Inicio Foros Historias y gestas Cuentos de Barchray – II

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    • athaelae
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      — ¿Ayudarme? ¿Perdón? — Una sonrisa escapava por entre mis labios
      aunque intenté mantener una expresion seria.
      — Pero, yo no soy…

      Neisha erguió su mano, la cual sostenía un bastón metálico; por un
      segundo pensé que me iba hacer algo y me alejé unos pasos.

      — Ya, joven. ¿Vas a quedarte ahí haciéndome preguntas? — Su voz era
      dulce y calmada, pero noté un aire superior e imponente cuando hablaba.

      — Perdón, oficial. Es que soy nuevo y no estoy acostumbrado a…

      — Tenemos mucho que hacer, ahora no es tiempo de charla. Vamos,
      Barchray, a partir de ahora tu serás mi alumno.

      No intenté decir nada más. Apenas le seguí por las calles de Galador
      hasta llegarmos a una ciudadela situada justo en el centro de la ciudad.

      — Señores soldados — Neisha les hiso un aceno de respecto a los
      soldados que guardaban la entrada.

      Por lo menos, aquello ya había aprendido en las clases, tambien les hice
      lo mismo.

      — Barchray, lo que tienes que hacer, primeramente, es ser más seguro de
      ti mismo — mi profesora continuó.
      — Lo que necesita el ejército, y todos los defensores de la palabra de
      Seldar es de gente fuerte. No fisicamente apenas, pero tambien de
      decisión y personalidad. Tu poder está en tu propia mente. Si no la
      puedes dominar, no podrás tornarte alguién poderoso; si la dominas…

      — Seré grande en el ejército — arriesgué.

      Neisha se detuvo delante la puerta de entrada de la sede del ejército.

      — Barchray, todavía eres muy inmaduro… No es solo eso. Tienes que
      pensar más grande, en aquél que está arriba de todos nosotros.

      — En Seldar — arriesgué otra vez, ahora logrando arrancarle una
      sonrisa a Neisha.

      — Si, Barchray. ¡Seldar! Veo que tienes futuro.
      — Ahora, con permiso… — Neisha abrió la puerta y entró, llamándome
      con la mano.

      Yo le seguí, al menos estávamos en un lugar que conocía.
      Llegamos a la sala de reclutamiento.

      Te encuentras en la Oficina de Reclutamiento del Ejército de Dendra en Galador. Parece que se trata de una organización donde sólo los más poderosos consiguen progresar.
      Continuamente los oficiales entran y salen para dar su informe y recibir nuevas órdenes.La Academia Militar de Galador se encuentra al norte.

      Giramos a la derecha y entramos en una amplia sala llena de mapas. Es
      adónde los miembros organizan sus tácticas de combate. Un gran tablón
      estaba al centro, con muchas cosas escritas, cosas esas que no puedo
      desvelar.

      — ¡Oficial Neisha! — Una voz venía de un rincón de la sala.

      Un humano de almenos 2 metros de altura ahora estaba de pie, mirándonos
      con sus ojos verdes e inexpresivos.

      — Saludos, oficial Dakharhu. Éste es Barchray, mi pupilo en las artes
      de la magia.

      Le hicimos una respectuosa reverencia a Dakharhu mientras él permanecía
      adonde estaba, pero de pie.

      Tenía un pelo plateado recogido con una cinta roja, y en su cuerpo miles
      de cosas que parecían a runas que brillaban. Sus piernas poseían marcas,
      probablemente de muchas batallas y golpes sufridos.

      — Hola, Barchray. ¡Bienvenido al Ejército de Dendra! Creo que podemos
      contar con tus habilidades para nos hacermos aún más fuertes, ¿no? —
      Preguntó el mago, con una sonrisa rara en la cara que no logré
      descifrar.

      — Er… Sí, claro, por el nombre de Seldar — Dije con una firmeza que
      ni yo mismo la conocía.

      — ¡Eso! ¡Eso!, así me gusta ¿eh? — Dijo mientras aplaudía brevemente.

      — Sí, le veo un buen futuro a mi alumno — dijo Neisha, dibujando una
      sonrisa que le dejó más linda de lo que ya era –, pero ahora, con
      permiso, le tengo que empezar su clase.

      Nos dimos la mano a Dakharhu, y acto seguido nos dirigimos a la oficina
      de comandancia, adonde finalmente, mi futuro conocería su comienzo.

      Continúa…

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