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    • smiaug
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      Justo el día después de la elección de Zuz como nuevo Regente de Galador Szylah llega a la catedral. Llega cansado y sucio por la larga travesía a través del desierto.

      Szylah se sacude el polvo de las vestiduras.

      Szylah: Saludos. Vengo a presentar mis respetos al nuevo regente.

      Urda: ¡Bienllegado noble Szylah Al’jhatar, noble filántropo y conocedor de los secretos!

      Szylah intenta mirar por encima de los guardias.

      Szylah: ¿Se encuentar presente?

      Urda: ¡Estupendo! Si, espere un momento, tendré que ir a mandar que le busquen.

      Asientes con la cabeza.

      Urda hace una reverencia y se adentra en la zona privada de la catedral para regresar a los pocos minutos.

      Urda exclama: ¡Saludad al Gran Regente de la Inquisición de Seldar, Zuz! ¡Hurra!

      Zuz llega erguido desde el interior de la catedral con porte imperial.

      Zuz alza su indómita mirada a la par que su Puño de Seldar, martillo ungido ceremonial, en señal de victoria.

      Urda hace una reverencia solemne.

      Szylah hace una prolongada reverencia como hacía tiempo que no hacía ninguna, coge la zarpa de Zuz con delicadeza y besa su sello.

      Zuz asiente levemente a los presentes.

      Szylah: Saludos, Regente. Espero llegar a tiempo para la ceremonia.

      Urda: Mi Regente, he dado orden para que se proclame una semana de fiesta en todo el Reino, ¡para que en toda Eirea se sepan las nuevas!

      Zuz: ¡Así será Hermano, habrá días de celebración en el Imperio!

      Zuz: Apreciado Szyalh, me avisó que el Hermano Urda que estabas en la ciudad y querías verme.

      Szylah: He venido raudo. Me consta que el anterior Regente…

      Szylah se acerca a Zuz dejando escorado a su espalda a Urda.

      Szylah: ¿Puedo hablar con claridad?

      Szylah hace una seña apuntando a Urda con sus ojos.

      Urda le devuelve la mirada a Szylah rápidamente.

      Zuz asiente a Szylah con la cabeza.

      Zuz: Cuéntame.

      Urda: Pronúnciate y no des más vueltas.

      Zuz: La ceremonia terminó, pero llegas a tiempo de ver los grandes juegos que organizaremos, habrá muerte y enfermedades para todos los participantes.

      Szylah: El anterior Regente… era un…. Bueno, no quiero hablar mal de nadie. Así que no seguiré la frase.

      Szylah: La cuestión es que creo que hará falta dinero para poner rumbo firme al reino. Y, según mis informadores, las arcas están saqu.. vacías.

      Zuz asiente firmemente.

      Urda: Tus espías actúan raudos, tanto como tus ambiciones, afamado ogro…

      Szylah sonríe levemente.

      Urda: Fueron sin duda tiempos turbulentos últimamente, y la verdad es que la tesorería está maltrecha.

      Zuz: ¿Qué propones? Conociéndote no creo que vengas a donarnos nada…

      Szylah dice con semblante triste: Bueno bueno… No todo lo que se cuenta sobre mí es cierto.

      Szylah: La cuestión es… yo tengo algo de dinero, y podría hacer una generosa y desinteresada donación en la ciudad en honor del nuevo Regente.

      Zuz mira a Szylah con recelo.

      Urda: ¡Dicen que una vez le robaste hasta los calzoncillos a un gnoll en la taberna de Anduar! El pobre ya nunca más quiso volver a jugar al julepe!

      Szylah suspira mientras ignora a Urda y mira a Zuz.

      Zuz pregunta: Cómo de… ¿Desinteresada?

      Zuz se rie.

      Szylah: Mis mercaderes han tenido problemas a veces problemas para poder vender sus mercancías en el reino. Algunos negocios tienen una mala fama inmerecida. No quiero nada para mí, solo que no se persiga a los pobres mercaderes que vienen con mercancías.

      Zuz: Bien es sabido en toda Eirea que jamás regalaste ni lo que ibas a tirar.

      Urda: ¡Con nuestro nuevo Regente al mando sin duda el Reino retornará a su esplendor de antaño!

      Zuz: Son tiempos nuevos Szylah, no me compares con un humano, vine hace años de Grimoszk y, como bien sabes, mis inicios en el Imperio fueron duros.

      Urda: Por otro lado, si me permite, Regente… es cierto que últimamente las rutas comerciales se han visto abrumadas y están perdiendo eficacia. El comercio se está viendo resentido…

      El semblante de Szylah comienza a mostrar signos de preocupación.

      Szylah: Como símbolo de mi buena voluntad, traigo un presente. Una lujosa vestimenta digna de un Dios. Adaptada personalmente por mí y que espero os siente como un guante.

      Szylah saca una Sotana de Seldar de Mochila sin Fondo.

      Zuz mira asombrado la Sotana.

      Szylah entrega a Zuz con delicadeza la Sotana recubierta de gemas engarzadas y adornos de plata y oro.

      Zuz: Nunca había visto algo igual.

      Zuz coge la sotana sin poder esconder su gesto de asombro.

      Urda examina concienzudamente el regalo.

      Tras un momento de tenso silencio…

      Zuz: El castigo por tratar con cofradías es, a no ser que se decrete algo peor, la ejecución sumaria.

      Szylah dice: ¿Cofradías? ¿Quién ha dicho nada de cofradías? ¡Vengo en representación del gremio de mercaderes! Nadie dijo nada de cofradías.

      Zuz: Agradecemos tu desinteresada donación Szylah de Ar’kaindia, cualquier mercader será bien recibido en la ciudad, de lo contrario hacérmelo saber.

      Szylah hace una reverencia.

      Szylah: Sé que ahora estaréis ocupados y no quisiera haceros perder más tiempo. La sotana os la podéis quedar. Seguro que en algún otro momento podemos acabar de concretar cuánto dinero será necesario para devolver a Galador a su máximo poder.

      Urda: Daré orden a nuestras patrullas para que vigilen los caminos.

      Zuz: Eso sí, cualquier indicio de pertenecer a alguna asociación de cófrades los llevará directos a la hoguera.

      Szylah: Me parece justo. Solo productos conseguidos con el sudor de la frente.

      Zuz: Espero que tu donación llegue pronto, estamos necesitados.

      Szylah: Así será.

      Szylah sonríe satisfecho.

      Urda: ¡Los designios de Seldar son la única verdad! ¡Gloria al nuevo Regente Zuz! ¡Esta es su palabra!

      Urda recita una oración alabando a Zuz.

      Zuz: Y ahora, si me permitís, voy a ponerme al día.

      Urda hace una reverencia solemne a Zuz.

      Zuz: Hablaré con el Gran Patriarca de Zulk para que nos envíe carros de esclavos para los grandiosos juegos.

      Zuz exclama: ¡Será una gran semana!

      Szylah: ¡Sea!

      Zuz dice: Repito, Szylah, no queremos trapicheos en el Imperio.

      Szylah retrocede mientras hace una ligera reverencia y sale por la puerta.

      La gente ya comienza a aglomerarse en torno a la catedral y un grupo de jóvenes arrolla a Szylah y lo apartan de entrada.

      Zuz se rie.

      Urda grita: ¡3 HURRAS POR EL NUEVO REGENTE!

      Zuz se golpea el pecho como un salvaje.

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