Inicio Foros Historias y gestas El camino hacia el rencuentro.

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    • fyrate
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      Desperté y la señorita ya se encontraba susurrándome palabras para despertar.
      Arriba, arriba dormilón me dijo, mientras esbozaba una sonrisa.
      Tenemos que partir a Keel!.
      Arriba, arriba!, me exclamaba mientras, me zamarreaba por todos lados.
      Me reincorporé y tras conjurar múltiples hechizos para mantenerme a salvo, la seguí.
      Cruzamos toda Anduar, y llegamos a Alandaen.
      En el muelle se encontraba un precioso destructor, pintado de negro y rojo.
      En el se encontraba un halfling, 2 drows, y un humano que al mirarme soltó la escalera para embarcar a la nave.
      Subió ella, y yo atrás de ella.
      Todos los de el destructor le hicieron una reverencia respetuosa, mientras sonreía.
      Reverenciad a Dakharhu Daerionh exclamo.
      El futuro semidios de Dendra!
      Todos abrieron los ojos como platos, y me reverenciaron, mientras el humano fue a las bodegas y al volver trajo unas cuantas botellas de coñac.
      Brindemos señores, exclamó!.
      Todos empezaron a brindar, mientras ella puso una copa en mi mano, llena de coñac, y me dijo mientras me susurraba.
      Brindemos Dak, brindemos por lo que vendrá.
      Al chocar las copas el destructor empezó a navegar.
      Y el pequeño HALFLING empezó a cantar.
      Juntos todos en el mar, vamos a encontrar.
      a el hermano que Dakharhu tanto busca.
      Buscaremos en Keel la ciudad de los asesinos.
      Y feroces bestias nos cruzaremos.
      Todos juntos a todos los de Keel venceremos.
      Y los hermanos reuniremos.
      Vamos destructor más velocidad!.
      Tenemos una legión que refundar!.
      Y a los sucios Eralies poner a temblar!
      Las velas empezaron a flamear con el furioso viento que azotaba los mástiles.
      Era increíble la vista que te otorgaban la cima de un mástil.
      El mar tan furioso, y el viento que parecía susurrarle para que se calme.
      Me sentía identificado con el.
      Estaba tan tranquilo hasta que un grito me hizo alertarme.
      ¡Keel a la vista señores!.
      Mi corazón empezó a enloquecer, los latidos eran cada vez mas fuertes, y mi emoción crecía con cada centímetro en el que se acercaba la nave al muelle.
      Iba a encontrar a mi hermano de nuevo, y eso me hacía volver a ser yo.

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