Inicio Foros Historias y gestas El principio de algo

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    • Anónimo
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      Kirjk se emboza en su gabardina y pasea por el mercado de Anduar, aprovechando los balcones de los edificios para resguardarse de la lluvia. Coge un trozo de papel de su bolsillo derecho y lo relee. Luego, se dirige hacia un callejón cerca a la taberna y allí espera disimuladamente. Una anciana de pequeña estatura, espalda curva y manto viejo se acerca por el callejón con una cesta llena de manzanas. Sonríe mientras se acerca al goblin y le ofrece una. Kirjk hace un gesto de negación con la cabeza y sigue observando la calle principal desde su posición.

      Anciana dice von voz temblorosa: ¿Te sigue alguien?

      Kirjk: No parece. ¿Por qué crees que debería seguirme alguien? ¿qué interés tiene una anciana como usted en ello?

      La anciana pasa su envejecida y venosa mano sobre su rostro y un aura azulada le recorre los pies hasta la cabeza, mostrando su verdadera identidad, la de una joven semi-drow de piel pálida y cuidada, larga melena negra y ojos sombreados.

      Aesiria: Hay que asegurarse.

      Kirjk: No dejas de sorprenderme…

      Aesiria: Tengo algo en mente, algo grande.

      Kirjk: ¿De qué se trata esta vez?

      Aesiria: ¿No tienes la impresión de que no somos nadie?… pasas el día robando, hurtando… y para qué. Para subsistir y pagarte los caprichos de alguna fulana de tanto en tanto. ¿Eso quieres para el resto de tus días?

      Kirjk: El cementerio está lleno de héroes y de buscadores de tesoros que lo intentaron.  Ve al grano.

      Aesiria: Tenemos que montar una organización. Mira, el dinero existe… está ahí… pero solo para el que está dispuesto a recogerlo. ¿Tu has visto como vive Comellas…?, y qué… ¿es acaso dinero de sus culivos? Vamos, abre los ojos…

      Kirjk: Tú no eres Comellas.

      Aesiria: Cierto, no lo soy. Ni tú. Pero podemos llegar a serlo. Toma.

      Aesiria le entrega unos papeles color marrón envejecidos, cuidadosamente enrollados con una cinta rojiza.

      Aesiria: Repártelos por Anduar, Galador, Takome…  por todas las capitales de todos los puntos cardinales de Eirea. Yo haré el resto.

      Aesiria le entrega a Kirjk el siguiente documento (Puedes visualizarlo aquí):

      https://deathlogs.com/img/RDL2_large_3050.jpg

      Kirjk desenrolla los pergaminos y los observa detenidamente. Se produce un silencio de unos cuantos segundos. Luego, mira a Aesiria de arriba abajo y le suelta con la cabeza inclinada y mirada de duda…

      Kirjk: Sabes que vendrá todo tipo de personas…, estarás en la mirada de todos. Incluso infiltrados dispuestos a sonsacar tu plan solo para tener motivos para arrestarte…

      Aesiria: Sí, es cierto. Pero no hablaran conmigo… hablaran con la anciana… con el mercader… con el vendedor de la herrería, con el tabernero… con todos, menos conmigo…

      Aesiria menciona esas palabras mientras se ajusta su máscara de las mentiras y una nueva aura recorre su cuerpo, confiriéndole la identidad de un joven y obeso mercader con cara de bonachón y cinturón prieto.

      Aesiria: Nada de pruebas. Todo será presencial, conmigo. Valoraremos a cada persona por lo que aparenta ser. Ahí entras tú. Cuando se les ofrezca la prueba, les espiaras… les observarás como si fueras su sombra. Y si alguno muestra algún signo extraño… le silencias.

      Kirkj observa de nuevo los documentos.

      Kirkj: No será fácil. Requerirá tiempo, recursos, influencias…

      Aesiria le da un pequeño sobre a Kirkj y le dice con voz de mercader bonachón: Esta es la única influencia que vale, la única droga. Tu parte por el trabajo. Vendrá todo tipo de gente… pero todos tendrán una cosa en común. Se moverán por dinero. Todo puede hacerse con el dinero suficiente, comprar nobles, montar negocios, sobornar guardias… Todos tenemos un precio. Claro que algunos…. Un precio más elevado que otros, claro está.

      Kirkj: Bueno, yo haré mi parte… y tu la tuya. Ya veremos cómo acaba esto. ¿Algo más?

      Aesiria: No, por ahora.

      Kirkj se despide con una reverencia. Se emboza de nuevo en su gabardina negra y observando ambos lados de la calle, desaparece caminando lento entre calles del mercado.

      Aesiria murmura en voz baja: Por ahora….

      Acto seguido, se funde con las sombras del callejón y desaparece por completo.

    • Anónimo
      Inactivo
      Número de entradas: 175

      Nuestra protagonista pasea por las vías principales de la ciudad de Anduar. En pleno apogeo mercantil, con un sol resplandeciente y los colores vivos de los comerciantes y niños jugando en la plaza, nadie sospecharía de ese joven bardo de sencillos atuendos, cabellera marrón y ojos claro, que se dedica a colgar carteles en algunos puntos estratégicos de la ciudad.

      Primero unta con una mezcla de agua y cola su brocha y impregna la pared. Luego, cuelga un papel, con las manos lo extiende sobre la solución y lo vuelve a barnizar por encima con la misma brocha, esperando que seque en breve con el resplandor del sol. Luego, camina hacia otro punto de la ciudad transcurrido… Taberna… Barrios. Mercado…

      Un par de nobles comentan uno de los carteles colgados recientemente:

      Noble altivo: ¿Qué tramará esa tal… Aesiria?

      Noble con pintas de desfachatez: No lo sé… ¿reunir a bribones? Nada bueno, supongo.

      Noble altivo: Quizá sea una trampa, los reúna a todos y luego… los encarcelen o algo.

      Noble con pintas de desfachatez: En fin, algún día encontrarán por ahí su cadáver… si anda tratando con esa gentuza. ¡Brindemos en posada, por un cadáver más!

      Ambos contertulianos ríen como lo hacen los burgueses y aristócratas cuya única preocupación es decidir qué atuendo conjunta mejor con sus zapatos.

      Aesiria, disfrazada de bardo, continúa su tarea como si esa conversación nunca hubiera tenido lugar. Al cabo de unas horas, sale por puerta este de Anduar y se dirige a Naduk, a las ruinas del poblado Erken. Una vez allí, comprueba que no es seguida por nadie y entra en una caserna en ruinas. Levanta una trampilla polvorienta y entra en un sótano pobremente iluminado por un par de antorchas, con una mesa central de madera pobremente barnizada, algunos carteles colgados en la pared y un par de sillas. Kirjk le estaba esperando allí.

      Aesiria: Bien, me gusta que seas puntual. Mira.

      Aesiria saca de su mochila un gran papiro y lo extiende sobre la mesa.  Kirjk lo observa detenidamente.

      Kirjk: ¿Qué es?

      Aesiria: Un mapa del reino de Anduar.

      Kirjk: Pero… está mal, está al revés.

      Aesiria observa con rostro hecho piedra a Kirjk durante unos segundos. Luego, sitúa la palma de su mano sobre el mapa y con un gesto, lo gira 180 grados.

      Kirjk: Ah vale, sí, ahora lo veo, ahora está bien.

      Aesiria: Está bien Kirjk, escucha. Estamos reuniendo gente. Estamos haciendo dinero. ¿Qué más le hace falta a una organización criminal?

      Kirjk medita unos instantes y responde: ¿Más gente y dinero…?

      Aesiria: No… quiero decir sí, pero… ah, te lo diré. Influencias. Necesitamos un punto de partida. Fíjate, en este mapa están marcadas las tabernas del reino y quien opera en ellas. Hemos de elegir un objetivo.

      Kirkj observa el mapa. En todas las tabernas hay una cruz pintada de color rojo y una anotación.

      Kirjk: Mmmm, la taberna del poblado de Erken. Nadie vigila allí, es la más alejada…

      Aesiria: No podemos. Guante blanco es la cofradía más fuerte del territorio y la más rica. No queremos una disputa con ellos por la zona… no de este modo. Sigue pensando.

      Kirjk: Mmmm… ¿la taberna del oeste de Naduk?.. Colmillos está en las últimas…

      Aesiria: Pero es el único punto de contacto que tienen con Anduar… y de intentar arrebatárselo, entraríamos en conflicto. Hay algo mejor, sigue pensando.

      Kirkj: ¿La posada de Anduar?

      Aesiria hace un gesto de negación con el rostro.

      Aesiria: Es complicado, necesitamos la influencia de algunos guardias y … el general, cuya reputación es más que sabida. Mucha gente la transita, nobles, mercaderes… hay demasiadas miradas centradas en ese punto, es uno de los más fuertes. No sería fácil. ¿Eso nos deja a…?

      Kirjk: ¿Comellas?

      Aesiria: Sí. Es el punto más débil. Es el segundo contacto de Garzas, con lo cual… perder uno no supondría tanta hostilidad. Comellas es una persona que le mueve la ambición y el dinero. A demás, es una persona influyente, no está bajo el mando de nadie ni ha de dar explicaciones legales a nadie, el consejo de mercaderes le protege. No temerá a Garzas. Y una buena oferta, puede hacerle abrir los ojos. Tenemos que hablar con él… cuando estemos preparados.

      Kirjk: No creo que a Garzas le fuera a hacer mucha gracia….

      AEsiria: ¿Y? Qué somos, ¿hermanitas de la caridad…?, Cuando sea el momento, le haremos una visita a Comellas y una oferta que no podrá rechazar.

      Kirjk: Y eso… ¿Cuándo será…?

      Aesiria: Paciencia, todo requiere tiempo. Primero, sigamos reuniendo personal y dinero. Luego veremos.

      Aesiria recoge el pergamino y apaga las antorchas, quedando la habitación sumida en la oscuridad.

      Aesiria: Nos vemos en unos días, te diré dónde. Este lugar ya no es seguro.

      Kirjk hace una reverencia, la cual es percibida por los ojos de Aesiria, acostumbrados a la oscuridad. Ella, le devuelve el envite y ambos se despiden, bajo la oscuridad y el silencio de aquella estancia, ya abandonada.

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