Inicio Foros Historias y gestas Eldhana y Sylbira

Mostrando 0 respuestas a los debates
  • Autor
    Respuestas
    • gotrek
      Participant
      Número de entradas: 44

       

      Lugar: Veleiron.
      Intervinientes: Eldhana y Sylbira.
      Punto de vista: Eldhana.

      ======

       

       

       

       

      Eldhana llega a la plaza y se detiene a unos pasos del alto Edhelorn

       

      Dices en adurn: saludos, noble druida

       

      Eldhana te observa con curiosidad

       

      Sylbira dice en elfico: saludos, gran eldhana.

      Sylbira te examina.

      Sylbira te mira.

      Dices en adurn: grato me es ver a la gente de Thorin por esta villa

       

      Dices en adurn: tiempo ha que algo así no sucedía, al menos desde que he vuelto de mis viajes

       

      Sylbira dice en elfico: No puedo, sino alagar en igual consideración la majestuosidad de este lugar.

      Dices en adurn: observo que aún en Thorin se habla la antigua lengua

       

      Usando el lenguaje elfico para hablar y escribir.

       

      Sylbira dice: jamás olvidaríamos el idioma de quienes poblaron los bosques por primera vez.

      Dices en elfico: me congratula que aún se guarden en la memoria de los thorinyas las palabras de nuestros ancestros

       

      Sylbira dice: Como recordarás se guardan. Y no en nuestros corazones únicamente. Una zona reservada del poblado contiene tomos de antigua e imprescindible sabiduría.

      Eldhana asiente lentamente

       

      Sylbira dice: Los conocimientos de naturaleza que actualmente poseen los thorinyas, no lo dudo, han sido influenciados por la sabiduría de los habitantes de Veleiron y de ssus

      antepasados.

      Dices en elfico: he pasado largos meses en vuestro magnífico bosque y aún se respira allí la antigua magia de la tierra y sus protectores

       

      Sylbira dice: Antigua es, y poderosa. Mas la que vuestros árboles ofrecen a los sentidos tampoco puede envidiarse. No hace mucho que he paseado por el centro de vuestro pueblo. Los

      antiguos Edhelorn gozan de la hermosura que merecen los rumores traídos por los viajeros.

      Sylbira dice: cuanta belleza verde puebla vuestro edén elfico.

      Sylbira observa maravillada el entorno.

      Eldhana observa con tristeza el solitario edhelorn

       

      Dices en elfico: antaño, se dice que bosques enteros de edhelorns cubrían con un mantno de verde y plata grandes regiones de Dalaensar

       

      Dices en elfico: pero, ay… hoy en día tan solo quedan unos pocos aquí y allí, reverenciados como antiguas reliquias vivas de tiempos pasados

       

      Sylbira dice: Los druidas sufren por la carencia de tan bellos árboles. Aquellos que poblaban las antiguas tierras de Wareth. En su día formaban una mancha verde de vida en toda

      Dalaensar. Por desgracia, parece que no queda en tal foresta, sino una vegetación penosa y maldita.

      Sylbira dice: empatizamos con vuestro sufrimiento. Hacemos lo posible por restaurar los bosques, mas las huestes de Seldar no ofrecen tregua alguna a nuestros intentos.

      Sylbira observa comprensiva.

       

      Eldhana suspira y obserba el sol que se hunde poco a poco más allá de las montañas orientales, haciendo resplandecer las aguas del cuivinien

       

      Sylbira pone su peso en el pie izquierdo y gira alrededor, observando las calles, la vida que se extiende a lo lejos y el Sol poniente que alumbra las aguas del cuivinien.

      Dices en elfico: he viajado mucho, de este a oeste y de norte a sur, y, aunque me he encontrado con maravillosas florestas, he visto más la cicatriz del hacha inclemente y el fuego

      destructor que bosques donde los árboles y las criaturas salvajes vivan en paz

       

      Sylbira dice: En igual tesitura me he hallado.

      Sylbira dice: Pocos son los bosques que hoy en día quedan inpunes del avance de la guerra.

      Dices en elfico: el declive de los bosques es análogo a la desaparición de los Elfos… ¿quiénes quedan para defender a los árboles? unos pocos refugios élficos aquí y allá y

      vosotros, los thorinyass

       

      Sylbira dice: Cierto es. Ni tan siquiera en la propia cruzada, donde tanto alaban las creaciones de Eralie, prestan la mínima atención a la naturaleza.

      Sylbira dice: En sus esfuerzos por proteger un único bastión, olvidan que los árboles e incluso aquellos seres que ocupan los desiertos, son también obra de Eralie. Descuidarlas es

      equivalente a ignorar la labor de nuestro creador.

      Sylbira observa el lento movimiento del Sol hacia el orizonte.

      Eldhana asiente con firmeza y se ajusta la capa sobre el delgado cuerpo

       

      Dices en elfico: aún quedan hermosos bosques como el bosque de Aethia, aunque las hachas de los eldorenses castigan los troncos de aquellos magníficos robles

       

      Dices en elfico: Zeltaim, pletórico de vida animal y vegetal, regado por las frescas aguas de las montañas de Kheleb

       

      Dices en elfico: pero son más los bosques que gritan su agonía a los oídos interesados en escucharla….

       

      Sylbira dice: Lo son

      Dices en elfico: wareth, donde los dendritas practican sus malas artes y las tribus de goblins mancillan con su huella la antaño verde floresta… maragedom, en cuyo corazón se

      dice que habita una presencia nomuerta… el torturado bosque de  las tierras de los orcos, o el maligno bosque impenetrable, cuyos árboles han sido maldecidos desde

      las raíces hasta lo más alto de sus negras y torturadas copas

      Sylbira dice: Y no son pocos nuestros esfuerzos por paliarlo. Mas ya nos cuesta mantener a ralla la plaga de arañas infectas que asola Thorin.

      Sylbira dice: NO hace mucho una compañía de jóvenes druidas, cansados del, aparente, sentido conservador de los Nyathor, nos hemos unido, en pos de luchar por toda vida.

      Sylbira dice: Wareth…

      Sylbira dice: Uno de nuestros próximos trabajos de revitalización se gestará en esas tierras, mas la presencia de los ejércitos dendritas complicarán la tarea enormemente. Muchos

      morirán por recuperar el verdor que, no en demasiado tiempo, tornará de nuevo a la negrura inicial.

      Eldhana sonríe complacida

       

      Eldhana aparta la capa de color del musgo y desliza sus finos dedos por la empuñadura de su adornada espada

       

      Dices en elfico: contad con mi hoja para tal menester

       

      Sylbira dice: Lo comprendemos, de verdad que sí. Sin embargo, también entiendo a nuestro pueblo, pues al haber sido asolado por el cataclismo y los asedios del ejército del mal, se

      ha retraído como el propio bosque. Un poderoso pueblo que, a pesar de su innombrable potencial, ha quedado ciertamente acobardado como el propio terreno de Thorin.

      Sylbira dice: Agradeceremos vuestros esfuerzos, sin duda.

      Sylbira dice: Mi pueblo es demasiado pacífico, así como yo lo fui en su tiempo. Ahora, tal vez tarde, mas no demasiado, comprendo que es necesario alzarse en armas.

      Sylbira dice: Amamos la vida por encima de todo, pero no podremos protegerla sin acudir a la guerra junto a nuestros aliados. Esto se ha demorado demasiado. Y quién sabe cuánto más

      tiempo deberá transcurrir hasta que acabe por fin esta pesadilla. Tal vez, ni las próximas generaciones puedan considerarse en paz.

      Dices en elfico: blandir el acero para defender a los indefensos no se puede percibir como amor a la guerra, si no la vida

       

      Sylbira gesticula en modo afirmativo, empuñando su lanza.

      Dices en elfico: Seldar, Gurthang… ellos son los culpables, junto con otras deidades y criaturas son los males de nuestro tiempo

       

      Sylbira dice: desde luego, mas hacérselo comprender a aquellos más temerosos o fanáticos de la paz será complejo.

      Sylbira blande su lanza contra el aire, apuntando hacia una oscura nube relampagueante, cuan si se tratara de aquellas que sobrevuelan Dendra eternamente.

      Sylbira dice: Lo haremos. Más tarde o más temprano, acudiremos a la guerra. No como ahora. Nuestro pueblo se alzará en serio, y os apoyaremos. Eso puedo jurarlo.

      Dices en elfico: en realidad…

       

      Eldhana parece reflexionar

       

      Empieza a llover.

      Dices en elfico: esas son mis dos grandes pasiones, la protección de los bosques y la búsqueda de mis antepasados, los Elfos

       

      Dices en elfico: todo esto…

       

      Sylbira dice: Lo entiendo.

      Eldhana señala el poblado de Veleyron

       

      Sylbira dice: Por ello te encuentras tan taciturna, como el pasado día gris.

      Dices en elfico: Veleiron ha sido siempre mi hogar, pero mi corazón siempre ha sentido la llamada de las tierras salvajes

      Sylbira dice: Siento indicar que no comparto tu inquietud. Mas si en algún momento volvemos a encontrarnos, prometo hacer todo lo que esté en mi mano para ayudarte.

      Dices en elfico: no es fácil

       

      Sylbira dice: No hace muchos años emprendí mis estudios como erudita. Tal vez logre hallar alguna de las respuestas que tanto anelas.

      Dices en elfico: he intentado entrar en Orgoth… pero allí no dejan entrar a nadie y las flechas y la poderosa magia cierran el bosque, y para ellos, solo soy una mestiza

       

      Sylbira dice: A mi tampoco me han aceptado. De hecho,

      Sylbira dice: Tan hostiles se encontraron los vigilantes de Orgoth, que llegué a temer por nuestras vidas. Parece que no aceptan a nadie que que consideren extranjero. Será

      difícil que puedan ayudarte. Me temo que no hallarás solución a tu problema en las fronteras del pueblo élfico.

      Deja de llover.

      Sylbira te consuela palmeándote el hombro con suavidad.

      Dices en elfico: nadie sabe donde se enclaba la legendaria Mambar, y, en cuanto a Thearolin, tiempo ha que desapareció bajo las ávidas fauces de las aguas del mar de Sorama

       

      La noche cubre Eirea con su oscuro manto.

      Dices en elfico: no obstante, he conseguido la amistad de los Elfos del poblado de Elrahir, en el reino de Anduar y de la escondida Andlief, en los impresionantes acantilados del

      Trueno de Naggrung

       

      Eldhana observa con nostalgia las estrellas que van apareciendo en el oscuro cielo nocturno

       

      Sylbira atisba el cielo azulado. Poco a poco se va oscureciendo, hasta que la luz de los titilantes astros ocupa su lugar.

      Sylbira dice: Bueno,

      Sylbira dice: No es gran cosa, mas una pequeña amistad siempre será mejor que el eterno destierro.

      Sylbira dice: Persevera y tal vez lo logres, mas no debe obsesionarte tal intención. Pues no olvides que no es el pasado lo único que está en juego.

      Sylbira dice: Por el momento, tal vez no sea buena idea ocupar estas calles durante la noche. No creo que los maleantes pueblen en demasía este lugar, mas la noche incita al mal

      más que otra cosa, al amparo por la oscuridad. Deberíamos resguardarnos en algún refugio para descansar.

      Eldhana sonríe con afecto

       

      Dices en elfico: ningún maleante osa perturbar la paz de Veleiron, pero…

       

      Eldhana observa la plaza, ya vacía y las calles donde multitud de luces plateadas iluminan las alamedas y las casas

       

      Sylbira dice: Al despuntar el alba del mañana, ya veremos cómo proseguiremos en nuestro viaje, pero, ¿Tan seguro estás de ello? Al venir me he encontrado bandidos vagabundeando por  los

      viñedos.

      Dices en elfico: tal vez sea hora de retirarnos

       

      Dices en elfico: os hospedais en la Viña Plateada, supongo

       

      Sylbira dice: deberíamos. La noche es demasiado bella como para desaprovecharla con nuestra nostalgia.

      Eldhana ech una última mirada al Edhelorn y se ajusta el cinturón

       

      Sylbira dice: Me hospedo donde usted guste. Vuestra es la luz que guiará mis ignorantes pies.

      Dices en elfico: en cuanto a mí, parto con la primera luz del alba, aprovechando la marea alta

       

      Eldhana señala un alargado bajel de guerra de altos mástiles y bordas erizadas de balistas anclado en el muelle

       

      Sylbira dice: os seguiré si así lo deseáis. Creo que una amistad perdida desde hace tanto tiempo no puede quedar en un encuentro casual.

      Dices en elfico: bajaré el Cuivinien y navegaré por el anchuroso mar para combatir a los lagartos que últimmente atacan nuestras rutas comerciales

       

      Dices en elfico: os ofrezco pasaje, si así lo deseáis, el poder de un druida siempre es bien recibido

       

      Sylbira dice: Me uniré a vuestra tripulación, si así lo preferís. Corren ansias de jjusticia por mis venas.

      Empieza a llover.

      Sylbira exclama: desde luego que os acompañaré. Lamentarán haber osado perturbar nuestras tierras!

      Eldhana asiente complacida y te guia hcia el blanco muelle

       

      Dices en elfico: tendrñ´s un cmarote a bordo

       

      Sylbira dice: QUe teman el poder de akhradrajruurkura y de todos los ents de mismo nombre.

      Dices en elfico: los piratas infestan el mar de Sorama y tenemos que hacernos valer

       

      Sylbira dice: Las pirañas pagarán su atrevimiento. en cuanto al camarote,

      Sylbira dice: Aprecio vuestros deseos de ofrecerme comodidad, mas me contentaré con un humilde barracón, y cuando usted lo ordene, manejaré el timón, o cualquier aparejo de

      artillería.

      Eldhana avanza por la calle con paso liviano, seguida de Sylbira

       

      Sylbira dice: No os acompaño tan solo para disfrutar de las vistas. Os prometí guerra, y guerra habrá.

      Dices en elfico: vuestros poderes de curación y las bendiciones de Eralie nos serán mucho más útiles que cualquier artillería

       

      Sylbira dice: Contaréis con ella, mas eralie también me ha otorgado el poder del fuego, que purificará a quienes odian la vida y a sus defensores.
      Sylbira dice: Todo lo que esté en mi mano y en la de eralie os será ofrecido. Relámpagos caerán del cielo y quemarán a quienes traten de abordarnos.

      Eldhana lanza un suave silbido imitando un ave acuática y dos centinelas de la cubierta del navío despliegan una liviana rampa de madera

       

      Eldhana asciende por la rampa animando a Sylbira con un gesto de la mano

       

      Sylbira dice: Usted va primera, capitana.

      Está lloviendo.

      Dices en elfico: bienvenida a mi navío

       

      Sylbira dice: Gracias por la acogida. estoy a su servicio.

      Dices en elfico: treinta años a bordo de distintos barcos han pasado hasta que se me ha entregado esta magnífica nave, obra de los más exquisitos artesanos de la madera de Veleiron…

      no puede compararse a los bajeles élficos de antaño, pero es mucho más gobernable, velera y liviana que las naves de otras razas

       

      Sylbira dice: La que anuncian como la mejor.

      Sylbira dice: Flexible y resistente como ninguna otra.

      Eldhana te guía por la impoluta cubierta de tablazón blanca. A los lados brillantes paveses de acero guarnecen las altas bordas y las balistas con haces de grandes virotes erizan los

      costados del largo navío

       

      Sylbira observa la cubierta de la embarcación, asombrada por su enormidad y hermosura.

      Sylbira dice: Una auténtica bestia de los mares.
      Eldhana asiente, orgullosa

       

       

      Dices en elfico: y no solo eso si no que embarcamos una buena dotación de arqueros y lanceros para los abordajes

       

       

      Sylbira dice: NO serán sobrantes, desde luego.

       

       

      Eldhana asiente mientras asciende al elevado puente sobre el que ondea suavemente un gallardete con un racimo de uvas plateadas bordado

       

       

      Sylbira dice: Les golpearemos duro. No verán venir los cañones. temerán la noche. No podrán ni dormir en paz.

       

       

      Sylbira dice: Si no os importuna mi sugerencia, os aconsejaría partir de noche. Ahora que los piratas y asaltantes se encuentran distraídos, considerándose amparados por la

      oscuridad,

      Dices en elfico: así lo haremos, pues la mar así lo dicta y los vientos soplan hacia el sur

       

       

      Dices en elfico: pero, no os importuno más

       

      Eldhana señala una escalerilla que baja por una estrecha escotilla

       

      Sylbira dice: No me importuna usted capitana.

      Dices en elfico: descended esa escala y a la derecha encontraaréis un camarote digno de vos

       

      Deja de llover.

      Eldhana observa complacida el fin de la lluvia

       

      Sylbira dice: Oh cuan magna alegría me otorga vuestro ofrecimiento.

      Sylbira dice: mas no dudéis en despertarme junto a los demás cuando llegue la hora del combate.

      Sylbira se retira al camarote a descansar, saludándote con una mano mientras se interna en la oscura alcoba, seguido de su servidor ent.

       

      Eldhana da órdenes a uno de los centinelas y este tañe una campana que resuena con plateado clangor. Casi de inmediato, unos marineros suben a cubierta y comienzan la maniobra de

      desatraque

       

Mostrando 0 respuestas a los debates
  • Debes estar registrado para responder a este debate.