Inicio Foros Historias y gestas Acedio a Takome parte 2

Mostrando 0 respuestas a los debates
  • Autor
    Respuestas
    • fyrate
      Participant
      Número de entradas: 74

      Los últimos puestos de avanzada ya estaban totalmente desolados. Habíamos asesinado a todos, y los que se salvaron, seguro que se habían refugiado detrás de una piedra.
      —Dallzkar, descansa, Egmer llegará pronto para relevar a Dreyhz. —
      —está bien, dormiré un rato, y me abrigaré con la pielcita de este halflincito, JAJAJAJAJ. —
      —nooo es muy pequeña esta piel, umm… mejor. ¡ei Dreyhz ayúdame a despellejar ese humano que está a los pies de rhina!. —
      Asentí con mi cabeza, en lo que desenvainaba mi machete de carnicero.
      Hundí el machete a unos centímetros de su pecho, y empecé a rasgar.
      En cambio Dallzkar prefería usar sus uñas para despellejarlo.
      Luego de un tiempo ya la faena había terminado, la piel era un poco desprolija, pero a Dallzkar parecía no importarle.
      Me alejé de el unos metros, el hedor a putrefacción que emanaba era un poco molesto ya.
      Me acerqué a Rhina para casi susurrarle. —Voy a vigilar un poco, cuando llegue Egmer aúlla un poquito, pero no mucho, que se va a despertar la bestia esta. —
      Le dediqué una sonrisa. Y me trepé a un árbol que se encontraba a varios metros del campamento.
      La noche fue calma, creo que fue la primera noche calma que tenía en años.
      El sol había salido ya, y los cuerpos ya empezaban a ser lentamente devorados por distintas alimañas.
      —!huthaggraaauuwwww! —
      —¡Que me muerde la nariz la puta rata! — decía el Dallzkar, entre aullidos
      Nos reímos todos de el.
      Unas moscas y ratas decidieron acurrucarse en su nueva mantita de piel humana.
      —Dreyhz, llegó Egmer para relevarte. —
      Miré a rhina y asentí.
      —Ya pude detectarlo. — decía mientras miraba una sombra que se acercaba lentamente.
      —Hola señores, ¿que tal todo?. —
      Le hice una reverencia.
      —todo muy bien. Decía Rhina en lo que levantaban el campamento.
      ¿Dreyhz que vas a hacer tu?. — preguntaba Egmer.
      —Los seguiré, a paso lento, pero los seguiré. — decía mientras tensaba mas y más las cuerdas de mi armamento.
      —entonces avancemos, Dreyhz cúbrenos las espaldas, Egmer, adelante tu. — decía Rhina en lo que conjuraba hechizos para dallzkar.
      Marcharon, y yo los seguía a lo lejos, de vez en cuando subía a uno que otro árbol para ver más que ellos.
      Al llegar a las puertas miles de saetas cubrieron el cielo.
      Era todo una emboscada.
      Acoplé mi mira a mi ballesta, y de unos metros disparé lo mucho que pude.
      En instantes la sangre empezaba a nublar mi vista.
      Una flecha mía había atravesado por completo el pecho de un soldado Takomita, podía ver como su corazón se detenía poco a poco.
      Alo lejos se veía a Dallzkar arremetiendo contra todos, como si toda su furia estuviese destinado a un objetivo.
      Egmer propinaba poderosos cortes, que cercenaban todo lo que tocase con su espada.
      Y Rhina intentando sobrevivir, era el objetivo de todo lo que se arrojase.
      Rhina…
      Mientras el agotamiento de los enfrentamientos pasados me cobraba factura, yo seguía disparando a todo lo que se moviese, y intentara atacar a rhina.
      Los cuerpos se iban apilando en la entrada de Takome, la sangre era tanta que llegaba a mis pies.
      Y hay se veía, Dallzkar gozando de todo lo que perforaba, y si gritaba, para el era mucho mejor.
      Ya quedaban muy pocos, para no decir casi nadie, los que quedaban se iban escondiendo, o se hacían pasar por muertos… que eso no es lo más recomendable.
      Al terminar Rhina nos llamó a todos: —¡Venir todos, dejadme curar sus heridas!. —
      Lentamente me acerqué, aunque yo no presentaba ninguna herida, mas que el cansancio que se hacía notar en mi rostro.
      —Descansa. — decía Dallzkar mientras empezaba con lo más divertido de matar…
      Decapitarlos uno por uno.
      Negué con la cabeza.
      —No pienso dejarte todo lo divertido a ti, ni lo sueñes. — le decía mientras me reincorporaba, y desenvainaba de nuevo mi machete.
      —Empecemos por los niños, y luego los Hombres, las mujeres déjalas, ya serán mi mantita nueva… — decía Dallzkar mientras dejaba ver una risa burlona.
      La noche la pasamos en la entrada de Takome. al amanecer íbamos a cumplir nuestro objetivo…

Mostrando 0 respuestas a los debates
  • Debes estar registrado para responder a este debate.