Comunicado del consejo de Kheleb-Dum

Hermanos Enanos de Kheleb-Dum, amigos de Kattak y aliados de los reinos:

A día 14 de Naibind del 145, el consejo de los clanes de Kheleb Dum rubrica en piedra este aciago mensaje, por el que quedará constancia del serio agravio perpetrado por Hagalnae de Veleiron hacia el consejo Real de los Clanes de Kheleb-Dum, y por tanto, hacia el mismísimo Rey Darin, Hijo de Durin y por extensión a todos y cada uno de los hermanos Enanos de Kheleb, y todos y cada uno de los aliados y amigos de Kattak.
Cincela en piedra rúnica este mensaje, cuyas copias en pergamino serán enviadas a todos los rincones de los reinos, Rhomdur Girlim Azzgrim, consejero del Rey Darin de Kheleb-Dum, que jura solemnemente sobre el honor de sus antepasados la veracidad de lo que aquí se expone mediante sagrada ceremonia y juramento de sangre en la cámara del consejo de los clanes.

Tiempo atrás una relación de amistad unía al pueblo de Kheleb con el pueblo de Veleiron, amistad forjada en eras pasadas por gobernantes lejanos que vieron en la alianza y la amistad el progreso. Pero toda amistad ha de cimentarse sobre sólidas raíces, y desde que el consejero Hagalnae se hizo con el poder en veleiron, de todos es sabido que la unica fidelidad de los mandatarios de Veleiron es hacia el oro. >Hartos de desmanes, de intromisiones y de faltas de respeto de todo jaez, la vieja desconfianza hacia los semielfos fue calando nuevamente en muchos miembros de nuestra raza, y la antaño firme amistad, derivó a una relación de aliados, pues como digo, la amistad de veleiron no era hacia los enanos, era hacia su dinero, su oro y sus hachas siempre afiladas y prestas a combatir por ellos, lo cual, no puede decirse fuera recíproco.

Con tales antecedentes, los acontecimientos se sucedieron de la siguiente forma:

Hagalnae de Veleiron contactó de forma informal con el consejo para pactar una reunión. Pese a no haber notificación oficial, yo, Rhomdur Girlim, acepté a reunirme, puesto que el consejo de Kheleb siempre está dispuesto a escuchar a sus aliados. Pero en pleno viaje hacia dicha reunión, las noticias que me llegaron fueron las siguientes:

Hagalnae de Veleiron se infiltró, aprovechándose de la confianza que los enanos depositamos en nuestros aliados, en nuestra sagrada mina, y siendo muy consciente de que infringía una ley del pueblo enano, expolió sin miramientos nuestro preciado mineral, al tiempo que se jactaba de ello en las tabernas del reino, humillando y encolerizando al pueblo enano.
Semejante felonía llegó a oídos del consejero Durgan, que fue en persona a buscar al infractor Hagalnae, y haciendo gala de una paciencia inpropia de el, trató de hacerlo entrar en razón.
Llegados a este punto, las maneras del infractor Hagalnae fueron mas propias de un aristócrata dendrita dirigiéndose a sus criados, que de un semielfo aliado y preteneciente a una ciudadanía respetable. No contento con responder como un auténtico energúmeno, continuó vapuleando penosamente la pared de la mina con un pico oxidado y con evidente falta de pericia en las mismísimas barbas del consejero Durgan.
Nuevamente, haciendo gala de una paciencia impensable y cumpliendo estrictamente la ley, el consejero Durgan procedió a aplicar la penalización correspondiente, con la esperanza de que el infractor Hagalnae entrara en razón, pero en lugar de eso, el infractor volvió a infringir la ley, una y otra vez ganándose una nueva sanción.

No contento con ello, el doblemente infractor Hagalnae dirigió la misiva que a continuación transcribo al consejo del Rey Darin, en un tono de prepotencia que ningún enano está dispuesto a tolerar:

A la atención del Consejo del Rey Darin:
Sabed que ha llegado a nuestros oídos la existencia de la Ley ‘Nuestras_minas’. Esta ley, que grava a aliados, nos parece abusiva, aparte de no considerar justa vuestra reclamación
jurisdiccional sobre estas minas. Quería concertar una cita con el Consejo para discutir sobre la susodicha ley.
Atentamente,
Hagalnae Wyn’ryel, Consejero de Veleiron.

Desde cuando a un extranjero se le permite venir a la ciudad de piedra, desde la otra punta del continente, para juzgar la lejitimidad de nuestro dominio sobre nuestras propias minas?
En que clase de mundo decadente un invitado se cree con derecho a opinar sobre nuestras leyes?
Si nuestras minas no son de los enanos, de quien son?
Acaso son los mineros semielfos los que pican día y noche, extrayendo nuestros preciados minerales? a caso son los semielfos quienes derramaron sangre durante generaciones excavando estos túneles?
A caso no son los guardias enanos quienes protegen los accesos conocidos a las minas de Kheleb?
Acaso no son nuestros exploradores quienes pierden la vida tratando de encontrar y bloquear los innumerables accesos ocultos a la suboscuridad por los que se infiltran nuestros enemigos?
El pueblo de Kheleb-Dum no va a tolerar jamás, bajo ningún concepto, que nadie ponga en duda su legítimo derecho sobre sus minas. El mero hecho de hacerlo es una provocación y un serio agravio contra nuestros antepasados, nuestro pueblo y nuestro rey.

Todos estos actos fueron perpetrados con malicia, astucia y valiéndose del engaño y la mentira para enemistarnos con nuestros aliados.
Si hermanos y aliados, el mismo Hagalnae que ahora se erige en defensor de la ley y la justicia, el mismo Hagalnae que blandía el estandarte de la paz y la ley en los diversos conflictos que ha habido con la ciudad libre de Anduar. El mismo Hagalnae que ahora, justificandose en la falta de voluntad del consejo de los clanes para reunirse con el, llama al enfrentamiento a todos los pueblos del bien por defender su derecho a expoliar nuestras minas para engordar su bolsa, ya de por si rebosante. El mismo Hagalnae que se apuraba en defender a los druidas de Thorin cuando se vulneraba su derecho legítimo a proteger sus árboles, y el mismo Hagalnae que escudándose en la defensa de la fe atacó a un ciudadano enano acusado de sacrilegio, sin respetar el juicio y el beredicto del pueblo enano, a quienes correspondía juzgar y castigar los hechos. El mismo Hagalnae, un bardo venido a mas, consegero de un pequeño pueblo del sudeste de los reinos, a semanas de viaje de Kheleb, que ha olvidado su lugar en el mundo, ha fagocitado el antaño noble consejo de Veleiron y se ha erigido en cacique de los suyos, escudándose en mentiras, falsedades y todo tipo de traiciones con el único afán de amasar fortunas.

Por todo ello, el consejo de los Clanes de Kheleb-Dum, en representación del Rey darin dispone lo siguiente:

1: Kheleb-Dum ya no reconocerá oficialmente al infractor Hagalnae como representante ni gobernante del pueblo de Veleiron, y obviamente no accederá a ningún tipo de reunión con el, pues los enanos no son dados a reunirse con delincuentes.
Esta condición no cambiará hasta que el infractor Hagalnae pague sus multas, regularice su situación y responda por sus delitos ante el pueblo Enano.

2: Desde este momento la ley Vagabundos se hace extensible a todos los ciudadanos de Veleiron o cualquier ciudadanía con diplomacia neutral o menor con Kheleb, a saber, 300 platinos por 15 días de explotación minera.

1. No se permite, por el momento, ningún tipo de acto de violencia contra Veleiron y sus ciudadanos, puesto que siempre ha sido un pueblo amigo e iincluso muchos de nuestros conciudadanos comparten su fe, pero si el infractor Hagalnae es visto al oeste del antiguo puesto fronterizo de Kattak, el deber de todo enano será apresarlo y llevarlo ante la justicia, respetando a toda consta su vida, por el momento, ya que no es bienvenido en nuestro reino.

2. Se recomienda encarecidamente a todos los ciudadanos de la alianza de Darin que residan en Veleiron que regresen cuanto antes a sus ciudades de origen, puesto que las tensiones diplomáticas podrían agravarse y no son buenos tiempos para confiar en los semielfos de Veleiron.

Firma este escrito, en representación del Rey Darin, del consejo de Kheleb-Dum y de todos sus ciudadanos:
Rhomdur Girlim Azzgrim, Consejero del Rey Darin de Kheleb-Dum.