Docenas de pequeñas hogueras para cocinar se repartían por el claro Nyathor, iluminando suavemente los árboles centenarios y la cabaña de los nyathor. Algunos humanos y semi elfos se hallaban cocinando, comiendo o simplemente bebiendo vino y disfrutando de aquél remanso de paz y tranquilidad que era el bosque de Thorin. ¿Paz?. no, seguramente no, pues la paz estaba llegando a su fin.
Mientras los Nyathor disfrutaban y bailaban bajo la noche cuajada de estrellas, un ejército se adentraba más y más en el bosque, oculto a los ojos de los vigilantes confiados por artes mágicas. Cuando llegaron mas o menos a la parte central del bosque, los soldados sacaron sus incineradores y empezaron a quemar los árboles a diestro y siniestro. Debido al reflejo de las llamas de las pequeñas hogueras donde cocinaban los nyathor, no se dieron cuenta del peligro hasta que ya fue demasiado tarde.
Un gran contingente de soldados se hallaba en medio del bosque, y este parecía una gran hoguera por si mismo, alimentado por grandes árboles que proporcionaban conbustible infinito para el fuego.
Mientras los druidas corrían a apagar las llamas e intentar contener el fuego, una pequeña y sombría figura se introdujo rápidamente en la cabaña principal, y luego salió furtivamente con cara de suficiencia y sosteniendo algo en sus manos… una gema con luz propia.
