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      Allí estaba Naouar, en la plaza de Grimoszk, junto a Yskell.

      LE ofreció una pandereta al bardo, el cual la miró con cara de ingenuidad y le preguntó…

      ¿Para qué diantres quiero una pandereta?

      La respuesta de Naouar fue firme: Lánzame un hechizo de cambio de sexo. Quiero ser un hombre. Soy un hombre atrapado en el cuerpo de una mujer.

      Yskell: Esto… que me dices, me deja bastante inquieto…

      Naouar: No, pues no te quedes inquieto, muévete…

      … el silencio se hizo entre ambos, no se sabe exactamente si las palabras de Naouar lo desubicaron, o la idea de convertirlo en hombre…

      Yskell empuñó la pandereta con sus manos. Resultaba ridículo pensar que un cantautor bailando y tocando la pandereta iba a hacer absolutamente nada más que espantar a las aves. Sin embargo, empezó a concentrar su magia en un hechizo…

      Yskell golpeó con fuerza y vigor su Pandereta, creando un redoble creciente que resonó en el entorno.

      Luego concentró toda su energía mágica para formular un hechizo sobre Naouar.

      Yskell extendió sus manos hacia ella y empezó a irradiar una brillante niebla de energía azul que envolvió a ambos, oscureciendo todo lo demás. El aire comenzó a vibrar y a hacerse pesado cuando los golpes de Yskell sobre su Pandereta llegaron a su cénit.

      Yskell cantó: ‘eros invorum’

      Súbitamente, Naouar empezó a levitar a varios centímetros del suelo mientras su cuerpo sufría la dolorosa transformación del cambio de sexo. Sus alaridos de dolor se unieron al ensordecedor ruido de tendones desgarrándose y huesos dislocándose; su cuerpo se retorció en el aire, dejándole totalmente incapaz de controlar ni el más pequeño de sus músculos, los cuales se encontraron bajo una tensión que jamás conoció. Su masa corporal empezó a aumentar considerablemente, no siendo así en su cadera, que se volvió estrecha y basta. Sus senos se retrajeron hasta desaparecer, transformándose en sendas masas musculosas pectorales. Con cierto rubor, percibió también algo desarrollándose entre sus piernas.

      No hay lugar a dudas: ¡Se había transformado en un hombre!

      Cayó al suelo inconsciente debido al shock.

      Luego, se levantó torpemente y se palpó a ella…. A él mismo.

      Naouar: ¡Ha funcionado, ha funcionado!

      Yskell: Sí, ¿qué esperabas, que no…?

      Naouar estiró sus pantalones y miró bajo su cintura.

      Naouar: Oye, pero… ¿esto no es demasiado pequeño…?

      Yskell: Pues no sé, a ver….

      Yskell se asomó para observar.

      Yskell: Vaya, pues parece que sí.

      Naouar: Oye, ¿tienes maestría plena en percusión?

      Yskell: No, en cuerda sí, en percusión no…

      Naouar: ¡Joder!,¿105 años y aún no dominas la percusión…? Bueno da igual, vamos a celebrar este acontecimiento. Vámonos al prostíbulo de Brenoic.

      Yskell envainó sus armas y con una sonrisa de oreja a oreja, acompañó a Naouar hacia Anduar, por la senda costeña que transcurre al sur de esclavos.

      Hicieron parada en Anduar, donde se emborracharon como si fuera la última noche. Luego pararon a comer al día siguiente en Mnenoic y finalmente fueron al Burdel de Brenoic por la noche, a hacer maldades.


      Taberna la Manzana, Brenoic [fu,e,o]

      Es un lugar poco transcurrido, debido a su falta de visibilidad (no está en el camino), pero los clientes que la frecuentan son fieles. Pobremente decorada a pesar del dineral que dice ganar su dueño, ofrece lo justo y necesario: Una barra donde se sirven licores, mesas de madera de roble, una fogata y habitaciones en lo alto. Señoritas de distintas razas ocupan el lugar para hacer el trago más confortable para los viajeros.

      El portero miraba con su único ojo sano a los viajeros. Un orco de más de 2 metros de altura, de brazos cruzados y piel más negra que el carbón. Reconoció a Yskell al momento y abrió la puerta ambos viajeros.

      Ambos se sentaron en la barra. Al poco, dos humanas se sentaron junto a nuestros viajeros y empezaron a darles conversa.

      Yskell: Mira Naouar, esperemos aquí, que hay una medio-Orca que nos hace dos por uno. No es que sea muy guapa, pero si no te fijas en su cara…

      Naouar: pero como no me voy fijar en su cara si va a ser lo primero que veamos cuando llegue, hahaha.

      Yskell: A ver, ¿tú crees que las almohadas que hay en las habitaciones son para dormir o qué? Hahahah

      Naouar: Pero que puto eres, hahaha.

      Al poco apareció una medio-orca con una cicatriz en la cara, parche en el ojo, nariz chafada… pero de cuerpo voluptuoso y cadera ancha. Ambas humanas se apartaron y se acercó directamente a Yskell. Con voz de tenor le dijo:

      Medio-Orca: “Hola mi amol, has venido a pol mil, a que sil”.

      Yskell: Sí, te traigo a un amigo que dice que quiere conocerte también, te presento a…

      Naouar: Aldamore, me llamo Aldamore.

      Medio-Orca: Aldamole, yo me llamo Bellatril, en honol a mi bellezal mi amol, ya ves que el nombrel me hace justicial, le dijo mientras agarraba la mano de Naouar y se la llevaba a uno de sus pechos, duro como una roca.

      Naouar: Yskell vámonos ya para arriba.

      Yskell: Pero si justo me estoy empezando a tomar mi bebida, y no son precisamente baratas aquí…

      Naouar agarro a Yskell el cual salió volando y ambos se perdieron en la oscuridad de la noche, haciendo maldades demoníacas obscenas que el mismo Seldar condenaría.

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