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Capítulo 1.
Aprovechando la oscuridad de la noche, el barco se acerca lentamente a una cala oculta pero cercana al sur de Alandaen. Farmoz, oculto bajo su capucha baja del barco completamente sólo, todos sus tripulantes se mantienen en la embarcación, inmóviles. Empapado y algo enfadado Farmoz farfulla mientras seca la parte baja de su túnica. Un largo camino le espera hasta su escondite en el bosque de coníferas y poco tiempo hasta que el sol aparezca, por lo que sin poder perder tiempo, se dirige raudo hacia Anduar.
Las puertas de Alandaen cerradas, el largo camino vacío y tranquilo exceptuando por una carreta rota y abandonada, y algunos aullidos y gruñidos de chacales que pueden oírse en la lejanía, todo bastante relajado hasta llegar a las cercanías del coliseo, donde parece que la actividad no cesa y numerosos choques de espadas y ánimos de los aficionados pueden escucharse siempre por los alrededores.
El encapuchado pasa por los las granjas de cultivos de la ciudad de Anduar, devastadas por una enorme tormenta seguida de lo que parece ser una dura batalla que parece haber finalizado hace poco tiempo, ya que trozos de tela, algo chamuscados, hondean levemente en los palos que suelen usar los agricultores para tapar sus cultivos.
Tras una larga caminata llega por fin a los bosques de coníferas y aprovechando la densa niebla se oculta en ella para que nadie pueda seguirlo hasta su refugio. Farmoz se acerca a un viejo y enorme roble, nada diferente al resto de los que hay en el bosque, posa levemente su mano en una de sus raíces y estas comienzan a moverse como si tuvieran vida propia, incluso parece como si se comunicasen de alguna forma con el archimago. Pasados unos segundos las raíces se desplazan hacia un lado, dejando un pequeño hueco visible por el que el archimago pasa antes de que las raíces vuelvan a su posición inicial.
Un pequeño pasillo, formado por las cepas del propio roble que iluminan levemente el lugar con un tono verdoso que sube y baja de intensidad a medida que Farmoz da pasos por el lugar. Al fondo del pasillo hay una gruesa puerta de madera, la cual, el archimago atraviesa abriendola sin ningún problemas, dando paso a una gran estancia circular, de unos siete metros de diámetro, excavada directamente en la tierra. Iluminada de la misma forma que el pasillo anterior, en esta habitación pueden verse a cuatro personas totalmente quietas, de pie e inmóviles en uno de sus lados, se encuentra algo decorada, una gran alfombra verde en su centro cubriendo gran parte del suelo, un sillón de cuero al lado contrario de los humanoides y una enorme estantería a su lado, repleta de libros, pergaminos y manuscritos. Al otro extremo de la puerta de entrada otro pasillo da paso a una pequeña habitación con un ornamentada mesa de roble repleta de antiguos manuscritos, algo desordenados, y una robusta silla.
Farmoz el archimago dice en dendrita: Maldita sea, ¿dónde se habrá metido ese inútil?. – Realiza una pequeña pausa pensativo y prosigue. – La última indicación que encontró no sirvió de nada, y en aquella biblioteca gnómica no había nada de lo que buscaba. – Se dirige a su despacho y se sienta en su silla a descansar tras su caminata. Al rato, Farmoz, abre sus ojos y empieza a remover los papeles de su mesa intentando cuadrarlos de alguna forma. – Todo esto es basura, ¡basura! – El archimago comienza a tirar los papeles por la habitación mientras lo va rompiendo. – A ver si llega ya ese inútil y trae lo que le pedí a Bylops, sino será mejor que se vaya preparando.
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Capitulo 2. El nacimiento de Detrito.
Gargoth andaba por el bosque de coníferas mientras hojeaba el libro que el tendero acababa de entregarle. – Ese maldito Bylops, como logra encontrar estas cosas, ni el gremio de Ostigurth pudo encontrarlo.- Comentaba el hombre algo angustiado hasta que encontró entre las páginas un mapa con una localización muy precisa. – Pero esto es imposible, como coño van a saber dónde se encuentra su prisión.- Hablaba para sí mismo tan ensimismado que no se daba ni cuenta de la realidad que lo rodeaba, se encontraba entrando en la guarida de Farmoz, ajeno de que el archimago se encontraba allí esperándolo.
Farmoz, desde el sillón de su despacho, escuchó como la entrada a su escondite se abría y como comenzaba a formarse el pasillo de raíces de robles, dando lugar a unos ligeros pasos que se acercaban cada vez más y más a la cámara central del lugar. Farmoz se levantó con gesto enfadado y fue a interceptar a Gargoth, pero justo al verlo y reconocer el libro que llevaba en las manos, su gesto se torció sonriente. – Vaya vaya, al menos una cosa que haces bien, la última indicación que me diste en Urlom, otra mierda más.- Espetaba Farmoz mientras arrebataba el libro de las manos del aprendiz. – Parece que ese Bylops ha hecho el trabajo mejor que tú, como era de esperar vaya, no sé porqué me sorprendo.
La cara de Gargoth se quedó impasible.- Maestro, ¿cómo es que ya se encuentra aquí?, creía que aún se encontraba por Urlom, ¿seguro que siguió bien las indicaciones que le dí?, aún así aquí tiene el libro que le pidió a Bylops, le he echado un ojo pero no he visto nada reseñable, seguramente sea otra falsa pista.- Decía a Farmoz intentando crear alguna duda en él.
Farmoz volvió la cabeza a su aprendiz claramente enfadado.- Sus indicaciones si que fueron pistas de mierda, no lo castigo por el libro que acaba de traer, da gracias a que alguien hizo su trabajo bien, sino te ibas a enterar.- El archimago se volteó y se introdujo en su despacho dando un enorme portazo. En ese momento, Gargoth se vino abajo, como había podido ser tan estúpido de llevar el libro a la guarida, debía haberlo llevado al gremio de Ostigurth sin dudarlo, por lo poco que había podido extraer de él, sabía que la información que contenía era real y bastante importante, sólo esperaba que Farmoz no se diera cuenta de ello. Tras estar un rato de pie, el aprendiz se sentó en su sillón habitual de descanso ya que no podía salir de allí sin romper la magia que Farmoz mantenía en el lugar, no podía escapar ni ir a informar al gremio, sólo le quedaba esperar y confiar en que la estupidez de Farmoz saliera a relucir, cosa difícil en el archimago.
Pasaron varias horas, los dominados por Farmoz permanecían inmóviles en frente de Gargoth, desnutridos y cada vez más enclenques. Un grito de alegría salió del despacho del archimago que tras unos instantes abrió la puerta extasiado.- ¡Lo encontré, lo encontré! Ya no os necesitaré más estúpidas marionetas.- Farmoz pronunció unas palabras arcanas y de sus dedos surgieron llamas multicolores que impactaron contra los infelices dominados derritiendo su piel al instante y haciéndolos caer al suelo.- Y tú Gargoth, puedes irte ya no me interesas para nada.- Farmoz empujó hacia un lado a ‘su aprendiz’ mientras se dirigía a la salida de la cueva.
Gargoth se levantó rápidamente y tras unas palabras y gestos levantó los cadáveres.- No puedo dejar que os marchéis, el gremio lo prohíbe.- Recriminó al archimago mientras éste estaba de espaldas.
Farmoz dió la vuelta sonriendo.- Ya sabía que estabas espiándome para el gremio, ¿o piensas que no me he metido en tu mente más de una noche? Aún hacía como que no sabía nada para no levantar sospechas, pero encontré el libro, la localización de Phebek y sus cadenas. Dominaré a los seres vivos y a las muertos.- Decía Farmoz mientras levantaba sus manos hacia Gargoth. Tanto el aprendiz como los no-muertos quedaron paralizados y el archimago se acercó lentamente hacia el humano.- Mañana irás a Anduar y durante un día no sabrás quien eres, te llamarás Detrito como la mierda que eres y serás un vagabundo más de la ciudad que se alimentará de todo lo que encuentre, me da igual que avises al gremio, es más, espero que lo hagas, cuando llegues a ellos yo ya habré encontrado esas cadenas y seré imparable. – Farmoz salió de su escondite tras las palabras dejando atrás a los cadáveres y a Gargoth completamente paralizado.
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Capítulo 3. La llegada de Kirtsaevin.
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Como de costumbre, Nirnesil, se encuentra en sus aposentos, esperando a las diferentes citas
que tiene diariamente y realizando sus quehaceres como Supremo.
//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////Cruzada de Eralie: Aposentos del Supremo Nirnesil [|s|]
La puerta sur se abre.
-|Kirtsaevin|/- llega desde el sur.
Kirtsaevin entra sudoroso y agotado a los aposentos del supremo.
Kirtsaevin cierra la puerta sur.Dices en adurn: Saludos de nuevo Cruzado.
Dices en adurn: Puede tomar asiento.
Nirnesil se sienta tras su mesa.Kirtsaevin dice con voz sobrenatural: Señor…
Kirtsaevin dice con voz sobrenatural: Traigo noticias.
Kirtsaevin le entrega un papel a Nirnesil.Dices en adurn: Sí, dígame.
Nirnesil coge el papel que le entraga Kirtsaevin.
Nirnesil mira el papel que acaba de coger.Kirtsaevin dice con voz sobrenatural: Creo que algo grande esta a punto de ocurrir…
Kirtsaevin se sienta al otro lado de la mesa cansadamente.Preguntas en adurn: ¿Qué significa este mapa?
Kirtsaevin dice con voz sobrenatural: Hace una semana, por la tarde me encontre a Shyndriah en la taberna…
Kirtsaevin dice con voz sobrenatural: Y estaba acompañada de Aplexius y un hombre algo raro.
Kirtsaevin dice con voz sobrenatural: Shyndriah me dijo que vendria a informarle. Yo me quede escoltando a ese hombre.
Kirtsaevin va recuperando el aliento.Nirnesil asiente firmemente.
Dices en adurn: Si, ya vinieron y me informaron al respecto.Kirtsaevin dice con voz sobrenatural: A la mañana siguiente paso algo extraño.
Kirtsaevin dice con voz sobrenatural: El hombre, que se hacia llamar Detrito, era en realidad un mago.Nirnesil escucha el relato de Kirtsaevin impasible.
Preguntas en adurn: ¿Un mago?Kirtsaevin dice con voz sobrenatural: Se llamaba Gargoth, y me conto que un archimago de su orden se ha vuelto loco.
Kirtsaevin dice con voz sobrenatural: Y pretende liberar a Phebek o algo así.
Kirtsaevin empieza a ordenar sus idead.Dices en adurn: Por Eralie, un archimago loco y suelto por Eirea es algo serio.
Dices en adurn: Eso es imposible, Phebek está preso en el fondo de los océanos, o al menos eso cuentan las leyendas.
Dices en adurn: Es imposible que un simple archimago pueda hacer nada.Kirtsaevin dice con voz sobrenatural: Segun Gargoth, en ese mapa se encuentra la localizacion de Phebek en el oceano.
Kirtsaevin dice con voz sobrenatural: Sinceramente, esta informacion supera por mucho lo que se sobre este tema.
Nirnesil vuelve a mirar el papel.Kirtsaevin dice con voz sobrenatural: Así que me dirigi raudo hacia aqui.
Dices en adurn: Es una localización en el océano de eso no hay duda.
Preguntas en adurn: ¿A qué orden pertenecían?
Kirtsaevin dice con voz sobrenatural: La localizacion la conozco, llevo meses estudiando el oceano, aunque no he visto nada inusual en esa zona.
Kirtsaevin dice con voz sobrenatural: Eran de la orden de Ostigurth.Dices en adurn: Claro, es normal, se supone que esas cadenas arrastraron a Phebek hacia el fondo, quitándole todo su poder.
Kirtsaevin dice con voz sobrenatural: El archimago es conocido como Farmoz.
Kirtsaevin dice con voz sobrenatural: Si lo deseais, puedo dirigirme a Aldara y preparar las flotas para su movilización.Dices en adurn: La verdad es que no conozco ningún nombre de los archimago de esa orden, son muy reservados con esos temas.
Kirtsaevin dice con voz sobrenatural: Es lo que me dijo Gargoth.
Kirtsaevin dice con voz sobrenatural: Tampoco puedo asegurar la veracidad de sus palabras.
Kirtsaevin dice con voz sobrenatural: Aunque creo que no mentia.Dices en adurn: La verdad que es algo bastante raro.
Dices en adurn: Prepare uno de los buques, cuando esté preparado zarparemos a la localización, mucho me temo que si todo esto es cierto, ese Farmoz habrá llegado antes que nosotros.Kirtsaevin dice con voz sobrenatural: Enseguida lo hare.
Kirtsaevin se levanta, todavia algo agotado, del asiento.
Kirtsaevin te hace una reverencia respetuosa.
Kirtsaevin dice con voz sobrenatural: Le estare esperando con la tripulacion lista y todo preparado.
Kirtsaevin va con paso rapido hacia la puerta y la cierra.Nirnesil saca uno de sus documentos y comienza a escribir en ellos de manera rápida y nerviosa.
Preguntas en adurn: Esos malditos seguidores de Astaroth, ¿por qué nunca se acaban?//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////
Con el temor de que los no-muertos de Astaroth comandados por Phebek renazcan, un barco de
la Cruzada de Eralie se dirigirá a la zona simplemente para asegurar que todo está bien.
Total, es imposible que nadie pueda liberar de su prisión a Phebek, si es que existe.
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Capítulo 4. El Alzamiento de Phebek
El mar embravecido, una enorme tormenta desola el profundo océano del Orthos, como si Eirea intentará proteger lo que se cierne sobre ella. La corbeta de Farmoz a merced del oleaje, meciéndose de babor a estribor como si fuera un simple juguete de la diosa de los mares.
- Maldita Nirvë, no impedirás que me haga con esas cadenas y que domine a todos los seres que pueblan este mundo.- Gritaba el archimago con odio hacia las aguas.
Farmoz, miraba su sextante mientras sonreía, cada vez estaban más cerca de su objetivo, solo era cuestión de esperar que la tormenta pasara de largo de una vez. Amarrado a uno de los mástiles de su barco para no caer al mar, el archimago ordenaba a los miembros ‘voluntarios’ de su tripulación las tareas necesarias para mantener el barco a flote. Aunque la tripulación se encontraba desnutrida y esquelética no parecía importar ya que realizaban cualquier tipo de trabajo, independientemente de lo pesado que fuera.
Después de un par de horas angustiosas, el mar fue volviendo lentamente a la calma, era el momento de Farmoz para llegar a la ubicación indicada. No pasaron ni diez minutos más hasta que llegó al sitio indicado en el mapa, no parecía nada especial, igual que el resto del vasto azul que le rodeaba. El archimago abrió el libro de cuero negro y comenzó a recitar en voz alta, casi gritando, palabras arcanas indescifrables, repitiéndolas una y otra vez sin cesar, cada vez alzando más el tono.
El agua que rodea al barco comienza a burbujear poco a poco, y conforme Farmoz recita las palabras dicho burbujeo se convierte poco a poco en un remolino que parece ir ensanchándose cada vez más. Tras alcanzar los dos metros de diámetro, el remolino se detiene súbitamente, y el agua se queda completamente inmóvil a su alrededor. La silueta de un ser comienza a ascender desde el fondo del mar. Al llegar a la superficie se hace visible un enorme demi-lich, manteniendo un grotesco gesto simulando a una sonrisa, envuelto en cadenas de eslabones de piedra rojiza con runas de poder toscamente grabadas en ellas que brillan palpitantes.
El archimago impresionado por la escena se queda unos momentos ensimismado, pensando que todo aquello que había anhelado se encontraba frente a sus ojos. Farmoz sacude su cabeza, mueve la página de su libro y comienza a recitar un nuevo cántico arcano. Las runas de los eslabones que componen la cadena, empiezan a palpitar cada vez con más intensidad hasta que mantienen un brillo intenso durante unos segundos y se apagan completamente. Las cadenas se desenroscan del cuerpo del demi-lich y van flotando lentamente hacia las manos del mago que explota en alegría.
- ¡Lo conseguí! ¡Seré imparable!¡Nada ni nadie podrá escaparse de mi control!.- Farmoz sonriente comienza a correr de un lado al otro del barco derrochando alegría.
Phebek permanece suspendido en el aire, incrédulo por todo lo que está pasando.- Creía que habíais encontrado mis filacterias y veniais a acabar con mi vida.- dice el demi-lich para sí mismo mientras levita lentamente hacia la cubierta del barco. Phebek levanta las manos y en un instante todos los dominados por Farmoz pierden toda la carne de sus cuerpos y caen al suelo sin vida, en ese momento chasquea sus dedos y todos se levantan como esqueletos alrededor del archimago que contempla la escena con terror.
- ¡Quieto, yo te lo ordeno, tengo las cadenas, puedo dominar tu mente!.- Dice Farmoz mientras apunta con las cadenas al no-muerto.
- ¡Jajajajajaja, esas cadenas sólo servían para mantenerme preso, solo Astaroth manda sobre mí, YO SOY INMORTAL!.- Grita Phebek mientras de su boca sale un humo negro que empieza a cubrir la corbeta al completo.- Te dejaré vivir por haberme liberado, pero no podrás sobrevivir al terror que te inundará.- El demi-lich sale del barco aún levitando y comienza a perderse por la lejanía del océano.
La magia negra de Phebek inunda toda la superficie y parte de ella se introduce en el archimago, un enorme temor comienza a apoderarse de su cuerpo y comienza a correr tembloroso a su camarote, con las cadenas enrolladas en sus brazos.
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