Inicio Foros Historias y gestas El exilio de Thiniel

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    • Alambique
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      Capítulo 1. El encuentro nocturno

      La luna asomaba entre las copas de los árboles en la Arboleda de Aethia, algunos aullidos rompían el silencio de la noche, acompañados por un llanto que provenía de las calles de Aethia. Thiniel, una monje de avanzada edad, se encontraba junto a Jonai, llorando desconsolada. Estos llantos atrayeron la atención de un semi-elfo que se encontraba en el Bosque de Aethia.

      Rethryel llega apresurado buscando la procedencia de los sollozos.

      Thiniel dice en eldorense: Perdona, espero que no me hayas escuchado llorar, qué vergüenza…

      Thiniel se seca las lágrimas con su manga izquierda.

      Rethryel alza la mirada mientras guardaba unas extrañas plantas en su peculiar bolsita que le colgaba de su cintura.

      Rethryel dice: Hola.

      Thiniel dice en eldorense: Saludos, semi-elfo.

      Rethryel dice: Pues pasaba cerca, y escuché el llanto, vine a ver que pasaba.

      Rethryel dice: Saludos, mi nombre es Rethryel.

      Thiniel dice en eldorense: Mi nombre es Thiniel, juraría que no nos hemos visto antes.

      Rethryel examina detenidamente a la anciana.

      Rethryel dice: Juraría que no.

      Thiniel dice en eldorense: Resulta que estas noches son cuando más me acuerdo y cuando más los echo de menos.

      Thiniel dice en eldorense: No puedo evitar romper a llorar, pero no pensaba que hubiera alguien en el bosque a estas horas.

      Rethryel pregunta: ¿De qué me hablas, señora?

      Thiniel dice en eldorense: De los tiempos aciagos de Eldor, de mis compañeros.

      Thiniel dice en eldorense: Éramos tan felices…

      Rethryel asentia levemente, comprendiendo a Thiniel.

      Rethryel dice: En los tiempos que corren… el bien más preciado es la felicidad.

      Thiniel dice en eldorense: Campábamos a nuestras anchas, trabajando por el pueblo, llenando los almacenes de recursos, manteniendo nuestros caminos, e incluso salíamos de aventuras.

      Rethryel dice: Y por desgracia el más escaso.

      Thiniel dice en eldorense: Ya lo sé, hoy en día cuesta ser feliz, al menos a mí.

      Rethryel exclama: ¡Aventuras!

      Thiniel dice en eldorense: A veces siento que ya no queda nada que me ate aquí.

      Thiniel dice en eldorense: Mira las calles, ¿qué ves?

      Thiniel señala a ambos lados de la plaza.

      Thiniel dice en eldorense: ¡Nadie!

      Rethryel clava la mirada en lo que Thiniel intenta mostrarle.

      Thiniel dice en eldorense: No queda nadie de los de antes, la gente se marcha, ¿quién quiere vivir en un pueblucho?

      Rethryel dice: Bueno, alguien como yo no podrá tener esa añoranza.

      Thiniel dice en eldorense: ¿Cómo es eso?

      Rethryel dice: Nunca viví en ninguna parte.

      Thiniel dice en eldorense: ¿En ninguna parte?

      Thiniel sacude la cabeza incrédula.

      Rethryel exclama: ¡O en todos sitios!

      Rethryel dice: Puedes llamarlo como quieras.

      Thiniel dice en eldorense: ¡Qué envidia!

      Thiniel dice en eldorense: Yo siento ese peso sobre mis hombros, que me impide alejarme de aquí, partir en busca de aventuras.

      Thiniel dice en eldorense: Siento que se lo debo a mi pueblo, cuidarlos, protegerlos…

      Rethryel dice: Poco o nada sé de mis antepasados, y aunque soy semi-elfo no tengo linaje. No hay nadie ni nada que me ate.

      Thiniel dice en eldorense: Un espíritu libre.

      Thiniel dice en eldorense: Quién pudiera…

      Rethryel dice: Yo solo debo cuidarme y protegerme a mí mismo.

      Thiniel mira la entrada del poblado, observando el bosque y la tranquilidad de la noche.

      Thiniel dice en eldorense: Que no es poco hoy en día.

      Rethryel dice: A veces es duro, pero reconfortante.

      Rethryel dice: Justo ahora venía de recolectar unas raras planta que brillan a la luz de esta luna.

      Rethryel dice: Es un encargo de…

      Rethryel dice: Bueno, es un encargo de alguien.

      Thiniel dice en eldorense: Al menos tú tienes algo que hacer, yo me paso los días haciendo recaditos a Jonai, que ya empiezan a ser un poco repetitivos.

      Rethryel dice: Allí por donde voy, me gusta ayudar y hacer favores, y a cambio me dan lo que necesito para subsistir.

      Thiniel señala al somnoliento anciano que se encuentra en una silla en la plaza.

      Rethryel asiente con la cabeza.

      Rethryel dice: Pues tienes un sinfín de aventuras ahí fuera esperándote.

      Thiniel dice en eldorense: Al menos tu vida tiene aventuras, la mía las tuvo en su día, ya no.

      Thiniel dice en eldorense: Coincidí durante muchos años con Phapho, uno de los mejores Guías que hemos tenido, y con Khaeldorn, un lancero que imponía y cuidaba como nadie de su pueblo.

      Thiniel dice en eldorense: Y hoy o no queda nadie, o son un poco raritos, como mi compañero Naheim, del que prefiero no hablar.

      Rethryel dice: Naheim… ese nombre me suena.

      Rethryel dice: Creo que alguna vez llama la atención por la plaza de Anduar, ciudad en la que suelo pasar grandes temporadas.

      Thiniel dice en eldorense: Ese anda todo el día buscando gresca, a veces siento que si paso cerca de él me va a sacudir, no está bien del todo.

      Rethryel sonríe sarcásticamente.

      Rethryel dice: Cada uno en busca de su felicidad…

      Thiniel dice en eldorense: Como puede, sí.

      Thiniel dice en eldorense: Bueno, parece que empieza a refrescar, como ya está muy avanzada la noche, ¿te apetece entrar en nuestra tienda y resguardarte al fuego?

      Rethryel dice: Pues me vendría bien descansar un poco, el camino hasta aquí fue agotador.

      Thiniel dice en eldorense: No se hable más, entra en la tienda, iré a por unos troncos y pasaremos la noche a cobijo.

      Rethryel dice: Se agradece.

      Thiniel se adentra en el bosque a recoger algo de leña, confía en encontrar algo de leña seca. Pensativa, medita sobre la vida de aventuras que lleva el recién llegado. Ojalá se atreviera ella a hacer algo así.

    • Alambique
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      Capítulo 2. Una revelación

      Thiniel se levantó despacio del jergón, en silencio. Se arregló el camisón, ocultando sus rodillas y se acercó a la chimenea. Del montón de leña sacó un tronco de cerezo y lo colocó con cuidado en la chimenea, provocando un chisporroteo.

      Thiniel se giró para comprobar que su compañero seguía durmiendo y acercó un cazo con leche a la chimenea.

      Thiniel dice en eldorense: El desayuno está listo, algo simple, pero no hay nada como un buen tazón de leche calentita por la mañana.

      Thiniel tocó con suavidad el hombro del semi-elfo para despertarlo.

      Rethryel dio un sobresalto enorme.

      Rethryel miró nerviosamente a ambos lados de la habitación.

      Thiniel dice en eldorense: Tranquilo, estás en la tienda de Gobierno de Eldor, has pasado la noche aquí.

      Rethryel dice: Perdona, por un momento no sabía donde estaba.

      Thiniel dice en eldorense: Lo supuse.

      Thiniel le tiende un tazón con leche al semi-elfo.

      Thiniel dice en eldorense: Espero que sea de tu agrado, no tengo más que ofrecerte.

      Rethryel dice: Sí, lo es.

      Rethryel dice: A veces, duermo muy profundo.

      Thiniel dice en eldorense: Es normal, a saber lo que habrás caminado hasta llegar aquí.

      Thiniel dice en eldorense: No estamos en el centro del mapa precisamente.

      Rethryel dice: No es el cansancio…

      Thiniel dice en eldorense: ¿Entonces qué es? Si puede saberse, claro…

      Rethryel dice: Tengo ciertas capacidades…. que se desarrollan al dormir, pero no es el momento de cintarlas ahora.

      Thiniel dice en eldorense: Hablando de capacidades, tengo curiosidad, ¿a qué te dedicas?

      Thiniel dice en eldorense: De momento sé que recogías plantas, creo que sabes mucho más tú de mí que al revés.

      Rethryel dice: Bueno a muchas cosas.

      Rethryel dice: Pero soy druida.

      Thiniel dice en eldorense: Druida…

      Thiniel dice en eldorense: Pues hace muchísimo tiempo que no veo un druida, la verdad.

      Thiniel dice en eldorense: Antes venían más por nuestros bosques, hoy en día solo llegan cazadores cuando los lobos abundan.

      Rethryel dice: En realidad, sin querer parecer prepotente, estás ante el Gran druida del Círculo del Simbionte.

      Thiniel da un paso atrás, no sabe si realizar una reverencia, un gesto con la cabeza….

      Rethryel se abre lentamente la blusa, descubriendo su cuello y parte de su pecho.

      Rethryel pregunta: ¿Ves este tatuaje?

      Thiniel dice en eldorense: Vaya, supongo que es un gran privilegio entonces haber hospedado al gran druida

      Thiniel examina el pecho del druida hasta dar con el tatuaje.

      Thiniel dice en eldorense: Sí, no había visto uno así nunca.

      Rethryel dice: Fue el principio de una larga historia en la que termino haciéndome con el cargo de gran druida.

      Thiniel dice en eldorense: Aunque desconozco su significado, parece como si se moviera, como si debajo de la piel hubiera algo vivo.

      Rethryel dice: Dentro de mí moró un brote vivo que al crecer salió por lo que ahora parece un tatuaje, y formó parte de un gran trono.

      Rethryel pregunta: ¿De locos, verdad?

      Thiniel suspira, con cierta envidia, por la cantidad de aventuras que ha vivido el druida.

      Rethryel dice: Cuando cuento estas historias, miran mi bolsita, para ver qué tipo de plantas fumo.

      Thiniel dice en eldorense: No me extraña, parece algo complejo de asimilar.

      Thiniel dice en eldorense: Bueno, si me disculpas, creo que tengo que ponerme a hacerle recados a Jonai, es mi día a día.

      Thiniel dice en eldorense: Puedes quedarte el tiempo que necesites.

      Rethryel pregunta: ¿Puedo ayudarte?

      Thiniel dice en eldorense: Son tareas sencillas, nada que ver con tus aventuras…

      Thiniel dice en eldorense: Revisar que no haya adoquines sueltos, controlar la plaga de conejos de los campos de cultivo, cazar algunos cangrejos…

      Rethryel dice: O, si lo prefieres, podríamos vernos aquí a medio día.

      Rethryel dice: Y compartir otra agradable charla mientras comemos.

      Thiniel dice en eldorense: Pues la verdad es que me encanta escuchar tus aventuras, son todo una novedad.

      Thiniel dice en eldorense: Ya has visto mi vida lo monótona que es

      Rethryel sonrie.

      Thiniel dice en eldorense: Intentaré quitarme estas tareas «divertidas» para el medio día y podemos comer algo juntos y me cuentas más sobre tus viajes.

      Rethryel exclama: ¡Claro que sí!

      Thiniel dice en eldorense: ¡Genial!, nos vemos a medio día en la plaza, siéntente libre de visitar cualquier lugar de la aldea y sus bosques.

      Rethryel dice: Así lo haré.

      Rethryel exclama: ¡Gracias!

      Thiniel se echa por encima una vieja túnica y abandona la tienda en dirección a la plaza de Aethia, confiando en acabar pronto las tareas de Jonai. A pesar de conocerlo desde hace nada, siente una importante conexión con el druida y su vida llena de aventuras le apasiona.

    • Alambique
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      Capítulo 3. La discusión

      Thiniel se encaminó a la plaza de Aethia, no conseguía quitarse de la cabeza la conversación mantenida con Rethryel.

      Siempre se había cuestionado a qué lugar pertenecía, si dedicar todos sus esfuerzos a sacar a flote un pueblo como Eldor valdría la pena.

      Aethia era un pueblo fantasma más, uno de tantos pueblos en los que los jóvenes parten en busca de un futuro mejor, abandonando sus costumbres, sus creencias, sus tierras…

      Dejando que la tierra yerma ocupe lo que antaño fueron ricos campos de cultivo, abandonando el río, sin limpiar de suciedad los meandros, echando a perder el pavimento de los caminos, en los que numerosas malas hierbas asoman entre los adoquines.

      Thiniel se resistía a abandonar Aethia, no quería que le ocurriera lo mismo a su amado pueblo. Por eso cada mañana se aseaba, desayunaba y se presentaba ante Jonai, dispuesta a realizar todo el trabajo posible para que Aethia no cayera en el abandono.

      Ese día algo había cambiado, no iba con la misma ilusión de siempre a ayudar a Jonai, era como si le importara un poquito menos el futuro de Aethia.

      ‘Total, Jonai, cuatro tenderos y yo. ¿Tiene sentido todo este esfuerzo para cuatro gatos?’, se preguntaba Thiniel.

      Se giró sobre sí misma y miró la tienda de gobierno por encima de su hombro, sentía cierta envidia por su nuevo compañero y las aventuras que le esperaban cada día.

      Retomó el camino hacia la plaza y divisó a Jonai.

      El anciano se encontraba en la plaza, dibujando extraños símbolos en la tierra con su bastón. Era una de las cosas que le gustaba hacer, dibujar en la tierra. A veces eran pequeños mapas, otras veces ornamentos para jarrones o vasijas, a veces eran animales.

      Cuando Thiniel se aproximó borró los dibujos con el pie, levantando una pequeña nube de polvo.

      ‘Buenos días Thiniel, ¿preparada para nuestros quehaceres diarios?’, preguntó Jonai.

      Thiniel asintió sin mucho entusiasmo, cierta desmotivación comenzaba a invadirle, empezaba a estar un poco harta de su rutina.

      ‘Eh, sí…, buenos días Jonai, le traigo también algo de desayuno’, contestó Thiniel mientras le tendía un poco de pan envuelto en una servilleta y un cuenco de leche aún tibia.

      Jonai tomó el ofrecimiento de Thiniel y se bebió la leche de un trago, derramando parte de ella en su barba.

      Mientras Jonai chupeteaba y aspiraba la leche de su barba produciendo un sonido perturbador, le dijo a Thiniel ‘Hay que revisar los adoquines del camino a Drimelan, con las últimas lluvias se han soltado muchos de ellos’.

      Thiniel observó el pequeño almacén de herramientas. Como cada día, entraría en él, seleccionaría las herramientas para llevar a cabo su tarea y partiría a realizarla.

      Asintió a Jonai, hoy tocaría reparar el pavimento del camino, le bastaría con una azada y una pequeña maza, con la que colocar de nuevo los adoquines en su sitio.

      Cogió las herramientas y, tratando de mostrar una sonrisa hacia Jonai, abandonó la plaza en dirección a la carretera.

      Mientras caminaba escuchaba una y otra vez la voz del semi-elfo. No imaginaba que en un día su vida hubiera cambiado tanto. Aethia se le quedaba pequeña, muy pequeña. Nadie valoraba todo su esfuerzo, ni siquiera Jonai.

      ‘¿Vale la pena todo este esfuerzo? Por este pueblucho…’, se dijo Thiniel.

      Finalmente, llegó a la carretera, observó el estado de la misma.

      Las lluvias torrenciales habían arrancado adoquines por todas partes, arrastrándolos hasta la cuneta de la carretera. Entre los adoquines que habían sobrevivido crecían una considerable cantidad de malas hierbas. Demasiado trabajo para Thiniel, iba a emplear toda la mañana para arreglar el primer tramo de la carretera.

      Dejó las herramientas en el medio de la carretera, sabiendo que no iba a molestar a nadie, y comenzó a rebuscar todos los adoquines arrancados en ambas cunetas.

      Cuando terminó de recorrer las cunetas, amontonó los adoquines en el centro de la calzada y, tomando la azada, comenzó a alisar los huecos vacíos para insertar los adoquines.

      Dos horas le llevó a Thiniel colocar de nuevo los adoquines en su sitio en el primer tramo de la calzada, apenas 20 metros.

      Dejó la azada en la cuneta, sobre unas hierbas altas. Tomó su odre de agua y echó un buen trago, el Sol ya se encontraba en lo alto y el calor comenzaba a hacer mella en ella.

      Tomó la pequeña maza y, inclinándose sobre los adoquines, iba recolocándolos a pequeños golpes, hundiéndolos sobre la tierra húmeda.

      Cuando hubo terminado el trabajo, tomó de nuevo y largo trago de agua y se dispuso a volver a la plaza de Aethia, para indicarle a Jonai que ya había terminado.

      ‘Otro día más con lo mismo, que si repara los adoquines, que si los conejos, que si los cangrejos de Wigh, que por favor llévale esto a fulanito, ahoa llévale esto a menganito…’, se decía Thiniel volviendo.

      Sin saber por qué, le dio un puntapie a una piedra con todas sus fuerzas, sin pensar el dolor.

      ‘¡Ay!, ¡Maldito Jonai, por tu culpa!’, exclamó Thiniel.

      Thiniel se tocó la punta del pie, no parecía que tuviera algo roto…

      Llegó a la plaza, cojeando levemente y observó a Jonai. Se encontraba charlando con el tendero, riéndose los dos a carcajada limpia.

      Thiniel se aproximó a Jonai, quien paró de reirse al percibir la presencia de la monje.

      ‘¿Cómo ha ido Thiniel?’, preguntó Jonai.

      ‘Psé…’, contestó Thiniel sin levantar la mirada del suelo.

      ‘No te preocupes, descansa y lo terminas esta tarde, tenemos todo el tiempo del mundo.’, añadió Jonai.

      ‘Esta tarde no va a poder ser, he quedado para almorzar con un nuevo amigo’.

      ‘¿Nuevo amigo?’, preguntó Jonai.

      ‘Sí, lo conocí anoche. Estaba recolectando plantas en el bosque de Aethia. Se trata de un poderoso druida que vive una aventura tras otra, sin ataduras…’, dijo Thiniel.

      Jonai miró de arriba a abajo a Thiniel, con cierta incredulidad.

      ‘¿No estarás inventando una excusa para no trabajar esta tarde? No parece muy creible eso que estás contando.’, preguntó Jonai.

      Thiniel resopló, lo que le faltaba, que ahora Jonai la tomara por mentirosa.

      ‘Está en la aldea, tú mismo puedes acercarte a la tienda de gobierno y conocerle. Podrás escuchar sus historias y hacer algo distinto que juntarte con tu amiguito a reirte.’, contestó Thiniel.

      ‘¿Mi amiguito?. Pues a ver si voy a acercarme, a ver a tú amiguito… Tienes suerte de que no tengo tiempo de escuchar chorradas de un vagabundo.’, replicó Jonai.

      ‘Ese vagabundo ha vivido más aventuras que tú, ha recorrido todos los rincones de Dalaensar. En cambio, tú, tú no has salido de este pueblucho.’, contestó Thiniel subiendo un poco el tono.

      ‘¿Qué sabrás tú las aventuras que he vivido y qué rincones he visitado?’, preguntó Jonai con cierto enfado.

      ‘¡Ni lo sé, ni me importa, la verdad!’, contestó Thiniel.

      ‘A ver si este enfado va a ser porque quieres irte de aventuras con tu amiguito…’, insinuó Jonai.

      ‘¿Y si me voy, qué? ¿Quién hará tus estupidos recaditos? ¿Tu amiguito el risitas?’, contestó Thiniel.

      ‘A ver si ahoras vas a ser imprescindible, Thiniel. Yo, que te he dado cobijo, comida, un fuego… y así me tratas…’, replicó Jonai.

      Thiniel, sin saber cómo ni por qué, arrancó el bastón que sujetaba Jonai en sus manos y, con todas sus fuerzas, lo arrojó al río Blanco.

      ‘¡Haz algo por una vez en tu vida, mójate el culo!’, gritó Thiniel mientras salía corriendo en dirección a la tienda de gobierno.

      Llegó casi sin aliento, sentía que el corazón le latía tan rápido que se le iba a salir. Nunca se había comportado así y menos con Jonai. No sabía que ocurría en ella, pero algo le estaba cambiando.

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      Capítulo 4. Conflictos y amistad

      Thiniel llegó a la tienda de Gobierno, descorrió las pesadas cortinas de la entrada y se adentró en ella. Sus ojos tardaron unos instantes en acostumbrarse a la oscuridad del interior, se agachó sobre la hoguera y arrojó un par de troncos. Había sido un día duro al servicio de Jonai, pero no estaba muy contenta con lo que habían conversado.

      Thiniel se preguntó dónde se encontraría su amigo, necesitaba desahogarse.

      Rethryel dice: Saludos.

      Thiniel dice en eldorense: ¡Qué alegría!, por fin algo bueno en mi día.

      Rethryel dice: Perdón por el retraso.

      Thiniel dice en eldorense: No pasa nada, acabo de llegar, al final se me ha complicado la mañana con tanto adoquín.

      Rethryel sonríe.

      Thiniel dice en eldorense: Cuatro gatos que somos aquí y el pavimento hecho polvo.

      Thiniel suspira con cierta tristeza.

      Rethryel dice: Vaya…

      Thiniel coge una ramita y juguetea con las brasas, sin levantar apenas la mirada.

      Rethryel pregunta: ¿Ha pasado algo?

      Thiniel dice en eldorense: Bueno, no quiero abrumarte con mis preocupaciones, pero hoy he discutido con Jonai.

      Rethryel dice: Discutir…

      Thiniel dice en eldorense: Ya, hasta ahí hemos llegado, mira que no soy de discutir, pero hoy me ha sacado de mis casillas.

      Rethryel dice: No recordaba que la gente discutiese.

      Thiniel dice en eldorense: Todo ha comenzado cuando le he hablado de ti.

      Thiniel dice en eldorense: Para empezar pensaba que era todo una invención mía, que tú no existías.

      Rethryel suelta unas sonoras carcajadas.

      Rethryel pregunta: ¿Cómo una invención?

      Rethryel pregunta: ¿Y qué pasó después?

      Thiniel dice en eldorense: Pues como aquí no viene nadie, creía que te había inventado, para conversar con alguien.

      Rethryel dice: Aha… menuda imaginación la de Jonai.

      Thiniel dice en eldorense: Cuando por fin le hice entrar en razón, le hablé de tus viajes, de que eras un gran druida, de tus plantas, de que eres un espíritu libre…

      Thiniel dice en eldorense: Eso del espíritu libre no le hizo ninguna gracia.

      Rethryel pregunta: ¿Por qué no?

      Rethryel dice: Mucha hente no entiende este estilo de vida, y sinceramente es el más feliz y parsimonioso.

      Thiniel dice en eldorense: Pues llegó a la conclusión de que quería irme de aquí, que tenía intenciones de abandonarlo.

      Thiniel dice en eldorense: Le dije que estaba un poco harta del día a día, siempre haciendo lo mismo, sus estúpidos recaditos, que yo no era ninguna esclava.

      Rethryel carraspea.

      Thiniel dice en eldorense: Me dijo que quién creía que era, que si me lo había dado todo, un techo, comida, fuego…

      Rethryel dice: Tampoco es que lo abandones, no le perteneces ni a él ni a nada o nadie.

      Rethryel dice: Pues nada de eso necesitas para sobrevivir lejos de aquí, la naturaleza te da lo necesario.

      Rethryel dice: Tan solo tienes que observarla y entenderla, y ella sabiamente te recompensa.

      Thiniel dice en eldorense: Entonces sentí un sentimiento de ira, le arrebaté el bastón y lo arrojé al río Blanco, no sé por qué hice eso, la verdad.

      Rethryel dice: Vaya…

      Rethryel dice: Bueno, seguro que podríamos ir a buscar el bastón.

      Rethryel dice: Deberías disculparte por eso, pero no por todo lo demás.

      Thiniel dice en eldorense: Sí, ahora lo que menos me apetece es ir a hablar con él.

      Thiniel dice en eldorense: Ya, no ha sido mi mejor día, la verdad.

      Rethryel dice: Bueno, siempre nos toca pasar algún día malo.

      Rethryel dice: Podrá apañarse sin bastón, estoy seguro.

      Thiniel dice en eldorense: Sin bastón seguro, sin mí no lo tengo tan claro

      Rethryel dice: Estoy seguro de que también se acostumbraría.

      Rethryel dice: Todo en la vida es ponerse.

      Thiniel dice en eldorense: Necesito dar un paseo, tomar algo de aire, ¿me acompañas y charlamos?

      Rethryel exclama: ¡Claro que sí!

      Thiniel dice en eldorense: Perfecto, echaré un par de troncos más al fuego y saldremos, espera si quieres fuera.

      Rethryel con la mirada perdida, como si estuviese pensando algo, sale hacia el exterior.

      Thiniel alcanza un par de troncos y los coloca con cuidado en el fuego y, mientras observa las primeras llamas, recapacita sobre la discusión con Jonai, duda que a partir de hoy sea igual la relación con él. Se incorpora y abandona la tienda en busca de su nuevo compañero.

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      Capítulo 5. Camino de la reconciliación

      Thiniel alcanzó a Rethryel en el Bosque de Aethia, agradeció la bajada de temperatura de la noche. Este aire fresco le iba a venir muy bien.

      Thiniel dice en eldorense: Ya está, alimenté la chimenea un poco más, tenemos fuego para un par de horas, podemos dar un largo paseo.

      Rethryel dice: Adelante.

      Thiniel dice en eldorense: No sé qué me pasa, pero últimamente salto a la mínima, me abruma tanta rutina.

      Thiniel suspiró profundamente.

      Rethryel dice: Bueno… supongo que serán rachas, la verdad nunca me he visto así.

      Thiniel dice en eldorense: No sé si me excedí con el pobre Jonai, pero últimamente está muy pesado.

      Rethryel dice: Bueno, en eso sí que podría aconsejarte.

      Rethryel dice: Y creo que deberías disculparte con él, y solucionar las cosas.

      Rethryel dice: Y… en cuanto a su bastón… no sé, podríamos buscarlo.

      Thiniel dice en eldorense: No sé, él no lo haría si estuviera de su mano hacerlo, es muy orgulloso.

      Thiniel dice en eldorense: No tengo ganas de mojarme en el río a buscar ese maldito bastón, que se lo pida a su amigo el tendero.

      Thiniel dice en eldorense: Últimamente está más mandón de lo normal, como si quisiera que todo quedara perfecto, toda la aldea perfecta.

      Thiniel dice en eldorense: A saber qué pretende…

      Rethryel resopla angustiado.

      Thiniel dice en eldorense: Encima sigue con el resfriado ese, día sí, día no me manda a buscarle hierbas medicinales, otra tarea más…

      Rethryel dice: Deberías disculparte de todos modos, y quedarte en paz contigo mismo.

      Rethryel dice: Haz el bien, y no mires a quién.

      Thiniel dice en eldorense: Ya, no sé…

      Thiniel mira hacia abajo, dudando.

      Rethryel dice: ¿Resfriado?, quizás en eso podría ayudarle.

      Thiniel dice en eldorense: Lleva meses con él, a veces me pregunto si no será algo más que un resfriado.

      Thiniel dice en eldorense: Pero él insiste que se resfrió en uno de sus paseos, que no tiene importancia.

      Rethryel dice: Mira, te prepararé algo sencillo, que curará su resfriado.

      Rethryel dice: Llévaselo, habla con él, intenta solucionar vuestros problemas y ofrécele la cura a su resfriado.

      Thiniel dice en eldorense: Bueno, no es mala idea entonces, algo así como una ofrenda de paz, ¿no crees?

      Rethryel dice: Así es.

      Rethryel empieza a murmurar palabras incomprensibles mientras rebusca en su faltriquera de plantas.

      Thiniel dice en eldorense: Bueno, supongo que de mojarme para recuperar ese bastón no me voy a librar.

      Thiniel mira con atención cómo el druida prepara el ungüento.

      Rethryel tras sacar varias de ellas, las ata con un fino cordel y las machaca entre sus manos.

      Rethryel retuerce de nuevo las plantas y las coloca haciendo una pequeña bolsita.

      Rethryel dice: Con esto será suficiente, debe masticarlo y comerlo poco a poco, hasta que no le quede nada en la boca.

      Rethryel dice: Y pronto debería sentirse mejor, de no ser así probaremos otros remedios.

      Thiniel dice en eldorense: Entiendo, parece sencillo.

      Thiniel toma el ungüento de Rethryel y lo guarda en uno de sus bolsillos.

      Rethryel dice: Y en cuanto al bastón, déjame ayudarte. Yo podría darme ese chapuzón.

      Thiniel dice en eldorense: Está bien, iré a verlo, seguro que conseguimos arreglar esto.

      Thiniel dice en eldorense: Primero iré sola, tendremos que desahogarnos el uno y el otro y posiblemente discutamos más.

      Rethryel dice: Me deberías indicar por donde debo empezar la búsqueda del bastón.

      Thiniel dice en eldorense: En cuando lo solucionemos iremos a por el bastón, si te parece bien.

      Rethryel dice: Me parece estupendo, no es la aventura más motivante de los últimos tiempos, pero seguro que aprenderemos algo de todo esto.

      Thiniel dice en eldorense: Gracias por las hierbas, esperemos que le cure el resfriado, nos vemos en un rato.

      Rethryel dice: Por aquí estaré.

      Thiniel volvió sobre sus pasos en dirección a Aethia, dispuesta a tratar de reconciliarse con Jonai, iba a ser complicado, pues los dos son bastante orgullosos. Uno de los dos tendría que dar su brazo a torcer. Confiaba en que el misterioso ungüento terminara con ese extraño resfriado.

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      Capítulo 6. Suena a despedida

      Thiniel atravesó las calles de Aethia, aunque ya se había puesto el Sol, confiaba en encontrar a Jonai en su banco. Y así fue, lo divisó sentado, mirando el reflejo de las estrellas en los adoquines mojados. Sin mediar palabra, se plantó frente a él y, sin levantar la mirada, le saludó.

      Thiniel dice en eldorense: Hola.

      Jonai dice: Hola.

      Jonai pregunta: ¿Quieres algo?

      Thiniel siguió sin establecer contacto visual con Jonai.

      Thiniel dice en eldorense: Nada, que te he traído esto.

      Jonai dice: No necesito nada, gracias.

      Thiniel le ofreció el ungüento que había preparado el druida.

      Jonai dice: Y tampoco tengo tediosos encargos para ti.

      Thiniel dice en eldorense: Es por lo de la tos.

      Thiniel volvió a ofrecerle las hierbas a Jonai.

      Jonai carraspea secamente.

      Thiniel dice en eldorense: Esa tos.

      Jonai pregunta: ¿Por… la tos?

      Thiniel dice en eldorense: Sí, toma, lo ha preparado el druida.

      Jonai miraba cabizbajo el ramillete de plantas machacadas.

      Thiniel volvió a ofrecer las hierbas a Jonai.

      Jonai pregunta: ¿El druida… ehh?

      Thiniel dice en eldorense: Cógelo.

      Thiniel dice en eldorense: Sí, le hablé de tu tos.

      Jonai alarga la mano y coge el ramillete, como si este pesara cincuenta kilogramos.

      Thiniel dice en eldorense: Solo tienes que metértelo en la boca y masticar durante un rato.

      Jonai dice: Pasas mucho tiempo con ese forastero, demasiado diría yo.

      Jonai pregunta: ¿No piensa irse nunca?

      Thiniel dice en eldorense: Bueno, no lo sé. Prefiero que se quede.

      Thiniel dice en eldorense: No hay cosas mejores que hacer por aquí…

      Jonai pregunta: ¿Dónde? ¿Aquí?

      Jonai dice: No necesitamos a nadie más en nuestra humilde ciudad.

      Jonai dice: Pero bueno, puedes hacer lo que quieras.

      Thiniel dice en eldorense: Pues parece todo lo contrario, está todo que se cae a pedazos.

      Thiniel dice en eldorense: Y a mí no me da la vida con tanto recadito.

      Jonai se encoge de hombros sin levantar la mirada del suelo.

      Jonai engulle el ramillete de hierbas y lo mastica lentamente.

      Thiniel mira hacia las tiendas de Aethia, la brisa nocturna agita las lonas de las tiendas, haciendo que salten las gotas de rocío.

      Jonai dice: Cada vez somos menos, Thiniel, y más viejos…

      Thiniel dice en eldorense: Menos…

      Thiniel dice en eldorense: Ya no queda nadie.

      Jonai dice: Exacto, por no quedar, no queda ni mi bastón…

      Thiniel mira hacia el río y se pregunta dónde habrá acabado el bastón.

      Thiniel dice en eldorense: Sí…

      Jonai dice: Sí, ese que arrojaste al río con bravura y soberbia.

      Thiniel dice en eldorense: Lo recuerdo perfectamente.

      Jonai pregunta: ¿Sabes cuantos años tenía ese bastón?

      Thiniel dice en eldorense: La verdad es que no.

      Jonai pregunta: ¿Sabes cuantas vivencias tenía con él?

      Thiniel dice en eldorense: Espero que no muchas.

      Jonai dice: Fue de los primeros que tallo Howe, cuando tan solo yo era un chiquillo y le ayudaba con las tareas de recolección en Arilven.

      Thiniel niega con la cabeza.

      Thiniel dice en eldorense: Si tanto significaba para ti iré a por él, me zambulliré en el río.

      Thiniel dice en eldorense: No tenía idea de lo importante que era para ti.

      Jonai dice: Como no tienes ni idea de tantas cosas.

      Jonai dice: Pero tu cabezonería te ciega.

      Thiniel dice en eldorense: Habló…

      Jonai levanta su cabeza y cruza una mirada con Thiniel.

      Jonai dice: Si fueses capaz de recuperarlo…

      Thiniel levanta la cabeza y mantiene contacto visual con Jonai.

      Jonai dice: Es la única cosa material a la que me aferro.

      Thiniel dice en eldorense: Iré a por él, aunque me cueste un resfriado.

      Jonai dice: Espero no te resfríes, el ungüento este sabe a rayos.

      Thiniel dice en eldorense: Jonai.

      Jonai dirige su mirada a Thiniel.

      Thiniel dice en eldorense: No quiero que nos enfademos, últimamente estoy un poco distinta. Ha sido escuchar las historias del druida y comparar su vida con la mía. Necesito aventuras, llenar mi vida con algo. Creo que esta discusión es porque en el fondo no quiero abandonaros, a Aethia, a ti…

      Jonai dice: Y veo que el momento de tu partida ha llegado.

      Thiniel dice en eldorense: Si no marcho ahora, terminaré mis días aquí, eso lo sé.

      Jonai dice: Es verdad que aquí no hay nada, esto no es lo de antaño, y fuera hay aventuras y vivencias para todo el que se atreva a cruzar estas fronteras.

      Thiniel dice en eldorense: Pero siento como si os abandonara, ¿quién se ocupará de ayudarte en los menesteres diarios?

      Jonai dice: La vida ahí fuera no es tan aburrida, pero tampoco tan sencilla y placentera, estarás jugandote la vida en cada esquina, no es vida para todos.

      Jonai dice: Nadie, o algún joven deberá instruirse, si es que hay algún nuevo nacimiento.

      Thiniel dice en eldorense: Confío en ir aprendiendo poco a poco cómo es la vida fuera de nuestras tierras y no te quepa duda que sé que algún palo me llevaré, pero así acabamos aprendiendo, ¿no?

      Jonai dice: Yo siento que el fin de mis días están entre estos muros, y estos suelos de adoquines sueltos.

      Thiniel dice en eldorense: Lo sé, Jonai y eso me entristece.

      Thiniel dice en eldorense: ¡Vente conmigo!

      Jonai niega lentamente con la cabeza.

      Jonai dice: Thiniel, la vida fuera de estos prados para mí no tiene sentido.

      Jonai dice: No lo haría por nada ni por nadie.

      Thiniel dice en eldorense: Te entiendo perfectamente.

      Jonai dice: Solo podría desearte suerte, y ayudarte en lo posible hasta tu marcha.

      Thiniel dice en eldorense: No lo dudo.

      Thiniel dice en eldorense: Mañana, al amanecer, buscaremos tu bastón y nos despediremos como toca.

      Jonai exclama: ¡Que así sea!

      Thiniel dice en eldorense: Buenas noches Jonai y perdona por todo.

      Jonai asiente con la cabeza.

      Thiniel posa su mano sobre el hombro de Jonai y, tras dirigirle una mirada, se introduce en la tienda.

      Thiniel mira el fuego, el baile de las llamas es hipnótico. En ese momento de ensimismamiento recapacita sobre lo acontecido, desconoce aún las repercusiones de abandonar a su gente. Pero confía en Jonai, él sabrá cómo gestionar Aethia y sus recursos.

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      Capítulo 7. Aventuras en el río Blanco

      Thiniel descorrió las cortinas de la tienda y se introdujo en la oscuridad de la tienda. En un jergón vio a Rethryel, sumido en un sueño profundo. Estaba cansada, pero tenía una extraña sensación de paz interior, haber dejado las cosas claras con Jonai le había sentado muy bien. Sólo quedaba devolverle el bastón, pero eso ya sería mañana.

      Thiniel comprobó la hoguera y se introdujo en el jergón, sumiéndose en un plácido sueño.

      Thiniel despertó con los primeros rayos de Sol que se filtraban a través del techo de la tienda. Se levantó y despertó a su compañero tocándole suavemente en el hombro.

      Thiniel dice en eldorense: Rethryel, despierta.

      Rethryel se reincorpora en el jergón.

      Rethryel dice: Hola, Thiniel.

      Rethryel dice: Buenos días.

      Thiniel dice en eldorense: Buenos días, espero que hayas descansado.

      Thiniel dice en eldorense: Yo he dormido como un bebé. Hacía mucho tiempo que no dormía así de bien.

      Rethryel dice: Como hacía tiempo no lo lograba.

      Rethryel sonrie.

      Thiniel suelta una discreta carcajada.

      Thiniel dice en eldorense: Qué bien.

      Rethryel dice: Estupendo, pues tenemos el cuerpo descansado.

      Rethryel pregunta: ¿Con fuerzas para el chapuzón de hoy?

      Thiniel dice en eldorense: Pues anoche estuve hablando con Jonai, parece que hemos hecho las paces, más o menos.

      Thiniel dice en eldorense: Igual no es como antes, después de nuestra discusión, pero diría que estamos bien.

      Rethryel dice: Me alegra escuchar eso.

      Thiniel dice en eldorense: Eso iba a comentarte, me estuvo hablando de su bastón, hay que recuperárselo sin falta, significa mucho para él.

      Rethryel da una palmadita en el hombro a Thiniel, mientras asiente levemente.

      Thiniel dice en eldorense: Me dio un poco de pena, incluso.

      Rethryel dice: Entiendo…

      Thiniel dice en eldorense: Le di el ungüento que preparaste, veremos a ver qué tal evoluciona.

      Rethryel dice: Seguramente haya mejorado ya.

      Rethryel dice: Y, en cuanto al bastón, te contaré un secreto.

      Rethryel dice: A lo único que le tengo cariño yo, es a mis pertenencias, no podría desprenderme de nada.

      Rethryel dice: Son las que me acompañan en cada aventura, algún día te contaré la procedencia de todas ellas.

      Rethryel dice: Y, ahora, tú dirás por donde deberíamos empezar.

      Thiniel dice en eldorense: Claro, mira, vayamos a la desembocadura, tiene que estar allí seguro.

      Thiniel abandona la tienda seguida de Rethryel, recibiendo la frescura del aire de la mañana. Aun sin desayunar, con ganas de zambullirse en el río Blanco y devolver el bastón a Jonai.

      Rethryel pregunta: ¿Alguna vez encontraste algo en este río?

      Thiniel dice en eldorense: La verdad es que no, pero teniendo en cuenta que es de madera, confío en que no se haya hundido y haya viajado hacia la desembocadura.

      Rethryel dice: Vayamos a ver.

      Thiniel llegó a la desembocadura, tras atravesar los campos de Aethia. Se trataba de un pequeño delta, en el que los sedimentos que había transportado el río Blanco se habían ido depositando formando pequeños montículos.

      Thiniel miró a Rethryel y le señaló todos los montones de arena.

      Thiniel dice en eldorense: Habrá que buscar por ahí, ¿no crees?

      Rethryel asiente con la cabeza.

      Rethryel dice: Empecemos, espero que lo encontremos pronto.

      Thiniel buscó una roca seca, se quitó su túnica y la plegó, depositándola sobre la roca.

      Rethryel alza la vista y vislumbra lo que parecen palos y algunos troncos flotando.

      Thiniel se introdujo en las gélidas aguas, notando si pequeños alfileres se le clavasen en sus pantorrillas.

      Thiniel dice en eldorense: ¡Está demasiado fría!

      Rethryel se zambulle en el agua sin pensárselo dos veces.

      Thiniel rebusca entre los montones de arena, removiendo los montones con una vara, parece que va a ser complicado encontrar el dichoso bastón.

      Rethryel dice: Pues sí que está fría, sí.

      Thiniel suelta un grito de dolor.

      Rethryel clava sus manos en los montones de arena, removiéndolos en busca del bastón.

      Thiniel dice en eldorense: ¡Aaaaaaaaaaaaay!

      Thiniel dice en eldorense: ¡Maldito cangrejo, casi me arranca un dedo!

      Rethryel se gira hacia Thiniel, soltando una sonora carcajada.

      Thiniel lanza el cangrejo lejos con todas sus fuerzas.

      Thiniel dice en eldorense: Nunca me acuerdo de estos malditos cangrejos azules.

      Thiniel dice en eldorense: ¡Mira, en ese montón de ramas, asoma una vara blanca!

      Rethryel exclama: ¡La veo!

      Rethryel avanza lentamente por el lodazal, llegando al montón de ramas.

      Thiniel dice en eldorense: Acércate que lo tienes cerca, te vigilo desde aquí, por si aparecen más cangrejos.

      Rethryel exclama: ¡Cangrejos, cangrejos!

      Rethryel exclama: ¡Al fin!

      Rethryel exclama: ¡Aquí está!

      Thiniel se acerca a Rethryel corriendo y, de un bastonazo, aparta un enorme cangrejo azul que se disponía a atacarlo con sus pinzas.

      Thiniel dice en eldorense: ¡Rápido, cógelo y nos vamos de aquí!

      Rethryel agarra la empuñadura del bastón, y logra sacarlo con esfuerzo.

      Rethryel dice: Vamos, ya lo tengo.

      Thiniel dice en eldorense: Vamos, estoy un poco cansada de estos cangrejos.

      Thiniel se dirige a la orilla, buscando la roca en la que había dejado su túnica. Una vez localizada la roca, se limpia las piernas del lodo negruzco y se viste de nuevo con la túnica.

      Rethryel dice: Esperemos que esto valga para terminar de limar tus problemas con Jonai.

      Thiniel observa el bastón de Jonai, sin duda Rethryel ha hecho un buen trabajo recuperándolo. Confía en que Jonai lime asperezas con el druida.

      Thiniel dice en eldorense: Volvamos al campamento, aquí ya hemos terminado.

      Rethryel dice: Te sigo,

      Thiniel abandona la playa junto con Rehtryel, siguiendo la senda hacia la aldea de Aethia. Observa a su compañero de aventuras, siente cierta admiración por él, no habría sido capaz de recuperar el bastón sin su ayuda.

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      Capítulo 8. El bastón recuperado

      Thiniel contemplaba el bastón que llevaba en sus manos. Se trataba de un precioso tallón finamente tallado en madera blanca. Tenía una pequeña piedra carmesí en uno de sus extremos. Multitud de pequeños golpes y magulladuras recorrían la superficie del mismo, sin duda podía decir Jonai que se trataba de un bastón especial.

      Thiniel se dirigió a la plaza de Aethia, donde se hallaba Jonai, como siempre. Se plantó frente a él y le ofreció el bastón con una enorme sonrisa.

      Thiniel dice en eldorense: Aquí tienes, Jonai.

      Rethryel de un fugaz manotazo arrebata el bastón de las manos de Thiniel.

      Rethryel dice: ¡Ayyy! Gracias Thiniel, muchas gracias.

      Thiniel dice en eldorense: Bueno, no me las des solo a mí. Rethryel fue el que lo sacó de las aguas.

      Rethryel exclama: ¡Mi bastón!

      Thiniel dice en eldorense: Por cierto, nunca lo había tenido en mis manos y he de decir que es precioso, no había visto nunca nada igual.

      Rethryel pregunta: Re..Rethryel, ¿es ese forastero?

      Thiniel dice en eldorense: Sí, mi amigo, el druida.

      Rethryel dice: Ya… tu amigo, entiendo.

      Thiniel dice en eldorense: Fue muy valiente, se aventuró en las aguas del delta, sorteando enormes cangrejos azules hasta dar con tu bastón.

      Rethryel dice: Al final, no va a ser tan malo, me recupera el bastón, cura mi resfriado en poco menos de una noche…

      Thiniel dice en eldorense: Sí, ya te comenté que es un buen aliado.

      Thiniel dice en eldorense: Eso iba a preguntarte, ¿qué tal el resfriado? ¿Alguna mejoría?

      Rethryel dice: ¿Mejoría? Desapareció, así, sin más.

      Thiniel dice en eldorense: ¿Por completo?

      Rethryel asiente efusivamente.

      Thiniel dice en eldorense: Lástima no haberlo conocido antes, nos habríamos ahorrado meses de toses y estornudos.

      Thiniel sonríe, siente que Jonai está distinto, mucho más amigable de lo normal.

      Rethryel se encoge de hombros, mientras asiente con la cabeza, dándole la razón a Thiniel.

      Rethryel dice: Dale las gracias de mi parte a Rethryel, me encargaré de que estas acciones sean recompensadas por nuestro pueblo.

      Rethryel dice: Será bienvenido, y tendrá su merecido estatus.

      Thiniel dice en eldorense: No sabes cuánto agradezco ese gesto, Jonai. No te arrepentirás.

      Thiniel dice en eldorense: He estado buscando un sustituto, si sigue en pie lo de dejarme partir…

      Rethryel hace una mueca que entristece su rostro.

      Rethryel dice: Así es, podrás partir en cuanto quieras.

      Thiniel dice en eldorense: Ya, yo también siento cierta tristeza en partir, pero necesito hacerlo.

      Rethryel dice: Aunque, marchándote, te llevas un trozo de mí.

      Thiniel apoya su mano sobre el hombro de Jonai, apretando con suavidad.

      Thiniel dice en eldorense: Me llevo más que un trozo tuyo, siempre llevaré a Aethia y a sus gentes en mi corazón.

      Rethryel pone la mano sobre la de Thiniel.

      Thiniel trata de sonreír, pero la tristeza no le deja.

      Rethryel dice: Alégrate, la vida te ha puesto un nuevo camino en tu futuro, acéptalo y escribe tu futuro.

      Thiniel dice en eldorense: Eso haré, escribir mi futuro, desde cero.

      Rethryel dice: Te lo mereces, desde pequeña siempre fuiste diferente.

      Thiniel dice en eldorense: Eso dicen, no sé por qué, pero me lo han dicho muchas veces.

      Rethryel dice: Ahora, necesito un descanso, y ordenar un poco mi cabeza.

      Thiniel dice en eldorense: Bueno, es normal, hay mucho que asimilar, supongo.

      Thiniel dice en eldorense: Pasaré mañana a verte de nuevo, a despedirme, si te parece bien.

      Rethryel dice: Serás bienvenida, como siempre.

      Thiniel dice en eldorense: Gracias, nos vemos mañana.

      Rethryel exclama: ¡Hasta mañana!

      Thiniel abandonó la plaza de Aethia, sabiendo que sería una de las últimas veces que la visitaría. Tenía tanto que hacer, preparar su equipaje, convesar con Rethryel, trazar planes de aventuras…

      Thiniel pasó toda la tarde hablando con Rethryel, escuchando sus aventuras, sus futuros planes. Disfrutando con la descripción de cada una de las ciudades que había visitado el druida. Finalmente, cayó rendida y durmió plácidamente.

      Thiniel despertó un poco antes de lo normal, no había podido conciliar el sueño desde bien entrada la madrugada. Los nervios de una nueva vida le impedían dormir. Se levantó y se dirigió a la plaza de Aethia, quería despedirse de Jonai, desearle mucha suerte en su reto de recuperar Aethia y de que no cayera en el olvido.

      Thiniel llegó a la plaza de Aethia, pero no estaba Jonai. Nunca había visto la plaza sin Jonai en ella. En su banco de siempre, observó el bastón de Jonai. No sabía por qué Jonai no había querido despedirse de ella, pero le hacía entrega de lo más valioso para él, su bastón tallado. Thiniel tomó con respeto el bastón y emprendió el camino hacia el Bosque de Aethia, donde le esperaba su compañero de viajes.

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      Capítulo 9. La plaga de Kobolds

      Thiniel llegó a la entrada del Bosque de Aethia, giró la vista hacia atrás, sabiendo que posiblemente sería la última vez que vería su aldea. Observó la plaza vacía, sin Jonai. Sabía que él la estaría observando, escondido tras unas cortinas. Levantó el bastón de Jonai e hizo un gesto de reverencia hacia Aethia.

      Thiniel dice en eldorense: Buenas, ya estoy lista para partir.

      Rethryel dice: Pues no hay tiempo que perder, un largo camino nos espera.

      Thiniel dice en eldorense: No he tenido tiempo de despedirme de Jonai. Bueno, no estaba en la plaza, parece que no quería despedirse.

      Rethryel dice: Es normal, a todos les suelen pasar.

      Thiniel mostró el bastón de Jonai a Rethryel.

      Thiniel dice en eldorense: Me ha dejado esto, parece que quisiera que lo llevara conmigo.

      Rethryel dice: Te llevas un buen y bonito recuerdo.

      Thiniel dice en eldorense: Sí, y más sabiendo lo que significa para él.

      Thiniel dice en eldorense: Bueno, no hablemos más, creo que vamos a tener tiempo de sobra para conocernos.

      Rethryel dice: Ya te comenté ayer que al final lo único que vincularas a ti son objetos y equipamento con el que podrás contar una historia de cada uno de ellos.

      Rethryel pregunta: ¿Conoces Poldarn?

      Thiniel dice en eldorense: Fui hace años, muchos años. Era un castillo si mal no recuerdo, pero hace tanto…

      Rethryel dice: Así es, un castillo, comandado por Lord Nardiel, un excelente paladín de Eralie.

      Rethryel dice: Será nuestra primera parada de un largo camino.

      Thiniel dice en eldorense: No tuve el gusto de conocerle, posiblemente ni siquiera habría nacido cuando estuve allí.

      Rethryel pregunta: ¿Preparada?

      Thiniel dice en eldorense: ¡Qué ganas, marchemos!

      Rethryel exclama: ¡Adelante!

      Thiniel se internó en el Bosque de Aethia con Rethryel, disfrutando de la tranquilidad del mismo. El silencio a veces se veía interrumpido por el canto de un ave o el rugido de algún mamífero de poco tamaño. Tras atravesar el bosque dieron con una senda, poco transitada pero bastante segura. Thiniel recordó sus trabajos restaurando calzadas, cambiando adoquines..

      Thiniel y Rehtryel llegaron pasadas unas horas frente a un imponente castillo, custodiado por un par de guardias vestidos con brillante armaduras. A la derecha de la puerta había una enorme campana de bronce.

      Rethryel señala la gran campana de bronce.

      Rethryel pregunta: ¿La ves, verdad?

      Thiniel dice en eldorense: No recuerdo esa campana la última vez que estuve, ¿para qué es?

      Rethryel dice: Tócala, y desde dentro abrirán la fortaleza.

      Rethryel dice: Envaina tus armas, no te conocen.

      Thiniel guarda su bastón entre sus ropajes.

      Rethryel dice: Pediremos audiencia con Lord Nardiel, y te lo presentaré.

      Thiniel dice en eldorense: Está bien, tengo ganas de conocerle, por lo que me has contado durante el viaje, parece una persona sabia e interesante.

      Rethryel dice: Así es.

      Rethryel dice: Veamos que nos cuenta.

      Thiniel dice en eldorense: Bueno, ¿entramos?

      Rethryel dice: Claro.

      Rethryel dice: Saludos, Lords.

      Rethryel se acerca a los guardias que flanqueaban la puerta del despacho de Lord Nardiel. Y tras una breve conversación, estos dejan pasar al druida.

      Thiniel sonríe a los guardias y sigue los pasos de Rethryel, internándose en el castillo.

      Rethryel dice: Saludos, Lord Nardiel.

      Lord Nardiel deja a su gato en el suelo y se gira a atender a los recién llegados.

      Lord Nardiel dice: Saludos, eras… Rethryel. ¿Qué te trae por nuestro castillo?

      Rethryel dice: Pasábamos cerca, y no quise dejar pasar la oportunidad de saludar a un viejo amigo.

      Lord Nardiel dice: Se agradece la visita, por parte de los dos.

      Rethryel dice: Mi compañera de aventuras.

      Thiniel dice en eldorense: Saludos, Lord Comandante.

      Lord Nardiel dice: Eso está bien, en compañía se viaja mucho mejor.

      Rethryel dice: Hacía tiempo que no venía por aquí.

      Rethryel pregunta: ¿Cómo va todo?

      Lord Nardiel dice: Bueno, ya sabes, como siempre, manteniendo a esos demonios a raya.

      Lord Nardiel dice: Aunque últimamente tenemos otro problema.

      Rethryel pregunta: ¿Otro problema?

      Rethryel dice: Me encanta solucionar problemas.

      Rethryel sonríe ampliamente.

      Lord Nardiel dice: Sí, más que un problema, una plaga.

      Thiniel sonríe, parece que van a disfrutar de una aventura cerca de Poldarn.

      Rethryel pregunta: Y, ¿podríamos ayudarte?

      Rethryel se gira hacia Thiniel, haciéndole un gesto con la cabeza.

      Lord Nardiel dice: La verdad, vuestra ayuda nos vendría muy bien en este momento. Justo la mayoría de mis hombres han partido hacia Nimbor a escoltar un cargamento de trigo.

      Rethryel dice: Estaremos encantados de poder ayudar.

      Lord Nardiel dice: ¿Conocéis nuestros fosos, no? Justo al pie de las murallas del castillo.

      Rethryel dice: Sí, claro.

      Lord Nardiel dice: Pues ahí tenemos el problema, una plaga de Kobolds.

      Rethryel exclama: ¡HA! ¡Kobolds!

      Lord Nardiel dice: Por lo visto han decidido establecer su campamento ahí, en un principio eran cuatro Kobolds, pero han ido llegando más y más.

      Lord Nardiel dice: ¡Ahora mismo tiene que haber cientos de ellos!

      Thiniel se preguntaba cómo sería un Kobold, nunca había visto ninguno.

      Rethryel exclama: ¡Estupendo!

      Rethryel dice: Acabaremos con ellos, así Thiniel se irá acostumbrando a dar mamporros.

      Rethryel suelta sonoras carcajadas que retumban por toda la habitación.

      Rethryel dice: Volveremos cuando hayamos terminado.

      Rethryel pregunta: Thiniel, ¿sabes lo que son Kobolds?

      Lord Nardiel dice: Bueno, tampoco hay que emplear la violencia. A lo mejor con convencerles para que abandonen el foso basta. El ruido que arman es insufrible, aquí no hay quien duerma.

      Thiniel dice en eldorense: No sé lo que es, pero suena a algo peludo.

      Rethryel dice: Emplearemos la fuerza y violencia justa para que se vayan por las malas, o por las muy malas, no te preocupes por ello, Lord.

      Rethryel dice: Pues son como entrañables perros, pero andan sobre sus cuartos traseros, y seguramente, estos no sean muy poderosos.

      Rethryel dice: Quizás empuñen dagas, o sables de madera.

      Lord Nardiel dice: Tampoco quiero que se convierta en una carnicería, algunos monjes de Takome se hallan entre nuestros muros orando.

      Rethryel dice: Vayamos a explorar de que tipos son, y tratemos una estrategia para ahuyentarlos.

      Thiniel dice en eldorense: ¡Qué gran aventura!

      Lord Nardiel dice: Recordad, el uso de la violencia como último recurso, tratad de que abandonen el foso por las buenas, si es posible…

      Rethryel se encoge de hombros, y asiente a Nardiel.

      Rethryel pregunta: ¿Estás lista Thiniel?

      Thiniel asintió a Rethryel.

      Thiniel miró a su compañero, esta iba a ser su primera aventura juntos. Nunca había visto un Kobold y hoy iba a ver cientos de ellos. Por suerte llevaba con ella su diario y podría incluso dibujar a algún Kobold en él para mostrarlo cuando regresara a la aldea.

      Rethryel salió apresuradamente de la habitación, encarando el pasillo que le llevaba a las afueras del castillo.

      Los dos aventureros bajaron las infinitas escalinatas desde el pasillo superior y se dirigieron a la puerta del Castillo, confiando en llegar pronto a la escalera que permitía el acceso a los fosos. No sabían a cuántos Kobolds tendrían que enfrentarse ni si tenían ganas de pelea, pero tenía pinta de ser una gran aventura.

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      Capítulo 10. Diplomacia en los fosos

      Thiniel paseaba por la muralla del Castillo de Poldarn junto a Rethryel, en ese preciso instante vieron la escalinata que descendía hasta el foso. Thiniel miró hacia abajo, no parecía muy profundo, pero la basura se había acumulado durante los últimos años, convirtiendo los fosos en un lugar idóneo para que vivieran ratas y kobolds.

      Thiniel descendió por la escalera y esperó a Rethryel. Miró a su alrededor, no muy lejos, algo se movía tras una montaña de basura.

      Thiniel dice en eldorense: ¡Date prisa, algo se mueve ahí!

      Rethryel miró hacia donde Thiniel indicaba.

      Rethryel dice: Vayamos a ver.

      Thiniel dice en eldorense: No sé si es una rata o algo más grande.

      Rethryel dice: Atento.

      Thiniel se dirigió al montículo de basura, seguida de Rethryel.

      Rethryel clavo su lanza en la montaña de basura y la esparció por toda la sala.

      Rethryel dice: Y, míralo.

      Thiniel dice en eldorense: Sí, ¿eso es un Kobold?

      Rethryel dice: Minúsculo, pero sí, kobold al fin y al cabo.

      Thiniel sacó su cuaderno corriendo y anotó «Se parecen a los humanos, pero con aspecto perruno, desprende un olor pestilente. Parece que caminan erguidos, y sus extremidades posteriores parecen las de un perro, mientras que las delanteras son como las nuestras, con manos de cuatro dedos».

      Rethryel dice: Jamás vi uno tan pequeño, Thiniel.

      Thiniel dice en eldorense: ¿Será una cría?

      Thiniel dice en eldorense: Tal vez se haya perdido, su madre estará buscándolo.

      Rethryel niega con la cabeza lentamente.

      Rethryel dice: Por su pelaje, diría que es adulto…

      Thiniel se acercó al pequeño Kobold y, mostrándole sus manos en son de paz, se sentó a su lado.

      Thiniel dice en eldorense: Parece inofensivo.

      Rethryel dice: Umm…

      Rethryel pregunta: Te conté, ¿qué conozco su idioma?

      Thiniel sintió en ese momento cómo el pequeño Kobold se giró de repente y, tomándola por sorpresa, le hincó el diente a la pobre Thiniel en la pantorrilla.

      Thiniel dice en eldorense: ¡Quítamelo, quítamelo!

      Thiniel se retorcía de dolor con el pequeño Kobold enganchado en su pantorrilla.

      Rethryel cogio al pequeño por los cuartos traseros y lo sujeta con fuerza.

      Rethryel dice en kobold: Eh, ¡venimos en son de paz, pequeño!

      Thiniel de un tirón suelta la pierna de las fauces del Kobold, que queda tendido en el suelo mirando a los dos aventureros.

      Rethryel dice: Maldita sea, no sé si me entiende.

      Thiniel dice en eldorense: No pasa nada Rethryel, culpa mía, debí guardar las distancias. Seguro que no fue más que hambre.

      Thiniel saca un trozo de carne curada y se lo ofrece al Kobold, que la devora sin miramientos.

      Thiniel dice en eldorense: Como decía, es solo hambre. ¿Decías que conoces su lengua?

      Rethryel dice: Tiene hambre, sí.

      Rethryel dice: Sí, aunque es un pueblo en su mayoría nómada, tienen una gran ciudad al norte de Eirea.

      Rethryel dice: Bajo el erial que gobiernan los orcos.

      Rethryel dice: Y, como no, pasé allí alguna temporada.

      Thiniel dice en eldorense: ¿Más al norte? Pues tendremos que visitarlo en nuestros viajes.

      Thiniel dice en eldorense: Dile que venimos en son de paz, que hemos recibido quejas de Lord Nardiel, que deben abandonar los fosos.

      Rethryel dice en kobold: Hola.

      Kobold hambriento dice: Hola, veo que conoces mi lengua.

      Rethryel dice en kobold: Así es.

      Kobold hambriento dice: Pídele perdón a tu amiga, llevo días sin pegar bocado y fue ver esas pantorrillas y no pude resistirme.

      Rethryel dice en kobold: Es comprensible…

      Rethryel dice en kobold: Venimos en nombre de Lord Nardiel.

      Kobold hambriento dice: ¿El señor del castillo?

      Rethryel dice en kobold: Sí, el señor que gobierna este castillo.

      Kobold hambriento dice: No nos van a dejar tranquilos nunca, ni aquí abajo.

      Rethryel dice en kobold: Su deseo es que abandonéis estos fosos.

      Kobold hambriento dice: Siempre igual, no nos quieren en ningún sitio.

      Kobold hambriento dice: De aquí para allá, sin un hogar.

      Rethryel dice en kobold: La peste de la podredumbre llega hasta el torreón más alto del castillo.

      Rethryel dice en kobold: Y entiéndeme, estos son delicaditos.

      Kobold hambriento dice: No tenemos la culpa, encima nos inundan de basura. Que en parte nos viene bien…

      Rethryel dice en kobold: También hacéis mucho ruido, y no les dejáis orar en paz.

      Kobold hambriento dice: Esos malditos Urja, nos echaron de Ancarak y mira dónde hemos terminado.

      Rethryel dice en kobold: Así que os expulsaron de Ancarak…

      Rethryel dice en kobold: Te comprendo, pero me temo que aquí no podreir vivir más.

      Kobold hambriento dice: Sí, nos llamaron Kobold menores y comenzaron una cacería contra nosotros.

      Rethryel dice en kobold: Muy habitual en pueblos anárquicos.

      Kobold hambriento dice: Está bien, comprendo al señor y vuestra misión, abandonaremos el foso.

      Kobold hambriento dice: Con una condición.

      Kobold hambriento dice: Convenced a los Urja para que nos acepten de nuevo en Ancarak

      Rethryel dice en kobold: Ummmm…

      Rethryel dice en kobold: No te lo aseguro, pero podría intentarlo.

      Kobold hambriento dice: Con eso nos basta, con saber con qué lo intentaréis.

      Rethryel dice en kobold: Subiré a trasladárselo a Nardiel.

      Rethryel dice en kobold: Gracias por tu comprensión.

      Thiniel que se había mantenido al margen, observó cómo el Kobold estrechó la mano a Rethryel y se encaramó a una montaña enorme de basura, de la que emergieron otros congéneres. Parece que Rethryel había conseguido solventar el problema de Lord Nardiel. Esta había sido la primera pequeña aventura de Rethryel y Thiniel.

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