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en respuesta a: Transformar simbolo Sacerdote de seldar #334843
No sería mejor que tirase de diplomacia???
Que no te engañen las letras.en respuesta a: PK o no PK #334842pero solo tengo o solo conozco un sitio para diarias con lo cual se vuelve un dolor subir un personaje
Tienes misiones diarias en 3 sitios, Dalaensar, Naggrung y océano. Puedes hacer 2 misiones por día real. No te detallo más concreto porque no sé si puedo, así que te animo a explorar ya que comentas que es lo que te gusta.
Sobre el bando mercenario puedes preguntar a Thirza o Xerthelh que son los más activos de ese bando.
Con lo último que comentas de la N estoy en desacuerdo, y también tengo muñones como manos. Es sólo mi opinión de jugador, sería interesante saber mas opiniones.
No me extiendo más, un saludo.
Que no te engañen las letras.en respuesta a: Incursor del pantano (Evoluciones) #334645No me parece mala propuesta. Actualmente es cierto que suelen ser monoevolución. Con la cresta sin duda necesita un cambio por lo que comentas
Que no te engañen las letras.en respuesta a: maestrias y comunion chamanes #334512Sin duda arreglar el bug es necesario, no solo arregla las maestrías (como comentas) sino la actualización de pv/pg.
Pregunto (nunca tuve chamán) las maestrías cambian al cambiar el alma verdad? Por otra parte pienso que deberían sumarse las maestrías echas sin alma a la del alma, es decir por ejemplo, sin alma tengo 50% en penes medias y con el alma cazador tengo 30% pues se suman y tendría 80 mientras tenga esa alma. Obviamente jamás superar más 100%
Así también se arreglaría lo de pagar por maeQue no te engañen las letras.Registro 2 de Drookrom
Historia:
La habitación era simple, con muebles rudimentarios y toscos. Destacaba un armario con puertas desencajadas y una cama llena de mugre en la que se situaba una orca abierta de piernas. En la estancia se respiraba un olor a incienso, encendidos por los chamanes que llenaban la habitación mientras oraban a Gurthang. El chamán más anciano se situaba de frente a la orca gritando al ritmo de los tambores que se podían oír por toda la fortaleza.
Un último grito llenó toda la estancia, cortando en seco los ritos chamánicos. El chamán anciano sostenía un bebé orco de piel negra y ojos plateados que no paraba de agitarse. Al cabo de unos segundos, los gritos de dolor fueron sustituidos por lloros del recién nacido.
El anciano dejó caer el bebé en los brazos de la orca que aún respiraba agitadamente justo en el momento que un orco de feo aspecto irrumpía en la habitación. Los chamanes de menor rango salieron a toda prisa murmurando entre dientes cosas incoherentes. Por último, salió el más anciano con los brazos y la mirada hacia arriba. Los padres se miraron y se abrazaron con el pequeño orco entre ellos.
El pequeño orco creció en la fortaleza rodeado de barbarie, típica en la cultura orca. Combates a diario con otros hermanos orcos sin dejar tregua, con frecuencia mayores que él. Se entrenó en todo tipo de armas pero pronto su atención se desvió a otro tipo de guerra venida de una era antigua desarrollada por bárbaros orcos. Comenzó entonces a entrenar por su cuenta con diferentes tipos de cimitarras y hachas.
A los 10 años sus padres le pusieron el nombre de Drookrom, ya que el 90% de orcos no llegaban a esa edad y por tanto era inútil ponerles nombres hasta entonces, solo los más fuertes eran capaces de llegar. Fue entonces cuando a las órdenes del comandante del ejército negro, Glorbaugh, aprendió la refinada táctica del golpeo. En especial, entrenaba con un orco llamado Vuldeck, al que le cogió aprecio entre tantas cicatrices. En los momentos que no entrenaba con las cimitarras se dirigía al bosque con diferentes hachas y entre árboles y animales practicaba con ellas asestando tajos aquí y allá mientras giraba el hacha sobre su cabeza.
Así, entre entrenamientos y barbarie creció hasta los 16 años, momento en el cual, pasó a formar parte de la élite de los gragbadûrs. Siempre por mayor gloria, honor y poder a Gurthang.Rol:
Drookrom no es tan agresivo como alguno de sus hermanos pero se defenderá con toda su furia si se encuentra amenazado. Su carácter es curioso y eso le lleva a explorar lo que no conoce, incluso a veces reexplora varias veces lo mismo. En este sentido, le llama mucho la atención el bosque de muy al norte. Los reinos del sur también pero con intenciones de exterminar a los infieles para mayor honor y poder de Gurthang.
Objetivos:
Explorar todos los rincones y secretos de la fortaleza.
Ayudar a su hermano Vuldeck con su objetivo de devolver la vieja gloria a los gragbadûrs, así como convertirse en uno de los mejores en este arte.
Aumentar el poder y dominio de Gurthang.
Formar una familia igual de bien o mal que la suya.
Conocer y entrenar con todas las cimitarras y hachas de Eirea.Que no te engañen las letras.en respuesta a: Receta anillo héroe #334440@crash94 si claro creo que ahi coincidiamos todos, cualquiera podria hacer cualquiera de los 3 anillos.
Lord, me refería que no coincidía en esto:
y que los artesanos de cada bando puedan solo puedan acceder a su receta
Solo decía que cualquier pj pudiera acceder a las 3 recetas y que dichas tuvieran un idioma acorde al bando. Ahora leo noticia a ver cómo quedó.
Que no te engañen las letras.en respuesta a: Receta anillo héroe #334423Me parece buena idea excepto que uno solo pueda hacer de su mismo bando. Debería tener la posibilidad de un PJ poder hacer las 3 clases de anillo, a los diseños le pondría un idioma propio del bando para que tampoco sea mega free aprender los diseños.
Que no te engañen las letras.en respuesta a: No me parece divertido #334422Coincido en que se cambie de alguna forma clases que concatenaban stun para que vuelvan a ser dinámicas. Como por ej. dices la cresta ya no sirve de nada
Que no te engañen las letras.Capítulo 10 – El anciano chamán
El sol había recorrido un cuarto de su trayectoria en el cielo desde que Droock salió de la audiencia con el general de la guardia nivrim. Droock se detuvo en unas sombras mientras daba un paseo sin rumbo fijo. Entrecerró las pupilas y, alzando la vista al cielo, observó que al sol aún le quedaba otro cuarto de recorrido hasta comenzar a ocultarse.
Droock sabía perfectamente controlar el tiempo según el cielo. En Grimoszk estudiaban el cielo, en especial de noche y los chamanes en busca de la presencia de su señor. Así Droock sabía que no le daría tiempo a visitar el poblado Naduk. No lo ha visitado mucho, pero seguía empeñado en buscar cualquier pista por mínima que fuese.
Por otra parte le hubiera gustado cenar y descansar en la taberna de Alandaen. Tenía más amistad con aquel tabernero y, por otra parte, Droock se sentía más seguro con el océano cerca. Era su principal vía de escape llegados a ciertos extremos. Por este mismo motivo tenía más amistad allí, pues visitaba el pueblo con más frecuencia que Anduar y conversaba con todos los habitantes, sobre todo los pescadores.
Droock también era un pescador, aunque no muy bueno de momento, pero le gustaba conversar sobre la mar y presumir de sus capturas. A veces no eran muy reconocibles, pues Droock pescaba con su propio hocico y a veces se pasaba con sus colmillos.
También se acordó de un día que Alandaen pidió ayuda por un tsunami. Droock fue en su ayuda para salvar todo lo que pudiera de la pesca del día, así como embarcaciones y aparejos. La sorpresa fue que el tsunami llegó con una sorpresa. Un gigantesco kraken con poderosos tentáculos. Muchos fueron los que fallecieron aquel día, pero Droock se ganó el afecto de todos cuando el kraken fue devuelto a sus profundidades.
Imágenes de aquel día se sucedieron en la mente de Droock pero las apartó con un movimiento de cabeza y unos parpadeos. El sol había avanzado otro tanto, así que Droock se giró lentamente y se dio cuenta que estaba en la muralla interior de Anduar.Con un suspiro profundo, Droock se dirigió a la salida de la muralla. Contemplaba el faenar de los guardias en la muralla, siempre atentos a cualquier indicio de hostilidad. Por supuesto, no encontró a nadie con cierta cicatriz en el antebrazo derecho. Aunque Droock tampoco fue de muchas palabras, pero pensaba que no le harían falta, pues si el anciano chamán se encontraba allí Droock sabía en su fuero interno que le hubiera saludado.
Sumido en sus pensamientos, llegó hasta el acceso sur de Anduar. Sin detenerse, fue hasta la taberna del Dragón Verde.
Allí todo era igual que la noche anterior. El calor de las chimeneas, el ambiente a hierbas, Dalvin el trovador quejándose de su arpa… Droock dejó de escuchar a los asistentes y fue directo al tabernero.
Como de costumbre, no hicieron falta muchas palabras, Droock comió su habitual carne sabrosa junto a la bebida esa rara que le ofrecía el tabernero y en seguida se dirigió a su habitación.
Encendió la chimenea y, con el crepitar de la madera, se acercó a la ventana a observar el cielo. Todavía podía verse la última raya de sol en el horizonte y por el otro extremo asomaban Argan y Velian. No era muy tarde, pero Droock se encontraba cansado mentalmente. Era la hora de descansar…Taberna del Dragón Verde El Dragón Verde es un amplio y acogedor lugar donde tomar un trago. Se encuentra repleto de fuegos en chimeneas como casi única luz, formando una tenue visión junto con el humo de hierba en pipa que se suele fumar aquí. Todo el mobiliario es de madera, y las mesas están dispuestas a modo de reservado. En el centro hay una tarima de madera para que los bardos y trovadores hagan su actuación, y enfrente de la puerta hay una enorme barra repleta de jarras y botellas de algún tipo de licor. Horacio, Dalvin, el trovador, Daesun Major y Bastian están aquí.
Al día siguiente, Droock bajó a desayunar ya preparado para seguir con su búsqueda, o tal vez su búsqueda ya había llegado a su fin…
Todavía con un poco de telarañas de sueño, Droock no se dio cuenta de un joven nivrim situado cerca de la puerta. Simplemente, se acercó al tabernero y asintió con la cabeza en señal de querer su carne sabrosa. Mientras el tabernero preparaba el desayuno en la cocina, el joven nivrim, temblando de nervios, carraspeó y se acercó unos pasos a Droock.
Este, hizo un ademán de tocar a Droock en el hombro pero retiró el brazo rápidamente y abrió la boca… tanto rato que podían haberle entrado moscas.
– Disculpe señor lagarto. ¿Es usted Droock de Grimoszk?
Droock se giró tan bruscamente que sin querer estampó al joven nivrim contra la pared. Al momento, Droock se dio cuenta que era un nivrim y fue en su ayuda.
– Disculpas… no esperaba vuestra intrusión y muchacho ¡Nunca asustes a un lagarto medio dormido!
Droock le ofreció una garra, de la cual el joven nivrim se agarró y se puso en pie.
– Acepto vuestras disculpas. Es cierto la fama de que los hombres-lagartos tenéis mal genio…
Droock le fulminó con la mirada. El joven nivrim se calló de inmediato, pero una vez más se quedó con la boca abierta demasiado tiempo. Tartamudeando…
– So… so… ¿Sois Droock de Grimoszk? …
Droock asintió serio.
– Así es, Droock de Grimoszk a vuestro servicio. ¿Qué se os ofrece?
– Ve… verás… me manda el general de la guardia nivrim a buscaros. Dice que vayáis a verlo cuanto antes…
Droock sonrió dejando ver sus afilados colmillos, poniendo más nervioso al joven nivrim, que comenzaba a temblar ligeramente.
– Gracias por la buena nueva. Venid aquí que os invite a una jarra.
Dicho lo cual, Droock y el joven nivrim se acercaron a la barra a desayunar. Droock terminó en seguida y se marchó sin decir nada, dejando al joven nivrim con la jarra aún llena de cerveza en la barra.Guardia de Anduar: Entrada de la Guardia Te encuentras en una sala rectangular muy luminosa, las paredes están totalmente tapizadas con arte antiguo rescatado de las cenizas de la ciudad en los días oscuros del Cataclismo. También hay numerosos tapices y cuadros que rinden homenaje a los fundadores de la Orden. Una serie de mesas son la única decoración del lugar. Hay unas escaleras que conducen hacia estancias superiores. Oficial Nivrim y dos Guardias Nivrim están aquí.
El oficial de la guardia nivrim le reconoció nada más dar el primer paso en la estancia. Droock ya se dirigía a la puerta del general cuando el oficial terminaba de señalar con un dedo la puerta.
Como el día anterior, Droock llamó a la puerta y una voz grave dijo «pase». El general ya sabía quien era, por supuesto. No pudo más que sonreir afablemente al ver entrar a Droock.
Droock cerró la puerta tras de sí, y comenzó a ponerse nervioso…
– Saludos general de la guardia nivrim. He venido en cuanto vuestro joven recluta me ha avisado…
El general hizo un gesto quitándole importancia al asunto.
– No me andaré con rodeos. Tengo una nueva y es buena para vos.
Droock agitó la cola como un cachorro al oír aquella buena noticia. Esta vez sonrió sin enseñar los colmillos.
– Contadme por favor, no me tengáis en ascuas…
– Resulta que hay un anciano chamán que ofrece servicios de idioma gratuitamente en la sede de los eruditos.
– ¿Puede ser él?
El general suspiró…
– No puedo asegurarlo, pero es posible. He preguntado entre mis filas y ciertos jóvenes han acudido a él en busca de aprendizaje con algunos idiomas. Ya sabéis que Anduar es neutral y tenemos mucha influencia de muchas partes de Eirea, por eso es bueno que los guardias nivrims aprendan diferentes idiomas y culturas.
Droock no sabía lo que sentía en aquel instante. Una mezcla de sentimientos… alegría, esperanza, ilusión…
– Muchas gracias por vuestro servicio, gran general. Jamás os podré devolver el favor.
– No os preocupéis. Es parte de mi trabajo saber todo lo que se mueve en Anduar y me aseguraré que otra cosa así no me pase más. No sé como se me ha podido pasar durante tanto tiempo este anciano chamán…
– Os comprendo, sin duda. Entonces, con vuestro permiso, me dirijo hacia allí.
El general asintió con una amplia sonrisa y Droock salió a toda prisa sin esta vez cerrar la puerta tras de sí.En la sede de oficios, Droock no se detuvo a contemplar nada. Directamente fue a la sede de los eruditos con gran esperanza en su corazón de lagarto.
Sede de los eruditos de Anduar Te encuentras en una sala rectangular llena de escritorios y librerías con cientos de libros y manuscritos. En la sala destacan una gran pizarra con una serie de números y runas escritas con tiza sobre ella y unos grandes ventanales que dan a las calles del barrio gremial de Anduar. En el centro hay cuatro escritorios en línea con varios tratados de idiomas, que es lo que principalmente estudian los eruditos de Anduar y lo que se preparan para enseñar a sus alumnos.
La puerta se encontraba entornada. Droock solo tuvo que empujar un poco para observar la sede y los individuos que la habitaban.
Algunos ojos nerviosos se posaron sobre Droock, pues su aspecto no era precisamente de un erudito. Droock entró más adentro y, una vez en el centro, contemplaba todo con sus enormes ojos rojos bien abiertos.
En uno de las librerías se hallaba un anciano hombre-lagarto de espaldas a Droock que parecía buscar un libro o colocar uno en su sitio. Droock se acercó al anciano intentando no llamar la atención de nadie. A unos pasos de él, Droock se detuvo mirándolo fijamente.
– Disculpad, anciano lagarto…
El anciano se giró lentamente con un libro en la mano…
Al contemplar a Droock en su esplendor, el anciano no dijo nada, solo le miraba con ojos muy abiertos.
– Vos… ¿Vos sois Droock? ¿Mi pequeño Droock?
Droock asintió enérgicamente con una gran sonrisa.
– Así es, soy Droock de Grimoszk. ¿Y vos sois el anciano chamán que me acogió al nacer?
El anciano salió de su aturdimiento meneando ligeramente la cabeza.
– Sí,, sí… Vos sois mi pequeño lagarto dorado. Recuerdo vuestro nacimiento como si fuese ayer…
Ambos se acercaron y se fundieron en un fuerte abrazo.
Se sentaron en uno de los escritorios del centro en el que no había nadie. Droock se quitó la mochila y la dejó entre sus piernas tras sacar el mapa.
Droock extendió el mapa bocabajo en el escritorio, dejando el dibujo de Sthlytlah al descubierto. El anciano chamán se remangó el antebrazo derecho y lo dejó caer al lado del dibujo. Podía verse claramente el parecido entre ambos.
Estuvieron conversando largo tiempo de la vida de cada uno. Ambos se contaron las aventuras vividas hasta aquel encuentro.
El anciano chamán le contó que tras aquel incidente con el general de Grimoszk fue castigado y le dieron a elegir si trabajar en los cultivos de Grimoszk o el exilio. Tomó la decisión de ser erudito para terminar sus últimos días en paz, buscando mayor sabiduría y ofreciendo sus conocimientos de forma altruista al que los necesitara. Desde entonces ha pasado sus días en Anduar, ayudando incluso con las heridas de los nivrims.
Droock le contó muchas aventuras. Cómo conoció a Maltos, cómo tomó la decisión de encontrarle, cómo llegó hasta Anduar…hasta la aventura con el kraken de Alandaen…
Y hablando de Alandaen, Droock le transmitió su entusiasmo por el océano y sus rincones inexplorados. También de cómo pescaba con el hocico, de las aventuras que le gustaría vivir bajo agua, de las maravillas que le gustaría encontrar… y de cómo podría sacar el mayor provecho de tan fascinante mundo.
– Querido Droock. Yo antes era jornalero en Grimoszk. Entre otras cosas aportaba carne a los almacenes de la ciudad. Aprendí a sacar todo tipo de despojos de cualquier cosa.
Droock quedó pensativo unos instantes tras el cambio repentino de la conversación.
– ¿Qué queréis decirme exactamente maestro?
– Que os puedo enseñar cómo desollar todo tipo de criaturas marinas y terrestres. Seguro que os ayudará en vuestras próximas aventuras. De algunas criaturas se obtienen maravillosos despojos. Como la grasa de ballena, muy útil como combustible…
– No se diga más. Si vos creéis que me ayudará ¡Así sea!La noche ya comenzaba a notarse. Las antorchas de toda la sede fueron encendidas y las ventanas cerradas para evitar el frío.
Ambos se dirigieron a la sede de jornaleros sin dejar de hablar del pasado, presente y futuro.Sede de los jornaleros Una humilde sala con unas sillas de madera, un cartel y un montón de papeles utilizada por los jornaleros como sede. No parece que haya nada más de importancia aquí.
La estancia era bastante simple. Unas sillas y muchos papeles por todas partes. Droock se fijó en el cartel situado en una de las paredes.
El anciano chamán se puso a su lado, y con una mano apoyada en su hombro, dijo:
– ¿Estás seguro de que quieres aprender el oficio jornalero?
– Sí, maestro. Por favor…
El anciano chamán sacó un cuchillo afilado y comenzó el aprendizaje de Droock en este arte…Aquí termina esta aventura de Droock y comienza su aprendizaje de jornalero. Droock ha podido cumplir uno de sus objetivos, pero sus aventuras no han hecho nada más que empezar.
Y, por supuesto, visitará con frecuencia al anciano chamán, Stkaz.Que no te engañen las letras.en respuesta a: Méritos y Desventajas #334277Vale, vale, gracias @Satyr por la respuesta. Podría quedar bien.
Que no te engañen las letras.Capítulo 9 – De Nivrims
Al día siguiente, Droock se despertó en su habitación noble de la taberna del Dragón Verde. En la chimenea solo quedaban unas ascuas casi extintas. El sol entraba por la ventana haciendo brillar las escamas doradas del cuerpo allí tumbado a todo lo largo.
Un bostezo sonó por toda la habitación, aunque a otros oídos diferentes del dueño podía sonar a un rugido flojo. Droock se estiró como cual lagarto recién despierto. Las garras rascaron la pared más cercana y la cola golpeteó con la mesita de la habitación.
Droock se levantó de un salto, recogió sus pertenencias, se aseguró del mapa, se recolocó su anilla de hueso y salió a trompicones por la puerta.
Abajo, en la taberna, Droock como siempre fue de pocas palabras. El tabernero le sirvió una carne sabrosa y una bebida algo extraña pero de buen sabor. A pesar del nerviosismo de Droock y la relativa prisa por comenzar su exploración, tardó un poco en terminar la carne sabrosa.Cuando por fin salió al mercado, todavía estaba amaneciendo. Los mercaderes comenzaban a sacar sus exposiciones a la calle, el olor a café impregnaba el aire y los guardias de la noche eran sustituidos por los de día en un maravilloso desfile militar.
Allí se dirigió Droock, terminando de quitarse las últimas telarañas del sueño, hacia el desfile militar. En concreto fue buscando al general de la guardia nivrim que era fácilmente reconocible por su atuendo. Sin embargo, no le fue tan sencillo como pensó en primer momento.
Se acercó a un guardia que se acercaba a su posición para intentar obtener información. El guardia aparentemente era uno más entre muchos, sus armaduras no tenían nada distinto, de mediana edad. Parecía un poco cansado, pero Droock no pudo distinguirlo bien con el casco que poco dejaba ver.Droock le saludó con una inclinación de cabeza y este le correspondió de la misma forma, deteniendo también su avance.
– Saludos guardia de la grandiosa Anduar. Soy Droock de Grimoszk.
– Saludos, buen hombre-lagarto. Bringo a su servicio. ¿En qué puedo ayudaros?
Droock hizo unos ademanes imprecisos algo nervioso.
– Me encantaría tener una audiencia con el general de la guardia nivrim. Estoy buscando a un compatriota anciano y quién mejor que el general que conoce todos los movimientos de la ciudad. Pero no sé como puedo solicitar dicha audiencia, ni siquiera si hay esperanzas de tal fin.
El guardia asintió ligeramente y cambió el peso de pierna.
– Solo soy un simple guardia pero acompañadme hasta el cuartel y veamos qué se puede hacer.
Dicho lo cual, el guardia hechó a andar pasando por delante de Droock y este le siguió tras él, rumbo al cuartel de la guardia nivrim.
Durante el camino, Droock no dejó en ningún momento de observar a todas las personas a su vista. No vio a ningún hombre-lagarto anciano ni al general de la guardia. La desazón se adueñó un poco de Droock en esos instantes, pero se le pasaron al llegar al cuartel.
Bringo entró y Droock tuvo que esperar fuera. Fueron unos instantes que parecieron eternos… pero mereció la pena. Bringo, el guardia nivrim que le había acompañado hasta el cuartel, salió y le hizo un gesto de asentimiento con la cabeza con una ancha sonrisa en el rostro.Guardia de Anduar: Entrada de la Guardia Te encuentras en una sala rectangular muy luminosa, las paredes están totalmente tapizadas con arte antiguo rescatado de las cenizas de la ciudad en los días oscuros del Cataclismo. También hay numerosos tapices y cuadros que rinden homenaje a los fundadores de la Orden. Una serie de mesas son la única decoración del lugar. Hay unas escaleras que conducen hacia estancias superiores. Oficial Nivrim y dos Guardias Nivrim están aquí.
Droock también sonrió mientras pasaba adentro del cuartel, al lado de Bringo. El oficial que había allí rodeado de montañas de papeles le indicó una puerta mientras asentía con su canosa cabeza.
Antes de ver qué le señalaba el oficial, Droock le observó atentamente. Se trataba de un humano maduro con el pelo largo y canoso, bien cuidado y decorado con finas trenzas. La barba era grisácea, de pocos días y bien perfilada. A pesar de su aspecto maduro los brazos parecían fuertes. Claro que para Droock el hombre-lagarto más débil era infinitamente más fuerte que el hombre más fuerte de toda Eirea.
Droock parpadeó un par de veces y enfocó lo que indicaba el brazo del oficial. Instantáneamente comprendió. Se acercó y tocó en la puerta, tras la cual se escuchó una voz grave diciendo «pase». Bringo le sonrió una vez más y se colocó al lado de la puerta con un gesto de adelante.La estancia era simple de muebles pero bien decorada. Allí se encontraba el general de la guardia nivrim envuelto en su armadura distintiva. La luz, sin ser excesiva, era suficiente.
El general le hizo un gesto a Droock de que pasara y cerrase la puerta tras de sí, a lo que Droock se apresuró a hacer con un gesto de asentimiento.
-Bien hallado seas, Droock de Grimoszk. Mi oficial me ha dicho que solicitáis audiencia conmigo y os la he concedido… pero mi tiempo no está para perderlo, aprovéchalo correctamente.
Droock no se andó por las ramas y fue directo al grano mientras se descolocaba la mochila de la espalda y rebuscaba el mapa.
– Gracias por concederme esta audiencia. Mi misión es buscar a un anciano chamán que es posible que esté aquí en vuestra ciudad, o tal vez ya no. En cualquier caso, ha estado aquí. Dejadme que os muestre…
Droock sacó el mapa y dejó la mochila apoyada en un lateral de la puerta. Extendió el mapa dejando el dibujo de Sthlytlah visible al general.
– El chamán anciano situado en las ruinas al sur de aquí me dijo que en una de sus visitas a Anduar a por provisiones le encontró y tenía esta cicatriz en el antebrazo derecho. Es la única pista que poseo…
Un silencio se hizo en la habitación. El general contemplaba el dibujo con ojos entrecerrados. Los ruidos del exterior se hicieron más fuertes. Podían oírse los mercaderes ofreciendo sus mercancías, la guardia dando órdenes, los obreros trabajar…
Y suspiró…
– Lamento deciros. Entre mis filas no se encuentra aquel a quien buscas… pero creo que puedo conseguiros algo de información… permitidme por favor…
El general extendió el brazo y Droock le ofreció el mapa para que pudiera observarlo más de cerca.
– Necesitaría una copia de este dibujo por si acaso. Dile a mi oficial que haga una copia en un pergamino limpio. ¿Descansáis en la taberna del Dragón Verde?
Droock asintió con algo de esperanza.
– De acuerdo. Os haré llamar en un tiempo… pero no garantizo tener alguna información que ofreceros o que dicha sea buena…
– Tenéis toda mi gratitud. Esperaré ansioso a que me llegue vuestra llamada. No me iré de la ciudad hasta entoncesss…Finalmente, Droock salió de la habitación. Le transmitió la orden al oficial de copiar el dibujo y, cuando acabó, Droock comenzó a pasear por Anduar con algo más de esperanza en su corazón…
¿Podrá Droock por fin cumplir uno de sus objetivos? ¿Será buena o mala la nueva del general?Que no te engañen las letras.en respuesta a: Méritos y Desventajas #334265¿Quién gastaría puntos por desventajas?
Yo pondría que un mérito tuviera asociado una desventaja, o tener méritos por nivel, a mayor nivel más puntos.Que no te engañen las letras.Capítulo 8 – La llegada
Hacía más de un día que Droock abandonó Zumelzu para llegar hasta donde se encontraba ahora, en los campos de Anduar, situado al sur de la ciudad.
El viaje fue largo pero tranquilo, no tuvo ningún tropiezo excesivamente peligroso, tan solo unos cuantos animales que Droock pudo quitar de su camino con un rápido zarpazo. Además, este camino si lo conocía bien, pues había ido muchas veces a la ciudad neutral desde Alandaen.
Droock estuvo todo el camino sorprendido de todas las veces que había estado en dicha ciudad sin saber que su objetivo también estaba allí, o al menos una pista que le llevase al siguiente sendero. Se preguntaba en balde cómo no se había dado cuenta de la propia existencia del anciano, o al menos el mínimo índice que le hiciera sospechar, pues conocía a muchos guardias nivrims. Este último pensamiento fue lo que le hizo abrir grande los ojos, ya que conocía a muchos, pero no a todos.
Droock arrugó el ceño y se dirigió a toda prisa a la puerta sur para llegar antes de que anocheciera aún más y poder descansar cómodamente en la taberna del Dragón Verde.Exterior de Anduar: Puerta Sur Cuatro eran las puertas de Anduar. Puertas que se encontraban siempre abiertas, pues, al igual que ahora, Anduar ha vivido de la economía, del comercio, aprovechando su estratégico enclave dentro de Dalaensar. Cruce de caminos de cualquier lugar, unión de destinos. Ahora las puertas no son mas que vastos recuerdos en la memoria de algunos elfos que sobrevivieron al cataclismo. No queda de ellas más que la simple abertura en la ruinosa muralla, cuya cima descansa penosamente sobre longevos puntales de madera clavados en el suelo. Aún así, en tan pésimo estado, siguen siendo un símbolo, eso sí, de una grandeza que ya no existe. Argan está en cuarto menguante. Velian está en cuarto menguante.
A unos pasos de la guardia que protegía la entrada sur, observó las lunas, ambas en cuarto menguante. A Droock quería recordarle algo aquello, un símbolo parecido a )) pero tuvo que dejar el pensamiento para más tarde, pues uno de los guardias le gritaba que se identificase y por el tono parecía que no era la primera vez que se lo ordenaba.
Bajó la mirada y contempló a los 3 guardias. Estaban cubiertos de armaduras de baja calidad en todas las partes de su cuerpo. Sin embargo, Droock sabía que esos guardias podían ser un rival duro de roer incluso para él.
Tras unos segundos, el guardia volvió a abrir la boca para replicar otra vez pero Droock rápidamente hizo lo que le pedían, se identificó y demostró que sus intenciones en la ciudad no eran de mala intención. Es conocido por todos los habitantes de Eirea que Anduar es una ciudad neutral y los guardias son muy estrictos manteniendo el orden. Droock en absoluto quería enemistarse con ellos aunque reconoció para sus adentros que algunos hermanos lagartos si lo eran, cosa que tampoco era su problema.La ciudad estaba en calma. Los mercaderes terminaban de recoger sus mercancías, los habitantes cerraban las ventanas y en la taberna comenzaba a correr ríos de cerveza junto a un aumento de gritos, lo que significaba que pronto pasarían a las manos.
Allí se dirigió Droock en busca de cobijo para la noche. Se estuvo fijando en todos los nivrims que vio a su paso, en especial en sus antebrazos derechos… sin ver nada diferente a cualquier otro día.
Antes de entrar, Droock ojeó un poco el ambiente de la taberna, y no lo encontró muy diferente a cualquier otro día. Se sentía frustrado. Todo era igual que cualquier otro día.Taberna del Dragón Verde El Dragón Verde es un amplio y acogedor lugar donde tomar un trago. Se encuentra repleto de fuegos en chimeneas como casi única luz, formando una tenue visión junto con el humo de hierba en pipa que se suele fumar aquí. Todo el mobiliario es de madera, y las mesas están dispuestas a modo de reservado. En el centro hay una tarima de madera para que los bardos y trovadores hagan su actuación, y enfrente de la puerta hay una enorme barra repleta de jarras y botellas de algún tipo de licor. Horacio, Dalvin, el trovador, Daesun Major y Bastian están aquí.
Con paso decidido entró en la taberna haciendo ruido al abrir la puerta con su enorme cuerpo y esta cerrarse de un portazo.
El ambiente era igual, todo era igual que otro día, todo, todo.
Droock se acercó al tabernero y se intentó relajar aspirando profundamente el humo a hierbas que flotaba en el ambiente. El tabernero nada más verle por la puerta le sonrió y ya sabía lo que buscaba su nuevo intruso, o mejor dicho, inquilino, que eso es lo que siempre quería Droock. Una habitación con chimenea para la noche, debido a que los hombres-lagartos son criaturas de sangre fría y necesitan temperatura externa para mantener su metabolismo activo.
Esta vez fue un poco diferente para ambos…Droock se acomodó frente al tabernero y comenzó a rebuscar en su mochila.
– Tabernero, sírvame lo de siempre con ración extra y luego quédase conmigo, que preciso de ayuda.
El tabernero dejó de sonreír y asintiendo con la cabeza fue hasta la cocina, donde se demoró un poco. Por otra parte, Droock observó a su alrededor antes de sacar lo que rebuscaba en su mochila.
Los presentes eran los de siempre, excepto algunos que parecían mercaderes. Dalvin, el trovador, no dejaba de quejarse de su arpa perdida mientras que Horacio, Daesun Major y Bastian le aguantaban como podían.
Droock sacó el mapa enrollado justo cuando el tabernero le ponía plato y jarra por delante. Apartó ambos a un lado, y extendió el mapa bocabajo en la barra de madera, quedando visible el dibujo que hizo Sthlytlah.
– ¿Os suena esto? Es una cicatriz en el antebrazo derecho de un anciano chamán de Grimoszk.
El tabernero observó el dibujo durante largos segundos… para finalmente, negar lentamente con la cabeza.
– Lo siento, no he visto esto nunca. Aunque veo a muchas personas cada día y mi memoria no es la que era de joven.
Droock, decepcionado, enrolló el mapa, lo volvió a guardar en su mochila y se dispuso a comer lo ofrecido por el tabernero.
– Por cierto, ya sabéis que quiero una habitación para esta noche, la de siempre me gusta.
– No os preocupéis, lo sabía nada más veros en la puerta. Vos sois muy metódico.
Droock gruñó y le enseñó un poco los colmillos haciendo que el tabernero diera un salto en el sitio y pusiera cara de terror.
– Tranquilo, tranquilo. No lo decía con malas intenciones. Me voy a atender a otros clientes. Ya me pagáis todo esto antes de iros de la ciudad.
El tabernero se alejó a pasos ligeros aún algo asustado. Droock sonreía interiormente, le encantaba esa sensación de respeto que le procesaban. Si alguno no se lo procesaba, no vivía para contarlo.
Droock, decaído por dentro, terminó rápido la cena y se dirigió a su habitación con la llave que había entre la jarra y el plato.
Finalmente se durmió pensando que haría al día siguiente. ¿Hablar con el general de la guardia nivrim? Tal vez… tal vez…zzzzzzzQue no te engañen las letras.Capítulo 7 – La pista
Caminando a paso ligero, Droock recorrió el muelle. En el pueblo, Droock se pasó a saludar al tabernero y otros conocidos.
La estancia en la taberna transcurrió como de costumbre, sin problemas pero con muchas miradas atentas intentando disimular su presencia en vano. Droock le comentó al tabernero, sin dar muchos detalles, el motivo de su visita. En búsqueda de dos ancianos chamanes, el primero le ayudará a encontrar al otro, o tal vez a poner fin a su búsqueda si este último ya no existía.
Pagó con un buen puñado de maíz y se alejó a toda prisa. Al girarse hacia la puerta, sin querer estampó con la cola un taburete contra la pared. Por supuesto, Droock le dejó propina para cubrir ese y cien taburetes más, no era la primera vez que le sucede. El tabernero simplemente le despidió con una media sonrisa mientras sopesaba la bolsa llena de maíz.
El camino hacia la garita de entrada no fueron muchos pasos, pues Alandaen es un pueblo pequeño, y con las zancadas de Droock parece aún más pequeño. Una vez allí, ya fuera del pueblo, Droock se detuvo un momento.Garita de Entrada a Alandaen Según avanzas por el camino se va acercando un pequeño pueblo. Contrasta que en medio de esta desolación se pueda alzar cualquier asentamiento de vida. Vislumbras un murete que rodea la aldea. No pretende servir para defenderse de ataques externos, sino más bien para alejar a lobos y otros animales peligrosos de la zona. Un intenso olor a sal impregna tu olfato indicándote que estás tremendamente cerca del mar. El viento que asolaba el camino ha dejado paso a una ligera brisa que te levanta el ánimo. Las ganas por llegar a un núcleo de población te hacen incrementar el ritmo para llegar cuanto antes. Te encuentras ya a las puertas de la entrada del pueblo. Ves una puerta de madera y una garita en uno de los lados. Dos enormes redes de pesca están enganchadas en las puertas lo que te lleva a pensar que tal vez ése sea el símbolo del pueblo.
Droock sacó de su mochila el mapa del Gran Chamán Kravockh y lo observó atentamente. Parecía que el objetivo marcado en el mapa no estaba relativamente lejos de la garita. El camino indicaba que atravesaría una ciénaga pantanosa hasta unas ruinas al sur. Con determinación, enrolló el mapa, lo guardó en la mochila y se puso en marcha.
La ciénaga no fue ningún problema en absoluto. Para Droock solo había bichos molestos llamados moradores y algunos insectos aquí y allá. Tampoco fue un problema encontrar la entrada de las ruinas marcadas en el mapa. Dicen que antiguamente era una pequeña ciudad costera que fue arrasada por un tsunami en la Segunda Era. Según Droock podía percibir creía que dicha leyenda era cierta y que pudo ser incluso bonita.
Todo a su alrededor era ruinas. Piedra sobre piedra, algunos mariscos y algas dispersos entre las rocas y otras indicaciones de que por la noche la marea inunda dichas ruinas. Siguiendo las señales del mapa, no tardó mucho en ver a lo lejos un anciano lagarto en lo que parece una entrada a una antecámara.Entrada a la antecámara La entrada a la cámara funeraria es un enorme bloque de basalto sobre el cual hay tallados varios relieves. A cada lado de la entrada hay una gran estatua, en representación de un hombre-lagarto. La primera lo muestra como un poderoso chamán, mientras que la segunda lo caracteriza durante una lucha, atravesando con un afilado bastón a una gigantesca criatura de llamas. El suelo de la entrada, ahora abierta, está cubierto de manchas oscuras. Sobre el dintel de la entrada ahora semi oculto por plantas trepadoras hay una inscripción.
Droock se acercó sin prisa pero sin pausa. Observando cada vez mejor a su objetivo. Se trataba de un decrépito y anciano hombre-lagarto que se sostenía sobre un bastón de madera con ambas manos. Su vestimenta solo consistía en un desgastado manto de color azul oscuro que se recogía en un hombro con una horquilla dorada con el símbolo de Ozomatli y un cinturón del mismo color dorado.
Nada más llegar, el anciano lagarto se giró hacia Droock y este le hizo una reverencia con la cabeza en señal de respeto. Tras un intercambio de presentaciones, el anciano dijo que se llama Sthlytlah y le contó a Droock un poco de la historia del lugar.
Después de los incidentes de la Segunda Era algunos hombres-lagartos abandonaron Zulk y decidieron establecer un hogar sin jefes tribales. Llegaron hasta Zumelzu, el lugar donde se encontraba Droock ahora mismo junto al anciano, y fundaron un gran poblado y un templo en honor a Ozomatli.
Sthlytlah quería que Droock le hiciera un favor dentro del templo pero Droock no tenía intención en esos momentos de desviarse de su objetivo principal, luego habría tiempo de devolver el favor al anciano.
Droock rebuscó en su mochila y sacó el mapa que le condujo hasta él. Lo extendió entre ambos y le explicó el motivo de su visita así como quien le dio dicho mapa.Transcurrieron unos segundos interminables para Droock mientras Sthlytlah hacía memoria.
-Sthlytlah asiente pensativo.
– Si, recuerdo aquel hombre-lagarto. Era un chamán anciano, aunque no tan anciano como yo.
Droock se impacienta y le hace un gesto para que continúe.
– Coincidimos una vez en Anduar, en una de mis visitas a por provisiones. Me contó lo que deduzco fue vuestro nacimiento
Sthlytlah hace una pausa y toma aire.
– Contaba lo impresionado que venía de aquel lagarto con escamas doradas. No tenía ninguna duda que sería un gran incursor del pantano.
– ¿Y os dijo por qué estaba en Anduar y que hacía?
– Si… Él entró atropelladamente en la estancia del general contigo en brazos… y a pesar de que el general también estaba impresionado por la nueva adquisición, le impuso un castigo por la intromisión sin permiso.
Droock asiente comprensivamente.
– No me contó los por menores del castigo, pero al final tuvo que decidir si trabajar en los cultivos o irse de Zulk. Como te imaginarás, si lo vi en Anduar es porque escogió la segunda opción.
– ¿Y podríais darme una pista? ¿Sigue en Anduar? ¿O su nombre? ¿Algo?
Sthlytlah sonríe ligeramente.
– Paciencia, joven Droock..solo sé que tiene una cicatriz característica en el antebrazo derecho. Como un conjunto de estrellas. No te preocupes, dale la vuelta al pergamino e intento dibujarlo.Al cabo de un par de horas de la entrada de Droock en Zumelzu, otra vez se encontraba allí, esta vez en ddirección contraria, con vistas a Anduar.
Droock enrolló el mapa con delicadeza, lo guardó en su mochila y se dispuso nuevamente a atravesar la ciénaga pantanosa en pos de su objetivo…Que no te engañen las letras.en respuesta a: Curaciones #333698Si damos por hecho que uno lleva todo eso encima y sabe usarlo. Algunos como yo somos de puño cerrado y no gasto platinillos en potis jajaja
Sinceramente y sin pensarlo mucho creo que está bien tal cual. Si llevas lágrima sacrificas otro collar, lo mismo para el brazalete sin contar la dificultad de conseguirlo, las semillas no siempre hay druida para conseguir, las plantas si abusas valen 0, etc.
Ahora veo variedad para que cada uno use lo que quiera.Por otra parte casi todo tiene un tiempo para hacer efecto y creo que se tiene que tener en cuenta para el debate.
Que no te engañen las letras. -
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