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  • meliam
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    Capítulo 2. La iniciación.

     

    El fuego de antorchas se vislumbraba a lo lejos en la noche, de nuevo se volvió a escuchar otro cuerno, pero esta vez era diferente. El retumbar de caballos al galope se escuchaba cada vez más cerca. Era un destacamento del Imperio Dendrita.

     

    Lindria salió al frente a recibir a los soldados.

     

    Soldado imperial pregunta: ¿Qué ha sucedido aquí?

     

    Lindria responde: nos atacaron en la noche, lo que ves aquí es todo lo que queda del encargo del emperador.

     

    Soldado imperial dice: Sentimos no haber llegado antes, en cuanto vimos el fuego en la lejanía partimos al galope.

     

    Lindria dice: A nosotros se nos hizo tarde, deberíamos haber llegado a Ryniver antes del anochecer, pero no pudimos. Coged lo que queda de la mercancía y llevarla al Emperador, junto con esta carta. No me quedan fuerzas para llevarla yo misma. Volveré a Anduar.

     

    Soldado imperial dice: está bien. Tomad un caballo.

     

    Lindria dice: Morthandari, ven. Volvemos a casa.

     

    La mestiza salió de su escondite con la capucha mal ajustada por los nervios y las prisas.

     

    Soldado imperial, tras escupir pregunta: ¿Qué hace esta mestiza en las tierras del emperador?

     

    Lindria responde : Es una niña que acaba de perder a su familia y me la voy a llevar de vuelta a Anduar, si tienes algún problema puedo mandar una carta a Keltur.

     

    Al soldado le cambió la cara al instante al escuchar el nombre del emperador, y negó rotundamente con la cabeza.

     

    Soldado imperial impera: Dadle su caballo, coged la mercancía y partamos de vuelta.

     

    Los soldados cargaron todo lo que quedaba en las carretas, y le proporcionaron el caballo preparado para la monta a Lindria y Morthandari. Ambas partes partieron cada una por su senda.

     

    Morthandari pregunta: ¿Cómo has conseguido que te hicieran caso, no lo entiendo?

     

    Lindria dice: Digamos que yo surto de riquezas a Kelthur y él deja que yo y mis compañeros de viaje caminemos por su imperio, por el momento a ninguno de los dos nos interesa que la relación empeore.

     

    Lindria guiña un ojo a Morthandari.

     

    Morthandari mira a Lindria sorprendida.

     

    Morthandari pregunta: ¿Dónde vamos ahora, sí se puede saber?

     

    Lindria responde: Iremos a la congregación rúnica, te iniciaré en el gremio. ¿Acaso no quieres una espada como la mía?

     

    Morthandari pregunta:¿Me enseñarás a prenderla en fuego como hiciste cuando atacaron los bandidos?

     

    Lindria suelta una carcajada.

     

    Lindria responde: eso es lo más sencillo, te enseñaré eso y mucho más. No tuve que emplearme a fondo contra esa chusma.

     

    Lindria tiende la mano a la joven semi-drow y la ayuda a subir a la montura, acto seguido espolea el caballo y este sale al galope, dejando tras de sí un rastro de polvo que se acaba difuminando en el aire cuando se alejan.

     

    Las dos viajeras llegaron por fin al Bosque de Orgoth, lleno de pinos, vegetación y animales. Se adentraron en él en dirección noreste y no tardaron en llegar a un anciano roble cuyo tronco tenía más de diez metros de diámetro. 

     

    Lindria dice: hemos llegado. Acércate al árbol y examínalo, a ver si ves algo extraño

     

    Morthandari dice: Veo algo que se ilumina cuando acerco mi mano, una especie de inscripción.

     

    Lindria dice: adelante, tócala.

     

    Al hacerlo Morthandari desapareció como si se la hubiera tragado el árbol y Lindria apareció justo detrás de ella.

     

    Lindria dice: Bienvenida a la congregación rúnica, mi joven aprendiz. Ahora te iniciaré para que a partir de ahora formes parte de ella. Sígueme.

     

    Las dos se adentraron en la cueva, excavada en la roca viva, gotas de agua caían del techo filtradas de la superficie del bosque, las raíces de los árboles de la superficie colgaban del techo y estaba iluminada con lámparas de aceite. Al fondo de la cueva había una especie de altar labrado toscamente, sin apenas decoración, salvo unas runas inscritas con magia.

     

    Lindria dice: adelante, túmbate encima de la piedra.

     

    Morthandari asintió y posó su cuerpo encima del altar.

     

    Lindria alzó su espada, murmurando una letanía de palabras ininteligibles. Las runas del altar empezaron a iluminarse y una luz tenue empezó a envolver a Mortharandi. La luz cada vez se iba haciendo más y más intensa mientras que Lindria seguía recitando. Hasta que un fogonazo envolvió la sala y tomó forma de una espada, que apareció entre las manos de Morthandari.

     

    Lindria dice: Enhorabuena, ahora eres parte de la congregación rúnica. 

     

    Lindria dice: Yo ahora tengo que partir, te recomiendo que pases tiempo  leyendo los manuscritos de la biblioteca para que te vayas familiarizando sobre quienes somos y en que se basa nuestro poder.

     

    Morthandari dice: así lo haré, maestra.

    meliam
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    Tras descansar unas horas la vida en el circo vuelve a la normalidad, los trabajadores salen de sus caravanas y se desperezan. Timotivac sale de su caravana con unos cuantos planos que ha estado revisando mientras sus trabajadores descansaban.

     

    • ¿Estáis todos listos?

     

    El personal al completo asiente con la cabeza.

     

    • Pues vamos a empezar. Para la actuación de esta noche lo primero que debemos hacer es un estante donde colocaremos todos los objetos que fabriquemos, manos a la obra.

    Los trabajadores cogieron uno de los mástiles que sostienen la carpa que había de repuesto y se pusieron a cortar tablas mientras que una pequeña gnoma fue enviada a por botes de pintura para pintar el puesto donde se colocarían los inventos.

     

    Mientras tanto Timotivac seleccionó al trabajador que mejor trataba la madera y leyendo el primer plano le indicó paso a paso lo que debía hacer para fabricar un HacedorDePompitasDeJabón. Un objeto con el que los niños, al soplar a través de su esfera mojada en jabón podrían crear pompas de jabón, pero no pompas cualquiera si no pompas con la forma que ellos tengan en su mente al soplar.

    • Eh tú! Niño.
    • Dígame señor.
    • Probemos esto, coge un extremo y el otro sumérgelo en el jabón.
    • Como quiera.
    • Ahora sopla, pero no demasiado fuerte o romperás la pompa.
    • Déjeme probar.

     

    El niño comienza a soplar y de la esfera donde se almacena el jabón empieza a emerger un felino que cada vez se va haciendo mayor, para terminar convirtiéndose en un lince que se desprende del HacedorDePompitasDeJabón y explota al tocar la lona de la campa.

    • ¡Funciona! Bien, bien necesitaremos 19 más. Te lo encargo a ti.
    • Perfecto señor, me pongo manos a la obra.

     

    Timotivac coge el segundo plano y se dirige a la fragua, se asoma al almacén y sonríe.

    • Necesito todo el cobre del que dispongamos, lo vamos a utilizar.

    El herrero asiente y rebusca en el almacén para obtener todo lo que pueda.

    • ¡Cuerdas! ¡Traedme las cuerdas! que las necesitaremos para el tercer invento.

     

    Otro trabajador sale corriendo a por las cuerdas y vuelve a los pocos minutos con varios metros.

     

    • ¡Perfecto! Según el plano necesitaremos trozos de cuerdas de un metro. Ponte con ello, dice mirando al trabajador que trajo la cuerda y este asiente.
    • Herrero, tu trabajo consiste en crear con el cobre un ventilador como el que aparece en este plano, el cual señala con hincapié.
    • Veré que puedo hacer…

    El herrero comienza a dar forma al metal, siguiendo las instrucciones del gnomo y tras varios minutos consigue fabricar el ventilador que se asemeja mucho al plano original. Tras enfriar el metal y cuando pueden cogerlo, agita su varita y lo imbuye en magia para que cuando se pulse el botón las aspas giren y den aire fresco. Así solucionaremos el problema de los que se quejan del calor durante el espectáculo. A esto lo llamaremos… VentiladorQueDaFresquito.

    • Haremos 14 más, ¿De acuerdo?

    El herrero asiente.

    Por último haremos este invento, con los restos de la madera que hemos utilizado para el puesto, que venga rápido el que se está encargando del mostrador, que ya debería estar terminado.

    • Así es señor, ahora mismo venía a decirle que acabamos de terminar el estante, también llegó la pintura y están dándole la primera capa. ¿Para que me necesita?
    • Pues has de hacer con los restos de la madera figuras que se asemejen a esto, dice el gnomo señalando el plano.
    • No creo que me cueste demasiado trabajo.
    • Vale, necesitaremos unos 50.
    • Sin problema.
    • Cuando acabéis atad las cuerdas como pone en el plano, voy a supervisar que todo esté conforme para el espectáculo, empezamos en 4 horas.

     

    El gnomo abandona la carpa para supervisar que todo lo que va a acontecer esa noche no tenga fallo ninguno. Mientras tanto los trabajadores se afanan en terminar los encargos para ponerlos a la venta esa misma noche.

    meliam
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    Los rayos del alba comienzan a despuntar en el horizonte, anunciando así la llegada de un nuevo día, que para los integrantes del circo no es más que la continuación de una noche fatídica. Pocos son los que han conseguido pegar ojo y los que lo han hecho ha sido por agotamiento.

     

    Timotivac sale de su caravana con los ojos hinchados por el llanto y la falta de sueño. El pequeño gnomo se acerca al centro de la campa mientras el resto le observa. Se aclara la garganta con un trago de agua y se sube en un pedestal.

     

    • Compañeros, he estado meditando durante la noche, dándole vueltas a cómo podemos sacar dinero para rescatar a mi hermano… Siento deciros que la única solución es vender el circo…

     

    Los allí presentes se miran entre ellos, aunque sorprendidos… ya barajaban esa posibilidad.

     

    • Mi señor… sé que está pasando por un mal momento.

     

    El feriante se acerca y le tiende una bolsa a Timotivac.

     

    • Es todo lo que tenemos, ustedes siempre se portaron bien con nosotros no podemos mirar hacia otro lado ahora.

     

    Timotivac mira a su empleado con lágrimas en los ojos. Cuando consigue secarlos y alzar la vista, todos los empleados estaban frente a él arrimando el hombro y dándole sus pocas pertenencias.

    • No puedo aceptarlo, es el trabajo de toda vuestra vida.
    • Mi señor, sin ustedes igual no tendríamos nada.
    • Aun así no puedo aceptarlo.
    • Entonces pasaremos al plan B, todos trabajaremos gratis hasta que se consiga el dinero necesario para hacer el pago.

    El pequeño gnomo asombrado por la actitud de sus empleados no cabe en sí de alegría, al darse cuenta que su hermano no es su única familia y que no puede dejar en la estacada a su gente.

    • De acuerdo, manos a la obra chicos. Hay mucho que preparar para esta noche. Pero antes descansad un poco empezaremos a preparar al medio día. 

     

    Los trabajadores asienten con la cabeza y cada uno vuelve a su caravana a descansar algo antes de la vuelta al trabajo…

     

    Timotivac vuelve a su caravana y cuando entra en ella, mira fijamente a su baúl de pertenencias donde guarda unos viejos planos de su padre. Al echarles un vistazo ve una oportunidad de negocio alternativo donde sacar un sobresueldo y sale rápidamente de la caravana llamando a gritos a todos sus empleados.

     

    Los empleados, alarmados, vuelven al centro de la campa y miran atónitos a Timotivac.

     

    • ¿Qué ocurre señor?
    • Lo tengo, se como vamos a sacar un dinero extra…
    • ¿De qué se trata?
    • Mi padre era un gran inventor y antes de morir me legó unos planos de unos juguetes para niños que él mismo diseñó pero que nunca construyó por falta de efectivo.
    • Según mis cálculos estos juguetes no pueden costarnos más de 100 platinos, si cada uno lo vendemos a 10 platinos… sacaremos  300 platinos de beneficio. Yo tengo ese dinero ahorrado
    • Además si no os importa la mano de obra seríamos todos, hay buenas hilanderas y maestros talladores de madera entre nosotros, no sería demasiado difícil… ¿Qué os parece la idea?

     

    El semblante de los allí presentes pasó de la tristeza más absoluta a la mayor ilusión que jamás habían tenido. Se miraron entre ellos asintiendo con la cabeza…

     

    • ¿Cuando empezamos? Dijeron todos.
    meliam
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    También se podrían poner lessirnaks sin reset, que pillemos todos items!

    meliam
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    También se podrían poner lessirnaks sin reset, que pillemos todos items!

    meliam
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    La caravana del mercader.

    [Rol] Argan menguante y Velian llena, en todo su esplendor, alumbran el camino de los tres aventureros que intentan atravesar el desierto. El aire empieza a levantar la arena de las dunas retrasando al grupo. Al fin, casi amaneciendo vislumbran una caravana a lo lejos.

    [Rol] Zirina : Cazi eztá amaneziendo,  ezpero que ezo de ahí delante zea lo que buzcamoz.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: yo también lo espero, me estoy quedando helado.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Señor, no se preocupe, estamos apunto de llegar, tenemos el tiempo justo… si no hubiéramos perdido tiempo cada vez que esta goblin caía tras una duna…

    [Rol] Zirina : ya eztá el gigantón riendoze de mí otra vez

    [Rol] Zirina : yo no tengo la culpa de zer tan pequeña.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: la verdad es que eres muy patosa.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: El hierofante no es más grande que tú, así que no te excuses en tu tamaño.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: y soy bastante más viejo que tú.

    [Rol] Zirina : bueno, zigamoz que tengo frío. Eztoy canzada de ezcucharoz.

    [Rol] Con el sol apunto de salir por el horizonte, el grupo llega a lo que parece ser una destartalada caravana medio enterrada en la arena del desierto.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Es ahí señor, estamos a punto de llegar.

    [Rol] Zirina : cada vez me llevaiz a zitioz maz mugrientoz… Ademáz ezto parece eztar abandonado.

    [Rol] Cuando el grupo llega a la caravana, una figura desconocida aparece del interior. Parece contrariada al ver a los tres viajeros. 

    [Rol] Mercader del desierto dice:  hola? quienesh shon ushtedhesh?

    [Rol] Bragqotul descubre su rostro.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Buenas noches… de nuevo.

    [Rol] El mercader pone cara de sorpresa.

    [Rol] Mercader del desierto dice:Halcón Cobrisho ?que ashes por aquí?

    [Rol] Bragqotul saluda firmemente al mercader.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Creía que nunca ibamos a volver a vernos.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Buscabamos sitio para resguardarnos del día.

    [Rol] Los primeros rayos de sol empiezan a salir por el horizonte. El mercader invita a los viajeros a entrar a su caravana.

    [Rol] Mercader del desierto dice:  pashad pashad, no osh entretenghaish, pronto hará un calor inshoportable.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: vamos dentro que empiezo a quemarme

    [Rol] Mercader del desierto dice:  Hassan nunca olvidar su roshtro halcón cobrisho

    [Rol] Bragqotul sonríe ligeramente.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Señor, si puede quitese los zapatos antes de entrar en su caravana, es la única norma que siempre ha puesto.

    [Rol] Bragqotul realiza un giro de cabeza haciendo ver a Zirina que debe hacer lo mismo.

    [Rol] Wrougfh asiente forzosamente y se descalza.

    [Rol] Zirina : Tengo oidoz… no hace falta que me mirez mal.

    [Rol] Zirina se quita los zapatos.

    [Rol] El grupo se adentra en la caravana siguiendo al mercader, justo cuando el sol empieza a levantarse por encima de la enorme duna que queda al este.

    [Rol] El grupo se sorprende al ver que la caravana engañaba desde fuera, es bastante amplia y tiene por todos lados objetos, que aparentemente, tienen bastante valor.

    [Rol] Mercader del desierto dice:  bienvenidosh, bienvenidosh a mi hogar, Hassan ofreser algo de beber?

    [Rol] Mercader del desierto dice:  tambien tengo mercansias de primer nivel, miren que telash, mejores cuerosh,incluso cosash unicash del desierto.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Si tienes el té que solías tener ponme uno.

    [Rol] mercader asiente con la cabeza a bragqotul

    [Rol] Mercader del desierto dice:  por supueshto que tingo, Hassan siempre tener de todo.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Señor, debería aprovechar, este tipo siempre tiene buena mercancía que vender, además se que es experto en telares.

    [Rol] Hassan se acerca a la cocina de la caravana y le prepara rápidamente un fantástico té a los viajeros.

    [Rol] Zirina se queda fija en una bola de cristal, puesta en un soporte adornado con terciopelo.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: mmmm, pues no perderé tal oportunidad claro, gracias Bragqotul.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: ejem ejem, Hassan?me comenta mi amigo que tiene un gran stock de telas.

    [Rol] Mercader del desierto dice:  AMEGO!Hassan tener de todo, quieresh verlash?

    [Rol] El mercader se acerca a una estantería y saca una carpeta que, al desplegarla, contiene trocitos de muestras de un sin fin de telas 

    [Rol] Wrougfh queda estupefacto ante tal cantidad de telas

    [Rol] Wrougfh se acerca a los ejemplares para tocarlos y examinarlos

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: efectivamente mi compañero no exageraba cuando decía que teníais telas de primera calidad

    [Rol] Mercader del desierto dice:  Pos supueshto amego mio, Hassan tener lo mejor de lo mejor, ademásh mire eshto, creo que ushted será lo suficientemente delicado para apreciarlo.

    [Rol] Hassan saca de un cajón una espécie de diseño

    [Rol] Mercader del desierto dice:  eshsto es un diseño de un objeto único en todo Dalaensar amego mio

    [Rol] Wrougfh coge el diseño con sus manos y lo examina con atención.

    [Rol] Mercader del desierto dice:  le gushta amego?precio barato

    [Rol] Bragqotul agarra su vaso de porcelona adornada y da pequeños sorbos al té que les han traído.

    [Rol] Zirina se acerca a Bragqotul, mientras el Hierofante y el mercader están comerciando y le susurra algo.

    [Rol] Zirina susurra a Bragqotul: Es la bola que utilizaba el hechicero Oen.

    [Rol] Zirina susurra a Bragqotul: he leído muchos libros acerca de él, y siempre mencionaba esa bola.

    [Rol] Zirina susurra a Bragqotul: según dicen los libros, con esa bola se puede predecir el futuro.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Deberías entonces preguntar por su valor, lleva ahí desde que lo conozco.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Entiendo tu entusiasmo pequeña goblin, pero deberías preguntar a Hassan por su valor.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: la verdad es que es muy tentador, una pieza única sin duda, de cuanto estamos

    hablando?

    [Rol] Mercader del desierto dice:  por sher amego de halcón cobrisho, y tu caerme bien, sherán 500 monedas de platino

    [Rol] Wrougfh acepta con un suave movimiento de su cabeza

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: de acuerdo, aquí tienes y me quedo el diseño

    [Rol] Mercader del desierto dice:  encantado de hasher negoshios con usthed amego meo, HASSAN eshtar muy contento.

    [Rol] Bragqotul sonríe levemente.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Ya le dije señor que tenía buen cargamento.

    [Rol] Zirina : Cuanto cuezta la bola mercader?

    [Rol] Mercader del desierto dice:  bola cristal?sher objeto inutil, no hasher nada, solo reflejar mi cara.

    [Rol] Mercader del desierto dice:  yo encontrar entre los eshcrementosh de un buitre.

    [Rol] Zirina : Por cuánto la vendez?

    [Rol] Mercader del desierto dice:  puedesh llevartela gratish, Hassan no eshtar intereshado en esha bola inutil, pero me gushtaría su turbante, tener coloresh bonitosh

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Puedes dárselo, no nos hará falta mucho más tiempo.

    [Rol] Zirina se quita el turbante, y se lo entrega al mercader.

    [Rol] Mercader del desierto dice:  muchash grasiash amego, oler mal, pero Hassan limpiar.

    [Rol] Zirina se apresura a coger la bola, y guardarla en su mochila de viaje.

    [Rol] Tras pasar el día en el interior de la caravana, con Hassan intentando seguir vendiendo multitud de sus artículos y ofreciendo té y comida a sus ‘invitados’, el sol comienza a esconderse por el horizonte y el grupo sale de la caravana, calzándose de nuevos sus zapatos y emprendido de nuevo su camino hacia la cara norte de la fortaleza de D’hara.

    meliam
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    El camino hacia la fortaleza I

     

    [Rol] Cae la noche en el Erial, los aullidos de los lobos negros retumban en el interior de la caverna de Ancarak. El grupo de aventureros se prepara para partir con rumbo a la Fortaleza de D’hara con intención de encontrar el manuscrito que cuenta la historia de los Mor-Bûjar.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: partamos aprovechando el cobijo de la noche.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Con esta oscuridad esos humanos no podrán vernos a menos que estemos cerca de ellos.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Aunque el camino es largo mi señor.

    [Rol] Zirina : yo prefiero quedarme aquí…

    [Rol] Wrougfh mira con desprecio a la hechicera goblin y le coge por el cuello empujandola a la vanguardia del grupo.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: tira para adelante escoria.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Deberías acatar las órdenes del hierofante o acabarás siendo comida de huargos.

    [Rol] Zirina : y dale con inzultar…

    [Rol] Zirina murmura algo en susurros.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: ¿Y cómo piensa entrar en la fortaleza de D’hara mi señor?

    [Rol] Wrougfh  se ríe tímidamente

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Según tengo entendido los gloriosos caballeros de demonios guardan sus puertas.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: tengo un plan, MUAHAHA, entraremos por la parte norte de la fortaleza, donde la oscuridad de la noche nos otorgará la posibilidad de trepar los muros negros.

    [Rol] Bragqotul asiente fervorosamente a Wrougfh

    [Rol] Zirina : también podriamoz entrar por el riachuelo… aunque dudo, con mucho rezpeto, que a uzted le guzte demaziado el agua, mi Señor.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: la primera vez que te escucho decir algo con sensatez.

    [Rol] Zirina : zi al final le voy a caer bien y todo…

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Quizás podamos usar ese riachuelo del que hablas para escapar…

    [Rol] Zirina : para zalir primero hay que entrar… y como zigamoz de chachara ze hará de día.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: una vez dentro ya veremos cómo salir, lo primero es conseguir el libro.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Pero para llegar allí por la parte norte deberemos cruzar parte del desierto de las Quebradas mi señor.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: ¿No será problema para usted verdad?

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: No, por supuesto que no, pero nos tomará algo de tiempo, seguramente debamos pasar el día dentro de la carreta de unos conocidos, al menos para no morir de calor…

    [Rol] Zirina : conozidoz? Ezpero que azi zea o zeremoz cocidoz! JA

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: esa parte la dejo en sus manos

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Si, no es la primera vez que me quedo con ellos, solía pasar algunas semanas

    alrededor de su tenderete, y en alguna ocasión les hice algún trabajillo que necesitaban.

    [Rol] Zirina : y que haze un caballero zemi-orco haciendole favorez a unoz simplez mercaderez?

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: y eso a ti en que te incumbe? Tienes que aprender a respetar a tus superiores

    [Rol] Bragqotul asiente levemente con su cabeza.

    [Rol] Wrougfh propina un golpe en la nuca del goblin con su báculo.

    [Rol] Zirina aprieta su puño de rabia, y sonríe sarcásticamente tras el golpe.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Entenderás que dentro de unos años no serás la goblin que eres ahora.

    [Rol] El angosto sendero rodeado de rocas va dejando paso poco a poco a la extensa arena que cubre el llamado Desierto de las Quebradas.

    [Rol] Finalmente el grupo llega al puesto fronterizo que Golthur tiene montado para proteger las quebradas de incursiones enemigas.

    [Rol] Empalador Gragbadûr: ¿Que le trae por aquí Señor?

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: asuntos privados del Hierofante

     

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: preguntar de más a veces le puede traer problemas, joven guardia.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: ahora haz el favor de quebrarte ante mi y echarte a un lado

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Le recomiendo, mi señor, que cubra su boca y su gran olfato con un trozo de tela gruesa, aunque sea de noche el viento levanta más arena de la que espera, muchos mueren ahogados por ella.

     

    [Rol] Empalador Gragbadûr: de acuerdo señor, pase.

    [Rol] el guardia se aparta a un lado y los deja pasar.

    [Rol] Empalador Gragbadûr: tengan cuidado, el desierto de día puede ser su muerte.

    [Rol] Wrougfh saca un trozo de tela mugrienta de uno de sus bolsillos y se lo pone a modo de turbante

    [Rol] Bragqotul hace una pequeña reverencia a los empaladores cuando pasa por su lado.

    [Rol] Zirina se tapa la cabeza con un harapo mugriento y sigue a sus dos compañeros.

    [Rol] El grupo se adentra en las enormes dunas, esperando encontrarse con la carreta antes de que despunte el día.

    meliam
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    en respuesta a: Targahs sin demoniaca #334737

    Esas cosas se reportan? XD

    meliam
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    La visita a Hurfkit.

     

    [Rol] Siguiendo el consejo del hierofante, se dirigen raudamente hacia Ancarak donde el líder de los Urja, Hurfkit, puede tener alguna información sobre las páginas arrancadas del antiguo códice de los Mor-Bûjar.

    [Rol] Al llegar a la entrada de la cueva de Ancarak, el hierofante Wrougfh se gira mirando decidido hacia el grupo y les dedica unas palabras.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: Veamos, Hurfkit es un anciano antiguo líder de la tribu de Ancarak, no le gusta demasiado tratar con otros líderes de tribus pero al ser hierofante no se negará, de todos modos tratadle con el respeto que se merece pues es de carácter brusco.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Como mande mi señor, dejaremos que tome la palabra.

    [Rol] Bragqotul asiente fervientemente a Wrougfh.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: escuchaste goblin asqueroso?

    [Rol] Wrougfh golpea a Zirina con su báculo en la nuca.

    [Rol] Zirina hace una mueca de dolor tras el golpe y asiente con la cabeza.

    [Rol] Zirina intentaré mantener la boca cerrada, mi señor.

    [Rol] Bragqotul mantiene el códice entre sus pertenencias, mirando cada pocos segundos asegurando que sigue en su sitio.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: pues en marcha, no nos demoremos más.

    [Rol] Zirina se esconde tras el Hierofante intentando pasar desapercibida.

    [Rol] La gruta en la que se encuentra comienza a estrecharse cada vez más y más, terminando en una enorme abertura que deja paso a la gran ciudad subterránea de Ancarak.

    [Rol] El grupo avanza por el entramado de pasillos de la cueva de Ancarak hasta llegar a una especie de habitáculo muy

    parecido a una tienda de campaña

    [Rol] Zirina : ezto ez Ancarak? Apezta un poco no?

    [Rol] Zirina : nunca eztuve aquí

    [Rol] Bragqotul da una pequeña bofetada a Zirina.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Un respeto por la ciudad del Hierofante.

    [Rol] Zirina : Por qué ziempre teneiz que eztar pegándome? Podeiz ezplicarme laz cozaz no soy tonta.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: aquí las cosas se aprenden a palos, te guste o no

     

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: No eres tonta, pero ya deberías saber que expresiones como las que usas pueden

    suponer tu muerte…

    [Rol] Wrougfh escupe a los pies de Zirina

    [Rol] Wrougfh hace sonar una especie de campana que hay en un rincón de lo que parece la puerta de acceso

    [Rol] RING RING RING

    [Rol] La puerta se abre haciendo un ruido chirrioso y tras ella aparece un anciano chamán, sujetando una pipa de fumar en una mano y en la otra un bastón que le sirve de apoyo.

    [Rol] Hurfkit, el líder de los Urja, con rostro serio mira a  los desconocidos

    [Rol]  Hurfkit, Líder de los Urja :  Quién osa a molestarme en mi investigación….

    [Rol]  De repente, con pequeño sobresalto se queda observando al Hieroferante resultandole bastante familiar.

    [Rol]  Hurfkit, Líder de los Urja :  ¡MI SEÑOR!

    [Rol]  Una profunda reverencia con cierto desprecio y sarcasmo va dirigida a Wrougfh.

    [Rol] Wrougfh hace una reverencia

    [Rol] Wrougfh golpea con su báculo al suelo dando una señal al grupo para reverenciar

    [Rol] Bragqotul realiza una leve reverencia tras ver al Hierofante realizarla.

    [Rol] Bragqotul le da un codazo a Zirina para que prosiga el protocolo.

    [Rol] Zirina se apresura a hacer una reverencia.

    [Rol]  Hurfkit, Líder de los Urja :  Disculpas por mi falta de concentración ando bastante ocupado con una investigación que llevo entre manos.

    [Rol]  Hurfkit, Líder de los Urja :  Y ESTOY HARTO DE LOS INSOLENTES QUE OSAN A MOLESTAR!…. Pero no de usted ni sus compañeros mi señor, nunca haría eso.

    [Rol] Wrougfh adopta un tono de seriedad que asusta

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: tendrá que dejar esa investigación para otro momento anciano, en estos momentos el hierofante requiere de sus servicios y ayuda

    [Rol]  Hurfkit, Líder de los Urja :  Veamos, qué asuntos o intereses os traen por aquí?

    [Rol] Bragqotul saca el códice de entre sus pertrechos y lo acerca a Hurkfit

    [Rol] Wrougfh asiente con la cabeza a Bragqotul.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: adelante bragqotul, enseñale el libro.

    [Rol]  Hurfkit, Líder de los Urja :  Espera espera! Disculpad mis modales, pasad dentro mi Señor.

    [Rol] Zirina : al fin alguien amable!

    [Rol]  Hurfkit, Líder de los Urja :  Por lo que me mostráis , ese libro me resulta familiar pero tengo que indagar en mis recuerdos, me llevará un rato, insisto, adentraros en mi morada.

    [Rol] El grupo entra en la cabaña, que no parece demasiado hogareña. El suelo está lleno de huesos a medio enterrar, al fondo se puede observar un lecho de paja donde debe dormir el anciano y en la pared contraria una pequeña hoguera calienta la estancia. Finalmente, aunque no muy convencidos, acceden a la petición del anciano y toman asiento.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: de acuerdo, adelante Bragqotul, enséñale el libro a ver qué puede contarnos el viejo Hurkfit.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Con su permiso mi señor… Sentí la llamada de Lord Gurthang, que me encaminó hacia el laberinto de libros de las catacumbas de Golthur Orod, su aliento me llevó hasta un trozo de cuero antiguo enterrado en polvo, y gracias al Hierofante pudimos seguir su peculiar olor hasta llegar a este antiguo códice.

    [Rol]  Hurfkit frunce el cejo con el rostro exaltado.

    [Rol] Zirina : Yo ze lo tuve que dezcifrar, no zabían leerlo, y no paran de pegarme en la cabeza! Eztoy muy infravalorada!

    [Rol]  Hurfkit, Líder de los Urja :  ¿En qué parte de las catacumbas has encontrado este códice?

    [Rol]  Gotas de sudor comienzan a descender por el rostro del anciano chamán.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: No, terminamos encontrándolo en la antigua biblioteca abandonada del tercer nivel de Golthur Orod.

    [Rol] Bragqotul entrega el libro al anciano.

    [Rol]  Hurfkit agarra el libro con manos sudorosas, lo abre lentamente mientras sus ojos se vuelven completamente blancos. 

    [Rol] Zirina mira al anciano, asustada.

    [Rol] Zirina : que le paza! Le va a dar algo!

    [Rol] Una brisa mágica abre la puerta de la cabaña, rodea al anciano y de repente el libro se queda abierto en una de las páginas centrales. El anciano vuelve en si.

    [Rol] Hurfkit, Líder de los Urja :  He tenido una visión, lo que buscáis de las páginas arrancadas se encuentra en otro libro, y sospecho que se encuentra en una biblioteca ubicada en D’hara.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: se refiere a la antigua biblioteca de la torre del Homenaje.

    [Rol]  Hurfkit, Líder de los Urja :  Aunque hay mucha más información necesito tiempo para estudiarlo. Podéis adelantaros a la biblioteca mientras sigo con este libro, dejaré todo lo que estaba haciendo para dedicarme a esto por completo mi señor!

    [Rol] Tras encontrar lo que parece una pista de las páginas arrancadas, el grupo sale de casa del líder de los Urja, es de día, así que pasarán las horas dentro de la gran ciudad de Ancarak para partir cuando Argan y Velian se encuentren en su máximo esplendor.

    meliam
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    [Rol] Con Vuldeck haciendo patrulla por el tercer nivel de la fortaleza para evitar mirones y con el libro en sus manos era

    el momento de averiguar todo lo que pudieran sobre las legendarias y olvidadas armas de los Mor-Bûjar. [Bragqotul]

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Señor, ¿ha conseguido encontrarlo?

    [Rol] Wrougfh responde espasmódicamente al caballero semi-orco

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: por aquí

    [Rol] Señala el hierofante con el dedo índice 

    [Rol] Bragqotul sigue a Wrougfh entre los eternos pasillos de la biblioteca.

    [Rol] Zirina está sentada en una mesa, repleta de pergaminos, iluminada por un candelabro al que le queda una vela consumida

    casi por completo. Les dedica una mirada y sigue a lo suyo.

    [Rol] Snif Snif [Wrougfh]

    [Rol] Snif Snif [Wrougfh]

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: este es, sin duda

    [Rol] Wrougfh señala el libro indicado a Bragqotul para que lo alcance

    [Rol] Mefeero sigue a sus compañeros moviéndose entre las sombras.

    [Rol] Zirina creo que ya lo tengo!

    [Rol] Bragqotul pasa su mano por el lomo del libro eliminado el polvo que había en él, dejando entrever un pequeño símbolo

    de Gurthang.

    [Rol] Bragqotul agarra el libro cuidadosamente mientras limpia el polvo de su cubierta.

    [Rol] Zirina pronuncia el cántico ‘sancti numbro duplis’. Acto seguido dos imágenes idénticas de la goblin aparecen a su

    lado.

    [Rol] Mefeero se asoma con curiosidad e intenta leer el titulo del libro.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Señor, parece que ha conseguido encontrarlo.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: por supuesto, mi olfato nunca falla

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: No esperaba menos del olfato del Hierofante.

    [Rol] Zirina EHH MIRADME!!!

    [Rol] Zirina lo conseguí!!!

    [Rol] Bragqotul gira su cabeza hacia el goblin.

    [Rol] Mefeero parlotea: oye oye qué es eso…no entiendo ni papa de lo que pone.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: cierra el pico esbirro, nos estas molestando, haz el favor de seguir tus estudios en

    silencio!

    [Rol] Bragqotul asiente silenciosamente.

    [Rol] Zirina agacha la cabeza desilusionada al no tener la aprobación del Hierofante

    [Rol] Bragqotul mira a Mefeero algo extrañado.

    [Rol] Zirina Vale, Vale, zigo a lo mío

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: ¿Conoce a este goblin mi hierofante o debo acabar con él?

    [Rol] Bragqotul agarra la empuñadura de su espada y se dirige hacia Mefeero.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: si, no te preocupes, desgraciadamente es un familiar un tanto peculiar, se dedica a chafardear los menesteres de los demás causando algún que otro problema, pero a nosotros no nos causara nada verdad?

    [Rol] Wrougfh guiña un ojo.

    [Rol] Bragqotul suelta la empuñadura de su arma y vuelve a su posición inicial.

    [Rol] Mefeero mira a Bragqotul, se da un par de tortas en la cara. Mueve la cabeza de un lado a otro y abre los ojos mientras sonríe estúpidamente.

    [Rol] Mefeero parlotea: perdón mi señor no quería sobresaltarle, a veces soy demasiado silenciosa.

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Disculpe señor… no lo tome como un acto de rebeldía contra su familia, no era mi intención.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: no hay problema, prosigamos, abre el libro a ver qué encontramos

    [Rol] En la portada del libro pueden verse letras escritas en una lengua negra bastante antigua. «Bûlgoluck, Mor-Bûjar, Gärgrok

    Brol».

    [Rol] Mefeero parlotea: no he visto nunca una escritura como esa, ¿Significa algo para vosotros?

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: a ver déjame ver ese idioma

    [Rol] SNIF SNIF [Wrougfh]

    [Rol] SNIF SNIF [Wrougfh]

    [Rol] Wrougfh echa un vistazo al libro y se queda atónito

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Es negra muy antigua, solo unos pocos pueden leerla.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: es más antigua incluso que yo

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: lamentablemente no podré ayudarte con la traducción

    [Rol] Zirina Pzz!

    [Rol] Zirina Yo creo que puedo ayudaroz

    [Rol] Bragqotul observa y escucha a Zirina.

    [Rol] Wrougfh gira su cabeza y fulmina a Zirina con la mirada

    [Rol] Zirina mi padre zabía leer negra antigua

    [Rol] Zirina y me enzeñó algunaz nozionez

    [Rol] Mefeero mira a Zirina de arriba a abajo, sorprendida ante la revelación del goblin.

    [Rol] Zirina oz importa que eche un viztazo?

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: tu padre no era el bibliotecario ese que se transformo en mono?

    [Rol] Zirina mira a Wrougfh con los ojoz inyectados en sangre.

    [Rol] Bragqotul mira a Wrougfh, sosteniendo el libro entre sus manos.

    [Rol] Mefeero parlotea: en verdad hermano no perdemos nada por que le eche un vistazo.

    [Rol] Wrougfh asiente

    [Rol] Zirina mi Padre era Traklek el poderozo

    [Rol] Zirina hechizero al zervicio de la Horda, creo que habraz oído hablar de él

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: no recuerdo tal nombre pero bueno, echale un vistazo, aunque espero que no me estés engañando

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: ya sabes que tengo muchas picas en mis aposentos por rellenar

    [Rol] Bragqotul posa el libro sobre la mesa.

    [Rol] Zirina coge el libro y lo observa con detenimiento.

    [Rol] Mefeero observa a Zirina con curiosidad y expectación.

    [Rol] Zirina Aquí cuenta la hiztoria de como Gurthang bendijo a los Mor-bujar y lez entregó armaz para librar zuz batallaz. De cómo laz fabricó.

    [Rol] Zirina sigue pasando páginas leyendo el libro cada vez con más entusiasmo.

    [Rol] Zirina Eh! aquí faltan páginaz

    [Rol] Zirina eztán arrancadaz

    [Rol] Zirina de lo último que hablaba el libro era de laz monturaz que uzaban los caballeroz Mor-bujar.

    [Rol] Mefeero parlotea: interesante… no te lo estarás inventando no?

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: ¿Quién habrá arrancado esas páginas…?

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: alguien que intenta ocultar información que contenía el libro sin duda

    [Rol] Zirina Hierofante, puedez decirle a tu familiar el tonto que ze calle por favor?

    [Rol] Mefeero parlotea: no te preocupes está vigilando fuera.

    [Rol] Bragqotul se mantiene serio.

    [Rol] Mefeero parlotea: vayamos a lo importante… quién podría querer ocultar información de esas páginas

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Esto es algo imposible de saber, este libro puede llevar aquí cientos de años, quizás fueron los últimos Mor-Bujar los que las arrancaron…

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: se de alguien que puede saber algo sobre el tema.

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: podemos ir a preguntarle, es el antiguo líder del clan de los urja, es muy viejo y sabio

    [Rol] Wrougfh dice entre gruñidos: descansa en sus aposentos en Ancarak

    [Rol] Mefeero parlotea: no es mala idea mi señor

    [Rol] Bragqotul el Inquebrantable dice: Si cree que es lo mejor, así lo haremos mi señor.

    [Rol]  Con un plan en mente, los cuatros miembros de la poderosa Horda Negra se dirigen hacia las entrañas de Ancarak en busca del sabio líder de los Urja con la intención de saber algo más sobre las hojas perdidas.

    meliam
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    en respuesta a: Registros Zirina #334474

    La inesperada situación.

    De repente algo sucede en Mor Groddur, una goblin anciana que permanece tendida en el suelo vuelve en sí después de varios minutos sin respirar. Sale de su trance y observa atónita a su alrededor sin saber bien qué es lo que ha pasado, sus ojos están en blanco.

    Los que vieron como la vieja goblin se desplomaba miran con asombro, la daban por muerta. Sin apenas ayuda se levanta del suelo y camina algo desorientada, tropieza con una piedra y vuelve a caer al suelo, quedando incosciente. Rápidamente los allí presentes, se volcaron para ayudarla pues sólo estaba en shock. Se escuchan gritos: “Llamad al Tirano” “Necezita ayuda” “Ez Zirina, la vidente”.

    Ante el revuelo los guardias acuden al lugar, se sitúan custodiando el cuerpo tendido. A no mucho tardar el Tirano Ruzkhur hace acto de presencia, la guardia se aparta permitiéndole acercarse. Ruzkhur murmura unas palabras y su mano empieza a iluminarse con una tenua aura de color blanquecino, acerca su mano al cuerpo y parece restablecer su consciencia.

    • Ruzkhur: llevadla a miz apozentoz.

    Uno de los guardias coge el liviano cuerpo, que apenas logra respirar por sí sólo y se apresura a llevarla a las estancias del Tirano. Una vez allí lo tiende con delicadeza sobre una manta de piel de oso pardo. Ruzkhur entra por la puerta pasados unos minutos y comienza a hacer una pasta en un mortero, una mezcla de hierbas combinada con algo de magia curativa. Cuando el ungüento está preparado lo aplica sobre los labios de Zirina.

    • Ruzkhur: “Yo en perzona velaré por ella, eztá muy delicada. rezaré a Gurthang para que le conceda máz tiempo de vida. Ez demaziado útil para perderla”.

    Los guardias abandonan la estancia y una vez a solas comienza una plegaria que se extiende durante toda la noche.

    A la mañana siguiente Zirina recupera la consciencia ante el asombro de Ruzkhur.

    • Zirina: ¿Do… Dónde eztoy?
    • Ruzkhur: En el plano de los vivos, por zuerte. Cazi no lo cuentaz.
    • Zirina: No recuerdo nada.
    • Ruzkhur: Te dezplomazte en mitad del nivel comercial, creo quete pazazte con la Sal de Revan…
    • Zirina: No recuerdo nada de verdad. ¿Quién erez tú?
    • Ruzkhur: puez zi que te pazazte con la Sal de Revan, zi… Descanza ya iráz recuperando la memoria. Iré a buzcar unas hierbaz a ver zi puedo ayudarte.

    Ruzkhur abandona su habitación y los guardias entran a su salida custodiando la puerta.

    Zirina intenta hacer memoria para averiguar lo que ha pasado, pero apenas recuerda nada, le vienen a su cabeza imágenes difusas de una figura que intentaba entrar en su mente, pero solo el intento de recordar lo sucedido le causa tal dolor que le hace cesar en el intento y cae rendida del cansancio.

    Dos días después Zirina vuelve a despertar y parece algo más lúcida. Ruzkhur se acerca a ella y le tiende un cuenco con un líquido verdoso de un aspecto repugnante.

    • Ruzkhur: toma bebe ezto, te ayudará a mejorar.

    Zirina coge el cuenco y se lo bebe a disgusto y entre alguna que otra arcada. 

    • Ruzkhur: creo que ze que te pudo ocurrir, eztuvimos hablando la mañana de antez de que te pazara todo ezto. Te pedí que uzaraz tuz poderez para conocer la zituación de Bistanti, el caudillo quiere zu cabeza. Entrazte en trance y de repente dezaparecizte. Luego te encontré desmayada y te traje aquí.
    • Zirina: Zigo zin recordar nada, zólo dezpertarme aquí. Lo ziento no puedo ayudarte, de echo no ze ni quien erez.
    • Ruzkhur: parece máz grave de lo que penzaba. Nezezitamos que recuperez la cordura. De momento permaneceraz aquí hazta que te recuperez. Erez demaziado importante para la Horda.
    meliam
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    El reencuentro con el Caudillo.

     

    Al día siguiente y tras alguna baja de los esclavos, la torre de asedio está prácticamente acabada. Galbulug mira a su alrededor y observa el claro en el bosque que ha creado con su hacha, pues han necesitado cerca de cincuenta árboles para terminar la enorme estructura. La sangre de animales y los cadáveres de animales desollados, para obtener la piel que hace de escudo para las flechas de la torre, da un color rojo carmesí al suelo. Los buitres sobrevuelan el lugar esperando pacientemente que los orcos abandonen el lugar para darse su festín.

    Los tres hermanos aún andan al acecho cobrándose víctimas de cada patrulla que el Imperio manda a reconocer el terreno. El número de integrantes de esas patrullas cada es mayor, la última fue de una veintena según el último informe de Trotak.

    Un cuervo sobrevuela la zona. Galbulug extiende su brazo y el cuervo se posa sobre su antebrazo, parece traer un mensaje.

    -» Prezéntate de inmediato en Golthur’Orod «, Workragh.

    La cara de Galbulug se vuelve pálida al instante y traga saliva. » Esto no tiene buena pinta», pensó. Se llevó los dedos a la boca y dió un agudo silbido, acto seguido los tres hermanos acudieron a su presencia.

    • Galbulug: Vigilad el campamento, he de volver a Golthur’Orod, el caudillo requiere mi prezencia.
    • Trotak: de acuerdo mi Zeñor, lo protegeremoz con nuestra vida zi ez que fuera nezezario.

    Galbulug desató las riendas de su huargo y de un salto montó en su lomo, azuzó su montura y abandonó el taller imporvisado al galope.

    Una vez llegó a Golthur’Orod se dirigió al trono de huesos, allí estaba esperándolo Workragh, con una pierna entablillada y vendada.

    • Galbulug: mi señor, que ha ocurrido, quién ha ozado tocarle.
    • Workragh: tuve que hazer valer mi fuerza sobre los trollz que ze moztraban reazioz a ayudarnoz. Pero ya eztá solucionado.
    • Workragh: me dijeron que habíaz tenido algún contratiempo con las torrez de azedio.
    • Galbulug: azí fue, hemoz tenido que montar un campamento provizional en el Bosque de Wareth, pero la torre eztá lista.

    Workragh hace una señal para que los guardias que custodian la sala se marchen. Una vez solos Workragh, pide a Galbulug que se acerque.

    • Workragh: hermano ayúdame a levantarme, he de hablar contigo, pero no aquí, vayamoz a miz apozentoz.

    Galbulug echa el brazo de Workragh sobre su hombro y ayuda a Workragh a llegar a su habitación.

    • Galbulug: eza herida no tiene buena pinta.
    • Workragh: no es nada, tengo a loz mejorez chamanez curándola. Pero esto me ha hecho recapacitar, puez la próxima vez puede que no lo cuente.
    • Workragh: tú pozeez mi zangre, erez eztirpe del clan Sherkh’Ravin y la zangre ha de perdurar. Por ezo quiero reconozerte cómo mi hermano y heredero, dezde hoy zeraz conziderado cabeza de familia de Sherkh’Ravin.
    • Galbulug: no merezco ezte honor, Zeñor.
    • Workragh: Zí, lo merezez. No hay máz que dizcutir.
    • Workragh: Ahora retírate y déjame dezcanzar, haz los preparativoz, mañana marcharemoz hacia Anduar.

    Galbulug asiente con la cabeza y abandona las estancias del Caudillo.

    meliam
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    La tercera torre de asedio.

     

    Cae la noche en Golthur’Orod. Galbulug y los tres hermanos, Trotak, Trutok y Tratek, se dirigen al campamento de esclavos donde se están construyendo las torres de asedio. Una vez allí se encuentran con Wruntuk, quién tiene a sus diez mejores esclavos preparados para el viaje.

    • Galbulug: ¿Wruntuk eztá todo preparado?
    • Wruntuk: Zi! Aquí eztán eztaz bazuraz, la mejor bazura que he podido encontrar aquí.
    • Galbulug: Bien, partimoz de inmediato. Bazuraz, coged vueztraz herramientaz, no podemoz perder máz tiempo.
    • Galbulug: Trotak, ¿Vozotroz eztaiz liztoz también?
    • Trotak: Zí, mi Arconte, miz hermanoz y yo eztamoz liztoz.
    • Galbulug: Puez en marcha, Wrontak noz ha preparado unoz huargoz para aligerar la marcha.

     

    El grupo se dirige hacia la cuadra de huargos cercana a Golthur’Orod; saben que se están aproximando cuando escuchan cada vez más cercanos los aullidos de los huargos. Al llegar al lugar Wrontak, junto a catorce huargos ya ensillados, los están esperando.

    • Galbulug: Wrontak, veo que recibizte mi menzaje.
    • Wrontak: Tiempo haze que no le veía mi zeñor, zí recibí zu menzaje. Ya eztá todo lizto. Aquí eztán las catorce monturaz que me pidió.
    • Galbulug: No ezperaba menoz de tí la verdad. Tengo algo máz que pedirte, zi Workragh volviese antez que yo, quiero que le digaz que eztamos en el Bosque de Wareth, fabricando la tercera torre de asedio.
    • Wrontak: De acuerdo mi zeñor.

    Galbulug, junto con los tres hermanos y los diez esclavos montan en sus huargos y salen al galope en dirección al Bosque de Wareth dejando una gran polvareda tras de sí. Las patrullas orcas quedan atónitas cuando el grupo pasa a su lado pensando: “¿Por qué van los esclavos montados en huargos también?”.

    Atravesaron al galope el Erial y el sendero entre las rocas y al fin llegan al puesto fronterizo que les llevará al bosque, donde varios guardias intentan cortarles el paso. Galbulug hace una seña a los tres hermanos y ellos sonríen de forma sádica; hora de hacer lo que mejor se les da, matar. Se deshacen sin mayor problema de los guardias, decapitandolos al galope mientras se escucha una risa aguda acompañada de un grito de satisfacción: ¡WAAAAAAAGH!

    El grupo toma un desvío que bordea la Fortaleza de D’hara y el poblado de Ysalonna, para no llamar demasiado la atención y tras varias horas de viaje consiguen llevar al bosque de Wareth.

    • Galbulug: Rápido no tenemoz mucho tiempo, cuanto máz tiempo eztemoz aquí máz expueztos estaremoz.
    • Galbulug: Trotak, vozotroz vigilad de que nadie venga, yo haré que eztoz holgazanez trabajen.
    • Trotak: Cuente con nozotroz, Arconte. Vamoz muchachoz, hora de cazar ¡WAAAAAGH!

    Cuando los tres hermanos se dispersan por el bosque, Galbulug coge un hacha de leñador y de pocos tajos consigue derriba un árbol que, al caer, provoca un gran estruendo.

    • Galbulug: lo que me habían dicho era zierto, una de la mejor madera de todo Dalaensar.
    • Galbulug: Ezclavoz, ya podeis hacer varaz como zi oz fuera la vida en ello, que de hecho oz va, ¡HAHAAHAHA!.
    meliam
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    Problemas logísticos.

    Tras la declaración de guerra los ánimos en Golthur están exaltados los orcos tienen ansias de sangre y la mínima chispa desata una tangana. Para Galbulug, en cambio lo más apremiante es acabar de construir las dos torres de asedio que le pidió su caudillo, pasa día tras día sin descanso apenas para terminar los preparativos.

    • Galbulug: Maz rápido ezcoria! Laz torrez tienen que eztar terminadaz en menoz de dos díaz! Zi no oz azotaré hazta arrancaroz la piel a jironez!

    Los esclavos miran a Galbulug con cara de terror y siguén serrando leños y curtiendo pieles para acabar lo antes posibles.

    Wruntug, el supervisor se acerca a Galbulug.

    º  Mi zeñor,  no tenemoz madera zuficiente para la tercera torre.

    • Pues manda a tus esclavoz talar maz árbolez!

    º Ese es el problema, no hay maz arbolez.

    Galbulug, que había estado tan inmerso en acabar el pedido lo antes posible no se había percatado que el Bosque Baldío había sido deforestado por completo.

    • Ezto es un gran problema, necezitamos conzeguir madera lo antez posible.

    º El bozque máz cercano ez Wareth Mi zeñor, pero habría que atravezar tierras dendritaz con carretaz para traerloz aquí de nuevo.

    • Ez cierto, pero tengo una idea.
    • Tú acaba de terminar la zegunda torre de azedio. Me llevaré a diez de tus mejorez ezclavoz haré un taller improvizado en Wareth, allí tenemoz todo lo necezario para terminar la tercera torre, y en la inmenzidad del bozque lez zerá máz difícil encontrarnos. Zi por algún cazual logran encontrarnos… ¡Lez daremoz una cálida bienvenida!

    Wruntug pone una sonrisa de un sadismo digno de un torturador y se marcha hacia el taller en busca de los esclavos.

    Galbulug se dirige a la fortaleza, necesita una escolta para montar el taller y protegerlo después. Una vez en la fortaleza se dirige a la taberna, allí encuenta a Trotak y sus dos hermanos Trutok y Tratek expertos en emboscadas.

    • ¡ Despertad  panda de borrachoz! El caudillo necesita de vueztroz zervicios.

    Trotak, el mayor, abre un ojo y ve a Galbulug. Se apresura a levantarse de la silla y le da una patada a cada uno de sus hermanos para despertarlos.

    º ¿Qué dezea Arconte?

    • Oz necezito a los trez para una mizión, teneiz que acompañarme al bozque de Wareth loz detallez loz sabreiz por el camino. ¡Preparaoz zalimoz al anochecer!

    Los tres hermanos asienten y salen de la taberna espantados.

    • Tabernero exclama: ¡Ya ze han ido zin pagar otra vez eztaz zuciaz rataz! ¡WAAAGH!
    • Galbulug: Ezta ronda la pago yo, ezpero que zea zuficiente.

    Galbulug lanza una bolsa de monedas al tabernero, que al ver su contenido sonríe ampliamente.

    meliam
    Participant
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    Preparativos de una Guerra.

     

    La noche cae en Golthur’Orod, las antorchas iluminan las sucias calles de la Ciudad Bastión. Los gritos de los torturados son como una melodía que anima el ambiente junto a los tambores de Guerra que se escuchan en la lejanía.

    ¡El caudillo vuelve!

    Galbulug se apura a llegar a la puerta para recibir a su Señor.

    Workragh termina por llegar, manda callar a todos los orcos que aúllan sin parar.

    • ¡Súbditos! Traigo buenas noticias. ¡HEMOS DECLARADO LA GUERRA A ANDUAR!

    La Ciudad entera entra en frenesí debido a las palabras de su Caudillo. Acto seguido, Workragh se retira a descansar.

    Al día siguiente Workragh y Galbulug caminan por las calles de la Ciudad Bastión discutiendo sobre qué estrategia llevar en la guerra contra Anduar.

    • Galbulug, tenemos que ganar esta guerra, controlar Anduar es primordial para nosotros,  es el centro comercial de Dalaensar y un punto estratégico desde donde comenzar nuevas incursiones. No podemos fallar.
    • Mi señor Workragh, estamos ultimando los preparativos, pero hemos de ser cautelosos, podrían emboscarnos desde muchos puntos, dendritas al Norte, el ejército Bueno desde el este y los odiosos enanos desde el oeste. Si bien las murallas de Anduar no serán fáciles de derribar, y los cruzados que defienden la ciudad son duchos guerreros.
    • Llevas razón hermano, avanzar de cara sería demasiado peligroso, pero si logramos conquistar rápido Anduar, la ventaja la tendríamos nosotros.
    • Si la puerta Norte cae rápido, es cuestión de minutos que la Horda tome la ciudad. Los superamos ampliamente en número, por muy buenos luchadores que sean, no podrán con nuestra superioridad.
    • Si, pero ¿Cómo piensas derribar esas puertas?

    Galbulug sonríe ampliamente.

    • Sígame mi señor.
    • De acuerdo, espero que no me estés haciendo perder el tiempo.
    • No se arrepentirá.

    Workragh sigue a Galbulug hacia un enorme taller cercano al Bosque Baldío.

    Una vez allí el caudillo puede observar la maquinaria bélica que Galbulug ha estado preparando durante su ausencia.

    • ¿Qué es esto Galbulug?
    • Torres de asedio mi señor, pesadas si, pero pueden transportar a cientos de nosotros, y con la altura que tienen podemos asaltar Anduar sin mayor problema. Son resistentes a las flechas por la cobertura de cuero que poseen, el único problema será llevarlas hasta Anduar.

    Workragh sonríe.

    • Sé perfectamente cómo vamos a llevar esta maravilla bélica hasta allí.
    • ¡Traed a los Trolls!

    Un cuerno se escucha en la lejanía y un temblor lo acompaña, diez enormes trolls aparecen en la lejanía. 

    • ¡Vosotros agarrad esos mástiles y empujad la estructura, poneos cinco en cada lado!

    Los trolls obedecen y agarran ambos mástiles que sobresalen de la estructura y empiezan a empujarla con apenas dificultad.

    • La fuerza de estas criaturas es admirable, mi señor. No tendremos ningún problema en llevar las estructuras hasta allí.
    • ¿Crees que con una será suficiente?
    • Di orden de fabricar dos más pero necesitaremos más Trolls.
    • Los trolls déjamelos a mí, tu fabrica esas estructuras lo antes posible. Ahora he de marchar, otros asuntos requieren de mi presencia.

    Galbulug asiente con la cabeza.

    • Las tendrá con la mayor brevedad posible, mi Señor.
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