Inicio Foros Historias y gestas Conversación entre un sacerdote y el maestro de investigaciones de la fortaleza

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    • Cras94
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      Zelyan llega caminando a paso enérgico y luego de haber pedido permiso llamando suavemente a la puerta entra al despacho del maestro de investigación en la fortaleza de D’hara.

       

      Cortaer está ocupado con algunos documentos en su escritorio cuando autoriza la entrada de zelyan.

      Zelyan hace una reverencia.

      Zelyan dice claramente: Saludos, Cortaer

      Dices con una voz sobrenatural: Saludos, Zelyan

      Zelyan dice claramente: Disculpe que le moleste

      Zelyan dice claramente: He oído rumores que usted ha puesto una ley nueva

      Zelyan dice claramente: Debo disculparme, pues no la he leído aún

      Zelyan pregunta claramente: ¿Podríais explicármela por favor?

      Dices con una voz sobrenatural: ¿Te refieres a Dhara o al imperio?

      Zelyan dice claramente: Imperial.

      Zelyan dice claramente: Algo de educación si no me equivoco.

      Dices con una voz sobrenatural: Ah, la legislación de educación

      Dices con una voz sobrenatural: Hay muchos que han olvidado sus obligaciones como nobles, y no educan a sus conciudadanos.

      Zelyan asiente con la cabeza comprensivamente.

      Dices con una voz sobrenatural: Hay muchas personas

      Dices con una voz sobrenatural: que no saben lo que implica pertenecer a nuestro glorioso imperio

      Zelyan asiente con la cabeza comprensivamente.

      Dices con una voz sobrenatural: que no respetan a Seldar ni sus instituciones

      Zelyan se empieza a enojar

      Dices con una voz sobrenatural: que no honran sus compromisos

      Dices con una voz sobrenatural: y que no respetan las jerarquías

      Dices con una voz sobrenatural: y mi paciencia tiene un límite

      Dices con una voz sobrenatural: Que ya fue rebasado

       

      Zelyan pregunta claramente: ¿Entonces entiendo que esa ley es para imponer orden?

      Dices con una voz sobrenatural: Así es

      Zelyan dice claramente: Entonces decidme

      Zelyan pregunta claramente: ¿Cómo vais a conseguir exactamente que dicha ley se cumpla?

      Zelyan dice claramente: Yo estoy encerrado aquí en la fortaleza de D’hara todo el tiempo.

      Zelyan dice claramente: Pero entiendo todo lo que comentáis

      Dices con una voz sobrenatural: Cualquiera con autoridad puede hacer sorteos aleatorios en la población y hacer preguntas del catecismo

      Dices con una voz sobrenatural: De paso descubriremos herejías

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      La conversación se interrumpe cuando son solicitados los servicios de los dos sacerdotes para curar la maldición de un insensato que quiso acabar con Ayoltar sin las debidas precauciones, y luego de aquello, la conversación es retomada sin demora.

       

      Cortaer piensa por un momento para aclarar sus ideas y proseguir por donde lo había dejado.

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      Dices con una voz sobrenatural: Es eso, todos los adultos deben pasar por sorteo de evaluación

      Dices con una voz sobrenatural: Todos los sacerdotes del imperio tienen autoridad para aplicar esa ley

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      Zelyan piensa con calma

      Dices con una voz sobrenatural: Y cualquier novedad debe ser reportada tanto a la inquisición como a Dhara

      Zelyan asiente con la cabeza.

      Zelyan asiente con la cabeza.

      Zelyan dice claramente: Puedo ayudar en dicha tarea aquí en la fortaleza

      Dices con una voz sobrenatural: Esa ley la impongo yo, desde mi doble responsabilidad como miembro de la iglesia, maestro de investigación de la fortaleza y duque del imperio

      Asientes con la cabeza.

      Zelyan dice claramente: Yo sí puedo ayudar

      Zelyan dice claramente: Solo decidme

      Dices con una voz sobrenatural: No olvides reportar a mí sus investigaciones. El archiprelado no le gusta que sea molestado con algo que es mi responsabilidad

      Zelyan dice claramente: Descuide

      Zelyan dice claramente: Estaré atento

      Dices con una voz sobrenatural: Y claro que debes ayudar, es parte de tus responsabilidades como sacerdote

      Zelyan dice claramente: Hay algunos antipaladines jóvenes que andan un poco despistados

      Zelyan asiente con la cabeza comprensivamente.

      Dices con una voz sobrenatural: Creo que tendré que llamar al orden al maestre de ser necesario

      Zelyan asiente con la cabeza ligeramente.

      Dices con una voz sobrenatural: Y buscar otro un poco más… adecuado a los intereses de Seldar

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      Dices con una voz sobrenatural: Como eso siga de esa forma

      Zelyan hace un ademán de restar importancia

      Zelyan dice claramente: Cierto que el gran maestre podría estar más atento con los novicios

      Zelyan dice claramente: Pero también nosotros los sacerdotes

      Zelyan dice claramente: Por mi parte, descuide que haré lo que comentáis

      Zelyan dice claramente: Y os pasaré el informe en cuanto lo tenga

       

      Dices con una voz sobrenatural: El otro día sin ir más lejos

      Dices con una voz sobrenatural: Tuve que castigar a un novicio clerical por… molestar al archiprelado con su diario de campo

      Zelyan escucha atentamente

      Dices con una voz sobrenatural: Agradeceré su ayuda, realmente

      Zelyan asiente efusivamente

      Zelyan dice claramente: Debo volver con mis estudios sobre los demonios

      Zelyan dice claramente: Son criaturas realmente asombrosas

      Dices con una voz sobrenatural: Lo son, sí

      Dices con una voz sobrenatural: Que Seldar te ilumine, hermano

      Zelyan dice claramente: Os pasaré el informe si encuentro algo digno de ser mencionado

      Zelyan dice claramente: Igual, hermano

      Dices con una voz sobrenatural: Así lo espero

      Zelyan hace una reverencia respetuosa

      Zelyan se da media vuelta y se marcha a paso firme

       

      Zelyan se aleja por el pasillo, su mente llena de preguntas y preocupaciones. La nueva ley del imperio es ambiciosa, y no está seguro de cómo se implementará. Pero está decidido a ayudar en todo lo que pueda. Después de todo, el futuro del imperio depende de ello.

      Que no te engañen las letras.
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