había terminado: con un fuerte golpe de una de sus pinzas desarmó al gnoll, que no pudo reaccinar ante la velocidad de su enemigo, al tiempo que lanzaba un tremendo aguijonazo sobre el tullido humanoide.

    Methis sintió como el aguijón penetraba en su costado perforándole uno de sus pulmones. Vomitó una bocanada de sangre y se puso de rodillas mientras se apretaba la herida, que le ardía por la ponzoña. Su vista se nubló y sintió una gran debilidad por el veneno, y en ese momento se dió cuenta de lo estupido que había sido al pensar que un tullido como él podría vencer a un ser tan fuerte y formidable como ese, pero mejor una muerte así que vivir a la sombra de otros.

    La araka atacó de nuevo clavando sus dos pinzas en los hombros del desarmado gnoll, para luego sacarlas con fuerza hacia los lados. Los brazos de Methis volaron por lo aires y el cuerpo del gnoll cayó hacia delante, inerte.

    En su último aliento, una furia inusitada invadió a Methis: si no fuera por esa pierna de madera, si no fuera por que era ciego, por su brazo retorcido… podría haber acabado con el ser y ser un heroe para su familia, su muerte había sido gloriosa, pero nadie iba a saberlo nunca, no le daba miedo morir, pero sentía ira por su fracaso. Lo ultimo que sintió el gnoll antes de que la muerte le abrazara, fue un ligero temblor debajo de él y como algo se enroscaba alrededor de su tronco y su pierna.

    Cuando la araka se dispuso a devorar a su presa, vió como unos extraños seres, parecidos a una mezcla entre un gusano y una planta se enroscaban alrededor del cadaver del gnoll y de sus brazos cercenados. El cuerpo se hundió en la tierra, dejando tras de sí unicamente una lanza rota y una pata de madera. La araka, desconcertada, miró a su alrededor y, asumiendo que su presa se había esfumado, trepó a un arbol cercano, perdiendose entre las ramas…

    megamalkuth
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    Methys estaba agotado.

    Llevaba días dando vueltas por el bosque y solo había encontrado gusanos, algún zorro y pequeños linces, pero ni rastro de la Araka. Quizás la criatura era solo una leyenda para asustar a los cachorros o simplemente le estaban tomando el pelo; sea como fuere había acabado con casi todas sus provisiones y estaba hambriento y en un estado lamentable: el muñón de la pierna se le había ulcerado y el brazo retorcido le dolía… y luego estaba ese ruido en su cabeza, como una especie de ronroneo que le estaba volviendo loco, que escuchaba desde que había entrado al bosque.
    Decidió que por ese día ya estaba bien y monto un pequeño campamento, puso un par de leños en el suelo y a tientas busco su yesca y el pedernal y encendió un fuego para calentarse. Pronto empezó a sentir la calidez de la hoguera y el sueño le venció quedándose dormido a pesar del incesante ronroneo, que no cesaba, dentro de su cabeza.

    No era lo normal, pero esa noche comenzó a soñar:

    Estaba en un bosque, pero ya no era ciego y podría ver, por primera vez los colores de todo que le rodeaba y que ya había percibido con sus otros sentidos; rápidamente dedujo también se encontraba en el bosque de Wareth en su sueño. Contempló su alrededor, era como volver a nacer, no era capaz de apartar su renovada vista de lo que, hasta ahora, era lo más bonito que había visto en su vida, hasta que se percató de otro detalle que le estremeció: tenía las dos piernas y su brazo sin desarrollar había crecido; además era más fuerte y musculoso que antes y su pelo era fosco y negro, era como si estuviera en el cuerpo de otra persona. Empezó a pensar que quizás estaba muerto y había ido a un lugar mejor, pero si era así, la muerta era lo mejor que le había podido pasar.

    De repente empezó a escuchar el ronroneo de su cabeza, pero esta vez no era molesto, sino placentero y poco a poco se convirtió en un susurro que empezó a tener sentido para él, sintió como algo le llamaba y tiraba de él. Se dejo llevar y corrió ágilmente a través del bosque, sintiéndose rápido, fuerte y poderoso por primera vez en su vida. Corrió, incansable hasta que llego a un claro, en cuyo centro había una enorme roca negra, y encima de la roca había una extraña figura: era una especie de felino de aspecto poderoso y enormes garras y colmillos, cubierto de ramas, hojas y raíces; de su espalda salía una especie de apéndice y en el extremo, la cabeza de una bella mujer. La extraña entidad simbiótica, le miraba con sus dos cabezas: el felino con una mirada fría, que le hacía estremecer, y la mujer con una mirada cálida, que le causaba una sensación de paz y confianza.

    «No tengas miedo Lhurshak» dijo la entidad sincronizando las voces de sus dos cabezas. El gnoll se estremeció al escuchar las palabras, sin duda estaba ante un dios.

    «Yo no soy Lhurshak, mi nombre es Methis, me debes…debéis haber confundido con otro» dijo el gnoll con una voz ronca y potente, muy diferente de la suya.

    «Pronto entenderás todo Lhurshak, hijo de Ralder y de Naphra. Se acercan tiempos difíciles para nosotros y necesitamos que guíes a tu pueblo por el buen camino en la eterna lucha contra Izgraull, señor de las aberraciones.» dijo el dios con voz poderosa.

    Methis había escuchado hablar del gargante en varias ocasiones, pero nunca se lo había imaginado así, y menos aún se había imaginado que el gargante hubiera elegido a un ser, débil y marchito, para ser uno de sus campeones.

    «Como dije te has equivocado de persona, aquí tengo este aspecto, pero en realidad soy débil, ciego y deforme y como he dicho, no me llamo Lhurshak» repitió el gnoll.

    «Tu camino no será fácil: conocerás lo que es el dolor y la muerte» dijo la mujer.

    «Conocerás la locura y sentirás el sabor de la sangre en tu boca» dijo el felino.

    «Y renacerás como Lhurshak, hijo del simbionte, fuerte de mente, fuerte de cuerpo, para unirte a tus hermanos en su lucha» dijo la mujer.

    «AHORA DESPIERTA Y AFRONTA TU DESTINO!» exclamo el felino con un poderoso rugido.

    En ese momento Methis despertó, sudoroso, de su sueño, otra vez estaba ciego, encerrado en su mundo de perpetua oscuridad. Sintió que algo se movía en las ramas por encima suyo, y con toda la rapidez que pudo, movió a su marchito y debilitado cuerpo a un lado, justo a tiempo para esquivar las pinzas de un extraño ser, de aspecto arácnido, que había saltado hacia él, con la intención de convertirlo en su alimento.

    megamalkuth
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    en respuesta a: SELECCIÓN NATURAL #338745

     

    Ver como los hombres-lagarto desechaban toda una ovada había sido una experiencia enriquecedora, selección natural en estado puro, pero lo más impresionante es haber visto como una cría sobrevivía a la sangrienta, y desigualada, lucha por la supervivencia que había tenido a cabo. Escondido entre los arbustos, el druida anotó todo en su diario, no tenía pensado permanecer mucho más en ese pantano tras documentar lo que había visto, pero esa cría le había fascinado y había decidido seguir su investigación: quería ver su capacidad de supervivencia y tenía curiosidad por saber hasta dónde podría llegar.

    Había seguido sus evoluciones durante unos cinco años, estaba bastante sorprendido de la capacidad de supervivencia de la hembra, a pesar de que no tenía nada especial: su mandíbula no era suficientemente grande para usarla como arma, como hacían muchos de sus congéneres, no era especialmente voluminosa e imponente, sus garras tampoco habían crecido en demasía, no contaba con glándulas venenosas, no tenía armas, ni armadura, ni siquiera el color carmesí de sus escamas le permitía pasar desapercibida en los pantanos lo cual, a priori, había hecho pensar al druida que no sobreviviría mucho.

    No había podido estar más equivocado ya que la cría demostró una gran capacidad de adaptación que compenso con creces sus características físicas: desarrollo una fuerza y una habilidad fuera de lo común, su piel se llenó de escamas endurecidas y pinchos óseos que le servían de protección y compenso el color de la misma untándola con barro, ramas y cortezas del pantano, sirviéndole de un improvisado camuflaje. Como armas usaba su imponente cola, fuerte y ágil, la cual estaba cubierta de afiladas y endurecidas púas, y una improvisada y rudimentaria maza a dos manos que había improvisado con un gran leño de madera al que había incrustado dientes de cocodrilo para incrementar la letalidad de esta.

    Inicialmente había inspeccionado la zona, parecía haber memorizado un perímetro extenso, se movía rápido y al druida le costaba seguirla por aquel terreno tan complicado al tiempo que pasaba desapercibido. Encontró un pequeño hueco entre las ramas que, de momento le servía para dormir, aunque en los últimos años había doblado su tamaño y pronto tendría que buscar un refugio más grande y, conociendo el pantano como lo conocía, el druida intuyó que tendría que ocupar el refugio de alguna otra criatura, cosa que le entusiasmo debido a la curiosidad y fascinación que sentía por aquel ser.
    Se alimentaba de pequeñas criaturas, sobre todo aves, las cuales comía crudas sin tener consecuencias perjudiciales para su organismo debido a su capacidad carnívora. Además, el aporte de fosforo de la carne de ave, le había permitido desarrollar una gran fuerza y potencia en sus golpes y en ella basaba casi toda su alimentación, pero pronto su gran voracidad y necesidades, le obligarían a buscar presas más grandes y por tanto más peligrosas.

    El sabio druida no podía estas más en lo cierto, la cría era ya demasiado grande para su refugio y decidió recoger sus pocas pertenencias y buscar otro sitio. Durante días vago por el pantano, rodeo la ciudad de Grimoszk por el este y bajo a las marismas, se dirigió a la playa y encontró una pequeña cueva, bastante grande como para establecer una guarida definitiva y la hembra decidió entrar a explorarla, pero el druida conocía al ser que se encontraba en su interior, le dieron ganas de intervenir para impedir lo que pensaba sería una muerte segura, pero aún no era el momento, debía dejarla sola hasta que se formara como individuo adulto, muy a su pesar no intervendría, la selección natural debía seguir su curso y confiar en que, milagrosamente, el espécimen sobreviviría a la criatura a la que estaba a punto de enfrentarse…

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