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    • meliam
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      Historia
      Galbulug, es el mayor de un parto múltiple de cuatro hermanos, los cuales murieron en el parto. Su madre fue atacada por unos goblins hambrientos del clan dientez’rotoz muriendo en el acto, el fue el único que se libró de la muerte puesto que un orco que pasaba por allí escucho los gritos y llego justo a tiempo para salvaro.
      Ese mismo orco de nombre Krutthum, lo adoptó en principio como esclavo, pero al ver su extraordinaria fuerza, lo formó como uno de sus guardaespaldas. Para cuando alcanzo los 16 años, Krutthum era el caudillo de Golthur, y Galbulug, junto con Loktar, era su lugarteniente. Tiempo atrás quedan ya las historias y conquistas bélicas que estos tres, apodados el «trío mortífero», libraban día si día también.
      Para conseguir unir a todas las tribus orcas, el trío se dispuso a matar al Balrog para así conseguir la cimitarra que el portaba, y demostrar su poder ante todos los orcos. Bajaron pues por los pozos de magma hasta el infierno y atravesaron la lava para, encontrar el templo de azufre, donde el Balrog estaba dormido. Tras una batalla encarnizada contra ese poderoso demonio, Krutthum consiguió agarrarlo, abrasandose el pecho pero dando tiempo a Loktar para atravesar su pecho con su cimitarra, lo que acabó con su vida, pero cuando veían al demonio muerto este clavo su cimitarra en la pierna de Galbulug, cortándola casi de cuajo.
      Krutthum y Loktar fueron emboscados por un grupo de elfos dirigidos por un tal Yowyn y fueron asesinados. Cuando Galbulug, convaleciente por las heridas provocadas por el Balrog, sintió una profunda rabia, pues el que había sido su padre hasta ahora, había muerto, y juró vengarse en cuanto estuviera repuesto de sus heridas.
      Ahora Galbulug es una vieja gloria, un anciano lleno de cicatrices y lesiones por todo su cuerpo, le faltan dos dedos de una mano, si bien aun puede empuñar armas igual que cuando era joven. Se dedica a aleccionar a los nuevos miembros de la Horda en el arte de la batalla. Pocas son las incursiones que realiza ahora y sólo entra en combate para aniquilar a los lugartenientes enemigos, es un experto en el cuerpo a cuerpo, aunque su intelecto lo convierten en un poderoso estratega.

      Rol
      Fiel sirviente de Gurthang, desprecia a elfos y enanos, a los cuales esclaviza y maltrata.
      No dudará en servir a cualquier caudillo que requiera sus servicios puesto se debe a la Horda.
      Maldito por la herida que le causó el balrog, no puede vivir con ese dolor, que calma matando demonios.

      Objetivos
      Formar buenos soldados, para seguir siendo la potencia dominante en el Norte.
      Ser considerado uno de los mejores combatientes, y que se escriban historias sobre el.
      Completar su collar de colmillos de dragón, con el colmillo de un dragón marino.
      Conquistar Kheleb Dum y hacerla capital orca, para asi controlar el oeste y el norte.
      Vengar a Krutthum y Loktar.

    • meliam
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      Preparativos de una Guerra.

       

      La noche cae en Golthur’Orod, las antorchas iluminan las sucias calles de la Ciudad Bastión. Los gritos de los torturados son como una melodía que anima el ambiente junto a los tambores de Guerra que se escuchan en la lejanía.

      ¡El caudillo vuelve!

      Galbulug se apura a llegar a la puerta para recibir a su Señor.

      Workragh termina por llegar, manda callar a todos los orcos que aúllan sin parar.

      • ¡Súbditos! Traigo buenas noticias. ¡HEMOS DECLARADO LA GUERRA A ANDUAR!

      La Ciudad entera entra en frenesí debido a las palabras de su Caudillo. Acto seguido, Workragh se retira a descansar.

      Al día siguiente Workragh y Galbulug caminan por las calles de la Ciudad Bastión discutiendo sobre qué estrategia llevar en la guerra contra Anduar.

      • Galbulug, tenemos que ganar esta guerra, controlar Anduar es primordial para nosotros,  es el centro comercial de Dalaensar y un punto estratégico desde donde comenzar nuevas incursiones. No podemos fallar.
      • Mi señor Workragh, estamos ultimando los preparativos, pero hemos de ser cautelosos, podrían emboscarnos desde muchos puntos, dendritas al Norte, el ejército Bueno desde el este y los odiosos enanos desde el oeste. Si bien las murallas de Anduar no serán fáciles de derribar, y los cruzados que defienden la ciudad son duchos guerreros.
      • Llevas razón hermano, avanzar de cara sería demasiado peligroso, pero si logramos conquistar rápido Anduar, la ventaja la tendríamos nosotros.
      • Si la puerta Norte cae rápido, es cuestión de minutos que la Horda tome la ciudad. Los superamos ampliamente en número, por muy buenos luchadores que sean, no podrán con nuestra superioridad.
      • Si, pero ¿Cómo piensas derribar esas puertas?

      Galbulug sonríe ampliamente.

      • Sígame mi señor.
      • De acuerdo, espero que no me estés haciendo perder el tiempo.
      • No se arrepentirá.

      Workragh sigue a Galbulug hacia un enorme taller cercano al Bosque Baldío.

      Una vez allí el caudillo puede observar la maquinaria bélica que Galbulug ha estado preparando durante su ausencia.

      • ¿Qué es esto Galbulug?
      • Torres de asedio mi señor, pesadas si, pero pueden transportar a cientos de nosotros, y con la altura que tienen podemos asaltar Anduar sin mayor problema. Son resistentes a las flechas por la cobertura de cuero que poseen, el único problema será llevarlas hasta Anduar.

      Workragh sonríe.

      • Sé perfectamente cómo vamos a llevar esta maravilla bélica hasta allí.
      • ¡Traed a los Trolls!

      Un cuerno se escucha en la lejanía y un temblor lo acompaña, diez enormes trolls aparecen en la lejanía. 

      • ¡Vosotros agarrad esos mástiles y empujad la estructura, poneos cinco en cada lado!

      Los trolls obedecen y agarran ambos mástiles que sobresalen de la estructura y empiezan a empujarla con apenas dificultad.

      • La fuerza de estas criaturas es admirable, mi señor. No tendremos ningún problema en llevar las estructuras hasta allí.
      • ¿Crees que con una será suficiente?
      • Di orden de fabricar dos más pero necesitaremos más Trolls.
      • Los trolls déjamelos a mí, tu fabrica esas estructuras lo antes posible. Ahora he de marchar, otros asuntos requieren de mi presencia.

      Galbulug asiente con la cabeza.

      • Las tendrá con la mayor brevedad posible, mi Señor.
    • meliam
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      Problemas logísticos.

      Tras la declaración de guerra los ánimos en Golthur están exaltados los orcos tienen ansias de sangre y la mínima chispa desata una tangana. Para Galbulug, en cambio lo más apremiante es acabar de construir las dos torres de asedio que le pidió su caudillo, pasa día tras día sin descanso apenas para terminar los preparativos.

      • Galbulug: Maz rápido ezcoria! Laz torrez tienen que eztar terminadaz en menoz de dos díaz! Zi no oz azotaré hazta arrancaroz la piel a jironez!

      Los esclavos miran a Galbulug con cara de terror y siguén serrando leños y curtiendo pieles para acabar lo antes posibles.

      Wruntug, el supervisor se acerca a Galbulug.

      º  Mi zeñor,  no tenemoz madera zuficiente para la tercera torre.

      • Pues manda a tus esclavoz talar maz árbolez!

      º Ese es el problema, no hay maz arbolez.

      Galbulug, que había estado tan inmerso en acabar el pedido lo antes posible no se había percatado que el Bosque Baldío había sido deforestado por completo.

      • Ezto es un gran problema, necezitamos conzeguir madera lo antez posible.

      º El bozque máz cercano ez Wareth Mi zeñor, pero habría que atravezar tierras dendritaz con carretaz para traerloz aquí de nuevo.

      • Ez cierto, pero tengo una idea.
      • Tú acaba de terminar la zegunda torre de azedio. Me llevaré a diez de tus mejorez ezclavoz haré un taller improvizado en Wareth, allí tenemoz todo lo necezario para terminar la tercera torre, y en la inmenzidad del bozque lez zerá máz difícil encontrarnos. Zi por algún cazual logran encontrarnos… ¡Lez daremoz una cálida bienvenida!

      Wruntug pone una sonrisa de un sadismo digno de un torturador y se marcha hacia el taller en busca de los esclavos.

      Galbulug se dirige a la fortaleza, necesita una escolta para montar el taller y protegerlo después. Una vez en la fortaleza se dirige a la taberna, allí encuenta a Trotak y sus dos hermanos Trutok y Tratek expertos en emboscadas.

      • ¡ Despertad  panda de borrachoz! El caudillo necesita de vueztroz zervicios.

      Trotak, el mayor, abre un ojo y ve a Galbulug. Se apresura a levantarse de la silla y le da una patada a cada uno de sus hermanos para despertarlos.

      º ¿Qué dezea Arconte?

      • Oz necezito a los trez para una mizión, teneiz que acompañarme al bozque de Wareth loz detallez loz sabreiz por el camino. ¡Preparaoz zalimoz al anochecer!

      Los tres hermanos asienten y salen de la taberna espantados.

      • Tabernero exclama: ¡Ya ze han ido zin pagar otra vez eztaz zuciaz rataz! ¡WAAAGH!
      • Galbulug: Ezta ronda la pago yo, ezpero que zea zuficiente.

      Galbulug lanza una bolsa de monedas al tabernero, que al ver su contenido sonríe ampliamente.

    • meliam
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      La tercera torre de asedio.

       

      Cae la noche en Golthur’Orod. Galbulug y los tres hermanos, Trotak, Trutok y Tratek, se dirigen al campamento de esclavos donde se están construyendo las torres de asedio. Una vez allí se encuentran con Wruntuk, quién tiene a sus diez mejores esclavos preparados para el viaje.

      • Galbulug: ¿Wruntuk eztá todo preparado?
      • Wruntuk: Zi! Aquí eztán eztaz bazuraz, la mejor bazura que he podido encontrar aquí.
      • Galbulug: Bien, partimoz de inmediato. Bazuraz, coged vueztraz herramientaz, no podemoz perder máz tiempo.
      • Galbulug: Trotak, ¿Vozotroz eztaiz liztoz también?
      • Trotak: Zí, mi Arconte, miz hermanoz y yo eztamoz liztoz.
      • Galbulug: Puez en marcha, Wrontak noz ha preparado unoz huargoz para aligerar la marcha.

       

      El grupo se dirige hacia la cuadra de huargos cercana a Golthur’Orod; saben que se están aproximando cuando escuchan cada vez más cercanos los aullidos de los huargos. Al llegar al lugar Wrontak, junto a catorce huargos ya ensillados, los están esperando.

      • Galbulug: Wrontak, veo que recibizte mi menzaje.
      • Wrontak: Tiempo haze que no le veía mi zeñor, zí recibí zu menzaje. Ya eztá todo lizto. Aquí eztán las catorce monturaz que me pidió.
      • Galbulug: No ezperaba menoz de tí la verdad. Tengo algo máz que pedirte, zi Workragh volviese antez que yo, quiero que le digaz que eztamos en el Bosque de Wareth, fabricando la tercera torre de asedio.
      • Wrontak: De acuerdo mi zeñor.

      Galbulug, junto con los tres hermanos y los diez esclavos montan en sus huargos y salen al galope en dirección al Bosque de Wareth dejando una gran polvareda tras de sí. Las patrullas orcas quedan atónitas cuando el grupo pasa a su lado pensando: “¿Por qué van los esclavos montados en huargos también?”.

      Atravesaron al galope el Erial y el sendero entre las rocas y al fin llegan al puesto fronterizo que les llevará al bosque, donde varios guardias intentan cortarles el paso. Galbulug hace una seña a los tres hermanos y ellos sonríen de forma sádica; hora de hacer lo que mejor se les da, matar. Se deshacen sin mayor problema de los guardias, decapitandolos al galope mientras se escucha una risa aguda acompañada de un grito de satisfacción: ¡WAAAAAAAGH!

      El grupo toma un desvío que bordea la Fortaleza de D’hara y el poblado de Ysalonna, para no llamar demasiado la atención y tras varias horas de viaje consiguen llevar al bosque de Wareth.

      • Galbulug: Rápido no tenemoz mucho tiempo, cuanto máz tiempo eztemoz aquí máz expueztos estaremoz.
      • Galbulug: Trotak, vozotroz vigilad de que nadie venga, yo haré que eztoz holgazanez trabajen.
      • Trotak: Cuente con nozotroz, Arconte. Vamoz muchachoz, hora de cazar ¡WAAAAAGH!

      Cuando los tres hermanos se dispersan por el bosque, Galbulug coge un hacha de leñador y de pocos tajos consigue derriba un árbol que, al caer, provoca un gran estruendo.

      • Galbulug: lo que me habían dicho era zierto, una de la mejor madera de todo Dalaensar.
      • Galbulug: Ezclavoz, ya podeis hacer varaz como zi oz fuera la vida en ello, que de hecho oz va, ¡HAHAAHAHA!.
    • meliam
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      El reencuentro con el Caudillo.

       

      Al día siguiente y tras alguna baja de los esclavos, la torre de asedio está prácticamente acabada. Galbulug mira a su alrededor y observa el claro en el bosque que ha creado con su hacha, pues han necesitado cerca de cincuenta árboles para terminar la enorme estructura. La sangre de animales y los cadáveres de animales desollados, para obtener la piel que hace de escudo para las flechas de la torre, da un color rojo carmesí al suelo. Los buitres sobrevuelan el lugar esperando pacientemente que los orcos abandonen el lugar para darse su festín.

      Los tres hermanos aún andan al acecho cobrándose víctimas de cada patrulla que el Imperio manda a reconocer el terreno. El número de integrantes de esas patrullas cada es mayor, la última fue de una veintena según el último informe de Trotak.

      Un cuervo sobrevuela la zona. Galbulug extiende su brazo y el cuervo se posa sobre su antebrazo, parece traer un mensaje.

      -» Prezéntate de inmediato en Golthur’Orod «, Workragh.

      La cara de Galbulug se vuelve pálida al instante y traga saliva. » Esto no tiene buena pinta», pensó. Se llevó los dedos a la boca y dió un agudo silbido, acto seguido los tres hermanos acudieron a su presencia.

      • Galbulug: Vigilad el campamento, he de volver a Golthur’Orod, el caudillo requiere mi prezencia.
      • Trotak: de acuerdo mi Zeñor, lo protegeremoz con nuestra vida zi ez que fuera nezezario.

      Galbulug desató las riendas de su huargo y de un salto montó en su lomo, azuzó su montura y abandonó el taller imporvisado al galope.

      Una vez llegó a Golthur’Orod se dirigió al trono de huesos, allí estaba esperándolo Workragh, con una pierna entablillada y vendada.

      • Galbulug: mi señor, que ha ocurrido, quién ha ozado tocarle.
      • Workragh: tuve que hazer valer mi fuerza sobre los trollz que ze moztraban reazioz a ayudarnoz. Pero ya eztá solucionado.
      • Workragh: me dijeron que habíaz tenido algún contratiempo con las torrez de azedio.
      • Galbulug: azí fue, hemoz tenido que montar un campamento provizional en el Bosque de Wareth, pero la torre eztá lista.

      Workragh hace una señal para que los guardias que custodian la sala se marchen. Una vez solos Workragh, pide a Galbulug que se acerque.

      • Workragh: hermano ayúdame a levantarme, he de hablar contigo, pero no aquí, vayamoz a miz apozentoz.

      Galbulug echa el brazo de Workragh sobre su hombro y ayuda a Workragh a llegar a su habitación.

      • Galbulug: eza herida no tiene buena pinta.
      • Workragh: no es nada, tengo a loz mejorez chamanez curándola. Pero esto me ha hecho recapacitar, puez la próxima vez puede que no lo cuente.
      • Workragh: tú pozeez mi zangre, erez eztirpe del clan Sherkh’Ravin y la zangre ha de perdurar. Por ezo quiero reconozerte cómo mi hermano y heredero, dezde hoy zeraz conziderado cabeza de familia de Sherkh’Ravin.
      • Galbulug: no merezco ezte honor, Zeñor.
      • Workragh: Zí, lo merezez. No hay máz que dizcutir.
      • Workragh: Ahora retírate y déjame dezcanzar, haz los preparativoz, mañana marcharemoz hacia Anduar.

      Galbulug asiente con la cabeza y abandona las estancias del Caudillo.

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