Inicio Foros Historias y gestas El señor de las hordas de Grimoszk. La historia de Tritux Szeiryü Scuphawk

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    • Arada
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      Con el tercer golpe de gong se dio por concluida la ceremonia y la pequeña cría, libre al fin de las ataduras de los sacerdotes que le caracterizaban, reptó
      impulsada por sus manos delanteras y sus incipientes piernas hacia el jugoso trozo de carne, todavía sangrante, que le habían dado para mantenerla concentrada. Se
      tiró sobre la pieza, casi tan grande como la propia criatura, y empezó a morderla con devoción mientras las sibilantes lenguas de los chamanes:

      • ¡Sssserá un sssssoldado, es obvio! – comenzó el que llevaba la voz cantante. El gran chamán Kavoch
      • ¡Ozomatli assssí lo quiere! – le replicaron sus dos acólitos.

      La decisión de encauzar el entrenamiento de la excepcional criatura se tomaba tan pronto como superaba la violenta maduración a la que son sometidas las nuevas
      generaciones de hombres lagarto en el foso de crianza. Un combate hostil día tras día dónde sólo los más fuertes llegan a salir.

      • De hecho – prosiguió el líder de la ceremonia – podría pertenecer al ejército de élite, a los incursores, fijaos que tamaño y musculatura – añadió el poderoso
        sacerdote.
      • ¡Ozomatli assssí lo quiere! – repitieron servilmente sus acompañantes

      La tarea de clasificación de los nuevos especímenes en Grimoszk comúnmente era relegada a chamanes de menor relevancia. Pero, de cada añada, el sacerdote clasificaba
      al campeón. Es decir, el primer hombre-lagarto en salir del foso de crianza y sobrevivir dos horas. El caso de este año había sido un descomunal espécimen que
      duplicaba en tamaño a sus hermanos de ovada, el más rápido en salir según reconoció el propio Gran Chamán, según las escrituras. Y sin duda podía tratarse de una
      certeza. El tamaño de la cría de hombre-lagarto tenía el tamaño de un adulto pequeño y si musculatura ya era tan robusta como la de la mayoría de soldados en la
      Ciudad del Pantano. Su aventajada condición física le había hecho resaltar desde el primer momento pero, junto a la misma, una velocidad inquietante para tamaña
      corpulencia y una fiereza le habían convertido, en unas pocas horas, en una figura identificable dentro del criadero del que todos huían. Dichas cualidades podrían
      haber acabado con su vida, en la encarnizada lucha por la supervivencia del foso de crianza la única vía para alimentarse son tus compañeros de ovada y cuando todos
      le empezaron a huir por su descomunal fuerza y fiereza podría haber muerto de hambre, llegando a estar tan débil como para ser devorado por sus vengativos y
      hambrientos hermanos. En cambio el campeón del foso de esta año había demostrado una inusitada capacidad de adaptabilidad aprendiendo a camuflarse en el entorno,
      permitiéndose capturar a sus víctimas por sorpresa.

      El Gran Chamán sabía de antemano que un guerrero de esas características sería un incursor excepcional pero le gustaba alargar su momento ceremonial. Observó
      largamente a la criatura intensificando su momento hasta alcanzar el punto en que sus acólitos empezaban a ponerse nerviosos y sacudían sus lenguas dudosos. Entonces
      finalmente decidió que había llegado el momento de darle el último don al campeón de la ovada y sentenció:

      • Será Tritux, el Incursor del Pantano.

      Él se giró y el alivio regó su sangre fría haciéndole sonreír:
      – Gran chamán Kavoch, es un alivio que esté aquí, el campeón de este año resulta una bestia indomable..

      El gran chamán permanecía inmóvil. una enigmática sonrisa se dibujaba cruel desenmascarando la hilera letal de dientes del gran sacerdote de Ozomatli.
      – No te preocupes – le dijo, y su voz no tenía en absoluto un tono tranquilizador – va a ser rápido – le dijo. Y apresándolo con fuerza por la garganta lo alzó del
      suelo y rezando una plegaria al poderoso dios de piel escamosa envenenó el cuerpo.
      El chamán cayó al suelo entre estertores de dolor, su cuerpo se cubría de pústulas por el poderoso veneno que llenaba su cuerpo, instintivamente empezó a neutralizar
      el veneno con un rezo a Ozomatli pero el efecto era demasiado fuerte y cambiando de estrategia se lanzó una protección contra el mismo para paliar los efectos y
      neutralizar el veneno sin sufrir tanto los efectos. Nada más sentir el aura mágica proteger su sangre del veneno lo comprendió y con orgullo y reverencia sonrió al
      Gran Chamán, de rodillas se giro hacia Tritux que lo miraba con ansia asesina y ofreció su estómago desprotegido, dando su vida mientras musitaba rezos de gozo,
      sacrificio y gloria a Ozomatli. Sin pensarlo dos veces las garras del incursor abrieron el vientre del chamán que alcanzaba con su letanía una catarsis de devoción,
      sus tripas se desparramaron, suculentas a los ojos de Tritux, en el suelo, quien se abalanzó sobre ellas dispuesto a engullirlas.
      El primer bocado le supo extraño, el veneno se había extendido y lo escupió al detectarlo pero el Gran Chamán se erguía frente a él, como un dios, y le ordenó
      – Come Tritux, goza del tercer Don de Ozomatli, ¡devóralo!

      Sin poder controlar sus propios impulsos saltó sobre el cuerpo aún vivo del chamán y le devoró el corazón hundiendo su larga mandíbula en el pecho de éste. La escena
      satisfizo al gran chamán que apreció las primeras glándulas envenenadas brotar en el cuerpo de Tritux gracias a la intoxicación del cuerpo envenenado y protegido
      contra el veneno a su vez. Un segundo hechizo de protección contra veneno, formulado esta vez por Kavoch, completó el proceso dando lugar a Tritux, el campeón de
      Grimoszk.

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      La frase que en el 97 leí en la pantalla de Galmeijan y me abocó a este oscuro mundo:
      Orco te golpea con su cimitarra.

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