Inicio › Foros › Historias y gestas › El Mal mora en esta cueva
-
AutorRespuestas
-
-
AnónimoInactivo7 junio, 2021 a las 13:01Número de entradas: 175
De demonios y otros seres
Ghyrduana ha oído la noticia de que un perverso y villano nigromante mora en unas cuevas ocultas, cerca de la arboleda de Ucho. Como es 11 de Villie y no tiene nada más que hacer, decide ir a comprobar qué parte de aquello es leyenda y qué parte es real.
Emprende su viaje desde Kheleb Dhum hasta la arboleda. A pie, sin prisa. Marcha por la senda que lleva hasta la torre en homenaje al rey Darin. El sol luce con fuerza en lo alto, con su chaleco de capitán dorado y las nubes vigilan el valle con su aire de calma. ¿De dónde vendrán? Se pregunta a sí misma. Viajeras lejanas completamente desapercibidas, son testigos de la historia de Eirea. Han vislumbrado el nacer de los primeros humanos, guerras, migraciones. Pero nadie repara en ellas, son ellas las que nos observan.
El cantar de los pájaros avisa de su llegada a la arboleda. Una vez allí, cruza en linea lo más recta posible (para evitar perderse) hasta el extremo norte del bosque. Deja descansar su pesado Gran Martillo y observa atentamente entre la maleza. Aparta unos matorrales y descubre la entrada a una misteriosa cueva. El sonido que proviene de aquel lugar hueco y oscuro le recorre la espina dorsal. Como voces apagadas invitándola a entrar.
Formula un hechizo clerical de luz sobre su coraza y se adentra. Unos hostiles demonios de tierra de piel calcificada y ojos de magma le dan la bienvenida. Pero Ghyrduana ya había oídio hablar de ellos en las historias que cuentan los Khazads que desean convertirse en guardianes de piedra, así que no suponen ningún temor para ella. Los va despachando uno a uno, a base de martillazo limpio.
Son bastantes los demonios que ha de ir devolviendo al Averno a base de martillazos. Duros, con garras afiladas y sedientos de carne, desean absorber la vida de aquel ser extraño lleno de luz que ha aparecido en su cueva. Pero ese ser es Ghyrduana, la purificadora. No saben con quien se han encontrado.
Al poco rato la entrada tras de sí parece ya lejana, como un punto de luz al final del túnel. Ella, continua adentrándose en aquel extraño y húmedo lugar. Finalmente, encuentra una puerta de madera que finaliza en una pared sin salida aparente. Pone su oreja pegada a la puerta y tras escuchar… oye unos ruidos extraños… gruñidos… el olor que percibe es nauseabundo.
Ghyrduana da un paso atrás, empuña firme su Gran Martillo… toma aire y de una patada, derriba violentamente la puerta, cayendo esta de manera completamente llana sobre el suelo. Las bisagras salen despedidas.
Allí observa a Lender el nigromante en un rincón de la sala, sentado sobre un cubilete, el cual apresuradamente arroja al suelo una especie de papel de seda y se sube los pantalones. Al parecer, la interrupción no le ha hecho mucha gracia y se dispone a atacar a nuestra heroína.
Aquella situación desconcierta a Ghyrduana, la cual, presta, formula un cántico de silencio en la sala. Los gritos ahogados de Lender no son suficientes para formular hechizo alguno y Ghyrduana, conociendo bien su ventaja, le asesta tremendos martillazos a éste hasta convertirlo en una masa de carne tullida y deforme esparramada en el suelo.
La enana, finalmente, recoge pocas pertenencias de valor del cadáver del nigromante y sale por donde entró. Ha purificado aquel lugar… en todos los sentidos. Eralie debería estar orgullosa de mi, piensa para sus adentros…
-
-
AutorRespuestas
- Debes estar registrado para responder a este debate.