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Capítulo 1. El Retrato
Se encontraban en una pequeña pero aireada habitación gracias a un gran ventanal situado en la pared más larga. La luz del sol entraba por ella haciendo innecesario el uso de ningún candelabro para poder ver, pero la arpía, situada tras su caballete, necesitaba diferentes puntos de luz para realizar un buen trabajo.
Ghagkrik dice: No te muevas… ya queda poco.
En un taburete centrado se encontraba la modelo sentada y perfilada, la cual ya estaba algo impaciente tras varias horas de trabajo. Desnuda completamente mientras su largo cabello blanco tapaba parcialmente parte de su torso, dejaba expuestos solo algunas zonas sugerentes y sus largas y suaves piernas.
Morthandari dice: Espero que sea verdad, la última vez que me dijiste eso fue hace más de una hora.
Ghagkrik sonríe dejando entrever sus pequeños colmillos inferiores mientras da las últimas pinceladas a su obra.
Ghagkrik pasa levemente su mano sobre el borde del lienzo mientras dice: Lista, ya está terminada.
Morthandari se incorpora del taburete y se acerca a la posición de la arpía para ver como ha quedado.
Ghagkrik dice mientras sonríe: Perfecto… como siempre…
Morthandari mira el cuadro ensimismada y algo sonrojada.
Morthandari dice: Sí que es bueno si… pero mi piel es más oscura.
Ghagkrik sonríe mientras da un pequeño y sugerente mordisco en el cuello de la semi-drow.
Ghagkrik dice: Ya lo sé de primera mano… Pero esto seguro que gusta más a ese coleccionista de la ciudad.
Morthandari cierra sus ojos y respira profundamente: Tú eres la que sabe sobre esto.
Ghagkrik gira su cabeza mirando la parte superior del retrato: ¿Crees que he dibujado bien el cielo?
Morthandari contempla el cielo estrellado que ha dibujado la arpía: Te has equivocado, hay una diferencia de una pulgada entre estas dos estrellas. -Señala dos estrellas situadas en la parte superior izquierda. – Y esta otra te la has sacado de la manga.
Ghagkrik se lamenta y comienza a quitar la pintura superior para modificarlo.
Morthandari sonríe levemente: No debes ser tan estricta, seguro que no se dan cuenta.
Ghagkrik dice: Tiene que ser perfecto, alguien podría darse cuenta y mancharía mi reputación. ¿Puedes marcar donde deberían estar?
Morthandari coge un pequeño pincel bañado en pintura amarilla y va marcando el cuadro: Has dibujado una Luna creciente convexa en pleno saliendo por occidente, esta debe ser la correcta distribución.
Ghagkrik sonríe mientras quita el pincel de la mano de la semi-drow para proseguir con la pintura.
Ghagkrik dice: Me sorprende cómo podéis llegar a saber la posición exacta de cada punto del firmamento.
Mothandari dice mientras sonríe: Creía que te sorprendía más como conocía la posición exacta de otros puntos…
Ghagkrik respira entrecortadamente mientras se le escapa una pequeña sonrisa: Anda ve a la cama y déjame terminar luego te acompaño.
Morthandari se da la vuelta y se va de la habitación: No tardes o tendré que llamar al Trilero…
Ghagkrik rie estridentemente.
Ghagkrik dice: Puedes llamarlo si quieres, cuantos más mejor. De todas formas, tenemos que avisarle para contarle el plan.
La arpía pasó largos minutos dando forma al cielo estrellado de la manera en que la semi-drow se lo había indicado. Tras acabar se dirigió a su alcoba donde la humanoide la esperaba para yacer juntas. Al día siguiente hablarían con el trilero para trazar el plan a realizar.
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Capítulo 2. El trilero
La luz de la luna se colaba por la ventana, Ghagkrik se levantó de la cama y comenzó a ponerse su particular camisón de seda azul que deja al descubierto su plumaje posterior. En la cama Morthandari permanecía recostada con los ojos cerrados.
Morthandari entreabre sus ojos y dice: ¿Ya es la hora?
Ghagkrik se gira y acaricia la pierna de la semi-drow: Si ya es la hora, el trilero vendrá de un momento a otro, debemos estar listas.
Morthandari da un pequeño bostezo y se levanta de la cama: Ya podría haber venido ayer… no sé porqué pidió tanto tiempo para la poca cosa que tenía que hacer.
Ghagkrik se sienta mientras observa el cuerpo desnudo de la semi-drow: Los buenos artistas somos así, debemos tener todo a la perfección.
Morthandari sonríe pícaramente mientras pasa cerca de la arpía – Ya… lo cierto es que os esmeráis en todo tanto que a veces incluso asusta. – Pasa su suave mano por la mejilla de la arpía y se aleja para coger sus ropajes.
Mientras la semi-drow comenzó a vestirse tranquilamente mientras la arpía preparaba la habitación de al lado para recibir al trilero. Tras esperar algo menos de una hora y servirse una copa de vino para acortar el tiempo, unos breves toques en la puerta sonaron.
Ghagkrik se acerca a la puerta y abre una pequeña compuerta a la altura de los ojos. Al instante la cierra y abre la puerta para dejar al paso al individuo que acaba de llamar y cerrando tras él.
Ghagkrik dice: Pasa… llevamos un rato esperándote.
Por la puerta pasa un pequeño individuo encapuchado con una bolsa en su espalda tan grande como su chepa.
Morthandari se levanta y cede su silla al invitado: Yo pensaba que te ibas a rajar…
El individuo se quita la capucha dejando ver a un pequeño goblin de pelo marrón corto y desaliñado cubierto por una extrema suciedad y de vivaces ojos verde oscuro que apenas parpadean.
Ugrum deja la bolsa delicadamente en la mesa: El trilero nunca deja un encargo a la mitad.
Ghagkrik comienza a caminar hacia la mesa con una enorme sonrisa que deja al descubierto sus cuatro colmillos punzantes mientras da pequeñas palmadas: No le eches cuenta, tu reputación te precede, espero haber elegido al correcto.
Morthandari mete sus manos en la bolsa y saca un joyero de unos veinte centímetros de ancho y largo, realizado en madera de ébano con multitud de filigranas doradas y una pequeña insignia circular con tres puntas en su interior en el centro de la pieza.
Ugrum dice: No os preocupéis por el precio, la filigrana dorada es simple imitación no creáis que es oro, aunque es imposible conseguir el mismo brillo. La madera si es de ébano, ha venido desde la propia dendra.
Ghagkrik agarra el joyero y lo comienza a inspeccionar detenidamente por todos los ángulos.- Es perfecto, yo diría que es igual, es cierto que aún le falta ese brillo innato pero para eso tenemos a la maga. – mira de reojo a Morthandari con una ligera sonrisa.
Morthandari realiza un pequeño trazo en el aire con los dedos de su mano izquierda que se encuentran completamente iluminados. Posteriormente con su mano derecha parece agarrar esos abstractos trazos y los impregna en la pieza de artesanía. Al momento el brillo de sus dedos desaparece y las filigranas del cofre comienzan a cobrar vida agitándose levemente para volver a su forma original y emitir un pequeño y constante refulgor.
Ugrum sin dejar de parpadear mirando su pieza dice: Yo no entiendo para que todo esto, solo por este cofre podríamos sacar una pequeña fortuna.
Ghagkrik carcajea dejando salir algún sonido estridente de su garganta: ¡Squaawk! Esto no es nada comparado con lo que vamos a sacar, confía trilero… Este es el principio para comenzar a hacernos un nombre en estos negocios.
Morthandari camina alrededor de Ugrum oliendo su pelo y al momento clava sus ojos de color malva y motas plateadas en los del goblin: Pensaba que ibas a venir más aseado, mañana por la noche es el día y parece que no estás preparado.
Ugrum dice algo mosqueado: Llevo dos semanas aislado fabricando esto, no me vengas ahora con esas… ¡ni que tú hubieras hecho nada!
Ghagkrik sonríe levemente siguiendo una pequeña risotada de la semi-drow: Anda ve al baño y ayuda al goblin con lo que necesite, mañana comenzaré con el maquillaje.
Morthandari asiente aún con la sonrisa en la cara: Sigueme, tienes suerte de que el baño esté preparado, lo hemos usado hace solo unas horas y el agua aún permanece caliente.
Ugrum comienza a caminar hacia el baño refunfuñando: ¿Qué ha dicho de maquillaje? De eso no hemos hablado nada, espero que se refiera a tí porque mi preciosa cara no va a tocarla ese pajarraco.
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Capítulo 3. La noche
El día transcurrió con normalidad, aprovecharon las horas de luz para dejar todo listo y prepararse para el momento. Y aunque tuvieron aún que otra pega por parte de Ugrum para poder disfrazarlo al final cedió en todo. Había llegado la hora del evento benéfico para recaudar fondos para los jornaleros del sur de la ciudad y en su propia villa la familia Celedan lo había organizado todo.
Morthandari y Ghagkrik se habían puesto sus mejores galas, ambas con dos largos vestidos de seda morada que cubría parte del suelo. A su lado vestido con un pequeño traje de corto, maquillado por completo de color carne y de la mano de la semi-drow se encontraba el goblin.
Morthandari algo nerviosa rebusca en su pequeño bolso. -¿Hemos cogido las invitaciones verdad?- Ve su invitación y se relaja un poco.
Ghagkrik mira de reojo a la semi-drow y la toma de la mano: Relájate todo va a salir bien, simplemente cíñete al plan.
Ugrum sigue de la mano con Morthandari con cara de mosqueo: Nadie se va a creer que soy un huérfano trabajador de los campos…
Ghagkrik se pone recta y agarra fuerte del brazo a Morthandari: Con rectitud, vamos allá…
Se encontraban frente a la villa de Celedan, multitud de nobles de la ciudad se encontraban en su interior. Una larga alfombra roja recibía a los invitados mientras diferentes mayordomos llevaban los carros de caballo que llegaban a las cuadras de la familia.
Los tres pisaron la alfombra y comenzaron a andar por ella hasta llegar a la entrada donde dos guardias se interpusieron en su camino.
Guardia de Celedan extiende su brazo: Las invitaciones por favor.
Las dos mujeres entregan sus invitaciones a los guardias que asienten al leerlas. – ¿Y la del niño?
Ugrum se pone a gimotear imitando un pequeño llanto.
Ghagkrik agarra el brazo del guardia. – Es uno de los huérfanos del temporal que arrasó el sur de la ciudad, pensaba que sería bienvenido en este acto. – Se acerca al oído del guardia. – Además una de mis obras se subastará esta noche, seguro que a Lady Amira no le importa e incluso da más prestigio a esto.
Los guardias de Celedan se miran el uno al otro algo confundidos: Lo sentimos señorita pero solo se puede entrar con invitación.
Morthandari acaricia la aseada cabeza de Ugrum. – No llores, seguro que estos buenos hombres te dejan pasar. – Posteriormente mira a los guardias con cara amable. – No pasa nada Ghagkrik nos vamos a casa, mañana hablaremos con Lady Amira, a ver en qué rincón nos encontramos a estos dos cuando los echen a patadas porque la artista no pudo entrar.
Ugrum continúa con la cabeza gacha: Mis papás murieron hace semanas, si me ven seguro que darán más dinero por la causa.
Los guardias vuelven a mirarse: Bueno… Bueno… Pueden pasar… Por favor, no le digan nada a Lady Amira, nosotros también tenemos familia y necesitamos el trabajo.
Ghagkrik sonríe levemente, pasa hacia adelante de ellos y se gira haciendo un pequeño gesto a Ugrum: Vamos pequeño, seguro que tus padres estarían orgullosos de tí.
Morthandari arropando a Ugrum pasa entre los guardias.
Ugrum aún con la cabeza gacha se dirige a estos: Muchas gracias, seguro que Gedeon os lo agradecerá.
Tras dar unos pasos y perder de vista a los guardias el goblin se aleja de la semi-drow con un pequeño empujón: ¡No hacía falta que me acariciaras mi precioso pelo!
Morthandari da una pequeña risotada: No te lo hubiera tocado si ayer no lo hubiera limpiado…
Ghagkrik se dirige a ambos algo enfadada: Venga dejaros de tonterías ya y prosigamos, ya sabéis lo que hay que hacer.
Tras un breve paseo por los alrededores de la mansión entraron en el recibidor principal. Había un pequeño bullicio de gente importante, por medio diferentes camareros portaban bandejas con bebidas y canapés.
Un camarero se acerca al pequeño grupo.- Disculpen, cóctel de bienvenida.- Entrega dos copas de vino blanco a las mujeres y se retira. – Disfruten de la velada.
Ghagkrik y Morthandari asienten y dan un pequeño sorbo.
Ugrum refunfuña entre dientes: Maldita sea… Ya podían haberme dado otra a mi…
Ghagkrik da un pequeño toque con la pierna al goblin. – Calla que te van a descubrir.
Morthandari suelta su copa, agarra del brazo a la arpía y coge de la mano al goblin: Venga vamos allá ya sabéis que mi retrato debe estar en la habitación trasera.
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Capítulo 4. La caja
Tras caminar por un largo pasillo, Ugrum se separó del grupo y se adentró en una de las habitaciones cercanas. Morthandari y Ghagkrik prosiguieron su camino hacia la habitación trasera donde se encontraban los objetos a la espera de ser subastados.
Ugrum sacó una bolsa de dimensiones medianas de un cubo cercano y la abrió. En su interior había los mismos ropajes que el de los mayordomos de la casa. Cambió sus prendas por ellas y las volvió a guardar en el mismo sitio. Tras eso salió de nuevo en la misma dirección a la que se dirigían sus compañeras.
Morthandari y Ghagkrik llegaron a la habitación, numerosos trabajadores cargaban cajas de un lado a otro dirigidos por Lady Amira Celedan.
Ghagkrik se dirige rápidamente hacia la doncella: Saludos, estáis impresionante mi señora.
Lady Amira voltea hacia la arpía. – Oh, mi señora mi señora, dejaos de protocolos. – Agarra a la arpía del brazo. – Estoy deseando ver el cuadro que nos habéis regalado para la subasta.
Ghagkrik asiente con la cabeza mientras ríe ligeramente: Estoy segura que tendrá éxito y podrá conseguir una cuantía generosa para los afectados por el temporal.
Morthandari las sigue unos pasos atrás mientras ambas charlan de arte en general hasta que encuentra su caja: Disculpen las molestias, pero esta es la caja del cuadro.
Lady Amira se gira ligeramente.- Oh, abrámosla entonces, estoy deseando verlo. – Se gira y llama a uno de los mayordomos haciendo un chasquido de dedos. – Abra la caja de lady Ghagkrik.
En ese momento Ugrum vestido de mayordomo entró en la sala intentando camuflarse entre la multitud de mayordomos que estaban trabajando.
Ghagkrik se interpone entre el mayordomo y la caja.- Oh, disculpe pero el trato era que el cuadro se vería por primera vez en la subasta. – Por favor señora déjenos ocuparnos a nosotras y a uno de sus mayordomos, cuando llegue la hora lo verá en el salón principal.
Lady Amira se gira riendo. – Está bien, está bien, espero que la espera merezca la pena de verdad. – La doncella chasquea varios dedos indicando a los mayordomos que abandonen el lugar.
Morthandari se gira y ve Ugrum cerca de la entrada: Señora ese bajito podría sernos útil para lo que necesitamos.
Ugrum se acerca cabizbajo y se coloca tras la caja del retrato.
Lady Amira sin echar demasiado cuenta levanta su mano como aprobación y se marcha de la sala tras el resto de mayordomos.
Cuando salen todos de la sala los tres comienzan a desempacar la enorme caja de madera. El cuadro se encontraba envuelto en una gruesa tela para evitar que se rompiera con algún golpe que no pudieran controlar. Bajo el cuadro se encontraba otra caja de madera pero mucho más pequeña.
Ugrum coge la caja de abajo del todo y la saca de la caja grande: Es tu turno…
Ghagkrik saca el cuadro de la caja y lo desenvuelve con cuidado para ver si todo está en orden.
Morthandari se acerca a la pared norte y posa su mano en ella.
Ugrum la sigue de cerca y por curiosidad pega su oreja a la pared para intentar oír algo tras ella.
Ghagkrik saca una pequeña armónica y comienza a tocarla para evitar que el ruido que Morthandari pueda causar se escuche fuera de la sala.
La semi-drow comienza a realizar trazos de runas y líneas sobre la pared creando una pequeña puerta totalmente dibujada, tras ello recita unas palabras.
La puerta realizada por Morthandari comienza a materializarse lenta y verticalmente por la pared hasta convertirse en un portón de madera auténtico.
Morthandari mira a Ugrum: Trilero… te esperamos en el punto de encuentro.
Ghagkrik se acerca a Ugrum y le da un pequeño dispositivo: Trilero recuerda el mapa que trazamos, el lugar está repleto de trampas si algo va mal recuerda activarlo.
Ugrum dice enfadado: No hace falta que me tratéis como a un tonto, ya sé todo lo que tengo que hacer… es fácil para mi un cambiazo y salir airoso.
Ugrum atraviesa la puerta bajo la atenta mirada de las féminas, que algo preocupadas se giran para seguir con su trabajo. La puerta desaparece cuando el goblin la atraviesa dejando la pared totalmente intacta.
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Capítulo 5. Una terrible explosión.
Todos los asistentes a la subasta benéfica se encontraban sentados en sus respectivas sillas. Entre ellos ya se encontraban Ghagkrik y Morthandari. Diferentes artículos de lujo comenzaron a pasar frente a ellos y eran subastados uno tras otro.
Morthandari se percata de un precioso vestido de seda con diamantes y susurra a Ghagkrik al oído.- Podríamos pujar por ese.- Tras esto le dedica una ligera sonrisa.
Ghagkrik se acerca al oído de la semi-drow. – Seguro que un futuro no muy lejano podremos tener cientos como ese. – Se aleja sonriendo.
El subastador pega con su martillo de madera sobre la mesa adjudicando el vestido que estaban viendo a una joven semielfa. – Adjudicado al número 4, enhorabuena.
La semielfa carcajea despectivamente y se levanta de la silla gritando de alegría. Morthandari la mira con desprecio. – Menuda malcriada…
El subastador vuelve a martillear. – El siguiente objeto en ser subastado es una donación por parte de la pintora Lady Ghagkrik. – Dos mayordomos cargan el cuadro cubierto por una fina tela y lo colocan tras el subastador. Tras ello dejan caer la fina tela que lo cubría mostrándolo a todos. Los espectadores comenzaron a aplaudir entre murmullos de sorpresa.
Morthandari mira a la arpía: Parece que ha gustado.
Ghagkrik sonríe levemente: Eso ya lo daba por hecho.
Lady Amira sentada un par de filas más adelante se gira buscando la mirada de la arpía. Cuando ambas se están mirando la anfitriona asiente a la arpía en señal de aprobación por la obra. Ghagkrik le devuelve la seña por cortesía.
Algunos asistentes realizan ciertas miradas a Morthandari ya que en el cuadro aparece semidesnuda. Esta las devuelve con una amplia sonrisa mientras cierra sus ojos, lo que hace que se pongan algo nerviosos.
La subasta comienza y la puja empieza a subir como la espuma con Lady Amira como principal postora. Después de ofertas reñidas y llegando a un precio de 200 platinos, la damisela de los Celedan estaba a punto de quedarse con él. El subastador levantó su martillo.- A la de 1… A la de 2… A la de… – De repente una fuerte explosión surgió del ala este del gran salón. La onda expansiva fue tan fuerte que incluso el subastador cayó al suelo.
La pared salió volando por los aires y todo se llenó de cascotes, polvo, humo y fuego. La gran mayoría comenzaron a correr hacia el exterior totalmente cubiertos de polvo. Entre ellos se encontraban Ghagkrik y Morthandari que llevan un pañuelo en la boca para evitar tragarlo.
Ambas salieron fuera mientras veían como todos a su alrededor gritaban y corrían presas del terror. Algunos buscaban a familiares y amigos entre los escombros otros se apresuraban a apagar las llamas.
Morthandari miraba con pena algunos cuerpos que veía derrumbados por la zona.
Ghagkrik agarró fuerte del brazo a Morthandari para no separarse: No te distraigas.
Continuaron corriendo hacia las afueras sorteando a algunos heridos y a gente pidiendo ayuda. El jardín parecía un completo campo de batalla, rocas de la estructura central habían llegado hasta la misma puerta de la villa, el fuego y el humo lo rodeaba todo.
Aún aturdidas por la explosión consiguieron salir por las puertas principales de la villa y tras varios pasos por un pequeño camino que se hizo eterno consiguieron llegar a los llamados campos de Celedan.
Tras llegar a ellos se subieron a un pequeño carruaje. Tras esto el carruaje salió a toda marcha hacia la ciudad de Anduar.
Ghagkrik miró a Morthandari preocupada por si le había ocurrido algo: ¿Estás bien?
Morthandari de la misma forma comienza a preocuparse por la arpía.- ¿Y tú? – Continúa tocándole los brazos y la cara para asegurarse que todo está bien.
Tras reconocer que ambas estaban bien terminaron en un relajado abrazo. La arpía miró hacia el asiento que tenía enfrente y en él había una bolsa de tamaño mediano, además de reconocer al cochero que conducía el carromato.
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Capítulo 6. Éxito o no.
Aunque el plan había tenido sus altibajos, sobre todo por lo ocurrido al final, habían conseguido su objetivo, el joyero de la matriarca de los Celedan. En su interior se encontraban multitud de objetos de incalculable valor, en su mayoría joyas de una sobresaliente manufactura.
Llegaron a Anduar, dejaron el carruaje en las cuadras más cercanas a la casa de Ghagkrik y se introdujeron en su interior sin que nadie pudiera ver que llevaban cargando la bolsa.
Ghagkrik aún llena de polvo cierra la puerta después de que entren todos: ¡¿Por qué demonios activaste el dispositivo?! ¡Era solo en caso de emergencia!
Morthandari se acerca a Ghagkrik: Relájate, nos van a escuchar…
Ghagkrik respira profundamente y cierra sus ojos un par de segundos: ¿Podrías explicarme porque has activado el dispositivo?
Ugrum totalmente tranquilo mientras saca de la bolsa de tela el joyero: Iban a descubrirme y no me tocó otra opción que usarlo… Pensaba que contabais con ello y por ello os pusisteis en el ala oeste de la sala.
Morthandari continúa tranquilizando a Ghagkrik: Se suponía que era como última opción.
Ugrum pone con cuidado el joyero encima de la mesa: Hubiera preferido no tener que usarlo… pero era eso o quedarnos sin el joyero.
Ghagkrik pone sus brazos sobre la mesa y baja su cabeza: Al menos espero que no te haya visto nadie…
Ugrum inspecciona el joyero de madera de ébano con filigranas doradas buscando la forma de abrirlo. – Bueno… eso si que pasó, pero por suerte está solucionado.. – Al tocar la filigrana principal un destello eléctrico surge de la caja introduciéndose en el cuerpo del goblin y lanzándolo por los aires entre espasmos.
Ghagkrik corre hacia el goblin para intentar ayudarlo mientras se encuentra en el suelo completamente inmovilizado. Al acercarse comprueba su estado y nota como se encuentra paralizado por algún conjuro mágico, acerca su boca a su oído y comienza a tararear una dulce melodía.
Morthandari se acerca a la caja con cuidado y comienza a examinarla sin tocarla. – ‘magius is iseio’. – Una luz amarilla surge del contorno del joyero concentrándose en la filigrana dorada de la apertura y realizando un fuerte destello cegador.
Tras unos segundos la mágica melodía de la arpía parece funcionar y Ugrum comienza a recobrar sus movimientos: ¿Pero qué demonios ha pasado? ¿Qué es este encargo?
Ghagkrik examina el estado del goblin: Ya te encuentras mejor, parece que solo era un pequeño conjuro de inmovilización.
Ugrum algo entumecido aún continúa: ¿Qué clase de persona encanta un simple joyero personal con este tipo de magia?
Morthandari sin perder de vista el joyero: Una que guarda algo de gran valor…
Ghagkrik se acerca a la mesa y al mirar el objeto puede observar como chispas doradas parecen salir del cierre haciéndolo brillar tenuemente.
Ugrum se acerca a las chicas: ¡Yo no pienso poner de nuevo mis preciadas manos en ese artefacto!
Morthandari dice. -Ni tú ni ninguna de nosotras . – Gira el cuello mirando a Ghagkrik esperando su decisión.
Ghagkrik pone su mano derecha en su barbilla y la frota unos segundos. – Parece que no nos queda otra que pedir ayuda a ese goblin rarito…
Ugrum se enfurruña: ¡Ese es solo un engendro!
Morthandari carcajea ligeramente: Un engendro que es capaz de canalizar la magia a su antojo.
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Capítulo 7. El engendro.
La arpía había movido sus hilos para contactar con la criatura. Aunque la mayoría de sus conocidos se encuentran en la ciudad de Anduar la relación con su mentor había conseguido extender esta red de contactos a las ciudades caóticas del norte. Uno de estos enlaces le había dado la información de una criatura mágica que recientemente se había hecho un nombre entre las filas de la horda.
Ghagkrik anda de un lado a otro de la habitación algo nerviosa. – ¿Crees que vendrá?
Morthandari permanece sentada en una mecedora balanceándose. – ¿Por qué no te relajas? Si tu enlace te dijo que vendría seguro que es así.
Ghagkrik interrumpe sus andares y se apoya en la mesa frente al joyero. – Ya… pero han pasado varios días y en la ciudad aún se habla del incidente ocurrido.
Morthandari para de balancearse: No debes preocuparte incluso esa furcia de Lady Amira en persona te pidió disculpas por todo lo ocurrido.
Ghagkrik se recompone y muestra una pequeña sonrisa: Me atrevería a decir que aún no son conscientes de que el joyero es falso.
Pasaron varias horas esperando a su invitado hasta que unos golpes se escucharon en la puerta. Ghagkrik abrió la compuerta de la mirilla para ver quien se encontraba al otro lado. – ¿Quién es?. – La arpía no era capaz de ver a nadie al otro lado.
Al otro lado de la puerta una pequeña criatura comienza a saltar para intentar ser vista. – ¿Está es la ‘guarida’ de la arpía?
Ghagkrik extrañada: ¿De qué guarida hablas?
La criatura continúa saltando. – Busco a Ghagkrik, vengo desde Golthur por un encargo.
La mirilla se cierra rápidamente y tras un ruido seco de la cerradura la puerta se abre parcialmente. – Pasa no hace falta que te pongas a decir cosas a los cuatro vientos.
El pequeño gnoblin cruza el umbral de la puerta ante la incrédula mirada de ambas. – Bueno, bueno nuestro amigo común ya hizo el pago.
Ghagkrik cierra la puerta tras el gnoblin y se agacha para ponerse a su altura. – ¿Y tú qué demonios eres?
El pequeño gnoblin se queda mirando a la arpía unos segundos. – No pajarito creo que me has confundido, no soy ninguna raza de demonio, tengo a un amigo en la fortaleza que sí lo es, pero no es el caso.
Morthandari se queda mirando a la criatura ensimismada, sorprendida y abrumada de que algo así pueda existir. – ¿Y entonces qué eres?
Gaanynk ríe entre dientes. – Yo señorita soy un gnoblin, UnaCreaciónRealizadaPorUnaMenteProdigiosa. – Para de hablar mientras saca su lengua y la mueve de un lado a otro. – De vez en cuando sale mi sangre gnoma a relucir y no puedo controlarlo. Mi nombre es Gaanynk, por mis venas corre sangre goblin y sangre gnoma.
Ghagkrik pasa alrededor de la criatura observándola. – Entiendo que por eso es que posees ciertos poderes mágicos innatos y por ello te ha recomendado mi enlace.
Gaanynk asiente fervientemente. – Así es señorita, SusRelacionesEntreLaHordaHaHechoQueYoEstéAquí… Perdonen de nuevo…
Morthandari sigue perpleja pensando para sí misma: ¿Cómo alguien ha podido hacer esto? Aunque la magia puede crear vida solo debería corresponder a los dioses crear razas de esta forma tan correcta.
Ghagkrik mientras se acerca a la mesa. – Un gusto conocerle Gaanynk, mi nombre es Ghagkrik, como puedes comprobar tampoco soy algo común por estos lares. Mi compañera se llama Morthandari, puede ayudarle con cualquier cosa relacionada con la magia del artefacto.
Gaanynk se acerca a la mesa. – Estoy acostumbrado a estar rodeado de gente rara y toda ayuda sobre el artefacto será bienvenida. ¿De qué se trata?
Ghagkrik aparta una tabla de la mesa y saca de su interior el joyero escondido.
Morthandari se levanta y se acerca lentamente: Un aura amarilla resurge de su interior intermitentemente. Cuando intentas abrirlo las filigranas doradas chisporrotean y lanzan un conjuro de choque que lanza por los aires y paraliza al sujeto. La energía parece tener una fuente de poder inagotable. Los vientos mágicos se arremolinan en el sentido de las agujas del reloj y descienden hasta la base del objeto.
Gaanynk va a poner sus manos en el objeto pero Ghagkrik se interpone. – Solo tienes que eliminar el encantamiento protector, no te sobrepases porque podrías dañar lo que hay en su interior… que por supuesto debe seguir intacto. – Ghagkrik se aparta.
Gaanynk agarra el joyero y comienza a examinarlo. – De acuerdo no os preocupéis, ¿donde puedo examinarlo con tranquilidad?
Morthandari abre una puerta de la sala. – Esta es mi sala de estudio, puedes usar los materiales que necesites.
Gaanynk comienza a caminar con el joyero en las manos: InteresanteInteresanteQueArtefactoMásInteresanteQueEncantamientoMásInteresanteOtroMásParaAñadirAMiColecciónOtroMásParaEnfadarAlCaudilloOtroMásParaReirmeDeLosArcanos.
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Capítulo 8. El Callejón.
Aprovechando la oscuridad de la noche y unas largas túnicas encapuchadas Ghagkrik y Morthandari se adentran en uno de los oscuros callejones sin salida del barrio gremial de Alandaen. La pared final apenas podía verse ya que una montaña de restos parecía taparla casi por completo. Las ratas se encontraban amontonadas en uno de los rincones y paseaban de un sitio a otro de la calle sin miedo a los viandantes.
Morthandari con cara de asco mira a Ghagkrik: Pero dónde demonios estamos…
Ghagkrik ríe mientras se tapa la boca y la nariz con la túnica para que el hedor no la moleste. – Donde nadie busca. – Se acerca a uno de los laterales del callejón y mete su brazo hasta el codo en un hueco entre los ladrillos.
Morthandari mira la escena expectante. – No me digas que este es otro de tus escondrijos.
Ghagkrik gira su brazo mientras un pequeño click puede escucharse al otro lado de la pared.- Los puertos son los mejores sitios para tenerlos. – Después de esto la arpía saca su brazo del agujero y empuja la pared a la altura de la cintura abriendo una pequeña compuerta de un metro de altura.
Ghagkrik se aparta y pone su mano en forma de invitación hacia la semi-drow. – Las damas primero. – Seguida de una pequeña risa.
Morthandari asiente devolviendo la sonrisa, agacha su cuerpo y pasa a través de la apertura.
Ghagkrik la sigue y la cierra al pasar.
Ambas llegaron a una sala rectangular de unos tres por cuatro metros de tamaño repleta de cajas de madera de diferentes tamaños que se apilaban por doquier. No poseía ventana alguna tan solo una puerta de madera que daba a una sala contigua y la pared secreta por la que habían venido.
Morthandari se acerca a una de las cajas y la abre curiosamente.- Para que todo esto si solo vamos a llevar hasta Keel…- Saca de una de las cajas unas telas. – Seda negra de las profundidades de Golthur.
Ghagkrik se acerca a la semi-drow y toca la seda con sus manos. – Querida amiga, aunque la seda negra es de por sí uno de los tipos de telas más caras del continente y por lo que ganamos bastante dinero no es por lo que mi barco suele hacer estos tipos de viajes.
Morthandari sonríe sensualmente: ¿Entonces todo esto es solo para ocultar el encargo que nos hicieron?
Ghagkrik se toca ligeramente un bolsillo interno de sus ropajes. – Ese encargo lo llevo bien a mano, por eso no tienes que preocuparte. – Saca varias telas de la caja y saca lo que parecía ser la parte baja de la caja dejando al aire libre un doble fondo oculto.
Morthandari ve como el fondo de la caja está repleto de botellas de alcohol de todo tipo perfectamente apiladas y compactas para no hacer ningún ruido extraño: Así que era esto lo que en realidad buscas vender sin tener que renunciar a ningún porcentaje.
Ghagkrik asiente mostrando una enorme sonrisa en su cara. – Esa fulana tiene ojos en todos los envíos desde el continente a ‘su puerto’. – Acaricia suavemente las botellas. – Pero por estas no sacará ni un mísero jinny. El alcohol no abunda en Keel, esos borrachos se beben cualquier cosa, cuando llevemos esta mercancía de calidad sólo buscarán la manera de conseguir más.
Morthandari pone las telas en su lugar y cierra la tapa de la caja: Entiendo entonces que está todo preparado para partir.
Ghagkrik se gira y se dirige a la pared por la que habían venido. – Así es, mañana por la mañana cargarán las cajas en la embarcación y partiremos hacia la isla. – Vuelve a introducir su mano en el agujero de la pared abriendo de nuevo la puerta oculta. – Pero no te preocupes no dormiremos aquí, tenemos una habitación de lujo reservada en la posada de la zona.
Morthandari se acerca a Ghagkrik y le da un pequeño mordisco en el cuello. – Bueno… de lujo… todo el lujo que pueden ofrecer cuatro marineros garrulos. – Se agacha para salir al exterior.
Ghagkrik da un pequeño azote en el trasero de la semi-drow: No te quejes que será lo mejor que te pase en varios días.
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Capítulo 9. Una dulce voz.
La mercancía había sido cargada sin problemas en el almacén del guardacostas que iba a llevarlas hasta el puerto de la ciudad de Keel. Ghagkrik y Morthandari ocuparían el camarote central hasta su llegada a tierra firme. El barco zarpó a primera hora de la mañana como estaba estipulado y en unas horas ya se encontraba bordeando la costa sur de Dalaensar dirección este rumbo a su destino.
Los marineros se encontraban relajados en general, realizaban sus quehaceres sin problemas, el agua estaba en calma y el viento corría en la dirección a la que se dirigían, parecía que el barco estaba navegando solo.
Morthandari se encontraba apoyada en la baranda de babor observando en el horizonte la majestuosidad de Dalaensar.
Ghagkrik se acercó a ella por la espalda caminando tranquilamente y se apoyó a su lado: ¿Hacía mucho que no lo veías desde este lugar verdad?
Morthandari sonríe y pone su mejilla en la baranda donde se encuentra apoyada: No recuerdo cuando fue la última vez que pude ver esto e incluso sentir la brisa marina que lo acompaña.
Ghagkrik sonríe y acaricia la cara de la semi-drow: Disfrútalo puede que pase un largo periodo hasta que puedas volver a disfrutarlo.
Morthandari gira su cara y da un pequeño beso a la arpía para posteriormente agarrarla del brazo y quedarse mirando hacia el horizonte.
Los marineros de la embarcación se quedaron embobados viendo la escena, ya que eran en su totalidad hombres. De repente un grito de su superior los hizo asustar y continuar con sus quehaceres. – ¡Malditos holgazanes, es que no habéis visto nunca a una mujer! ¡Mira que me tenéis a mi como ejemplo! – Exclamó la capitana Laurina, la única mujer de la tripulación. Una humana de complexión gruesa bastante alta, la más alta de todos los presentes en el barco. Con el pelo rizado y pelirrojo y con una arrugada cara bastante fea.
Su segundo al mando le replicó. – Pero mi capitana… no puede usted comparar… – No le dejó ni terminar cuando le arreó un considerable guantazo.
Capitana Laurina saca el pecho hacia adelante: Si alguno vuelve a cuestionar mi feminidad lo arrojaré por la borda.
Toda la tripulación bajó su cabeza y continuaron con sus labores sin decir ni una sola palabra.
La arpía y la semi-drow sonrieron al ver ese espectáculo viendo como Laurina los tenía a todos metidos en vereda. A los pocos minutos comenzaron a escuchar una brisa melódica que provenía del continente.
Ghagkrik se alertó y se separó de la semi-drow rápidamente: ¿Escuchas eso?
Morthandari con cara extrañada: ¿Qué te pasa? Es solo la brisa del mar.
Ghagkrik negaba con su cabeza: Yo misma he recurrido a estos trucos, te puedo asegurar que no es la brisa que comentas.
Un marinero que estaba cerca se acercó a ellas: Disculpen que las moleste, hacemos esta travesía a menudo, en más de una ocasión más cerca de tierra que ahora. Tiene usted razón no es la brisa marina, hace años una sirena se apostó en un farallón cerca de la desembocadura del Cuivinien. Aunque no pasa siempre de vez en cuando nos brinda esta melodía, entre los marineros de los puertos pensamos que es símbolo de buen augurio.
Ghagkrik se extraña: ¿Y nunca nadie ha ido hasta ella?
Marinero se encoge de hombros: Algunos hombres dicen que han llegado hasta ella, pero nunca les ha dicho que hace ahí o para que nos canta. Aunque seguramente ni los entienda.
Morthandari sonríe abiertamente: Entonces disfrutemos del próspero viaje que nos espera.
Ghagkrik pone su mano en su barbilla pensativa: Si, no nos queda otra, aunque no entiendo que una sirena cante solo por alegrar a los navegantes.
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Capítulo 10. Gentuza
Pasaron varios días y la melódica brisa había empujado el barco con buenos presagios hasta el puerto de Keel como había dicho aquel marinero. Los tripulantes engancharon los cabos de la embarcación al muelle y posteriormente bajaron las escalinatas para comenzar a descargar la mercancía.
Este puerto constaba de dos grandes muelles realizados en madera y piedra que separan la entrada comercial de la privada. Es el único puerto de gran tamaño de Naggrung por lo que lo convierte en el más ‘seguro’ para el transporte.
A pie de muelle una enorme garita hacía las veces de aduana y en su interior lo que parecía ser un humano se encontraba sentado en una cutre silla de madera frente a una mesa más destartalada aún.
Este humano era un ser de lo más repugnante posible. Su piel era blanca, cosa que se podía deducir por el color de los pliegues de su cuello, pero en general parecía oscurecido por la falta de higiene. Se encontraba totalmente rapado para evitar la aparición de piojos y chinches. Sus orejas se encontraban agujereadas, pero no por pendientes o aros, sino por mordeduras de ratas y otros roedores. Los pocos dientes que mantenía en su boca estaban completamente negros, llenos de caries.
Ghagkrik y Morthandari se acercaron a él mientras los marineros descargaban las cajas.
El aduanero levantó la cabeza al verlas. – ¿Qué desean estas lindas señoritas? Si buscan trabajo pueden ir al Cabaret de Madame Rose. Aunque si quieren otra cosa siempre estoy disponible. – Escupe en sus manos y se limpia su cabeza con ello.
Ghagkrik con semblante serio le entrega los papeles de la carga. – No somos unas prostitutas si es lo que piensas, aquí tienes la carga que traemos.
Morthandari mira con asco al aduanero pensando para sí misma: Y pensar que he pasado más tiempo en esta ciudad que en cualquier otro sitio…
El aduanero agarra los papeles algo mosqueado. – Déjame ver… – Así que telas y ropajes… – Echa una mirada a la figura de ambas. – ¿Estáis seguras de que no queréis trabajar para Madame Rose?
Morthandari da un golpe en la mesa: ¡Ya te hemos dicho que no!
El aduanero se levanta y acerca su cara a la semi-drow: Tranquila gatita o tendremos que darte una lección.
Ghagkrik echa hacia atrás a Morthandari. – Relájate. – Luego mira al aduanero. – Dinos que es lo que hay que pagar y no alarguemos más esto.
El aduanero se aleja de su mesa y se dirige a una de las cajas. – Primero hay que asegurarnos de que la carga es la correcta. – La abre y comienza a meter sus manos en ella encontrando solo tela de seda como había escrito en los papeles. Cuando termina con la inspección vuelve a sentarse en su silla.
Ghagkrik lo mira esperando a que diga una cifra: ¿Y bien?
El aduanero mira a la arpía. – Déjame pensar… – Hace como si estuviera realizando alguna operación matemática pero lejos de eso lo único que hace es pasar el tiempo para que no piensen que es algo cortito. – Añadiendo la plusvalía serían dos mil quinientos jinnys.
Morthandari vuelve a enfadarse: ¿Pero y de dónde ha salido esa cantidad?
Ghagkrik agarra a la semi-drow de los hombros y la mira fijamente: Tranquilízate de una vez.
El aduanero pone cara de amargado: Si no os gusta ya podéis ir dando la vuelta.
Ghagkrik saca de entre sus pertrechos una bolsa de monedas y tras un pequeño lapsus contando mete en otra bolsa más pequeña la cantidad dicha por el aduanero y se la entrega.
El aduanero agarra la bolsa de monedas y comienza a contarla. – Os puedo hacer una rebajita si quisierais… – Mira con cara de baboso a ambas de arriba abajo.
Morthandari se contiene por no decir nada más.
Ghagkrik sonríe ligeramente. – No gracias, seguro que con lo que te hemos dado alguna de las señoritas de ahí fuera te hacen el trabajo que quieras.
El aduanero termina de contar y cierra la bolsa riendo: Por supuesto, todo correcto, pueden pasar. Nadie os molestará mientras hacéis negocios en la ciudad.
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Capítulo 11. El Almacén.
Habían conseguido sobrepasar la aduana sin que nadie notara el fondo oculto de las cajas con las botellas de alcohol. El siguiente paso era almacenarlos en un lugar seguro donde poder realizar la descarga sin ser vistos y evitar las más que posibles represalias de Lesfora. Por suerte ya tenían el lugar idóneo para ello.
Entraron en un antiguo almacén de suministros marítimos. El edificio se había mantenido cerrado tras la muerte de su dueño y nadie hasta ahora había mostrado interés en él. La llave como la ubicación del lugar habían sido entregadas a Ghagkrik en la propia ciudad de Anduar.
Apilaron todas las cajas en una de las esquinas vacías del lugar. En el resto del almacén podían verse grandes estantes y un enorme dibujo ya desconchado por el paso del tiempo que ocupaba casi toda una pared. En otras de las esquinas antiguas cajas destartaladas y vacías y al otro lado un enorme y viejo mostrador de madera de roble donde se realizaban las operaciones de compra y venta.
Los marineros trajeron todas las cajas al lugar y Ghagkrik antes de despedirse de ellos les agradeció el viaje: Denles las gracias a Laurina, ha sido todo un placer trabajar con ella, seguramente vuelva a contratar vuestros servicios en un futuro.
Los tripulantes agradecieron de igual forma a la arpía y salieron del lugar con la satisfacción de haber realizado un buen trabajo.
Morthandari se acerca a una de las viejas cajas y con un manotazo quita algunas telarañas del lugar, pero a la vez levantando polvo y haciéndola toser: Cougff, cougff, menudo almacén que te has buscado, al menos el de Alandaen no estaba hecho una ruina.
Ghagkrik comienza a inspeccionar el lugar buscando algo en particular mientras sonríe por las palabras de Morthandari: Llevas enfadada desde que hemos pasado por esa aduana, tranquilízate ya sabes como es todo el mundo en este lugar, no debes mostrar debilidad.
De repente unas palmadas comienzan a sonar detrás del antiguo mostrador. De las sombras aparece un humanoide encapuchado. – Bien, bien, así que todo ha salido como habíamos acordado.
Morthandari pone su mano en la empuñadura de su espada, pero Ghagkrik se le acerca y posa la suya encima para tranquilizarla.
Ghagkrik sonríe mientras inclina un poco su cabeza: Tranquila, es quien ha conseguido todo esto.
Morthandari relaja sus gestos: Disculpa, no pensaba incomodarte, pero al salir de esa forma creía que eras un ladrón más de los que hay por este lugar.
El encapuchado se acerca un poco a las féminas y se muestra su rostro dejando ver a un semi-drow de rasgados ojos obsidianos que apenas llegan a distinguirse entre las duras facciones de su oscuro rostro. Con un cabello níveo, en su mayor parte sucio y enmarañado, cae, por igual, hacia ambos lados de su faz. Así mismo, su afilada mandíbula, en consonancia con los trazos oblicuos de su nariz y sus pómulos, está parcialmente recubierta por multitud de hebras que conforman su grisácea barba de estilo heleno.
Jacobus con semblante serio: La famosa arpía, al fin nos vemos las caras. Aún me pregunto como una de tu especie ha logrado salir de esa infesta ínsula de Gharburk.
Ghagkrik sonríe abiertamente dejando ver más aún sus afilados colmillos. – Es un placer conocer a unos de los ciudadanos más viejos de esta pútrida ciudad. Cuando me entregaron el mensaje pensaba que todo era una trampa, no llegaba a entender cómo alguien como tú podría ir en contra de esa zorra…
Morthandari pone un gesto dubitativo: ¿Fue él quien te contrató para el trabajo en la villa de Celedan?
Jacobus asiente lentamente: Así es, yo fui, espero que hayáis traído lo que os pedí. Porque yo sí he cumplido con mi parte del trato. Phelipo os comprará todo el alcohol que traigáis sin que Lesfora se lleve ningún porcentaje por ello. Es de fiar, le conviene serlo.
Ghagkrik sonríe mientras se acerca contoneándose hacia el semi-drow. – Por supuesto, por quién me tomas, nosotros cumplimos con nuestros contratos, no todos lo hacen. – Rodea a Jacobus mientras desliza el dedo índice de su mano derecha por el brazo y la espalda del semi-drow.
Jacobus se mantiene impasible: Muéstramelo y yo te mostraré los túneles ocultos.
Morthandari observa la situación manteniendo una sonrisa, pero sintiéndose algo celosa.
Ghagkrik mete la mano en uno de sus bolsillos y saca un pequeño colgante de diamantes y rubíes resplandecientes que refulgen intermitentemente y pone su boca muy cerca del oído del semi-drow. – Aquí tiene, oh leyenda de Naggrung. – Pone el collar en la mano izquierda de Jacobus y se aleja de él con el mismo contoneo y con una sonrisa estridente.
Jacobus levanta el collar y lo observa con detenimiento. – Sin duda es este, no se equivocan cuando te recomendaron. – Se dirige hacia una de las cajas destartaladas y la aparta con una pierna.
Morthandari carraspea: No lo hizo sola…
Ghagkrik sonríe mientras mira al semi-drow.
Jacobus comienza a levantar una gruesa tapa de madera que se encuentra totalmente camuflada en el suelo del almacén. – Estos trabajos nunca se hacen solos, por eso no lo hice por mí mismo.
Ghagkrik aplaude brevemente mostrando auténtica alegría. – Una de las entradas a los túneles ocultos de Keel, con esto tendremos acceso al tráfico sin temer a esa maldita zorra. – Luego abraza a Morthandari para transmitirle su misma sensación.
Morthandari devuelve el abrazo y sonríe ligeramente: Un paso más para nuestra meta.
Jacobus termina de levantar la tapa y mira a ambas: Venga… tengo que enseñaros esto, no tengo todo el día.
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Capítulo 13. Contrabando (Parte I)
El viaje de vuelta a la isla había transcurrido sin incidentes. Uno de sus rápidos navíos personales la había traído desde el continente en la mitad del tiempo que suele ser habitual. El negocio de contrabando de alcohol iba viento en popa y muchos de los recursos obtenidos habían sido destinados a otras rutas comerciales de igual índole. Estas nuevas rutas habían otorgado mucho poder económico a la arpía y a sus compañeros.
Ghagkrik pregunta: Parece que el contrabando va mejor que nunca. Sigue molestando ese enemigo a Phelipo?
Jacobus asiente ligeramente a la vez que tuerce el gesto dubitativo.
Jacobus dice en dendrita: Phelipo está recibiendo la mercancía y la sirve bien a los parroquianos que pasan por ese antro del puerto.
Jacobus dice en dendrita: Si los AguasNegras no meten mucho las narices podremos seguir sacando una buena cantidad de Jinnys todos los meses de ese negocio
Ghagkrik sonríe con un ligero graznido.
Ghagkrik dice: Si meten sus narices házmelo saber y aumentare el dinero enviado en un 5% para que puedas comprar algún brazo de más.
Jacobus dice en dendrita: De momento se puede controlar. Esos bastardos de la hermandad tienen al grasiento algo agobiado, pero tras un par de AguasNegras desaparecidos, el negocio está tranquilo.
Jacobus cruza los brazos con gesto serio.
Ghagkrik dice: La ruta de ‘hierbas especiales’ a bucanero está yendo mejor de lo esperado y estamos recibiendo una suma importante de beneficios.
Jacobus asiente con seguridad.
Jacobus dice en dendrita: Lo de Bucanero va incluso mejor que el alcohol aquí en Keel, aunque…
Ghagkrik se apoya en una mesa cercana mientras escucha a Jacobus.
Jacobus se lleva uno de sus oscuros dedos a la punta de los labios mientras parece pensar en algo.
Jacobus dice en dendrita: ¿Has escuchado los rumores de que la gobernadora Marley le va a conceder a esa puta de los Gtidhry el permiso para abrir su almacén de suministros en la Isla del Bucanero?
Jacobus dice en dendrita: La última vez que estuve por la taberna, la mitad de los borrachos de allí no paraba de hablar de eso.
Jacobus dice en dendrita: Un almacén para vender todo lo que llegue a sus manos…
Ghagkrik dice: Algo había escuchado, una de las razones de venir aquí era por si tú también lo confirmabas.
Jacobus empieza a caminar con paso lento por la sala.
Ghagkrik tuerce el gesto ligeramente.
Jacobus dice en dendrita: Algo similar a lo que tiene Rutter en la ciudad de Anduar.
Jacobus dice en dendrita: Pero claro está, sin un gremio de comerciantes que le sujete la correa.
Jacobus se detiene y mira a Ghagkrik ligeramente.
Ghagkrik pregunta: ¿Crees que podremos sobornar a la gobernadora para que nos lo otorgue de alguna forma?
Jacobus dice en dendrita: Si esa puerca de Gtidhry monta el almacén en Bucanero puede que tengamos problemas para dar salida allí a nuestra mercancía.
Jacobus tuerce el gesto.
Jacobus dice en dendrita: No lo sé. Hace tiempo que no trato con la gobernadora Marley…
Jacobus dice en dendrita: Pero qué demonios… es la Alcaldesa de una isla pirata… ¿Dejara de poderse sobornar?
Jacobus asiente enérgicamente.
Jacobus dice en dendrita: En mi próxima visita a Bucanero me acercare por su mansión y veré de reunirme con ella.
Ghagkrik dice: Son gente sin principios, y no podemos perder ese negocio ahora que esos ‘Guante Blanco’ o como quieran llamarse parecen haber desaparecido.
Jacobus dice en dendrita: Tienes razón… aunque ese es otro asunto que no me gusta.
Ghagkrik dice: Y si esa bastarda no entra por el aro, tendremos que buscar la forma de quitarnos del medio a esa tal Gtidhry.
Jacobus extiende sus manos para reforzar la expresión de sus dudas.
Jacobus dice en dendrita: Por Bucanero pasa una gran cantidad de mercancías, no tan grande como aquí en Keel… pero es un negocio importante.
Jacobus dice en dendrita: Cualquiera con dos dedos de frente puede verlo.
Jacobus dice en dendrita: ¿Por qué Guante Blanco dejaría de lado un negocio así?
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Capítulo 13. Contrabando (Parte II)
Ghagkrik dice: Por Anduar también se escuchan rumores amigo mío…
Ghagkrik dice: Parece ser que su mandamás está más ocupado de pelear con los enanos por sus minas que de los negocios marítimos.
Jacobus mira fijamente a Ghagkrik durante unos instantes para después soltar una sonora carcajada.
Ghagkrik sonríe graznando.
Jacobus dice en dendrita: ¡Menuda escoria de pantano!
Ghagkrik dice: que vas a esperar de un intento de orejas picudas.
Jacobus dice en dendrita: Pues si esos rumores son ciertos, no debemos de dejar pasar esa oportunidad.
Jacobus levanta uno de sus dedos para señalar a Ghagkrim directamente.
Jacobus dice en dendrita: ¡Escúchame Ghagkrik! Si nos hacemos con bucanero, tendremos una posición lo suficientemente fuerte como para poder, plantarnos frente a Lesfora y mejorar nuestra situación aquí en Keel
Ghagkrik asiente sonriendo ligeramente.
Ghagkrik dice: Ya hacemos por esta ciudad más que esa fornicadora compulsiva de Lesfora.
Jacobus deja escapar una liviana sonrisa.
Jacobus dice en dendrita: No siempre fue así, en otra época tenia ambición como nosotros.
Jacobus dice en dendrita: Pero el dinero y el poder cambia a todo el mundo.
Ghagkrik dice: Una época en la que no era una gorda desdichada.
Ghagkrik dice: Pensaba que hacer negocios por aquí iba a ser más complicado de lo que realmente fue.
Ghagkrik dice: Es como si Lesfora no se enterara de la mitad de lo que pasa en esta ciudad cuando predica que tiene ojos en todas partes.
Jacobus chista ligeramente mientras suelta una sonrisa burlona.
Jacobus dice en dendrita: No te creas que siempre es así de «fácil» socia.
Jacobus dice en dendrita: No todos los que vienen a Keel tienen a un explorador que les da acceso a todos los túneles subterráneos de la ciudad.
Ghagkrik sonríe mientras guiña un ojo a Jacobus.
Jacobus dice en dendrita: Ni tienen el acceso a los horarios de los turnos de guardia.
Jacobus dice en dendrita: Ni saben cómo, cuándo, dónde y a quién vender la mercancía…
Ghagkrik dice: Por supuesto, pero pensaba que de alguna forma u otra acabaría enterándose.
Jacobus te vuelve a señalar con el dedo.
Jacobus dice en dendrita: Has tenido mucha suerte de encontrarme.
Ghagkrik carcajea descontroladamente.
Jacobus dice en dendrita: Y la suficiente habilidad como para ponerme de tu lado con este negocio.
Ghagkrik dice: Podemos decir que ambos hemos tenido suerte.
Jacobus dice en dendrita: Dudo que Lesfora no tenga a gente detrás nuestra intentando averiguar nuestros negocios.
Jacobus dice en dendrita: A esa puta no hay que subestimarla
Ghagkrik dice: Por eso tenemos que seguir alerta.
Jacobus dice en dendrita: Sin embargo, Keel es muy grande, y gestionarla es aún más difícil.
Ghagkrik dice: Por eso debemos centrarnos primero en conseguir Bucanero amigo mío.
Ghagkrik dice: Si conseguimos eso nuestro siguiente paso será contar con los mejores contrabandistas y aunarlos en una misma bandera, la nuestra.
Jacobus se da unos golpecitos en la solapa de la pechera.
Ghagkrik dice: Si todo va bien serás uno de los mandamases del más famoso gremio de contrabandistas de los océanos de Eirea.
Jacobus dice en dendrita: La Isla de Bucanero y la gobernadora son cosa mía.
Ghagkrik dice: Perfecto lo dejo en tus manos.
Jacobus dice en dendrita: Esta semana terminaré unos asuntos por la ciudad y partiré a Bucanero la semana próxima.
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Capítulo 13. Contrabando (Parte III)
Ghagkrik dice: Yo estoy trabajando en unas nuevas rutas comerciales.
Ghagkrik dice: Hay muchas islas en este vasto océano a las que poder robarles recursos.
Jacobus dice en dendrita: ¿Llegaste a considerar la ruta hacia Tilva?
Jacobus se apoya contra la pared del centro de la estancia mientras mira a Ghagkrik.
Jacobus dice en dendrita: Aunque Tilva está bajo dominio de Dendra, sus puertos también ofrecen posibilidades para el contrabando.
Ghagkrik dice: Durante un tiempo la consideré, pero la di por acabada. Ahora ha llegado una tilvense a Alandaen, quizás pueda darme algo de información valiosa.
Jacobus asiente varias veces de forma metódica.
Jacobus dice en dendrita: También me han llegado esas noticias.
Ghagkrik dice: Por lo visto dice ser dueña de la villa de los Valenti.
Ghagkrik dice: Así que debe tener algo de poder económico.
Jacobus se lleva las manos al mentón, acariciándolo ligeramente.
Jacobus dice en dendrita: Valenti…
Ghagkrik dice: Si, los dueños del antiguo torreón.
Jacobus dice en dendrita: ¿No fue un tal Valenti un mercader de Alandaen que llegó a tener una importante flota de barcos mercantes?
Ghagkrik dice: Eso dicen, no tengo tantos años como para saberlo, yo siempre he conocido aquella villa como unas ruinas.
Jacobus dice en dendrita: ¿Crees que la nueva dueña de la villa querrá restaurar esa flota y montar sus propias rutas?
Jacobus dice en dendrita: Las Tilvanas son testarudas…
Ghagkrik dice: Aun no lo sé, pero me enterare
Ghagkrik sonríe lentamente.
Jacobus dice en dendrita: Si quiere montar de nuevo el negocio… Quizás esa vieja villa embrujada deba cobrarse una nueva víctima entre sus muros.
Ghagkrik dice: Mis contactos aun no me han informado sobre ello.
Ghagkrik dice: Pero si quiere abrir un nuevo negocio marítimo no tardará mucho en venirse abajo.
Jacobus dice en dendrita: No lo dejes pasar y obtén esa información Ghagkrik
Ghagkrik dice: Tú preocúpate de Bucanero…
Ghagkrik dice: Deja Alandaen en mis alas…
Jacobus levanta sus brazos a la altura de los hombres mientras sonríe.
Jacobus dice en dendrita: ¡Está bien está bien!
Jacobus dice en dendrita: No te agites, o acabarás perdiendo las plumas…
Jacobus sonríe burlonamente.
Jacobus dice en dendrita: Siempre has gestionado bien las rutas hacia el continente.
Jacobus dice en dendrita: Bueno, tú y…
Jacobus mira a ambos lado de la estancia.
Jacobus dice en dendrita: ¿Y Morthandari?
Jacobus dice en dendrita: ¿Dónde coño se ha metido?
Ghagkrik sonríe pícaramente.
Ghagkrik dice: No me ha acompañado en esto hoy.
Ghagkrik dice: Tenemos otro negocio entre manos y…
Ghagkrik dice: Y gracias a sus ‘habilidades’ puede aligerar esos viajes que son a veces tan cansados y negativos para el comercio.
Ghagkrik dice: Ella es la que se encarga de conseguir esas bayas de Cyr para mezclarla con la marihuana.
Jacobus levanta la mano.
Jacobus dice en dendrita: Mientras no se meta en líos y nos joda el negocio, no me importa.
Jacobus dice en dendrita: Pero aquí en Keel debe andarse con cuidado ya lo sabes.
Ghagkrik dice: Lo sé, por eso evito que venga.
Ghagkrik dice: En su paseo por Dendra está preguntando por información sobre la tilvense.
Ghagkrik dice: Me gusta contrastar toda la información.
Jacobus asiente.
Jacobus se reincorpora, despegándose de la pared para volver a caminar con paso lento por la sala.
Ghagkrik dice: Seguramente a mi llegada a la ciudad este esperándome en mi casa con todo lo que necesitamos.
Ghagkrik dice: Además de tener preparado otro cargamento para bucanero.
Ghagkrik dice: Esas bayas de cyr mezcladas con marihuana los vuelven locos.
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Capítulo 13. Contrabando (Parte IV)
Jacobus parece distraído y camina con paso lento mirando hacia el suelo sin prestarle mucha atención.
Jacobus dice en dendrita: Disculpa Ghagkrik.
Jacobus dice en dendrita: Me ha venido a la cabeza otro asunto
Ghagkrik mira a Jacobus impacientemente.
Jacobus dice en dendrita: ¿Conoces a Tliroth no? ¿Ese traficante de joyas que se esconde en las cuevas de los acantilados de Keel?
Ghagkrik dice: Dime, ya que hemos coincidido está bien dejar todo bien cerrado.
Ghagkrik dice: Sí que lo conozco, algo hemos hecho juntos…
Jacobus asiente ante la respuesta de Ghagkrik.
Jacobus dice en dendrita: Ya también he hecho varios encargos para él.
Jacobus dice en dendrita: Pero hace un par de días, volví a verlo y me estuvo comentando algunas cosas que, bueno…
Jacobus dice en dendrita: Inicialmente no le di importancia, pero acabo de caer
Ghagkrik dice: Cuéntame, no se le estará yendo la lengua con algo…
Jacobus se detiene y levanta la cabeza para mirar a Ghagkrik.
Jacobus dice en dendrita: Tliroth no estaba contento. De hecho estaba bastante enfadado por un tema con Lesfora.
Jacobus dice en dendrita: Según me comento se había enterado de que Lesfora le había concedido a un nuevo comerciante una licencia para operar desde aquí…
Jacobus estira sus brazos y señala al suelo.
Jacobus dice en dendrita: Desde Keel
Jacobus se lleva las manos a la cabeza como intentando recordar algo.
Jacobus dice en dendrita: ¿Qué nombre me dijo ese desgraciado de Tliroth?
Ghagkrik dice: No me digas… algún ‘primo’ lejano suyo que necesita un oficio.
Jacobus aprieta los ojos durante un instante.
Jacobus dice en dendrita: No Ghagkrik. El mercader es Orgo. Pero ahora mismo no consigo acor…
Jacobus da una palmada mientras reacciona repentinamente
Jacobus dice en dendrita: Jhubar!
Ghagkrik mira extrañada a Jacobus.
Jacobus dice en dendrita: Ese fue el nombre que me dijo Tliroth
Ghagkrik pregunta: ¿Y ese quien es?
Ghagkrik pregunta: ¿Lleva mucho tiempo en esta isla?
Jacobus dice en dendrita: Según me dijo, Jhubar es un traficante Orgo con cierto prestigio en la zona del continente.
Jacobus dice en dendrita: Y ha venido hace poco a Keel.
Ghagkrik dice: No se diga más…
Jacobus dice en dendrita: Y parece que con el suficiente oro para ponerle encima de la mesa a Lesfora como para que le permita operar desde Keel sus negocios
Ghagkrik dice: Aumentaremos nuestros recursos en un 10% hacia esta ciudad.
Ghagkrik dice: Y haremos todo lo posible para que no interfiera en nuestro negocio de alcohol…
Jacobus dice en dendrita: Tliroth me pidió que le echara un ojo a ese Orgo, pero con todo el jaleo de las últimas semanas y los envíos… me olvidé del asunto por completo.
Jacobus dice en dendrita: Creo que tiene un almacén por la zona del puerto de Keel.
Ghagkrik dice: Deberemos tener más cuidado
Ghagkrik dice: En los envíos…
Ghagkrik dice: Seguro que este es un nuevo chivato de Lesfora y no tenemos que caer en sus trampas…
Jacobus dice en dendrita: No lo sé.
Jacobus dice en dendrita: Pero aun no me llego ninguna información de él.
Jacobus entorna los ojos.
Ghagkrik suspira largamente.
Jacobus dice en dendrita: Lo cual, aquí en Keel donde hasta las mierdas de ratas escuchan, es bastante difícil
Ghagkrik dice: Tiene que tener mucho apoyo de Lesfora entonces.
Jacobus dice en dendrita: En cuanto caiga la noche me acercaré por el Viajero
Jacobus dice en dendrita: Seguro que Quadishz tiene algo de información sobre él.
Jacobus chista ligeramente.
Jacobus dice en dendrita: Ese maldito lagarto siempre acaba enterándose de los chismes de todo el mundo.
Ghagkrik dice: No sé cómo te fías de esa lagartija.
Ghagkrik dice: Tiene la lengua demasiado suelta.
Jacobus cruza los brazos por delante del pecho.
Jacobus dice en dendrita: Tienes que saber tratarlo.
Jacobus dice en dendrita: Darle algo que le guste de conocer a cambio de lo que te interese a ti.
Ghagkrik dice: Se vende por 2 míseros Jinnys…
Jacobus dice en dendrita: Y por supuesto, nunca hablar de ti, sino de los otros
Jacobus sonríe ampliamente.
Ghagkrik resopla.
Ghagkrik dice: Nunca me han gustado los chivatos…
Jacobus dice en dendrita: Quadishz es útil, pero al igual que cada persona en Keel, tienes que saber utilizar la herramienta para sacar provecho o de ella.
Jacobus dice en dendrita: Si quieres difundir un rumor, el Viajero es un buen sitio por dónde empezar.
Ghagkrik dice: No me voy a meter en tus formas por conseguir información
Jacobus se aproxima hasta un lateral del ventanuco de la pared.
Ghagkrik dice: Tú conoces bien esta ciudad, tú sabrás… No nos ha ido mal todo este tiempo, no debe irnos mal porque un nuevo orgo ha llegado a la ciudad.
Jacobus dice en dendrita: Quadishz es cosa mía… y si alguien conoce algo del Orgo, será el, y conseguiré que el lagarto me lo diga.
Jacobus mira discretamente hacia el exterior.
Ghagkrik mira a Jacobus extrañada.
Jacobus dice en dendrita: Se está haciendo tarde y tengo asuntos que atender antes de que salgan las ratas nocturnas de sus escondrijos.
Ghagkrik asiente rotundamente.
Jacobus dice en dendrita: Aunque parezca mentira, algunas veces es más fácil moverse por Keel a plena luz del día que por la noche.
Ghagkrik dice: Nunca es fácil moverse por Keel… siempre hay millones de ojos clavándose en tu nuca.
Ghagkrik dice: Por eso siempre prefiero pasar la noche en mi propia embarcación…
Jacobus asiente sonriente.
Jacobus dice en dendrita: Arpía precavida.
Ghagkrik dice: A la mañana partiré hacia Anduar, la próxima vez que nos veamos entiendo que habrá novedades…
Jacobus dice en dendrita: ¿Nos vemos a tu regreso entonces?
Ghagkrik dice: Así es, si tienes nuevas ya sabes cómo contactarme para adelantar mi regreso.
Jacobus asiente con decisión.
Jacobus dice en dendrita: Perfecto.
Jacobus dice en dendrita: Nos vemos a tu regreso…
Ghagkrik asiente con una pícara sonrisa.
Ghagkrik dice: Suerte con lo de Bucanero… te hará falta.
Jacobus se ciñe ligeramente su capucha y tras tantear los alrededores de la puerta, abandona la estancia.
Tras la salida del semi-drow la arpía se cubre con su gruesa chilaba y se dirige hacia su barco donde como ha dicho, pasará la noche lejos de miradas indiscretas y cualquier enemigo que pueda traicionarla… A la mañana siguiente zarpara hacia Anduar donde espera concretar nuevas rutas de comercios y afianzar la droga hacia bucanero.
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Capítulo 14. Pagos mensuales
El viaje de vuelta al continente fue rápido y sin imprevistos. Con su llegada a Alandaen había podido ver con sus propios ojos cómo se estaban llevando a cabo pequeñas reformas cerca del antiguo torreón de los Valenti. Bastante indignada por no saber nada al respecto subió a un carromato y fue rauda a la comercial ciudad de Anduar donde esperaba tener una discreta reunión con su general.
Unos toques en la puerta de su despacho sacaron de sus pensamientos al General de la ciudad.
Recluta nivrim entreabre la puerta y dice: Disculpe señor, pero hay una señorita que insiste en verlo de manera inmediata.
Szhysszh asiente fervorosamente al recluta
Szhysszh pregunta: ¿de quién se trata recluta?¿te ha dicho como se hace llamar?
Recluta nivrim dice: No ha dicho su nombre señor, pero tiene pinta de ser la arpía de la que muchos hablan.
Szhysszh susurra en voz baja
Szhysszh dice: ¡Maldición! Siempre que se presenta no es para traer buenas noticias, en fin
Szhysszh hace un gesto al recluta para dejarla entrar al despacho a regañadientes
Recluta nivrim dice: De acuerdo señor, ahora vuelvo con ella.
El recluta sale y al cabo de unos minutos vuelve seguido de Ghagkrik.
Ghagkrik mira de arriba abajo al recluta.
Szhysszh se levanta de su asiento
Ghagkrik dice: Menudo panorama, cada día tus soldados son más feos y escuálidos.
Szhysszh dice: por eso lo tengo haciendo tareas administrativas, es lo único que se le da medianamente bien
El recluta baja la cabeza.
Szhysszh pregunta: pero por favor, toma asiento, no creo que el motivo de la visita sea hablar de mis subordinados, verdad?
Ghagkrik se adentra en la sala y se sienta en una de las sillas frente al escritorio del general.
Ghagkrik dice: No, por supuesto que no, aunque una intenta nunca perder el tiempo y se fija en todo lo que puede.
Szhysszh mira fijamente al recluta
Szhysszh dice: recluta por favor, espéranos fuera y custodia la puerta, que nadie nos moleste
El recluta asienta con la cabeza y dice: Ssi… si… señor, ahora mismo señor.
El recluta sale de la sala y cierra la puerta tras él.
Szhysszh da una pequeña vuelta por el despacho y se asegura de que la puerta está completamente cerrada.
Szhysszh dice: espero que no se tome esto como una falta de respeto, pero podríamos ir al grano?Tengo mucho papeleo que rellenar, la guardia últimamente está teniendo problemas con la seguridad y estoy hasta los topes.
Ghagkrik dice: Perfecto así no perdemos ninguno de los dos nuestro tiempo. A ver si puedes explicarme como una puta tilvense puede llegar a Alandaen hacerse con villa Valenti y yo tener que enterarme a través de rumores en vez de a través de la ‘guardia’ de la ciudad…
Szhysszh dice: Pues la verdad es que como le digo, señora Ghagkrik, estamos teniendo problemas con la seguridad de la ciudad y es prioritario para nosotros, y seguramente se me escapó algún que otro detallito en las afueras
Szhysszh dice: Aunque por supuesto, como le dije, puse soldados por Alandaen, no se como no se me informó de los movimientos acontecidos
Ghagkrik se levanta de su silla alterada.
Ghagkrik exclama: ¡Pago la cuota acordada todos los meses, la prioridad es mantenerme informada, no las estupideces que hay tras estas murallas!
Ghagkrik dice: Y encima llego de mi viaje de Keel y veo que están remodelando la base del antiguo torreón….
Szhysszh se levanta con porte firme
Ghagkrik pregunta: ¿Es que sus soldaduchos no son capaces de informarle como debe ser?
Szhysszh dice: cálmese cálmese señora Ghagkrik, algo habrá sucedido seguro para que mis soldados no me informaran de manera correcta, de todas formas si una de sus preocupaciones es el dinero tenga por seguro que les será descontado del sueldo mensual y devuelto a usted
Ghagkrik exclama: ¡No quiero mi dinero de vuelta, quiero información!
Szhysszh dice: Entiendo, pues siento mucho decirle que no me ha llegado ninguna información sobre Alandaen, no se que mas puedo decirle, tendré que bajar personalmente a ver que sucedió y hablar con mis soldados.
Ghagkrik niega rotundamente con la cabeza.
Szhysszh mira fijamente a Ghagkrik
Ghagkrik dice: Esa no es una respuesta válida, espero que las cosas no sigan así, sino retiraré la cuota propuesta en breves.
Szhysszh dice: siéntese otra vez, por favor, y dígame cómo podemos solucionar esto
Ghagkrik se sienta de nuevo aún molesta.
Szhysszh dice: Por supuesto que es intolerable, no se preocupe pues mandaré a un soldado de plena confianza para dar prioridad absoluta a sus menesteres
Szhysszh dice: De todas formas investigaré que sucedio con los dos zoquetes que mandé a Alandaen y como no me informaron de absolutamente nada
Ghagkrik dice: Me espero de todo… incluso que ya no trabajen para ‘tu guardia’.
Ghagkrik dice: Le doy dos días para saber de qué va todo esto…
Szhysszh frunce el ceño
Ghagkrik dice: A partir del tercer día buscaré información de otra forma menos ortodoxa.
Szhysszh dice: No se preocupe, no habrá más fallos
Ghagkrik dice: Eso espero si quiere seguir recibiendo su dinero todos los meses.
Szhysszh dice: El dinero no lo es todo mi señora, la reputación de la guardia si, si se nos paga por un trabajo es para realizarlo bien y eficientemente. Cualquier mancha en el historial es algo que nos desagrada.
Ghagkrik dice: Para no ser todo el dinero bien que ponéis la mano cuando se viene con una bolsa repleta de monedas…
Ghagkrik dice: Preocupaos por Alandaen… He escuchado que maleantes rondan la zona últimamente…
Szhysszh sonríe
Ghagkrik dice: La zona necesita seguridad y mis barcos comerciales protección de estos…
Szhysszh dice: No se preocupe, estamos trabajando en ampliar nuestra jurisdicción para hacer Alandaen un lugar más seguro, además las nuevas viviendas del barrio están haciendo que mucha chusma se vaya a vivir allí. He de hablar con el Sr.Barrese de este tema también.
Szhysszh dice: Como le dije antes estamos hasta los topes y se nos acumula la faena, vuelvo a pedirle disculpas por el fallo cometido por mis reclutas
Ghagkrik se levanta de la silla indignada.
Ghagkrik dice: A mi me da igual ese pueblucho, yo solo quiero protección para mis navíos…
Ghagkrik dice: Y espero que el trato siga vigente.
Szhysszh se levanta
Szhysszh dice: Sigue vigente no se preocupe señora, esta vez no fallaremos
Szhysszh le ofrece la mano
Ghagkrik mira la mano del general y la ignora poniendo una cara engreída.
Ghagkrik se da la vuelta y llama toca a la puerta.
Ghagkrik exclama: ¡Soldadillo!
Szhysszh frunce el ceño y con un golpe de su arma contra el suelo hace llamar al recluta que vigilaba la puerta
El recluta abre la puerta.
Recluta nivrim dice: ¿Si señor?
Ghagkrik dice: Recuerde General… dos días…
Szhysszh asiente fervorosamente
Ghagkrik se marcha del cuartel de la guardia Nivrim aún indignada por los escasos informes que ha recibido últimamente por parte del general. Comenzará a trazar sus planes para actuar a partir de la fecha impuesta al general para obtener la información que pueda obtener de la tilvense llegada al pueblo costero.
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Capítulo 15. Hauna.
Habían pasado solo unas horas desde su llegada a la ciudad y su discusión con el general. Su cabeza daba vueltas sobre qué acciones tomar contra la tilvense que se había establecido en Alandaen. No iba a permitir que esa cualquiera comenzara de nuevo el antiguo y famoso comercio naval que los Valenti establecieron hace cientos de años, esas cosas eran suyas y el contrabando de alcohol junto con el de Hauna había mejorado en las últimas semanas. Aunque se estaban quedando sin mercancía de bayas de cyr y esa preocupación se sumaba a las ya existentes, llevaba sin saber nada de Morthandari varias semanas…
Una figura encapuchada, de esbelto cuerpo se acerca a la puerta de la mansión y aporrea la puerta de una forma peculiar.
Ghagkrik se levanta rápidamente de su sillón y se dirige a la puerta donde tras abrir una rendija ve a la figura que está llamando. Rápidamente la cierra y abre la cerradura de la puerta dejándola pasar.
Morthandari pregunta: ¿Ese es todo tu entusiasmo después de tanto tiempo?
Ghagkrik da un caluroso abrazo a Morthandari que dura varios segundos.
Ghagkrik dice: Realmente me tenías preocupada…
Morthandari sonríe.
Morthandari dice: Pués ya estoy aquí…
Morthandari dice: Es verdad que he tenido algún que otro altercado, pero nada que no se pudiera solucionar con esto…
Morthandari aparta la túnica y deja entrever la empuñadura de su espada.
Ghagkrik ríe estridente.
Ghagkrik dice: Incluso en tu ausencia fuí a hacer una visita a Keel para saber cómo iba el contrabando por la zona.
Morthandari pregunta: y… ¿Cómo nos van las cosas por allí?
Ghagkrik dice: Bien, aún no han tenido problemas de abastecimiento con el Hauna… pero no nos quedaba mucho para seguir exportando.
Morthandari dice: ¿Ese viejo arrogante no te habrá tocado una pluma no? El tal Jacobus.
Ghagkrik vuelve a sacar una sonrisa.
Ghagkrik dice: ¿Por quién me tomas? Es verdad que a algún jovenzuelo si que me he fornicado, pero a ese vejestorio no lo tocaría en mi vida.
Morthandari mira a Ghagkrik con cara de odio.
Morthandari dice: Y yo a pan y agua, rodeada de sucios Goblins buscando las malditas bayas de Cyr…
Morthandari dice: La próxima vez vamos a intercambiar los papeles… Tú irás a por las bayas.
Ghagkrik va hacia la mesa, coge la copa que estaba bebiendo y se la entrega a la semi-drow.
Ghagkrik dice: Relájate quítate esa sucia capa que llevas y tomate una copa.
Morthandari dice: Falta me hace…
Ghagkrik pregunta: ¿Las bayas están ya en el laboratorio?
Ghagkrik pregunta: ¿Están preparando más Hauna verdad?
Morthandari se quita la capa, se descalza, se sienta en el sillón y se bebe la copa de un trago.
Morthandari dice: Me ofendes con esas preguntas…
Ghagkrik dice: Perdona por mi nerviosismo, pero si todo va bien tendremos que exportar también hasta esa sucia isla de bucanero.
Ghagkrik dice: Estamos a la espera de que Jacobus consiga que nos den vía libre para nuestro negocio.
Morthandari dice: De hecho, he llevado un pequeño cargamento de inferior calidad a través de los portales, para ver si la gente lo acepta y así sacamos más margen.
Ghagkrik ríe de nuevo relajadamente.
Morthandari dice: Mientras tanto los del laboratorio trabajan a pleno rendimiento
Morthandari dice: Sabes que no me fío ni un pelo de Jacobus.
Ghagkrik dice: Ninguna lo hacemos, pero de momento no nos ha dado motivos para desconfiar.
Morthandari dice: En eso llevas razón.
Ghagkrik dice: Gracias a él hemos podido meter nuestro contrabando en naggrung sin que Lesfora meta mano en nuestras ganancias.
Morthandari dice: Cuéntame más acerca de lo de expandir el negocio a Bucanero.
Morthandari dice: Mi red de portales no llega más allá de Naggrung.
Ghagkrik dice: Nuestros barcos ya estaban llevando mercancía al lugar.
Ghagkrik dice: Pero vamos a amedrentar a la gobernadora…
Ghagkrik dice: Como se llamaba esa fornicadora…
Ghagkrik exclama: Merlo… Marle… Marley!
Ghagkrik dice: Quiere dar rienda suelta a otros negocios…
Ghagkrik dice: Pero seguro que podemos hacerla entrar en razón y que nos de todo el negocio.
Morthandari dice: Le habrás sugerido que no queremos competencia…
Ghagkrik dice: De eso se iba a encargar Jacobus.
Morthandari dice: Bueno, a ver si hace algo más que llevárselo caliente.
Ghagkrik dice: Ya nos enteraremos de lo que ha sucedido, de momento nuestros barcos seguirán zarpando… y por supuesto ahora con mayor cantidad de Hauna.
Morthandari dice: Por las bayas de Cyr no te preocupes, tenemos stock para un año al menos…
Ghagkrik pregunta: Por cierto… ¿Te has enterado por el norte de algo sobre la tilvense que ha llegado a Alandaen?
Ghagkrik dice: No sabemos nada sobre ella… solo que se ha establecido en la antigua villa de los valenti…
Ghagkrik dice: Ni ese maldito lagarto al que todos llaman general me ha informado sobre ella…
Ghagkrik dice: Ya le he cantado las cuarenta…
Morthandari escupe al suelo.
Morthandari dice: No se para que le pagamos.
Ghagkrik dice: Yo tampoco… la verdad…
Ghagkrik dice: Le he dado dos días para obtener la información, sino actuaremos por nuestra cuenta.
Morthandari dice: En cuanto a lo de la tilvense, sólo se escuchó que se había fugado.
Ghagkrik dice: Entonces tendremos que ver qué hacer con ella cuando pase el plazo establecido con el general.
Ghagkrik dice: Hasta entonces descansa y relájate un poco de tu viaje.
Ghagkrik dice: Me encargaré de realizar los preparativos.
Morthandari dice: Perfecto, perdona si hoy no duermo en tu lecho… Pero estoy realmente cansada.
Ghagkrik ríe descaradamente.
Ghagkrik dice: No te preocupes, descansa ya tendremos más días para ‘dormir’.
Morthandari se termina la copa de vino y abandona la estancia para ir a su habitación y tomarse un más que merecido descanso.
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