Inicio › Foros › Historias y gestas › Carta de Sylbira a Fornieles: El liderazgo conlleva obligaciones
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Destinatarios:
Oficina postal de Thorin, la ciudad en los árboles
Fecha: 3 de Shuyled del 161 Era 4ª
Asunto: El liderazgo conlleva obligaciones
Querido Fornieles,
En esta misiva te hago conocedor del hecho de que, a falta de miembros aptos para el mando de Thorin, y por el reconocimiento de los proyectos y actos que he planificado y llevado a cabo por nuestro pueblo, he sido aceptada en la Cámara del Consejo de los Nyathor, al menos, durante una temporada.
Como ya comprenderás, mis obligaciones ahora serán mayores, pues deberé ocuparme de algunas de las necesidades de nuestras gentes, bosques y animales. Ello no implica, no obstante, que no podamos seguir viajando juntos, compartiendo aventuras, ayudando a los necesitados o protegiendo a otros pueblos del ataque de los seguidores del mal y del caos. Ni de lejos implica, tampoco, que vaya a cambiar algo entre nosotros. Sin embargo, me veo en la obligación de advertirte que, independientemente de cuales sean nuestros sentimientos recíprocos, ahora tengo un deber para con el pueblo. Si algún ciudadano o extranjero incumple alguna ley promulgada por los dirigentes de la ciudad en los árboles, en tanto en cuanto soy responsable del cumplimiento de las mismas, también lo soy de aplicar las sanciones correspondientes, en cada caso. SI deseo ser una líder ejemplar y mostrar las buenas intenciones de la cámara de los hermanos al mando, no puedo hacer excepciones de ningún tipo. tendré que ser imparcial, por lo que, si las pruebas que lleguen a demostrar una infracción por tu parte son claras, me veré obligada a votar contra ti.
Espero y siento, que lo entenderás, y que este mi nuevo cargo no implicará que vaya a cambiar nada entre nosotros. Mi aprecio hacia ti es tan grande como el Sol, mas, como una vez pronunció un sabio, a veces el deber es la muerte del amor. No será tal nuestro destino, pero por el bien de ambos hay que definir las líneas entre lo personal y lo oficial.
Con el mayor y sincero cariño que puedo mostrarte por escrito, me despido, esperando que, más tarde que pronto, podamos reencontrarnos, para que el contacto entre nosotros alivie las pequeñas tensiones que, por esta carta, hayan podido surgir, cerrando grietas que, de haber aparecido, jamás tuvieron que ser abiertas en esta nuestra redonda y pulida piedra de luz.
Salve,
Tu inconfundible e invaluable Sylbira.
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