Inicio › Foros › Historias y gestas › El dolor de un gnomo.
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Cerré mis ojos, y empecé a divagar.
Las carpas de circo se encontraban deslumbrantes, luces por doquier.
Las voces se escuchaban de fondo, y las voces de los niños y adultos resonaban como si un compás se tratase.
El jefe de pistas anunciaba desde el escenario. ¡Y ahora señores, lo mejor del circo!, el dragón gnomo!.
Enormes señores vinieron a mi jaula, y me pusieron un pequeño disfraz de dragón, luego me acomodaron en una catapulta mientras el público miraba asombrado.
El jefe de pistas decía entre gritos, y órdenes. ¡ el pequeño dragón pasará por el aro de fuego, aterrizará en el pozo de los leones. Y luego será arrojado por uno de los leones hacia el lago de serpientes marinas!.
mi cuerpo tenso como de un cable se tratase, no podía moverse de la catapulta, no podía gritar, ni siquiera ver lo que sucedía, la cabeza de dragón era mas grande que la mía, y no me dejaba ver.
Clackckckc, hizo la catapulta, y la gente empezó a gritar, los niños se paraban de sus asientos, y gritaban… ¡un dragón, un dragón!.
El calor del aro de fuego se hacía sentir más y más, con mi aproximación, mi cuerpo temblaba, y mis articulaciones no funcionaban, se encontraban totalmente entumecidas.
Supe que atravesé el aro cuando el disfraz empezó a arder, y la gente empezó a gritar más.
Mi cuerpo ahora estaba en un frenesí de sensaciones, cerré fuertemente mis ojos, y me dije para mi mismo. Cuando llegues al lago de serpientes se acabará, tu solo aguanta, solo aguanta.
Un golpe ensordecedor me hizo caer inconsciente, un león me había dado un zarpazo en el pecho.
Al despertar me encontraba en un lugar extraño.
Gente pequeña con bata se encontraba ante mi.
¡¡¡Respira, respira señores!.
Miré a mi alrededor algo dormido, y pude contemplar, un sin fin de aparatos que me rodeaban.
Estaba adentro de una pequeña burbuja de cristal, y un tubo me daba aire, una pequeña aguja estaba clavada en mi brazo, y un espeso líquido verduzco salía, y entraba de mi cuerpo.
Cuando pude despertarme del todo, toqué mi pecho, donde estaba el golpe, y podía sentir mis costillas totalmente quebradas.
Podía escuchar susurros que me hacían ir de nuevo al sueño.
Pero me negaba, no quería dormir…
Cuando intenté moverme un pinchazo me hizo retorcer, podía sentir como mi carne se clavaba en mis huesos astillados, y rotos.
Cuando me quise dar cuenta, un pequeño señor de aspecto demacrado se acercó a la burbuja y la abrió.
Cuando lo pude ver mejor dijo entre susurros. Te vas a mejorar pequeño, ahora te toca descansar.
Al terminar de decir eso un líquido entraba por mi garganta, y podía sentir como bajaba hacia todo mi cuerpo, mientras el delirio me llevaba de nuevo al sueño.
Otra vez los recuerdos del circo se apoderaban de mi mente.
La jaula, los rugidos de los leones.
El calor del fuego, el helado hielo del lago de serpientes. Los poderosos colmillos de los leones.
Los azotes infernales de los mas grandes, mi vida era esa, ser un esclavo, que no podía hacer nada mas que divertir a los demás.
El pequeño dragón gnomo.
La pelotita multicolor.
El perro, tratando agarrar la pelotita.
El tiempo en el circo te vuelve alguien desquiciado, alguien que solo quiere vengarse…
Un rugido me despertó.
Arriba, arriba me decía un gnoll, mientras movía mi pequeña cama de lado a lado.
Abrí mis ojos, y era todo un sueño, un horrible sueño…
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