Ghyrd quiere cambiar

Ghyrd apoyó su mentón en el extremo del mando de su pico. El sonido metálico de los picos quebrando la roca fueron cesando lentamente, distanciándose entre sí. Ghyrd seguía con la mirada perdida en la pared, aquel muro de roca más oscura que el secreto de un Khaol.

Enano de baja moral: Ghyrd, ¿Por qué te detienes?

Enano en la lejanía: Eh, ¡qué pasa ahí abajo!

Ghyrd: Lo he visto claro. No quiero acabar mis días aquí minando. Voy a cambiar.

Enano bizco apoyando sus manos en su pico: ¿A qué te refieres? Si es lo único que sabemos hacer.

Ghyrd empieza a entonar una canción…

Tú… solo… sabes… Minar…

(Ghyrd gira sobre su propio cuerpo, pico en mano).

La dura roca hostigar….

(Enano de baja moral y Enano diminuto se miran entre sí).

¡Cuando sea millonario… os firmaré un talonario!

Se que debo hacer… para poder crecer…

¡Salir a fuera a explorar!

Luces de los focos iluminan el pase de Baile de Ghyrd.

Conjunto de enanos improvisado:

“Sal a fuera a explorar, el mundo has de divisar”

(Ghyrd salta y señala a uno de los enanos)

Mírate, ¿qué has de hacer? ¿Picar la roca hasta perecer?

Enano dudoso: Eh… s.. ¿no?.. ¡no era si!… ¿no?

Ghyrd hace un baile improvisado, pico en mano, zapateando sobre el suelo polvoriento.

El mundo es bello ahí a fuera, ¿Qué nos aguarda vivir bajo tierra?

¡Puedo ser marinero, sastre o trampero,

Y respirar de nuevo aire fresco!

Conjunto de enanos improvisado:

“Sal a fuera a explorar, el mundo has de divisar”

Ghyrd canta poniendo voz de barítono:

¡Yoooo Quiero…. EscapaaaAAAAAAAR!

La voz profunda resonando en la caverna produce un pequeño temblor que se va intensificando, haciendo que pequeños trozos de roca empiecen a caer sobre el suelo.

Enano de baja moral: Ai Eralie…. Que se va a liar….

Un tremendo trozo de roca cae y golpea la cabeza de Ghyrd, estampándola contra el suelo con fuerza. Dejándolo inconsciente en el suelo.

Todo se difumina lentamente. Presente, pasado y futuro se asocian en una imagen de remolino que poco a poco se desvanece como una bruma en un día de sol.

Ghyrd está tendido en el suelo. Varios enanos a su alrededor le observan y uno de ellos le da palmadas en la cara.

Ghyrd abre los ojos y susurra… ¿Qué paso…?

Enano de baja moral: Una tremenda Roca te impactó en la cabeza mientras minabas. Suerte de ser tan cabe…. Uhm… de cabeza dura.

Ghyrd se incorpora lentamente: ¿Y la canción? ¿Y el derrumbamiento?

Conjunto de enanos se miran entre sí con cara de asombros.

Enano de voz histriónica: No sabemos a qué te refieres. Picabas, te golpeó y te desmayaste.

Enano de baja moral: Sí, caíste como un saco de piedra. Llevas así varios minutos.

Ghyrd se toca la dolorida cabeza. Vaya, pues… seguramente lo soñó.

Ghyrd: Bueno, sigamos… un pequeño chichón no va a detener estas manos de auténtico gnomo minero.

Ghyrd camina lentamente, acompañado de varios enanos.

En el momento en que se acerca a su puesto, los 4 acompañantes se giran mirando hacia la cámara mental que se ha hecho el lector (ud.) y hacen una pose estirando un brazo, casco en mano y una pierna, al corto sonido de una trompeta.