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llegada la noche, Leiriel se esfuerza en no quedar dormida y se mueve con sigilo por el Bosque Baldío hasta detenerse ante un inesperado y hermoso lago
Leiriel deja sus cosas junto a unas rocas y se desnuda para meterse en el agua
Leiriel nada, confiada, iluminada solo por la luz de las lunas
Extenuado y mal herido por la heroica batalla librada contra el troll que habitaba bajo el puente del río Derebar, Thysseth cruzado nivrim de Anduar, cae
desfallecido junto a la orilla del lago de cristal.Thysseth deposita sus pesadas armaduras junto a una roca al pie del lago.
Thysseth mira sorprendido como brota sangre de su pierna al quitarse las calzas de mithril.
Leiriel sale desnuda del agua y mira hacia el horizonte
Leiriel intuye que no falta mucho para el amanecer
Leiriel se escurre el cabello retorciéndolo con ambas manos y se estremece de frío
Thysseth forma un cuenco uniendo sus zarpas y las aproxima al agua.
Leiriel escucha algo a poca distancia y salta sin hacer ruido hacia unas rocas
Leiriel recoge su ropa y se viste a toda prisa, aún mojada
Thysseth rocía agua en su sangrante herida retorciéndose de dolor.
Leiriel se asoma entre las rocas al oír una especie de gruñido o gemido extraño
Thysseth maldice al troll, a la par que levanta su cabeza a modo de trofeo.
Leiriel se tumba boca abajo y se arrastra, sigilosa, hacia el bulto enorme que se ve en la orilla a la luz de las lunas
Thysseth murmura: Espero que al menos la recompensa valga la pena, mientras saca de su petate la nota que recogió de la taberna.
Leiriel parpadea sin distinguir del todo qué es lo que tiene delante
Leiriel sigue acercándose
Leiriel ha escuchado una voz y su curiosidad la vence
Leiriel saca el cuchillo de curtir que es la única arma corta y ligera que posee
Thysseth se dispone a vendarse la herida de su pierna izquierda cuando parece haber escuchado algo tras de él.
Leiriel mira su insignificante cuchillo y mira al ser que tiene a pocos pasos
Thysseth disimulando, prosigue con su vendaje como si no sucediera nada…
Leiriel consigue ver lo que lo que quiera que sea hace: vendarse una herida
Thysseth utiliza su desarrollado olfato, y consigue distinguir un olor poco característico de la zona.
Leiriel se acuclilla aún parapetada en unos arbustos negros
Ves a Thysseth el varón Hombre-lagarto.
Un Hombre-Lagarto varon de aspecto corpulento.
Ves a un hombre-lagarto de gran envergadura. Sobre pasa los dos metros de altura, y los cien kilogramos de peso. Sus grandes y brillantes ojos verdes son inexpresivos. Todo su
cuerpo está recubierto por grandes escamas de color verde claro, excepto su cola, que va cambiando a tonalidades más oscuras según finaliza esta. Sus brazos, fornidos y musculoso,
al igual que su torso, están marcados por grandes y profundas cicatrices.Thysseth piensa en quien o que le acecha, alarga su zarpa a la empuñadura de su arma más cercana.
El Sol sale por el horizonte indicándote el comienzo de un nuevo día.
Leiriel se mueve rápidamente comprendiendo el gesto amenazador
Thysseth decidido empuña su arma a la vez que gira sobre si enarbolando su Ira Sangrienta sobre su cabeza, para abalanzarse sobre una figura humanoide que le acechaba a
varios metros.Leiriel chilla al ver a la enorme criatura y blande su irrisorio cuchillo
Leiriel retrocede pero tropieza con los arbustos
Thysseth se levanta sobre sus cuartos traseros, sonríe demoniacamente, y barre con su cola a la que parece ser un drow.
Leiriel se ve arrastrada por el suelo y no es capaz de apartarse
Thysseth con un ágil movimiento, inmoviliza con su cola a la drow con gran maestría.
Leiriel pugna por desprenderse de lo que parece una cola escamosa de reptil que la inmoviliza
Leiriel jadea
Thysseth apoya el filo de su espada entre el pecho y la garganta de la mujer.
Leiriel se queda muy quieta, respirando aceleradamente
Thysseth dice: Que intenciones tenías, mujer?
De pronto, a la luz del sol naciente, Leiriel ve un par de ojos verdes muy humanos, aunque inexpresivos
Leiriel se queda mirando esos ojos que se ven tan fuera de lugar en ese cuerpo
Thysseth pregunta: Me ves herido y me acechas tras de un arbusto bajo el manto oscuro de las estrellas?
Leiriel traga saliva mirando la espada
Thysseth pregunta: Y aun así que intentabas, matarme con ese ridículo cuchillo, que no vale ni para desollar un conejo?
Leiriel murmura: no… no pretendía tal cosa…
Thysseth grita: Habla muchacha o mi filo será lo último que veas!
Leiriel dice: perdona… yo…
Leiriel dice: puedes apartar esa espada?
Leiriel dice: no quiero hacerte ningún daño… no… tampoco podría, no?
Thysseth desconfiado separa poco a poco la espada de los pronunciados pechos de la chica.
Leiriel mira la pierna sangrante del ser que la mantiene inmovilizada
Leiriel suspira sin ruido mirando de soslayo la poderosa cola
Leiriel dice: puedes… apartar eso de mí? pesa… mucho
Thysseth dice: no intentes ninguna artimaña o el lago se teñirá del color de tu sangre.
Leiriel niega despacio
Thysseth retira su pesada cola del cuerpo del drow, golpeando el suelo con un gran estruendo a escasos centímetros de su cabeza.
Leiriel da un ligero respingo y se aparta sin brusquedad
Leiriel se sienta, aturdida y mira al ser que tiene delante, alzando la mirada
Leiriel retrocede un poco, aún sentada
Thysseth pregunta: Que haces aquí? quien te manda? No pienso compartir la recompensa contigo
Leiriel dice: qué recompensa? no sé nada de eso y no me manda nadie
Leiriel dice: simplemente me bañaba en el lago…
Thysseth extiende el papel que sacó de su petate y se lo entrega a la drow.
Leiriel lo coge sin atreverse a rechazarlo
Leiriel lo lee por encima
Thysseth titubea: ba…bañ…bañarte??
Leiriel le tiende el pliego de papel y se fija en la zarpa del ser
Leiriel dice: bañarme… sí, nadar, es un sitio hermoso ante tanta oscuridad y fealdad
Thysseth recoge el papel y aprovecha para olfatear más de cerca con unos disimulados movimientos de sus orificios nasales.
Leiriel sigue muy quieta, intimidada
Thysseth piensa: si… este olor me es familiar… en Anduar hay muchos de su raza.
Leiriel dice: no voy a hacerte daño, por qué no te sientas… esa pierna… o pata…
Leiriel se muerde los labios sin saber cómo definir las extremidades del ser
Leiriel dice: qué eres
Leiriel parece arrepentirse de haber preguntado
Thysseth se sienta sobre una roca y apoya su espada bajo su brazo.
Thysseth pregunta extrañado: que que soy?
Leiriel dice: tienes ojos de hombre, de humano
Leiriel dice: pero…
Thysseth gritando al cielo: Que que soy dice!
Leiriel no se atreve a abordar el temaThysseth se gira hacia la drow, y le pregunta: Nunca habías visto a nadie de mi raza?
Leiriel niega
Leiriel dice: nunca
Leiriel dice: cuál es tu raza?
Thysseth mira hacia la nada, fija su mirada en un punto y se queda inmóvil
Leiriel aguarda, igualmente inmóvil
Thysseth se gira de nuevo hacia la chica y con la voz más calmada le dice: Soy un hombre-lagarto.
Leiriel murmura: un hombre lagarto…
Leiriel dice: por qué nunca he oído hablar de algo así?
Thysseth dice: y no, no provengo de los pantanos de zulk, ni de los fosos de crianza de grimoszk… o bueno… realmente no lo se
Leiriel dice: pero cómo puedes ser hombre y lagarto? quiero decir…
Leiriel carraspea ruborizándose
Thysseth dice recriminándole: y tú como puedes ser elfo y tener la piel tan tostada?
Leiriel murmura: no soy elfo, soy hija de humana y…
Thysseth pregunta: solo sabes darte baños en este frio lago?
Leiriel mira el lago
Leiriel dice: por qué empleas ese tono despreciativo?
Leiriel dice: qué tiene de malo bañarse en el lago?
Thysseth aún no había observado tal belleza… paso por aquí en la oscura noche y la luna no iluminaba tan bonito lugar.
Leiriel dice: es un sitio lleno de paz
Leiriel dice: algo que parece imposible en este paraje
Thysseth dice en un tono mucho más calmado: no me gusta que me pregunte que soy…
Leiriel murmura: lo siento
Leiriel murmura: soy demasiado curiosa y nunca había visto a alguien como tú
Thysseth dice: soy objetivo de muchas miradas, y hasta en este remoto lugar, me van a preguntar lo mismo?
Leiriel sacude la cabeza
Leiriel murmura: no tenía mala intención solo es deseo de saber y conocer
Thysseth sonríe, mira a la chica y le dice: ni yo a una figura como la tuya entre las de tu raza
Leiriel murmura: a mí tampoco me gusta que me pregunten, de hecho nunca me preguntan, me rechazan simplemente
Leiriel se levanta muy poco a poco, sin movimientos bruscos
Leiriel sacude la ceniza que se ha pegado a la ropa húmeda
Leiriel dice: si quieres… tengo algunas hierbas, puedo ver esa herida
Thysseth se levanta renqueante de su pierna izquierda, se dirige a la chica, me presento, soy Thysseth cruzado nivrim de Anduar.
Leiriel lo mira alzando la vista
Leiriel dice: yo… yo no tengo lugar, soy de todas partes y de ninguna
Leiriel dice: me permites que vea esa herida?
Thysseth dice: me adiestré en el manejo de las armas, y convivo y sirvo en anduar, ciudad de todos
Leiriel dice: cruzado? eres algo así como un soldado?
Thysseth mira a la chica, mira su pierna, vuelve a mirar a la chica
Leiriel señala su bolsita de hierbas que yace junto a la roca
Thysseth dice: la pierna? la pierna esto no es nada!
Leiriel dice: pero se puede infectar
Leiriel señala la cabeza del troll
Leiriel dice: esa cosa no puede ser muy saludable
Thysseth mira a la chica desconfiado
Leiriel lee la expresión en sus ojos
Thysseth dice: saludable? los has probado?
Leiriel dice: entiendo, no confías en…
Leiriel no puede evitar reír
Su risa suena cristalina
Leiriel dice: oh, perdona, me ha resultado gracioso
Thysseth enojado pregunta: qué te hace tanta gracia?
Leiriel se pone seria de golpe
Leiriel dice: solo que… bueno…
Leiriel señala la cabeza
Leiriel dice: no me imagino comiendo eso
Thysseth sonríe a la chica
Leiriel dice: solo quería decir que quizás sus garras o zarpas o sus armas estén infectadas…
Thysseth dice: peores cosas he tenido que comer yo a lo largo de mi vida… y aquí estoy…
Leiriel murmura: prefiero bayas o cualquier cosa antes que eso
Thysseth agarra la empuñadura de su florete
Thysseth dice: te dejo que me mires la herida… cuidado con lo que haces
Leiriel lo mira sin atreverse a manifestar temor dando un paso atrás
Leiriel asiente
Thysseth mientras menea su florete de un lado hacia otro en el suelo
Leiriel dice: siéntate en la orilla
Thysseth asiente a la chica y hace lo que le dice.
Leiriel recoge su odre y su bolsa de hierbas y se acerca a la orilla
Leiriel se arrodilla y llena el odre
Thysseth no pierde un movimiento de los que hace la drow
Leiriel alarga una mano, indecisa
Leiriel murmura: voy a apartar esa venda sucia
Leiriel espera el consentimiento
Thysseth dice: y tu nombre? cómo te llamas
Thysseth mientras asiente con su cabeza para que pose sus manos sobre su pierna
Leiriel retira la venda con cuidado, evitando responder
Leiriel estudia la herida y niega
Leiriel saca una hoja que tiene un aspecto suave de la bolsa
Thysseth mira el largo pelo aun mojado de la chica
Leiriel vierte agua en la herida y la limpia con cuidado pero concienzudamente
Leiriel dice: cómo ha sido?
Leiriel tira la hoja al lago y saca unas hierbas de la bolsa
Thysseth esta tan atento a los detalles físicos de la chica, que oye su voz, pero no le escucha…
Leiriel carraspea levemente
Leiriel dice: cómo ha sido esta herida?
Thysseth dice: perdona? me decías algo?
Leiriel vuelve a repetir la pregunta
Thysseth dice: lo que me dijeron seria para mi una batalla fácil y sin peligro…
Leiriel desmenuza las hierbas en su palma con los dedos de la otra mano
Thysseth dice: se ha convertido en una larga trifulca
Leiriel sigue desmenuzando las hierbas para conseguir un polvillo
Leiriel mira a Thysseth durante un momento
Thysseth dice: Y cuando la batalla ya estaba decantada, tenía el troll a merced, su pierna derecha machacada, su brazo izquierdo amputado
Thysseth hace un gesto de tronco moviéndose de un lado hacia otro representando la batalla
Leiriel hace una mueca ante imagen tan repugnante
Thysseth dice: Empuñé mi florete para ensartarle el corazón, me confié, entonces de un alarde de voluntad el troll me zarandeó la pierna con una fuerza inusual
Leiriel dice: esto te va a escocer, a mí me escocería
Thysseth dice: y aun con la cabeza cortada, la sucia mano del troll seguía ahí, incrustada…
Leiriel asiente y murmura: y digo yo que no tendría las uñas muy cuidadas…
Leiriel dice: ya me parecía a mí que no era la herida de un arma
Thysseth dice: no tengas miedo, soporto bien el dolor…
Leiriel espolvorea las hierbas en la herida, asegurándose de que la cubren toda en su profundidad
Thysseth vuelve a perder su vista en un punto a lo lejos
Leiriel mira a Thysseth de reojo
Leiriel coge otra hoja limpia de la bolsa y la aplica sobre la herida
Leiriel dice: esto ayudará a cicatrizar
Leiriel dice: pero no tengo vendas
Thysseth sisea a la chica, para llamar la atención de esta
Leiriel lo mira
Leiriel murmura: sí?
Thysseth saca de su petate un par de vendas, y antes de dársela levanta su zarpa derecha
Leiriel mira la zarpa
Thysseth dice: mira esta cicatriz debajo de mi brazo la ves? esto si escoció…
Thysseth lanza las vendas a la chica
Leiriel se estremece y coge las vendas al vuelo
Leiriel elige la venda menos sucia con una mueca
Leiriel dice: pero cómo puedes llevar unas vendas tan sucias?
Thysseth dice: eres curandera?
Leiriel dice: no, pero conozco hierbas lo suficiente como para hacer algunas curas
Thysseth dice: sucias? no has visto las ciénagas de zumelzu en las que suelo estar…
Leiriel desenrolla una de las vendas
Leiriel dice: sí las he visto, pero eso no es motivo para llevar esto tan sucio
Leiriel se da cuenta de su tono reprobatorio y se muerde los labios
Thysseth dice: da gracias que aun distingues las vendas de un puñado de musgo renegrido
Leiriel sonríe muy levemente
Leiriel dice: voy a vendarte
Thysseth dice: adelante… no tengas miedo
Leiriel se emplea en vendar la herida
Thysseth dice: chica, aun no me dijiste tu nombre!
Leiriel sigue concentrada en lo que hace sin responder
Thysseth mira extrañado a la drow
Leiriel aprieta bien el vendaje para que presione bien la hoja que aplicó
Leiriel se acerca al lago, se arrodilla de nuevo y se enjuaga las manos
Thysseth se encoje de hombros esperando una respuesta.
Leiriel coge las otras dos vendas sucias y las lava
Leiriel se levanta con las vendas limpias y casi se da de bruces con el hombre lagarto
Thysseth comprueba que la herida no le duele, dando zarpazos con su pata izquierda sobre la roca en la que permanecía sentado.
Leiriel lo observa
Leiriel dice: qué haces?
Thysseth dice: comprobar que lo que has hecho esta bien…
Thysseth levanta rápidamente su zarpa derecha, se dirige hacia la chica
Leiriel da un paso atrás instintivamente
Leiriel está a punto de caer al lago
Thysseth acerca rápidamente la zarpa a la chica, y cuando está a punto de alcanzarla, la apoya con la suavidad que puede en su hombro izquierdo
Leiriel emite un leve jadeo de sorpresa
Thysseth dice: muchas gracias, el mejor vendaje de mis días.
Thysseth dice: disculpa si te sorprendí, no era mi intención
Leiriel asiente y le tiende las vendas
Leiriel dice: procura no enrollarlas hasta que se sequen
Thysseth rebusca algo en su petate
Leiriel se aparta un poco para poderlo ver en toda su altura
Thysseth saca una bolsa, que por el tintineo de sus monedas, parece estar a rebosar de ellas
Leiriel dice: vas a guardar las vendas ahí?
Thysseth se gira hacia la chica y le acerca la bolsa de monedas
Leiriel niega
Thysseth dice: me lo he pensado mejor, te mereces parte de la recompensa que cobraré por darle fin a esta calamidad.
Leiriel dice: no, no quiero monedas, no lo hice por eso
Leiriel dice: solo coge tus vendas
Thysseth mira a la chica y vuelve a mirar la bolsa de monedas
Thysseth sube el tono de su voz: coge las monedas chica
Thysseth dice: si no lo haces por el dinero? porque lo haces!
Leiriel lo mira a los ojos
Leiriel dice: me regañas porque rechazo tu dinero?
Leiriel dice: de verdad quieres oír por qué lo hago?
Thysseth dice: no lo entiendo
Leiriel también ha levantado un poco la voz sin querer
Thysseth pone cara de extrañado
Leiriel dice: tú necesitabas ayuda, yo podía ofrecértela, eso es todo
Thysseth dice: si en esta vida todo es dinero, todos queremos recompensas…
Leiriel dice: y además… y puede que esto no te guste
Leiriel le hace gesto de que guarde la bolsa
Thysseth mira a la chica confiado de que solo lo hace por ayudar
Thysseth sin dejar de mirarla, echa en su petate la bolsa de monedas y las vendas
Leiriel asiente y esboza una leve sonrisa
Leiriel dice: eres un ser peculiar
Thysseth dice: entonces, tengo una deuda contigo
Leiriel dice: tienes algo que no sé si te une a la naturaleza tal como yo la siento, pero es lo que me inspiras
Leiriel dice: y no te enojes porque no es un insulto
Leiriel dice: y no, tampoco, no tienes deuda conmigo
Thysseth vuelve a perder su mirada en la nada… recordando tiempos pasados de su vida…
Leiriel dice: no sé si volveremos a vernos
Thysseth dice: hace tiempo que no conocía a nadie que no quisiera nada a cambio de algo, que no quisiera monedas a cambio de ayuda…
Leiriel encoge un poco los hombros
Thysseth dice: mi espada estará a tu servicio, pese a lo que dices, me siento en deuda contigo
Leiriel dice: alguien me dijo que el dinero no vale para nada, y creo que es cierto
Leiriel dice: prefiero el conocimiento y la experiencia
Thysseth dice: espero poder volver a verte, si pasas por Anduar, recuerda mi nombre: Thysseth
Leiriel asiente
Leiriel murmura: cuida esa herida
Leiriel salta ágilmente por sobre la cola de Thysseth y recoge sus cosas
Thysseth dice: pregunta en la taberna o pásate por el cuartel nivrim, la gente allí me conoce.
Leiriel asiente mirándolo un momento
Leiriel murmura: adiós, Thysseth
Thysseth retira su cola serpenteando del paso de la chica
Leiriel se aleja bordeando el lago
Thysseth se yergue y toma el camino hacia el este
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