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Os mola mi registro II?
Dramloth Nobluth (‘El Descastado’) es un semi-drow nacido, como la mayoría de su estirpe, de una
fornicación violenta. Dibashi Mu’tzai era uno de los soldados de élite en la agrupación
de mercenarios Maatir Shabaqi, un grupo de drows de bajo rango huídos de sus respectivas casas
por diversos motivos. Tras una incursión en la superficie trajo consigo un pequeño botín de carne,
una hembra humana de voluptuosas formas que despertó sus deseos más bajos, la llevó secuestrada
hasta las instalaciones que servían de base de su cofradía y una vez allí jugó con ella a violarla y
torturarla indistintamente. Durante años la mantuvo viva y cuando finalmente se hartó de ella había
concebido para él dos hijos, los cuales pudieron vivir durante una noche el primero, y la primera
semana el segundo para jugar a la mayor afición del drow «Arrebatar ilusiones». La crueldad exhibida
para eliminarlos resultaba aterradora, situaba la criatura en una butaca y la madre, paralizada por
un veneno, era obligada a sentarse sobre la cara del retoño hasta asfixiarlo con sus genitales.
Plenamente consciente del horror de lo que sucedía durante el vulgar sacrificio intentó arrancarse
la vida en repetidas ocasiones, pero la cofradía entera puso el mayor empeño en evitar que muriera
sin evitarle el mínimo dolor, por supuesto, dado el gratificante espectáculo que se repetía casi cada
año. Por tercera vez quedó encinta y ella misma intentó matarlo al nacer, amén de frustradas y
repetidas intentonas de abortar violentamente, repudió de su hijo en el acto y la expectación creada
en la cofradía Maatir Shabaqi se desvaneció como polvo. Defraudado por la frialdad que mostraba
la hembra humana hacia su hijo lo dejó morir sin más, pero pasaron las semanas y la voluntad del
infante por sobrevivir inspiraron un nuevo juego en Dibashi, lo aceptó entre su prole y le dió un hogar
y una vida, lo crió como un drow, descastado, servil e invadió su mente de rencor por su madre, le
instó a engañarla y conseguir su afecto hasta llegado su cuadragésimo aniversario. Su madre anciana
no había recuperado la cordura, pero vivía en una nube de felicidad pues estaba convencida del afecto
de su hijo, y de tener, a pesar de toda su desdicha algo a lo que aferrarse. Ese día su Dibashi llamó a
su hijo, Dramloth a su presencia en el despacho del líder de la cofradía, puesto adquirido en un cruento
combate y le ofreció pertenecer al grupo como uno más con una única condición: Dramloth debía limpiar
su herencia humana devorando viva a su madre. Para él fué fácil, a pesar de ser un espectáculo público,
acabar con la infección de su sangre que lo había hecho más débil y lento que todos los que le rodeaban,
agradecido por la bendición de poder unirse a Maatir Shabaqi a pesar de sus carencias para la lucha y
el subterfugio procedió con tanto placer como horror mostró su madre, como guinda adicional la vejó y
fornicó por tanto agujeros pudo, incluso creó unos nuevos en estómago y espalda, intentando compensar
su falta de sangre drow con un exceso de espíritu. El resultado no pudo ser más satisfactorio para su
padre, sólo él pudo aguantar hasta el final la exhibición, el resto se habían ido retirando aburridos, irritados
e incluso asqueados. Cuando terminó Dramloth se giró hacia su padre y exigió su premio, pertenecer a
la cofradía como miembro de pleno derecho, y ese fue el momento más grande para Dibashi, su padre,
renegó de él y lo condenó al exilio bajo pena de muerte, le dió un día para marchar y lo dejó sobre los
restos de su madre, muerta y despedazada, con una rabia y un odio como nunca conoció, alcanzando al fín
el verdadero espíritu de un drow. Con este resintimiento partió a la superficie y hoy en día subsiste con
el objetivo principal de alcanzar unas habilidades comparables a las de su padre con el único fin de arrancarle
la vida de la forma más horrible. Sueña cada noche con nuevas formas de inflingirle dolor en estado puro
lo que le ha llevado a orientar su camino hacia el subterfugio, la magia y la fabricación de artilugios
mortales. Cada día teje, poco a poco, con paciencia y diabólico odio, el plan que le llevará a liderar
los Maatir Shabaqi tras asesinar a su actual líder, su padre. Para no olvidar la misión dirigió sus primeros
pasos hacia Galador, donde reside la familia de su madre aunque no ha revelado su origen, aunque cualquier
medio o aliado le parece adecuado con tal de incrementar sus habilidades mortales.--
La frase que en el 97 leí en la pantalla de Galmeijan y me abocó a este oscuro mundo:
Orco te golpea con su cimitarra.
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