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      Era una noche fría como el trasero de un yeti. La respiración de Naouar se condensaba en la atmósfera creando nubes de vapor en cada exhalación. De tanto en tanto, bajo aquella túnica oscura se le veía frotar las manos para entrar en calor.

      Junto a ella estaba Chreydehn.  Un humano de pelo largo, tez pálida, ojos profundos y ojeras de dormir poco. Sostenía una pala.

      Y para situarnos, diremos que ambos estaban en un cementerio a las afueras de Takome. Velian iluminaba con soltura todo el monte y la escasez de nubes daban una perfecta visión de aquel entorno.

      Chreydehn golpeaba un par de veces con su pala sobre una tumba.

      Chreydehn: Bueno, es aquí creo. ¿oye seguro que esto va a funcionar? … no tengo ganas de pegarme todo este trabajo para nada.

      Naouar: Seguro seguro… no es nada, pero lo sabremos pronto. Venga, cava.

      Chreydehn asintió poco convencido y empezó a clavar su pala en la húmeda tierra. Naouar se frotaba las manos de tanto en tanto y sonreía bajo su túnica, tan oscura como sus intenciones.

      Chreydehn se detiene: ¿Oye, porque no lanzas un hechizo cavar…? Esto es muy lento y me agota.

      Naouar: Los vientos arcanos nos podrían delatar. Esto es más seguro. Cava.

      Naouar miraba su entorno, con temor de ser descubierta. Impaciente.

      Al cabo de unos pocos minutos, ambos se dieron cuenta que cavando iba a tardar algo más que un rato. La impaciencia les pudo, y Naouar dijo…

      Naouar: Bueno va, deja la pala, voy a formular un hechizo de cavar, estoy ansiosa ya.

      Chreydehn se hizo a un lado.

      Naouar trazó con tus dedos índice un rectángulo imaginario a varios centímetros del suelo.

      Pronunció el cántico: ‘aardum weg gaan’

      ¡Un perfecto bloque cúbico de tierra se levantó a un metro del suelo!…

      Naouar: ¡Poder abrumador!

      Chreydehn: Eh.. sí, si lo que es cavar, cava pero… es solo un puñado de tierra…, quiero decir…

      Chreydehn se asomó por el agujero.

      Chreydehn: Es profundo sí..  pero es muy pequeño, apenas me entra el brazo.

      Naouar: Qué quieres, tengo la escuela a menor….

      Ambos se quedaron pensativos…. Mirando aquel agujero. El ansia se convirtió en impaciencia, y la impaciencia en desespero.

      Naouar se golpeó la palma de la mano y dijo: ¡Ya se, aparta!

      Chreydehn se hizo a un lado.

      Naouar: Un poco más.

      Chreydehn se apartó unos cuantos metros.

      Naouar puso las palmas de sus manos en contacto con el suelo y empezó a formular un hechizo… “inversión gravitatoria…”

      Chreydehn: Oye espera, … crees que eso es seg…..

      No pudo terminar la frase.

      Una cúpula de energía mágica gravitatoria hizo temblar el suelo. De repente, ante la falta de espacio interior, la esfera creció y explosionó haciendo saltar metros y metros de tierra, ataúdes, cadáveres, rocas, alimañas, mármol de lápidas, lombrices… todo hizo una fuerte explosión térmica arrojando a nuestros héroes también por los aires.

      Unas luces se encendieron en la torre más alta de Takome. Uno de los consejeros se asomó por la ventana ante tal estruendo.

      Nuestros héroes recuperando la conciencia poco a poco… y aquel pitido en sus oídos cesó.

      Naouar estaba bajo el esqueleto vestido de traje agujereado de … ve a saber quien. Bueno, bajo “su mitad superior”.

      Chreydehn estaba medio sepultado por trozos de roca, tierra y astillas.

      Naouar: …. ¡ay…!… he perdido hasta el sentido…..

      Chreydehn: ay…. Ay…..  mis lumbares…

      Ambos protagonistas se levantaron con la mano en los riñones y torpemente miraron a su alrededor. Solo había un desastre de cadáveres mezclados entre sí, roca, y un profundo cráter.

      Chreydehn: Vale, ¿cómo vamos a saber ahora cuál es el nuestro…?…

      Naouar: eh…

      Naouar empezó a formular el hechizo “teleportar” y desaparecieron de aquél lugar. Para cuando las autoridades de Takome llegaron, no entendieron nada. Solo vieron aquel festival de Zombies animados por Velian, el cráter y el desastre.

      Cruzado: ¿Pero qué diantres…? ¿Ha caído un meteorito o algo…?

      Cruzado bizco: Los dioses … a veces pienso que se ríen de nosotros…

      Ambos héroes se teleportaron a Galador. Allí, aparecieron con los ropajes rotos, heridas leves, morados y llenos de tierra.

      Naouar: Nos vamos a la taberna o algo….

      Chreydehn: ¿Oye, cogiste tu la pala…?

      Naouar: ¿Qué pala..?


      Cruzado Bizco coge una pala de entre los escombros y lee en ella: Fabricada en Ga-dor.

      Cruzado Bizco: ¡Señor! ¡Tengo algo… una pala, hecha en Gador!

      El Cruzado jefe agarra la pala al vuelo y lee… En Galador, hecha en Galador… esto huele sospechoso… investigaremos luego en la ciudadela este ítem.

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