El delirio de un Goblin (Dos)

Los fuertes pinchazos me hace volver en mi.
Mis manos entraron en contacto con un balde de un líquido espeso.
En momentos me hacía pensar que era sangre, pero el dolor y ardor que me daban al sumergirlas en el… Me hacían cambiar de opinión.
Creo que pasaron unas 2 horas en lo que me acostumbré al dolor, y pude sacarlas.
Donde se suponen que deberían estar mis dedos menique y índice, tan solo había una mancha negrusca.
Y en el resto de ellas fluía un líquido espeso, que si lo dejaba estar se quedaba.
Creo recordar que mi dueño, o secuestrador un día vino a darme comida, parecía bajar unas escaleras, o el ruido que provenía de afuera eso dejaba pensar.
Así que talvez esté en un sótano, o algo subterráneo.
Creo recordar que cuando el abrió la jaula y yo intenté salir corriendo, un fugaz pinchazo se apoderó de mi columna vertebral, y me dejó en el suelo temblando.
El individuo se reía a carcajadas, mientras dejaba salir de vez en cuando un pequeño ladrido, o algo así.
Ese día dejó el balde con ese líquido, y con un paño agarró mi dedo índice que estaba en un rincón.
Ya recuerdo…
El me había hecho meter mis manos en ese balde…
¡Ya!, ese mismo día escuché la voz de una persona y un silbido.
Cuando quise moverme el mismo pinchazo me dejó inconciente, pero aún podía escuchar…
La persona hablaba de un… De un Goblin que había intentado robarle a un lord… Lord…
No se que lord era, pero dejaba salir palabras de que había sido golpeado, y que lo habían dejado en el sótano de una de las casas…
¿Acaso, ese Goblin era yo?, alguien me había atrapado…
Pero que podía a haber robado yo…
La última ves que intenté robar algo. Fue…
¡AIIIII DIOS!, ¡ese pinchazo de nuevo!.
Que me estará pasando… yo solo quiero salir, quiero salir de aquí…
¡OOOOH! ¡mira mira!.
¡Un chocolate!.
¿Oh… es mi propio excremento?.
Que mas da, sea lo que sea, mis tripas gruñen, y mi apetito…
Sed, tengo sed…
Ese balde aún sigue aquí…
Y si acerco mi boca a el y lo bebo…
Me arrodillé metí mi boca en el balde, y tan solo al entrar en contacto con mis labios…
Podía sentir como se salía la piel, como la sangre se mezclaba con el líquido…
No pude más, y grité, ¿pero gritar sin sacar el maldito hocico?.
El líquido en un segundo ya estaba en mi boca, mi lengua ardía, y mi garganta parecía hervir.
No pude más y un líquido fluyó desde mi estómago hacia mi boca y salió.
Ahora en ella había mil líquidos distintos…
Baba. Sangre. Acido… Y mucho dolor, demasiado dolor.
¿Acaso estoy destinado a morir aquí encerrado?