Inicio Foros Historias y gestas Goemoe y Xoko

Mostrando 2 respuestas a los debates
  • Autor
    Respuestas
    • smiaug
      Participant
      Número de entradas: 57

      En los margenes del Iaurdin la luna brillaba con fuerza, el fuerte viento agitaba las ramas y el ruído producido poro estas impedía a Xoko notar la presencia Goemoe, que había encontrado su rastro y lo llevaba acechando una hora. Una tormenta se acerca, y la temperatura comienza a bajar notablemente.

      Xoko cansado después de pasar el día talando, volvía con un puñado de varas que vender.

      Goemoe intentando no hacer ruido, se concentra y se prepara para asaltar a su víctima.

      Un relampago estalla en el cielo, y gracias a la luz de este, Xoko ve una sombra extraña que se mueve hacia él.

      Xoko disimulando que no ha visto nada, apoya las varas contra un árbol y saca su zurrón para echar un trago mientras aprovecha para buscar a su asaltante.

      Goemoe se esconde detrás de un árbol. No está seguro de si lo han visto.

      Xoko coge su escudo y su espada.

      Xoko: Bueno, deja de disimular y sal. Sé que estás ahí.

      Xoko mira en dirección a donde cree que está su asaltante. ¿O quizá sean varios? Por desgracia no lleva toda su armadura puesta, sin duda está en peligro.

      Goemoe sin que Xoko se de cuenta de sus movimientos, consigue rodear la zona y ponerse a su espalda.

      Xoko intenta detectar algún movimiento o ruído cercano, pero el viento agitandolo todo lo hace imposible.

      Goemoe se acerca por detrás con precisas zancadas y se dispone a derribar a Xoko con una zancadilla cuando…

      Otro relámpago cruza el cielo, iluminando toda la zona y avisando a Xoko de que tiene a Goemoe justo detrás.

      Xoko se gira rápidamente, evitando el primer ataque de Goemoe, pero no consigue evitar una zancadilla que le hace caer al suelo.

      Xoko: ¡Detente! No llevo dinero, no te he hecho nada.

      Goemoe con los ojos inyectados en fuego no para de lanzar ataques como un torbellino, pero aun desde el suelo, Xoko consigue pararlos o desviarlos todos.

      Goemoe: No quiero dinero, solo tu pellejo.

      Xoko: No sé quien piensas que soy, pero me estás confundiendo con otro.

      Xoko sin parar de protegerse de los ataques de Goemoe consigue ponerse en pie.

      Algunos ataques habían conseguido alcanzar al joven soldado. La sangre comenzaba a empapar sus vestiduras, pero no había ninguna herida grave y ya había conseguido ponerse en pie.

      Goemoe: ¿Eres un lagarto, no?

      Xoko: Sí. — Responde xoko sorprendido.

      Goemoe: Pues entonces no me equivoco.

      Sin apenas dar tiempo a Xoko a recuperar el aliento, Goemoe arremete otra vez contra Xoko intentando derribarlo, pero esta vez no lo consigue.

      Xoko: ¡Déjame en paz! Estás comenzando a enfadarme, al final acabaremos por hacernos daño.

      Goemoe: Maldita criatura, tienes los dioses de tu parte, pero no habrá rayo que te salve ahora de mí.

      Con una nueva acometida Goemoe desata toda su furia contra Xoko, aunque este consigue mantener la calma y parar todos sus golpes.

      Goemoe: ¡Muere de una vez! Te voy a mandar con Ozomatli.

      La voz de Goemoe comenzaba a sonar cansada y una vez perdido el factor sorpresa sus ataques parecían inofensivos para Xoko, que por otro lado, no parecía estar interesado en golpear a Goemoe.

      Xoko: No me nombres a Ozomatli, no tengo nada que ver con él. El día que muera descansaré solo y en paz, pero hoy no será ese día.

      Por primera vez en el combate Xoko parece tomar la iniciativa y con una serie de efectivos movimientos de combate comienza a hacer retroceder a Goemoe.

      Goemoe comienza a fijarse en el otro lagarto. No parece tener ningún distintivo de Grimoszk ni de Ozomatli. ¿Es posible que pese a estar tan cerca de Grimoszk este lagarto no sea un miembro del pantano? Quizá se había precipitado.

      Agotados por un combate eterno, los 2 lagartos se separan unos metros y se apoyan respectivamente sobre su escudo y su espada mientras recuperan el aliento.

      Xoko: Bueno, entonces… ¿Eso es todo?

      Goemoe: Me parece… (dice sin para de jadear) … que es posible… que al final no seas el lagarto que andaba buscando.

      Xoko: ¡No me digas!

      Xoko saca una venda y comienza a vendar su brazo.

      Xoko: Podrías haberte dado cuenta un poco antes.

      La tormenta llega a donde los 2 lagartos se encuentran y comienza a caer con fuerza.

      Goemoe: Sígueme, conozco un lugar donde refugiarnos.

      Xoko: ¿Cómo? ¿Ahora pretendes que me fie de t…

      La voz de Xoko va perdiendo fuerza hasta que al final se desmaya y cae al suelo inconsciente.

    • smiaug
      Participant
      Número de entradas: 57

      Goemoe estaba confuso. Llevaba horas con la única idea de matar al a ese lagarto, pero quizá su odio no tenía razón de ser con él. Quizá era un exiliado como el mismo, y ahora, se desangraba en el suelo. Si no le ayudaba moriría.

      La lluvia comenzaba a convertirse en granizo y el viento había hecho caer ya varios árboles.

      Goemoe al final se decidió. Ayudaría a ese lagarto. Sacó unos ungüentos, y los aplicó en las heridas de Xoko. Terminó de vendarlo y se lo cargó a la espalda.

      Goemoe: Veamos a ver si puedo contigo. Por suerte la cueva no está muy lejos.

      Con gran esfuerzo, Goemoe arrastró a Xoko hasta una cueva cercana que conocía.

      Xoko comenzaba a recuperar el conocimiento poco a poco. La cabeza le daba vueltas. ¿Qué le pasaba? Las heridas no habían sido para tanto. ¿Y dónde estaba ahora? Parecía que lo llevaban arrastras.

      Goemoe: Vaya, el bello durmiente comienza a despertar. No te preocupes, el efecto del veneno pasará pronto.

      Xoko: ¿Veneno?

      Goemoe: Bah, no te preocupes, no te dejará secuelas. Te apliqué una Eskumla a tiempo.

      Xoko: Pero en qué momento me he envene…

      Xoko mira sus heridas.

      Xoko: Ah, entiendo.

      Goemoe: No era personal.

      Xoko: Vaya, menos mal…

      Goemoe: Bueno, ya hemos llegado.

      Goemoe deja a Xoko apoyado contra una roca mientras aparta unos arbustos que tapaban la entrada a una cueva.

      Xoko se consigue levantar a duras penas y se adentra por su propio pie en la cueva.

      Goemoe: Esperaremos a que pase la tormenta. Prepararé algo para comer.

      Xoko se sienta en el suelo y comienza a observar la zona mientras su mente se sigue recuperando de las toxinas.

      Goemoe enciende un fuego y comienza a preparar una sopa en un cazo.

      Goemoe: Algo caliente nos sentará bien.

      Xoko: ¿Y mis cosas?

      Goemoe: En el bosque.

      Xoko: ¿Cómo? ¿Dejaste mis cosas allí tiradas?

      Goemoe: Sí.

      Xoko: Ah, perfecto…

      Goemoe Cuando quieras puedes ir a por ellas, no están muy lejos.

      Xoko mira hacia el exterior donde el granizo no cesa.

      Xoko: Bueno, creo q pueden esperar allí un rato más. No me vendrá mal tomar algo.

      Xoko: Por cierto, me llamo Xoko.

      Xoko estira la mano en dirección a Goemoe.

      Goemoe: Goemoe.

      Goemoe ignora la mano de Xoko y sigue cocinando.

      Goemoe: No te confundas. No somos amigos, es solo que… Tampoco tenía por qué haberte atacado, pensé que eras un Grimoszkiano.

      Xoko: Vaya, veo que no soy el único al que se la tiene jurada.

      Goemoe: ¿Qué te hicieron a ti?

      Xoko: Bueno, es una larga historia, quizá en otro momento.

      Goemoe: Sabes… Llevo evitando a los de mi raza toda mi vida. Eres el primero con el que me cruzo y que no acaba desmembrado.

      Xoko: ¡Ja! Pues no será que no lo has intentado.

      Goemoe comienza a reírse a carcajadas.

      Goemoe: La verdad es que tienes razón. No te defiendes mal con ese escudo.

      Goemoe: Toma.

      Goemoe acerca un cuenco con sopa a Xoko.

      Xoko coge la sopa y se lo agradece a Goemoe.

      Xoko: Vaya, parece que cocinas mejor que peleas.

      Goemoe: Te recuerdo que te tuve inconsciente a mis pies, si estás vivo es por que quiero.

      Xoko: Cierto es. Gracias, supongo.

      Finalmente la tormenta comienza a amainar.

      Xoko hace intención de levantarse pero se da cuenta que está demasiado cansado.

      Xoko: Bueno, quizá mis cosas puedan esperar hasta mañana.

      Goemoe: Sí, ha sido un día duro.

      Agotado por un día ajetreado, Xoko quedó dormido enseguida, Gomoe no tardó mucho más, pero le dio tiempo a ir a por más combustible para la hoguera.

    • smiaug
      Participant
      Número de entradas: 57

      Goemoe da unos golpecitos en la pierna de Xoko para que despierte.

      Xoko despierta sobresaltado mientras su cerebro termina de recordar lo ocurrido el día anterior.

      Goemoe: Es hora de marcharse. Recoge tus cosas, quiero volver a tapar la entrada y limpiar los rastros.

      Xoko se gira y ve que tiene al lado las cosas que habían quedado perdidas.

      Xoko: Vaya, gracias. Veo que te gusta madrugar.

      Goemoe: Bueno en verdad… necesitaba algo de leña anoche para la hoguera y aproveché el viaje.

      Xoko: Mira los restos de la hoguera y ve una gran cantidad de puntas de sus varas medio carbonizadas.

      Xoko: ¿No habrás sido capaz de quemar todas mis varas?

      Goemoe: Anoche no me apetecía ponerme a talar, perdona por mantenernos calientes.

      Xoko indignado comienza a farfullar para sus adentros.

      Xoko: Pensaba venderlas en Anduar, ¡necesito dinero! Tengo deudas que pagar.

      Goemoe: No seas llorica, ya harás más. No eran tantas.

      Xoko comienza a equiparse y recoger sus cosas mientras piensa en qué hacer.

      El día es mucho más tranquilo que el anterior, el sol luce con fuerza y una suave brisa seca el rocío de las flores con suavidad.

      Goemoe: Shhh. ¿Has escuchado eso? (dice susurrando)

      Xoko: ¿El qué?

      Goemoe: Shhh.

      Goemoe comienza a acercarse a la entrada de la cueva con paso sigiloso.

      Goemoe susurra: Lagartos. De Grimoszk.

      Xoko: Estoy listo.

      Xoko coge su escudo y su espada y se acerca no tan silenciosamente a Goemoe.

      Goemoe: Sabía que no era buena idea venir aquí, cargando contigo no pude limpiar mi rastro. Al final me han encontrado.

      Xoko: ¿Te han encontrado? ¿Cómo que te han encontrado?

      Goemoe: Si bueno, parece que no les gusta que ande alguien por aquí matando lagartos, supongo que es una patrulla.

      Xoko: Vaya, y yo que pensaba que era especial…

      Un cuerno suena en el exterior.

      Goemoe: Rápido, ya casi están aquí.

      Goemoe deja su mente en blanco, se concentra y se dispone a salir.

      Xoko se adelanta y sale el primero de la cueva protegiéndose con el escudo.

      Una patrulla de 4 incursores llegaba a la entrada de la cueva prácticamente a la vez que salían los lagartos. Sin mediar palabra se lanzan a la carga contra ellos.

      Xoko se pega bastante a la pared. Busca una zona que forma un pequeño arco con apenas espacio para 2 lagartos y se prepara para aguantar la carga.

      Con un tridente en la mano, el primero llega al cuerpo a cuerpo. La primera arremetida casi arranca el escudo del brazo de xoko, pero consigue aguantar el golpe con un movimiento brusco de su escudo lanza a su enemigo hacia atrás.

      Goemoe que había entendido la idea de Xoko sin necesidad de hablar, se había acercado también a la media luna de la montaña y aprovechaba la protección que le brindaba el escudo para lanzar ataques cuando su enemigo no los esperaba.

      Goemoe: Ese ya no molestará más.

      Xoko que ya estaba conteniendo a los 2 siguientes no sabía lo que había pasado con el primero. Suponía que estaba abatido, pero estaba demasiado ocupado con el combate cuerpo a cuerpo y no sabía lo que ocurría más allá de sus narices.

      Goemoe aprovechando que 2 de los lagartos estaban abalanzándose sobre Xoko se apartó de ellos para ir en busca del cuarto, que parecía haber desaparecido y seguramente iba en busca de refuerzos.

      Goemoe: ¡Aguanta!, ahora vuelvo.

      Xoko: Pero… ¡Serás miserable!

      Los dos lagartos no paraban de lanzar salvajes ataques contra Xoko. Sin coordinación ninguna, trataban de golpear con todas sus fuerzas con cada golpe, lo que los hacía bastante previsibles.

      Xoko mantiene uno al margen con el escudo mientras para los ataques del otro con su espada. Pero apenas tiene tiempo de contraatacar.

      Xoko grita: ¡Atrás bestias! No tenéis nada que hacer.

      Mientras tanto Goemoe alcanzaba al último lagarto.

      Goemoe pese a moverse a toda velocidad por la selva, consigue alcanzar al lagarto sin que este se percate. Con un rápido gesto de su cadena lo engancha de una pierna y lo lanza al suelo.

      Goemoe: Tienes suerte de que tenga prisa, si no iba a disfrutar contigo un rato.

      Sorprendido por la cadena que lo había derribado, el más joven lagarto de la patrulla se giró apenas sin tiempo de ver como Goemoe caía sobre él. Antes de poder levantarse un torbellino de golpes acabó con su vida.

      Al mismo tiempo, Xoko trataba de aguantar, pero las fuerzas comenzaban a flaquearle. Uno de los incursores medio desesperado de estamparse contra el escudo, trató de colarse detrás de él, dando una larga zancada, pero descuidando su posición.

      Xoko , tomando ventaja del error de uno de su enemigo agarró con fuerza el escudo y lo dejo caer sobre la pierna estirada de su rival, partiéndole el tobillo por la mitad.

      El bramido del lagarto dejó claro que estaba fuera de combate, pero mientras tanto el otro aprovechó para pegarle un mordisco a Xoko y arrastrarlo fuera de su trinchera. Con un poderoso zarpazo le arrancó el escudo lanzándolo a varios metros de distancia.

      Xoko forcejeaba intentando librarse de la presa, pero lo tenía bien atrapado entre las mandíbulas.

      Con otro zarpazo, el lagarto le arrancó la espada de la mano.

      Xoko a merced de su enemigo, intentaba liberarse, pero sus esfuerzos eran inútiles. Con el escudo y la espada era bastante hábil, pero este tipo de pelea cuerpo a cuerpo no era lo suyo.

      Goemoe blandiendo la espada a dos manos y desatando toda su fuerza, saltó desde las sombras y haciendo bajar la espada desde detrás de su cabeza la hizo bajar hasta clavarla contra el suelo, separando por el camino la cabeza del incursor de su cuerpo.

      Goemoe: Vaya, parece que he tenido que salvarte otra vez.

      Xoko: Lo tenía todo bajo control.

      Xoko sacude su brazo hasta que la cabeza del incursor se desprende y cae al suelo.

      • Esta respuesta fue modificada hace 1 weeks por smiaug.
Mostrando 2 respuestas a los debates
  • Debes estar registrado para responder a este debate.