Lejos quedan ya aquellos encarnizados años donde Dendritas, seguidores de Gurthang, y otras razas malvadas se encontraban en una vorágine diplomática… alianzas, neutralidades, guerras… el día a día de las tierras yermas del norte… y no tan al norte.
En los nuevos tiempos, la paz reina entre los seres de oscuro corazón, con alguna inevitable discusión o riña entre caóticos, que suele terminar con la muerte del más débil… o y de algún corpulento pero ingenuo infeliz.
Los años han transcurrido lentos, haciendo mella en los cuerpos de los que antaño formaban el grueso de los ejércitos.
Las enfermedades, las luchas entre anárquicos, y las cruzadas contra los reinos Eralies, mermaron de forma contundente parte de la población, aumentando en gran medida una tasa de mortandad que ya de por sí es muy elevada sobre todo en los reinos del dios de la guerra.
Pocos son los supervivientes de aquella cruel era, y los que aún perduran… moribundos, seniles, o dementes por tratos con extrañas fuerzas oscuras para prolongar su vida, no recuerdan con claridad los detalles del aquél ya olvidado tiempo, o simplemente, no son tenidos en cuenta.