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Kromer, Altalas y Thandorgrim, después de unos días de aventuras, se disponen a descansar en una taberna del reino de Urlom. Van a descansar después de un largo viaje y a llenar el gaznate de bebida. Al cabo de un rato de estar sentados, ven que entran por la puerta un grupo de monjes vestidos con hábitos. Advierten que se van acercando a las mesas y van pidiendo limosna a todos los comensales. Cuando se acercan a ellos, se disponen a darles alguna moneda, pero uno de ellos les dice:
- Sois forasteros ¿Cierto?
- Somos forasteros, cierto es, pero conocidos por toda Eirea -Exclama Kromer – ¿Cuál es el problema?
- Ninguno ciertamente – responde el monje – Pero, resulta que hace unos años, fuimos atacados por un ser desconocido. Nos atacó desde el aire lanzando llamaradas y destruyó nuestra biblioteca, buscando unas riquezas que teníamos guardando desde hacía siglos.
- Aja… – dice Kromer.
- ¿Seríais tan amables de ayudarnos a recuperar nuestra antigua biblioteca?
- ¿Y porque nosotros? – Pregunta Altalas de forma curiosa.
- La gente que hay en el pueblo, no se atreven y nunca vimos a nadie tan preparado y tan pertrechados como vosotros.
- ¿Y que recibiremos a cambio? -Pregunta ansiosamente Thandorgrim.
- Si nos ayudáis, os recompensaremos dándoos una parte de las riquezas de la biblioteca. ¿Qué os parece?
- Cuéntanos más -dice Kromer.
- Se que las riquezas están escondidas en algún sitio de la biblioteca. Ignoramos donde, ya que fue el Bibliotecario mayor el que lo escondió. Quiso ser el último en abandonar el lugar y murió. Sabemos que protegió el lugar con algún tipo de hechizo, y dejo encerrado la forma de disiparlo dentro de una gema la cual rompió en 6 trozos. Para disiparlo es necesario reunirlos y para que no pudieran caer en malas manos, escondió cada trozo en una parte diferente de la biblioteca. Reunid los trozos de la gema y disipad el hechizo de protección, y recuperad nuestras riquezas. Pero cuidado, desde que habita allí la bestia, extrañas criaturas moran en la biblioteca. ¿Aceptáis la oferta y nos conseguiréis nuestra fortuna?
- ¡Dadlo por hecho! – Respondió Kromer levantándose de la silla de forma estrepitosa.
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Una vez preparados Kromer, Altalas y Thandorgrim, parten dirección al monasterio. Abandonan el poblado donde están para seguir el camino a través de tierras inexploradas por ellos, las cuales, según les han advertido, están llenas de peligros. El monje les comentó que no tardarían mas de cuatro o cinco horas en llegar, pero que debían estar atentos, ya que en los bosques de los alrededores normalmente se podrían encontrar con animales salvajes, bandoleros o lo que es peor, monstruos.
Pasadas dos horas bastantes tranquilas, nuestros aventureros se ven envueltos en una refriega con unos odiados orcos. Son de aspecto humanoide y tienen una piel curtida de color verdoso. Van armados con cimitarras, hachas y pieles de cueros, y salen de los bordes del camino que siguen gritando lo que parece unos sonidos guturales. Kromer y Thandorgrim se disponen a proteger a Altalas y mientras van deshaciéndose de unos y de otros, una flecha recorre el aire clavándose en el brazo de Thandorgrim haciendo que suelte su hacha Rúnica. Altalas al ver esto, rápidamente, le impone sus manos formulando un hechizo menos y haciendo que la herida del brazo expulse el proyectil y se vaya cerrando poco a poco dejando así de sangrar. Kromer ha fijado su objetivo, un goblin detrás de unos arbustos, está cargando una ballesta. Kromer sale corriendo y pega un salto heroico de 2 metros haciendo caer su maza de dos manos en la cabeza del goblin haciendo que quede tumbado en el suelo sin ningún signo de vida, ni de cabeza. Al girarse Kromer, ve que todos están bien y que no queda rastro de peligro alguno. Todos los enemigos están abatidos, así que deciden retomar el camino y seguir dirección hacia la biblioteca después de un descanso y de curar sus rasguños.
Tras descansar un rato, siguen avanzando hasta llegar a las inmediaciones de la biblioteca, la cual está sobre la cúspide de una colina. Al final lograron llegar a su destino, no sin pasas por algún apuro antes. Sobre la colina, la Biblioteca se la ve en bastante mal estado debido posiblemente al ataque de la bestia, el paso del tiempo y el evidente abandono. Es hora de adentrarse en la Biblioteca y tener mucho cuidado, ya que no sabemos que nuevos peligros nos aguardan detrás de sus muros.
CONTINUARA….
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Nuestros aventureros, Kromer, Altalas y Thandorgrim, deciden entrar dentro de la Biblioteca, y ven que la entrada está bastante dañada y con aspecto de derrumbarse en cualquier momento. Es la única entrada al edificio. El dintel de la puerta está agrietado y puede que se desprenda algún tipo de cascote en cualquier momento. Al pasar por ella, el hacha de Thandogrim que está en su espalda, golpea un lateral de la entrada haciendo que se derrumbe parte de ella. Por suerte, nadie sale dañado. Al acceder al patio de la biblioteca, se puede ver un granero donde se guardaba parte del grano, animales y todo tipo de alimentos para los monjes que allí habitaban. Este granero, dispone de unas puertas dobles de madera que están rotas. Deciden entrar para inspeccionar a ver lo que hay, y aunque el lugar está destinado para almacenar víveres, se ve que está totalmente derruido y la poca comida que quedó antaño esta podrida y huele bastante mal. Los sacos que guardaban grano están hechos polvo y solo quedan un montón de cuerdas que se utilizaban para atar la paja.
En un momento dado, mientras están inspeccionando, Kromer ve una sombra moverse que viene de arriba debido a luz del sol que entra por el techo derruido, y rápidamente sube la mirada para ver como de arriba salta una araña gigante encima de él, no sin antes quitarse del medio:
- ¡Cuidado! – grita Kromer advirtiendo al resto – ARAÑAAAAAAAA
Cuando la araña se dispone a atacar a Kromer, un golpe del hacha se Thandorgrim se estampa contra una de las patas de la araña haciendo que ésta pierda el equilibrio, pero no sin antes recibir un golpe de otra de sus patas. Altalas empieza a formular un cántico y Kromer, cogiendo su Hacha del Kraken, le pega un tajo a otra de sus patas haciendo manar un chorro de sangre de ella.
La araña se queda por un rato observando a ambos enanos, y levanta una pata e intenta aplastar a Kromer. Por suerte lo esquiva, pero en ese mismo momento, lanza un escupitajo de un liquido verdoso que impacta en el rostro de Thandorgrim, que le empieza a calentar la piel poco a poco.
Thandorgrim vuelve a ataca con su hacha Rúnica cercenando dos de sus patas de un mismo golpe y gritando porque ese liquido verdoso de su cara le empieza a arder. Kromer por su parte sube a un carro viejo que hay en el granero y salta hacia la cabeza de la araña incrustándole su hacha y haciendo que la araña, deje de respirar definitivamente. Altalas, con su medallón de Eralie en la mano hace surgir un cántaro lleno de agua, el cual, rápidamente se lo hecha encima del rostro de Thandorgrim haciendo que se le vaya el ardor de la cara, y aliviándolo de su mal.
- ¿Estáis todos bien? – Pregunta Kromer preocupado por Thandorgrim.
- Si mi General, todo bien, un simple calentón nada más – responde Thandorgrim con la cara un poco roja.
- Mirad, ¿Qué es eso? – Pregunta Altalas viendo que debajo de la araña, bañada en sangre, había un trozo de una gema.
CONTINUARA…..
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Kromer cogió el trozo de gema y se dispuso a mirarla, y dentro de ella, se podía ver una especie de runa que parecía la letra E.
- ¿Pensáis que podría ser un trozo de la gema que estamos buscando? -Pregunta Kromer
- Es fácil que si – Responde Altalas – Deberíamos guardarla por si acaso.
Kromer la guardó dentro de su mochila, una mochila sin fondo, o así la denominaba él. Una mochila hecha de un cuero tratado mágicamente, está llena de todo tipo de runas de encantamiento y protección. Lógicamente el término «sin fondo» no ha de tomarse al pie de la letra.
Observaron dentro del recinto y vieron que excepto una estropeada mesa, unas sillas rotas y alguna que otra rata, no había nada mas dentro. Al salir del granero, pueden ver en el patio que hay bancos destrozados y mesas con banquetas que hacen de merenderos teóricamente para que la gente en su día, salieran fuera a descansar, leer o comer algo mientras cultivaban la mente.
Atravesaron el patio y entraron dentro de la biblioteca, al entrar vieron como el suelo estaba hundido y lleno de charcos, fruto de las goteras ya que el tejado está en muy mal estado. Un poco más adelante se puede ver una puerta que sale al exterior y da a un pequeño cuarto que son las letrinas. Es un lugar muy desagradable por razones obvias, aunque nadie en años ha usado el lugar.
Altalas, mira y curiosea dentro del recinto y le dice a Thandorgrim:
- Por favor asómate dentro de esas letrinas, creo notar algo que emana poder.
- Antes muerto que meter la mano ahí dentro – Niega con la cabeza – Tu ¿Quién te has creído que soy?
- Haz lo que dice el Clérigo Thandor, no me hagas utilizar mi rango para obligarte a hacerlo – Le dice Kromer
- mmmm, no me hace gracia, pero así lo hare – Responde Thandorgrim notoriamente molesto por el comentario.
Thandorgrim, coge una rama que hay fuera y empieza a asomarse y a rebuscar con ella, y dentro de la letrina, llega a encontrar un trozo de gema verde con la letra K.
Ya llevan 2 partes de gema encontradas y poco a poco nuestros aventureros se van metiendo dentro de la biblioteca.
CONTINUARA….
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Una vez tienen el segundo trozo de gema, se disponen a volver a la biblioteca y se introducen, una vez dentro, por un paso paralelo a una de las galerías del recinto que se usaba para el acceso a los trabajadores sin que tuvieran contacto con los monjes que habitaban allí. También era por donde accedían a una capilla que hay dentro de la biblioteca.
Cuando nuestros héroes se disponen a pasar, llegan a pisar un mecanismo que lanza un par de flechas de las paredes del pasillo hiriendo a Kromer en un brazo y estampándose en la otra pared la otra.
Se quedan quietos, parados y empiezan a discutir que hacer, si seguir hacia adelante o volver hacia atrás no sin antes extraer Kromer la flecha que tenía clavada y pidiendo algo de ayuda a Altalas para sanar sus heridas.
- Deberíamos volver – Comenta Altalas.
- ¿Volver? – Pregunta Kromer – Ahora que sabemos que por aquí se puede pasar y que sabemos que es lo que nos espera por este pasillo. Yo digo que crucemos.
- ¿Estas loco Kromer? ¿Tu sabes las flechas que nos pueden estar esperando por aquí? – Pregunta Altalas
- Venga venid – Dice Thandorgrim desde el otro extremo levantándose del suelo – Echaros al suelo, comed un poco de polvo y cruzad, no hay problema.
Y dicho y hecho, Altalas reptaron por el suelo y siguieron hacia delante, activando alguna flecha más, pero sin que les pasase nada, ya que éstas les pasaban por encima.
Al final de este pasillo, se vislumbra un montón de escombros, que dejan entrever la estrecha entrada a la biblioteca y a la capilla, pero por desgracia, nadie puede pasar por ahí. Así que deciden volver por donde han venido y explorar nuevas zonas del lugar a ver que encuentras nuestros amigos.
CONTINUARA….
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