Carta a Rhomdur

Estimado Rhomdur,

Te escribo desde el reino de Takome. Me han llegado nuevas de que el reino de Thorin, arrastrado por ciertos intereses que creo nunca llegaremos a entender, ha decretado estado de neutralidad con Kheleb Dhum. Algo me dice que no es por un tema legislativo, pues nuestras leyes son nuestras y ellos no tienen competencia ni interés alguno en nuestras minas…. Su interés es otro. Las plantas, los cultivos, la vida…

No entiendo que fuerza o motivo ha podido llevar al pueblo de Thorin a realizar tal movimiento. O sí, sí puedo. Algo me dice que aquel al que nombramos Hagalnae el alienado… ha turbado la mente del gran Archidruida. Le debe haber mostrado acusaciones del poco verídicas y motivos poco claros. No llego a entender como un Gran Archidruida, alguien supuestamente sabio y en consonancia con su entorno, se ha podido dejar embaucar por las palabras del consejero. Temo que motivos más oscuros hay tras todo ello.

Son tiempos difíciles y las correctas decisiones se iluminan tenues como la vela ilumina la oscura estancia desde la que te escribo. El juicio y la razón han dado paso al ego y a actitudes belicosas entre los pueblos que antaño eran corteses. Una ley ajena es justificación suficiente para llevar un pueblo a la hostilidad. Quebrantarla no es motivo de sanción ni entredicho. Parece que una sombra oscura se cierne sobre los reinos bajo la animadversión de los reinos.

Dicen también que en Takome se ha presentado a Alto Inquisidor un clérigo fanático llamado Altalas, el cual quiere imponer orden y mano dura a través del castigo. También se comenta que quiere una reunión con el consejo enano, el cual acusa de actitudes… extrañas. Espero que la lengua venenosa de cierto consejero que conocemos no haya también enturbiado la mente de los mandatarios de Takome, pues ya sabemos como es el veneno… sabes dónde está, dónde entra… pero nunca a qué velocidad se extiende.

Que Eralie se apiade de nuestros actos.

Desde esta habitación te mando un fuerte abrazo y mis mejores deseos. Que tu baúl esté siempre a rebosar de tesoros y recuerdos de lo que antaño fueron tiempos mejores y en tu jarra no falte nunca cerveza o pan en tu mesa.

Mi mayor bendición,

Ghyrduana Girlhim.