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CAPÍTULO 1: EL ENCARGO
Hacía unos días que Delanna Zann, una trovadora al servicio dendrita, se hospedaba en Anduar con motivo de dar un concierto en su famosa ópera. Sin embargo, ella misma tenía otros negocios en aquellas tierras y un fortuito encuentro con Ugrum podría ser beneficio mutuo.
[Emoción] Delanna afinaba su arpa calmadamente en aquella ciudad. Anduar, famosa por su ópera (ahora en reconstrucción) pronto conocería su talento. Sus habilidades ya eran conocidas en su natal Ryniver, y en gran parte del Imperio de Dendra.
Ugrum observa como un bardo desconocido toca notas sueltas con su arpa.
[Emoción] Delanna se sobresaltó aquella mañana al ver a Ugrum. Estaba ensimismada en sus pensamientos cuando el joven ladrón de la guardia nivrim se acercó.
Ugrum dice: Saludos.
Dices en dendrita: Mis espectáculos no son gratuitos, goblin.
[Emoción] Delanna era borde y hosca cuando quería, y esa altanería imperial le forzaba a ser
desagradable a veces.
Ugrum dice: Menjdo esperpento.
Dices en dendrita: Me estabas espiando, os he visto.
Dices en dendrita: No eres el primero que se cuela por aquí, atraído por el sonido de mi arpa. Pero os lo advierto… mis espectáculos no son gratis.
Dices en dendrita: Sólo un público selecto puede valorar mi música. No un ser como tú.
Dices en dendrita: Aunque… ¿sois acaso un guardia nivrim? Puedo ver la insignia desde aquí.
Ugrum dice: Me llamó la atención verte aquí, sín nadie escuchándote.
Ugrum dice: Así es, pertenezco a la gloriosa guardia nivrim.
Dices en dendrita: Estoy ensayando para dar un concierto. Muchos bardos prefieren las tabernas. ¡Yo misma ensayé en ellas mucho tiempo! Pero aquí, en Anduar, suelo preferir mi propia compañía.
Ugrum saca brillo a la insignia con el puño de su camisa.
[Emoción] Delanna mira de arriba a abajo al goblin.
Dices en dendrita: Desconocía que Anduar estaba tan desesperada como para encontrar reclutas así.
Ugrum dice: Y, ¿cuándo darás ese magnífico concierto?
Ugrum dibuja una seria sonrisa en su rostro.
Dices en dendrita: Estoy esperando la invitación de Manfredo Gotelli, que será próximamente.
Ugrum dice: ¡Ah!
Ugrum dice: La ópera.
Dices en dendrita: Mis negocios me han traído aquí, además de mi música. Poder ejecutar la más noble de las artes en la ópera es simplemente un plus al trabajo.
Ugrum dice: Entiendo…
Dices en dendrita: En realidad soy una artista, pero también una empleada al servicio de Dendra. Me encuentro en la ciudad buscando aventureros que quieran jugarse el cuello por unas moneditas.
[Emoción] Delanna mira de arriba a abajo al goblin de nuevo.
Dices en dendrita: Alguien como tú, por ejemplo.
Ugrum dice: Bueno, aquí tendrás todas las aventuras que desees.
Dices en dendrita: Quizá este fortuito encuentro sirva de más de lo que podría parecer.
Dices en dendrita: Parecéis una de esas sabandijas que se han unido a la guardia con la esperanza de prosperar, pero todavía puedo ver al ladronzuelo que hay en ti.
Ugrum dice: Bueno, mis artes y habilidades son ocultas a desconocidos.
Dices en dendrita: La cuestión es que estoy trabajando para el Imperio como erudita. Muestra de ello es este diseño. He recibido órdenes de estudiar y crear dicho objeto, pero no sé muy bien para qué.
[Emoción] Delanna señala el pergamino que lleva en la mano.
Dices en dendrita: Estoy tras otro objeto, pero no puedo obtenerlo por mis artes. Os pagaría si lo obtuviérais por mí.
Ugrum dice: ¿De cuánto estamos hablando?
Dices en dendrita: Podría pagar no más de 200 denarios.
Ugrum dice: ¿Y que obtendría yo a cambio?
Dices en dendrita: Si me consigues el objeto que estoy buscando, os pagaré 200 denarios.
Ugrum dice: mmmm…
Ugrum dice: Confiaré en tí.
Dices en dendrita: Se trata de una tablilla antigua. Mis estudios indican que su actual propietario es Galuzur, el chamán de Gurthang. Se encuentra al norte, en las tierras de Golthur. Yo no suelo aventurarme más allá de D’hara.
Dices en dendrita: Si se la robáis, recibiréis el dinero a cambio.
Ugrum dice: Hagámoslo pues.
Ugrum dice: En dos días tendrás noticias mías.
Dices en dendrita: Estaré unos días por Anduar. Aquí os esperaré mientras tanto.
[Emoción] Delanna se resigna a sellar el trato con un apretón de manos, pero retira la misma rápidamente.
Ugrum dice: Si esa tablilla existe, será tuya, y espero que la bolsa de monedas prometida esté preparada.
Asientes con la cabeza a Ugrum.
Ugrum dice: Un saludo, nos vemos en unos días.
Dices en dendrita: Muy bien entonces.
Ugrum sin mediar más palabras y tras un ágil y fugaz movimiento emprende su camino hacia las afueras de Anduar.
[Emoción] Delanna se vuelve a centrar en su arpa, ignorando al goblin, esta vez con una sonrisa maliciosa en el rostro y pensamientos oscuros, sólo iluminados por el brillo de sus ojos de mercader.
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CAPÍTULO 2: FRAGMENTOS DEL PASADO
Delanna Zann esperaba el encargo del goblin. No tenía muchas esperanzas, (¡era un sucio goblin, al fin y al cabo!) así que tuvo que disimular su sorpresa cuando lo vio aparecer con la tablilla que le había encargado.
Ugrum llega exhausto al local y se acomoda en la primera mesa que ve libre. Tras un lento movimiento, se descalza y resopla.
Ugrum palpa el zurrón que le cuelga de la cintura, comprobando el contenido de este y tespira aliviado.
Delanna levanta la mirada y sonríe al ver al goblin.
Ugrum mira en su entorno esperando encontrar con la mirada a Delanna.
Dices en dendrita: Ugrum
Ugrum dice: ¡Al fín!
Ugrum dice: Saludos, Delanna.
Dices en dendrita: Saludos, goblin.
Preguntas en dendrita: ¿Traes lo que os encargué?
Delanna mira de arriba a abajo al goblin, esperando una respuesta.
Ugrum asiente levemente, y tras un ágil movimiento saca la tablilla del zurrón y la deposita con desprecio sobre la mesa.
Sonríes.
Ugrum dice: Delanna, si no fuese por la bolsa de monedas que me prometiste… y aun así casi me cuesta el dinero.
Delanna mira la tablilla con inusitado interés.
Ugrum dice: Tuve que contratar a varios mercenarios que me ayudaran a trazar y ejecutar un plan para conseguirla.
Ugrum dice: Y, ¿al final para qué?
Ugrum dice: Una tablilla con signos ilegibles y desgastados.
Dices en dendrita: ¿Por qué? Debería ser una tarea simple para un bribón que va por detrás, no para seducir y amar, sino para robar y matar como tú.
Ugrum dice: Galazur no se separaba de ella.
Mueves con gracia tu Capucha de Bufón, haciendo que todos sus cascabeles suenen armoniosamente.
Dices en dendrita: Esta tablilla permitirá mejorar mis conocimientos.
Ugrum dice: Y aquella maldita catedral custodiada por mil y un guardia.
Ugrum dice: Bueno, el conocimiento no tiene límites…
Te ríes.
Ugrum dice: Espero que la disfrutes tanto como yo lo hare con mis monedas…
Preguntas en dendrita: ¿Y bien? ¿Qué hicisteis para obtenerla? ¿Cómo la robaste?
Preguntas en dendrita: ¿Disfrazarte de goblin?
Ugrum dice: Vayamos por partes, tienes la tablilla, pero yo no tengo el dinero.
Te ríes.
Pagas 200 denarios a Ugrum.
Dices en dendrita: Ahí está el dinero, como os prometí.
Ugrum tras un fugaz vistazo comprueba que está todo.
Ugrum dice: Y ahora sí. Te contaré cada detalle, pero primero que nos sirvan algo de beber, mi lengua está seca.
Te ríes.
Ugrum levanta la mano y pide una botella de vino.
Ugrum observa como el tabernero sirve dos copas.
Delanna valora por un instante servirse también una copa de vino. Finalmente se decanta por aceptarla.
Ugrum dice: Pues el plan era sencillo, formar alboroto y aprovechar la confusión para internarme y robar la susodicha.
Ugrum dice: Pero nada salió como esperábamos, y tuve que salir como alma que lleva el diablo.
Asientes con la cabeza a Ugrum.
Preguntas en dendrita: ¿Qué ocurrió?
Ugrum dice: Por suerte, no perdí el botín y todos contentos.
Ugrum dice: Los orcos no son tan tontos como pensábamos y nos costó lo nuestro entretenerlos.
Ugrum dice: Al final nos descubrieron, pero pudimos escapar sin derramar sangre.
Dices en dendrita: Nunca dije que fueran tontos.
Dices en dendrita: Funcionan por impulsos, eso sí.
Preguntas en dendrita: Los orcos son enemigos formidables. En caso contrario, yo misma hubiera ido a por la tablilla, ¿no creéis?
Ugrum dice: Y de hecho, no lo son, pero bueno, tenemos la tablilla, y espero que le des buen uso.
Asientes con la cabeza.
Dices en dendrita: Le daré buen uso, sin duda.
Dices en dendrita: Veo que habéis probado vuestra astucia.
Ugrum dice: Bueno, podrás contar conmigo cuando necesites que haga amguna otra tarea, siempre que la bolsa de moneda este repleta.
Dices en dendrita: Quizá pueda volver a contrataros, sí. Necesito pensar. Necesito tus talentos para menesteres más… secretos.
Ugrum dice: Siempre me podrás encontrar por aquí, no te será difícil dar conmigo.
Dices en dendrita: Primero déjame contactar con mis superiores. Tienen que autorizarme. Después hablaremos sobre tus opciones para trabajar para el imperio de Dendra.
Dices en dendrita: Os contactaré cuando haya resuelto eso.
Ugrum dice: Tómate tu tiempo, yo no tengo prisa.
Delanna inclina la cabeza a Ugrum a modo de despedida, y sin mediar palabra se marcha de la
habitación.
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