Inicio Foros Historias y gestas A minar!

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    • fyrate
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      Me habían encargado ir a Galador por un poco de materiales.
      ¡Malditos gnolls!, me hicieron ir a Galador sin nada de comida, y mi estómago ya gruñía estruendosamente.
      Pero ya era tarde. El capitán ya había dado el grito para zarpar.
      El capitán te indica que te acomodes, en breve el barco zarpará a su destino.
      Tenía que dirigirme a las minas de hierro, me habían solicitado un poco de hierro puro, aparte que necesitaba un poco para mi… necesito crear trampas para emboscar carreteros!
      Mientras me movía sigilosamente hacia las minas, el crujir de las cañas al pasar varios soldados cubría un poco el rugir de mi estómago.
      -Arg!-. mi estómago pedía comida…
      Al llegar al campamento minero, ahí estaba, un delicioso soldado solitario…
      Ahora necesitaba asesinarlo, y destriparlo…
      Me escondí atrás de el. Y con un poco de tiempo…
      Solo debo esperar a que se distraiga.
      Que pobre idiota…
      Se había distraído mirando el fluir del río, y mi oportunidad estaba más que a la vista.
      Con un ligero movimiento de muñeca… Hundes la hoja de tu Puñal hasta la empuñadura en una pierna de Soldado de la Orden del Chacal, haciendo que grite en agonía.
      Soldado de la Orden del Chacal cae al suelo sin vida.
      Esbocé una sonrisa sádica mientras empuñaba mi cuchillo de curtir.
      Tras examinarlo un rato empecé con la faena.
      Armado con tu Cuchillo Afilado comienzas a desollar el cuerpo de Soldado, llenándolo todo de sangre y vísceras.
      Me encontraba totalmente cubierto de vísceras, pero valió la pena…
      El manjar ya estaba en mis manos.
      Me senté a la orilla del río, y empecé a comerme mi Carne humana dura.
      Con un sonoro eructo había terminado de comer mi deliciosa carne.
      Ahora ya podía volver a mi encargo…
      Había logrado internarme en las minas.
      Pero había muchos operarios en el lugar…
      Para mi suerte la cantidad de gente, hacía que el ruido sea mas intenso.
      Me escondí tras algunos operarios, y solo me puse a esperar el momento justo.
      Las carretas chirrian al ser empujadas por los railes.
      Y ahí estaba mi oportunidad…
      Me mostré y con un fugaz movimiento Hundes la hoja de tu Puñal hasta la empuñadura en una pierna de Minero, acabando así con su lamentable vida.
      Al menos mi aria ya estaba libre… así que ya puedo empezar a minar…
      ¡A ejercitar mis músculos!
      Sonríes sadicamente.

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