Inicio › Foros › Historias y gestas › Cuentos de Barchray – Parte III
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Finalmente llegamos a la oficina de comandancia.
Las paredes fueron realizadas con el oscuro mineral de
Obsidiana, lo que hacía que las antorchas que iluminaban la sala
fuesen menos efectivas.
Estandartes con cada una de las Ordenes del Ejercito colgaban detras de cada uno
de los asientos de
madera que formaban un semicirculo y un estandarte mas grande y decorado
colgaba tras un asiento formado
delante de los demas, en el que se notava a todas las insignias de la orden
entrelazadas junto a una grandiosa espada con un aura negra a su alrededor.— Deténte aquí, Barchray — me dijo mi tutora mientras indicaba que me
sentase en una de las sillas de madera.Yo así lo hice, mientras me corroía la ansiedad.
— Supongo que los hechizos y habilidades de supervivencia ya los has
aprendido en tus clases de niño. Así que pasaremos a un nivel un poco
más alto — continuó mientras yo le asentía –, iremos empezar por una magia de ataque muy
poderosa. Arreglate y ponte en posición de combate, vamos empezar.Empuné mi vara y tomo para aprendices de la magia ofensiva y me puse
frente a ella, listo para lo que iba a aprender.— Perfecto. Empezaremos con el hechizo ‘Magia de las Sombras’.
— Dominarlo no es nada facil, es un hechizo muy antiguo y complejo;
así que presta atención en todo que haga
yo. Primero, tienes que moldear la imagen de proyectiles en tu mente.— Proyectiles, ¿en mi mente? — Pregunté. Ya había oído hablar en ese
hechizo, pensaba que pudiese oscurecer el sol y las lunas, o invocar
poderosas sombras para proteger a su maestro, o algo así…
pero no me imaginaba tirando proyectiles a lo loco por doquier.
«Yo no sé ni manejar un arco; qué raro, proyectiles… ¡Vaya!», pensé.
— Pero, Neisha, no sé manejar arcos. ¿Cómo lo haré? — Mis manos
temblaban de nerviosismo. «Como empiece a decir tonterías ya al inicio
de la clase, meto la cabeza a un agujero y allí me quedo hasta la muerte».— No, Barchray, ¡por favor! — Neisha empezó a reirse muy alto –, no
estás prestando atención en lo que te digo. Te he dicho que lo que
tienes que hacer es imaginarte proyectiles. Nuestro poder viene de la
mente, no te olvides de eso.Como dicho. Despues de esta tontería, mis ganas eran de correr hacia el
primer agujero que encontrase. Sin embargo, ella continuó a hablar.— Mira, lo haré yo. Primero, moldeo once proyectiles mágicos en mi
mente. Despues, focalizo a mi victima, que en este caso eres tu, y
empiezo a concentrarme en penetrar en tu mente para lograr hacer que la
ilusión tenga succeso. Pero, ya te digo que en Eirea hay mucha gente que
no se deja engañar tan facil, así que si no tienes
suficientes estrategias para lidiar con ellos, será mejor que huyas y
busques refuerzos.
— Bueno, allá voy, prepárate.La imagen del rostro concentrado de Neisha se contorsió de pronto, y una
nítida visión de once proyectiles luminosos impactando contra mi pecho
invadió mi cabeza, pero nada estaba en mi cabeza tan solamente; no era
solo mi imaginación…— ¡¡¡AAAAAAAY!!! — Caí de rodillas al suelo. El dolor que sentí jamás
había conocido a otra semejante; fue como una lluvia de aguijones
asotando mi pecho y su veneno a recorrer mis huesos lentamente.
No pude soportarlo más, mi vista escureció, mis musculos no
respondían… Todo era negritud y silencio.Continúa…
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