Respuestas de foro creadas
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…Apenas un par de lunas habían dejado su rastro en el firmamento cuando tuvo lugar el encuentro, el Patriarca de la de Grimoszk; Sphynx; llegaba secundado por su más fiel consejero (Thuzar) y una pequeña delegación de la guardia de élite de la ciudad. Visart prefería moverse con sigilo en las sombras y solamente en un segundo plano, agazapado, se mostraba su mano derecha Ryxh. Ambos líderes hicieron un gesto y el resto de los mencionados se retiró a una gran estancia contigua, mientras ellos se acomodaban en una pequeña estancia de un humilde edifcio de Ryniver, buen sitio para no levantar sospechas, pensaron.
- Hemos recibido a vuestro emisario y aquí estamos -comenzó el patriarca intentando evitar rodeos innecesarios.
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Siempre se agradece un interlocutor que va al grano… Como veis, en estos tiempos convulsos, los seguidores de Gurthang han vuelto a encontrar una vaga excusa para sacudir la tranquilidad que nos hermanaba por un objetivo común, acabar con Eralie. No es la primera vez, pero creíamos lejanos los tiempos en que un repudiado de la sociedad era mejor visto por esos despojos goblinoides que un aliado como nosotros (haciendo referencia a ambas ciudadanías) -hizo una breve pausa, dando así tiempo al asentir vigoroso de su homólogo- Por ello me he visto obligado a involucraros en esta disputa y como bien dices… aquí estamos.
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Comprendo… nuestra postura en un primer momento, es mantener nuestras alianzas independientemente de vuestras disputas… si bien -prosiguió cambiando el tono y dotando de una mayor resonancia sus palabras- esos pusilánimes han osado atacar no sólo a las huestes bajo mi mando, si no que han osado hacerme frente y no contentos con ello han intentado dar caza a uno de nuestros más respetados guerreros, otrora líder de nuestra comunidad (Selmaer). Por todo ello me veo obligado a llevar a mi pueblo a la guerra, un destino que siempre hemos tratado de evitar, pues creo que todo recurso es poco para acabar con el dios del bien, pero al que nos vemos abocados sin remedio.
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Somos conscientes del sufrimiento y las bajas que pueden causar las guerras, pero hay situaciones que no deben quedar impunes y ese Caudillo, así como su séquito de chamanes-plañidera, debe obtener una respuesta firme, unida e inequívoca de que su panacea de anarquía y devastación ha topado con un muro que no puede no solo franquear, si no derrumbar.
Ambas figuras se fundieron en un apretón de manos como escenificación formal de toda la conversación que acababa de tener lugar, poco más tarde cada grupo partía de vuelta a su hogar.
Visart comentaba con Ryxh que había salido todo según lo esperado y que veía un gran porvenir en su hasta ahora segunda espada., a lo que añadió:
- Veremos si el resto de destinatarios nos acogen con el mismo ímpetu….
Lord Rakadh caminaba intranquilo por sus estancias del Ejército, mirando fijamente a la puerta a la espera de que ésta fuera franqueada. Visart, como de costumbre, apareció con el sigilo que la caracteriza y sin dar posibilidad a su homólogo comenzó a hablar mientras caminaba hacia la silla más próxima al Coronel.
· Se lo que me vas a decir, que esto ya lo habías predicho tiempo atrás, que la historia se repite, que… pero seamos prácticos, toda esa retahíla de reproches no nos van a conducir a ningún sitio, tu lo sabes, yo lo sé, tiempo que nos ahorramos. – Dijo con la confianza que dan los años.
· No debemos tomarnos a la ligera las amenazas de estos salvajes, aunque mal organizados, sus hordas nos sobrepasan en número y en los tiempos que corren, como estás cansada de escucharme, no estamos sobrados de efectivos.
· No me malinterpretes, conozco perfectamente la gravedad del asunto, pero es una situación a la que nos hemos visto avocados, de todas formas creo que su ego se llevará alguna que otra sorpresa. – Sonríe consciente del tono misterioso que denotan sus silencios.
Rakadh niega con la cabeza mientras se sienta en el butacón principal del aposento.
· Debemos saber jugar nuestras bazas, no malgastar recursos en cruentas masacres a campo abierto. Como un viejo cascarrabias solía decir -hace una pequeña pausa mirando a los ojos del Coronel- «Un enemigo no fenece por asestarle 100 golpes, solamente 1 es el que acaba con su vida». Para que correr a la batalla o lamentarse cual pejiguero takomita, cuando debemos saber aprovechar nuestro momento. Seremos pacientes, prácticos y a la par letales.
· No dudo de tus capacidades en las artes de la guerra, pero los tiempos en los que la maquinaria bélica del Imperio arrasaba a su paso quedan ya lejanos y no podemos contar con que el favor de Seldar y la valía de nuestros soldados hagan todo el trabajo sucio. Aunque en algo si que tienes razón, en la paciencia está la clave.
La noche discurrió y la conversación se fue encauzando a una informal planificación de lo que en realidad se avecinaba, aires de guerra en tierra Imperial. Diversos oficiales fueron llamados para recibir las órdenes de primera mano de su Comandante, entraban indecisos ante la celeridad en se había enquistado ese asunto y la precipitación de los acontecimientos, si bien abandonaban las estancias con la convicción que te da perseguir un objetivo, la victoria.
Se mostraba ya Velian en cuarto creciente cuando en las almenas de la torre comenzó a verse una sombra ondear a la vez que izarse, la señal era inequívoca… El blasón de los Vorgash junto a un banderín rojo se tornaba en este caso como una declaración de intenciones: Nadie regala nada en Galador.
Mientras la atención se fijaba en la mencionada almena Oeste, un pequeño grupo de emisarios salían al galope por la puerta sur desapareciendo en la noche a la misma velocidad que una fugaz estela.
