Inicio Foros Historias y gestas Defensa camuflada bajos las aguas pantanosas.

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    • sokoth
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      Otro gran día que desperté con el sonido de los chapoteos de los seres del pantano, el croar de las ranas, el vuelo de los mosquitos y todo un sin fin de especies.
      Con paciencia vestí mi armadura, me coloqué la anilla en la cola y metí mis pies sobre las cómodas botas de cuero altas, luego de un salto bajé del árbol en el que pasé
      la noche, miré hacia los lados como de costumbre para no ser devorado por los cocodrilos y caimanes de la zona, y puse rumbo a la ciudad de Grimoszk para desayunar
      unas ricas libélulas con el General Ssratz. Al llegar a la puerta norte de la ciudad, los guardias allá apostados sisearon y agitaron sus colas en señal de saludos.

      • Zsshsshsshhhhhhhssh Tritux Sscuphawk, Hoy losss holgazanes essszhclavos recogerán los cultivoss de maíz de toda la temporada con el que Ozomatli nos bendice,
        que zsshuerte verdad?.- Dijo el Chamán mientras hacía señales a los guerreros para que abriesen las puertas a tu paso. -Es un buen día para todos los ciudadanos del
        pantano.- Afirmó Tritux sin sisear lo más mínimo, pues llevaba mucho alejado de la ciudad y aprendió a hablar como los grandes ogros magos y humanos de los desiertos.

      Antes de ir a su cita con el general, Tritux se paró a las puertas del templo en la plaza, esta era un hervidero de gente los días de mercado y miles de habitantes iban
      a comprar, también se llenaba de gente por ver las ejecuciones, pues en esta plaza también se colgaban los bandos anunciatorios de las decisiones de los gobernantes.
      Al entrar al templo se pueden ver dos estatuas de piedra a ambos lados de la puerta, una era Ozomatli y otra su discípulo Chronos. Al entrar Tritux se dirigió a un pasillo
      estrecho donde las paredes y suelo parecía tener vida propia, acercó el brazo a un oscuro hueco en la pared y algo le dio un pequeño mordisco, acto seguido decenas de
      serpientes salieron de entre todos los rincones y se juntaron creando una escalera de caracol que daba acceso al Altar de Sacrificios del templo, el altar era una gran zarpa
      de saurio orientada hacia arriba y repleta de sangre, allí el Hombre-Lagarto empezó en voz baja a rezar por el bien de su pueblo.

      A medio día Tritux entró al Zigurat donde al fondo se encontraba el General-Mariscal con cara de pocos amigos, un impresionante Hombre-Lagarto verdeazulado con un Tridente
      lleno de runas mágicas.

      -Mi General, un placer volver a estar en su presencia-.
      El General preguntó -¿Qué ha ocurrido para sssaltar nuestro desayuno Tritux?, ya es mediodía…-
      -Discúlpeme, pero tanto tiempo sin venir, creí conveniente volver a rezar y estar en armonía con Ozomatli, así que pase por el templo y los minutos se convirtieron
      en horas, no volverá a suceder se lo aseguro-.
      – Bueno no importa, nosshs han llegado rumoressh de que las demás razas han conseguido fabricar unas botas de piel de dragón con las que pueden andar por nuestross pantanos
      tan fácilmente como nosotros, esssssho podría llevar a ataquess, tendriamosssss que crear defenshass para colocar bajo las putridass aguas de nuestro hogar, por eso quería quedar
      con usted.-
      -¿Qué necesitan de mí?, estoy a su servicio para lo que me encomiende.-
      -Bien… un Chamán vio sus viajesssh por los ojoss de nuestro dios y me contó que en la remota isla helada de Naggrung usted aprendió a crear trampassssss mortaless, ¿es cierto?-.
      -Pues si mi General es cierto, aprendí a producir trampas de lo más variopintas, y al llegar al pantano se me ocurrió como modificar esas trampas con nuestra propia fauna local, para
      crear trampas mucho más efectivas, si necesita que cree y coloque algunas de ellas por los pantanos me pondré a ellos ahora mismo-.
      -Eshhho me agradará mucho, muchísimo, no quiero a indeseables takomitas liberando a nuestros esclavoss en los cultivos o a druidassh thorinyas refrescando nuestrasss calidass
      y estancadasss aguashss.-
      -Bien General-Mariscal, ahora mismo me pondré a ello, iré a por materiales para generar las trampas y llenaré los pantanos con ellas-.

      Tritux intentó sisear mientras inclinaba ligeramente la cabeza para despedirse, a lo que el General, asintió dio media vuelta y volvió a sus cosas.

      Un día después Tritux estaba ya manos a la obra talando el mismo árbol en el que durmió para conseguir madera para sus trampas, luego recorrió el pantano en busca de ranas dardos venenosas
      para otro tipo de trampas que el mismo acababa de pensar, luego entro a las caballerizas de Grimoszk y saco a su karbobo de ellas, en las alforjas metió todos los materiales, se monta en él
      y galopo por pantanos y caminos en su fiel montura hasta la ciudad de Anduar, allí ato a las afueras al karbobo, pues las leyes de esa ciudad no ven con buenos ojos los excrementos por todas
      partes, y anduvo hasta las tiendas del mercado, donde compro cuerdas, cerbatanas y carcajs a rebosar de flechas, cargó con todo hasta el taller de la ciudad y empezó con sus creaciones.

      Primero creo trampas de estacas, afilando los troncos y atándolos con cuerdas, media hora después se puso a crear trampas de flechas, vaciando los carcajs, por último con ranas y cerbatanas
      se inventó unas trampas muy venenosas y mortíferas. Salió de la ciudad en varios viajes y fue llenando al karbobo con todas y cada una de las trampas hasta que no quedaba ni un solo bolsillo de las alforjas.

      -Con esto debe ser más que suficiente para pararle los pies a cualquiera que intente entrar en nuestro territorio durante unas semanas, opino que el General estará más que satisfecho-.

      Tritux volvió a los pantanos y con ayuda de algunos ciudadanos llenaron todo el terreno con las trampas, y fue a informar a Ssratz de que el encargo había concluido con éxito.

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