Inicio Foros Historias y gestas Aventuras finales de una paladina VOL II

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    • Arenvael
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      Hoy es 1 de Naibind del 132 Era 4ª, son las 07:50.

      Euménide se prepara en sus aposentos para el viaje. Introduce apresuradamente en su mochila sin fondo una serie de armas, pociones y pergaminos clericales, así como diferentes piezas de equipo para estar preparada ante cualquier dificultad. Hecho lo cual, se arrodilla ante su cama para rezar una última plegaria antes de emprender la marcha.

      Sale de la cruzada a paso ligero, atajando con un gesto de la mano las intercesiones de fanáticos que se acercan a importunarla con sus ideas radicales para mejorar la institución. Hoy no es un día para atenderles. Con una reverencia escueta saluda a Gwalchavad en la entrada, quien se muestra impertérrito, siempre vigilante en la protección del edificio. De camino a las caballerizas reales ignora a los cruzados que se cuadran a su paso, ni siquiera dedica una sonrisa de aliento a las sacerdotisas en sus años blancos. Hoy sólo hay un objetivo. Al tomar las riendas de su fiel caballo de guerra los aires de aventura la envuelven y se siente renovada, como más joven al montar en su corcel. Cabalga hasta las puertas como una exhalación, sin terminarse de creer que ninguna petición u orden directa de su Reina o Cruzada Suprema haya intervenido en sus planes. Se aleja veloz por el camino empedrado dejando atrás la puerta sur de la ciudad, no sin antes dedicar un último vistazo al deslumbrante Bastión de Plata a sus espaldas. La idea de que pueda ser la última vez que lo divise invade su mente mientras desaparece entre destellos al norte.

      Tras un día de marcha y habiendo dejado atrás la ciudad de Anduar con sus campos de cultivo, las vastas tierras pardas y el desfiladero de Leherdavel, llega por fin a una antigua senda empedrada que conduce a la Arboleda de Ucho un lugar siniestro, eras atrás, que se ha convertido en un frondoso bosque lleno de flora y fauna.

      Decide hacer un parón y visitar al viejo ermitaño Tharir, quien le aconseja dirigirse al este para encontrar las cuevas descritas por el enano. La confirmación de su existencia insufla ánimo en el corazón de la paladina, y la ayuda a proseguir en esta última etapa del camino. En el extremo oriental del bosque encuentra un claro junto a las montañas de Ucho y decide escalarlas. Lo que la espera arriba no deja de ser una sorpresa, aún albergaba dudas sobre lo que le habían contado aquel dia hace mas de cien años. Efectivamente y sin muchos problemas accede a un cortado en la montaña en el que se encuentra una gruta. Tras explorarla a conciencia el laberinto de cavernas, encuentra una gruta semi escondida y derrepente lo siente. El olor, el nauseabundo olor del sulfuro, huele como el infierno, algo arde en las profundidades de la gruta. A través de una oquedad en el suelo se observa un reflejo sobrenatural de color rojizo y llegan los escalofriantes sonidos de la respiración de una bestia gigantesca.

      • Alabado sea Eralie, ¡el enano tenía razón!- Piensa a la vez que una sonrisa se dibuja en su cara al acordarse de lo increíblemente precisa que fue la imitación del enano beodo en la taberna. Llegaba el momento de la verdad y Euménide se prepara física y mentalmente para la batalla. Convoca sus amplios poderes concedidos por Eralie. Cerrando sus ojos y llevando su mano al pecho, agarrándo firmemente su Medallón del Agua como tantas otras veces antes, se hace uno con su Dios, siente la luz arroparla hasta que sus ojos refulgen de un brillo divino. Libre de todo miedo y de manera resuelta se arroja al abismo para encontrarse:

      Estás siendo atacada por Lish la Aborrecible, el Venerable Dragón Rojo.

      Caverna de la Aborrecible [cubil,grieta]

      Lish la Aborrecible, el Venerable Dragón Rojo está aquí.

      ¡No hay escapatoria! Se encuentra en una encerrona contra una bestia legendaria. Tan solo una grieta en la pared permite cobijarse de los temibles alientos ígneos de la sierpe. Esta será una lucha a vida o muerte.

      Se enzarzan en una intensa lucha que parece no acabar, el dragón destroza armadura y carne por igual con sus zarpazos y Euménide hace lo posible con sus poderes de sanación para mantenerse con vida. Prosiguen en un toma y daca de proporciones épicas. Los poderes conferidos por Eralie parecen menguar poco a poco a la vez que se acentúa el cansancio de la bestia, hasta que un brutal ataque de martillo de la paladina consigue enfurecer de verdad al animal, quien viéndose acorralado y moribundo desata toda su cólera en la sala:

      ¡Lish la Aborrecible, el Venerable Dragón Rojo, completamente furiosa y asustada, golpea las paredes de la cueva con terroríficas

      embestidas con su cabeza!, ¡la sala contigua se va a derrumbar!

      ¡Euménide se queda sin refugio contra el temible aliento infernal del dragón! La lucha no duraría mucho más, uno de los dos fenecería pronto:

      Lish la Aborrecible, el Venerable Dragón Rojo abre sus fauces y emite un agudo bramido que impacta dolorosamente tus tímpanos; el

      aire de tu entorno empieza a verse borroso y su temperatura aumenta drásticamente hasta hacerlo irrespirable. Pequeñas columnas de

      fuego se arremolinan en torno a sus fauces, ¡algo terrible está a punto de suceder!

      Lish la Aborrecible, el Venerable Dragón Rojo os presenta el mismísimo Infierno al expirar con fuerza una violenta ráfaga de fuego

      impío que inunda la totalidad del lugar, abrasando a todos los presentes y reduciendo sus cuerpos a una masa ígnea de alaridos y

      aspavientos de dolor.

      ¡Ardes bajo el fuego infernal de Lish la Aborrecible, el Venerable Dragón Rojo! ¡Por fin conoces el infierno en vida!

      El ataque es demoledor. Con quemaduras por todo el cuerpo y la armadura al rojo vivo Euménite hace un último esfuerzo por contraatacar, aferrándose a la vida por mera fuerza de voluntad y don de su Dios, brama:

      Exclamas en adurn: ¡Eralie es mi refugio y mi fuerza!, ¡una ayuda presente con los problemas!, ¡que sea su poder y juicio el que

      termine con vuestra existencia, miserable Lish la Aborrecible, el Venerable Dragón Rojo!

      Vociferas gritos de guerra, demandando a Lish la Aborrecible, el Venerable Dragón Rojo un desafío y comienzas tu brutal carga.

      Golpeas con increíble potencia en el pecho a Lish la Aborrecible, el Venerable Dragón Rojo.

      Agarras tu Gran Almádena de Burk-Kharod con las dos manos y te lanzas a una velocidad brutal hacia Lish la Aborrecible, el

      Venerable Dragón Rojo, llegando a impactar en el pecho con tanta fuerza que puedes ver pedazos de carne saltar por los alrededores

      antes de que tu desdichado rival caiga muerto al suelo.

      Propinas el golpe mortal a Lish la Aborrecible, el Venerable Dragón Rojo.

      Lish la Aborrecible, el Venerable Dragón Rojo cae al suelo sin vida.

      -¡Lo conseguí!. Había sobrevivido a la amenaza. Cae rendida al lado del gigantesco cuerpo del reptil y tarda considerablemente en reponerse de sus heridas y quemaduras.

      • ¡Esto si que es una aventura!- Exclama sola con la respiracion entrecortada. Aunque fuera por unos instantes había conseguido olvidar las preocupaciones y dolencias que la aquejaban y se había sentido renovada. Sin duda intentará llevar a cabo más hazañas similares en el futuro, antes de que su llama se apague, cuando el peso de sus obligaciones se vuelva inaguantable.

       

       

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