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Fuerza
La fuerza no es un atributo destacado en los magos y por supuesto no es excepción los híbridos como un mago-ladrón. Debido a esta característica propia de ellos Vuazy lo sufría en sus aventuras. El hechizo fuerza consistía en alterar la fuerza física de alguien para volverlo temporalmente más vigoroso y poderoso en tareas físicas.
Por ejemplo, era muy típico que Velkyn lo utilizara durante su trabajo cuando cargaba con los cadáveres en su buey para llevárselos a Garren. Vuazy quería aprenderlo y al ser un hechizo innato en los alteradores se dirigió a su compañero especialista en ello, el transmutador Tourney.
- Tourney, los hechizos de fuerza en los magos de tus características son los mejores en toda Eirea – le dijo el semi-elfo
- Es cierto, no voy a pecar de falsa modestia negándolo – respondió Tourney con una sonrisa.
- Me gustaría que me lo enseñaras, por más que lo intento no lo consigo. He probado a estudiar pergaminos, leer libros, pero nada parece funcionar ¿Tienes alguna recomendación? – preguntó Vuazy con un ligero tono de ansiedad.
- Mira voy a formular delante de ti.
Y Tourney alzó la mirada a Vuazy y comenzó el ritual.
Tourney comienza a formular el hechizo ‘Fuerza’.
Se concentra en el hechizo ‘fuerza’.
Se concentra en el hechizo ‘fuerza’.
Tourney Pronuncia el cántico: ‘fuere magnus incrementis’
De pronto se siente más fuerte.
- No me lo puedo creer, al formular el hechizo yo recitaba ‘fuere magnus incrementus’ en vez de ‘fuere magnus incrementis’ ¿Habrá sido ese mi error? Vuazy repitió todo el ritual de Tourney incluyendo las palabras mágicas con el mismo tono y exactitud replicandole y cuando lo completó se lo noto visiblemente más fuerte.
- Creo que lo has conseguido, prueba a levantar esa roca. Debe de pesar una barbaridad.
Vuazy alzó la roca con una facilidad asombrada e inusitada con una cara risueña que emanaba brillo y radiaba felicidad. A partir de ahora podía formular el hechizo fuerza por si mismo.
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Un robo exitoso.
Era una noche fría en Anduar y el camino que llevaba a Naduk, oscuro y vacío, pues los granjeros y agricultores habían terminado sus labores y se encontraban durmiendo en sus casas. Vuazy tenía en mente perpetrar un robo en aquella lúgubre noche Después meditar por última vez su plan, siguió adelante. Al ser un ladrón, siempre disponía de las herramientas típicas de su «Profesión», un Guante Pícaro, un saco, llaves maestras y Capucha Itzalak.
El ladrón se abrió camino entre los Campos de Cultivos y se dirigió a una de las viviendas de Naduk. Forzó la puerta con su llave maestra y se adentró en el salón. Aparentemente, La habitación no poseía objetos valiosos. Observó minuciosamente en busca de algún compartimento secreto cuando al pisar el suelo emitió un sonido hueco.
Apartó la madera y encontró una caja que portaba varios rubíes, aguamarinas y un diamante.El mago-ladrón los introdujo dentro del saco, y se dirigió habitación contigua. Esta habitación tampoco parecía tener nada relevante para robar y, mientras se movía, no encontró nada, excepto un par de libros de hechizos de magia negra, tirados aquí por el suelo. Debido a naturaleza mágica, no perdió ni un segundo en poner algunos de ellos dentro de su saco.
Repentinamente, se encendieron las luces.
- ¿Quién anda ahí? – exclamó el granjero.
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El ladrón pertrechó su saco y se escapó fugazmente que no se detuvo su huida hasta regresar a la ciudad de Anduar.
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Defenestrar
Vuazy constantemente tenía que aprender hechizos que ya había estudiado en el pasado, especialmente los poderosos. Los de menor rango conseguía retenerlos en la mente de manera vitalicia.
No obstante, los de poder inaudito, a pesar de las lecciones del maestro Lender y que la situación había mejorado, después de meses o años era hora de volver a estudiar hechizos de poder alto.
Uno de los hechizos que más le molestaba aprender o estudiar era defenestrar. Para recordar este hechizo necesitaba ver como alguien formulaba este hechizo y entonces podía volver a recordarlo.
Sin embargo, ni su amigo Tourney ni Abrahuym conocían los entramados secretos de esta magia, por lo que requería de una expedición en busca de alguien o algo del que pudiera aprenderlo.
Cuando venían soldados de Galador a descansar en Anduar, se les oía comentar de la existencia de un Lich que vagaba por el poblado de Brenoic lanzando por los aires a varios soldados. Algunos sobrevivían para contarlo y todos coincidían con la misma versión, era un ser espiritual que clamaba cuando levitaba «AAaaayoooltaaaR» con voz de ultratumba.
El semi-elfo se despertó un día y notó con torpeza que había olvidado el hechizo defenestrar. Por más que se concentraba en formularlo no recordaba las palabras mágicas ni los movimientos que debía realizar, todo esfuerzo era en vano.
Recordó las historias de los soldados de Galador por lo que fue al mercado a buscar a alguno de ellos, menester nada complicado teniendo en cuenta su característico atuendo plateado. Localizó a uno cerca de la herrería, estaba en la forja reparando su espada larga. El mago-ladrón se aproximó al soldado y le dijo:
- Buenos días, ¿Es usted un soldado de Galador?
- ¿Es usted invidente? ¿No ve mi atuendo? Soy un soldado de Galador, soy inconfundible, somos los mejores soldados de Eirea – respondió con actitud burlona y altiva el soldado.
- De acuerdo, me gustaría preguntarle algo y pedir ayuda.
- No soy un sacerdote de la caridad, chico. La información tiene su precio, es muy valiosa. ¿De qué se trata?.
- Necesito conocer más información acerca del Lich que merodea Dendra, corre el rumor que se ubica en el poblado de Brenoic al oeste de Galador.
- Puedo ayudarte si me costeas la reparación, ja ja ja – respondió elocuentemente el soldado.
Vuazy paga a herrero.
- De acuerdo, ya está. ¿Qué me puedes comentar?
- Bueno, los rumores son ciertos, eso te lo puedo confirmar. Tengo amigos que han sobrevivido al Lich. Se encuentra vagando por el poblado de Brenoic y descansa debajo de una roca gigante. Lo que no tengo claro es como entra en esa cueva detrás de la roca. Probablemente ese sea su momento más vulnerable.
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Análisis de la situación
Tras la información recabada en el diálogo con el soldado que se encontraba en el mercado de Anduar había hallado y corroborado una valiosa información, la localización y existencia del Lich.
A juzgar por las palabras que este ser clamaba fantasmagóricamente cuando levitaba por el pueblo de Brenoic, probablemente se llamaba Ayoltar. Su punto débil parecía ser cuando descansaba debajo de la gigante roca, tras un intenso día vagando y lanzando hechizos a todo él cual osara perpetrar su pueblo.
De la historia había deducido que el Ayoltar podía formular «defenestrar», ya que lanzaba por los aires con una fuerza mágica a los soldados. Esto resultaba especialmente motivador para Vuazy que necesitaba de alguien o algo para estudiar el hechizo.
Bien es cierto que era un objetivo tan peligroso como ambicioso, seguro que había maneras más cómodas de estudiarlo como por ejemplo algún evocador, pero el mago-ladrón no podía resistirse a las aventuras complicadas.
Además, seguro que tras la roca había valiosos tesoros que había obtenido de todos los ingenuos que se adentraban en su pueblo. Con corazón y cabeza de ladrón (además de hechicero) suscitaba un interés intenso por revelar los misterios crípticos de este ser espiritual.
Definitivamente, debía buscar la manera de llegar, localizar su guardia, aprender su hechizo y obtener algún beneficio extra.
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