Inicio Foros Historias y gestas El joven semi-elfo y el Gran Cazador. Capítulo 3: La princesa elfa.

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    • Boga
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      Ambos salieron a toda prisa de la casa y volvieron a investigar la cueva, en busca de alguna pista que diera con el lugar donde los esclavistas la tienen retenida. Tras unas hora de búsqueda, Kaythas dio con unas marcas en una pared y al pulsarla, se abrió un hueco en la pared. Cruzaron el pasillo que había detrás del hueco y dieron con un portón con dos gárgolas, una a cada lado de la puerta. La inspeccionaron y Raiduan movió una gárgola y la puerta se abrió. Entraron en un pasadizo lleno de esclavos y llegaron a una casa con una ventana. Al otro lado se veía un pasillo que acaba en una sala con un trono.

      Raiduan: Cuidado, no estamos solos, hay tres seres delante. Parecen ser los jefes de los esclavos. Prepárate.

      Kaythas: Déjamelos a mi Rai. Usaré la poca luz del lugar para esconderme y acabar con ellos sigilosamente.

      Raiduan dudó del plan del novato, pero él podría cubrirle desde la ventana.

      Raiduan: Está bien. Me quedaré aquí para cubrirte en caso de ser necesario.

      Kaythas pasó por la ventana y se escondió, esperando su oportunidad. Mató a los tres sin dificultades, a uno le atravesó la garganta, a otro le cazó por la espalda y al tercero, primero lo arrodilló con dos cortes en la parte trasera de las rodillas y luego le rajó el cuello.

      Raiduan se quedó asombrado con el novato. Asintió orgulloso y salió en su encuentro. Le tocó el hombro y se dirigieron a la sala del trono.

      Raiduan: Veamos esa sala, tiene que estar por aquí.

      Kaythas: ¡Mira! Hay un hueco en el trono. Introduciré la vara.

       Ves un pequeño hueco que parece haber sido creado para que algo encaje. Colocas la vara en el hueco activando así un mecanismo que abre el portón.
      
      Tras el portón, otra sala que parece ser una prisión hecha para encarcelar a los esclavos más importantes para los bandidos. Ven cómo hay varias cadenas clavas en la pared para poder inmovilizar así a los esclavos que aquí estén. Les llama la atención que este lugar no está manchado de sangre, por lo que al parecer los esclavos que son metidos aquí no son torturados. Era una sala de torturas.
      
      Ylhamdhil, la princesa elfa estaba ahí.
      
      Kaythas: Hola Ylhamdhil, la princesa elfa.
      
      Ylhamdhil, la princesa elfa, dice: Saludos Kaythas.
      
      Ylhamdhil, la princesa elfa, dice: Era princesa de una antigua ciudad elfa asentada en un secreto lugar que no puedo revelarte, pero sí puedo decirte que es uno de los lugares más  bellos y armoniosos de la creación, la añoro con todas mis fuerzas… desde el día que me  capturaron no he parado de recordarla con nostalgia.
      
      Kaythas: ¿Qué te ocurrió?
      
      Ylhamdhil, la princesa elfa, dice: Esos malditos goblins… me capturaron cuando daba mi paseo matutino por un antiguo bosque próximo a mi ciudad… como añoro esos largos paseos, si consiguiera liberarme…
      
      Ylhamdhil, la princesa elfa, dice: Ahora que lo pienso… podrías ayudarme, te lo agradecería eternamente, y mi pueblo estaría en deuda con vos.
      
      De un fuerte tirón Kaythas rompe las cadenas que aprisionaban a Ylhamdhil consiguiendo así liberarla.
      
      Ylhamdhil, la princesa elfa, dice: Muchas gracias por tu ayuda, ahora que soy libre vayámonos de este maldito lugar, y hablemos en otra parte.
      
      Ylhamdhil pega un ágil salto y se cuela por una pequeña ventana.
      
      En un acto reflejo, siguieron a la princesa elfa y salieron al exterior por una ventana.
      
      Ylhamdhil, la princesa elfa, exclama: ¡Por fin libre!
      
      Ylhamdhil, la princesa elfa, dice: Muchas gracias por tu ayuda… 
      
      La princesa le hace entrega a Kaythas de un arma cuya hoja desprende un calor intenso.
      
      [Recibes Florete Candente] 

      Sin perder el tiempo, salieron del lugar, nadaron el lago de Rundos, atravesaron los páramos de cenizas, volvieron por Ostigurth y llegaron a Anduar, donde se despidieron de la princesa y regresaron a su hogar, Thorin.

      En thorin…

      Raiduan: Bien novato, has demostrado tu valía y destreza en combate en una situación complicada y además, conseguiste un arma nueva.

      Kaythas: Gracias Gran Cazador. Me gustaría realizar más misiones contigo.

      Raiduan: ¿Quién dijo que tu formación acabó aquí? Aún tenemos que hacer la misión que íbamos a hacer antes de encontrarnos con el drow y tengo más pensadas para ti.

      Kaythas: ¿Qué ocurrirá ahora que los drows han llegado al continente?

      Raiduan: Eso solo lo saben los altos cargos, pero no son buenas noticias para nosotros, eso seguro.

      Ambos se quedaron pensativos.

      Raiduan: Puedes retirarte novato, descansa y sigue entrenando.

      Raiduan hizo una reverencia y Kaythas lo imitó.

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