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Eilazeth se aproxima a la caverna agotada y sudorosa
Eilazeth permanece atenta a cualquier indicio o amenaza
Al fondo de la cueva se vislumbra algo de luz y parecen agitarse unas sombras
Eilazeth sonrie. La presencia de su Dios es palpable en su alma.
Eilazeth se adentra en la cueva
Eilazeth ve a alguien arodillado en el altar, pero la iluminación del lugar no permite discernir de quien se trata
Eilazeth se aproxima lentamente para no alterar la calma de quien está orando.
se escuchan unos murmullos al fondo de la cueva por la zona del altar
Eilazeth sonríe, pues algún devoto está ahora mismo rezando a su querido Ralder. Decide sentarse a un lado para no alterar la calma del ritual
Eilazeth observa a la figura que permanece frente al altar
Dauzzy se encuentra profundamente sumida en sus oraciones a Ralder, por lo que no es consciente de la presencia que la observa
Dauzzy Echa hacia atrás la cabeza sumida en la oración mientras lentamente comienza a
desprenderse de sus armas que va depositando a su lado
las pupilas de Eilazeth se adaptan a la luminosidad del lugar y por fin puede comprobar que
quien está orando es su maestra.
Dauzzy se incorpora lentamente mientras va desprendiendose una a una de sus ropas
Eilazeth observa el ritual de su maestra
La melena pelirroja de la druida cae por su espalda al liberarse de la cinta, ocultando gran
parte de su cuerpo desnudo.
Dauzzy cierra con fuerza los ojos y se concentra visualizando en su mente la forma y anatomía de
una gran pantera negra
Eilazeth se levanta lentamente y se aproxima a Dauzzy procurando no molestarla
En un abrir y cerrar de ojos, la figura humana se transforma en una bella criatura felina con un
pelaje negro como una noche sin lunas.
Eilazeth da un paso atrás asombrada
Eilazeth alarga su mano hacia la pantera
Dauzzy se gira para ver a la semi-elfa que la observa y olfateando en su dirección se le aproxima.
Dauzzy toma entre sus dientes con cuidado la mano de la semi-elfa
Eilazeth acaricia a la pantera con la otra mano
Eilazeth extrae un puñal lentamente
un destello reluce en el puñal al reflejarse la luna en él
Dauzzy libera la mano de la druida
Eilazeth baja el puñal hacia su antebrazo
Eilazeth se realiza un corte longitudinal a lo largo de todo el antebrazo
la sangre cae palpitante sobre el altar, ante la presencia de la pantera.
Dauzzy observa como la sangre es derramaa y su corazón poliformado se agita al sentir cerca a Ralder
Dauzzy se acerca con sinusos movimientos a la druida aproximando sus fauces al brazo herido
el brazo herido de Eilazeth palpita al ritmo frenetico de su corazón, dejando escapar parte de
su vida en forma de sangre derramada.
Dauzzy toma de nuevo entre sus fauces la mano del brazo herido, apartándolo del altar
Eilazeth empieza a percibir su falta de vitalidad
Dauzzy comienza a lamer la herida desde la muñeca y en ascenso hasta el codo, por todo el antebrazo
la sangre comienza a cuagularse
Eilazeth , extasiada, pone sus ojos en blanco
Eilazeth sonríe al notar el calor en su antebrazo
la daga cae, ensangrentada sobre el altar
Dauzzy libera de entre sus dientes la mano de Eilazeth para a continuación, apresar la muñeca de
una fuerte dentellada
Dauzzy lanza un zarpazo sobre la herida del antebrazo y el mundo se detiene en la cueva en un
absoluto silencio
Eilazeth convulsiona de extasis.
en su extasis, Eilazeth vislumbra en su mente imágenes de panteras atravesando un bosque a gran velocidad
Dauzzy ve en su mente la nueva pantera que le acompaña corriendo a gran velocidad por parajes de altas hierbas
la imagen de las dos panteras se difumina a la vez que los sonidos y percepciones del bosque,
abandonan la mente de Eilazeth.
Dauzzy abre sus fauces permitiendo a Eilazeth soltarse y la observa atenta con la esperanza de
haber llegado a ella.
Eilazeth vuelve en sí lentamente
Eilazeth mira a la pantera y sonríe placidamente
Dauzzy le devuelve la mirada satisfecha
Eilazeth se pone en pie lentamente
Eilazeth deja caer poco a poco sus ropajes frente al altar
Eilazeth: Oh, Ralder, yo te entrego mi alma y mi cuerpo
un gran destello ilumina el lugar completamente
al atenuarse el destello, una nueva pantera aparece donde antes se encontraba Eilazeth
Eilazeth , en forma de pantera, cabecea contra el cuello de Dauzzy en señal de gran afecto
Dauzzy olfatea a la nueva pantera y arroja cariñosas dentelladas por su perfecto cuerpo de pantera
las druidas en su forma de pantera, salen correteando de la cueva y se pierden por los bosques
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