Inicio Foros Historias y gestas Con la soga al cuello

Mostrando 0 respuestas a los debates
  • Autor
    Respuestas
    • Athewin
      Participant
      Número de entradas: 527

      Un largo camino extenuante, más mental que físicamente, pues sobre nuestras cabezas aún rondaban todas las dudas por lo que había acontecido hace unas horas. No paro de darle vueltas, aquel pantano había sido mi hogar durante más de 20 años y aquellos malditos orcos lo habían destruido en cuestión de minutos. ¿Acaso he tirado toda mi vida y la de los que me rodean por la borda solo por la codicia que corre por mis venas?

      Tardamos más de lo habitual en recorrer la distancia entre el refugio y la ciudad de Anduar, tras lo que acababa de pasar decidimos no usar los caminos habituales por lo que a veces andábamos por caminos ocultos y otras veces atravesábamos la maleza que se interponía en nuestro paso. Nuestros temores se confirmaban, al llegar al punto de reunión no había absolutamente nadie ni parecía que hubieran estado hace poco tiempo, nada, un campo vacío, desértico. La angustia, el desánimo y el terror pueden verse reflejadas en las caras de muchos de los que nos acompañan por lo que decido mandar a uno de nuestros espías al interior de la ciudad para ver qué información puede obtener.

      Decidimos acampar allí mientras vuelve, todos nos encontrábamos bastante cansados por todo lo ocurrido, miro a mi hermano y entendemos que en cualquier momento algunos pueden revelarse y esperando que eso no suceda nuestro enviado vuelve, apenas habían pasado un par de horas, ¿en tan poco tiempo había obtenido alguna pista de lo sucedido?… Las noticias que nos traen terminan por poner una losa sobre nuestros cuellos, uno de nuestros más grandes espías permanecía colgado en la entrada de la puerta oeste de la ciudad, la soga permanecía incrustada en su garganta, aunque al parecer ya llevaba horas muerto, en su pecho podía verse un cartel en el que habían escrito con grandes letras en idioma adurn ‘TRAIDOR’ parece que después de todo Raylan no era capaz de predecir todo lo que iba a pasar.

      Está claro que alguien nos había traicionado, pero no podía ser Raylan, tenía demasiados intereses puestos en esto, no tuvimos tiempo para reflexionar sobre lo sucedido cuando algunos de los hombres comenzaron a amotinarse mientras otros abandonaban su lugar y escapaban como simples mercenarios que eran. Nos defendimos como pudimos, nunca tratamos de escapar pues si aquella era nuestra hora la hubiéramos aceptado sin problemas. Solo sobrevivimos Golodrix y yo, aunque mi hermano quedó algo herido, tantos los rebeldes como los adeptos que aún nos seguían murieron en una sangrienta batalla, no pudieron contra nuestra sangre draconiana ni, por supuesto, contra el uso combinado de nuestros alientos.

      Nos alejamos de la ciudad, buscamos cobijo en algún recoveco que la montaña pudiera darnos al menos para pasar la noche y curarnos de nuestras heridas mientras pensábamos quien era el cobarde que había decidido echarlo todo por la borda. La venganza la íbamos a tener de cualquier forma, pobre del desgraciado que se haya interpuesto en nuestro camino.

Mostrando 0 respuestas a los debates
  • Debes estar registrado para responder a este debate.