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    • Boga
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      El grupo de jóvenes chamanes, junto con el maestro, vuelven de su jornada por los pantanos de Zulk. La lección de hoy es la lucha contra los no-muertos que habitan en la ciudadela antigua del pantano. El maestro comenzó a comentar a sus discípulos los aspectos importantes de la práctica de la comunión de los chamanes. Todos atendían con entusiasmo las explicaciones de maestro, que a veces a adornaba con movimientos de sus brazos. Pero había un joven hombre-lagarto que no atendía a las explicaciones y que negaba con la cabeza las afirmaciones del maestro.
      Maestro chamán: ¿Qué te ocurre Kruzdax? Veo que niegas con la cabeza.
      Kruzdax: Maestro, creo que el camino de la comunión interfiere con los verdaderos caminos chamánicos de las invocaciones abismales.
      Maestro chamán: Es un arma que tenemos a disposición y no debemos desaprovecharla.
      Kruzdax: Lo siento, maestro, pero no seguiré ese camino.
      Maestro chamán: ¿Crees que puedes elegir? Te recuerdo que te debes a una jerarquía, y harás lo que se te ordene.
      Kruzdax: ¡No! ¡No lo volveré a repetir! – Dijo el joven chamán a su maestro y al resto de jóvenes chamanes hombres-lagartos.
      Maestro chamán: No se pase joven Kruzdax, la comunión es igual de válida que las invocaciones de los ancestros – Le espetó el maestro chamán.
      Kruzdax: ¡Jamás! ¡Reniego de esa práctica tan vil! – Kruzdax dio media vuelta y se introdujo en el pantano, en una zona más profunda. Necesitaba soledad.
      Maestro chamán: Kruzdax te ordeno que vuelvas aquí inmediatamente. Vuelveee

      Tras unos minutos andando a paso ligero, Kruzdax llega a un gran árbol en un zona profunda del pantano, donde la humedad es tan alta que apenas viven seres vivos. Tras trepar a una de las ramas, el joven chamán se sentó y enfadado gritó:
      Kruzdax: ¡No haré el proceso de comunión!
      Kruzdax golpeó el tronco del árbol y los pocos pájaros que había en la copa del árbol salieron volando.
      Cuando se calmó, cogió un compendio de dendrita de su zurrón y comenzó a estudiar el capítulo que le tocaba. El Joven chamán cogió el camino de la erudición, lo que le permitiría adquirir una gran sabiduría para sus futuros aventuras y viajes.

      Tras horas estudiando, el sonido de un crujido de una rama le sacó de su estudio. Observo cómo un grupo de incursores se acercaban. Estaban buscándolo. Él sabía que desobedecer una orden le acarrearía unas semanas de trabajos en los cultivos recogiendo maíz. Más calmado, bajo del árbol y se presentó delante de los incursores.
      Joven Kruzdax, el Gran Chamán Kravockh requiere tu presencia de inmediato en el templo.
      Kruzdax: Lo sé, os acompaño.

      El grupo de hombres-lagarto llegan al templo de Ozomatli y entran en la sala donde se encuentra el Gran Chamán Kravockh. Éste se gira y con serenidad mira a Kruzdax a los ojos.
      Kravockh: Bienvenido a mi humilde estancia joven Kruzdax.
      Kruzdaz: Saludas Gran Chamán. Pido disculpas por mi comportamiento.
      Kravockh: ¿Disculpas? ¿Por qué?
      El joven chamán estaba confundido, no esperaba esa reacción por parte del Gran Chamán.
      Kruzdax: He hablado mal a un maestro y me he negado a hacer el proceso de comunión.
      Kravockh: Humm, y ¿por qué rechazas la comunión?
      Kruzdax: No molestaré a los espíritus del más allá y menos que sean parte de mí.
      Kravockh: ¿Molestarles? Están muertos, ¿qué impide usarlos?
      Kruzdax: Cierto, muertos, pero a los espíritus hay que dejarles descansar, y más si es una práctica peligrosa para el propio chamán. ¿Cuántos chamanes se han vuelto locos con tantas identidades? No seré uno de esos Gran Chamán.
      Kravockh: Es un poder que nos permite defender nuestro pantano de manera más eficiente. ¿Por qué no usarlo?
      Kruzdax: Si, pero es un poder que no sabemos su procedencia. Lo siento, pero no realizaré la comunión. Aceptaré mi castigo pero no cambiaré de opinión. A los chamanes se nos ha otorgado el favor de invocar criaturas del abismo.
      Kravockh: Bien joven chaman, no te castigaré.
      Kruzdax, sorprendido con esa decisión, no consigue articular palabra alguna.
      Kruzdax: Pe… Pero, no lo entiendo…
      Kravockh: Cuando yo era joven pensaba como tú, pero no tuve la misma voluntad que tienes y realicé la comunión. A los años de eso, muchos de mis compañeros chamanes perdieron su personalidad, su identidad.
      El Gran Chaman baja la cabeza y se sienta en un trono de hueso que tenía la forma de una mandíbula de un gran tiburón blanco.
      Kravockh: Con los años aprendí a convivir con los espíritus, dejando de lado el verdadero camino de un chamán ancestral.
      Kruzdax: Aún hay tiempo para volver a ese camino, no hay que rendirse.
      Kravockh sonríe pesadamente.
      Kravockh: He vivido muchas Eras, pero a ti te queda un largo camino. Cómo Gran Chamán de Ozomatli, te libero de la obligación de la comunión, y serás nombrado como Kruzdax, el chamán abismal de Grimoszk.
      Kruzdax: Será un placer Gran Chaman, llevaré ese nombre con orgullo y lo defenderé hasta la muerte.
      Kracockh: No lo dudo, ahora vete, he de gestionar cosas del templo.
      Kruzdax asiente orgulloso y se marcha a los pantanos, a seguir con sus lecciones de erudito.

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