Inicio Foros Historias y gestas Al final el enano no era tan tonto

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    • smiaug
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      Taberna del Dragón Verde [-e-]

       — En un rincón de la taberna de Anduar Gudmair se tomaba un refrigerio. —

      Gudmair pide una jarra de cerveza donde al recibirla se le abren los ojos como platos, ni sus pobladas cejas son capaces de ocultar su asombro.

      Szylah se acerca al distraído enano sin que este se percate de su presencia.

      Szylah  dice: Saludos general Gudmair, puedo invitarte a un trago.

      Szylah se sienta cerca del enano y le entrega una jarra de espumeante cerveza, que choca con la que ya tenía, antes de este pueda abrir la boca.

      Gudmair agarra la jarra con las dos manos y empieza a beber sin apenas respirar.

      Szylah espera paciente a que el enano se percate de su presencia.

      Gudmair se gira lentamente hacia el orgo.

      Gudmair recoge la cerveza y vuelve a darle la espalda.

      Gudmair exclama: Cerveza a mi!

      Gudmair exclama: Shaludh medio gigante! hip!

      Szylah hace una reverencia.

      Gudmair pregunta: ¿Nos conocemos? ¿Qué quieres?

      Gudmair dice: Ya no puede uno venir a la gran Anduar, ciudad neutral a tomar un trago tranquilo…

      Szylah dice: ¿Cómo no voy a conocer al General Gudmair? Es un placer disfrutar de su presencia en mi humilde taberna.

      — Después de una larga pausa y cruce de miradas … —

      Gudmair pregunta: ¿Sabes lo que hacemos a los aduladores en Kheleb?

      Gudmair dice: Darles con una maza en la cabeza hasta que se le coloque el cerebro en su sitio.

      Szylah pregunta: ¿Aduladores?

      Szylah saca unos papeles y hace como que los relee rápido.

      Szylah dice: Ah… sí, Rhomdur es el general. Supongo que las grandes hazañas del Capitán Gudmair son más admiradas en Ar’kaindia que en Kattak.

      — El enano se iba calentando cada vez más ante las puyas del orgo. —

      Gudmair dice: No sé si quieres probar…

      Gudmair se sube de pie a la silla y descuelga su Almádena…

      Szylah hace caso omiso a las amenazas del enano, y se acerca con tono burlón a ver las insignias del enano.

      Szylah dice: Ahhh… ¿sargento? Bueno, un cargo muy digno también.

      Szylah mira al enano con expresión seria mientras analiza sus gestos.

      — Por un momento parecía que Gudmair iba a explotar, pero al final contiene sus impulsos y se vuelve a bajar de la silla. —

      Gudmair dice: Al grano grandullón.

      Gudmair pregunta: ¿Buscas pelea?

      Gudmair dice: O que diantres quieres…

      Szylah rellena la jarra de Gudmair intentando quitarle hierro a la situación.

      Szylah dice: Tienes razón, no quiero hacerte perder más tiempo. Brindemos por el éxito en tu inminente enfrentamiento.

      Gudmair retrae el brazo escondiendo su jarra…

      Gudmair dice: No eres ni la mitad de digno de brindar con un enano… y menos con un guardia de piedra del rey.

      Szylah dice: De acuerdo, solo intentaba ser amable, vayamos al grano.

      Szylah dice: Veamos…, la información que me llegó ayer no ha podido ser por casualidad.

      Gudmair pregunta: ¿Información de quién?

      — El orgo sonríe viendo que por fin parece que el enano puede caer embaucado. El plan era sencillo, conseguir que el enano se embarque en una misión contra un líder anarca pensando que ha sido su propia idea. —

      Szylah comienza a andar distraídamente al rededor del enano mientras espera a ver si este dice algo.

      Szylah dice: Los líderes de la horda más débiles que nunca, rumores de un grupo interesado en darles un golpe letal, y el gran Gudmair dejándose caer por mi taberna como si nada.

      Szylah dice: No me tomes por tonto. Estás planeando atacar alguna de sus ciudades y necesitas información o provisiones.

      Szylah dice: Puedes pedírmelo sin miedo. Aunque antaño fueron aliados, ahora les tengo el mismo aprecio que tú. ¿Qué necesitas? Podría proporcionarte planos, turnos de guardia y
      la información que necesites para dar un golpe digno del futuro general de Kattak.

      Gudmair piensa con cuidado, mirando al orgo y midiendo cada palabra que sale por su boca.

      Gudmair dice: Vamos por partes…

      Gudmair dice: lo primero es que yo de Kattak no soy nada, soy un guerrero de kheleb.

      Szylah dice: Disculpa mi ignorancia. Ha debido ser un error en mis notas.

      Szylah saca unos papeles y hace una corrección.

      Gudmair dice: Podría interesarme algún tipo de información

      Gudmair dice: Lo que daría por ver las cabezas de los orcos en picas…

      Gudmair se gira al camarero y pide otra jarra.

      Gudmair dice: y segundo, ese «aprecio» del que hablas no tiene nada que ver con el ODIO que siente mi pueblo hacia los orcos.

      Szylah mide sus siguientes palabras y las pronuncia con tacto intentando no ofender al iracundo enano.

      Szylah dice: Si, sé que la historia de los enfrentamientos entre orcos y enanos no tiene parangón. No pretendía compararla con con nada. Es solo… que alguno de los líderes de la
      Horda, no… digamos que no permite el libre comercio, y si alguien, aunque sean enanos, va a hacerles frente, pueden contar con mi apoyo.

      Gudmair se bebe la jarra y pide otra mientras observa como piensa el orgo.

      Gudmair dice: Podría librarte de ese «piquete» comercial.

      Gudmair pregunta: ¿Cuánto dinero te hace perder ese caudillo?

      Szylah dice: No se trata del caudillo.

      Szylah se acerca y susurra un nombre al oído de Gudmair.

      Szylah dice: Si ese líder cae, es posible que mi alegría me llevara a cometer alguna locura como el día de los regalos de navidad. Creo que podría rebajar el precio de todas mis
      tabernas de Kattak y Kheleb a la mitad durante un año.

      Viendo que ya tiene al enano donde quería el orgo se relaja y pega un trago largo de cerveza. Pero entonces, el enano de repente… —

      Gudmair dice: Consígueme planos de la fortaleza y de sus túneles inferiores. Una maquina de asedio para derribar sus portones negros y 2 destructores para poder entrar por el muelle.

      Gudmair dice: Lo demás se encargan las hachas de los enanos.

      Szylah saca un papiro y anota las peticiones de Gudmair.

      Szylah dice con voz dudosa: Cuenta con ello.

      Gudmair dice: Se me olvidaba, suministros… Las guerras se pierden por falta de comida y bebida.

      Szylah sigue apuntando.

      Gudmair pregunta: ¿Hay trato?

      Szylah revisa la lista y se pone a calcular.

      Szylah dice: Dos destructores es mucho, pero si desaparece del mando….

      Szylah dice: Trato hecho.

      Gudmair dice: Tengo entendido que ese muelle tienen un Juggernaut… y varios barcos mas pequeños…

      Gudmair dice: Esos 2 destructores son para hacer frente a la bestia acorazada

      Szylah dice: Sí, como digo, si desaparece del medio, correré con todos los gastos.

      Gudmair dice: Pues entonces hay trato.

      Gudmair dice: Pero no esperes brindar con un Guardia de piedra.

      Szylah dice: En otra ocasión quizá.

      Szylah  hace una reverencia.

      Gudmair vuelve a dar la espalda al orgo y se pide otra jarra.

      Szylah sale de la taberna con cara de preocupación.

      — Era mucho dinero, pero… si el enano conseguía su misión… ya encontraría alguien que corriera con los gastos —

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