Día helado (-14°C) de la Estación del Crudo Invierno.
Era un día frío en el muelle de Aldara y nuestro joven semi-elfo se disponía a aprender el oficio de marinero y así surcar el océano en busca de nuevas aventuras. Desde el mástil de su Lundar, oteaba el horizonte con su catalejo de latón en busca de barcos o tierra.
Lundar de Kaythas: Mástil
Desde lo alto del palo mayor las vistas son increíbles. Hasta esta pequeña plataforma se accede mediante una larga y tortuosa escalera de cuerdas, pero el esfuerzo merece sin duda la pena. La visibilidad aquí es mucho mayor que en cubierta y es por lo que, el oteaje desde aquí es más efectivo que en ningún otro lado.
Kaythas coge su catalejo de latón y otea el horizonte en busca de aventuras.
Aprovechas tu posición estratégica en el mástil del barco.
La buena visibilidad aumenta tu rango de visión
Dices en adurn: que dura es la vida del marinero.
Dices en adurn: revisaré el barco para que esté todo en orden.
Acaricias a Urugoth, el Gran Oso Ancestral.
Dices en adurn: vamos Urugoth
Kaythas baja del mástil y se dispone a revisar el barco. Primero comienza por el puente de gobierno de popa.
Kaythas revisa el Timón de Cráneos y la escalera de embarque.
Dices en adurn: todo en orden
Le guiñas el ojo a Urugoth, el Gran Oso Ancestral.
A continuación se dirige al puesto de artillería.
No hay ningún arma bajo la jurisdicción de este puesto de mando, ¿por qué no instalar alguna?
Suspiras.
Dices en adurn: ojalá tener un de arma instalada para salir en busca de piratas…
Le guiñas el ojo a Urugoth, el Gran Oso Ancestral.
Después de revisarlo todo y comprobar que está todo en orden, vuelve al mástil y sigue oteando con su catalejo el horizonte, conociendo el océano y sus peculiaridades.
Pronto, muy pronto, con su maestro Raiduan navegarán el océanos en busca de piratas y aventuras…
