Inicio Foros Historias y gestas El día del Comienzo

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    • rheisten
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      Volvía ya de Galador tras una extremadamente agotadora aventura junto a un par de amigos.

      La emoción que me embargaba en ese entonces ya sólo quedaba como un ligero recuerdo casi inasible.

      • Asique doy muerte a un dragón ¿y aún así me siento vacía?

      Ni siquiera puedo lamentarme de mi desdicha en paz, ya viene un grupo de takomitas en caravana para comerciar en la ciudad de Anduar.

       

      El paladín de la delantera no se percata de la presencia del peligro, asique antes de que pueda siquiera mirar hacia mi dirección le asesto un golpe de mis garras en su sien derecha. Cae fulminado al suelo y ya solo quedan 5 caballeros que derrotar.

      • ¿Tiene algún sentido luchar contra ellos? Bah, que más da. Ya que estamos en ello continuemos con el juego que es la batalla.

      Llamo la atención de los restantes caballeros quienes se lanzan en picada contra mí. Ya son hombres muertos, sólo que aún no lo saben. Me he posicionado de tal forma en el camino que los 5 caballeros se acercan con sus monturas en una fila perfecta. Es en ese momento que aparece Essegron que había estado oculto esperando este momento. Da un salto hacia el camino y, con su brutal fuerza, atraviesa a 3 de los caballeros de lado a lado con su tridente. Ya solo quedan dos enemigos.

      • ¿Quién es el siguiente?
      • Calla maldito renacuajo, te mataré!

       

      ¿Me ha dicho renacuajo? ¿ME HA DICHO RENACUAJO? Quizá este sea un buen momento para sacarme este sentimiento de frustración que llevo dentro.

      Continúa el caballero con su carga calculando la distancia precisa a la que debe asestar el golpe en mi cabeza. Pero el muy estúpido no se da cuenta que solo debo acercarme un poco a él en el momento justo y no será capaz de atinarme. ZAS!

      • Y ahí va tu brazo, sacado desde la raíz
      • Waaaaargh wwwuuauauaaaagghhgh
      • Bueno, ahora sólo me queda combatir mi frustración comiéndote parte por parte. Despídete de este mundo patán. Hey tú Essegron ven a festinar junto a mí. No me gusta comer sola.
      • Aaaaaaaaaaaaaaaagggggggggghhh waaaaaaagh

       

      • Hey ustedes, los de la caravana. Sí, ustedes. Pueden irse siguiendo al último caballero que ya ha escapado. Si apenas se ve el humo que ha dejado en la huida jajaja. Apresurense o sufrirán la misma suerte que este estúpido.

      Bueno allá van, y la batalla no surtió ningún efecto. Sigo desolada, sigo sin fuerzas, sigo sin un motivo y, con ello, sigo sin un significado claro. ¿Qué debo hacer ahora? Quizá si vuelvo al pantano pueda hallar una respuesta.

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