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Vagar y vagar.
Eso hacía todas las noches en este bosque.
Que ya era como mi casa, junto a Zxystril.
Pero esa noche se encontraba extraño…
no paraba de volar, y tampoco aceptaba su comida.
Algo lo tenía muy nervioso…
No se que sucedió pero me quedé dormido.
Y al despertar Zxystril se encontraba dándome pequeños golpecitos con su pico para que me despertara.
Entre sus garras sostenía una especie de diario, que dejó caer sobre mi.
Me senté en el suelo, y me dediqué a leerlo.
Capítulo (1)
El escape salió exitoso, no me iban a mantener en Galador encerrada.
Por eso odio a mi familia, el dinero se les sube a la cabeza y quieren que sea como ellos.
Eso no es para mi, prefiero estar aquí en este bosque.
La soledad, el grito de almas errantes me calman.
En cambio vivir con gente, estar en un ejército, eso es para gente que no puede hacer otra cosa mas que recibir órdenes.
La noche aquí por mas de lo que digan todos es hermosa.
El silencio hace el clima perfecto para escribir, imaginar, pensar…
Capítulo (2)
Me e adentrado mas a este lugar, y las criaturas que moran aquí son un poco peligrosas, pero nada que no pueda solventar.
Por poco y me queda clavado un aguijón de viuda negra.
Luego una manada de feroces lobos negros casi me hacen su desayuno.
Y una especie de arañas un tanto extrañas demostraron que no me tienen tanto cariño.
Pero fue un día muy entretenido.
Al escapar de una boa encontré una cueva un poco extraña, pero eso lo exploraré mañana.
Ahora solo quiero descansar, y afilar mis sables, que con tanta persecución perdieron el filo al usarlos para cortar malezas que no me dejaban ver bien.
Capítulo (3)
Hoy desperté y empecé a escuchar gritos de dolor que parecían prevenir de un lugar bastante cerca.
Sin dudarlo agarré mis sables, y con destreza me movía entre los árboles para ver que sucedía, mientras los gritos se hacían cada vez más y más fuertes.
Y lo encontré.
Un humano se encontraba en el suelo con unos lobos que al parecer tenían mucha hambre.
Salté de los árboles, y enterré mi sable en la cabeza de uno, mientras los otros un tanto abobados por el aroma a sangre enfocaban su mirada en mi.
Ninguno pudo sobrevivir, todos fueron decapitados uno por uno.
Me acerqué al ser que estaba en el suelo, casi inmóvil al parecer por un veneno que estaba haciendo arder su sangre.
Lo levanté, y lo llevé a mi refugio, lo vendé un poco, y le apliqué varias hojas para aliviar el dolor.
Ya se movía, y abría sus ojos, aunque a veces se entrecerraban.
Aunque algo en el me llamaba la atención.
Su mirada llena de ira, sus cicatrices en el rostro, sus ojos…
No lo se, pero parecía alguien a quien tenía que salvar.
Al pasar unas horas el ya se había recuperado por completo.
Su piel volvió a su color original.
Sus heridas gracias a esas hojas ya se habían aliviado.
Me miró, y creo que vio lo mismo que yo en el.
Un cariño sin ni si quiera conocernos.
Decidí irme, tampoco lo conocía, y dejarme guiar por un sentimiento no es digno de mi.
Y al parecer tampoco de el, por que apenas me vio desenvainó sus armas.
Me marché, sin antes susurrarle, como el viento susurra al pasar lentamente.
Dolor eterno…
Capítulo (4)
Hoy fue un día que por poco me costaba la vida.
Quizás ir de aventurera no es lo mío, y si tenga que volver al ejército.
Aunque no se, mi familia me estará buscando.
Y volver ahora, conociendo a mi padre lo más probable es que quiera mandarme a la hoguera.
Pero hoy pude ver a la muerte cara a cara, gracias a…
erhien había dicho que se llamaba?
No recuerdo muy bien, aún sigo un tanto impactada pensando que mi vida fue salvada, por esa persona que salvé ayer.
Quizás el destino quiere algo que tiene que ver con nosotros…
Lo demás del diario está vacío, no escribió nada mas…
Le habrá pasado algo…
Quizás por eso llegó el diario a mis manos…
Tengo que buscarla.
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