Inicio Foros Historias y gestas El primer concurso de pesca de Aldara

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    • ryland
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      Ryland era un amante del buen pescado, cuando estaba en Aldara descansando, siempre encontraba el tiempo necesario para ir a comer pescadito frito a una de las paradas del mercado. En el mercado de Aldara siempre había pescado fresco, y gracias a éste hecho, el mercado había ganado gran fama en todo Eirea. Había de todo en el mercado, desde puestos de fruta, a puestos de carne, de cachivaches varios, de utensilios de madera para la casa… pero sobretodo, había pequeños puestos donde podías comprar pescado y te lo cocinaban allí mismo, luego había dos pescaderías que vendían sobre todo a mercaderes de otras ciudades.

      Ryland como buen marinero, se conocía la mayoría de los pescados que allí se vendían, pues durante sus largos viajes por el Orthos y otros mares más lejanos, había empezado a gastar su tiempo libre en el noble arte de la pesca. Una cosa era ponerse y otra bien distinta era obtener buenos resultados. En su haber tenía nulos resultados. Hasta el momento, en su haber contaba con un par de roídas botas, un viejo sombrero pirata, varios trozos de madera, alguna que otra tinaja vacía… alguna vez había pescado algún pequeño pez, pero en la mayoría de casos, no pescaba nada de nada… eso sí, tenía la misma ilusión que al principio y cada vez que se ponía se decía a sí mismo: ¡Hoy pescaras un gran siluro!

      En una ocasión, cuando llevaba varios días sin pescar nada, diversos marineros bajo su mando, le quisieron animar un poco y estuvieron pescando a escondidas hasta encontrar un pez lo suficiente grande como para alimentar a una decena de ellos… así que, mientras Ryland estaba absorto mirando el horizonte, uno de sus hombres, Krowpack, se lanzó al agua y buceando llegó hasta donde tenía el anzuelo Ryland. Le enganchó el pez haciendo un pequeño tirón al hilo de su caña y al momento, Ryland pegó un salto y se puso a recoger el hilo sacando con una gran expresión de júbilo el gran salmón que había pescado. Todos sus hombres, le vitorearon y se alegraron al ver la cara de felicidad de su capitán…

      Era casi mediodía en Aldara y Ryland paseaba entre los puestos del mercado buscando un lugar donde comer, cuando de repente, vió en una de las paradas un cartel donde se anunciaba un concurso de pesca. Era un cartel muy elegante y por algún método mágico las letras eran doradas y parecían moverse provocando que las miradas de todo aquel que pasase por ahí se fijase en el mismo. Se acercó para leerlo mejor, ya que a su edad ya no tenía la vista de antaño y en el cartel ponía:

      “GRAN CONCURSO DE PESCA ANUAL DE ALDARA”

      Se informa a todos los amantes de la pesca, la organización de un nuevo concurso de pesca en Aldara. Se pueden apuntar en la tienda de suministros del muelle de Aldara o en los puestos de pesca del mercado.

      El ganador del concurso, se llevará como premio la cantidad de 500 piezas de oro.

      El concurso se realizará el próximo 10 de Aylie en el muelle de Aldara a partir de primera hora de la mañana.

      El ganador del concurso será aquel que logre pescar el pez más pesado de todos durante el tiempo reglamentario del mismo, que será desde la salida del sol hasta la puesta del sol. A última hora del día, se realizará el pesaje de los peces presentados por los concursantes. En caso de empate, se permitirá presentar un segundo pez y se computará el peso conjunto de ambos peces.

      El coste de la inscripción son 50 monedas de platino y cada concursante debe traer su caña y su propio cebo.

      Se recuerda a los druidas que tengan pensando apuntarse, que no se permite hacer uso de osos u otros animales durante el concurso. El concurso estará vigilado por varios miembros de la organización para evitar trampas o irregularidades de los concursantes. Si algún concursante es descubierto haciendo algo ilegal, quedará eliminado al momento y no tendrá derecho a la devolución de la inscripción del concurso.

      Organiza: Asociación de pescadores de Aldara

      Patrocina: Familia Inverno

      Ryland pensó en que podía participar, pero en su interior sabía realmente que no tenía ninguna posibilidad de ganar… a no ser que… a su cabeza vino de repente la figura de viejo Truk de la ciudad pirata de Keel… quizá con su ayuda… su cabeza empezó a pensar rápidamente en esa posibilidad y el ímpetu le llevo a estampar su nombre en la lista de concursantes bajo la atenta mirada de varios de los responsables del mismo.

      • ¡El viejo capitán Ryland se apunta al concurso! – gritó uno de ellos –
      • Shhh – susurró Ryland –
      • ¡Su fama le precede! – dijo riéndose el segundo de ellos –
      • Ya veréis… ya. Quién ríe último… ¡ríe mejor! – contestó Ryland algo enfadado a la vez que avergonzado –

      Algunos de los que paseaban por el mercado, se giraron al escuchar el grito y vieron como el par de organizadores se reían del viejo Ryland y cómo éste, se alejada rápidamente del lugar un poco avergonzado por el trato recibido… aun así, su nombre estaba en la lista de concursantes junto con varios de los nombres más reconocidos pescadores de Aldara. Si bien Ryland era conocido por sus épicas hazañas a bordo de la corbeta real de Takome durante sus años de servicio, también era bien conocida su desastrosa faceta de pescar… Aldara era un pequeño pueblo pesquero en donde todos se conocían y todos conocían todo de todos… La noticia de la participación de Ryland al concurso de pesca corrió como la pólvora por las callejuelas de Aldara y en pocas horas, todos los ciudadanos de Aldara conocían la participación de Ryland en el mismo… Ryland empezó en ese momento, a darse cuenta del lío donde se había metido… fuera dónde fuera, se le sacaba el tema de conversación del concurso de pesca y la presión empezó a afectarle el carácter provocando finalmente una disputa dialéctica con uno de los clientes de la taberna que terminó con varios moretones y un labio partido…

      A la mañana siguiente, Ryland lo tenía decidido, iba a ganar el concurso… aunque para eso, necesitaría cierta ayuda de un viejo conocido de Keel. Se levantó de la cama, se vistió y una vez desayunado, fue directo al muelle de Aldara para preparar un viaje relámpago a Keel. Avisó a dos de sus hombres más fieles y juntos zarparon en un viejo barco que usaba para ir a Keel de manera desapercibida. Todos iban vestidos como piratas, de esta manera, se podrían mover libremente por Keel sin levantar muchas sospechas. La intención de Ryland era ir a ver a Truk, un viejo pescador de la isla que tenía fama de haber sido el mejor pescador de Bhenin en su momento de más esplendor…

      Salieron del puerto de Aldara bien pronto y en una corta travesía de sólo un par de días llegaron al puerto de Keel y sin tener que dar explicaciones a nadie, atracaron en el muelle de Keel y Ryland abandonó la embarcación dejando a sus dos hombres al cuidado del barco mientras éste estuviera fuera.

      Ryland saltó del barco y deambuló por el muelle, fijándose en que desde la última vez que estuvo allí, se habían estado haciendo remodelaciones para la mejora del mismo, se habían añadido nuevas canalizaciones, se habían repintado algunas de las fachadas y los adoquines rotos u perdidos, se habían repuesto, dejando mucho más lustroso el muelle a ojos de visitantes y comerciantes. Ryland entro por una de las callejuelas adjuntas al muelle y tras andar varios cientos de metros, se paró, dudó unos instantes y giró totalmente de dirección para dirigirse hacia el viejo faro de Keel, por el camino, anduvo cazando pequeñas gaviotas a las cuales, arrancaba las alas y el resto lo tiraba al mar… cuando tuvo unas cuantas, retomó el anterior camino y su camino terminó ante una vieja puerta de madera sin cartel. Respiró hondo… y llamó a la puerta…

      • Toc! Toc! – Ryland llamó a la puerta –
      • ¡Adelante! – contestó una grave voz desde el interior –

      Sólo meter el primer pie dentro de la casa, Ryland notó un fuerte olor a caldo, parecía que allí dentro estaban cocinando alguna que otra cosa… en su cara se dibujó una leve sonrisa…

      • ¡Hola viejo Truk! ¿Te acuerdas de mí? – saludó Ryland –
      • ¡Te dije la última vez que no volvieras más! – exclamó Truk –
      • Lo sé, ¡pero me tienes que ayudar hombre… mira que te he traído! – dijo Ryland mostrándole las alas de gaviota que minutos antes había cazado –
      • Arggg! Sigues siendo igual de caradura – dijo Truk arrebatando las alas de las manos de Ryland –
      • ¿Qué quieres de mí? – preguntó Truk mientras guardaba las alas en un cajón –
      • Necesito que me ayudes …

      Ryland explicó a Truk todo lo que había pasado con el concurso de pesca de Aldara y cómo era de importante en esos momentos su ayuda, ya que dependía de la misma para ganar o almenos, intentarlo.

      • ¡Tengo algo que te puede ir muy bien! – exclamó un sonriente Truk –
      • ¿Sí? – dijo Ryland con un tono de tranquilidad –
      • Sí, se trata de máculas preparadas de Granar… Son los cebos más eficaces para pescar que conozco – dijo Truk mientras rebuscaba en un viaje caja –
      • Ains! – dijo Truk algo angustiado –
      • Pensaba que tenía, pero se me han terminado… – dijo Truk –
      • ¿No te quedan? ¿Puedes fabricar algunas más? – preguntó Ryland –
      • Sí, sí que puedo, pero necesitaré un poco de ayuda…

      Truk pidió ayuda a Ryland para conseguir algunos ingredientes que le faltaban para fabricar sus famosas máculas, así que Ryland estuvo durante un par de días deambulando por la isla en busca de los ingredientes necesarios, el más importante, ojos de Grakknar. Matar demonios era divertido, sacarles los ojos… no tanto. A los dos días, Ryland volvió a la puerta de Truk y le hizo entrega de los ingredientes.

      • Ryland, en un par de días vuelve que ya estará todo listo. – dijo Truk –
      • ¡Muy bien! Volveré en un par de días pues. – contestó Ryland –

      Ryland volvió al barco y junto a sus hombres, aprovechó para arreglar un poco el casco del barco, ya que, desde hacía más de dos meses, el barco sufría de diversos daños que aún no se habían reparado, a causa de una tormenta. Pasaron los dos días de manera muy rápida, el barco volvía a estar en perfectas condiciones y estaba todo preparado para zarpar de vuelta a Aldara una vez, consiguiera Ryland las máculas…

      • Toc! Toc! – Ryland llamó a la puerta –
      • ¡Adelante! ¡Pase! ¡Pase! – dijo Truk –
      • Hola… – dijo Ryland –
      • ¡Ah! ¡Eres tú! Ya tengo lo tuyo preparado. – contestó rápidamente Truk –
      • Has tenido suerte, ¡porque han salido muy buenos! – dijo Truk –
      • ¿Cómo lo sabes? ¿Los has usado ya? – dijo Ryland –
      • ¿Usarlos? Los he probado y están riquísimos, ¡ningún pez del Orthos podrá resistir la tentación de morder uno de estos! – dijo Truk –
      • Eso espero… – dijo Ryland mientras se miraba las máculas con cierta repugnancia… –
      • Tienes suerte que tenga una gran confianza en ti, sino, no te los daría. Espero que te sirvan y espero no tener que verte durante un tiempo largo por aquí… – dijo con cierto resquemor Truk –
      • Estate tranquilo, yo no he estado aquí… – dijo Ryland despidiéndose con una ligera reverencia mientras cerraba la puerta tras de si –

      Ryland estaba seguro, ahora sí, que con esa pequeña ayuda tendría alguna posibilidad de ganar la competición, así que, sin perder ni un minuto más, caminó a paso ligero por las calles de Keel hacia su barco, donde le esperaban sus hombres preparados para zarpar en cuando llegase.

      Ya en el barco, no tardaron nada en zarpar y hacerse a la mar. Pusieron dirección Aldara y desplegaron todas las velas para aprovechar la corriente que venía del sudeste para llegar cuanto antes a Aldara y dar tiempo a Ryland para prepararse para el concurso que se iba a celebrar esa misma semana.

      Pasados un par de días navegando, por fin llegaron a las costas de Aldara. Había sido una travesía tranquila. Ya en el puerto, Ryland se despidió de sus hombres y fue directo a su casa para descansar y estar preparado para al día siguiente empezar la competición de pesca. Al entrar en casa, cogió las cinco máculas que Truk le había dado y las guardo en un pequeño recipiente que usaba para guardar fruta, después cenó algo de pan con jamón amenizado con un poco de vino que había comprado de camino a su casa y después de repasar su básico equipo de pesca, se cambió y se metió en la cama. Esa noche, no pudo dormir demasiado, ya que los nervios se lo comían y no podía cerrar los ojos, así que optó por beber un poco de licor para coger sueño como así fue…

      A la mañana siguiente, con un poco de dolor de cabeza, se levantó y se vistió con su ropa de pesca y recogió todo el equipo de pesca para dirigirse al muelle, en donde se celebraría la competición. De camino al puerto, algún que otro ciudadano le iba animando. También los mercaderes del mercado, algún miliciano y hasta el propio Gairm en el ascensor, le animó mientras bajaban al muelle.

      El muelle, estaba repleto de gente que querían estar presentes durante la celebración del concurso. Algunos aprovechaban para cotillear por los pequeños puestos que se habían instalados por los alrededores. A Ryland le costó llegar a la tienda de suministros y una vez llegó, se le asignó un número de participante y una vez revisado su equipo de pesca, pasó a la parte del muelle desde dónde se debía pescar. Ryland se encontró frente a frente a varios de los mejores pescadores de todo Aldara. El muelle había sido dividido en parcelas mediante unas líneas dibujadas en el suelo con una tiza y dentro de cada parcela, había dibujado un número en grande. Ryland tenía el 15, así que buscó el mismo entre todos y cuando lo localizó se dirigió al mismo sin detenerse a observar a ninguno de sus oponentes.

      Pasaban veinte minutos de las ocho de la mañana y algunos de los participantes ya estaban tirando los primeros anzuelos al agua. Ryland, algo nervioso por empezar, sacó el recipiente en donde había guardado las máculas con tanta mala suerte, que se le resbaló de las manos y cayeron al agua sin que Ryland pudiera hacer nada por evitarlo. En ese momento, Ryland miró a su alrededor y nadie parecía haberse dado cuenta del accidente de Ryland por lo que disimuladamente siguió montado su equipo cómo si nada hubiera pasado…

      Era ya medio día y algunos de los pescadores ya habían entregado algún que otro pescado, hasta el momento ganaba un lucio de más de cinco kilos de peso. Ryland por su parte, llevaba una sardina del tamaño de una pipa de fumar y un par de botas agujereadas que provocaron las risas de los asistentes e hicieron, que el pobre Ryland, se colorease a más no poder.

      La tarde fue igual o peor que la mañana para Ryland, faltaban menos de 30 minutos para terminar el concurso y junto a Phil Pekeut eran los únicos que no habían pescado nada. En ese momento, se escuchó un grito de júbilo varios metros a su derecha. Era Phil, acaba de pescar un gran pez espada que parecía le iba a hacer ganar la competición pues parecía muy grande. Lo ayudaron entre varios de los asistentes y más contento que un niño con zapatos nuevos, dejaron al pobre Ryland más sólo que la una en el muelle esperando la hora en que finalizaría el concurso y con ello, la poca honra que tenía como pescador se esfumaría para siempre… Ryland bajó la mirada hacia sus pies esperando el pitido y fue entonces que se fijó en algo que había entre las tablas de madera del muelle, se agacho más e intentó cogerlo con sus gruesos dedos pero no lograba llegar, así que cogió un pequeño cuchillo que llevaba siempre entre los artilugios de pesca y con él logró sacar de entre las tablas aquello tan viscoso… al terminar de sacarlo, los ojos de Ryland se abrieron de par en par y una pequeña brizna de esperanza inundó todo su cuerpo. Más ágil que una pantera, se reincorporó, recogió el sedal de su caña y se dispuso a colocar en el cebo eso tan viscoso que había encontrado entre las tablas del muelle… ¡Era una mácula de Grakknar!, al caérsele por la mañana la caja donde los guardaba, no se dio cuenta que una de ellas había caído a sus pies salvándola de caer al mar…

      Ryland tenía poco más de cinco minutos para lograr pescar algo que pudiera darle la victoria, o al menos salvar su honor, así que raudo como pudo, lanzo de nuevo el anzuelo al agua y nada pasó… pasó un minuto, dos minutos, tres minutos… estaban a punto de hacer sonar el silbato cuando la cuerda de su caña se tensó tan fuerte que casi se le va de las manos al viejo Ryland, apretó los dientes y tensó sus brazos y empezó a tirar del sedal. La gente que estaba esperando el veredicto del jurado respecto al pez pescado por Phil que seguramente le daría como ganador del concurso se giró al escuchar algún que otro grito de júbilo de los ciudadanos que estaban observando a Ryland. La gente empezó a jalear el nombre de Ryland y éste, no paraba de soltar cable y recoger, pasaron varios minutos y por fin, se empezaba a ver la cabeza de lo que parecía un precioso lucio. Ryland estaba tan nervioso que a punto estuvo de perder la caña en otro tirón del enorme pez, pero mantuvo con firmeza la caña y consiguió recoger algo más de cable arrastrando a la orilla el pez, una vez estuvo al lado del muelle y temiendo que terminara el tiempo y se escapara lo que parecía la victoria del concurso, Ryland se lanzó al agua y usando toda la fuerza de la que disponía en ese momento, rodeó el pez con sus enormes brazos y lo agarró lo suficiente para que no pudiera escapar justo en el momento en que se escuchaba el pitido final de la competición. No hacía falta pescar el pez de Ryland para saber que era el más pesado de todos los pescados durante el concurso, pero igualmente se debía oficializar el peso por lo que con la ayuda de una carreta ayudaron a Ryland a llevar el pez a la báscula donde marco un peso de 16 kilos y 300 gramos. Sin ninguna duda, ¡era el ganador del concurso! Todos los participantes, incluido un disgustado Phil, felicitaron a Ryland por tal pieza y Lira Inverno, después de un largo y pesado discurso, hizo entrega de la bolsa con las 500 monedas de oro de premio a Ryland.

      Una vez finalizó la entrega del premio, todos los participantes se dirigieron a uno de los puestos de pesca del mercado que se había preparado para celebrar una gran cena con todos los participantes. En la misma, siempre le hacían la misma pregunta… ¿cómo has conseguido pescar un pez de tal tamaño? Y siempre contestaba lo mismo, paciencia… mucha paciencia y ¡algo de suerte! Mientras decía estas palabras sonreía al pensar en la suerte que tubo de encontrar una de las máculas que le entregó Truk…

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